Spin-off

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sábado, 30 de enero de 2016

Agonía... *Epílogo 2*




¿Acaso estábamos destinadas a perder a nuestros seres amados a manos de él?
¿A vivir esta agonía una vez tras otra? 


Seattle, Estados Unidos...


   Amanda


     Declan me rodeaba con su brazo, aún era de madrugada. Habían pasado escasas dos horas desde que Luna me corrió de la habitación, y desde entonces él ha sido mi calma; no dejaba de acariciarme y decirme que mi hermana estaba muy dolida por la pérdida, que la comprendiera, aquello que me dijo no era lo que sentía. 
    Me aparté de él y me puse de pie, empecé a caminar de un lado a otro. Me sentía ansiosa.

-Vuelve a su lado, nena-dijo Declan.-La chica que conozco no habría salido de esa habitación.

-Quise respetar su espacio.-Mentí, quería quedarme, pero me sentí morir cuando me dijo todo aquello.

-Cuando de tu hermana se trata te vuelves vulnerable...-suspiró-,.. y al mismo tiempo, muy fuerte.

    Me crucé de brazos y evité mirarlo, Luna no era la única que me volvía vulnerable.
    La puerta del salón donde nos hallábamos fue abierta, Paloma entró y se quedó de piedra nada más verme allí. Le sostuve la mirada.



-¿Cuando llegaste? ¿Quién te avisó?-preguntó.

    Miré a Declan, y cuando me dispuse a responder, él intervino.

-Yo la llamé, señorita Strauss, vino en uno de los aviones del corporativo. Creí que era mejor opción que su padre....

-¡Esta mujer adora a mi padre! ¡Si es la santa Amanda, la hija que él siempre quiso!

   A Paloma también le hice la vida un infierno, la llevé por el mal camino manipulándola a mi antojo. Se volvió una drogadicta, fiestera que en ocasiones llegaba ebria a las reuniones familiares, o actos de la empresa de su padre. Todo por empañar el buen apellido Strauss, yo volví imperfecta a la familia perfecta. Destrocé a una buena chica, porque sí, Paloma era muy buena antes de mi llegada; hace un año más o menos que intenta sobreponerse a su drogadicción.
   Y ahora, enterarse de lo que su padre es capaz, la volverá a hundir. Es evidente que sabe la verdad de quién está detrás de la muerte de sus dos hermanos mayores, y del saboteo al avión donde iba con su madre y su adorado hermano Sebastian. Declan debió decirle.

-Lamento mucho lo ocurrido con Sebastian-dije, sobreponiéndome. Volviendo a ser la Amanda fría y altiva que ella conoce.

-No me jodas, Amy. Seguro ya le avisaste a mi papá que logró lo que quería: Sebastian murió. Y agregaste el detalle de que mamá y yo nos salvamos; y no sé qué cosa seas tú.-Miró a Declan.-Nos salvaste, no sé cómo, pero lo agradezco. Sin embargo, tampoco confío en ti, fuiste escolta de mi padre.

-No le he dicho, ni le diré a Viktor nada-dije.

   Paloma me escaneó con la mirada.

-Ya hasta me da igual lo que hagas o dejes de hacer.-Volvió a mirar a Declan.-Me debes una explicación,-le dijo-aún no me has dicho a detalle por qué mi padre se quiso deshacer de nosotros. Cuando tengas tiempo para mí búscame.

-¿Y tu madre?-pregunté antes de que saliera.

-La sedaron, eso de perder dos hijos en un período de tres, cuatro días más o menos de diferencia entre una muerte y la otra, puede llegar a volverte loca.-respondió, su forma de llevar la muerte de sus hermanos era irónica. Yo no la veía deshecha, y es que no le ha dado tiempo de llorar a Nick, y ahora pierde al hermano al que más apegada estaba.-Por cierto, ¿alguno sabe dónde se encuentra Luna?-preguntó.

-Está en la habitación donde yace Sebastian-contesté, sentándome en otro sillón.

-Vengo de allí, y no está.

   La miré, y Declan se levantó.

-Yo la dejé en esa habitación hace como dos horas, Paloma-aseguré.

-Pero no está, si vine hasta acá fue para ver si la encontraba. La he buscado por todas partes.

   Entré en pánico.

-Declan....-musité, levantándome del sillón de un salto.

    Él salió casi corriendo, y yo fui detrás de él.
    Preguntamos a los guardias de seguridad, a todo el que en ese momento habitaba Escala, y no hubo nadie que nos dijera que la vio salir. 
   Declan dijo que las cámaras debieron captar el momento en que se marchó, así que empezó a revisarlas por medio de su portátil. Los vídeos mostraban a todos menos a ella; eso me desesperó aún más.
    
-Esto es una pérdida de tiempo-dije, caminando hacia la puerta.

-Amanda, espera....

-¡¿Esperar?! Mi hermana acaba de perder al hombre que más ama, y está allá afuera, desolada, perdida, ¿y a ti sólo se te ocurre decir que "espere"?

    Declan soltó un suspiro.

-No me dejaste terminar: Espera, iré por mis llaves, voy contigo.

    Me sentí apenada, pero no lo di a demostrar. Salí antes que él.
   Me alcanzó en el elevador.

  Afuera hacía mucho frío, y se oían fuertes truenos, se aproximaba una tormenta. 
    Yo no dejaba de mirar por la ventanilla por si llegaba a verla caminando, o sentada en algún sitio. Era jodido mirar caras y caras durante toda la mañana, y no encontrarla a ella; entramos a sitios que mi hermana hubiese frecuentado de vivir allí. Pero no, no estaba en ninguna parte, se la había tragado la tierra.
    Y para colmo de males había empezado a llover.

-Aún no entiendo cómo evadió a los guardias y las cámaras de seguridad-comenté, sin dejar de observar las calles. Atenta a cualquier indicio de ella.

-Deberías estar orgullosa.-Por primera vez en horas aparté la mirada de la ventanilla, y lo observé a él, sorprendida por lo que dijo.-Después de todo es tu hermana pequeña; debe ser algo de familia el saber cómo y a dónde huir.

-¿Te burlas de mí, Declan?-inquirí, fulminándolo con la mirada.

-No me burlo, mi Lluvia-dijo con dulzura.-Debes reconocer que Luna hizo un buen trabajo escapando, esos guardias de seguridad fueron entrenados por Sahar y por mí, son la élite. Y Luna, sin ningún tipo de entrenamiento, los evadió a todos, además, contando las cámaras.....-Él sí parecía orgulloso, como si estuviera hablando de un gran logro de su hija.-Admítelo-agregó.

   Resoplé.
 Declan llamó a Draco y a Faye, cada uno guiaba a un pequeño grupo de búsqueda. Él les había dado una orden: no regresar hasta encontrarla y quien la encontrara avisaría a los demás. Lo hizo antes de alcanzarme en el elevador.
   En cuanto colgó empecé a hablarle de las malas nuevas. Le conté lo que Viktor dijo en la rueda de prensa, no le sorprendió. Pero sí sabía que eso le acarrearía problemas al mundano, fue como lo llamó.
   
-Huele a guerra, y si ya han mantenido una, bastante fuerte aunque sutil. Lo que se viene será grande-comentó aparcando frente a Escala.-Tu padre está en Providencia, así que no está enterado de lo que hizo Viktor, Providencia es un lugar que nos mantiene alejados y a salvo de los problemas humanos, la violencia, las guerras. Allí somos ignorantes de lo que ocurre aquí afuera, Él lo decidió así.

-Me alegra que seas tú quien toque el tema, porque nunca mencionaste que trabajabas con Cassul.

-Amanda...

-No quiero hablar sobre eso ahora, Declan, mi hermana está perdida; quiero enfocarme en hallarla.

   Él asintió.

-Es por eso que regresamos aquí, Draco la encontró-informó.

   Respiré aliviada, y bajé del coche bajo la tormenta que se había desatado.
      Entré al elevador, antes de que las puertas se cerraran entró él. Subimos directo al apartamento, apenas llegamos y las puertas se abrieron, corrí al salón donde Declan y yo estuvimos horas antes.
     Draco salía en ese momento.
      
-¿Dónde la encontraste?-le preguntó Dec mientras yo entraba.

     Luna estaba abrazada a Faye, le estaba picando la cara con el dedo índice.

-¿Está....

-¿Ebria? Sí, lo está. Cuatro botellas....

-Tresymedia, linda y pequeña mentirosa-la corrigió Luna.-HolaAmandaAmanda... ¡Manda! Eres Grande, AmandaAmanda...

      Casi me parto de la risa. La contuve, no era momento.

-Ella no bebe alcohol.

-Pues lo hizo, eso sin contar que casi se lanza de un...de un... de un puente.... ¡Basta ya, Luna!-Mi hermana seguía picándola con el dedo.

      Esa información me hizo sentir mal, en cuanto Declan entró le pedí que la llevara a una habitación.

-Estaré con ustedes en un minuto-susurré.

     Los vi andar por el pasillo, Luna empezó a fastidiarlo y no hice más que reír por lo bajo. Pude oír cuando canturreó: Declan y Amanda sentados en un árbol... B-E-S-O
    Me quedé un instante allí porque necesitaba procesar lo que acababa de ver y escuchar: Luna estaba ebria. Luna quiso matarse.
   No podía creer que estuviera borracha, ella no hace esas cosas, no es auto destructiva. No intentaría hacerse daño, no buscaría suicidarse, lo sé.
     Esta fue la gota que desbordó el vaso. 
   No quiero ni pensar en lo que haría si llegara a pasarme algo.

-Eres una gran hermana mayor, ¿no crees?-comentó Faye, sarcástica.

-Cierra la boca, zorra.

    Me encaminé a la habitación donde Declan tenía a Luna, no fue difícil hallarlos porque Luna estaba canturreando. Yo me quedé en silencio a la puerta, no la abrí porque paró de cantar y dijo algo.

-Tuve tres papás... Así...-Entreabrí la puerta con sumo cuidado para que no notaran mi presencia.-Mi papá biológico, que no es más que un hijo de perra que nos abandonó... Mi papá Gaspard, que se quedó con mi mamá y nos cuidó y murió intentando protegernos a mi hermana y a mí... Y mi papá Diego Giraldo, ¡el mejor papá del mundo mundástico!-Luna, ¡ay mi niña!-Mi papá Diego también murió...protegiéndome de la gente mala.-La tristeza se sintió en su voz.-Y mi hermanita adoptiva, tan pequeñita, también murió.... Todo lo que me rodea es muerte, muerte, muerte. Debería casarme con ella.

   Calló por un rato, pude ver la triste y a la vez tierna mirada que Declan le dedicaba. Estaba sentado frente a ella en la mesita de centro, Luna se encontraba en un sofá de espaldas a la puerta.

-Mi mamá adoptiva y Maura decidieron que debía ir al otro lado del mundo, y ¿qué me esperaba allí? El hombre más maravilloso que he conocido... Maravillosamente bueno en la cama... Pregúntale a Amanda, Declan....-Declan rió, y ella también.-Follaba tan bien..-Es imposible que le esté diciendo eso a Dec, y él sólo escuchaba y no parecía avergonzado.-Y me entendía, me sabía.... A veces soy idiota, y complicada, y él me tuvo paciencia.... Y entonces resulta que mi hermana mayor estuvo casada con él....-Luna apuntó a Dec con su dedo índice.-¡Amanda también se acostó con él! Eso debe ser considerado incesto.... ¿Es considerado incesto, Dec?

-¿Te estás escuchando, Luna?-preguntó Declan, sonriendo muy dulce.-Es una tontería.

-¡Estoy ebria! ¿No es lo que hacen? Es la primera vez que me embriago... No me leí el manual.-La última frase la dijo cantando.

      Entré.
       Declan se levantó, lo tomé por sorpresa.

-También dicen muchas verdades-dije.

-¡Amanda!-exclamó Luna.

-Cariño, vamos a la cama, tienes que descansar.-Me incliné para ayudarla a ponerse de pie, ella empezó a darme besos en la mejilla.

-Te amo heeeermana...-dijo.

-Y yo a ti, vamos a la cama.

-No estoy cansada, Ame. Nononono....

-No te comportes como una niña, vamos, cielo.-Empezó a apretarme la nariz, me reí. Tenía su brazo izquierdo rodeando mis hombros, pero había empezado a andar hacia la cama.-Ya Luna...-reí.

-Se bebió cuatro botellas de....

-¡Joder! ¡Qué fueron tres y media! Estoy ebria, pero sé contar.

     Se sentó en la cama, le ayudé a quitarse los zapatos.
    Declan anunció que tenía cosas por hacer, pero entendí que quería dejarnos a solas; después de un momento amargo como el que pasamos cuando llegué, esta actitud de ella debía de ser producto de aquello mezclado con la gran pérdida que acaba de sufrir. Y lo corroboré cuando me levanté, di media vuelta diciendo que la dejaría dormir, mi hermana se aferró a mi brazo.
    Me paré frente a ella. Luna me rodeó la cintura con sus brazos.

-No te vayas-susurró.-Por favor quédate, no quiero estar sola, ya no más. Eres lo único que me queda... Por favor, por favor yo no quería decirlo, no quería, no quería, no me odies....-lloriqueó. Me senté a su lado y la abracé.-Me duele, Ame.... 

-Lo sé, cielo. Lo sé....

       ¿Qué podía decirle
       Verla sufrir.... No, yo no quiero esto para ella.
      Era lo que quería evitar, el dolor, y el odio. Ahora ambos estaban creciendo en mi pequeña; me gustaría estar equivocada.
      Se durmió mientras le tarareaba esa nana que le cantaba de niñas, comencé a idear una manera de llevarla lejos donde pudiera estar tranquila. Pero allá donde vayamos nos iban a encontrar, lo sé.
      Mi móvil vibró, vi el nombre de Maura. Lo apagué, le hablaría después.
      Luna se movió un poco, de pronto se levantó y salió corriendo al servicio, fui detrás. La encontré arrodillada ante el retrete vomitando, me agaché a su lado, sostuve su cabello; creí que esta sería la última actividad que mi hermana y yo tendríamos juntas, sobretodo porque Luna no bebe alcohol, en todo caso ella estaría en mi posición. 
   Pasé mi mano por su frente y sentí algo fuera de lo normal.

-Tienes temperatura, cielo.

    En cuanto acabó la llevé de regreso a la cama. Y la arropé.
    Al ver a Declan entrar llegué a pensar que me había leído la mente porque ya iba a salir a buscarle.

-Tiene mucha fiebre, Dec.

   Luna estaba temblando bajo las mantas; Declan se le acercó y le tomó la temperatura con el dorso de la mano, tras eso se dirigió al baño, escuché el agua correr. Cargué a Luna, él venía saliendo y me la quitó de los brazos, lo seguí al baño.
   Metió a Luna en la bañera con cuidado, apagó el grifo cuando estuvo llena.
    Me arrodillé al lado de la bañera, Luna me miró. Tomé la mano que me extendió, y la apreté un poco.

-Me siento muy mal, Ame...-dijo con voz ronca.

-Shhhhh, relájate, mi niña.

   Cerró los ojos.

-A que no pasa nada, Ame-susurró. 

    Sonreí porque era la misma frase que decía cuando era una niña, a veces sólo era: A que todo estará bien. Pero la que más repetía era aquella que dijo en ese susurro.

-No, mi cielo, no pasa nada-respondí como siempre lo hacía.-Todo estará bien.

    Yo haré que todo esté bien.

     Su temperatura volvió a la normalidad poco a poco.
   Declan la sacó de la bañera, yo me encargué de secarla y cambiarle la ropa. Él fue a por unas prendas de vestir a la habitación de Sahar, trajo todo lo necesario; sonreí al ver las braguitas negras.
     Luna se mantuvo consciente mientras la vestía, luego la ayudé a meterse a la cama. 
     Durmió lo que restaba de la noche.

-Hay una herida demás en el cuerpo de Sebastian Strauss-dijo Declan, hablaba por lo bajo para no despertar a mi hermana.-Yo disparé dos veces y sabía con exactitud dónde herirlo y que pareciera grave. Esa tercera herida no la provoqué, la tercera bala no la disparé yo.

-¿Luna lo sabe?

-No he podido decirle aún. Pero esa bala quedó alojada en el corazón, es una suerte que el chico no muriera al instante.

    Alguien quería asegurarse de que Sebastian muriera.

-¿Tienes alguna idea de quién pudo haberlo hecho?

-Piotr....

    Luna se estaba sentando en la cama, fui a su lado.

-Necesitas descansar-la reprendí.

-¿Escuchaste lo que dije?-me preguntó.-Fue Piotr-repitió, convencida.

-¿Cómo estás tan segura de eso?-inquirió Declan.

-Él llegó poco después, fue el único que vino hasta donde estábamos Bastian y yo. Sabía exactamente dónde nos encontrábamos.

-Y no recuerdo haberlo visto después de salir de la capilla, cuando se le iba a dar la sepultura a Niklaus-dije, pensando en ese detalle. 

-Fue él, fue Piotr.-Luna había vuelto a recostarse.

-Bien-soltó Declan, sacando un arma que llevaba al cinto.-Sólo hay una forma de averiguarlo.



    Tomé sus manos entre las mías, y le quité la pistola.

-Aún no, te necesito aquí conmigo, y con ella-le dije por lo bajo.

    Escuché un movimiento a mis espaldas, y cuando me giré, vi que Luna intentaba ponerse de pie. Se tambaleó un poco.
    Le dije que aún no podía andar por ahí, tenía que desayunar algo, la fiebre de la noche anterior la dejó muy débil. Ella se sentó al borde de la cama y se cubrió la cara con las manos.

-Te lo dije-sonreí, cruzando los brazos.

    Ella se descubrió el rostro y sonrió también.

-Estoy bien, Amanda, mira lo radiante que me veo con esta ropa oscura, captaron el verdadero sentido del luto. Además me muero por tener esa cosa en mis manos y volarme la cabeza de un tiro.

    
      Se volvió a levantar y salió de la habitación, con esfuerzo.
       Levanté el arma y la apunté con ella, pero Declan me la quitó.

-Si yo no puedo usarla, tú tampoco.

-Sigue odiándome, ¿por qué tiene que comportarse así?

-No te odia, está quemando etapas, su comportamiento es muy normal dado lo que está pasándole. Todos tienen una forma distinta de sobrellevar el luto, ella aún no ha aceptado que Sebastian está muerto, intenta parecer normal y no se da cuenta de que está lastimándote.

    Puse los ojos en blanco, odio cuando cree que tiene razón.
    Yo sabía a qué  lugar iría Luna, así que seguí sus pasos hasta la habitación donde reposaba el cuerpo de Sebastian. Sin dudarlo entré, aunque no quería ver en mi hermana la misma reacción del día anterior. 
      La vi de pie ante un féretro, puso la mano sobre él.
      Declan debió encargarse de esto por pedido de Paloma, ¿será posible que ya hayan arreglado la fecha del funeral?
    
-Debemos hallar a Sahar y traerla de vuelta-dijo con una voz gélida. No la interrumpí, esperé a que prosiguiera porque sabía que no había terminado.-El plan se cancela, no me apetece que Viktor muera por su mano-agregó.-Quiero que lo destruyas, quiero que le quites el poder que tanto ama tener, que lo dejes en la ruina, sin un céntimo...-Allí estaban: la ira, el odio.-Y cuando todo se le acabe, cuando ya no le quede nada, quiero que me dejes estar en primera fila cuando empiece la verdadera tortura. Quiero ser quien haga el primer corte, quiero que sienta miedo, dolor, que agonice días enteros. Quiero que sane y volver a iniciar para que sienta la agonía que sintió su hijo, la agonía que siento yo, la agonía que siente la madre, la hermana... Y con la que has vivido todos estos años.
         
   Di media vuelta sin replicar, y salí de esa habitación.

    


        Hemos perdido bastante...
       Cuando has crecido en el Infierno 
       Cuando lo llevas dentro de ti, quemando de odio tus entrañas
       basta un segundo de dolor para exteriorizar(lo) e ir en contra de los monstruos que te pusieron allí en primer lugar..
       Y yo no jugaría a ser el Diablo. Ya no más... 
     Estaba agotada...
     Además...
     No se necesita jugar a ser alguien..... que ya se es.
      

    


     


    





sábado, 23 de enero de 2016

Alma en Duelo....



El odio puede cegar al corazón más noble...




   Madrid, España....


   Amanda

      
    Apenas Viktor terminó de hablar volvió a la oficina donde estuvimos antes. Piotr se encargó de contestar las preguntas de la prensa, yo me retiré del lugar con Vit, les pedí a Enrique y a Maura que la llevaran al departamento de Sebastian, los alcanzaría luego. 

    Miré la hora que marcaba el reloj de mi móvil, en punto de las 11. Quedé preocupada por Luna así que le envié un texto, tardó en contestar pero cuando lo hizo dijo que estaba bien, y preguntó cuando podía alcanzarme. Se suponía que Faye la traería esta noche, pero tras esto le convenía quedarse un poco más, escondida.

   "Espera un poco más, yo te aviso. Viktor cometió una estupidez."

     Le respondí. Luna no se hizo esperar.

    "¿Qué hizo? Yo preferí no oír sus declaraciones."

     Imaginé que no lo haría. Mientras le escribía me encaminé a reunirme con Viktor.

    "Culpó a nuestro padre biológico de la desgracia que cayó sobre su familia, se victimizó. A éstas alturas el mundo entero debe estar despotricando contra nuestro padre; luego te marco, Luna, tengo que hablar con Viktor. Te amo, cariño."

     Su respuesta fue inmediata.

   "Te amo."

     Era un cielo, no estábamos pasando por una buena situación, pero estos instantes familiares nos evadían de todo lo malo.

     Entré al despacho, Viktor bebía un vaso de bourbon. Se había
quitado la corbata y tomó asiento en un sofá, sonreía complacido; yo quería borrarle esa sonrisa de dicha, de calma.
    
-No comprendo, yo te ayudé a entablar relaciones con Vladimir Bélikov para que tu compañía y la de él se unieran, ¿entonces por qué lo culpas de lo que pasó con tu familia?

    Viktor dio un sorbo a su bebida.

-Te lo mencioné antes, Vladimir tiene tratos con terroristas, SaharGlobal., es un conglomerado manejado por terroristas, hassassin. Y nuestras investigaciones con respecto al Immortal están dando frutos, y lo relacionan con ésta gente-explicó, disfrutaba darme cátedra.-Líder y Señor, Bélikov es uno de sus vasallos. 

     Si supiera que Vladimir Bélikov es en realidad el Immortal....

-Matthew debió hablarte de eso, después de todo eres su sucesora-agregó, dando otro sorbo.

-A veces se calla algunas cosas.-Me puse de pie, dando un vistazo a mí móvil.-Nick estaba haciendo averiguaciones en tu nombre, por eso estabas tan interesado en crear un vínculo entre ambas empresas, para tener pleno acceso.-Escuché un ajá. Todo eso yo ya lo sabía, pero debía actuar, debía asegurarme de seguir en mi papel.-¿Por qué enviar a tu primogénito? Sabías que si Vladimir se enteraba de tu plan, Nick moriría.

-Niklaus comenzaba a flaquear, no era material para formar parte de nuestra Sociedad.

-Entiendo.-Lo mató porque no le servía. Maldito sea.-Lo que ocurrió en el funeral, y el avión....

-A veces hay que sacrificar ciertas cosas, Amy, por un bien mayor. Tratamos de proteger nuestros intereses, y al mundo, grábate eso; estamos haciendo un bien, estamos trabajando por un bien mayor.

   No quería verlo a la cara, e imaginé su grotesca y altiva expresión. Sentí ganas de vomitar.

-¿Sacrificaste a tu familia para destapar ante el mundo lo que se oculta detrás de SaharGlobal? ¿Y qué pasa si se equivocan? ¿Qué pasa si Vladimir no tiene qué ver con terroristas?

-Habremos ensuciado su nombre, y se vendrá abajo, y con ello toda esa parafernalia filantrópica del señor Bélikov. El hombre se cree un Dios bondadoso, nos ha dañado varios negocios, aquí no hay lugar para eso, intentamos construir algo perfecto y él nos lo está destruyendo.

-Algo perfecto para ustedes, porque la gente no se ha beneficiado, lo único que han logrado es que hayan guerras, enfermedad, la muerte es lo único que veo a mi alrededor, un mundo en decadencia por vuestras acciones.....-Cálmate, me dije en silencio al darme cuenta de lo que estaba saliendo de mi boca.

    Sentí su mano en mi hombro.

-¿Qué pasa, Amanda? Tú creciste con éstas enseñanzas, debemos hacer que el número de personas disminuya, debemos controlarlos; tal vez seas tú quien nos guíe.-Me di la vuelta para verlo a los ojos, sonreí.-Cada poder es nuestro, tenemos gente en todas partes, esto podría convertirse en tu reino; no confío en Lucrecia, y con el respeto que se merece tu padre, no creo que sea el apropiado para liderarnos.-Me cogió de las manos.-Tú estás más capacitada, eres inteligente, segura...

   Este imbécil cree que no sé lo que trama. Como tampoco sabe que todo lo que está diciendo puedo usarlo en su contra, terminarán comiéndose vivos ellos mismos.

-Me has hecho pensar en eso, Viktor. Gracias por verme así, por confiar de ésta forma en mí.

-Seré tu fiel sirviente si decides tomarme la palabra, eres grandiosa, Amanda.

    Rompí el contacto de sus manos en las mías, cogí mi bolso.

-Debo marcharme, estoy cansada, tanto ir y venir no me hace bien-dije, dirigiéndome hacia la puerta.-Qué esto quede entre nosotros, Viktor.

    Él asintió.

    Salí, cerré la puerta, y podría apostar a que el muy canalla quedó convencido de que su manipulación sobre mí funcionó. Conozco cada uno de los pasos que da, meterme esas ideas en la cabeza para ponerme en contra de Matty, no dudaría que la verdadera Amanda, con lo frágil que era sí habría accedido al momento. Habría sido manipulada por Viktor con mucha facilidad, pero no seré su títere, la cosa era al revés.
   Yo movería los hilos.

    Cogí uno de los coches que estaban disponibles en la compañía para sus ejecutivos, y me puse rumbo al apartamento de Sebastian. En el camino le marqué a Declan para que al menos me dijera dónde coño se había metido, le dejé un mensaje en el buzón de voz.


  


     Comenzaba a calar en mí la misma preocupación que Luna sentía por Sebastian, pero no sólo por él, sino por Dec; comprendía a Luna. Entrené para mantener mis emociones en frío, la cuestión era que Dec removía eso y más. Si algo le pasara yo....
     Aparqué el coche en cuanto llegué, subí al apartamento y encontré a Maura y a Enrique, viendo el noticiario.

-Viktor está en todas partes-dijo Enrique.

-Era de esperarse, es como ver a dos titanes enfrentándose.-Fui a la cocina, me serví un vaso de agua y regresé al salón.-¿Y Vit?

-Está dormida, no te preocupes-respondió Maura.

    Viktor dejó de ser noticia en ese instante, le pedí a Maura que le subiera más volumen cuando vi las imágenes que mostraba el noticiario.
    Un hombre colgaba del cuello desde uno de los edificios pertenecientes a los Zarazúa, la familia de Enrique.

-....no se sabe con certeza quién es la víctima, pero esto nos recuerda a lo ocurrido con el hijo mayor de la familia Strauss, quien fue hallado de la misma forma en uno de los rascacielos en Nueva York....

    Joder.

-Hay amenaza de bomba, ¡retírate!-gritó la narradora que estaba en el lugar de los hechos.

    Lo próximo que se oyó fue una explosión, y se perdió la comunicación. Volvieron a los estudios.

-No puede ser-dijo Maura con un hilo de voz. 

-Amanda....

-Yo no planeé eso, Enrique, odio a tu hermana pero eso que viste no es obra mía.-Me defendí con serenidad.

    Cuando me giré para ir a la cocina y poner el vaso en su lugar, casi me doy de bruces con Faye.

-Tú vienes conmigo ahora.

    Me cogió del brazo, y sentí como todo alrededor giraba muy rápido, tanto como bajo mis pies. Al tocar tierra firme, me mareé.

-¡No vuelvas a hacer una cosa así!-exclamé. La vi desmayarse, pero sin llegar a caer al piso, pues un hombre la cogió al vuelo.

-Amy.

      Al oír esa voz me estremecí de pies a cabeza. Dentro, mi corazón palpitó con fuerza y mi alma, allá escondida, arrinconada donde estaba, se levantó y sonreí. Volví a la vida.
     Sin embargo, me mantuve calmada, fría y así me di la vuelta. 



 -Creí que habías desaparecido de la faz de la tierra. ¿Dónde estoy por cierto?

-Norteamerica, en Seattle-respondió, en su mirada reconocí la luz que él ve en mí. 

   Sus ojos brillan al verme, al igual que los míos cuando lo tengo frente a mí; algo que no puedo controlar. Me delato sola.
    
-¿Dónde está Luna? Si no acompañó a Faye a buscarme es porque está aquí, ¿no?-Dec bajó la mirada, y mi corazón dio un vuelco.-¿Declan?

-Tu hermana está con Sebastian Strauss.-Dio un paso hacia mí, yo di uno atrás porque intuí lo que ocurría.

-¿Murió?-dije, controlando mi voz para que no se quebrara.

    Dec asintió, y enseguida pregunté dónde lo tenían, dónde la encontraría a ella.
     Él me guió por un pasillo hacia una habitación de dos puertas; fui quien abrió, y la escena que vi rompió el suelo bajo mis pies, y terminó de destrozar lo que ya de por sí estaba roto dentro mío.
    Luna lloraba sobre el cuerpo inerte de Sebastian, cerré las puertas, y caminé en su dirección; la vi levantar la cara, y acariciar muy quedo la de él. Se veía tan pequeñita, lejos estaba la Luna del desayuno, la que reía a carcajadas; ésta era otra, mi niña.

-Hermana-susurré.

    No me miró, seguía observando a su amado.

-Hermana yo....

-Era un hombre estupendo, y tú le destrozaste la vida.-Mis oídos no daban crédito a lo que habían escuchado.-Le quitaste a un hijo que él seguro habría amado, porque estuviste embarazada de él y mataste a un ser nonato. ¿Qué tan diferente eres de Viktor?-Eso me dejó devastada.-No te quiero aquí, vete.

-Luna.-Le puse la mano en el hombro.

-¡No me toques!-exclamó rompiendo todo contacto.-Vete, su muerte no te duele.... Nada te duele. Lo habrías matado también. Déjame sola.

      Hice lo que me pidió, salí e inmediatamente me eché a los brazos de Declan.
    
-Me odia...-susurré, me volví menuda en sus brazos.-Me odia...

-Entiéndela, está en un proceso, es sólo una fase de ese dolor que la acompaña.

-Tú no la viste... no la oíste...

-Amanda, no te odia.-Me apartó un poco, y me miró a los ojos.-Fue ella quien pidió que te trajeran. Dijo: "Trae a Amanda, la necesito a mi vera, ahora más que nunca necesito a mi hermana."

     Me quedé helada, la reacción de Luna no fue de alguien que quisiera tenerme cerca. Sin embargo puedo comprenderla, y sentir su dolor. Sentirlo muy mío.
      
















viernes, 22 de enero de 2016

(Des)Equilibrio...



Principado de Asturias....





    Me sentía en la cuerda floja, a punto de caer en cualquier momento.
  Sebastian.... ¿Dónde puedes estar?.... ¿Dónde, amor mío?...
    Mantuve la fortaleza frente a mi hermana pero ya no podía más, sentía que me habían arrancado el alma. Ignorar su paradero me está volviendo loca, estoy hecha trizas.
  Cuando creí que lo perdía a causa de las heridas provocadas por aquellos disparos Declan aseguró que no moriría. Y ahora su maldito padre manda a derribar el avión donde lo trasladaban para salvarlo.
   ¿Qué puedo hacer? Es como si yo lo hubiese matado.... Todo ha sido mi culpa.
   Me faltas, Bastian. Me faltas aquí, a mi vera...en mí...

-¿No vas a ver las noticias?

   Limpié mis lágrimas. Hacía sólo horas que conocía a Faye, si no me gustaba llorar frente a conocidos, mucho menos frente a ella.

-Si le veo la cara a Viktor querré matarlo, y como lo más cercano a eso es romper la televisión.... ¿Si me captas?-dije sin volverme.

   Me había traído de vuelta a la casa de Sahar, yo la dejé sola en el salón y me encerré en el dormitorio de mi gemela. Necesitaba llorar de la impotencia por no poder hacer nada, por no saber nada de Bastian.

-He intentado comunicarme con Declan, pero no lo percibo, eso no quiere decir que esté muerto.-Se apresuró a agregar.

-No puede estarlo, porque si lo está significará que Bastian también.-Odiaba pensarlo siquiera.-¿Cómo puede haber gente así de despreciable? ¿Qué clase de bestia asesinaría a su propia familia?-Hice silencio, reflexionando sobre mis preguntas. Bajé la mirada.-Creo que aún soy muy inocente. No termino de entender la magnitud de la maldad en este mundo.

   Faye sonrió, la oí.

-Me parece estar escuchando a Sahar-susurró. Me di la vuelta, Faye tenía una sonrisa dulce dibujada en sus labios, otra vez pensaba en ella.

    Yo necesitaba distraer mi mente de todo lo demás, así que le pedí que me hablara de mi, hasta entonces, desconocida hermana gemela. Faye accedió, y por mi cabeza pasó la posibilidad de que le caía bien sólo por mi parecido físico con su chica. 
   
-La primera vez que la vi se encontraba de pie al lado del trono de tu padre, en Aleinayat al'iilhia. Aunque, de algún modo, fue mucho antes de eso; soñé con ella muchas veces, llegué a pintarla, y a percibir su perfume...-Faye viajaba en sus memorias, sonreía mientras hablaba de Sahar.-...nosotros creemos en llamados ancestrales, el alma no muere, es posible vivir muchas vidas y nosotras las hemos vivido juntas. Así como Sebastian y tú, como Declan y Amanda.

    Yo creía en esas cosas.

-Recuerdo que llegué sedienta y hambrienta, muchas semanas después del funeral de mi familia. Al cual asistí a escondidas...-prosiguió con amargura.-Tu padre no me quería aceptar en su mundo, la única forma era pelear con él y ganarle; yo no sabía nada de peleas, me defendí como pude, Sahar salió después de unos minutos, y yo fui atravesada por la espada de Cassul.-Me eché hacia atrás de la impresión, me encontraba sentada en el sofá, ambas habíamos salido al salón.-Aún tengo la cicatriz, justo aquí.-Señaló su abdomen, de lado izquierdo.-Me llevaron a una prisión a la que llaman Gehena, allí estuve agonizando por un par de días hasta que ella apareció y me sacó sin el consentimiento de su padre....

   ...Me ayudó, me dio de comer hasta que estuve fuerte, o cerca de eso.-rió.-Le pregunté por qué iba en contra de los deseos de su padre, ella tan sólo respondió: "No conozco a nadie que haya sobrevivido a la espada de mi padre, he presenciado tu lucha por sobrevivir pese a todo lo que perdiste. Me resultas... Fascinante..."

    La mirada de Faye se volvió dulce, debía ser su recuerdo favorito.

-Nos volvimos muy cercanas, Sahar no es fácil de llevar créeme, pero cada momento a su lado me hace amar la vida. Y a ella.

-Se nota lo mucho que la amas, hablas de ella de un modo muy bonito, sentido.

-La siento, Luna. Y la sentí antes de tenerla a mi vera, tiene una hermosa inocencia que te invita a.... A veces no sé si la finge o es así de verdad.-Volvió a reír.

    No crecí con Sahar, pero saber que tiene a alguien que la ama así, profundo y sin condiciones, devuelve un poco de paz a mi alma.
    Pero esa paz no se reflejó en mi rostro, no, porque no puedo fingir el no estar ansiosa, no puedo fingir pasarla bien, no puedo.... Tenía un nudo en la boca del estomago, y el corazón en un puño.

-Yo aquí hablando de la persona que amo, y tú sufriendo por tu persona amada.

-Estamos en la misma situación, aunque vuelvas a cerrarte evitando decir en voz alta que estás pasando por el mismo dolor que yo.

    Anduvo por el salón en silencio, se detuvo en el bar y se sirvió un vaso de alguna bebida que no supe identificar; ni siquiera alcanzó a beberla, lanzó el vaso contra la pared. Me levanté de un salto, y me acerqué a ella.

-No quiero que le pase nada-dijo, la voz se le quebró.-Sé de lo que Viktor es capaz, y sé cómo actúa Sahar pero está sola y....

   Reconocí ese silencio y esa mirada, como cuando Lucrecia nos visitó el día antes. 

-Ve al dormitorio, y no salgas hasta que yo te diga.

-Pero...

-¡Has caso, Luna Giraldo!

    Volví a la habitación e hice el mismo procedimiento de antes, dejé la puerta entre abierta para mirar. Pero al momento escuché unos golpes, salí de inmediato y encontré a Faye dándole de patadas a un hombre, de repente lo cogió del cuello y lo levantó.

-Ahora mismo me vas a decir adónde llevaron a la chica-le preguntó.

-¡Faye, suéltalo!

-Es uno de los matones de Lucrecia-dijo, girando la cara en mi dirección, pero sin dejar caer al sujeto. Me sorprendió su fuerza.-Seguro vino a registrar la casa por órdenes de ella. Y es seguro que sabe dónde queda esa ciudad en el mar donde la tienen, así que no me digas que lo libere, porque hasta que no me dé respuestas...-Miró al chico y agregó:-...no se va.  

    La vi entrar en una habitación distinta, la seguí preguntándole a qué ciudad sobre el mar se refería, y me dijo que Sahar había hecho contacto con ella la noche anterior, la única pista que le pudo dar fue esa: una ciudad en el mar.
   Cuando me di cuenta de dónde me hallaba, lo de la ciudad sobre el mar pasó a segunda instancia. Era un cuarto lleno de aparatos para torturar, olvidé sentir miedo porque la blonda empezó a encadenar al desconocido a la pared, le abrió la camisa. Cogió un cuchillo, y sin dudarlo ni un segundo, le hizo un corte en el pecho.

-Faye no hagas esto.

-Habla, ¿qué buscabas aquí? ¿Qué te envió a buscar Lucrecia?-interrogó, sin prestar atención a lo que yo le decía.

    El hombre apretó la mandíbula.
    Faye hizo dos cortes más, esta vez la profundidad fue mayor porque él gritó. Pero se negó a hablar; Faye volvió a usar el cuchillo en las muñecas del hombre.

-Será mejor que hables, perro faldero, puedo ver haces lo que haces para mantener una familia.

-Faye, déjalo...

-¡NO!-gritó. Giró y me apuntó con el cuchillo.

-Estallar....-dijo el hombre, a duras penas. Faye lo miró-Me ordenaron.... hacer estallar este lugar... como adverten...cia...

    La rubia volvió a girarse, y me miró hastiada.


-Y así de lindo cantan los pajaritos.-No vi venir lo siguiente, Faye le clavó el cuchillo en el abdomen.-¡¿Dónde está esa maldita ciudad?! El lugar donde llevaron a la chica que se parece a ésta.

-De eso no....no sé na...da...

-Mientes.

-No está mintiendo, si lo supiera te lo habría dicho, Faye. Contrólate.

    Faye le hundió el puñal más aún, y ahí lo dejó.
    Salió de la habitación; intenté bajarlo, cuando lo logré me di cuenta que aquél hombre no resistiría mucho más.
   Fui detrás de Faye.

-No puedes hacer esto, está muriendo.

-Ya lo hice, y no me arrepiento. Inocente no era, Luna, ¿a cuántos no habrá asesinado por órdenes de Lucrecia y compañía?

    Me dejé caer en el sofá, volvía a sentir ansiedad.
     Cogí mi móvil de la mesita que estaba delante de mí, revisé y tenía un texto de Amanda. Lo abrí.

   "¿Cómo te sientes?"

     Se fue preocupada, no supe disimular delante de ella esta mañana, aunque hice un esfuerzo fue en vano porque lo notó.

     "Estoy bien, te lo prometo. ¿Cuando puedo alcanzarte?"

     Ella me respondió de inmediato.

    "Espera un poco más, yo te aviso. Viktor cometió una estupidez."

   Busqué a Faye con la mirada.

   "¿Qué hizo? Yo preferí no oír sus declaraciones."

   "Culpó a nuestro padre biológico de la desgracia que cayó sobre su familia, se victimizó. A éstas alturas el mundo entero debe estar despotricando contra nuestro padre; luego te marco, Luna, tengo que hablar con Viktor. Te amo, cariño"

   "Te amo.."

   Faye salía de la habitación de Sahar con otra ropa. Y antes de poder decirle algo un hombre rubio apareció de la nada, caminando por el salón.

-¿Draco?-dijo Faye.

-Declan me envió.-Me levanté, escuchar aquellas palabras fue como música para mis oídos.-Cassul está en Aleinayat al'iilhia, así que aún ignora lo que el mundano de Viktor Strauss dijo así como ignora que has puesto a Sahar peligro.

    El recién nombrado Draco me observó.
    Sus ojos grises mostraban severidad, tenía un aire de altivez que no me agradó.

-Ella es Luna Giraldo.-susurró Faye.

-El Alquimista me puso al tanto de todo, vine a buscarte.

-¿Dónde está?

-En Seattle, Escala.-respondió, y aunque yo fui quien preguntó él se dirigió a Faye.

-Yo tengo que ocuparme de algo, te la encargo.-Le lancé una mirada de desconfianza.-Él es de fiar, te llevará con Sebastian, ¿no es eso lo quieres?-dijo.

   Draco se acercó a mí, me extendió una mano, sentí el corazón latir con fuerza por primera vez en días. Alcancé su mano, y de nuevo experimenté la sensación de querer vomitar; era definitivo, esta forma de transportarse no es para mí.
    Al sentir el suelo bajo mis pies me aparté de él. Lo vi bajar la cabeza, evitaba mirarme a los ojos, así como cuando no me respondió directamente al momento de preguntarle dónde se hallaba Declan.

-Quiero que me digas lo que sepas.-Tuve un mal presentimiento, y en aquel pasillo divisé a Paloma y a su madre, abrazadas, llorando. Y a Declan venir a mi encuentro.-No.... No....-musité.

-Lo siento....-susurró Draco.

    Las lágrimas me asaltaron, ya no sentía las piernas, y en cuanto Dec estuvo a mi altura me fallaron y me dejé caer en sus brazos, las fuerzas me abandonaron.... y yo me abandoné al llanto.


     Sebastian había muerto....
     Dec sólo me abrazó, no dijo nada más, no hacía falta.... Bastian había muerto...
     El dolor se hacía cada vez más fuerte, las heridas se abrieron en su totalidad. Los recuerdos del poco tiempo que pasamos juntos me vistieron...
   Pude oír con toda claridad los disparos que me lo habían arrebatado, disparos que la misma persona que me abrazaba accionó.... Y empecé a golpear su pecho como hice en el hospital, pero volví a dejarme envolver por sus brazos presa del llanto...
   


    La primera y última noche que pasé con Bastian se hicieron presente, y su voz me abordó.... 

 "Te quiero mía..."

    Habíamos hecho el amor, como tantas veces, y al mismo tiempo diferente...

"Tuya...¡Ah! Tuya... Sólo tuya..."




   No podía perderle.... Esto tenía que ser una maldita pesadilla... Sí, eso era...

 "Devóra(me) esta noche... Quiero despertar agotada... Sonriendo al recordarte dentro de mí..."-susurré contra sus labios.-"Oh oh, Bastian..."-Sentí sus dedos acariciando mi sexo.-"Quiero despertar adolorida a causa de la batalla... Quiero ser de ti..."
    Su risa, su sonrisa maliciosa. Su ternura....

"Provoca(me)... Sigue provocando, nena..."

   Sus "Te amo..."..
   Mi calma.... 
   Nuestra primera vez...

 "Tu piel y la mía, una sola...."

   Sólo mío... 

 "Mío... Mi Bastian..."

    Sus palabras las llevo tatuadas en el alma, esas palabras que me hicieron desistir de dejarlo.... Aquella conversación...
 
"-Nacì tuyo, y voy a morir tuyo.-
susurró-Pase lo que pase y venga lo que venga no me alejarè de ti por màs que me lo pidas, que este dolor que llevas dentro yo me ocuparè de sanarlo, que cada cicatriz que lleves marcada en tu piel...-Cogió mi mano izquierda y besó la cicatriz que llevaba en el revés de la muñeca.-...y en tu alma-Me miró a los ojos.-yo me encargaré de hacer que cicatricen. Naciste mìa, Luna...."

    Recuerdo que bajé la mirada y él me tomó del mentón para obligarme a mirarlo.
 
"-Esa niña se convirtió en la adorable, inteligente, llena de vida, y caliente mujer que tengo ante mí.-Me hizo sonreír.-Ésa niña no tiene nada qué ver con esta niña, con esta dama, con mi Luna; alguien evitó que te convirtieras en algo más, a tus padres le debo tanto por cuidarte, por ayudarte a ser quien eres hoy. Luna me has hecho tanto bien, tienes que verte como yo te veo, como te vemos todos, y no eres ésa chiquilla.... Mírate en mí, mírate en mis ojos. 

   
  Pídeme que me aleje las veces que quieras, no lo haré, y si algo llegara a separarme de ti yo volvería a ti. Siempre volvería a ti. Siempre te encontraría...."


   Siempre volverás a mí....
   Siempre volverìa a ti. Siempre te encontraría....
   
     























-Luna.....