Spin-off

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viernes, 31 de julio de 2015

Febrero....(IV)..




Pasado.....



    Muller se encargó de despedir a las visitas, yo me encerré en nuestra habitación. Él se reunió conmigo minutos después; me encontraba en el balcón, él se acercó por la espalda y me cogió de la cintura; sentí su tierno beso en mi mejilla.

-¿Qué te dijeron con exactitud? ¿Esa fuente es veraz?-pregunté, mi espalda pegada a su cuerpo.

-Lo es.-respondió, noté el tono serio en su voz.-Me hablaron de tu tío....


    Me aparté de él al ver los rumbos que iba a tomar.


-No me vengas con herencias, o una lucha por el trono porque dudo que sea por eso.-dije, volviendo a la habitación.-Mi padre fue testigo de traiciones, y luchas de poder dentro de la Casa de su padre, así que para evitarnos a mis hermanos y a mí la misma vida que él tuvo, renunció a todo y nos trajo a Europa para salvarnos. Mi abuelo aceptó la decisión de su hijo mayor, y nos dejó partir, con eso mi tío no tendría por qué conspirar contra mi padre.


-Ésta persona dijo que tu tío Issa sí conspiró contra tu padre, todo para asegurarse de que si tu abuelo cambiaba de opinión y mandaba a buscarlos cuando abdicara, o cuando estuviera a punto de morir, no existiera nadie a quien buscar porque estarían muertos, convirtiéndose en único heredero.-dijo Muller, tomando asiento al borde de la cama.-¿O vas a negar que tu familia era la predilecta de tu abuelo, Veena? Con eso, por más lejos que tu padre los quisiera llevar para salvarlos, tu tío no descansaría hasta dar con ustedes. Fraguó todo, y lo peor es que mi padre está involucrado.-agregó, furioso.


   Todo lo que decía me hacía mal, mi padre se desligó de su familia para salvarnos de lo que, al final, terminó por alcanzarnos.


-¿Quién es ésta persona?-pregunté, sentándome a su lado.


-Dijo llamarse Freyja.-susurró, y sentí que había algo más.-Mencionó que no ha acabado, que no sólo es una lucha por el trono egipcio, Veena. Hay más que eso, pero se negó a decirme; dio la sensación de que se trata de algo que está fuera del entendimiento humano.


-Brujas.-dije, y dejé entrever una pizca de ironía en mi voz.

-Posiblemente.


-Inaudito.-solté, dando la charla por terminada.


   Muller depositó un beso en mi frente, me cogió del mentón y vi sus ojos llenos de preocupación.

-Si Issa viene por ti, si intentara hacerte daño yo....

   Puse mi dedo índice en sus labios. 
  Ver la desesperación en sus ojos grises me hacía sentir peor, sabía que la pequeña posibilidad de que su padre aún siguiera en contacto con Issa lo estaba frustrando.

-Quiero ver a esa Freyja, y hablar personalmente con ella, cielo.-dije.

-Y yo volver a Viena para encarar a mi padre, pedirle alguna explicación. He arreglado todo para irme esta misma tarde y regresar a tu lado el domingo en la mañana.-replicó con mucha seriedad.-A esa mujer puedes encontrarla a las afueras de la ciudad.-agregó, reconocí la duda en su rostro y en su voz.-Pero espera hasta mi regreso, Veena. Por favor.

    Le prometí que esperaría a su regreso, si íbamos a hacer esto, sería juntos.

    A Issa no lo recordaba muy bien, cuando vine con mi familia a Europa yo tenía siete años. Era muy pequeña, el rostro de mi tío y de mi abuelo eran ajenos a mi memoria; aunque posiblemente, si me los encontrara en la calle, algo en ellos me resultaría familiar.
   
    Despedí a Muller con un abrazo y un beso de esos que quedaban en la memoria. Era una separación de días, pero para mí serían como esos cinco años en los que estuvimos distanciados; él susurró lo que yo pensé.

-Aún en la distancia sabré verte, podré verte. Aún en la distancia sabré sentirte, podré sentirte, corazón; te llevo en la piel, tu sabor en mis labios, tu alma en la mía.... Eternos.

    Cogió mi colgante entre sus manos.

-Eternos.

   Tuve un mal presentimiento.... 























*


Presente....


      Pasé la tarde esperando ansiosa la hora de la cena para hablar con él, nunca me había sentido así. Y no debería, siento que no debería al mismo tiempo que siento su falta, lo echo de menos; sonreí al pensar en sus besos, en esas caricias, en su piel quedándose en mí.
   En cada beso dejado en mi cuerpo, sus labios tatuando mi espalda, mi cuello.... Sus dedos escribiendo versos en mi propia piel.
  Y me pensaba, desde lejos me pensaba. Mi mente y corazón estaban sincronizados gritando su nombre; sonreí como una tonta despertando de ese ensimismamiento, mientras salía de la editorial, recordando las palabras de Paolo: "Apuestalo todo que la casa siempre gana...".


     Lo apostaría todo, por supuesto que lo haría.


    Antes de subir a mi coche tropecé con alguien, casi soy yo la que se cae, pero la persona me cogió de la mano y evitó que diera contra el suelo.

-Muchas gracias.-reí, nerviosa.

-No ha sido nada, señorita.

    Experimenté algo muy raro al oír la voz de esa mujer. Levanté la mirada, y me encontré con una mujer morena de ojos azules, su rostro me resultó conocido; sentí una opresión en el pecho como si me faltara el aire.

-¿Se siente bien, señorita?-preguntó la mujer.

   Di un paso atrás para evitar que me tocara.
   Una voz, la voz de Gastón hacía eco en mi cabeza.... "Dijo llamarse Freyja..." "Dijo llamarse Freyja...." "Freyja.... Freyja...."
    Lo próximo que vi fue oscuridad.


-Creo que está despertando.-dijo alguien, cuando abrí los ojos. 

   Vi a la abuela, y a la madre de mi amiga sentadas cerca de mí; y a Pietro parado de brazos cruzados cerca de la ventana.

-¿Cómo te sientes, Ivel?-inquirió Pietro. No respondí, me senté en la cama con un fuerte dolor de cabeza que me estaba matando, y él contestó a una pregunta que yo no había formulado.-Te desmayaste a la entrada de la casa, te encontré cuando iba saliendo.....

    ¿Cómo demonios había llegado hasta la casa de la abuela de Fi?
    Aquella mujer....

-Había una mujer, recuerdo que tropecé con ella y luego nada; no sé cómo conduje mi coche hasta aquí.

   La abuela de Fi, Octavia, se sentó conmigo y me cogió de las manos.
    Sonrió....

-Veo que llevas la cadena puesta, ese hermoso colgante.-suspiró, ignorando la locura que dije.-Trae más agua, hijita.-le pidió a Miranda, madre de Sofía.

   Pietro siguió a la señora, dejándome a solas con la abuela.

-Te vi hablando con Gastón poco antes de que iniciase la ceremonia, es un buen hombre pese a la fama que tiene.-rió; la mención de Gastón trajo una ola de energía a mí.-Hace mucho que no hablamos tú y yo, mi niña. Desde que regresaste a Italia vienes poco para acá, y nunca estamos a solas como ahora.

-El trabajo me consume, nonna. Discúlpame por no tomarme un tiempo para venir y hablar sólo contigo, sin nadie más molestando.-reí, besé sus manos y la abracé.

-¡Ay, mi niña!-suspiró.-Las cosas que tu alma vivió durante tus vidas pasadas.

   Me separé de ella, extrañada por lo que dijo.

-¿Nonna? ¿Por qué dices eso?

-¿Recuerdas que el día que te di ese colgante, te dije que había una historia detrás?

-Y que la dueña original se parecía a mí....-dije, enarcando una ceja.

-Muy dentro de ti crees en vidas pasadas, ¿por qué si no viniste a Roma?-Me atrapó.-Sentías esta ciudad cercana a tu corazón, así como otras, así como lugares que sientes que reconoces; y locura no es, ese colgante te pertenece desde que fuiste concebida.

-Nonna....

-Gastón.-dijo.-A que sientes algo por él, como si estuviesen unidos por algo más. Hay llamados que resuenan a través del tiempo, de las épocas; almas enlazadas.

-Yo creo en ello, claro que lo creo y nunca lo he negado, pero ¿por qué me hablas de esto?

-Porque el ciclo no se ha roto, parece una maldición destinada a continuar hasta el final de los tiempos.-Se levantó y cogió dos libros de encima de la cómoda, y regresó a sentarse conmigo.-Estos diarios pertenecieron a dos de mis antepasadas: Caterina Vitaly, y Regina Vitaly. El primero no cuenta con el año en que fue escrito, pero el segundo sí. De éste el año 1920 es el que debe interesarte; Caterina conoció a la primera dueña de ese colgante, y Regina conoció a la reencarnación de esa mujer.... Y ahora Fi te conoce a ti. Creo que mi familia está destinada a verse ligada a ti, Veena. Y a tu amado Muller.

-Nonna me estás asustando.-Alcancé a decir.

-Sé lo absurdo que parece todo, pero esta mañana una pesadilla muy fea me despertó.-Llamaron a la puerta, Miranda dejó la jarra de agua en la mesita de noche, luego Octavia le ordenó salir.-Va a pasar de nuevo, pequeña. Lee los diarios, y entenderás de qué hablo; en el segundo encontrarás una fotografía, y seguro te causará una gran impresión.

    Me dijo que descansara un poco, me invitó a quedarme a dormir allí.
    Dejé los diarios a mis pies, y cogí mi móvil.
     Le escribí un correo a Gastón.....

   "Querido Ladrón,

       Hoy he pensado en ti, despertaste una parte de mí que hace tiempo me obligué a dormir. No quería sentirme así, no esperé sentirme así: atada de este modo tan profundo a otra persona....
   Semanas antes de conocerte vivía de pelea con la vida, haciéndome daño, durmiendo con diferentes personas un día sí y al otro también.... 
   Era.... Soy un caos, Gastón. Lo confieso, tengo mis momentos de inestabilidad, sería injusto no confesar esto ahora.... Por esos momentos de sombras en mi vida terminé por alejar a mucha gente, y muchas otras se marcharon porque no me soportaban.... No aguantaron mi pequeño gran mundo lleno de luces y sombras....
      No quiero eso para ti, "no soy buena para ti.... Para nadie....". Eso comienza a dar vueltas por mi cabeza mientras te escribo esto, y recuerdo este desastre que tengo por vida.... 
    Divago como una tonta...

     Hoy he tenido una tarde muy extraña, y me veo en la obligación de cancelar nuestra cita virtual. No me siento bien, y no es que esté huyendo de ti, eso ya no más.... Porque ya no puedo sino ansiar tus besos, tu presencia, tu cuerpo, esa piel caliente a la que me volveré adicta.... 
   
  
.....Y este corazón, este cuerpo y ésta alma
te reclaman.....
Te echo de menos....
Sueña(me)....
Yo estaré soñando(te)...
TQ....


I...."
     



     Miré los diarios a mi pies, y la curiosidad me invadió....
     A la vez que sentía a Gastón cerca de mí, a mi lado.....












jueves, 30 de julio de 2015

Febrero....(III)..






Pasado....

     
    Recibí una carta de Alice el jueves de su semana de cumpleaños, decía que el vestido, diario y caja de música le habían encantado. Siempre quiso una de esas, Muller y yo dimos las indicaciones de cómo debía ser, y qué melodía debía tocar; yo sabía tocar el piano y había una composición en particular que mi madre me tocaba cuando era niña, y que a Alice le gustaba mucho. Así que saber que se sentía encantada con los obsequios me alegró...
  Caterina pasó a saludarme esa mañana, hablamos de ella, de sus hijos, de su esposo. Me contó anécdotas de su vida, y no temió interrogarme sobre la mía, quería saber, mucho más.

-¿Qué ocurrió cuando Muller te llevó con su familia?


  Sonreí a desgana al recordar esos días.

   Relaté:

>>La Noche de las Lamentaciones, como suelo llamar esa noche, Muller quiso refugiarme en casa de sus padres ya que era la más cercana. Allí estaban reunidos varios nobles y sus mujeres festejando, mientras por las calles de Viena corría sangre inocente; se quedaron en silencio al verme, supe que su padre me reconoció como hija de su antiguo socio porque enseguida, y delante de todos le gritó a su hijo que me sacara de allí porque estaba cometiendo un vil acto de traición.
  Para no traerle problemas a Muller salí corriendo, escapé hacia el bosque; no sabía que él me había seguido. Me senté bajo un árbol, y apareció sigiloso. Yo me asusté pero Muller me tranquilizó en su abrazo; sentí tanta calma, una paz que me era desconocida. Me sentí diferente entre sus brazos, era una niña, que había encontrado a la otra mitad de su alma a una temprana edad.
  Muller me susurró que todo estaría bien, él no iba a dejar que me hicieran daño. Me llevó a su casa, estaba un poco más apartada de la ciudad, su abuelo se la había heredado; según me iba contando de sus andanzas, de camino a su hogar, más cercana me sentía a él y noté que era algo mutuo aunque yo no hablara. Escuchaba tan sólo....
   Al llegar me bajó del caballo y me guió dentro.
   Una joven mucama le dio la bienvenida, él saludó como si de su propia familia se tratara, y luego le dijo que me llevara a una de las habitaciones, "la más bonita que tengamos" recuerdo que dijo.
  Aún estaba en shock por la familia que había perdido, y no tenía ganas de nada. Ni de sonreír, ni de sentir....nada.
  Colette, la joven chica de servicio, me ayudó a lavarme y hablaba de lo rica que iba a estar la cena que el "joven Muller" me prepararía. Hubo un momento en el que me dejó sola, y fue entonces cuando vio que era el mismo Muller quien estaba cocinando.
  Yo apenas probé un bocado pequeño, y lo vomité en el jardín antes de irme a dormir. Cosa que tampoco pude hacer, las imágenes de los cuerpos colgando, de la muerte y destrucción que los soldado dejaron a su paso, estaban frescas; bastaba cerrar los ojos, e incluso abiertos veía todo aquel caos. Veía a mi familia.....<<.

   Me vi interrumpida por una mucama.


-Señora Preminger, tiene visita.-anunció.


   Yo no esperaba a nadie, así que me extrañó que alguien llegara sin aviso o invitación previa considerando que tiendo a infundir miedo en los conocidos de los Preminger. Gracias a mis diabólicos suegros.

   Mi única amiga cercana que pertenece a la nobleza, ha sido Caterina.

-¿Quién es?-pregunté, levantándome.


  La mucama salió y regresó con una mujer rubia, su aire altivo me obligó a mirar a Caterina para confirmar mis sospechas sobre la identidad de aquella mujer. 

    Caterina asintió disimuladamente.

-Buenos días, Señora Preminger. Siento mucho venir sin avisar.-dijo la rubia.-Disculpe mis modales, Dalia Barone, la anfitriona a la que usted y su marido dejaron plantada hace unas noches.


   La "novia" de Muller.

    
    Pasamos al jardín para tomar el té, idea de Caterina. Hacer buenas migas con una mujer que desea a mi marido no es mi idea de pasar un buen día; porque sé que algo se trae Dalia, y no debe ser bueno.
   No soy el tipo de persona que juzga de antemano, pero esa prepotencia con la que se presentó, no me gustó nada.

-Hace un día hermoso.-comentó Caterina, la tensión entre esa mujer y yo era palpable.


-Dalia, como habrá notado, mi marido no se encuentra en casa.-dije, sin tocar mi taza.


-Es una lástima, quería verlo. Le he extrañado, ¿por qué no fueron a mi baile?


   Sonreí al rememorar los hechos de esa noche.... exquisitos y carnales hechos.

    Además, la llegada de mi hombre me ensanchó la sonrisa, e hizo más vivos los recuerdos.

-Tuvimos algo muy importante qué hacer, y no se podía postergar.-alegó Muller, saludando a Caterina con un beso en la mejilla, a Dalia sólo de mano, y al llegar a mí no tuvo pudor en comerme la boca.-Mi maravillosa mujer, mi dueña.-El rostro de porcelana de Dalia era digno de un retrato, no hay un pintor cerca cuando se le necesita.-¿Podemos hablar un momento, Veena?-me susurró al oído, parecía algo serio.


   Me levanté y lo seguí dentro de la casa.

    Lo noté nervioso.

-¿Muller? Me estás asustando.-dije.



-Acabo de encontrar a alguien que me dio algunas respuestas sobre los hechos acaecidos hace ocho años. Vienen de atrás, Veena. Por parte de tu familia paterna.


-¿De qué hablas?




-Alguien quería quitarlos del camino a tu padre y su estirpe.

   Aquellas palabras retumbaron en mi cabeza....

   ¿Quién¿Por qué?....







miércoles, 29 de julio de 2015

.....






Duele....
Hoy la Luz no es Luz...
Hoy todo es nublado....
Sombras que danzan alrededor...
Las piezas de un alma desvanecida...
Arrinconada....
Incendiándose...
Hoy la Luz no es Luz...
Hoy todo se encuentra nublado....









martes, 28 de julio de 2015

.......







Vive(me) hoy.... 
Mañana... 
Siempre...
Vive(me) sin miedos...
Vive(me) atada a ti y libre a la vez...
Vive(me) en ese pequeño espacio entre mi luz y mi oscuridad...
Donde mis sombras y mis luces se tocan...
Vive(me)....











lunes, 27 de julio de 2015

Febrero.... (II)





Presente....


-Flashback...-



    *Le avisé a las chicas que me iría, como ya lo que teníamos que hacer estaba terminado, les dije que se tomaran el resto del día. Era viernes y debían estar agotadas por la noche anterior, ambas estuvieron en la boda y en la fiesta posterior a esta. 



  Me dejé guiar por él, fuimos en mi coche. Gastón conducía, y hacía bromas sobre Fi y su conducta sobre protectora; Sofía siempre fue así conmigo, me cuidaba como si de una hermana mayor se tratara. Yo lo agradecía, ella era una parte importante de mi vida; cuando conoció a Salvatore hice hasta lo imposible para que estuvieran juntos, y todo terminó en boda. Eso me hacía feliz.
   Gastón se detuvo frente a un teatro, lo miré sorprendida y confesó que nuestro amigo en común le había dicho que me gustaba el teatro, no sólo ver una buena obra, sino disfrutar sobre las tablas. 

-Investigaste todo.-dije, subiendo las escaleras. Me detuve en un escalón, y él se acercó más.-No vamos a llegar adentro si sigues así.-susurré.

   Gastón me tomó del mentón, y atrapó mi labio superior entre los suyos. El calor que recorrió mi cuerpo era una mezcla del mío y el suyo; era una mezcla de nuestras ganas.
   Yo ya perdí esta apuesta, necesito de él. Estoy perdida, y ¿cómo puede quererse a alguien en un tiempo tan corto?¿Quién conoce la respuesta? ¿Es acaso posible querer de este modo a una persona? Porque sé que hay deseo.... pero siento más.
   Me cogió de la mano, y entramos al recinto; no había gente, cuidador, nadie. 

-Salvatore me ayudó.-susurró.


   Salvatore conocía a todos así que el que haya conseguido que le cedieran ese teatro por una tarde no era sorpresa. 

   Estuve en ese lugar una vez el año anterior, Fi me invitó a ver una preciosa obra escrita por una amiga suya. El escenario era enorme, y en el teatro entraban unas setecientas personas; fue diseñado por Sal, y pensó en todo, en cada detalle. Resultaba similar al mismo coliseo.
   Gastón y yo subimos a las tablas, me quité los zapatos porque me encantaba sentir bajo mis pies y subiendo por mi cuerpo, esa magia que guardaba ese sagrado lugar. 

-Veo que Salvatore no mintió, morena. Lo disfrutas.-comentó Gastón, depositando la cesta en el suelo. Vino a mí e hizo una caravana.-¿Gusta bailar, señorita?


-Será un placer, señor.-Extendí mi mano, el la cogió, me rodeó la cintura con la otra y me pegó a él.-¿Puedes oír la música?


-Fuerte y clara.-Guiñó un ojo.


   Podían tomarnos por locos, éramos dos locos....

    
    Reímos, y yo.... Yo intentaba reconstruir mis murallas, esas que él ya había conseguido derribar. 
   Noté que no era la única con armadura, había tristeza en su mirada, y a veces lo pillé evadiendo hablar de sí mismo. No decía más que lo que se permitía divulgar, igual que yo.

-Un picnic dentro de un teatro, me gusta.-sonreí, cogiendo uno de los pastelitos de chocolate que había llevado para el postre.-Pero está prohibido traer comida a lugares como estos, Ladrón.


-¿No te gusta lo prohibido? Porque yo lo disfruto.


-Me gusta, claro que me gusta.


   Una sonrisa se deslizó por sus labios, y su mirada se tornó lujuriosa.


-Hablando de ser un ladrón, y de lencería....


-¡Yo no he mencionado la lencería!-solté, recordando lo que me hizo la noche anterior.


-Es de Victoria´s Secret.-dijo, fingiendo seriedad al sacar del bolsillo de su pantalón mis bragas negras.-¿Un demonio de Vicky Victoria?


    Se la arrebaté y la metí en mi bolso.


-Estás loco, Gastón.


-Todos lo estamos, sólo que unos pocos privilegiados dejamos salir esa locura.... Con la persona deseada, querida, amada.-Calló por un momento, sólo nuestras miradas hablaban por nosotros. 


   Deseo esto.... Esta oportunidad, deseo vivirlo a él. Y que me viva... Lo que dure... Así sean dos horas, cinco minutos.

  La eternidad, pensé jugueteando con el colgante.
   Recogimos todo y fuimos a un hotel, cuando miré el reloj del móvil eran las 17hrs. Él había hecho una reservación antes de ir a por mí a la boutique.

-¿Y si me hubiese negado?


-Sabía que no lo harías.-aseguró, cerrando la puerta tras él.-Lo sabía, y cada minuto en el teatro pensaba si debía hacerlo, si debía sugerir este lugar. Empezaba a dudar, Forastera....


  Besé sus labios, robándome su aliento en el acto.... Robándome su alma...

  Deshice los botones de su camisa, rompiéndola y dejándome comer por él. Por su boca, por su lengua invadiendo en búsqueda de la mía.... 
  Gastón me apretó a él, sentí su erección y bajé la mano para acariciarla por encima del pantalón. Sin mirar desabroché aquél, e introduje mi mano para sentirla, caliente, dura.... 
   Sus labios besaron mi cuello, subí mis manos hasta su pecho, suspirando, sintiendo sus manos quitarme la chaqueta. Besó mi frente al tiempo que bajaba el cierre de mi vestido, y lo dejaba caer al piso... Me observó, estudiando mi rostro, acariciando mi labio inferior con su dedo pulgar... Adorándome con la mirada....
   Volvió al encuentro de mi boca, sus manos en mis pechos, acariciando con una delicadeza que me gustó sentir. Mordió mi mentón y bajó hasta ellos.... Besó y chupó uno, dedicándole pellizcos y caricias al otro....
   Gastón me estaba enloqueciendo....
    Se quitó el pantalón ante mí, pasé mis uñas por su torso, hasta llegar al borde de su bóxer. Que bajé, sólo un poco, encontrándome con su lengua entreabriendo mis labios.....
   Sentía la humedad en mi sexo, y sus dedos recorrer ese vértice, acariciando, hasta entrar.... Metía y sacaba, despacio... Su boca rindiéndole honores a mis pezones, dedicando mordidas que me hacían gemir, que me llevaban al punto del orgasmo, pero me contenía.... Lo quería a él dentro de mí.... 

   Sacó sus dedos, y me levantó en sus brazos, llevándome hasta la cama. Me acostó con suavidad sin dejar de besarme.... Abrí mis piernas para saber su sexo en el mío.... Para sentir esa rica caricia que Gastón me dedicó con la punta de su polla, suave, delicada.... Antes de entrar y mojarse con mi esencia, antes de volverme de su propiedad. Empujando, un poco más... Un poco más.... Salió y volvió a meterse como el ladrón que era... 
  Ladrón de mis besos....
 De mis jadeos.... 
De mis suspiros.... 
De este corazón y de esta alma que le pertenecían....





   Mío.... Tuya.... le susurré al oído.... Sintiéndolo dentro, moviéndose, ansioso... Amándome, dichoso....*










Actualidad.......


    Fui yo la que abandoné ese hotel aquella tarde mientras él dormitaba. Debía marcharse, yo no lo pedí que se quedara, no lo detuve, y no respondí cuando me llamó; ni respondí correo alguno que me envió nada más llegar a su ciudad.

   No quería dejar que se fuera, no quería dejarlo ir, y me lamento recordando esa primera vez juntos, una primera vez que sentí como si no lo fuera.... Cada espacio de su cuerpo me era conocido....

    Cerré el manuscrito que estaba leyendo para Paolo, el padre de Fi. Trabajo como su asistente en la editorial que maneja.

   No quería saber de romances, de nada.
   Escuché el sonido del móvil al dirigirme a la oficina de Paolo, casi se me cae el bendito manuscrito cuando vi que era un correo de Gastón. Otro, el cuarto desde que se fue.

  "¿Cómo te explico que me haces falta?

  Que siento este vacío maldito en mi pecho...
Que no he vuelto a ser el mismo....
 Lo apuesto todo a nosotros, morena... 


G"



     Me sentí con las ganas de responder, tenía que dejar de escudarme y empezar a ver la realidad.... Y esa realidad era tan clara.... 
    Yo lo quería, tampoco sabía cómo explicar la falta que me hacía, su cuerpo, su presencia... Él....
   Los dos habíamos perdido.... Y ganado.... 



"Siento no haber respondido antes....
Cuenta te habrás dado de lo cobarde que soy cuando
de sentimientos se trata...

I..."



   Entré a la oficina de Paolo, le comuniqué que el manuscrito tenía buena pinta y que si se decidía a darle la oportunidad al autor no perdería nada. Lo ganaría todo, de eso se trataba de apostar....
   No sé por qué Paolo confía en mi opinión, si he hecho buenas elecciones, y han tenido éxito pero ha de ser cuestión de suerte.
   Mi móvil sonó....
   Me disculpé con mi jefe...


"De cobarde a cobarde te confieso 
que te he buscado en otros labios....
¡Joder! Te busco en mi cama cada mañana....
Y entonces veo que no estás, 
y me pregunto si todo fue un maldito sueño....
Me pregunto si fue así, y te volviste humo entre mis dedos...


G...."

    Sonreí captando la atención de Paolo.

-Ivel, Ivel. Reconozco esa mirada, hay amor en el aire, bellissima.-comentó, mirándome detrás de sus gafas.

-Algo así, Don Paolo. Algo así....

-Hazlo.

-¿Qué?

-Apuéstalo todo que la casa siempre gana.-dijo, guiñándome el ojo y sonriendo.-Los viejos sabemos de qué hablamos, cariño.

    Salí, respondiéndole a Gastón....




"Mira en tu cuerpo, y encontrarás mis huellas...
Una a una....
No fui un sueño....

I..."




"Llevo tu aroma impregnado a mi piel...
Eso me da la certeza de que fuiste real....
Y tus uñas marcaron piel...
Como mis marcas quedaron en la tuya...
Debo regresar al trabajo, ¿podemos hablar luego?

G..."



"Sí, tengo que ir a ver a la abuela de Fi, 
pero puedes llamarme a la hora de la cena...
Mi hora de la cena...


I...."



"Me has dado ideas con respecto a la comida....
Hasta entonces...
TQ....


G....."


   Miré el colgante de media luna....
   
-¿Qué te propones universo?-susurré, recordando ese instante antes de entrar al teatro....











Febrero....





Pasado......

   No sé en qué momento llegamos a la cama, pero allí amanecimos. Él acariciaba mi rostro, la luz del sol se colaba entre las cortinas de la ventana; un instante de paz tras una noche de guerra.....

   Febrero 1, "cumpleaños de Alice" recordé. 
 Muller se sentó al borde de la cama, posiblemente recordando también que era el cumpleaños de su hermana pequeña. Me abracé a su cuello desde atrás, besé su mejilla. Lo escuché reír.
   Se levantó cuando lo solté, caminó desnudo de un lado de la habitación al otro. Dijo que tenía algo qué hacer, fue al cuarto de baño, lo escuché moverse; preparaba la bañera para lavarse. Yo me distraje pensando en el obsequio que le enviaría a mi pequeña Alice, mi hermana, mi amiga, mi hija; llegaría en un par de días hasta ella.....
   Escuché un quejido, salí de la cama al vuelo, Muller estaba arrodillado ante la bañera con las manos en la cabeza.

-¿Qué pasa?-pregunté, examinando su rostro. Estaba pálido.-Enviaré a alguien a buscar a Augusto, no te ves bien.


   Lo ayudé a ponerse de pie, y volvimos al cuarto principal. Se sentó en la cama.

   Me vestí, me acerqué a él de nuevo e hice que me mirara; había un brillo singular en sus ojos. Creí que me estaba volviendo loca, era un brillo dorado.....

-¿Qué estás sintiendo, Muller?-inquirí, presa del pánico. Pero el brillo se desvaneció.


-Es como si algo, o alguien se hubiese metido en mi cabeza. En mis pensamientos, Veena; suena trillado, lo sé.-Estaba confundido.-No mandes a buscar a Augusto, ya ha pasado....


-Es médico, deberías dejar que te examine, no es normal lo que acaba de pasarte.-Evité mencionar lo de sus ojos para no preocuparle.-Por mí, deja que envíe por él.


   Accedió.

  Augusto llegó con su mujer y con mi mensajero, media hora después de lo ocurrido; me quedé mientras el doctor lo examinaba. Muller respondió a las preguntas de su amigo, sin decir lo que me dijo a mí, se apegó a la historia de que sólo fue un dolor de cabeza sin importancia, y que yo soy una preocupona. Hice una mueca en su dirección, él me guiñó un ojo.
   Augusto nos dio algunas indicaciones por si volvía a ocurrir; Caterina y yo caminamos por el jardín mientras los dos hombres conversaban.

-Estás muy meditabunda, Veena.-comentó Caterina.-Apuesto a que no escuchaste mi pregunta.


-Disculpa, estoy fuera de mí por lo que ocurrió recién, si a él llegara a ocurrirle algo yo me volvería loca. Moriría al instante.-confesé, sentía un nudo en el estómago.


-¿Cómo se conocieron?-preguntó. La miré extrañada de que no lo supiera.-Augusto me contó algo, pero oírlo de la protagonista es mucho mejor.


    Sonreí, y asentí.


-Hace ocho años hubo una purga en Viena, en toda Austria en realidad. Necesitaban sacar al pueblo gitano de sus tierras, no querían a "brujos y ladrones" afeando su hermoso imperio, nos veían como una amenaza. Y más mi padre que era respetado por ese pueblo, que se convirtió en líder y que era considerado un insurgente; lo que ocurría era que mi padre no se dejaba de nadie, y le brindaba protección a los gitanos.-Recordar a mi padre provocó que una lágrima resbalara por mi mejilla.-Hace ocho años asesinaron a muchas personas, pero se enfocaron en mi familia, la purga era un pretexto para venir en busca de mi padre y su estirpe, y borrarnos de la faz de la tierra; nos culparon falsamente de prácticas de hechicería, de adoración al diablo, de llevar a cabo sacrificios humanos pues durante esa época hubieron muchos asesinatos. Cuerpos desmembrados de niños y adultos. Las pistas apuntaban a mi familia, y nuestro pueblo.


>>Nos llevaron a la horca, mis tres hermanos mayores fueron los primeros en morir ante los ojos de mis padres. Ante mis ojos....-Dolía. Dolía tanto.-Yo era la única niña de la familia, y ellos hermanos protectores. Asesinaron a mi madre, y luego a mi padre dejándome al último, no sé por qué. Sólo sé que al momento de que me colgaran, la soga se rompió, la rompieron; Muller, subió y la cortó con su espada. Me cargó, me subió a su caballo y desde entonces me protege, me cuida; me llevó a su casa, fue en contra de sus padres y me quedé con él. Tres años más tarde volvió a ir en contra de sus padres, y se casó conmigo.... Me enamoré de él, Caterina, lo amé en el segundo de verlo mientras íbamos en su caballo. Nuestras miradas se encontraron y fue como encontrar una pieza perdida, me enamora cada segundo, cada día, y no es agradecimiento por haberme salvado, eso quedó atrás. Lo amo y no planeo dejarlo por más que intenten separarnos.


    Caterina sonreía con lágrimas brotando de sus ojos.


-Soy una llorona, Veena. Lo de ustedes es de leyenda, es hermoso; pero Ilona, y su esposo. Son gente poderosa, cielo, y usarán lo que esté a su disposición para separarlos. Debes cuidarte.



 Yo sabía eso, sabía que debía cuidarme.... Pero quería ahondar más en lo ocurrido hace ocho años, y en lo que pasó con Muller instantes atrás....

























*

Presente.....


    Hoy hace un mes que Gastón regresó a Nueva York.....



-Flashback....-

   Pietro condujo mi coche de camino a la boutique, no me sentí incómoda en su presencia después de lo que vio. Más por el hecho de que me encontraba pensando en ello, y eso me evadió de todo lo demás.
    No hizo pregunta alguna, y yo sólo pensando en la boca de Gastón devorando la mía.... De esos besos que no se olvidan.
    Vi a Pietro apretar el volante, estaba enfadado.

-¿Estás enamorada de él?-preguntó al fin.

-Difícilmente me enamoro, Pietro. Es algo casual....

-Él también "difícilmente se enamora", pero lo vi rechazar a una chica anoche. La vi salir de su dormitorio cuando me dirigía al mío, y lo escuché decirle que había perdido las ganas.-Gastón no mintió.-Él también es de encuentros casuales, Ivel, pero lo de hace rato no fue casual. Yo he querido....

-Pietro, no quiero hablar de eso ahora, ¿vale? Eres mi amigo, lo has sido desde que Fi nos presentó, y no quiero perder eso. Intenta entenderme, no quiero nada serio con Gastón, no quiero nada serio con nadie, no soy buena para relaciones a largo plazo.

   Saqué la mano y comencé a jugar con el viento, Pietro no volvió a hablar del tema durante el resto del camino.
    Al llegar a la boutique vi a dos de las empleadas de Fi dentro. Me saludaron, y Pietro me notificó que iría al banco para hacerle un favor a su padre; volvía a ser el chico risueño, y enérgico que conocí.
   Con las chicas subimos al taller de confección de Sofía, y revisamos sus diseños, y aquellos vestidos que aún no habían sido terminados. A eso de las dos de la tarde, cuando Elena volvía con el almuerzo para las tres, informó que había un cliente que pedía ser atendido por mí. Recibí un texto de Pietro cuando bajé las escaleras, decía que se había ido en taxi a casa porque tenía que ayudar con los preparativos de la reunión que tendrían tras el matrimonio de Fi y Salvatore. Algo familiar, "el día después" lo llamamos él y yo. 
  Le dije que me disculpara con la familia porque no asistiría. No tenía ganas.
   Al levantar la vista del aparato, vi a Gastón con una cesta en la mano. Y su encantadora sonrisa iluminando mi tarde; no me sorprendió que el cliente fuese él.

-¿Comerías conmigo?-preguntó.

-No estoy segura de eso.

-Antes de que digas cualquier otra cosa tengo que confesarte que me regreso esta tarde a Norteamérica, razones laborales, y personales.-agregó, frunciendo el ceño.-Estas últimas horas, quiero pasarlas contigo.

    Esas palabras: Me regreso.... 
    Se marchaba tan pronto... 
  Intenté mantener mi semblante de: "Vale, no importa que te vayas. Echaré de menos el corto tiempo juntos, pero no importa." Sonreí....

-Así que te vas, y sólo tenemos unas pocas horas para despedirnos.-dije, caminando hacia él.-Es posible que no volvamos a vernos en mucho tiempo.

-¿Quieres apostar a que después de hoy no me vas a querer dejar partir?-preguntó, después de besar muy quedo mis labios.


    Perdería....

-Tengo mala suerte en las apuestas, Gastón; intuyo que te di esa impresión.-Rió un poco, asintiendo.

-Probemos..... Apostemos quien no querrá dejar a quien....