Spin-off

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domingo, 26 de julio de 2015

Vivir(nos) a Plenitud...



Enero.... (VI)





Pasado....


    Roma pasó a ser mi hogar, mi refugio, la ciudad que había elegido para pasar el resto de mi vida. Y así se lo hice saber a Muller dos semanas después de nuestra llegada, me negaba a regresar a Viena, al menos por ahora porque tampoco abandonaría a mi gente a su suerte; Muller accedió sin ningún "pero" de por medio.
   Caterina Vitaly venía de visita casi todos los días, me acompañaba en paseos matutinos por las calles de la ciudad, enseñándome cada rincón, cada establecimiento, presentándome a señoras de la alta sociedad italiana. Que parecían-y eso he de destacarlo-haber asistido a una clase completa de "Odiamos a la Putilla de Veena Preminger" impartida por mi adorable suegra.
   Ilona debió escribirle a todas sus conocidas en Italia, que prácticamente eran todas las damas de la alta sociedad italiana. Pero eso era lo de menos, al saber de mi cercanía al pueblo gitano, las miradas y los murmullos por cada lugar de Roma que visitara, no se hicieron esperar.
   Muller y yo fuimos invitados a un baile en casa de una mujer que, según Caterina, tenía mala reputación. Decían que se había acostado con los maridos de varias de sus amigas; y por lo que Caterina mencionó, Muller y ella se conocían desde pequeños.
    Mi marido no quería asistir a dicho baile, a mí tampoco me apetecía. Estaba cansada, ese día Caterina me llevó a un pub muy mono, elegante, y luego visitamos a una modista que confeccionaba vestidos hermosos, fuimos a un museo..... En fin, caminamos mucho.
  Me senté en su regazo en el estudio, y empecé a mordisquear el lóbulo de su oreja izquierda. Sólo llevaba una bata negra cubriendo mi desnudez, aunque no tanto pues la tela negra era transparente, así que no cubría nada. Tan sólo era un velo; Muller dejó que siguiera jugueteando con él, sonreía y me decía lo mucho que le gustaba verme así, sentirme así....

-Eres una debilidad, Veena. Mi debilidad....-musitó.

  Mordí su mentón, su cuello, chupando, me encontraba sedienta de él.

-Eres veneno maldito que bebería sin pensar. Porque me pones inquieta. Me nublas el entendimiento. Quiero de ti cada vez más, hasta morir en tu boca y renacer en tu mirada.-le susurré al oído, incitándolo.

    Metí mi mano dentro de su camisa, acaricié su pecho, y observé la luz de la lujuria en sus ojos.

-No puedo creer que seas mi esposa, Veena.-Su mano en mi mejilla, su pulgar rozando, apenas, mis labios.-Y pensar que nunca nos vimos cuando nuestros padres eran socios; me siento culpable por la traición del mío, dejaron a tu familia en la nada.....

-Eso es pasado, amor. No guardo rencores, hacerlo me ennegrecería el alma, y no quiero ser como tus progenitores, con tu perdón.-sonreí.

    Él movió la cabeza de lado a lado, lentamente.

-Sé la clase de padres que tengo, Veena.-Besó mi frente, y como si lo hubiese meditado durante mucho tiempo, preguntó.-¿Si descubrieras el nombre de quién inició aquella cacería contra tu pueblo, contra tu familia? Si supieras quién dirigió aquella campaña, ¿qué harías? ¿Darías vuelta a la página o buscarías a los culpables?

-Yo sé que el imperio tiene la culpa de eso, con sus nobles que juzgan a una persona hasta por el modo de vestir. Pero intuyo que tu pregunta va por otro camino, tu padre está involucrado de manera más directa, ¿o me equivoco?


   La mirada de Muller se transformó en un mar de tristeza.

Apoyé mi frente en la de él, besé la punta de su nariz, bajé poco a poco hasta atrapar su labio superior entre los míos, mordisqueandolo un poco.

-No quiero que sientas culpa, Muller, pero me gustaría saber por qué. Es como si hubiese mucho más detrás de todo eso.


-Investigaré al respecto, si quieres.


-Lo haremos, buscaremos respuestas: juntos.-No quería hablar más al respecto.-¿Crees que esa novia de la infancia tuya se moleste porque faltarás a su baile?-pregunté, cambiando de tema.


-No es mi novia de la infancia, fuimos amigos, nada más. Y sí, es lo más probable, pero no importa.


-Ya le inventarás alguna excusa.-reí, quitándole la camisa, y besé su pecho.-Tu mujer esta noche seré yo....


-Esta y cada noche....-suspiró, sintiéndome bajar hasta arrodillarme entre sus piernas.


    Besé el bulto en sus pantalones, cuando volví a mirarlo tenía sus ojos grises fijos en mí, y su respiración comenzaba a ser irregular. Serio, paciente, esperando a que su Señora hiciera con él lo que le viniera en gana; leí en su mirada que luego le correspondería ser mi Amo y Señor.... 

  Estos juegos con mi amigo, cómplice, amante y esposo eran de mi total agrado.... A puertas cerradas Muller era un animal salvaje dispuesto a satisfacer a su dueña.... Nos hemos convertido en un sólo ser, y sólo una mirada encendía la chispa.....
   
   Él desabrochó el pantalón, y sacó su miembro. Mordí mi labio inferior mientras él empezaba a masturbarse ante mis ojos. Retiré su mano y la mía tomó su lugar, mirándonos en todo momento; hice amago de meterlo en mi boca pero él me obligó a levantarme.


-Quítate la bata, Veena.-El Señor apareció, obedecí prendada de su mirada.

    Desaté la prenda sin llegar a quitármela del todo porque él prefirió que la dejara entreabierta.

    Acercó su rostro a mi vientre, y sentí sus labios allí, tras el beso llegó una mordida. Una de sus manos subió hasta mi pecho y empezó a masajear, a pellizcar, contuve los gemidos; suspiré. 
   Muller mostró esa sonrisa suya tan descarada, y me atrajo hacia él, sentándome en su polla. Metiéndomela de un empujón, acallando mi grito con un beso y quedándose dentro de mí sin moverse; me apretó más a él, no había espacio entre nosotros, estábamos tan pegados el uno al otro, fusionados un sólo ser.... Un sólo latido.....
   Como él se negaba a moverse, dedicando esos preciosos minutos a explorar mi boca con su lengua, fui yo quien inició un movimiento muy lento de arriba abajo, escuchándolo maldecir a él en medio del beso.... 
   Sus manos apretaron mi culo, y empezó a empujarse contra mí, entrando y saliendo..... Entrando y saliendo....
   Y yo fui cómplice de su salvajismo cuando, sin mediar palabra, se levantó estando piel con piel.... Y me recargó en la pared, sujetando mis muñecas cruzadas sobre mi cabeza; éramos dos locos sedientos del placer del otro...
  Buscándonos.... 
  Comiéndonos las ganas.... 
   Arrancándonos el alma para vestirnos con la del otro.... 
   Y lo sentí venirse dentro de mí, con una mordida en mi labio inferior.... Y un te amo muy bajo, pero audible....
   ¿A quién le importaba el dichoso baile?
   Sonreí al ver la invitación en el suelo, alumbrada por el fuego de la chimenea...
   Muller aún no salía de mí.... Seguía buscando mi boca, rozando mi lengua con la suya.... 
   Nos gustaba vivir(nos) así... A plenitud...
   Enero se nos había acabado.... 
  Pero yo presentía que el resto del año sería un infierno para ambos.... 
   Hoy nos amamos, el mañana era incierto.... 
  Más con aquellos que repudiaban nuestra relación....






  

7 comentarios:

  1. Uffff... Empiezo a pensar que no debo leerte tan a menudo :-)
    Puro fuego o es que yo me centro en determinados detalles.
    Me encanta. Sé que es tonto decir eso ante un trabajo bueno y que requiere esfuerzo, pero es que no se me ocurre otra cosa. Para mí decir "me encanta" es muchísimo.
    Un besazo enorme, guapa.

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  2. Me apasionan tus relatos... son como pequeñas novelas, sensuales, sugerentes y detalladas, que en apenas un instante te traslada a otro mundo, tu mundo Ivel, y eso me encanta. Sigue así, que eres una escritora genial.

    Besos Carnales.

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  3. Escribes desde el alma y la sensibilidad, mi preciosa Ivel, y eso se nota en tus relatos, en cada letra, en cada frase.

    Siempre es un placer leerte.

    Un beso enorme.

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  4. Ivel... niña... adoro tus historias y no me canso de decirtelo... dime que has pensado en hacer una novela con cada una de ellas, ¿a qué sí? ...yo quiero una copia de esta, y la anterior, y la otra...y las que me has dejado "colgadas" en Adagio!!! ....que no me he perdido ninguna y ninguna olvido!!!

    Besotes miles y miles más!!!

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  5. Un fuego donde arde el amor, la pasión... Adoro tu manera de escribir, nos introduces en las escenas de tal manera que se puede pasear la mirada por la estancia y comprobar que todo es tal y como lo dices. Los personajes tienen vida propia, los oigo respirar, sus voces... Ivel, te felicito por la capacidad que tienes para plasmar escenas así.

    Mil besitos, preciosa.

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  6. Bonita escena de amor sobre todo, me falta el siguiente, quedo en deuda otra vez :)

    Besos dulces Ivel

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