Spin-off

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martes, 14 de marzo de 2017

Lazos XIII



  Podía escuchar los fragmentos de poesía que Sahar me leía, su voz era lejana pero clara, me relajaba después del duro día que tuvimos. Y del fuerte recuerdo que me perseguía.
     Me abandoné a los hermosos sueños que estaba segura eran obra de ella; hasta que oí la voz de Nina y la conversación que mantenía con su madre. Sahar, muy serena ella, le contaba cosas muy fuertes sobre Velkam y que no estaba conmigo porque su marido había dejado de ser quién era, sino porque me amaba, y Velkam lo sabía.
    Nina estaba llorando, la vi y escuché sus sollozos. Sahar no hacía nada para calmarla, como si no le afectara, pero entendía que no era su culpa ser así, su personalidad y carácter en su vida actual está a años luz de ser similar al de su primera vida; hablé después de escuchar a Nina decir que lo sentía, la pobre volvía a tener a su madre, y su padre era inocente de todo lo malo que ha pasado, era normal que quisiera reunir a su familia si era una niña cuando todo se vino a pique.
   Le hice saber que comprendía su posición pero que si su padre se atrevía a intentar siquiera acercarse a Sahar con intenciones de recuperarla, no la tendría fácil. Y la morena volvió a ser dura con su hija. Cuando dijo que Nina lloraba porque quería, me enfadé un poco, luego recordé a la Sahar que vi en ese recuerdo, maternal, cariñosa, lejos de ésta que tenía ante mí, y entonces intenté que no se me notara la sonrisa que me provocó la comparación.
    Nina nos dejó a solas. Había asegurado que tenernos a su lado de nuevo la hacía feliz, con su padre siendo el hombre que ella y su madre conocían bien, los tres eramos lo que más amaba en el mundo. Pero noté su tristeza, extrañaba y quería a sus padres juntos.
   Le dije a Sahar que Nina no aceptaría lo nuestro.

-No necesito su permiso-respondió ella, ambas acostadas en la cama de frente una de la otra. Acariciaba mi rostro mientras hablaba, era un bien para lo débil que volvía a sentirme.

    Sahar tenía razón en que Nina tendría tiempo de procesar lo que ella le estuvo contando.
  Me dormí escuchándola tararear una melodía, tenía que recordar preguntarle de dónde la sacó porque la conocía de algo; desperté buscándola a mi lado pero ya no estaba, en su lugar Circe y Medea charlaban sentadas en unos sillones cerca de la ventana.

-.....tenía la certeza de que me odiarías-decía Medea.

-Entonces no me conoces lo suficiente-respondió Circe, cruzando las piernas.

-Porque te conozco lo suficiente, tía.

-¿Dónde está Sahar?-pregunté, preocupada por ella y por estar sintiendo ese tortuoso dolor en la garganta de nuevo.

-Debe estar de camino a la reunión con el Consejo, cariño-respondió Circe-. Lo siento si te hemos despertado.

-No, quien debe disculparse soy yo por interrumpir vuestra conversación, parecía importante.-Intenté sentarme, ambas se acercaron.

-Nada que no podamos resolver luego-dijo Medea, mirando a su tía, ésta le guiñó un ojo sonriendo-. ¿Necesitas algo? Si no te cuidamos bien Bisha llegará cortando cabezas.

   Reí por el comentario porque era cierto.

-¿En serio Velkam la llama así?-le pregunté a Medea cuando estuve cómoda.

-Sí, es un nombre de cariño para ella que luego adoptaron algunos de sus amigos más cercanos, y es que Bishamonten es un Dios de la fortuna en la cultura japonesa. Es una de las siete deidades de la fortuna, uno de los cuatros reyes de los cielos, el más poderoso-narró Medea-. Dios de la fortuna en la guerra, en las batallas, y las características de Sahar van muy apegadas a Vaiśravana, que es otro nombre con el que se le conoce. Normalmente lo asocian con un hombre, pero era una mujer, lo que ocurre es que a alguien le convenía de que dicha mujer fuese borrada de la historia familiar Elohim.

-¿Con qué propósito?-preguntó Circe.

-Sigo recopilando información, y Velkam también en los momentos en que es él mismo.-Velkam nunca ha dejado de cuidarla, pensé-. Lo único seguro e inamovible es que Sahar es un objetivo de máxima prioridad, por ella y por el control de Assiah, el tablero está como está.....-Medea paró de hablar y miró a su tía con el ceño fruncido-. Circe-dijo de pronto.

-Prostasía....-musitó Circe, pero ambas cayeron desmayadas.

-¿Circe?-llamé, moviéndola-. Medea. Medea-repetí.

    Estaban idas, bajé de la cama y cogí un abrigo del armario. La garganta me escocía, por puro instinto me acerqué a ambas mujeres y tuve la ligera tentación de morderlas, como hice con aquella mujer y la niña; sacudí la cabeza y salí de la habitación.
   Entendí a Sahar y la sed que la abordaba, su lucha entre instinto y la verdadera humanidad que ella guardaba muy en el fondo. Me encontraba en sus zapatos por efecto de un veneno que aún tenía en mi sistema, no habían logrado removerlo del todo.
   Era mejor quedarme lejos de Circe y Medea hasta que despertaran, me senté en el sofá de la estancia, nerviosa, con hambre y no de la comida que usualmente como, no, ansiaba sangre.

-Maldita sea-susurré.

-Que mal hablada-oí decir desde el balcón. 

   Me levanté y fui a ver de quién se trataba pues no reconocí la voz. Había una chica sentada en la baranda con las piernas cruzadas, vestida de blanco, se asemejaba a Sahar en sus facciones e incluso en edad; su cabello negro lo tenía más corto, llegando a los hombros, lascio, ondeaba con el frío viento de Seattle.

-Tenía curiosidad por conocerte, lástima que Sahar no esté porque ella también me despierta curiosidad-comentó, bajando de la baranda.

-¿Quién eres?

   Se acercó a mí tan rápido que no la vi llegar.

-Amara Morningstar-susurró a mi oído-. Venía de paso, estoy huyendo, escondiéndome de Luzbel, pero en mi rumbo escuché hablar de la hija de Caín y los rumores de que no es humana, así que me desvié un poco.-Se paseó a mi alrededor examinándome con la mirada-. Eres fascinante, rubita-dijo, deteniéndose frente a mí-. De todos los de tu especie eres la mejor candidata para guiarlos. Peón convertida en reina, si Sahar es quien creo, juntas son la mancuerna perfecta y a mi padre no le gustará-canturreó-. Abandona el edificio-avisó, dando la vuelta y asomándose por la baranda-. La autora del hechizo que puso a tus cuidadoras a dormir está aquí, no puedo involucrarme, si lo hago Luzbel sabrá dónde estoy, lo siento.

    Se lanzó del balcón, y cuando me asomé ya no estaba, al darme la vuelta me encontré con Freyja.
-Hola de nuevo, querida Faye Vesper-sonrió.

-Freyja, déjala-escuché hablar a Nina detrás de ella.
-No te preocupes, tú también vienes-dijo la maga. Y de inmediato unas sombras rodearon a Nina; Freyja me cogió de la muñeca-. Seguro estás lo suficientemente fuerte para este salto, no te vayas a morir todavía, querida.

   Caí de rodillas en la grama, vi la mano de Nina aferrarse a la mía.

-¿Te lastimaste?-preguntó, preocupada. Negué con la cabeza.

-Eso es muy tierno de tu parte, Nina-dijo Freyja, cerca de un árbol donde tenía a siete personas, entre hombres, mujeres y niños, encadenados. Estábamos en un solitario parque, pude ver los edificios de la ciudad, no habíamos ido muy lejos-. Tan protectora de la mujer que separó a tus padres-sonrió, irónica mientras desataba a un niño-. A esta hora el hambre debe estar matándote, Faye.

-¡Déjalo!-exclamó Nina, corriendo hacia ella pero con un gesto Freyja le rompió el cuello.

-Soy más vieja que ella, no aprende que una hechicera de mi nivel, descendiente directa de un Grigori no es rival para alguien tan débil como una Blood Drynka-se burló, arrastrando al niño hasta traerlo ante mí. Sacó una daga que llevaba al cinto e hizo una cortada pequeña en su cuello-. Come-me dijo.

   El niño lloraba en silencio, ver su sangre me hizo agua la boca, pero retrocedí.

-No lo haré, ¡¡¡¡estás loca!!!!-grité.

   Pasó su mano derecha por la herida del pequeño, llenándose de su sangre y vino a mí, la hice caer de una patada en las piernas, pero me cogió del cuello en un rápido movimiento y con su mano ensangrentada me manchó la boca de la sangre que de inmediato me hizo empeorar, al probar su sabor ya no pude detenerme.

   Ninguna estaba en casa, Circe y Medea se habían separado para buscarlas por la ciudad pero no tenían ni una pista.
    Colgué y al amagar caminar de regreso al elevador mi padre me cerró el paso. Enarcó las cejas.

-¿Adónde crees que vas? Tenemos que resolver esto primero-dijo.

-¿Perdió la cabeza, padre?-le pregunté, entregándole el teléfono-. ¿No escuchó que Vesper y mi hija están desaparecidas?-No me reconocí al escucharme decir "mi hija", y no fui la única que se sorprendió, mi padre sonrió.

-Oh engendro, tienes un poderoso instinto maternal después de todo-comentó-. Estamos jodidos todos si es así.

-No hay tiempo para tus comentarios llenos de sarcasmos, papá, por favor, tengo que encontrarlas. Y tú-señalé a Velkam-, si sabes algo habla ahora.

-Te juro que no tengo idea de qué ocurrió.

   El teléfono volvió a sonar, al ver que se trataba de mi madre de nuevo papá me lo entregó.

-¿Las encontraste?-pregunté, cambiando el tono de mi voz. Esto era angustia, temor.

-Sí, estamos en.....

-¿Circe?-dije al oír un grito del otro lado y luego nada-. ¡Circe!-exclamé. Vi a mi padre ponerse tenso, y a Velkam fruncir el ceño, extrañado por lo que se oyó del otro lado del auricular-. ¿Escuchaste eso?-le pregunté, lanzando el teléfono contra la pared-. Ahora estamos igual.....

-Arath y Regina deben ser absueltos, Sahar.

-Puedo hacer que pospongan la reunión hasta mañana a la noche-intervino Velkam-. Si nuestra hija está en problemas no me quedaré de brazos cruzados-dijo, compartiendo una mirada preocupada conmigo.

    Regresó al atrio para pedir tiempo.

-Ahora mismo lo mío no es tan importante, señor-habló Arath-. El hecho de que hayan venido hasta acá para ayudarnos a mi esposa y a mí es suficiente, lo que hagan por vuestra familia puede evitar algo mayor. Escuche a su hija.

   Bajamos al vestíbulo, y nos dirigimos a la limusina. Drako y Arath fueron a pie, moviéndose a velocidad Blood Drynka para buscar por todas partes. Mi padre no me permitió hacer lo mismo que los otros dos porque era muy arriesgado, la Guardia del Consejo andaban atentos cuidando de sus respectivos Jefes de Casa, pendientes de cualquier anormalidad que representara un peligro para ellos, y eso significaba que yo debía reprimir lo que era, no podía dejarme ver usando habilidades sobrenaturales.

-¿Pensabas abandonar a Circe?-le pregunté a mi padre, rompiendo el silencio.

-Por supuesto que no-respondió él.

-Me diste esa impresión.-Sentí su mano en la mía-. Sé que tenemos prioridades con nuestra gente, ¿pero no es la familia lo más importante? Quiero decir, que nuestra casa debe estar en orden para poder mantener el orden fuera de ella, debemos velar por los más cercanos para poder cuidar mejor a los de fuera. ¿No es eso lo que hace a un buen líder?

    Caín sonrió tan sólo.

-He cometido errores, y sigo haciéndolo-aceptó-. Llega el momento en que te das de frente con una balanza: la vida de una persona o la de miles.

-¿Y si salvando a esa persona salvas a miles?-pregunté.

-Créeme, Sahar, por experiencia te digo que siempre tendrás que elegir, y debes saber elegir bien. Nunca podrás salvarlos a todos.

   Reí por lo bajo, mirando al frente.

-Por suerte nunca me ha interesado salvarlos a todos, padre, sólo he seguido las enseñanzas que tú y mamá me inculcaron, respetar las vidas inocentes y bla, bla, bla. Ahora sólo quiero hacer lo correcto por una persona, y es a la que siempre voy a elegir, eso es saber elegir bien; cuestión de perspectiva-susurré.

   Le dije al chófer que parara a la entrada de un parque, había escuchado algo. Tan pronto se detuvo bajé del coche, y eché a correr viendo que el lugar estaba desierto; oí un gemido de dolor proveniente de algún lugar entre los árboles.

-Faye....-dije, parando en seco al ver a Circe y a Nina colgando de las muñecas en las ramas de un árbol. A sus pies los cuerpos de siete personas; busqué a Faye con la mirada.

-Aquí-escuché la voz de Freyja, y la vi saliendo de entre las sombras con su brazo derecho alrededor del cuello de Faye, ésta tenía la cara y el abrigo que vestía cubiertos de sangre, sus ojos tenían un brillo platinado. Miré los cuerpos apilados debajo de Circe y Nina-. ¡Qué hermosa se ve el amor de tu vida, Euzma!-exclamó-. Ella hizo todo eso, y mató a tu madre.

    Volví a mirar a Circe.
  Ella no era Blood Drynka, tan sólo una maga milenaria convertida en deidad por los historiadores, los amantes de mitos, poetas. Circe era una emim, hija de Nefilims, y como tal poseía inmortalidad: no enfermaba, envejecía muy despacio, pero las heridas graves podían matarla.
    Si hubiésemos llegado un poco antes esto se habría podido evitar.

-Sahar, vete....-sollozó Faye-. Es una trampa...... Quiere ponerte en evidencia.....

   Freyja sacó una daga y la enterró en el costado derecho de Faye.

-No....-gemí.

     Mi intención de ir y reventarle el cuello a la muy maldita se vio interrumpido cuando Drako me bloqueó el paso, abrazándome.

-No hagas ningún movimiento extraño, mi niña, estamos rodeados de Blood Drynka's-dijo lo más bajito que pudo, para que sólo yo pudiera escucharlo.

-Pero Faye.... Drako no puedo.... Yo no.... Circe está muerta.....

-Shhhhh-Faye había perdido el conocimiento, todavía podía oír su corazón latir-. Está jugando contigo, serénate, si se confirma lo que ella les dijo para traerlos hasta aquí nos veremos en una situación mucho peor-decía Drako.

    Arath estaba de pie a mi lado, y mi padre al lado de él.

-Freyja, libera a la chica-dijo mi padre. Drako se apartó de mí preguntándome si estaba bien, asentí-. Podemos hablar en privado, sin llegar a un enfrentamiento sin sentido, ¿no han sido suficientes muertes? Humanos, Blood Drynka's que tú ayudaste a secuestrar con fines aberrantes.

-Aberrante es el secreto que guardas, Patro-dijo Freyja, Faye seguía en sus brazos-. Has mentido, ocultado una información que nos conviene saber a todos.

-¿De qué habla, Patro Caín?-inquirió un hombre que venía acompañando a Velkam y detrás de ambos, una Guardia de seis personas todas vestidas de negro.

   El hombre era rubio, esbelto, los rasgos de su rostro eran finos, su andar muy seguro, arrogante, su mirada, su presencia no me inspiraban nada de confianza. Inmoral, pensé, sintiendo fuerte mi instinto.
-¿Qué quiso decir Freyja con eso del aberrante secreto que guardas?-preguntó al estar cerca de mi padre.

-No tengo la menor idea, Lord Valentine-respondió mi padre. Éste hombre debía ser miembro del Consejo, pensé observándolo-. ¿Cómo supieron dónde nos encontrábamos?

-Un miembro de mi Guardia está aquí junto con los Blood Drynka's que Freyja invitó a su teatrito, él me avisó-dijo Velkam-. Creí que era mejor venir preparados y traer a un Majoro en Estro conmigo.-Velkam reparó en Nina-. Maldición, Freyja, ¡¿qué hace mi hija allí?!-exclamó. Corrió a velocidad Blood Drynka y la bajó justo después de que mi padre hiciera lo propio con Circe.

-¿Hija?-susurró Lord Valentine sin entender. Y es que a los ojos de todos Nina era hermana de Velkam, así lo quiso Seth.

   Ambos las trajeron cargadas en vilo y las depositaron en el suelo. Me puse de cuclillas para verlas mejor, Circe tenía una profunda mordida en el cuello del lado izquierdo; mi padre contuvo las lágrimas, acarició el rostro de mi madre.

-Vivirás, Circe, regresarás a mí-susurró.

   Eso sólo podía significar que habían hecho un Contrato de Sangre, ¿pero cuando? Circe volvería como Blood Drynka.
   Nina entreabrió los ojos, estaba más pálida de lo usual. A punto estuvo de llamarme "mamá", pero negué con la cabeza esperando que lo hubiese notado, y miré de reojo a Lord Valentine. Nina asintió despacio, entendiendo, y se volvió a desmayar.

-¿Quién ha hecho esa atrocidad?-preguntó el rubio Lord, señalando los cuerpos.

-Ésta chica-contestó Freyja, dejando caer a Faye al suelo.

-Por tu culpa-intervine. Drako me cogió de la muñeca-. Le inyectó un veneno, sangre sintética de Blood Drynka-dije, despacio, mirando a Lord Valentine-. Ella es la culpable de todo este desastre, ella ha usado a los Blood Drynka en macabros experimentos para crear quimeras. Ha cruzado ADN de nuestros hermanos con ADN Elohim, ni idea de cómo consigue esto último, pero allí tienen a su culpable. Los Griffin son tan víctimas como nuestros hermanos desaparecidos, merecen ser absueltos.

   Arath movió los labios formando un Gracias. Asentí.
   
-Ataquen-dijo Freyja, sonriendo.

   De las sombras salieron disparados varios Blood Drynka's. Arath, Velkam y Drako me rodearon en posición de defensa, Lord Valentine y la Guardia que llegó con él y Velkam se lanzaron a contraatacar aún cuando el Lord no entendía de qué iba ese acto de terror por parte de Freyja.
    En medio del alboroto mi padre recuperó a Faye, mientras Freyja traspasó el escudo que habían hecho Drako, Velkam y Arath alrededor mío y de Circe y Nina quienes seguían inconscientes.

-Todos van a ver lo que eres-sonrió, paseando la filosa hoja de su daga por mi cuello sin llegar a cortarme-. Serás cazada hasta verificar que tu supuesta inmortalidad puede ser compartida, no soy la primera ni seré la última en venir a por ti, Sahar Cassul. ¿Quieres que toda tu vida se base en esto?

   Drako peleaba con dos Blood Drynka's, y cuando intentó venir en mi ayuda lo atacó un tercero.

-Te estamos haciendo un favor-me susurró al oído.

    Ladeé la cabeza, sonreí y le susurré de vuelta:
-No necesito vuestros favores, no necesito deberles nada, no van a demostrar nada sobre mí, nunca.

   Freyja tensó la mandíbula.

-Seguirá siendo por las malas-terminó diciendo.

   Esperé a que arremetiera con la daga pero se quedó quieta con los ojos desorbitados, miré hacia abajo al mismo tiempo que ella. La punta de una flecha sobresalía de su pecho, la daga cayó justo al lado de Nina; busqué con la mirada de dónde pudo provenir esa flecha y vi a Ezio rompiéndole el cuello a un Blood Drynka. Mi padre y Faye no estaban por ningún lado; volví a mirar a Ezio que se acercaba caminando y esquivando golpes.
   Freyja se agarró de las solapas de mi abrigo negro, empezó a caer, llorando. Me agaché levantando un poco su cabeza, no la dejé caer de golpe, la sostuve y la observé.

-Ezio-dije, levantando la mirada hacia él.

-¿Para qué están los hermanos sino?-preguntó. La misma pregunta que hacía siempre que me ayudaba.

   Freyja susurró mi nombre para llamar mi atención.

-Serás grande, Sahar Cassul, se hablará de ti por milenios después de que tu nombre fue acallado y disfrazado. Ahora lo sé-sonrió, lejos de ser maliciosa-. Tuve que hacerlo.

-¿Por qué? Mejor dicho, ¿por quién?-pregunté, el ruido a mi alrededor desapareció y me enfoqué en ella.

-Mi hijo-respondió. Rompió en llanto-. Él lo tiene, me lo quitó y me ordenó venir a Assiah en su representación; quería esa supuesta inmortalidad para mi niño, ya había perdido a mi padre, y a su papá, no quería perderlo a él también.....    
-¿No te das cuenta de lo arriesgado que habría sido si yo hubiese accedido a tu petición? No puedo compartir lo que soy, no quiero hacerlo, igual y pudo morir, ustedes son los conejillos de indias. Ese que tiene a tu hijo los está usando para confirmar algo que a la larga a él le beneficiará, prefiere usarlos que venir en persona, que otros mueran por él de salir mal la "conversión".-Freyja empezó a toser, de su boca salió sangre así como sus lágrimas se volvieron rojo líquido.

-Tomará aquello que más quieres, Euzma, siempre irá por tu debilidad es allí donde ataca para obligarte a hacer lo que él quiere.

-Nunca me obligará a nada, tendrá que venir en persona, pero es incapaz de hacerlo.-Freyja quiso tocar mi cara, pero evité que lo hiciera-. ¿Cómo obligo a Seth a salir del cuerpo de Velkam? Tú la llevaste hasta allí, cómo la remuevo.

-Hay una espada que puede llegar a paralizarle dentro del cuerpo-explicó a media voz-. Debe estar dentro del sarcófago con el verdadero cuerpo de Seth, junto al anillo de Salomón que era donde estaba encerrado su espíritu, un anillo para controlar y encerrar demonios.

   Reí por lo bajo.

-No necesito un anillo para controlar demonios, pero gracias por la información-dije. 

   La tenía cogida de la muñeca, y poco antes de soltarla volvió a hablar.

-Mi hijo, si lo ves, por favor.....

-No estás en posición de pedirme nada, vaya osadía la tuya-sonreí-. Tomas a Velkam, lo vuelves un monstruo capaz de obligar a su pequeña hija a ver cómo asesinan a su madre, ayudaste a crear una quimera que no acude en tu ayuda, mataste a tantos hermanos Blood Drynka's como quisiste para ello; esta noche tomaste a mi hija y la torturaste, a mi madre la hiciste morir por la mano del amor de mi vida y a ésta le manchaste las manos de sangre inocente. ¿E intentas pedirme que por favor haga algo por tu hijo? No me jodas.

-Por favor.....-rogó-. Él no tiene la culpa de mis actos.

-Mi hija no tenía la culpa de los míos, o de lo que soy, Freyja, ni mi madre ni Vesper. Estás viva en este instante porque yo así lo he querido-levanté su muñeca-, moriste hace rato. Espero que Fólkvangr esté en buenas manos.

-¿Tú qué habrías hecho?

-Ya lo has visto, ¿vine hasta acá, no? Y sin venderme.-Cogí la daga con la que ella me iba a apuñalar-. No estabas sola, Freyja.-La enterré en su costado derecho como hizo ella con Faye, gritó de dolor, y me encantó, me alimentaba el miedo, el sufrimiento en sus ojos-. Acabo de aprender que tampoco lo estoy. Si hubieses pedido ayuda se te habría brindado, pero lo más fácil y seductor siempre es lo incorrecto, pareces humana.-Paseé mi dedo índice por su cuello, lo fui rodeando con mi mano, y apreté-. Hasta nunca, Señora de Fólkvangr-susurré.

   El sonido del quiebre me devolvió al campo de batalla, Ezio me observaba con temor.

-Eso fue.....

-La ejecución fue válida.

-Pero poco misericordiosa.

-Mi madre y mi hija colgaban de ese árbol, y este desastre es su culpa, hizo la cama donde se echó a dormir.-Caminé hasta el centro de la batalla-. ¡¡¡¡BLOOD DRYNKA'S!!!!-grité.

   Mi padre me miró dubitativo, había vuelto a aparecer en escena, ¿dónde demonios había dejado a Faye?
    La pelea cesó. Todos los ojos estaban sobre mí.

-Hasta aquí llega este enfrentamiento-dije-, son hermanos, todos hijos de un padre contra el que han levantado vuestro puño porque esa mujer los estuvo manipulando.-Noté que Lord Valentine observó a mi padre y luego a mí, ese hombre no me gustaba nada-. Todo lo que Caín ha hecho por ustedes ha sido para brindarles protección, así mismo cuidar de los humanos inocentes de todo, hacer posible una convivencia.-Velkam asentía, mi padre sonrió orgulloso, así como lo hizo Drako-. El enemigo no soy yo, ni es el padre que compartimos, intentan separarnos porque dividir les dará una victoria segura. ¿Es necesario derramar la sangre de nuestros hermanos? ¿Es necesario que nos hagamos daño entre nosotros, que nos matemos entre nosotros? Para nuestro enemigo lo es, le estamos dando lo que quieren: violencia, sufrimiento, dolor, sangre, muerte.-Lord Valentine miró alrededor a los Blood Drynka's que seguían en pie-. Miren los cuerpos que nos rodean-hicieron lo que les dije-, son nuestra familia, nuestra raza, y a mí me ensañaron que nos protegemos entre nosotros, a nuestra gente no se le trata de ésta manera tan atroz, no nos tratamos así. No somos humanos-finalicé.

   


      

<<Lazos XII    


5 comentarios:

  1. M quedé con las ganas de conocer más de relación entre Circe y Medea.
    Que malvada que sos, me estás haciendo odiar a Frejya.
    Y ahora me pongo serio. Y lo escribo así. ¡CÓMO QUE CIRCE ESTÁ MUERTA?! Inadmisible. Revertí eso o me voy a enojar, como ya me enojé, cuando mató un ono de los mejores personajes en Hacia la Fundación. Creo recordar que la mencionaste en la historia original, así que supongo que no es algo definitivo.
    Me gustaría que revertieras eso y no te pido nada más.

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    1. Jjajajaja Mi amigo, Circe hizo un contrato de sangre con Caín, ya verás en el próximo capítulo. Y sí, ha sido mencionada algunas veces en la historia original ;)
      Sobre Circe y Medea en capítulos más adelante se irá conociendo un poco más.

      ¡¡¡Saludos!!!!

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    2. PS: Freyja se portó muy mal aquí, mal bicho fue xDD

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  2. No son humanos, sin duda, batallas en otro nivel, donde hasta la muerte puede ser un mero estado pasajero. Pero qué pasará con Faye?

    Besos dulces Ivel.

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  3. Dónde lleva los intereses?? Dónde la protección de lo que amamos??
    Te felicito una vez más, mi niña.

    Mil besitos

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