Spin-off

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martes, 24 de febrero de 2015

Cuarto Acto: Sombras del Pasado...




Yo estaba en una noria que no paraba de girar....
Fragmentos de mi pasado se concentraron en el presente...
Y presentía que, sólo por eso, no terminaría bien...
E iba a ciegas...
con una venda que alguien me había puesto 
para protegerme de ese pasado....



     Amanda no entró a la iglesia con nosotros, se devolvió.... 
    Poco después entró... 
    Un hombre sentado en el banquillo que estaba delante de mí empezó a vomitar sangre... Cae al piso... Otro hombre calvo se pone de pie, dice mi nombre, dice que disfrute el espectáculo... y dispara una vez... Cae una mujer... Dispara de nuevo.... Cae un hombre sentado en la primera fila... Luego se dispara a sí mismo... 
  La cara imperturbable de Amanda... 
  Disparos...
  Disparos... 
  Maura abrazándome...
  Disparos.... 
  Disparos... 
  Bastian... 

   Abrí los ojos, encendí la lámpara de la mesita de noche y reconocí el aroma de él en la almohada. Era la habitación de Bastian.
   Me senté en la cama, me sentía mareada, ¿cuánto sedante me pusieron? Llevaba mucho tiempo dormida porque pude ver por la ventana que ya había oscurecido; lo que pasó este día me afectó mucho. ¿Pero quién diría que la iglesia sería el lugar elegido por quien envió el anónimo? 
   ¿Quiénes eran ellos? ¿Quién era el suicida?
   
   Salí de la cama, me dirigí al cuarto de baño y me lavé la cara. Al mirar mi reflejo en el espejo, el rostro imperturbable de Amanda durante el tiroteo, apareció frente a mí. Di un paso atrás, asustada; ésa mujer no puede alterarme de este modo, que venga a mi mente después de todo lo sucedido este día me parecía de lo más absurdo, rayaba en la locura... ¿Y que encima me asustara? 
   Abandoné la habitación y caminé hacia las escaleras; las voces de mi tía y Bastian eran las que más se escuchaban, pero estaba segura de que abajo había más gente. Vit gritó mi nombre al verme, Bastian se levantó del sofá, Paloma entraba al salón desde la cocina, Maura estaba abrazada a mi tío. Y un hombre alto, fornido y moreno hablaba por teléfono.
  
-¿Podrían dejar de mirarme como si fuera un fenómeno?-sonreí, inclinándome para depositar un beso en la cabeza de Vit.

-Les dije que estarías bien, aunque no sé muy bien de qué va todo esto.-dijo Paloma, caminando hacia el sofá y tomando asiento.-El hombre sigue vivo y....


-¿Sigue con vida?-La interrumpí.


   Maura y Bastian fulminaron a Paloma con la mirada, ella se hizo la desentendida.


-Luna, ven toma asiento.-Bastian me tendió una mano cuando estuve cerca de él, la cogí y me senté a su lado. Lo vi compartir una mirada con Maura y Enrique, mi tía asintió.-Soren se hizo con el móvil del hombre que abrió fuego en la iglesia, y encontramos unas fotografías.


   Vit se sentó en mis piernas, tenía un teléfono y jugaba a algo en él. Sé que los niños pueden estar muy entretenidos en una cosa, pero de igual modo atienden a lo que dicen los adultos y esta clase de conversación no era buena para ella.

   Le hice señas a Maura y ella fue a su bolso, sacó unos auriculares y me los pasó; se los instalé al móvil y le dije a Vit que los usara. La niña obedeció.
   Bastian me entregó el móvil del suicida, la primera fotografía que aparecía en él era el de una mujer rubia con dos niñas, una pelirroja y la otra morena. Y una más alta que la otra, sus edades no podían estar comprendidas de más de entre ocho y catorce años.

-Ésa mujer y las dos chiquillas fueron halladas muertas el jueves.-dijo Bastian.-Pasa.-Hice lo que me pidió, y la siguiente fotografía era la de una pareja, un asiático con una mujer morena.-Los cuerpos que encontraron ayer en la fuente, ahora pasa.-Busqué la siguiente, en esta sólo salían un chico de unos catorce años, un hombre de edad madura y la mujer de la primera foto.-Fue tomada en México en el 2007, el hombre está muerto, dicen que fue suicidio. Y según los informes, el niño desapareció.


-¿Y esto qué tiene que ver conmigo?-pregunté, la respuesta se presentó ante mí al pasar a la siguiente foto. Éramos mi padre y yo.


-Hay un cosa que tienes en común con estos niños, Luna.


-Son adoptados.-concluí.


-Exacto.-dijo Bastian.-El mensaje que te enviaron vino de este móvil, allí está. La mujer era una psicóloga de renombre, de la pareja aún no sabemos nada pero Soren asegura que eran agentes encubiertos. Y el hombre que aparece con el niño es un ex militar alemán.


-¿Éste tipo andaba asesinando personas que adoptan niños? No entiendo nada. 


-Estamos igual de confundidos, Luna.-dijo Bastian.


-Pero tenemos quien responda a nuestras preguntas, el suicida sigue vivo ¿no?

-Y acaba de despertar.

   Me volví hacia la persona que dijo eso, era el hombre que había estado hablando por teléfono cuando entré al salón. Debe ser Soren.

-Ya está.-Miré a Maura.-Llevenme con él, necesito respuestas.

-Luna, ahora no creo que te haga bien.

-Tía por favor, ¿qué mejor momento para aclarar esto que ahora?-Bastian asintió, me estaba dando la razón.-¿Las víctimas de ese hombre están muertas?

-Sí, fue de manera instantánea. Ese hombre hizo justicia en tu nombre, significa que las tres víctimas de hoy tienen qué ver con el accidente de aquella noche; no fue tu culpa, mi cielo.-dijo Maura, tranquilizadora.-Solo tenemos que averiguar por qué.

   Paloma se levantó y cargó a Vit. Me puse de pie, y junto a Bastian nos dirigimos a la puerta.

-Me quedaré con Vit, cuando regresen espero que me pongan al tanto de todo.-dijo Paloma, a modo de orden, luego sonrió.

   Soren condujo el coche de Bastian, Maura vino con él y conmigo. Enrique nos seguía en su auto; yo me sentía nerviosa, tener que ver a ese hombre a los ojos después de lo que hizo me dejaba en un estado de nerviosismo absoluto. Disparó, le disparó a dos personas, porque la primera que cayó parecía haber sido envenenada o algo por el estilo, pero seguro fue obra del suicida, aunque no me gusta suponer.
  
-Luna, ¿no recuerdas algún detalle extraño de la noche en que pasó todo?-preguntó Maura, entre temerosa por mi reacción y curiosa por la respuesta que pueda darle.

-No.-respondí, mi mano estaba entrelazada con la de Bastian quien iba a mi derecha. Estaba en medio de él y mi tía.-Llovió durante todo el día, así que la carretera estaba mojada. Theo salió detrás de mí después de la discusión que tuvimos en el camerino....-dije, obligándome a recordar los acontecimientos de ésa noche.-Subió a mi coche por el lado del copiloto, yo arranqué. Comenzamos a discutir, él no dejaba de decir que no me atreviera a dejarlo, que no podíamos terminar. Estaba desquiciado; de repente pisó el acelerador cuando yo le dije que era definitivo, que ésa noche todo acababa... En cuanto él me hizo acelerar también cogió el volante, forcejeamos y fue cuando apareció el coche de mi padre de frente a nosotros... Yo giré rápidamente el volante....-Fue como un relámpago, los recuerdos fueron tomando forma en mi mente, los sucesos se mostraban diferentes a los que mantuve durante meses. Un fragmento en particular apareció..-Lo embistieron...-musité.

-¿Qué?-dijo Maura.

   Bastian y ella se mantuvieron atentos a mis palabras.

-Embistieron el coche de mi padre, por eso giré el volante, porque se me vino encima... Y al girar mi coche derrapó y comenzamos a dar vueltas... No sé cómo salí, creo que en un momento la puerta se abrió y quedé extendida en la carretera... Cuando levanté la mirada, el otro coche estaba despatarrado en medio de la carretera... Pero no había señales de quien lo embistió...

   Me levanté y caminé hacia ese otro auto, pero lo reconocí y las piernas empezaron a fallarme. Caí al suelo, y como pude me arrastré.... Mi padre aún estaba vivo cuando llegué... Mi hermana no.... Sentí que me agarraron de la cintura, empecé a gritar para que los sacaran, la gente que quiso hacerlo tuvo que alejarse al tiempo que el auto estallaba... Con ellos dentro...

   Intenté controlarme para no llorar.
   Ellos respetaron mi silencio, y hasta que llegamos al hospital no dijeron nada; le pedí a Bastian el móvil del suicida. Entramos, y nos dirigimos al piso donde lo tenían recluido.
   Cuando Maura se enteró que el hombre seguía vivo, mandó traer al mejor neurocirujano que conocía, y que sabía que tendría éxito en la operación que el suicida necesitaba. Lo quería vivo, tanto como la policía...tanto como yo.
   Dos guardias custodiaban la habitación, Soren se ocupó de hablar con ellos y con el detective que también se había quedado para interrogarlo. Se me permitió entrar, y pedí hacerlo sola; él me miró cuando cerré la puerta detrás de mí, se le dibujó una sonrisa placentera en los labios.

-Luna Giraldo, se supone que debería estar muerto y que éste encuentro no se daría.-dijo.

-Mi tía se encargó de mantenerlo vivo, porque usted sabe quién mató a su hermano. Y es lo que yo también quiero saber, ¿quién mató a mi padre?

   El hombre cerró los ojos.

-La humanidad, la sociedad es un monstruo, ¿no le parece, señorita Giraldo? Hacen y deshacen a su antojo, y para lograr lo que quieren pasan por encima de los demás.-No abría los ojos, y lo que decía no era la respuesta que yo quería.-Soy Lucas García, mucho gusto.

-Es un placer, Lucas.-Debía seguir su juego, aunque no estaba de humor para eso.-¿Responderías mis preguntas? ¿Quién mató a mi padre? ¿Fue usted?

-No, fueron ellos.-Abrió los ojos, oscuros ojos que me escrutaron antes de continuar.-Trabajan desde la sombras, y los ves a plena luz del día; la humanidad, la sociedad es un monstruo. Hacen y deshacen a su antojo, y para lograr lo que quieren pasan por encima de los demás.-recitó.-Los poderosos van a caer, será un efecto dominó.

   Este hombre debía tener alguna enfermedad, o le lavaron el cerebro. Aunque no estaba del todo equivocado, igual comenzaba a cansarme.
   Le mostré la fotografía de la mujer y sus dos hijas adoptivas, la mujer que encontraron la semana pasada.

-¿Quién es ella?-le pregunté.

-¿No la recuerda, señorita Giraldo?

-¿Debería?-Volví a observar la foto, la mujer no me era familiar. Rubia, madura, con una mirada fría y la sonrisa más falsa que....

"¿Quién le disparó a Davina? ¡Habla!".... Volteé la cara como si me hubiesen abofeteado. 

-Margot Schline, psicóloga y una mujer de lo más despreciable.-La voz de Lucas estaba llena de ira.

   No supe por qué pensé en ésas palabras, o en ésa voz.... ¿Davina?
   Pasé a la siguiente foto.

-¿Y este hombre quién es? ¿El que está con ella en esta foto?

-Wolfgang Heinz, ex militar, hijo de un nazi que se puso la careta de "yo no hice nada" como muchos otros.

-¿Tú lo mataste?

-Sí.

-¿Y el niño? ¿Dónde está?

   La sonrisa de Lucas se amplió, observé la foto con más detenimiento, la acerqué.... Y luego lo miré a él...

-¿Eres tú?-susurré, incrédula.

-Sí. Mi padre adoptivo era una maldita bestia, te enseño mis cicatrices, si me enseñas la tuya, ésa que llevas en la muñeca. La que te hizo el padre de mi padre, la que le mereció la muerte a ese viejo.

   Mis memorias perdidas, ¿este tipo se estará inventando todo?

-Las personas que murieron hoy, ¿también conocían a esta gente? ¿Tú mataste al hombre que se sentaba delante de mí, el que vomitó sangre?

-A tu primera pregunta, sí. Se podían dar la mano, eran excelentes amigos, pertenecientes al mismo círculo; con respecto a la otra pregunta, no. De ese puerco se quería ocupar otra persona.

-¿Quién? 

-Quien quedará en pie cuando todo acabe.

-¿De qué hablas?

-Todos caerán, van cinco y hasta un poco más, el infierno se instaló en la tierra, Luna Giraldo. Te hice un favor y maté a quiénes te quitaron a tu padre y a tu hermana; te separaron de lo que más querías...otra vez.

-¿Por qué mataron a mi padre?-pregunté, ignorando la última parte.

-Por ti, él no quería entregarte a Ellos. Y a Ellos no se les dice que no, controlan todo, pero caerán...uno por uno.

    Lucas empezó a hacer un movimiento con las manos, como si estuviera dirigiendo una orquesta, tarareaba una canción.

-En ese móvil hay un vídeo.-dijo, sin dejar de hacer sus movimientos.-Seguro te traerá recuerdos.... No hay igualdad en este fétido mundo...-canturreó.-... Lo único que nos hace iguales es la muerte.... La muerte va adonde vas, de ella nadie está salvo... Ni la maldita monarquía... Ni los políticos de mierda del mundo... El puente de Londres se va a caer... Sangre... por doquier...

    Salí de la habitación, la enfermiza letra era acompañada por la melodía de Claro de Luna... Estaba loco.

    Regresamos al apartamento de Bastian, agradecí que esperaran hasta estar de vuelta allí y que no preguntaran nada en el camino.
    Tenía el vídeo a tiro en el móvil, pero antes me senté y les conté todo lo que aquél individuo me había dicho, y que no me parecían más que incoherencias. O más bien piezas a encajar.
   Cuando terminé les dije lo del vídeo, Bastian buscó un ordenador portátil. Conectó el móvil al ordenador, y dio play.
  Maura ahogó un grito cuando vio a la niña que apareció en primer plano.

-Luna, eres tú.-dijo.

   De reojo pude ver cómo Bastian la miraba sorprendido, y Paloma se sentó en el reposa brazos del sofá, justo a su lado.

>>-¿Cómo te llamas, pequeña?-preguntó una mujer.

-Amara Argent.-respondió la niña....>>

    Sentí la mirada de todos sobre mí.

>>-¿Quiénes son tus padres, Amara?

-Yo no tengo padres, solo tengo a Ame, y Ame me tiene a mí.

   La voz de la niña era fría, parecía drogada, hipnotizada... 

-Para tener cuatro años hablas como una mujercita. ¿Dónde vives?

-En el Instituto RK.

-¿Qué les enseñan?


-Historia, Matemáticas, Literatura, Latín, Alemán, Francés, Español, Italiano, Inglés....


-Bien, ¿y cómo es?


-Es el infierno.


-¿Por qué? ¿Te tratan muy mal?


-A todos, nos adiestran... Ame dice que son gente mala, que no dejará que la gente mala me haga daño, Ame dice que se los cargará a todos como se cargó al viejo Wolfgang.

-¿Ame mató a Wolfgang, Amara?


-Sí, porque me hizo daño, me pegó y me quemó. 

-¿Qué pasó la noche del 25 de diciembre, Amara? ¿Cómo se inició el incendio, y por qué?

-En el día nos hicieron practicar con armas, Ame debía dispararle a Lena, Ra...Rachel debía dispararle a Declan y yo debía dispararle a Ame. Debía herir, no matar... Pero dije que no, y me castigaron.

-¿Cómo te castigaron?


-Me encerraron en el féretro. Y Ame me sacó después, dijo que no volvería a pasar, que jamás dejaría que tomara un arma en mis manos, que no dejaría que matara a nadie... Ella se ocuparía... Se los cargaría a todos...

-¿Ame incendió el instituto, Amara?


-El mundo es un lugar tenebroso, sombrío... La humanidad lo único que hace es odiar, Ame se valió de eso, no tuvo que hacer mucho para incendiar el instituto... Ame hará que se maten los unos a los otros.... Solo me tiene a mí y yo la tengo a ella....>>

    Bastian detuvo el vídeo, las manos me temblaban.

-Deja que continúe.-dije.

-Luna....

-Deja que continúe.-repetí.

   Dio play de nuevo.

>>-¿Cuántas personas sobrevivieron además de ti y de Ame?

-Tres niños más.


-¿Quiénes?


-Lena, Rachel, y Declan.

-¿Dónde están, Amara?


-No sé, ellos se separaron de nosotras.

-Amara, ahora quiero que me digas dónde está Ame.


-Ame está en el armario... Ame está debajo de la cama.... Ame está en el baño.... Ame está detrás de ti....

-¿Qué? ¿Dónde está, Amara?

-Ame está en el armario... Ame está debajo de la cama.... Ame está en el baño.... Ame está detrás de ti....

-¿Qué no está bajo hipnosis?-preguntó el hombre que sostenía la cámara.

-Lo está.-La mujer se acercó a mí...a la niña. ¡Era la psicóloga, pero más joven!-Amara, ¿dónde está Ame?

-Ame está en el armario... Ame está debajo de la cama.... Ame está en el baño.... Ame está detrás de ti....

-Te haré otra pregunta, Amara. ¿Quién le disparó a Davina?

-Ella misma.

-Pero te encontraron a ti con el arma en la mano, tú le disparaste.

-No, ella lo hizo... ella me quitó mi peluche... ella se disparó al quitármelo... ella se sentenció.... ella se disparó...

-¿Qué hacía el arma en tu mano?

-Se la quité después de que lo hizo.

-¿Quién le dio el arma?

-Tú lo hiciste.....-Rió.

-¿Estás jugando conmigo, Amara? ¿Quién le disparó a Davina? ¡Habla!-La mujer cacheteó a la niña, haciendo que cayera al piso.

-Ame lo hizo, porque Davina me quitó mi peluche... Peluche que Ame me había regalado.

-¿Y dónde está Ame, Amara?

-Ame está en el armario... Ame está debajo de la cama.... Ame está en el baño.... Ame está detrás de ti....

-Deja de jugar conmigo, mocosa.-La pateó. Luego la cogió de los cabellos y acercó su rostro al de ella.-Apaga la cámara, William.-ordenó.-Escúchame bien, mocosa. ¿Dónde carajos está Ame?

-Ame está en el armario... Ame está debajo de la cama.... Ame está en el baño.... Ame está detrás de ti.... Y te va a matar... Y yo veré tu cuerpo... Ame está detrás de ti....

-Estás bajo hipnosis, ¿cómo es que....

   La niña empezó a reírse, su risita era hermosa, al tiempo que escalofriante...
   Ladeó la cabeza y susurró:

-Que diminuta eres....>>

   La cámara se apagó, yo seguí viendo el monitor como esperando que la imagen se restableciera... 

-Eso ha sido lo más perturbador que he visto en la vida.-le escuché decir a Paloma, atónita.

-¿Cuatro años?-La voz de Maura se escuchaba tan distante.-¿Qué demonios les hacían en ese instituto? Parecía una adulta a la fuerza.

-¿Luna?-dijo Bastian.

-Necesito estar sola.-Me levanté y caminé hacia la cocina.

  Miré mi reflejo en la puerta del refrigerador.... Y otra vez la imagen de Amanda se apareció frente a mí..... Me sobresalté.... 
  Las manos se me pusieron frías. Y mi propia voz de niña recitó en mi cabeza: 

Ame está en el armario... Ame está debajo de la cama.... Ame está en el baño.... Ame está detrás de ti....
   Ame está en todas partes...


-Amelia...-susurré.




    



domingo, 22 de febrero de 2015

Tercer Acto: Peligro...




"¡Mira!... ¡Mira!... Mira el monstruo en el que me he convertido..." 
Es la línea de un cuento que Amanda solía contarle a Vit...
Una línea muy poderosa...
Alguna vez le pedí que no volviera a contarle aquello...


-El helado de chocolate ayudará a reponer fuerzas.-comentó, percibí el tono malicioso escondido en el comentario.

   Habíamos bajado hacía media hora, eran las tres y treinta de la madrugada. Estábamos sentados a la barra de la cocina compartiendo un helado de chocolate, por pedido de ella; no puedo negarle nada.

-¿Qué tramas?-pregunté, pero ya sabía muy bien lo que quería.-No te cansas de tentar, ¿verdad?

-No, no me canso.-sonrió.-De hecho me gusta, sólo contigo.

  Se metió la cuchara a la boca, se veía adorable, risueña; verla así después de la sesión que tuvo, me tranquilizaba. Cuando me contó lo que había pasado la abracé muy fuerte; Luna le habló a su psicóloga de las pesadillas que solía tener de niña, y mientras me decía de qué iban esas pesadillas, la vi temblar. Le producía miedo, fue entonces cuando preguntó en un susurro si podíamos comer helado de chocolate.
  
-No tienes una muy buena relación con tu madre, ¿o me equivoco?-Ella dejó la cucharilla sobre una servilleta en la barra.

-No desde el accidente.-Cogí su mano entre las mías.-Maura debió decirte ya que fui yo quien ocasionó ese accidente, ¿o me equivoco?-No respondí porque aún me parecía increíble, ¿qué pasó ésa noche?-Siento culpa, y siento que ella me culpa.... Y siento culpa de estar feliz, siento culpa por sonreír si apenas ha pasado un año....-Ya comenzaba a sacar lo que la mataba por dentro, eso era bueno.- Ya lo he dicho en voz alta.

-Tu madre no te culpa, Luna. Y no creo que el hecho de que sonrías hoy, enfade a tu padre y a tu hermanita donde quiera que estén.

-Ingrid solo tenía ocho años, ¡por Dios!-Sus lágrimas empezaron a caer, me paré delante de ella y la abracé. 

  No debí sacar el tema, ella no necesitaba de esto ahora. No necesitaba ese trágico recuerdo; así que sequé sus lágrimas, me dijo que no quería hablar más de eso. Que no estaba lista para hablar de todo, que aún tenía la imagen de su hermana grabada en la memoria, y ya era bastante y muy doloroso tener que revivir el incidente una y otra vez si se estaba quieta, en silencio... 
    La mente te juega sucio cuando se trata de malos recuerdos.
  
   Hice un comentario estúpido sobre una película que se estrenaría pronto, logré que riera; la guié a mi estudio donde guardo un pequeño santuario de pinturas y fotografías, hechas por mí. Ella se maravilló y observó cada una, decía que las fotografías en blanco y negro eran sus favoritas, tenían tanta elegancia y se encontraba en ellas. Encontraba más color y vida en ésas fotografías.
   Al ver el piano que ocupaba el centro del estudio se sentó en el banquillo.

-¿Tocas?-preguntó.

-Es mi instrumento favorito.

-Y el mío.

   Ambos sonreímos, sé que parezco un idiota... Lo sé.
   Escuché con atención la melodía que tocó a continuación, me senté a su lado.

-Claro de Luna.-dije, y experimenté un déja vu.

-Es mi favorita, desde siempre, y honestamente es lo único que sé tocar al piano.-rió. Quitó los dedos de las teclas.-Digo desde siempre... 

-¿Qué pasa?

   Bajó la mirada.

-Igual te vas enterar.-suspiró.-Soy adoptada.

   "Él me salvó..." dijo, refiriéndose a su padre. 
    "Él me salvó de un infierno..." dijo Amanda, haciendo referencia a su padre también.

-Tuviste una niñez desagradable, una infancia que no recuerdas.

-Es todo tan enrevesado.-dijo, frustrada.-Yo sabía que me faltaban recuerdos, sabía que algo andaba mal conmigo y creo que hubo ocasiones en las que a mis padres e incluso a Maura casi se les escapa la verdad. Cuando Maura fue a llevarme la ropa al hospital, por ejemplo, dijo que traigo un equipaje de sufrimientos pasados, pensé que lo decía por los sueños que me atormentaron de niña.


-Maura debe saber algo de esos años que te faltan.


-No voy a preguntarle, no quiero saber, decidí mirar hacia adelante y dejar todo ese asunto cerrado con llave. No me hace falta sumar más dolor al que ya llevo encima.


   Le rodeé los hombros, y pensando en sus palabras y escuchando la melodía que volvía a tocar, fui yo quien recordó.

   Muchos meses antes de casarme, Amanda y yo viajamos a Italia; éramos amigos, y habíamos planeado ese viaje al año de habernos conocido. Fue muy divertido, sin problemas, ella lo hizo agradable.
   Una noche en la que habíamos quedado para cenar, llegué a buscarla a su habitación y la encontré tocando el piano. Lo hacía con una maestría, las notas bailaban a su alrededor y ella sonreía con los ojos cerrados, se había sumergido en la melodía; recuerdo que me acerqué y le dije:

>>-Claro de Luna.

-Fue lo primero que aprendí a tocar al piano, me trae recuerdos.>>

    Su rostro se mantuvo inexpresivo, daba la impresión que esos recuerdos no provocaban ninguna emoción en ella.

    Ahora que sé que Luna fue adoptada, no dejo de creer que la teoría que barajo es una realidad...


    A las diez del día siguiente nos preparamos para salir directo a la iglesia donde se llevaría a cabo la ceremonia. 

   Luna me esperaba en el salón, arreglé mi corbata.... y pensaba en ella y en la relación que puede o no existir con Amanda. No sé cómo unir los puntos, si Amanda fue adoptada por los Carlysle y antes de que eso pasara vivió en algún orfanato o en algún hogar temporal donde ella y Luna se conocieron... Suena descabellado, además Amanda no ha dicho nada sobre si Luna le es familiar, de ser así se lo habría comentado a Maura. Pero hay cosas que resultan demasiado semejantes como para ser casualidad.
   Bajé las escaleras, Luna vino a mí, la encontré muy afectada. Me entregó su móvil.

-Lee ese mensaje.-dijo.


   Miré la pantalla del aparato y leí en voz alta.


-"Hoy te haré un favor, y si todo sale bien se hará justicia en tu nombre... ¡Todos caerán!... Y aquí será cuando el infierno comience a arder de verdad... No fue un accidente. No fue un accidente. No fue un accidente..". ¿Quién te ha enviado esto?


-El número está bloqueado. 


-No lo borres, ¿vale?-le pedí, devolviéndoselo.-Haré qué investiguen de qué número provino.

-"No fue un accidente..." Se refiere a ésa noche, ¿no? Digo ¿qué otra cosa si no?


-Luna, mírame, mírame.-Tomé su rostro.-Averiguaré quién envió ese mensaje, te lo prometo.


   Mientras nos dirigíamos al coche llamé a Soren, dijo que se encontraba en Madrid y me tenía la información que le había pedido. Le di la dirección de la iglesia a la que íbamos, nos veríamos allí; el mensaje decía: "Hoy te haré un favor, y si todo sale bien se hará justicia en tu nombre....", quién haya escrito el mensaje la conoce muy bien y sabe por lo que está pasando. La pregunta es ¿dónde se hará justicia? 

   No solté la mano de Luna durante el trayecto a la iglesia, y cuando llegamos la abracé antes de reunirnos con los demás invitados.

-No le menciones esto a Maura ¿sí? Yo hablaré con ella luego.-me dijo.


-Lo que tú ordenes, Vida.


-No sé por qué me estoy tomando un mensaje anónimo tan en serio, yo estuve allí, yo hice todo.-aseguró, intentando mantenerse serena. Y calló cuando Maura y Enrique se acercaron nosotros.-Hola tía, tío.-saludó, ambos la abrazaron.


-Se ven tan bien juntos.-comentó Maura, contemplándonos con adoración.


-Mucho cuidado con hacerle daño, eres mi amigo pero sabes que puedo patearte el culo.-soltó Enrique, tenía a Luna asida de la cintura.-Es la niña de mis ojos.-agregó, depositando un beso en su frente.


-No se me ocurriría ni por asomo hacerle daño, es parte de mí.-Le guiñé un ojo a Luna, se había relajado, pero yo sabía que fingía.


-Allí está Amanda.-Maura levantó la mano para saludar a mi ex mujer, quien hizo acto de presencia. 


   Esto de frecuentar los mismo círculos comienza a ser incómodo. A Andrea la conoce por Maura, y a Maura la conoce por mí; Amanda y yo tenemos los mismos amigos, a ninguno puedo decirle que dejen de tratarla porque sería inapropiado, me toca vivir con ello. Sin embargo, pienso que es bueno que esté presente.

   Amanda se aproximó adonde estábamos para saludarnos, creo que Maura no ha leído aún la nota porque de ser así ella no hubiese tratado a Amanda con tanto cariño.
  
-¿Qué te pasó?-inquirió, mirando la herida de Luna.

-Un accidente, nada grave.-contestó la morena, en tono monocorde.


  No sé si fue mi imaginación, pero por un momento vi algo de angustia en el rostro de Amanda. 

   
   Las campanas sonaron, era hora de entrar.
   Le dije a Luna que fuera con sus tíos, yo los alcanzaría en unos minutos, Soren no debía andar muy lejos. 
  Amanda se regresó desde la puerta de la iglesia, cuando la tuve cerca vi que era una oportunidad que no podía desaprovechar.

-¿Sebastian? ¿Por qué no has entrado?-preguntó.


-Estoy esperando a alguien.-respondí. 

    Se cruzó de brazos, y miró hacia la iglesia.

-¿El médico que la atendió dijo que no había ningún problema?-Hablaba de Luna, era definitivo, no me lo había imaginado.-Un golpe en la cabeza...

-Todo está en orden, pero ¿por qué preguntas? Es como si en serio te preocupara.

-Es con quien has elegido estar, ¿no? Les deseo lo mejor.

   Amanda, si no te conociera tan bien diría que mientes. Sin embargo he aprendido que mientes tan bien.

    Me lancé.

-Amy, desde que charlamos ayer no dejo de pensar en lo que dijiste sobre la cicatriz que tienes en la muñeca.-Fue automático, bastó mencionar eso para que se cubriera la muñeca izquierda con su mano derecha.-¿Quién te desgració la vida? ¿Cómo pasó?

-Es cosa del pasado, algo que intento olvidar.-Sus respuestas me eran tan familiares.

-Vale.-Respeté su hermetismo, porque si algo sabía de ella era lo reservada que era en ocasiones.-¿Puedo hacerte una pregunta más?

-Adelante.

-¿El senador Carlysle te adoptó?

   Amanda frunció el ceño, y ladeó la cabeza, le extrañó la interrogante.

-Por supuesto que no, soy su hija biológica ¿de dónde carajos sacas eso?

-No sé, es sólo que la cicatriz y las palabras que usaste sobre tu padre, dijiste que él te salvó de un infierno.

-Ésa cicatriz me la hizo un maldito profesor del internado donde pasé los dos peores años de mi vida.-Se mantuvo tan calmada al hablar, si fue tan malo no debería reaccionar de ese modo.-El muy miserable me violó, y luego, para que no me olvidara de la amenaza que me hizo me pegó una colilla de cigarrillo; pero él tuvo su merecido ¿sabes? Le pedí a mi padre que me sacara de ese colegio, y el día que fueron por mí, el viejete se lanzó del techo. Yo subía al coche en el momento en que él se suicidaba. 

   La tranquilidad en su voz me dio escalofríos, prácticamente era como que dijera que ella misma lo había matado y no se arrepentía de ello.
   Pero la duda seguía acechando...


-Soy hija de Matthew y Helenna Carlysle, hermana mayor de Dorian, y tu ex mujer.-declaró, mirándome a los ojos.-No fui adoptada, nací en la ciudad de Nueva York el 23 de octubre de 1981. Si no me crees ve y habla con mis padres, o investiga por tu cuenta; aunque me gustaría saber la razón, Sebastian. ¿Por qué el interés ahora? Si antes te importé muy poco.

   Sin esperar respuesta dio media vuelta y se encaminó hacia la iglesia. No le interesaba saber la respuesta, vino a mí con la intención de informarse sobre Luna.
    Creo que miente.
    Escuché que me llamaron, era Soren; fui a su encuentro y estreché su mano. Antes de preguntar por lo que le pedí, le entregué el móvil de Luna.

-¿Crees poder averiguar de dónde vino ese mensaje?

-Me pondré a eso enseguida, señor.-Soren no hacía preguntas, cumplía las órdenes al pie de la letra. Era el jefe de seguridad de mi padre, y un amigo de confianza.-En este drive está lo que me pidió, pero le aviso de antemano que no encontrará nada nuevo. 

-Registro de adopción, algo que me diga que Amanda no es hija del senador Carlysle.

-No señor Strauss, toda la información que hay allí es lo que ya sabemos.-¡Joder! No puedo estar equivocado.-Perdona, Sebastian, pero ¿qué está pasando? 

-Es lo que quiero saber....-Paré al oír un disparo.-Luna.-musité.

   Soren y yo corrimos en dirección a la iglesia, se oyeron dos disparos más. 
    La gente empezaba a salir, despavorida. Entré, y vi tres cuerpos en el piso de la iglesia, el piso lleno de sangre; busqué a Luna con la mirada, Maura la tenía abrazada cerca de una esquina.
  "Y aquí será cuando el infierno comience a arder de verdad...", todos caerán... ¿Los muertos de este día estaban involucrados en el "accidente" donde el padre y la hermana de Luna murieron?
    
    Ella me miró, las lágrimas resbalaban por sus mejillas... Los disparos... Como en sus sueños...
     
  


   



sábado, 21 de febrero de 2015

(Tú) En Mi Piel...




Lo llevaba grabado en mí, 
como si de un tatuaje se tratara...
Mi piel reconocía sus manos, su tacto...
Su boca...
Su lengua...



   Vit habló como una mujercita, pero ésas palabras en su boca no me gustaron. Es muy niña para pensar de ese modo, aunque sea una realidad que el mundo no es un lugar bonito siempre habrá gente que nos hará más fácil el paso por aquí.... Yo lo descubrí hace tan poquito tiempo.

   La puerta del consultorio se abrió, Rocío me invitó a pasar.
   ¿Cuando llegará el día en que entenderé por qué bendita razón me dejo convencer por Maura de hacer ciertas cosas? Aunque la respuesta puede ser bastante obvia: por Maura haría lo que fuera, adoro a mi tía, y no creo que haya nada en este mundo que no haría por ella.

-Es sábado, ¿Maura le puso una pistola en la cabeza para convencerla de verme hoy?-pregunté, sentándome en el sofá. Ella rió.


-No, cuando quiere puede llegar a ser muy persuasiva.-respondió. La mujer se sentó, esta vez no había tazas de café.-Por favor, trátame de "tú"....


-Me siento más cómoda tratándola de "usted".


-¿Por qué?-Ya empezamos.


-¿Importa?-Rocío negó con la cabeza, pero algo me decía que estuvo a punto de decir que sí.


-Ésa herida que tienes, ¿cómo te la hiciste?


-Tuve un accidente el jueves, me caí por unas escaleras en un restaurante.-Miré por la ventana.-Mi madre llamó hoy.-¿Por qué demonios estoy hablando?-Maura le habló de lo que me pasó y no creí escuchar tanta preocupación en su voz.


-Una madre siempre se preocupa por sus hijos, Luna. ¿No te parece normal que se preocupara por ti? Pudiste....


-Usted no la conoce, ella se negó a verme cuando estuve en el hospital después de lo ocurrido con mi padre y mi hermanita.-Luna, estás muy comunicativa.-Maura estuvo al pendiente de mí, mi madre solo se desentendió porque no quería ver el rostro de la asesina de su marido y su hija.


  Seguí mirando por la ventana, las imágenes de aquella noche seguían tan vivas en mi mente. Claro, solo había pasado un año.


-Crees que tu madre te culpa.-No lo preguntó, era una maldita afirmación. Ella prosiguió al ver que yo no decía nada.-Luna, si te culpara ¿crees que habría llamado nada más enterarse de lo que te pasó?


   No respondí, pero ella lo había dicho, es lo que las madres hacen ¿no? Se preocupan por sus hijos. 


-Me envió aquí porque le pesa verme, yo los maté.-dije, no dejaba de mirar el cristal de la ventana.


-Te envió aquí porque es bueno cambiar de aires, pasaste por algo muy fuerte, y ella como tu madre sólo quiere que estés bien.


-Debería decírmelo ella misma, pero no lo hace porque maté a su única hija y a su marido.-No sé de qué modo la vi, pero se sorprendió. Sé que mi voz sonó muy fría.-Soy adoptada, ella aún no sabe que me enteré. Ingrid no había nacido cuando llegué a sus vidas.


-¿Qué sentiste al enterarte?


-Odio.-respondí, esta vez mirándola fijamente.-Odié a mis padres por mentirme, pero lo superé porque nunca encontré tanto cariño....


   Pensé en lo ocurrido en el restaurante, y luego en las pesadillas que tenía de niña.


-¿Luna? ¿Luna, pasa algo?


   Levanté la vista, encontré a Rocío observándome las manos; me di cuenta que, automáticamente me había cubierto la muñeca izquierda con la mano derecha.


-¿Qué escondes?


   No quería decirle lo de la cicatriz, pero ya qué...


-Es una cicatriz que tengo desde antes de que me adoptaran.-dije, no vaya a ser que crea que mi padre me hizo daño.-No tengo recuerdos de mi infancia ¿sabe? Sólo de la vida junto a los Giraldo, y ninguno llegó a ponerme una mano encima así que cuando supe que era adoptada deduje que esto fue hecho antes de unirme a su familia. 


-¿Ningún recuerdo, Luna? ¿Ni uno solo? ¿Cómo es eso posible?


-No creo que todos recordemos nuestra infancia.-comenté, restando importancia al tema.


-Pero hay cosas que no se olvidan, y me da la impresión que tú quieres olvidar.


   Sonreí como si tal cosa...


-¿Y usted cree que a una persona le gustaría tener recuerdos de malos tratos? ¿De humillaciones y más si fueron causadas siendo un infante?-Rocío cerró su libreta y la dejó en la mesita que estaba en medio de nosotras.-Sé que he sufrido de pesadillas, pesadillas que cesaron cuando entré en la adolescencia, y que volvieron cuando vi a mi padre y a mi hermana en aquél coche volcado... Pesadillas que poco después de eso volvieron a parar, pesadillas que regresaron después de... Un asesinato... Una mujer y sus dos hijas...


-Eso ocurrió hace unos días.-Rocío me miró; intentando indagar más aún, dijo.-¿Qué ves en ésas pesadillas, Luna? 


-¿Sabe que es una quimera?


-Una bestia mitológica.


-Es una ilusión,-proseguí, ignorando su respuesta.-una fantasía, una farsa...-Vit me había preguntado que si sabía lo que significaba Obluda... Monstruo.-En mis pesadillas veo a una quimera, sus ojos, sus cabezas... Veo sangre, oigo disparos. En mis pesadillas veo a una bestia, es lo que la mente de un niño asocia con la gente mala, con la gente que le hace daño ¿no? 


-Luna, te traeré un poco de agua. Cálmate.


   Estaba temblando, pensar en eso me daba miedo.... Tenía miedo, no quería continuar con la sesión, no quería seguir hablando.... Me negaba a seguir hablando...






  La noche en el bar fue muy movida, dudé en venir después de casi entrar en shock en la tarde enfrente de ésa mujer.

  Intenté quitarme de la cabeza todo eso y distraerme en el trabajo, pero mi distracción fue otra cuando le vi llegar enfundado en unos jeans. Entre tanta gente él sin duda no pasaba inadvertido; se sentó ante la barra y sólo me observó, le serví la bebida a un hombre que me había hecho conversación y que yo, muy amablemente le "escuchaba". No tenía ni remota idea de lo que me decía, Bastian lo sabía, y rió mirando hacia otro lado.

-Malo.-dije, después de que el caballero se marchó a bailar con una chica que le hizo la invitación.


-¿Malo? Tú eres la que llevas esos audífonos, y el pobre diablo hablándote.


   Me saqué los audífonos negros, y salí de detrás de la barra.


-¿Cómo supiste dónde encontrarme?


-Creí que vendrías aquí esta noche.


-Y yo, que nos veríamos en tu apartamento.


-Entonces nos vamos juntos, ¿a qué hora terminas aquí?


-En media hora.


-Esperaré.


   Esto era maravilloso, tener al hombre que me pone nerviosa viéndome mientras trabajo no es para nada malo, no ¿cómo va a serlo? Si ni siquiera voy caerme y darme un buen golpe, pero debo mostrarme segura. Debo calmarme, y calmar mis ganas por él... 

   Sus ojos azules me seguían, podía sentirlos clavados en mi espalda.
  Sólo pensar en pasar la noche con él me ponía, y revivía en mi mente una y otra vez nuestra primera noche juntos... Los dos.. Piel a piel...

-Vendré más seguido.-dijo de camino a su coche.


-Para matarme de un infarto.


   Me acorraló contra el auto, sonrió cuando hice amago de besarle y lo evadí cuando me buscó. Nuestros labios llegaron a rozarse muy poco...


-Eres tú quien desea matarme de un infarto a mí.-susurró, atrapando mi labio inferior entre los suyos.




  Abrió la puerta del coche, subí. Él me abrochó el cinturón, rodé los ojos, él soltó una carcajada y rodeó el auto.

   Le pedí que parara en mi apartamento primero, tenía que buscar el vestido que usaría a la mañana siguiente en el bautizo del bebé de Andrea. No lo toqué en todo el camino porque cuando me acorraló sentí su sexo, duro; y por lo que veía, aún seguía así. Encendí la radio, no le subí mucho volumen.
   Fue llegar y bajar por mis cosas. Cuando regresé, él tenía los ojos cerrados y la cabeza echada  hacia atrás en el respaldo del asiento; puse mi vestido y el bolso en el asiento trasero y al volver al mío le besé la mejilla y bajé por su mandíbula, hasta su cuello mientras con mi mano frotaba su polla por encima del pantalón.

-Juegas sucio, Luna....-Su voz sonó ronca por la excitación, reí y me senté muy quieta.-Andando.


   Puso el auto en marcha, y mantuvo la vista al frente todo el trayecto a su edificio. Lo encontré muy gracioso, entrelazó su mano con la mía haciéndome ver que, a pesar de estar concentrado en la carretera, no perdía detalle de mí.

   Su tacto me tenía inquieta...

    Aparcó en el estacionamiento de su edificio, no alcancé a coger mi ropa porque sentí sus brazos alrededor de mi cintura y sus labios en mi cuello. Me giré y busqué su boca, no tenía mucha paciencia, que si me tomaba allí en el estacionamiento no me habría importado.

  Sus manos levantaron mi blusa por la parte de atrás así que las sentí en mi espalda...

-Hay cámaras...-musité, sonriendo al notarlas por primera vez.


   Bastian se apartó de mí, cogió mi mano y nos dirigimos al elevador.

   Me tenía muy cerquita pero se limitó a acariciar mi mejilla con ternura...

-Muero por y en tu boca...-murmuró, delineando mis labios con su dedo.-Por tu lengua... 


  Las puertas se abrieron antes de que llegara a besarme; salí la primera, me detuve en medio del salón que era casi diez veces el mío-tal vez más-, y giré, encontrándome con su sonrisa iluminando su rostro. La primera vez aquí fueron sus lágrimas las que me recibieron, fue su dolor el que experimenté...

   Me acerqué, quité su chaqueta de cuero dejando que cayera al piso, la ropa estorbaba; él dejó que le desabrochara su camisa, en silencio. Estaba a la expectativa.
   Besé su pecho desnudo y bajé por su abdomen, desabrochando su cinturón y pantalones... ¿Que muere por mi boca? Vale...
   Liberé su sexo... 
  ¿Muere por mi lengua?... Lamí la punta, y grabé en mi mente su expresión, aguantaba...
   ¿Muere por mi boca?... Chupé, despacio, disfrutando de la sensación que provocaba en mí misma aquel acto... 
   Era la primera vez que hacía algo así, pero no me detuve a pensar porque lo oí gemir... 
   Me pidió ponerme de pie, y fue su turno de desvestirme. Mirándome, me quitó la blusa, y sin previo aviso me cargó sobre su hombro... Reí, y él también lo hizo, subió las escaleras que llevaban a su dormitorio, se detuvo y abrió una puerta. No me fijé en los detalles del lugar porque mi querido niño me acostó en la cama y me perdí en sus ojos, había encendido una lámpara que estaba en una mesita al lado de su cama, y paseó su mano por mi abdomen, erizando mi piel al momento... 
   Su tacto, sí, su tacto me ponía tan inquieta... Todo él...
   Me quitó los tacones y bajó mi pantalón... Depositó un beso en mi vientre, y fue subiendo poco a poco hasta mi boca... Su lengua enredada a la mía y sus dedos entrando y saliendo de mí...

-Te quiero a ti...-gemí entre sus labios.


-¿Cuando? Dime...


-Ahora... Fóllame ahora...




  Me penetró tras oír mi pedido... 

  Duro...piel con piel... 

   Entraba y salía con lentitud...
   Aumentaba la velocidad por momentos... 
   Y paró... En un punto medio entre el torbellino de placer y la tortura de la espera... Besó mis labios, fue tan casto, y empezó a moverse despacio otra vez...
 Sigue, por favor, un poco más...
   Salió de mí... 
  Nuestras manos entrelazadas por encima de mi cabeza, una sonrisa malévola en sus labios... Sentí la punta de su polla a la entrada de mi coño, tentando... Pidiendo permiso para entrar de nuevo...
   ..... y fui yo quien empujó...


-Te quiero...-susurré, él seguía encima de mí, mirándome a los ojos.-Y me da miedo esta forma de querer...


-A mí también...-respondió.-Pero luego te veo, te siento... 


-Y ya no está...

-No, porque aprendí en estos poquitos días que eras para mí, que debía encontrarte....

-Que el universo actúa de formas misteriosas.-sonreí. Besé sus labios, mordí el inferior.

   Rodamos por la cama, quedé encima de él... 
  Me quitó un mechón de cabello de la cara, mi pelo rebelde... Sus dedos rozaron, apenas, mi faz... Un tacto que ya (re)conocía...

-Te llevo en mi piel, desde antes...-susurré, y volví a besarle...