Spin-off

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viernes, 10 de febrero de 2017

Epílogo: Huellas XXXIII

    Estaba decidido que nos quedaríamos por lo menos dos días allí, el Miércoles en la madrugada regresábamos a Nueva York; teníamos la localización de G Labs, los laboratorios de los Griffin, y esa noche Nina y Drako irían a echar un vistazo para saber con cuánta vigilancia contaba el edificio, tenían guardia Blood Drynka, qué otra cosa sino, y debíamos ser precavidos. Mientras se hacía la hora de marcharse al lugar se pusieron a ver los noticiarios por si decían alguna otra cosa sobre Tristán; Sahar y yo subimos a dejar nuestras maletas en el dormitorio.
   Nos quedábamos nada más y nada menos que en Escala, había escuchado sobre ese condominio de alguna amiga en el colegio, visto fotografías, en fin, lujoso era poco. Caín se daba la buena vida, pero había descubierto días atrás en Los Hamptons que también compartía esa buena vida ayudando a quien lo necesitaba; el padre de Sahar podía no ser de mi agrado, pero con muchas de sus acciones ha intentado enseñarle a su hija a velar por los demás, y aunque ésta no lo hacía de corazón, valía la pena porque muchas vidas podían salvarse.
   Arreglaba, la poca ropa que trajo, en el armario, podía llegar a ser una fanática del orden. He ido tomando notas mentales sobre ella, cada gesto, el mínimo detalle lo tenía registrado. Hacía muy poco que nos conocíamos y sin embargo parecían años, estos días se han vuelto años, pensé. Los días se me hacían largos tal vez por todo lo que nos había tocado vivir, desde el momento en que su padre me atravesó con la espada hasta hoy, donde poco a poco descubríamos vidas anteriores a ésta, y un enemigo que acechaba a su familia. Y muy en especial, a ella.
   Cogí la mano donde tenía una blusa, se la quité rozando adrede nuestros dedos, la vi sonreír. No podía dejar pasar un segundo sin tocarla; colgué la blusa por ella.
-Nina y Drako están abajo, ¿no crees que tenemos la suficiente privacidad para conversar?-le pregunté al darle la cara de nuevo.

   Se sentó en la cama, fui a su vera y esperé en silencio a que estuviera preparada.

-¿No estás enfadada conmigo?-preguntó, sus ojos indagaban en mi expresión, estudiaban mi estado de ánimo o al menos lo intentaban. 

-Lo estoy, créeme.

-¿Y por qué no estás alterada?

-De ti he aprendido varias cosas en estos días, una de ellas es ser paciente cosa que me cuesta-admití-. Estoy cabreada porque, aún cuando dijiste que no irías tras él, lo hiciste. Tomaste una decisión precipitada, no pensé que podías llegar a tales extremos; no, de hecho lo pensé-me corregí-, pero hasta ahora habías demostrado que me equivocaba contigo.

-La decisión precipitada, según tú, fue ¿el ir a buscarlo para matarlo o sólo matarlo?

   ¿Por qué me interrogaba si la que debía dar explicaciones era ella? 

-Que lo buscaras y lo mataras cuando me dijiste que no harías nada drástico-mi voz se elevó un poco, y al darme cuenta me serené-. Creí que no sabías mentir. Lo has dicho varias veces, y Drako lo reafirmó.

-Y no te mentí, fue Drako quien lo buscó, no fui en persona. Yo sólo lo maté.-Otro nivel de cinismo, Sahar había volteado mis palabras; reí, creando desconcierto en ella-. ¿Cuál es el chiste?

-Tergiversaste mis palabras y las usaste cómo le convenían a tus ganas de matarle, ¿no te ibas a quedar tranquila hasta hacerlo?

-No-respondió, bajando la mirada a mis labios.

-Deja de mirar mi boca, así no puedo concentrarme en que estoy riñéndote.-Sus labios dibujaron una sonrisa-. Sahar, es en serio.

-Lo tomo en serio, él lo merecía, por lo único que deberías estar enfadada conmigo es por haberte usado para atraerlo y que cometiera un error.

-¡¿Qué hiciste qué?!-exclamé, y entonces ya no hubo rastros de insolencia o malicia, sino dolor.

   Caminó hacia la ventana, la luz que cruzaba por ella la hacía
ver distinta, un halo de luz que la bañaba y desde mi posición juraba que veía vestigios de un ángel o algo superior. Sahar era muy hermosa, debía serlo en su interior para que su exterior no dejara a nadie indiferente; pero también había oscuridad en ella, y era posible que la oscuridad tuviera el terreno ganado. Lo peor era que Sahar se sentía bien con eso, aceptaba haber nacido siendo una sociópata, era la palabra que definía su comportamiento, o al menos lo más parecido que encontraba en este mundo. Con la diferencia que habían cosas que sí le causaban remordimientos, cosas concernientes a mí, a hacerme daño, que se portara bien sólo conmigo era una forma de encontrar una verdadera humanidad que yo estaba segura que poseía. Sahar podía llegar a ser benevolente, podía aprender, y me aferraba a esa idea. La criatura que ella era hacía cosas por otros, porque se lo pedían, porque estaba condicionada a ello, vale, pero las hacía. 
    Cualquiera me llamaría loca por estar enamorada de una persona tan dañina.

-¿Cómo que me usaste?-pregunté.

-La noche que estuvo en el apartamento de papá leí la inmoralidad que poseía, sentí afinidad, vi que le gustaste, vi obsesión en él y sumado al hecho de que llevaba días sin una misión que me permitiera ejecutar a personas corruptas, ese lado sediento de sangre lo eligió como víctima.

-¿Es lo que haces? ¿Puedes darte cuenta cuando una persona tiene malas intenciones, con sólo observarla?

-Es como un cosquilleo, reconocer a un igual.

-Pero tú no eres inmoral, no matas inocentes.

-Que tú sepas, ¿puedo continuar, por favor?-Asentí. Que yo sepa, pensé. Lo ha hecho, entonces eso querían decir cuando hablaban de que Caín y Circe le enseñaron a respetar y proteger vidas inocentes, la pararon a tiempo-. Esa naturaleza mía, te usó como señuelo para atraer a Tristán, por eso te llevé a la fiesta, dudé en hacerlo, ¿recuerdas? Pero la sed me fue más fuerte y de manera inconsciente te dejé sola en dicha fiesta cuando nunca lo habría hecho. Te habría pedido que me acompañaras cuando los Griffin me invitaron a dar un tour por su estúpida fiesta.

-Pero estuviste atenta, cuidándome.

-Y por el otro lado esperando a que Tristán se acercara a ti. Lo vencí en su juego, su intención era provocarme para descubrirme ante todos, la fiesta fue parte del plan pero no caí, no me mostré, en cambio su obsesión le pudo y vino al apartamento, vino a mí, sacié mi sed y nadie fuera de esa habitación supo cómo lo hice, o si es cierto que la Espada de Caín en realidad no es humana.

-¿Casi fui mordida por él porque te sentías hambrienta y dejaste a tu instinto gobernarte?-Me puse de pie sintiendo cómo mis ojos se humedecían por las lágrimas que intentaba contener.
    Su rostro estaba descompuesto, una lágrima corrió por su mejilla, ella la limpió y miró los dedos con los que lo hizo.

-Esto sigue pareciéndome raro-comentó.

-Lloras porque estás sintiendo, porque te duele el haberme herido.

-No iba a matarlo, no iba a terminar lo que empecé hasta que dijiste que te habló de una ofensa en otra vida y me interesó, ¿por qué venir a por ti? ¿De dónde nos conocía? Me interesó porque no quería que volviera y que la próxima vez sí te dañara. Y entonces le ordené a Drako que fuera a por él, y lo interrogué, y tuve recuerdos de esa primera vida contigo, y cuando no pude resistir todo lo que había resistido durante el interrogatorio y días anteriores, lo maté. Así mi secreto seguía guardado, y más importante, tú estarías a salvo.

     Crucé los brazos y anduve por la habitación, es que no podía con la rabia.

-¿Qué pasará la próxima vez? ¡¿Seré el señuelo favorito para saciar tu maldita sed de sangre?!-exclamé, limpiando mis lágrimas-. ¡¿Por qué no me has matado a mí?! ¡Ah! no, cierto, tu maldito instinto ronda cada vez que me follas. Pero lo mantienes bajo control, y claro, casi muero porque la criatura se lleva la energía vital y sangre de la persona con la que se acuesta, igual que un puto súcubo. ¡Mírame, Sahar!-llegué a gritar cuando desvió la mirada hacia afuera de la ventana, yo sabía que se sentía mal por lo que había hecho, lo veía en sus ojos pero me cabreaba que me usara en beneficio de su naturaleza que no era más que una maldición en ella, así comenzaba a verla-. ¿No ves a alguien de malas intenciones en mí?-pregunté, acercándome a ella, quedando a sólo escasos centímetros de su rostro-. ¿No sientes afinidad? Quiero a tu hermana muerta, quiero a Viktor muerto, odio a todo el jodido mundo por lo injusto que es.-Sahar me sostuvo la mirada, triste-. ¿Y qué hay de tu hermana? ¿No la eliges como una posible víctima a ella? Dime algo, ¡y deja de mirar mis labios, joder!

-No soy un súcubo-habló tras unos minutos de silencio.

   Contuve la risa, es que era imposible.

-Te he gritado en la cara y sigues como si nada-dije, dando la vuelta y sentándome al borde de la cama.

    Cuando se situó a mi lado, levanté el rostro. Pero no la miré a ella, si lo hacía el enfado cedería, lo que hizo no era para perdonarla de buenas a primeras.

-No habrá próxima vez-susurró, seguí con la mirada puesta en el cuadro que colgaba de la pared, era una habitación que tenía sólo lo necesario. Una cama, algunos muebles más, pocos en realidad, y un armario grande, casi igual al que Sahar ocultaba en su habitación en Palacio-. Tan pronto termine esto y regresemos a Providencia pondré distancia entre nosotras, no quiero correr el riesgo....

-Ni siquiera intentarlo-la interrumpí. Mirada al frente Faye-. No voy a decir que no fue tu culpa, ni siquiera fingiré que no lo fue porque la tienes y mucha. Qué me usaste de señuelo y casi me mata; pero creo que empiezo a entenderte, tal vez si no hubieses resistido al instinto, si lo hubieses liberado la noche en que conocimos a Tristán y sentiste que debías matarlo porque no era de fiar, si me hubieses dicho que leíste alguna obsesión de él por mí, habríamos planeado esto juntas, te habría ayudado, porque él merecía dicha ejecución.-Lo único que había mencionado era que él estaba metido en el complot, que no era de fiar, que reconocía a los de su clase. Nunca que el bicharajo me había puesto el ojo, y no es que yo sea ciega, fueron evidentes sus insinuaciones y su forma de mirarme, pero la miró del mismo modo a ella así que creí que era su forma de ser-. Hizo mucho daño, estaba ayudando a acabar con tu familia. ¿No es para ajusticiar a quien lo merece para lo que me están entrenando?

   Sahar suspiró.

-No quiero esto para ti, a decir verdad.

    Giré la cara, ella agachó la suya y luego volvió a levantarla para mirar mis ojos. 
   Fue conectar con su mirada y encontrarme, las lágrimas corrían por sus mejillas, y sin pensarlo cedí al impulso de besar sus labios. Un roce, sin tocarla, que si lo hacía me rendiría del todo y seguía enfadada con ella.

-No me quiero para ti, y sé que tu cabeza lo piensa, y que el mundo te lo gritaría: terminaré repitiendo el patrón, terminaré haciéndote daño. 

-¿Hacer la misma mierda una vez tras otra esperando un resultado distinto?-pregunté, citando sus palabras de hacía un rato-. Tú no estás loca, y yo tampoco, no del modo malo-añadí, dibujé una sonrisa en sus labios-. No haremos lo mismo esperando un resultado diferente, haremos algo diferente.-Aguardó a que la iluminara con mi idea, enarcó ambas cejas, y reí por lo bajo antes de continuar-. Sólo hay una razón por la que tu padre te tiene en el clan, dos si contamos que te usa como un arma....

-Faye, no me gusta que divaguen-terció.

-Anotado.-Le guiñé un ojo y me invitó a proseguir-. Dices que te ayuda a mantenerte estable por las misiones como ajusticiadora, se te permite liberar tu instinto y creo que el instinto es más fuerte porque eres neófita, apenas entrando a la madurez.

-Aún así soy más civilizada que los neófitos de Blood Drynka's.

-Es lo que noto, que avanzas rápido, en nada serás adulta y podrás controlarlo mejor. Mientras eso pasa, has lo contrario a lo que hiciste con Tristán y conmigo, en lugar de cerrarte en banda conmigo, cuéntame, dime cuando estás a punto de ceder así no pondrás a otros en peligro buscando una excusa para saciarte; y hay un motivo, antes de mí no tenías que poner excusas, antes de mí no tenías que reprimirte, tu padre te daba libertad por medio de los Assassins.

   Apostaría a que de haber conocido a Tristán sin mí de por medio, le habría matado nada más verle y luego le explicaría a su padre por qué lo hizo. O lo torturaría hasta hacerlo confesar, y luego lo ejecutaría.

-Tú acabas de decir que no ibas a hacerlo, que por un momento decidiste no continuar con lo que habías trazado al usar....-me costaba decirlo-. Al usarme. Que cambiaste de opinión cuando te dije de esa ofensa en otra vida que él mencionó, ¿qué respondió a tus preguntas? Algo en sus respuestas o en los recuerdos que tuviste debió bastar para que lo ejecutaras.

    Tristán conocía a Velkam Alyosha, era su mejor amigo. Volví a pensar en la vívida imagen de aquél hombre, y sus palabras: "Mi mujer...", todo el asunto de las vidas anteriores me tenía entre ilusionada y asustada porque si lo que estaba maquinando mi mente resultaba ser cierto, el hombre que venía en camino y Sahar estuvieron casados, no sólo eso sino que tuvieron una hija que estaba en el piso de abajo viendo el noticiario con Drako. Pero si Nina era su hija, ¿por qué no reconoció a Sahar? ¿Acaso tenía otro rostro en esa otra vida? Aunque su forma de mirarnos  mientras íbamos de camino al aeropuerto en Nueva York era como intentando recordar de dónde nos conocía: "Es raro", había dicho. ¿Qué era raro? ¿Que sintiera a Sahar cercana a ella? ¿Que ya me había visto antes? Esto bien pudo ser por los diarios y noticiarios, mi rostro apareció por todas partes después de la muerte de mi familia, y todavía.
   
-1462-susurró Sahar. La miré, esta vez era ella quien tenía la vista fija en el cuadro-. Roma, nos conocimos en Roma.

-¿Te lo dijo él?-pregunté.

-Me lo dije él, y lo recuerdo, lo recuerdo muy bien.-Deseé poder hacerlo también, y no sólo darle vueltas a la misma imagen de pesadilla y al rostro de Tristán-. Nací como humana en una familia humilde, vivía feliz, sin problemas.-La serenidad con la que narraba me la transmitió, sentí mucha paz-. A los dieciocho años conocí al hombre que llegó a convertirse en mi esposo pocos meses después de conocerlo.-Velkam, pensé. No quise interrumpirla-. Era encantador, atento, inteligente, muchas mujeres andaban detrás de él, más que todo por pertenecer a la aristocracia, pero él me eligió a mí-sonrió, e interpreté dicha sonrisa como irónica-. Ahora pienso que había una razón detrás de su elección-dijo más para sí misma-; como sea, al año de habernos casado concebimos a una niña, morí durante el parto ignorando su más grande secreto: él era un Blood Drynka, en palabras de Tristán, mi marido tuvo miedo de confesarme lo que era por temor a que yo lo rechazara, y por miedo a perderme tan pronto y vivir sin mí, me convirtió. Estando yo agonizante me dio a beber su sangre, al morir la conversión se abrió paso por tenerla en mi organismo; lo odié por transformarme en un ser que se alimentaba de sangre, él insistió en que lo hizo por nuestra hija y porque me amaba.-Me sentía horrible al escucharla decir: "Mi marido", o que él "la amara". Pero fue algo que vivió, y noté que cuando hablaba de él su tono de voz no expresaba ninguna emoción, en cambio....-. Cuando vi su carita....-La bebé, pensé-..., era la cosita más hermosa que había visto en la vida, sus manitas, sus deditos cerrándose alrededor del mío.-En automático vio su dedo índice, empecé a creer que no se estaba dando cuenta de lo emocional que se puso. ¡Dios! Se veía muy humana, hasta ahora sólo conmigo se comportaba así-. Por ella acepté mi condición, le pregunté si ella heredaría lo que él era. No supo responder con certeza porque era la primera vez que un Blood Drynka dejaba en estado a una humana, para él fue una sorpresa cuando supo que estaba esperando un bebé, los papás suelen alegrarse, él al principio quedó en shock y luego reaccionó llorando incluso, ese detalle explicaba su reacción al enterarse.

 >>Alena. Su nombre es Alena-susurró, y al decirlo en presente pensé en la ojos verdes que estaba en el piso de abajo-. Su primera palabra fue "mamita".-Su sonrisa se fue borrando-. Por mi condición mi marido no me permitía pasar tanto tiempo con ella, y es que yo era diferente al resto de los Blood Drynka, era la novedad, el engendro, la Blood Drynka que no lo era en realidad. Que podía sanar con sus manos cosa que hacía cuando era humana, pero se me obligó a mantener en secreto para evitarle problemas a mi familia, sólo mi marido lo sabía y nunca me juzgó, por eso dolió tanto que él no fuera sincero conmigo sobre su secreto. La Blood Drynka que provocaba dolor, si así lo quería, con sólo tocarte, que podía leer tu mente, que podía hacer cosas que ningún Blood Drynka podía; que no sentía remordimientos, asegurando que hasta el peor de ellos en algún momento llegó a sentirlos. Pero no me ofendían, y seguía adelante con mi vida, cuidando de mi niña, de mi familia. Al final la nena no heredó la condición de su padre y mía, era humana, lo supimos cuando enfermó por primera vez a los cinco años, un resfriado muy fuerte. Casi la perdemos, cuando se hubo recuperado me aferré más a ella, no quería que le pasara nada y me viera obligada a convertirla, no quería que fuese como su padre y como yo en ese sentido.

-¿Alguno le dio a beber sangre para curarla de su enfermedad?-pregunté-. ¿No podías sanarla con tu habilidad?

-No, y procuré estar siempre a su lado para que mi marido no cometiera dicha estupidez. Sería nuestro último recurso; y en cuanto a sanarla, por alguna razón no pude, fue un alivio que se recuperara con los días.-Evitaba decir sus nombres, había mencionado el de su hija una sola vez, ¿pero por qué Alena? ¿Velkam le cambió el nombre a su hija? Cogí su mano y ella miró en mis ojos, notó que me había dado cuenta de ese detalle-. Conocimos a Tristán en un baile de máscaras, en ese entonces él seguía siendo humano, mi marido y él congeniaron, se volvieron grandes amigos, mi hija llegó a decirle "tío". A mí no me agradó, hablaba bien de su prometida y era bueno por esa parte, como también se portaba bien con la niña, pero habían cosas en él que no terminaban de convencerme; Tristán tuvo las agallas de decir que trastocaste nuestras vidas cuando puse mis ojos en ti-dijo con amargura-. Meses después de conocerlo llegaste a mi vida por medio de mi hija, una semana antes de su séptimo cumpleaños te conoció durante un paseo con su niñera, te hiciste su amiga.

    Sonreí al saber tan bonito detalle de esa vida previa, y los ojos de Sahar se iluminaron.

-Es Nina, Faye-suspiró-. Nina Alyosha fue mi hija en esa época, y Velkam es su padre, no su hermano.

   Asentí.

-Lo deduje.-Ella no se sorprendió-. Hay similitudes entre Nina y tú, al salir a la luz lo de las vidas anteriores, que Tristán lo trajera a colación en la fiesta de los Griffin, el que te "equivocaras" llamándolo "tu padre" hace rato, sólo tenía que asegurarme de que no me estaba haciendo ideas locas.

-Nina te invitó a un picnic que había planeado para pasar el día siguiente conmigo-prosiguió-, paseamos por un bosque cercano a nuestra casa. Me habló de su Amiga Grande, y entonces apareciste, el ruedo de tu vestido se había enredado en una raíz que sobresalía, Nina salió corriendo a recibirte, caminé detrás de ella y te ayudé a salir del apuro.

-Así que en ese entonces también, ¿eh?-bromeé. La hice reír, recordando que me sacó de la prisión a la que me envió su padre en Providencia, y luego salvó mi vida.

     Su infinita adoración por mí se reflejó en su mirada, acarició mi rostro y posó en mi mejilla la mano que hizo el suave recorrido.

-Tristán dijo que te amé nada más verte cuando llegaste de su brazo a la fiesta de cumpleaños de mi hija, pero no sabía que caí prendada mucho antes, una semana antes. Y que sentiste por mí al mismo tiempo.-Bajó la mirada a mis labios, su dedo pulgar acarició el inferior.

-Sahar-dije, evitando su roce.

-Lo sé, aún no estoy perdonada.

    Ella se sentía culpable por lo que hizo, y yo por rechazar su contacto, por verla abatida.

-Yo era la prometida de Tristán-dije, sintiendo un repentino asco.

-Y no lo supe hasta ese momento, él no solía referirse a ti con tu nombre de pila, pero sí llegó a hablarte de nosotros.

-¿Y si me acerqué a tu hija por un plan de él?-le pregunté, temiendo que así fuera.

-No, tu encuentro con Nina fue algo que se dio de forma natural.

-¿Cómo puedes estar tan segura?

-Porque tú insististe en ello cuando te abordé en la fiesta, ya te dije que Tristán no era santo de mi devoción, ver a la amiga de mi hija llegar del brazo de ese hombre me hizo sospechar y te lo pregunté directamente, si estabas usándola para crear más cercanía de la que ya había, si Tristán quería alguna cosa de nosotros, si era un estafador. A todo respondiste que no, y no estabas mintiendo.

-¿Lo recuerdas todo?

-Comienzo a hacerlo, pero te he dicho que no me importa lo que pasó, hay cosas en el presente que deben ser arregladas. Y estás en mi vida de nuevo, mirar atrás no sirve de nada, para lo único que sirvió fue para descubrir por qué la obsesión de Tristán contigo, ya no quiero saber nada más.

-¿Ni siquiera para conocer la razón por la que tu hija cree que su padre es su hermano, y a ti ni siquiera te recuerde?-pregunté, poniéndome de pie, ella me imitó.             
-No es mi hija-respondió-. Lo fue en otro tiempo.
-Sahar, hay algo que las une, algo poderoso que puede cruzar cualquier espacio y tiempo, un lazo que no se rompe pase lo que pase. A esa chica se le ha dado la oportunidad de volver a ver a su madre, ¿sabes lo que daría yo por volver a ver a la mía? ¿A mi hermano? ¿A mi padre?

    Su mandíbula se tensó, la noté cabreada.

-No vuelvas a hacer esa pregunta nunca más, ¿me entendiste?-Sí, se había molestado-. ¿Entendiste, Faye?

-Sí-contesté sin entender su reacción-. Sobre Nina....

-Nina no me importa.

-No te viste hablando de ella, yo sí, y Nina debe saber quién eres. Tarde o temprano recordará, ya hubo atisbo de eso en la limusina cuando íbamos hacia el aeropuerto, su forma de vernos, algo está sintiendo por ti, por mí.-Y entonces pensé en una posibilidad para nada descabellada-. Velkam Alyosha, ¿no estará metido en el mismo saco que Tristán y los Griffin?

-¿Qué saco?-dijo, desconcertada.

-Es una expresión, quiero decir que si no es parte de la traición a tu familia, Tristán era su mejor amigo. Lo envía a él y a Nina, dos personas de una vida previa, a encontrarse con tu padre, tú eres un objetivo, pone a tu hija en tus narices y es como si fuese un plan de respaldo por si todo lo demás falla, una amenaza. Como tú, Velkam usó la obsesión de Tristán por mí con la intención de forzar tu memoria, Tristán sólo tuvo que decir lo necesario. Y para que supiera que estabas acompañando a tu padre en Nueva York, y que yo estaba contigo, alguien tuvo que decirle, alguien de Providencia o alguien que ha estado vigilando de cerca a tu padre.

    Sahar me dio la espalda, procesaba todo lo que acababa de decirle. ¡Vamos que no era algo loco, ¿no?! Tenía mucho sentido.

-Con Nina es como si te dijera que compartieras tu secreto "o te la vuelvo a quitar", porque si ella no te recuerda debe ser porque él hizo algo, Sahar, hablaste de un plan superior, que somos piezas de ajedrez y al parecer eres una pieza importante.

    Sahar se giró y sonrió, altanera.

-Lo que planteas tiene su lógica, sólo un pequeño fallo de ser cierto: Velkam no puede amenazarme con Nina, él no cuenta con que en ésta vida los sentimientos por esa niña no existen, la haya recordado o no, Nina no me importa.

-Cuando llegue el momento verás que sí, por la forma en la que hablaste de ella serías capaz de entregar lo que sea con tal de protegerla. 

     Salí dando un portazo.
     En ella había vestigios de una madre, los vi cuando hablaba de Nina, vi el amor por su hija. Pero supongo que "el engendro" que es, domina; Sahar lleva quince años careciendo de emociones y sentimientos, un robot se quedaría pendejo delante de ella, hasta una piedra sentía más.
    Encontré a Drako sentado en el salón, música clásica sonaba a un volumen poco moderado. Busqué a Nina con la mirada.
    Al percatarse de mi llegada Drako sonrió un poco.

-¿Dura discusión?-preguntó, bajando el volumen con el mando que tenía en la mano. 

   Me senté a su lado resoplando.

-Y lo peor es que quiero regresar y abrazarla-confesé. Subí las piernas al sofá.

-No fue su intención, Faye-intercedió él.

-Lo sé-susurré-. ¿Cuánto escuchaste?

-Poco-respondió-. Puse música para respetar vuestra intimidad.

-Gracias-sonreí, sin ganas en realidad-. ¿Y Nina?

-En la cocina preparando algo así como un almuerzo.

-Lo sabes-asumí. Él asintió-. Sea en una vida previa o en esta, esa chica sigue siendo su hija, Drako.

-¿Y Velkam su marido?-preguntó, burlándose un poco.

-Es diferente, Nina lleva su sangre, a Nina la une algo más fuerte.

-Caín no era su padre biológico en esa vida, Faye.

-¿Y porque tengo el presentimiento de que sí lo era, y que hay partes de esa vida que Sahar ignora?

-Un presentimiento no....

-Si algo he aprendido estos días es que nada es lo que parece y todo es posible-lo interrumpí-. Lo sabes mejor que nadie.

-Mi hermano acaba de llamarme-anunció Nina, entrando al salón con el móvil en la mano-. Su vuelo arribará a norteamerica mañana en la noche.

     Maravilloso.

    La oscuridad de la noche arropó a la fría ciudad, empezó a llover hacia el atardecer, según me explicó Drako el clima en Seattle era similar al de Londres, siempre húmedo. 
   Después de la discusión con Faye no salí de la alcoba sino hasta que llegó la hora en que Nina y Drako se fueran, pedí acompañarlos, Faye se empeñó en ir también; ni siquiera intenté impedirlo, sí me preocupó pero era su decisión y yo la respetaría.
    Drako conducía, se suponía que sólo iríamos para estudiar cuánto de vigilancia tenía el lugar. Nina y Drako no encontraron nada durante su recorrido en el baile, lo que sea que tuvieran en la mansión que los hacía ver sospechosos a los ojos de Nina, lo habían movido. La chica supuso que podían haberlo llevado hasta allí; ella había estado en contra de Tristán, había sospechado de Tristán, y quería demostrarle a su "hermano" que la ciega confianza que le tenía a su mejor amigo era irrespetada por éste al conspirar contra su raza.
   Miré a Faye de reojo, íbamos en el asiento trasero, ella tenía razón, Velkam bien podía estar involucrado. Y quién sabe cuántos Líderes de Casa más, hasta ahora sólo sabíamos de Arath y Regina, de Tristán, mano derecha de Velkam. Y ahora éste último.
    Todo por obtener lo que yo poseo. Si en cada vida anterior alguien lograba matarme, en ésta desistieron, alguien los envía a por mí, alguien estudiaba mi comportamiento en esas vidas anteriores. 
   Al parecer nunca he dejado de ser un objeto de estudio, pensé. Yo intentando quitarme de encima a mi padre y su vigilancia, y a mi madre y sus constantes anotaciones, y resulta que alguien más tenía interés en mí. Pero ¿por qué no daba la cara? Porque primero tenía que poner a prueba si era posible que yo convirtiera a otros en lo que yo era, para eso estaban sus peones, sean Blood Drynka's o los humanos de Providencia. Hacer que mi secreto se destapara, lanzando rumores sobre mí.
   Demiurgo Titiritero, había dicho la quimera de Blood Drynka con alas de ángel.
    ¿Quién eres?
     Sentí el roce de unos dedos en mi mano izquierda, Faye me miraba visiblemente preocupada.

-¿Estás bien, mi amor?-susurró, confundiéndome tanto su mano enlazándose a la mía como su dulce tono. 

-No-respondí, aceptando su mano. Vi de reojo cómo Drako nos observaba por el espejo retrovisor y sonreía. Vale, sí, no puedo mentir-. ¿No estabas enfadada?

-Sigo enfadada, pero el orgullo no me va-sonrió.

   Compartimos una mirada cómplice y besó mi mano.
    
-Nos están siguiendo-informó Drako, rompiendo el momento.

   Faye iba a mirar hacia atrás, pero lo evité apretando un poco su mano para llamar su atención.

-No lo hagas, sabrán que nos dimos cuenta-le expliqué-. Señorita Alyosha-Nina iba sentada al frente, de copiloto-, cuando hablaste con tu hermano por teléfono, ¿le informaste de nuestra posición?

    Me habían avisado de la venida de Velkam Alyosha cuando me reuní con ellos en la estancia después de pasar toda la tarde en la habitación.

-Sí-respondió. Faye, a mi lado, chascó la lengua en señal de desaprobación-. Creí que debía saberlo, estaba preocupado por mí. ¿Por qué?

     Drako desvió el coche hacia un aparcamiento, justo al frente estaba el edificio de G Labs, las letras grandes del nombre estaban encendidas. A esas horas de la noche, dudaba que fuera por un trabajo de emergencia para la industria farmacéutica de la que eran reyes.
   Salimos en cuanto Drako apagó el motor, abrió el portaequipajes y cogió algunas armas, a mí me lanzó mi espada y le entregó la suya a Faye.

-¿Qué hacen?-preguntó Nina al ver que nos armábamos.

-No vienen en plan de darnos un tour, señorita Alyosha-respondió Drako con el móvil en la mano-. Si entendí bien la razón de la pregunta de Euzma, tu hermano los envió a darnos una pequeña paliza.

-¡¿Pero qué coño?!-exclamó-. Velkam está de nuestro de lado.

    Drako levantó la mirada del móvil cuando el otro coche se estacionó cerca; como acto reflejo levanté la mano, cogiendo en el aire una estaca que dispararon en mi dirección desde algún punto del edificio.

-Pues nos estaban esperando-dije, lanzándole la estaca al chófer del coche antes de que saliera. Faye ahogó un grito al ver que se la había clavado-. Si yo no invité a los Griffin, y Drako y Faye tampoco, sólo queda la información que le brindaste a Velkam. Y como no tenemos tiempo para que dramatice sobre la villanía del susodicho, le aconsejo que se prepare.

    Drako se puso al frente de Faye, agradecí su protección para con ella.

-¿Crees poder con esto?-le pregunté, viéndola desenvainar su espada.

-En algún momento tenía que salir del gimnasio-sonrió, nerviosa.

-Quédate cerca, ¿vale?

    Hizo un gesto afirmativo con la cabeza, y sin mediar palabra los Blood Drynka dieron el primer golpe.

     Gracias a que Drako solía moverse a su velocidad vampírica cuando entrenaba conmigo pude prever algunos movimientos de aquellos sicarios. Las balas y estacas que disparaban desde el edificio era lo que me ponía de los nervios, por suerte sólo eran cinco los que venían en el coche, seis si contamos al chófer que Sahar mató. Ésta peleó de forma normal, cuidando que Nina no se diera cuenta que no era humana, pero la chica se veía bastante perdida como para notarlo.

-Vendrán más desde el edificio-dijo Sahar-. Y los francotiradores no dejarán de disparar.

    Nos habíamos escondido detrás de una taquilla. 
    Yo sabía que su preocupación era por mí, era una carga.

-Erza está de aquél lado-le informó Drako-. Fui a por ella a Providencia mientras estabas en la habitación-explicó antes de que Sahar preguntara cómo es que se había enterado su Dekstra-. Creí que necesitaríamos algo de ayuda.

-¿Te avisó cuánta vigilancia hay?-pregunté.

-Cinco francotiradores, veinte Blood Drynka's de guardia, dentro-respondió, leyendo un mensaje en su móvil.

-No voy a poner en riesgo a Faye-le dijo, alternando la mirada entre él y yo-. No de nuevo.      
-Tenemos que saber qué guardan allí, para querer evitar que entremos debe ser algo importante, por mí no puedes pararte, Sahar-hablé con firmeza.

-Faye...

-Lo que estamos por hacer es por ti y por tu familia, y creo que ya soy parte de ella, ¿o no?

     Sahar se quedó impresionada, y esa impresión dio espacio a una sonrisa. Asintió, y miró de reojo a Nina quien seguía en plena confusión, debía ser horrible enterarse de esa forma que su hermano no era quien creía que era, y eso que todavía no se enteraba que en realidad era uno de sus progenitores. La otra la tenía justo enfrente.

-¿Vienes o prefieres volver con Velkam?-le preguntó Sahar.

     Nina tensó la mandíbula provocando un movimiento de un lado al otro, apenas perceptible, del mentón. Ese gesto lo había heredado de Sahar, solía hacerlo cuando estaba enfadada o distraída escribiendo algo.

-Los acompaño-se decidió.

    Una leve sonrisa apareció en los labios de Sahar, y así de rápido como apareció, se desvaneció.
     Envió a Drako y a Nina al frente, a mí me mantenía cerca. Los disparos no se hicieron esperar, pero esta vez había un cambio, se sentían menos que antes, Erza debió hacer alguna cosa; del edificio empezaron a salir algunos Blood Drynka's, Nina y Drako se les fueron encima.
    Estuve en guardia con la espada, y entre Sahar y yo accedimos al interior del edificio por el camino que los otros dos nos habían abierto.
    Erza salía de un elevador con su propia espada en la mano y dos armas al cinto.

-Hola Faye, ¿me extrañaste?-sonrió, complacida.

-Como a un dolor de muelas-respondí, bromeando, porque de hecho sí había extrañado a la muy zorra con todo y que había sido una semana sin verla.

   Habían dos cuerpos en el vestíbulo del edificio, el piso de mármol estaba bañado de la sangre de los tipos. A mi lado Sahar miraba el charco de sangre, impasible, pero el tic de sus dedos en la empuñadura de su espada me dio a entender que estaba intranquila.

-¿Euzma?-llamó Erza, debió darse cuenta. Sahar sonrió-. ¿Todo bien?

-No, tengo hambre.-Siempre tan honesta.

-Calma, ¿vale?-dijo Erza con dulzura, como si le hablara a una niña-. Ya que estamos todos-Drako y Nina se unieron a nosotros-, síganme, lo que encontré los va a dejar atónitos y con posibles traumas.

-Ya lo he visto todo-comentó Drako.

-Lo dije por Faye.

   La seguimos a los ascensores, no le contesté porque estaba pendiente de cada movimiento de Sahar. Cuando pasamos cerca de los cuerpos sus ojos se volvieron rojos y un sombreado negro rodeó el exterior, fue muy rápido, pronto su rostro volvió a la normalidad; si notó que yo la miré no sé, creo que intentaba ignorar mi presencia o tal vez era idea mía, pero entonces me dio la razón parándose al lado de Erza, dejándome sola entre Drako y Nina.
    Bajábamos hasta lo que eran los depósitos, las puertas se abrieron y Erza y Sahar salieron las primeras.

-¿Qué le pasa?-le pregunté en un susurro a Drako.

-Por el momento no intentes dirigirle la palabra, dale espacio-me aconsejó. Paró en seco cuando unas luces empezaron a encenderse en los laterales-. ¡Madre mía!

   Nina ahogó un grito, a mí el shock no me dejó emitir sonido alguno.
   En dicho depósito no habían más que contenedores de cristal de lado a lado, ocho de uno y ocho del otro. Dentro de cada uno habían suspendidos, en un líquido rojo, fetos de por lo menos cuatros meses, pero tenían un detalle.

-¿Qué es eso que sobresale de la espalda?-preguntó Nina, acercándose a uno de los contenedores.

-Alas-respondió Erza, caminando hacia mí y parando a mi lado-. Como el Blood Drynka con alas de ángel que vio Euzma en Providencia.

-¡Sahar, no!-exclamó Drako.

   Me volví al mismo tiempo que las otras dos, y en el preciso instante en que Sahar rompía uno de los contenedores del fondo con su espada.
   Nina gimió y no por lo que había hecho Sahar, en su pecho llevaba una estaca clavada. Drako se apresuró a sacarla, el perpetrador del "disparo silencioso" salía de uno de los ascensores con un arma en alto. La estaca la había lanzado con la mano tal y cómo hizo Sahar con el chófer de los matones de Velkam. 
   El hombre disparó dos veces, esta vez en mi dirección, Erza se interpuso recibiendo ella las balas que iban para mí, cayó en mis brazos. Y como una exhalación vi pasar a Sahar por mi lado, le metió la mano en el pecho al tirador sacando su corazón en el proceso; ni siquiera dio tiempo a que el tipo cayera de rodillas cuando con su espada lo decapitó.
   Se volvió y ni pestañeó al ver a Erza en mis brazos, y a Nina en los de Drako.

-Tenemos que hacer algo-reaccioné después de quedar asombrada con esa serenidad con la que Sahar asesinó al hombre.

-Llevaré a Nina a Escala-dijo Drako, orbitando.

-¡Erza, vamos, no me jodas, reacciona!-dije, desesperada. Miré a Sahar que se puso de cuclillas frente a mí-. Haz algo, sánala.-Ladeó la cabeza, sus ojos habían adquirido el terrible brillo rojo, y me observaba con especial interés. Acercó su mano a las heridas de Erza y extrajo las balas, las lanzó hacia atrás y volvió a acercar la mano para curar las heridas.

-No estoy segura de que sobreviva si la llevas orbitando, Drako-habló sin inmutarse, retirando la mano y poniéndose de pie.

    Drako había vuelto y no lo noté hasta ese momento.

-Sólo hay una forma de asegurarnos de que sí lo haga-dijo Drako.

-Erza-llamó Sahar, volviendo a acuclillarse-. Erza, Drako necesita tu consentimiento para el contrato de sangre.-¿Contrato de sangre? Miré a Drako que se agachó a mi lado, y luego a Sahar.

-Acep....to....-respondió Erza en un débil murmullo y con los ojos aún cerrados.

    Drako no perdió tiempo, se mordió la muñeca y la llevó a la boca de Erza. Pillé a Sahar mirándome.
      Drako cargó a Erza y desapareció frente a nuestros ojos.

-La sanaste, ¿no estaba fuera de peligro ya?-le pregunté.

    Rompió otro de los contenedores del fondo, el líquido rojo no llegaba a mojarla porque se movía rápido. 

-Estaba al borde de la muerte-respondió sin mirarme y yendo a por el siguiente contenedor-, mi talento para sanar no está perfeccionado, una de las balas llegó a tocar el corazón. Pude haberlo reparado, apenas, orbitar en el estado que iba era terminar el trabajo que las balas no. Erza es humana y le afecta como a ti el orbitar repetidas veces, Drako ya la había traído.

    Cuando llegó a los que estaban cerca mío me miró.

-Ve al elevador-no fue un pedido, fue una orden en toda regla.

-¿Qué mierda pasa contigo?-pregunté, mirándola de arriba a abajo-. Es como si fueses dos personas distintas. 

-Me conozco, Faye, estoy en mi elemento-dijo. El tic en sus dedos sobre la empuñadura de su espada continuaba, es como cuando tamborilea con ellos sobre alguna superficie.

-Tu instinto-susurré, comprendiendo.

-Ve al elevador, por favor-su tono de voz fue más suave esta vez.

    Caminé hasta el aparato, Drako apareció a su lado y entre los dos rompieron los contenedores que faltaban.

-Desde aquí yo me encargo, Euzma, vayan afuera. Enseguida estaré con ustedes.

    Sahar pareció dudar hasta que me vio esperándola.
    Mientras subíamos la cogí de la mano, la que no estaba ensangrentada por haberle sacado el corazón a alguien en mi presencia y con la que sostenía su espada. Ella entrelazó sus dedos con los míos sin mirarme; las puertas se abrieron y salimos al vestíbulo.
   Corrimos al estacionamiento de enfrente donde estaba aparcado el coche, Drako apareció de pronto, Sahar se detuvo tambaleándose un poco, la sostuve.
-Salgamos de aquí ahora, esto estallará en unos minutos-dijo el Blood Drynka.

    Subimos a la parte trasera del coche.
   Le pregunté a Sahar si se encontraba bien, no había olvidado que casi se cae.

-Fue un mareo-respondió.

-Tú no sufres mareos, Euzma-dijo Drako desde el asiento del conductor, saliendo del estacionamiento.

-Creo que tiene qué ver con Nina y con Erza-susurró Sahar-. ¿Quién se quedó con ellas?

-Fui a por Circe para que ayudara a Nina, la estaca llegó al corazón y aunque logré sacarla, algunas astillas quedaron alojadas allí-explicó Drako.

-¿Por qué tu mareo se debería a ellas?-le pregunté.

-La vida de Erza está vinculada a la mía-respondió-. Después de una de mis muertes papá creyó conveniente hacerlo como medida de precaución, si me encontraba sola en alguna misión, que casi nunca pasa, y recibía una herida de gravedad, Erza moriría por mí. Y yo sentiría esa muerte pero no caería, Erza acaba de morir-añadió, sin que se le quebrara la voz.

    Me llevé las manos a la boca, los ojos se me humedecieron.
    
-No te preocupes, Faye-agregó, secando mis lágrimas y con una dulce mirada en los ojos-. El contrato de sangre que hizo con Drako la traerá de vuelta como Blood Drynka.

   Aún así rompí a llorar, miedo acumulado, el que Erza muriera por protegerme... ¡Porque murió! Diga lo que diga, murió. 
   ¡Había salvado mi vida a cambio de la suya! 
    Sahar me abrazó, y me mantuvo cerca de su cuerpo hasta que llegamos a Escala; Drako nos dejó en la entrada, Sahar sugestionó al portero para que obviara nuestras fachas, íbamos pringadas de sangre, más yo que ella en realidad. Erza había caído en mis brazos cuando le dispararon.

-¿Cuánto durará la conversión?-le pregunté a Sahar, poniendo en marcha el ascensor.

-Unas horas.

-¿Drako es su amo ahora?-Sahar sonrió.

-Erza sentirá la necesidad de estar con él, de hacer lo que le pida, así que sí, Drako es su amo porque él la convirtió. Pero Erza es mía.

-Me dolió-susurré-. Además lo has dicho como si Erza fuese un objeto o una mascota.

-No he dicho que sea mía en el sentido que le doy cuando te lo digo a ti.-Me miró de soslayo.

-No soy de tu propiedad-me quejé, pero intentando jugar con ella para bajar un poco la tensión y el susto.

   Salimos en cuanto las puertas se abrieron.

-¿Y Nina qué tiene qué ver con tu mareo?-inquirí, subiendo las escaleras.

-Tienes razón al decir que es mi hija, y que hay un lazo que nos une-suspiró-. Uno demasiado fuerte, la he sentido y visto sufriendo, las imágenes se intercalaron con la muerte de Erza.

    Apreté un poco su mano cuando llegamos a un dormitorio donde escuchamos voces, ambas conocidas. Sahar abrió la puerta.
    Sus padres estaban de pie ante la cama donde yacía Nina.
    Ahiram Cassul se giró, Circe lo cogió del brazo deteniéndolo cuando amagó un paso.

-Mataste a Tristán-dijo su padre-. Y Velkam viene en camino.

-Hice lo que creí correcto, y necesario-alegó Sahar.

    Su padre bajó la mirada hasta nuestras manos entrelazadas.

-¿Lo correcto y necesario por nosotros o por ella?-inquirió, mirándome sin ningún tipo de odio en sus ojos, se hallaba tranquilo y supuse que Circe tendría qué ver.

-¿No es Faye parte del clan? El "nosotros" la incluye a ella-respondió Sahar igual de tranquila que su padre-. Pero para darle la razón como estoy segura que quiere que lo haga, sí, fue más por ella. Tristán tenía una especie de obsesión con Faye que abarcaba vidas pasadas, no quería a ese loco revoloteando cerca de ella.-Circe y su marido no se sorprendieron, Sahar chascó la lengua-. Tristán no era el único envuelto en todo este lío, Arath y Regina Griffin prestaron sus laboratorios para los experimentos, de hecho venimos del más emblemático aquí en Seattle, Drako lo destruyó pero hemos visto lo que han estado haciendo, padre, tenían quimeras hechas a partir de Blood Drynka's y Elohims.

-Es una aberración-musitó su padre.

-El Blood Drynka que viste en Providencia, el que tenía alas....

-Debió salir de ese laboratorio-afirmó Sahar, interrumpiendo a Circe-. Los Assassins intentando sabotear la agenda de la Élite humana, mientras miembros de la Élite Blood Drynka confabulaban con la misma agenda. 

   Caín soltó la mano de su mujer, se giró para mirar a Nina.

-Velkam Alyosha es parte del complot, ella no sabía nada-hablé.

    Él no dijo nada; Sahar me llevó afuera.

-Ve a lavarte, y a ver a Erza-dijo, su mano estaba en mi mejilla, besó mi frente-. Te alcanzo en un rato.

-¿Les contarás lo que me contaste esta mañana?

-Tengo la ligera sospecha de que nuestra historia no les es del todo desconocida, son antiguos como tú y yo, observadores de lo que hemos sido. Y de lo que soy. Lo que está ocurriendo, en parte es por mí, los humanos, los Blood Drynka, Elohims, son sujetos de prueba; el ente al que Tristán y el resto se vendieron me quiere a mí, quiere saber si mi inmortalidad puede ser compartida, no es idiota, envió peones para asegurarse, creando todo un infierno en la tierra.

-Eres pieza importante en un plan mayor-susurré, preocupada.

-Y ustedes víctimas.-La devoción y culpa en su mirada arrancó lágrimas de mis ojos.

-Existas o no, estoy segura que sería una víctima igual, así que no hagas ninguna estupidez.   

    Apoyé mi frente en la suya.
    Se apartó y entró, me marché al dormitorio.
    Ella estaba en su derecho de seguir guardando su secreto, de no compartir su condición con nadie porque, como dijo antes, se conocía y si resultaba que podía convertir a otros en lo que ella era el infierno que era la tierra ahora no tendría punto de comparación con lo que se desataría con más criaturas de su tipo.
    Le di un golpe a la pared mientras me duchaba. Odiaba referirme a ella como "criatura", era una persona, y que hubiese alguien allí afuera intentando experimentar con ella me cabreaba sobremanera. Sahar no merecía ser tratada como un engendro que sólo serviría para hacer más fuerte a alguien.
    Al principio, cuando la conocí, dijo algo en lo que no había pensado hasta este momento: El Caído.
    
-Luzbel-susurré.

    La Estrella de la Mañana y del Atardecer. Rey de este mundo.

-El Diablo existe.....

   Me giré al oír ese susurro en mi oído.
   Cerré la regadera.

-.....sólo convenció al mundo de que no es así.

    Salí del cuarto de baño segura de que esa voz era la de Velkam Alyosha, ya la había oído en el recuerdo que tuve. 
  Me senté al borde de la cama después de vestirme. No podía asustarme, lo que sea que haya hecho para que yo pudiera oír su voz no iba a conseguir meterme miedo.
    Me encontré a Drako a punto de llamar a la puerta cuando me dispuse salir.

-Te ves pálida-comentó.

-Después de lo que ha pasado me sorprendería que no lo estuviera.

   Drako se hizo a un lado dejando ver a la autora de dicho comentario; Erza se cubrió la boca ocultando una sonrisa.
   Más pálida que ella no podía estar, pero se veía muy guapa, quise darle un abrazo pero se alejó.

-¿Estás loca?-rió, Drako me cogió del brazo-. Soy una Blood Drynka recién nacida, el olor de tu sangre me está volviendo loca y eso que acabo de comer. Sólo vine porque quería saber cómo estabas, y cómo está Euzma.

-Sahar está con sus padres, y yo estoy....-busqué la palabra indicada-... Asimilando las últimas horas.-No pude evitar sonreír al verla allí, de pie, siendo tan Erza-. Gracias, lo que hiciste.....

-No te pongas cursi-volvió a reír. Y un poco más seria, añadió-: Sahar sufriría si a ti te pasara algo, yo sólo quise evitar ese sufrimiento. 

   Drako hizo una mueca.

-Además de que se volvería loca y todos allí habríamos terminado muertos-intervino.

      Dijo justo lo que todos temen que pase desde que Sahar se fijó en mí, y yo en ella.
    Bajamos a la cocina, eran las tres de la madrugada y Drako comenzó a prepararme algo de comer. Le aseguré que no tenía apetito pero mi estomágo me traicionó haciendo ruiditos, y Erza, sentada a la barra de la cocina alejada de mí, dejó caer que si no me alimentaban bien Sahar les arrancaría la garganta así que lo hacían por miedo a Euzma.

-¿Qué hará Velkam Alyosha?-inquirí, removiendo desganada los huevos revueltos que Drako me sirvió.

-No sabe que conocemos su participación en estas trastadas, querrá que le expliquen quién y por qué mató a su emisario-respondió Drako-. Querrá a Nina de regreso.

-No dejaré que se la lleve.

-Euzma-musitó Erza.

   Dejé el taburete donde me hallaba sentada en la barra y fui a su encuentro. Se había duchado, lucía unos pantalones de mezclilla negros y una blusa del mismo color, sus ojos no se apartaban de los míos.
-¿Hablas en serio?-Ella asintió-. ¿Ya despertó?

-Todavía no, pero mi madre sacó las astillas así que está fuera de peligro-dijo, encogiéndose de hombros-. Un lazo muy fuerte me une a ella, tú lo dijiste, y lo sentí. Como el fuerte lazo que me une a ti.-Sus manos se posaron en mis mejillas y sonrió-. Me haces falta estando separadas incluso en la misma casa.-Rozó sus labios con los míos. Después desvió la mirada hacia Erza-. Es lindo verte de pie, Erza-le dijo, me miró buscando aprobación, sabía que lo hacía porque otras veces se dirigía a Erza de una forma muy dura, como si ésta fuese insignificante. Le di mi aprobación con un asentimiento de cabeza.

   Dentro de poco Velkam Alyosha y su comitiva llegarían, antes de que eso pasara quise darle un poco de normalidad a Sahar, porque en cuestión de horas todo se volvería un caos.      

   

   

   

    

  <<Huellas XXXII  

10 comentarios:

  1. Valiente que es Faye, capaz de decirle lo que piensa, sin que eso implica abandonarla.
    Muy inspirada esa historia de las vidas pasada.
    Un hallazgo el personaje de Erza-

    Y el epilogo es una preparación para la historia original.

    Que buena historia.

    Besos.

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    1. ¡Erza es uno de mis personajes favoritos! jaja
      Sí, Faye es muy valiente, si tiene que decirle a Sahar cuando está equivocada lo hace sin dar marcha atrás. Ambas se complementan :)
      Me gusta tocar ese tema de vidas pasadas porque creo en ello, aquí no es taaan protagonista más que nada para recoger información que es necesaria para las cosas que están pasando en el presente. El tema se toca sólo en esos momentos, si te das cuenta en el presente no se habla mucho de reencarnación, sólo es tocado de pasada :)

      Y sí, este epílogo es una preparación para la historia original. De hecho, la continuación de esto se llama Lazos, y además del asunto: Velkam. Pasan otras cosas que ya dan paso a lo que se vive en la actualidad. Ya vas a ver ;)

      Besos, Demiurgo.
      E INFINITAS GRACIAS por acompañarme desde el inicio de este spin off ;)

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  2. Sencillamente, el epílogo perfecto para esta historia.

    Besos.

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  3. Mucha acción y emociones, con el eje personificado en Sahar y su batalla entre instinto y sentimiento. Y Faye, allí en el centro del huracán. Lo que viene no puede ser menos.

    Besos dulces y dulce fin de semana Ivel.

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    1. A ver qué les parece la continuación jijiji
      Y AGRADECIDA con vuestro apoyo, por viajar conmigo en esta aventura, por acompañar a Sahar y a Faye en su historia ;)

      Besos, y bonito inicio de semana, Poeta :*****

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  4. Por muchas vidas que se vivan... los lazos que unen y se encuentran se sienten, y cuando un alma sufre... la otra se resiente.
    Un capítulo muy inenso en esa lucha encarnizada.

    Mil besitos, Ivel.

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    1. Más claro ni el agua, mi Aurora ;)
      Desde el inicio has estado de ese otro lado, ¡gracias por el apoyo!

      Mil besitos y más :******

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  5. Qué bueno que sigues escribiendo mi niña.

    Un beso muy grande.

    TQ.

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    1. No puedo evitarlo, escribir es mi pasión, mi vida, todo :)

      Besazos, mi María Bonita.
      TQQQQ!!!!!

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