Spin-off

Spin-off

miércoles, 31 de diciembre de 2014

.........







"Lo mejor que te puede pasar en la vida es conocer a alguien que sabe de memoria todos tus errores...
Tus defectos...
Tus malos pasos...
Tus debilidades...
Y sin embargo, sigue pensando que eres totalmente increíble así..."







lunes, 22 de diciembre de 2014

........







"Sólo quiero que me bese, 
como se besan pocas veces en la vida,
 con todo, 
entre la pared y el corazón. 
Que sean de esos besos que se pagan con el alma..."





miércoles, 17 de diciembre de 2014

............




"Te libero de mí...
 de mis males, de mi mal genio...
de los domingos por la tarde en donde nunca puedo más...
del odio a mis cumpleaños...
de no saber cómo hacer para regalarte algo que no pierdas...
(TE LIBERO DE MÍ)....
desengaño...
de tu karma...
de mis novedades...
de la contradicción que represento...
(TE LIBERO DE MÍ)...
de mis llamadas que te saben a auto compasión...
de mis enredos...
de mi cabello suelto, largo, sin peinar...
(TE LIBERO DE MÍ)...
consciencia....
del desconcierto a fin de mes... 
de la caída....
de la llegada...
de mi huida inevitable...
Te dejo libre para que me dejes,
para que me veas de lejos, y me quieras....
(menos)...."















-Mario Benedetti...











miércoles, 19 de noviembre de 2014

Nos Vemos....




 Se miró al espejo, sentada en una silla frente a él; llevaba unas medias de malla y un vestido negro.
   Sonrió a su reflejo, esta era ella... La chica de pelo negro, veintitrés años recién cumplidos y toda una vida por delante que no planeaba desperdiciar. Sin embargo tenía que lidiar con sus propios demonios, y ya evitar meter a otros en sus asuntos.
   Esta era ella, la chica tonta y solitaria... 
   Se levantó luego de calzarse los zapatos, la escuché decirme que ya diera la cara. Entendí que no le había sonreído a su reflejo, sino a mí. Había notado mi presencia, no me escondí bien.
   Su pelo negro caía en ondas por sus hombros, caminé hacia ella y quité el mechón rebelde que se escapa hacia su cara; ella ladeó la cabeza, ¡qué adorable! Sonreí, besé muy quedo sus labios y sin apartarme de ella le dije:

-No vas a ganar nada estando sola.

-No le tengo miedo a la soledad, estoy acostumbrada... Aunque perder a quiénes quiero, eso si me da miedo. Pero ya sabes cómo soy, ni yo me entiendo.

   Bajó la cara, yo llevaba mi bata negra abierta. Paseó su mano por mi abdomen, su esmalte de uñas negro iba tan perfecto, no sé cómo logra mantenerlo. Su tacto fue tan delicado, mi piel se erizó al instante, siempre acaricia con cierto temor. 
   Como si le diera miedo lastimarme....

-¿De qué huyes?-susurré.

-No huyo, necesito aclarar mis ideas.... No estoy bien, y antes de que hiera a alguien con mis palabras, y esta bipolaridad desbocada prefiero tomar distancia. Ya no puedo confiar en nadie, otra vez...

-¿Y yo qué? ¿Estoy pintada?

  Esa sonrisa misteriosa, la que me hace pensar "¿Qué mierda hiciste?", apareció en sus labios.

-Casi pero no, eres muy real.-Me cogió del mentón y me besó como solo ella sabía, su lengua me dejó en jaque.-Lo siento.-susurró cerca de mis labios.

   Se apartó sin aviso previo y pasó por mi lado; cogió su casco, las llaves de su motocicleta recién comprada y su chaqueta favorita que se encontraba en el perchero, una con tintes militares y un dragón dibujado en la espalda.
   Se quedó ante la puerta con la mano en el pomo, sin girarlo y sin volverse para verme.
    No tenía por qué marcharse. Aunque siempre viene, descarga su maldita frustración conmigo y se va...esta "ida" era diferente. Tardaría mucho más en regresar...
  Nunca me decía nada, sólo hablaba de cosas vanas, nunca de ella... Se negaba a decirme qué le pasaba, y por más que intentaba sacarle algo nunca lo lograba. Es más cerrada que el candado de un diario, y había construido un gran muro a su alrededor... Un muro que yo no había logrado traspasar.

-¿Nos vemos luego, cielo?-le pregunté.

   Ella abrió la puerta, y antes de salir lo único que pude oír fue un: "Ajá".... Odiaba despedirse.
   Vi mi reflejo en el espejo, y de lo que no me había percatado antes era del "Nos vemos luego, Mí Cielo" que había dejado escrito con su labial rojo...
   
-Maldita zorra.-susurré con una sonrisa en los labios.-Ay, Ivel.... Hasta cuando nos volvamos a encontrar....












jueves, 13 de noviembre de 2014

"Encontraré los lugares donde te escondes....




....seré el amanecer en tu peor noche..."









  En el silencio de la noche....




....en ésas noches de lluvia....





Entre lágrimas desbordadas....



....que mis dedos irán recogiendo...



Detrás de cada sonrisa....




....o la mirada de algún extraño....




En el soplo del viento....



....En los primeros rayos del sol que se cuelan por la ventana...







Tal vez sobre decirlo pero....





"Si te falta algún "TE QUIERO".....













piensa en mí...."



















martes, 11 de noviembre de 2014

Ruleta Rusa.....(4)


"Busca a la chica con la sonrisa rota..."



     Nuestra historia está controlada somos pocos los que sabemos lo que ocurrió hace dos mil años atrás. Hablar de los sucesos que nos trajeron a este Nuevo Orden se castiga con la muerte, así de extrema es La Organización.
   Vivimos días tétricos, no hay tanta diferencia entre la sociedad de hace dos mil años y la sociedad actual...
   La Organización que nos rige se formó en América, y ¡oh ironía! este continente fue convertido en una prisión donde pocos han tenido la FORTUNA de llegar porque la mayoría "desaparece" en el camino.
   Países como Argentina, Brasil, Rusia y el Reino de Egipto de algún modo han logrado mantenerse firmes frente al líder del mundo. Firmes y unidos; La organización no ha conseguido penetrar los muros de estas naciones, Arléz debe estar desesperado. Desde hace 500 años los acuerdo de paz continúan vigentes, la razón por la que Arléz no ha atacado a estas naciones tiene que ver con la resistencia que ha ido en crecimiento dentro de su propia "sociedad perfecta", y atacar abiertamente significaría darle luz verde a los insurgentes para que se rebelen. Arléz llevaría las de perder pues la rebelión tendría el apoyo de Rusia y los demás.
   Ganaríamos en número y recuperaríamos nuestra libertad.
   La Organización ha ido cazando a los líderes de la resistencia, pero por cada miembro muerto aparecen dos más.
    Somos como la Hydra de Lerna...

      Sonreí ante el espejo pensando en la suerte que tuve de entrar a la Casa Carlysle, Elliot es uno de los Siete Grandes. Y mano derecha de Arléz.
   Que "conveniente" me ha resultado el que mí hermano tenga que casarse con su hija para salvar a mí familia de la ruina. Y yo no esperaba conocerla antes de que le presentaran a mí hermano.

-El agua estaba helada.-comenté, saliendo del cuarto de baño y atándome la bata. Ivel estaba secándose el pelo.-¿Te sientes bien?

-Bien preocupada.-respondió, apagando la secadora.-Me gusta ducharme con agua helada, lamento no haber cambiado la temperatura, es que no acostumbro a dejar que otras personas usen mí ducha.

-No te preocupes, ha sido rico.

-¿Rico? ¿Eso decías en el burdel?

  Me dio la espalda y se lanzó en la cama. La oí reírse, sí está mejor que hace unas horas.

-Te dije, pequeña mía, que no volvieras a tocar ese tema.-me senté con ella, la pillé mirándome. Ella volvió la cara hacia el otro lado.-¿Cómo le conociste? A Marco.

    Se levantó, quedando sentada en medio de la cama.

-Es una ironía, fue gracias a mí padre.-No oculté mí asombro, ella sonrió.-Lo acompañé a una revisión de la milicia en Verona, y allí le conocí. Mí padre me dejó a solas con él para que me mostrara los alrededores; porque a él, mí padre, le surgió un asunto qué resolver.-Ivel parecía estar reviviendo ese recuerdo, su mente se hallaba lejana mientras hablaba.-Fue muy atento conmigo, me agradó. Pero supe que estaba enamorada de él cinco meses después, en Neo Venecia cuando nos encontramos después de meses de sólo hablar por cartas.

-¿Tu padre nunca revisa tu correspondencia?-pregunté.

  Por lo que yo sabía, La Organización revisa cada carta que se envía y ha intervenido cada teléfono existente dentro de su gobierno.

-Marco y yo encontramos una forma de evadirlo, tenemos amigos en común en los que confiamos. Por eso padre nunca lo supo.

   Y volvió la tristeza a su mirada, llegó para quedarse; le preocupa que lo hayan torturado y no es para menos. Se estuvo acostando con la hija de uno de los líderes de este Gobierno, transferirlo a otra base era poco.
   Me sobresalté cuando llamaron a la puerta, Ivel salió de la cama entre risas. Abrió la puerta y dejó entrar al chico que la acompañaba la noche pasada.

-Vika, él es Leonardo. Leo, te presento a Victoria JeanMarais, ya de manera oficial.

   Él besó mi mano, su rizado cabello me resultó encantador. Sus ojos grises tenían una mirada dulce, pero a leguas se notaba que era un conquistador. El típico don juan.

-¡Qué guapa es usted, Mí Lady!-dijo el caballero.

   Yo sonreí e incliné un poco la cabeza en gesto de agradecimiento por su halago; le dije a Ivel que regresaba a mi dormitorio ella me acompañó hasta la puerta.

-Gracias por brindarme tu ayuda.-susurró.

-No me agradezcas aún, es más no me agradezcas nunca porque ya estamos a mano.

   Le guiñé un ojo a su amigo y salí.

   Creo que empiezo a arrepentirme de haber decidido presentarme esta mañana, ella no es como su padre. Mi problema no es con Ivel, es con su padre.... Debo encontrar la forma de hacerme con los planos de las nuevas armas que Industrias Phoenix, el conglomerado de Elliot Carlysle, está pensando fabricar.
   Cerré la puerta tras de mí, y puse los ojos en blanco al ver a mi hermano entrar desde la terraza. 
   Bajé la mirada, ya lo tenía delante de mí.

-Esa bata te queda muy bien, Victoria.-susurró, cogiéndome de la barbilla.

-Aquí no.-musité, dando un paso atrás. Me agarró de la muñeca, lastimándome.-Suéltame.

-¿Te estoy haciendo daño, mi niña?

-Eres un maldito puerco, no pienso dejar que me hagas daño. Ya no.

   Sentí el golpe que me propinó con la mano cerrada en un puño, caí al suelo.

-Lo siento, preciosa mía.-se apresuró a decirme, agachándose para tocarme en el punto donde me pegó. El sabor de la sangre que salía de mi labio inferior se mezcló con el de las lágrimas.-No volveré a hacerlo, pero sabes que debes hacer lo que yo te diga. Vas a volver a ese bar.

-Te vas a casar con ella, ¿qué más quieres de mí?-dije, levantándome de un salto para que no me tocara.-Tendrás todo el dinero que quieras, Gael. Ya no me necesitas.

-No llores, ven aquí.-Volví a dar un paso atrás a medida que se acercaba.-No tocaré ese dinero, ella no me lo permitirá; quien controlará todo será Ivel, ¿crees que no lo sé? Esa maldita perra no me dará ni un centavo.

-No la llames así.-Apreté los dientes y lo miré con ira.

-Me gusta que te pongas así, mi niña.

   Intentó acercarse más a mí, le di una cachetada.
   ¡Maldita sea! Eso sólo conseguirá enfurecerlo.

-¿Te volviste loca, Victoria?-preguntó con suavidad.

   Arremetió contra mí, quitándome la bata de baño y lanzándome a la cama.



   Oí que llamaron a la puerta, Gael resopló con hastío y corrió hacia la terraza. Sé que se lanzó desde allí, ese maldito engendro puede hacer cualquier cosa.
    La voz de Ivel me sobresaltó.

-Vika, ¿puedo pasar?

   Me senté al borde de la cama, y con las lágrimas corriendo por mis mejillas llegué hasta la puerta. Me recargué en ella.

-¿Vika? Puedo escucharte, ¿estás bien?

-Vete, pequeña mía, quiero estar sola.-La voz se me quebró.

-¿Estás llorando?-preguntó.

-No, déjame sola.

   Hubo un largo silencio, escuché un movimiento afuera. Me separé un poco de la puerta y pude ver su sombra por la rendija. Estaba sentada.
   La imité, y pensé en lo idiota que soy por no defenderme de Gael, igual y saldría muerta si lo hiciera. Es un monstruo.....
   Sentí que mis dedos eran tocados, volví la cara y vi que la rendija tenía el espacio suficiente para que los dedos de una mano pudieran pasar por allí. Busqué los dedos de Ivel....
   Era un "Estoy aquí por si me necesitas"....
   Lo sé, pensé.
    No quiero traerla a mi infierno....
   


    


















-Vika.....








lunes, 10 de noviembre de 2014

Ruleta Rusa....(3)




   Elliot caminó en silencio, regresó a su asiento detrás del escritorio y presionó un botón negro, apenas visible para su hija. De pronto se vieron acompañados por una versión holográfica de un hombre calvo vestido con un traje militar de casaca roja y capa negra.

-Mí Lord.-dijo el hombre.

-Quiero que Marco Valestra venga a mí casa esta misma noche, Fiore. Que lo acompañen dos guardias más, por favor.

-Estará allí enseguida, Mí Lord.

   Elliot volvió a presionar el botón para cortar la comunicación.
   
-Padre, ¿qué estás....

-Sólo quiero lo mejor para ti, Ivel, y ése hombre no te conviene.

-¿Qué sabes tú? Dime cómo puedes pensar en elegirme marido, tú enfrentaste a tu familia, peleaste para que aceptaran a mí madre. Viniendo de ti no me lo creo, padre.-Ivel buscó la forma de que su padre la mirara a los ojos, él sólo se enfocaba en el libro que había estado leyendo.-Ya ni recuerdo las veces que he oído ésa historia,-dijo, pensativa.-te enamoraste de mí madre en uno de tus viajes a Egipto, y ella estaba destinada a casarse con un hombre al que ni siquiera conocía. Tú estabas en la misma situación, comprometido con una mujer que tu familia eligió para ti; huiste con mí madre, y estando en Neo Bretaña enfrentaste a tu familia. Al final tuvieron que aceptar a la mujer que Tú elegiste. Entonces ¿por qué? ¿Por qué me haces esto?

   Elliot se levantó, Ivel lo imitó. Su padre se acercó a ella y la abrazó; sin entender muy bien, Ivel correspondió al abrazo.

-Mamá dijo que la última vez rompiste el compromiso, y que fue Arléz quien te convenció de llevarlo a cabo. Mamá te hizo prometer que no habría más compromisos arreglados, ¿por qué haces esto si ya lo habías roto? ¿Acaso Arléz te lo está ordenando?

   Elliot la apartó un poco, la joven pudo ver la tristeza en la mirada de su padre. La desesperación.

-Nunca te he mentido, hija mía, tampoco quiero empezar ahora.-dijo Elliot.-Es por conveniencia, los JeanMarais están en la ruina y no quieren que otros se enteren. Hasta el momento han logrado ocultárselo a Arléz, pero si este se enterara de la situación del Duque, querría saber en qué han gastado tanto.

   Ivel frunció el ceño.

-No entiendo, ¿por qué le importaría a Arléz saber en qué se gastaron el Duque y su familia su dinero?

-Hay una resistencia, Ivel. Y se han encontrado culpables de financiamientos a estas organizaciones, a varios nobles; Gastón está bajo sospecha, no tiene cómo probar lo contrario.

-¿Sólo por eso lo estás ayudando? ¿Para protegerlo?

-Sí, lo conozco desde hace mucho y sé que él haría lo mismo por mí; es necesario que te cases con Gael para guardar las apariencias, y de ése modo poder ayudarles económicamente. Si yo moviera mis cuentas y le pasara dinero a alguien que está bajo sospechas se vería extraño, caería yo también y tu madre y tú estarían en riesgo.-explicó de manera convincente, pero Ivel seguía pensando que le ocultaba otra cosa.

-Es una tapadera, ¿el Jefe de Jefes no sospechará igual?

-No, le dije que Gael está enamorado de ti desde que te vio en la fiesta de cumpleaños de Franco Cardinale hace seis meses, y que fue él quién me pidió tu mano en matrimonio.

   ¡Vaya que lo tienen todo arreglado! pensó Ivel, apartándose más aún de su padre. 
   Ahora recordaba que Gael sí había estado en esa fiesta, pero nunca hablaron; tenían que usar un lugar donde los dos hubiesen estado al mismo tiempo, con testigos, para que resultara lo del "enamoramiento".
   
   Llamaron a la puerta del estudio, Ivel supo de inmediato que se trataba de Marco.
    Su padre dio la orden de entrada, ella ni siquiera se dio la vuelta para mirar al hombre hasta que este estuvo a su lado.
   Marco no necesitaba ninguna explicación, bastó la mirada de Ivel para saber que le había contado toda la verdad a su padre; asintió en dirección a la chica, ella le devolvió el asentimiento de cabeza.

-Señor Valestra, acabo de enterarme que usted y mí hija mantienen una relación de tres años.

-Así es, Mí Lord. Amo a su hija y haré lo que sea necesario para darle la felicidad que ella se merece...

-Qué bueno es escuchar eso, señor Valestra.-sonrió Elliot, a Ivel no la convenció esa sonrisa.-Sin embargo Ivel está comprometida con otro hombre, así que desde este momento su noviazgo queda disuelto.

-Padre....

-Señor....

-¡Guardias!-exclamó Elliot.

-¡Padre no, por favor! Tú has dicho que es por conveniencia.

-Lo es, pero si queremos que sea creíble este hombre no debe tener cabida en tu vida, hija mía.-Elliot volvió a sonreír en dirección a Marco.-Llévenselo, que cumpla servicio en Neo Bretaña, aquí no lo quiero más. Y si le vuelvo a ver cerca de mí hija será ejecutado, señor Valestra.

   Marco intentó liberarse del agarre de los soldados, Ivel quiso ayudarlo. Pero Elliot la cogió de la cintura, y la separó de ellos.

-¡Volveré por ti, Ivel! ¡Te lo prometo!-exclamó Marco mientras lo sacaban del estudio.

-Será lo último que haga.-susurró Elliot.

   Soltó a su hija, esta lo miró con frialdad.

-Te has convertido en la persona más vil que he conocido, me das asco.

-¿Vil?-rió Elliot.-Si dejé que lo vieras por última vez, ¿te parece un acto vil de mi parte? He sido benevolente en no ordenar su inmediata ejecución por revolcarse con mí hija.

   Ivel lo abofeteó, y al darse cuenta de lo que había hecho miró su propia mano y luego a su padre. Sintió culpa, era la primera vez que le levantaba la mano, y ni hablar de discutir de un modo tan fuerte con él.

-Me voy. A la mierda el compromiso....

   Se dirigió hacia la puerta.

-Bastará con que pongas un pie fuera de esta casa para que tu madre muera, ¿es eso lo que quieres?

   Ivel salió.
   
   Refugiada en la glorieta que se hallaba en el jardín pensó en las palabras de su padre, y en la razón por la que Marco no peleó con esos dos guardias que se lo llevaron. Él no lo hizo porque sabía que sería armar un escándalo mayor que su madre escucharía, Marco quiso evitar que aquello terminara mal para todos.
   Luego encontrarían la forma de verse.
   Y ella, Ivel, no podía marcharse así nada más. Por la misma razón que Marco no se defendió como debió hacerlo.... la enfermedad de su madre.
   
  La lluvia comenzó a caer, los truenos retumbaban tan fuerte que se sentía vibrar el techo de la glorieta.
   Ivel no la sintió llegar.

-Buenas noche, Mí Lady.-saludó. Ivel se sobresaltó.-Lo siento, ¿puedo sentarme?

-No.-respondió con frialdad.

   Ignoró la respuesta y tomó asiento al lado de la dueña de casa.

-Te vi desde el balcón, ¿qué te ha pasado?-Ivel prefirió ignorar su presencia.-¿Tiene qué ver con el hombre al que sacaron hace rato?

-¿Por qué tu interés?

-No, si no estoy interesada, pregunto por preguntar. Mucho gusto, me llamo Victoria.-Victoria le tendió la mano con una sonrisa en los labios.

-Deja la burla, Vika.-sonrió Ivel.

   La ojizarca seguía burlándose por la expresión de Ivel al escuchar que la presentaban como la hermana de su prometido.

-Vale, lo siento.

-Es mí novio, el hombre al que sacaron.-explicó sin mucho ánimo.

-Oh.-murmuró Victoria.-El compromiso no te viene bien.

-¿Tú crees? ¿Y desde cuando tanta confianza para conmigo? Te conocí anoche.

-Pequeña mía, es fácil tomarte confianza. Y más después de saber que ayudas a extraños.-soltó una carcajada. Ivel ladeó la cabeza.-¿Cómo se llama él?

-Marco, es militar.-contestó, levantándose y caminando hacia el barandal. Se apoyó en él.-Lo han transferido porque le he dicho a mí padre que él y yo... tenemos... una relación.

-Mierda.-susurró Victoria.-Lo aleja de ti para que estés con mí hermano....

-¿En serio tienen problemas financieros?

   Victoria no respondió de inmediato, Ivel se dio la vuelta.

-Sí, pero no estoy segura de nada; no sé qué mierda ha hecho mí padre.-Victoria cruzó las piernas.-Siempre digo que no es asunto mío lo que ellos hagan, tengo mis propios problemas, mí propia vida lejos de tanta frivolidad.

-Como el burdel donde trabajabas.

-Pequeña mía, no volvamos a tocar ese tema ¿vale?

   Ivel la observó con severidad.
   Volvió a su posición inicial, los relámpagos iluminaron el cielo; salió corriendo de la glorieta sin aviso previo y miró el cielo. Dejó que el agua la empapara, que cayera en su rostro..... 
   
   Volveré por ti, Ivel.... 
   Marco...pensó. 

   Dejó escapar un grito pues de algún modo sabía exactamente lo que le estaban haciendo a Marco, no podía esperar otra cosa que no fuera tortura. Conocía ésa forma de actuar de la milicia....
   Victoria salió de la glorieta, no sabía la razón pero le dolía ver que su nueva amiga sufría por dentro; se paró detrás de ella y la abrazó, ambas cayeron arrodilladas. Ivel sentía impotencia, las lágrimas se mezclaban con el agua de lluvia que caía por su rostro.

-¡Te ayudaré a encontrarlo!-gritó Victoria por encima del sonido de los truenos.

-¡No tienes idea del problema que te traerá meterte en esto, Vika!

    Victoria se situó frente a ella, y tomó su cara entre sus manos.

-¡Estoy metida en cosas peores, pequeña mía! ¡Eres tú quién debería tener cuidado conmigo! ¡Te ayudaré a encontrarlo!

    







sábado, 8 de noviembre de 2014

.........







"Me sé muy bien mí nombre...
pero quiero que
 TÚ
 lo repitas...
Varias veces...
Suavemente..
y al oído, mí amor..."

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   









lunes, 3 de noviembre de 2014

(Re)Tornaremos....








"Secando tus lágrimas con los dedos húmedos por las mías..
Típica tópica estampa de tristeza
busco en mis bolsillos intentando dar con la frase precisa
la que encienda tus sonrisas y apague realidades
(o que al menos difumine esta que nos acompaña)
y murmuro que aprenderé patchwork sólo para hacer algo útil con todos los fracasos que 
guardamos....
...hoy estamos hundidos...
Mañana seremos invencibles otra vez...."

























                                                                   -MargotSinAzúcar.....







jueves, 30 de octubre de 2014

Ruleta Rusa....(2)




Roma, Italia...
Año 4026....



    El día transcurrió entre charlas sobre la boda, la escena y los diálogos terminaron resultándole tan banales a Ivel que a la hora del almuerzo pidió que se lo llevaran a su habitación. No aguantaba ni un minuto más estar con gente que sólo hablaba del color de los manteles y el número de invitados que asistirían.
   Leonardo la acompañó en silencio, hasta que decidió hacerle una pregunta que le rondaba la cabeza desde que supo sobre el compromiso arreglado de su amiga.

-Ivel, ¿tu madre sabe sobre este asunto? Porque es que no la imagino apoyando algo así, ella misma se opuso a su propio compromiso arreglado cuando vivía en El Cairo, ¿no es así? Y huyó de allá con tu padre.

   Ivel no probó bocado de su plato, no tenía hambre. Conocer a la que sería su familia política le revolvió el estómago; a excepción de Victoria, todos los demás parecían estar interesados en el dinero, en gastar, gastar, gastar.... En que la boda fuese en extremo costosa.

-Mí padre dijo que sí, él me habló sobre este compromiso hace como dos semanas atrás, y le hice la misma pregunta que me estás haciendo tú. No he hablado con ella, porque siento que él me está mintiendo y sabes lo enferma que está.-Empezó a golpear el plato con el tenedor, suavemente, tenía la mente en otra parte. Temía que Marco apareciera en cualquier momento.-Iré a verla, ¿vienes conmigo?

   Leonardo asintió.
    Ivel iba pensando en cómo abordaría a su madre, en caso de que su padre le hubiese mentido, para que no se diera cuenta de lo que estaba pasando. Debía ser sutil, su madre podía ser muy perceptiva.
   La enfermera que la cuidaba la ayudaba a salir del baño al momento de Ivel entrar a la habitación; se apresuró a ayudar también. Su madre rió, diciendo que todo estaba bien, que no necesitaba tanta atención. Podía sola; saludó a Leonardo con un beso en la mejilla, y se sentó en la cama.
   Empezó a mirar a los amigos con ternura, Leonardo siempre le cayó muy bien a Talia y verlos tan unidos le daba paz porque sabía lo bondadoso que era el joven.

-Madre, ¿conoces a la familia JeanMarais?-Leonardo miró a Ivel de reojo, no pensó que la pregunta iba a ser tan directa. La vio jugar con el anillo que colgaba de su cadena, supo que estaba nerviosa.

  Talia se extrañó al oír la pregunta, sus ojos verdes la observaron por unos minutos y luego suspiró.

-Sí, una buena familia de la colonia francesa, recuerdo que tu padre quiso comprometerte con el hijo mayor antes, siquiera, de que nacieras.-contó Talia. Se acostó, Ivel se sentó a su lado.-Yo lo convencí de que se quitara ésa odiosa idea de la cabeza, nadie le impondría a mí hija con quién debía casarse. Ni siquiera la Organización, porque de hecho supe que fue por sugerencia de Arléz que quiso comprometerte con el joven JeanMarais.

   Leonardo e Ivel compartieron una mirada de complicidad; la chica intentó disimular haciendo otra pregunta.

-¿Por qué Arléz querría que padre me comprometiera con un JeanMarais? 

-No estoy segura, cielo. ¿Pero por qué el interés?

   Ivel se acostó, Talia la abrazó a ella y le cantó una nana; la mujer tenía una leve sospecha, hablaría con su marido luego. El tiempo que le quedaba lo pasaría con su hija, y sin ningún tipo de problema que pudiera estropeárselo. 
   Leonardo las dejó a solas.

   Ivel no entendía qué podía tener de especial la familia JeanMarais. Gastón era un duque, pero no era un miembro importante de La Organización que gobierna el mundo. Más bien era un peón, a él y a su familia los podían desechar en cualquier momento.
   Regresó a su dormitorio antes de la cena. Se duchó y bajó.
    Vio con pesar que a Gael lo habían sentado a su lado, se disculpó con todos antes de que sirvieran la comida, y se marchó escaleras arriba. Sabía que se ganaría un buen regaño por parte de su padre, pero mientras menos tiempo pasara cerca de Gael, más oportunidad tendría de demostrarle al hombre que no estaba interesada en él.
   
-Parecen los reyes de la casa, esto me da muy mala espina.-le comentó a Leonardo.-Y la hermana menor, si es de la nobleza ¿qué rayos hacía trabajando para aquél señor?

-Habla con ella, Ivel, parece ser diferente a su familia. O si gustas iré yo.

   La sonrisa del joven fue muy pícara, Ivel captó el mensaje y salió de su dormitorio antes de que él se tomara su silencio como un: "Sí, ve a por ella", no era algo para jugar.
    En el pasillo se encontró con una mucama y le preguntó si tenía idea de cuál era el cuarto que le habían asignado a Victoria JeanMarais. La mujer le indicó que siguiera por el pasillo y doblara a la izquierda, la primera puerta que viera en el siguiente pasillo.
   Ivel se sentó en el piso para esperarla, Victoria seguía abajo cenando con el resto.

   La vio acercarse a la media hora.
    Se puso de pie, Victoria frunció el ceño al verla allí. Sonrió cuando la chica la saludó.

-¿Podemos hablar?-dijo Ivel.

-La dueña de casa primero.-dijo Victoria, abriendo la puerta y permitiéndole pasar la primera.

-No me gusta dar tantos rodeos así que iré directo al punto, si usted es hija de un noble ¿qué hacía en un prostíbulo? ¿Por qué trabajar en un lugar como ése?

   Victoria se quitó los aretes que llevaba y le dio la espalda.

-¿Me ayudas, pequeña mía?-inquirió.

  Ivel se acercó, le bajó el cierre del vestido y dio un paso atrás al terminar.

-Contésteme.

-Tengo mis razones y....

-Sus razones se han vuelto mías desde el momento en que pisó esta casa.

   Victoria resopló, pero accedió a lo que Ivel le pedía.

-He tenido problemas financieros y no quise involucrar a mí padre.

-¿Qué hay de su hermano? ¿Él sabía que usted trabajaba allí?

  Victoria bajó la mirada. Puso los aretes en la mesita de noche.




-¿Tan rápido me tratas de usted? Hace unas horas me tuteaste.

-Estoy siendo cortés, ¿Gael sabía?

-No.-respondió Victoria, sosteniéndole la mirada a Ivel.

   A la chica le dio la impresión de que mentía.

-¿Tienes alguna idea de las razones detrás de este repentino compromiso?-preguntó Ivel, cambiando el tema.

-Sé lo mismo que tú, que están comprometidos desde antes de tu nacimiento.

   Ivel se dirigió hacia la puerta, era obvio que a Victoria le habían mentido con respecto a eso. Tal y como lo hizo su padre con ella.

-Pasa una bonita noche, Vika.-dijo antes de salir.

   Victoria sonrió, le gustó el diminutivo.

   Ivel tendría una seria conversación con su padre, no llevaría adelante algo en lo que no creía. Su padre tendría que darle muchas explicaciones, y antes que nada tenía que poner algunas cartas sobre la mesa. Empezando por la secreta relación que mantiene con Marco desde hace tres años.
   Los JeanMarais estaban tomando el té en la sala de estar, su padre debía estar en el estudio. Fue allí y llamó a la puerta, entró tras oír la voz de su padre dándole permiso.

-Buena noche, padre.-saludó, fríamente.-Quisiera hablar con usted, si no está ocupado.

-Para mí nena nunca estoy ocupado.-Ivel mostró una sonrisa irónica.-Toma asiento, cariño.-La morena hizo caso, tomó asiento frente a él.

   Elliot se encontraba leyendo, cerró el libro. Observó a su hija con sus oscuros y fríos ojos.

-Tu comportamiento de este día deja mucho que desear, Ivel.

-Sabe que no estoy de acuerdo, y según sé, madre tampoco.-Elliot se removió en su asiento detrás del escritorio.-Todo ha sido improvisado, ¿verdad padre? Porque mí madre te convenció hace mucho tiempo de que no me prometerías a nadie, que yo tendría el derecho de elegir a quien amar.

-De acuerdo, acepto que te mentí, y lo siento.-dijo el hombre, levantando las manos.-Pero siempre he pensado que Gael sería bueno para ti.

-¿Así como pensaste que Franco también lo era?

   Elliot se levantó y rodeó el escritorio.

-Admito que con Franco Cardinale me equivoqué, no noté que ustedes se trataban como hermanos. Con Gael será diferente....

-No lo será porque no le amo, podría dejar de controlar mí vida, padre. Yo decido quién entra y quién sale, yo decido con quien me he de casar, y si he de hacerlo.

   Ivel se quedó sentada, sabía que a sus espaldas su padre la observaba.

-Esto será bueno para ti, cariño.-dijo Elliot.

-¿Para mí o para usted?-Elliot se quedó en silencio.-Tengo algo que decirle,-Ivel lo había decidido, hablaría con la verdad.-hay alguien, padre. Alguien que me ha hecho muy feliz y con quien he mantenido una relación desde hace tres años.-Esperó a que su padre dijera algo, pero él estaba expectante.-Es uno de los miembros de tu milicia. Marco Valestra.

    Esto no se lo tomará bien, recordé el gesto que Victoria hizo esta mañana. Acabo de ponerme el arma cargada en la cabeza....