En nuestro dormitorio Sahar se encerró en el cuarto de baño, esperé a que saliera pensando que se arrepentiría de ir a ver a Nina. No la culparía, ni yo ni nadie podía obligarla a hablar con la chica pero era mejor que lo hiciera a esperar que apareciera Velkam a querer convencerla, con mentiras, que se fuera con él.
Salió, me levanté en silencio viendo cómo me ofrecía una mano que tomé con todo gusto; Drako nos esperaba a la puerta de la habitación donde se encontraba Nina, la abrió y nos cedió el paso a Sahar y a mí. Dentro, Circe estaba sentada al borde de la cama abrazando a una desconcertada ojos verdes; Nina se hallaba sentada y no entendía por qué aquella mujer le daba muestras de cariño si ni siquiera le conocía.
Sahar habló pidiendo que la dejaran a solas con la señorita Alyosha, me extrañó que su padre no protestara, aunque pensándolo bien después de saber quién era Nina y el hecho de que yo tenía razón y Caín sí fue el padre biológico de Sahar en esa época, era normal que no se opusiera y dejara que su hija hablara con su nieta. Circe y Caín debían estar felices por tener una nieta, yo no podía hacer más que alegrarme por Sahar.
Me dispuse a salir también pero me detuvo en la puerta.
-¿No vas a acompañarme? No puedo hacer esto sola-dijo, con gesto suplicante.
Miré a Nina, yacía recostada en el cabezal de la cama, se la veía muy triste. Se lo atribuí a la traición de quien creía era su hermano, y ya empezaba a creer que sería una mala idea decirle la verdad, era muy pronto. Si enterarse que su "hermano" la traicionó la tenía así, no quería ni imaginar qué pasaría de enterarse que en realidad era su padre, que su propio padre envió sicarios a matarnos estando ella presente.
Seguí a Sahar que se acercó a la cama tomando asiento en un sillón negro.
-¿Cómo se siente, señorita Alyosha?-preguntó Sahar. Y era una buena pregunta, velar por sus sentimientos primero, aunque algo me decía que se aguantó el ir directo al grano. A Sahar no le gusta que divaguen.
-Atontada, confundida, traicionada, adolorida-respondió con lágrimas inundando sus ojos y llevándose la mano al corazón-. ¡Con ganas de quitarme este maldito anillo para ahorrarle el trabajo a mi hermano!-exclamó de pronto, intentando quitarse el anillo que llevaba en el dedo anular de la mano izquierda, Sahar y yo la detuvimos.
-Ey, Nina, Nina tranquila, bonita-dije, y el tono de cariño me fue inevitable emplearlo. Pillé la sombra de una sonrisa en los labios de Sahar, algo habrá recordado, la escena debió resultarle conocida-. No arreglarás nada de esta forma, ¿acaso no ves necesario pedirle explicaciones?
-Sí, pero....-susurró sin llegar a finalizar lo que iba a decir.
Miró su anillo plateado, una línea azul lo bordeaba arriba y abajo. Apenas llamaba la atención, pero era muy bonito; algunos Blood Drynka, y hablo de aquellos con un rango superior: la realeza, aristocracia vampírica, sólo tenían la posibilidad de caminar bajo la luz del día gracias a la magia encerrada en el lapizlázuli-los bordes azules-, una gema hechizada por Circe y brindada por Caín a sus hijos, de una época a la actual.
Le había preguntado a Sahar la noche que llegamos aquí cómo podían Tristán, Nina y Drako caminar bajo la luz del sol si hay una maldición sobre los Blood Drynka que les obliga a vivir como criaturas nocturnas, y me explicó que esa era la forma que habían encontrado para contrarrestar dicha maldición, su padre no había querido removerla para mantener el control sobre ellos, una debilidad de la que pudiera valerse para implementar castigos si las reglas eran mancilladas. Por eso uno de los objetivos de Velkam y los Griffin era encontrar la forma de romper la maldición por medio de la ciencia, experimentando, creando esas quimeras, así no tendrían que depender de una piedra hechizada. Y si Sahar podía llegar a convertir a otros en lo que ella era, no tendrían que preocuparse por morir porque nunca lo harían. Serían eternos de verdad.
-Tuve sueños muy raros en mi agonía-dijo Nina. Nos miró a una y a otra y luego volvió a concentrarse en su anillo-. Era de mi madre-susurró. Sahar bajó la mirada al objeto que la chica giraba en su dedo-. O al menos eso dice mi hermano, no sé si creerle, ya no sé si creerle en otras cosas. ¿Cómo no me di cuenta que él estaba involucrado en las desapariciones?
-Te habría matado antes-comentó Sahar, le di un golpecito en el brazo-. ¿Qué?-dijo.
Negué con la cabeza sonriendo, y puse mi mano en su hombro. Nina se fijó en ello.
-¿Hace cuánto que se conocen?-preguntó.
-Una semana y media, creo-respondí.
-Por lo íntimas que son juraría que es de más tiempo, y he conocido todo tipo de relaciones, lo de ustedes es extraño-sonrió, por primera vez con absoluta felicidad.
Era mejor que la conversación se dirigiera hacia otro tema, así olvidaba por un rato la traición de Velkam.
-Se siente como si fuera de más tiempo, y que esto sólo es una continuación-le dije, mirando a Sahar quien a su vez me miró.
-En los siglos de vida que llevo he conocido almas reencarnadas en casi todas las formas-Nina tocó el tema que nos competía-, pero ni así he sido testigo de tanta complicidad y menos en tan poquito tiempo. Algunos dudan cuando descubren que han estado juntos en otros tiempos, ya saben, si son pareja porque se aman o por obligación de no romper el ciclo, o si están juntos por elección o.....
-Es mi elección estar aquí, ahora, a su lado-la interrumpí-. Nadie me obliga a amarla, no estoy aquí bajo amenaza sino porque siento, sea herencia de una vida pasada o no, siento amor y adoración por Euzma Sahar-dije, manteniendo el respeto que suelo emplear cuando estoy con Sahar delante de terceros, tratándola con el mismo respeto con el que sus súbditos la tratan.
Sahar no me miró pero yo sí que llegué a ver la sonrisa en sus labios.
-Hacen bonita pareja-terminó por decir Nina. Sus verdes ojos no dejaban de estudiarnos de manera sutil-. Desde hace días me ha dado la sensación de que las he visto antes, pero de Euzma sólo había oído hablar, y a usted la conocí al mismo tiempo que a ella.
-Acabas de sacar el tema de vidas previas, y no creo que haya sido casualidad-dijo Sahar, cogiendo la mano donde llevaba el anillo y paseando su dedo índice por el plateado objeto. Sí fue de ella-. ¿Qué sueños raros tuviste, señorita Alyosha?
Nina no quitaba su verde mirada del dedo que acariciaba su anillo, y si lo hacía era para ver a Sahar.
-De cuando era niña, caminaba con mi niñera por un parque-narró la joven.
-¿Qué le pasó a tus padres?-preguntó Sahar.
-El puto Velkam dijo que mamá nos abandonó, de padre no habla mucho, en realidad no habla mucho de nada. Quedamos en el abandono y ya-explicó, estudiando las facciones de Sahar, sus ojos recorrían el rostro de la morena-. En mis sueños estuvieron ustedes-soltó, Sahar permanecía serena acariciando el anillo-. Es confuso.
Era mi turno de ser objeto de estudio. Sonreí con cariño, cruzando los brazos.
-Faye-susurró-. Mi amiga grande-bajó la mirada-. Faye-repitió como si acabara de darse cuenta de algo. Si antes estaba pálida ahora casi ni se veía de lo blanca que se puso su piel, sus ojos se agrandaron, sorprendida y aterrada miró a Sahar-. ¿Mamita?-la voz se le quebró al pronunciar esa palabra, ni siquiera dio tiempo a que Sahar dijera algo, se abalanzó a abrazarla. Escondiendo su rostro en el cuello de la morena rompió en llanto. Dudando, Sahar la abrazó de vuelta.
Me giré y limpié mis lágrimas, me abaniqué con la mano queriendo controlar las ganas que sentía de llorar a viva voz también. Yo no la recordaba, pero el sentimiento era poderoso, fuerte, y estaba allí.
-Él...-gimoteó, todavía escondida en el cuello de su madre-.... Él te mató.... Me obligó a ver cómo Tristán.....
Nina estaba destrozada, se separaba de Sahar y tocaba su rostro esperando que no fuese una ilusión, que no la estaba imaginando. Luego volvía a abrazarla; la escena me rompió el corazón, imaginé a la nena que pude llegar a ver momentáneamente en el avión cuando ella venía a reunirse con Drako y conmigo en el bar. Una niña preciosa de ojos verdes y piel un poco más clara que la de su madre, su lacio pelo negro le llegaba a mitad de la espalda, y su mirada era exacta a la de Sahar, por instantes mostraba una brillante luz de malicia, igual que su sonrisa. Como si escondiera un secreto, como si supiera algo que tú no, o acabara de hacer alguna travesura.
Sonreí entre lágrimas al escucharla reír a Nina. Sahar estaba un poco rígida, no se iba a acostumbrar a estar cerca de su hija y que ésta invadiera su espacio personal, esperaba que Nina entendiera que la Sahar que estaba frente a ella no era la misma que le dio la vida. Segura me hallaba que iría dando muestras de esa Sahar poco a poco.
-Llevo toda una vida hipnotizada-dijo Nina, limpiando las lágrimas que aún resbalaban por sus mejillas-. ¿Por qué mi padre me haría una cosa así? ¿Por qué hizo lo que hizo?
-La hipnosis debió quebrarse cuando nos conociste-hablé porque me pareció que Sahar no se encontraba dispuesta a charlar con Nina, debía parecerle extraño todo el acontecimiento, los abrazos de su hija, la emoción que reinaba en la habitación, Sahar sólo observaba a la joven-. Debes estar, te robo la palabra: confundida, más de lo que ya estabas.
-Mucho más, sí-respondió, moviendo la cabeza en afirmación constante.
-Yo también lo estoy-admití. Sahar me miró-. Una semana y media no es suficiente para procesar todo lo que se me ha venido encima-expliqué-, hay cosas que ya no pueden sorprenderme, como las hay que sí y costará acostumbrarme. Resulta que al final es el mundo en el que siempre he vivido, sólo que ha estado maquillado todo este tiempo.
-A mí me lo maquillaron con hipnosis-dijo Nina, cabizbaja.
-Pareciera que a mí y al resto de la gente también, no estás sola-le aseguré, guiñándole un ojo. Nina sonrió a medias, suspiró mirando a Sahar y de nuevo a mí-. Lo siento, Faye, yo en el pasado te.....
-Ey-susurré, acercándome a ella. Me puse de rodillas cerca de la cama, a su lado, cogí una de sus manos-. Yo recuerdo apenas nada de esa época, y si me hiciste algo de lo que ahora te sientas culpable sé que no fue tu culpa, eras una niña cuyos padres se vieron en conflicto por una tercera persona-mi voz fue bajando por sentirme mal al haber roto una familia que era feliz, porque estoy segura que Sahar llegó a ser feliz con él.
-Si yo no debo sentirme culpable, tú tampoco-dijo Nina-. Entiendo que la querías, y que seguro la quisiste más que mi padre.
Sahar se puso cómoda en la silla, cruzando las piernas y los brazos, una sonrisa en sus labios.
-¿Disfrutas nuestra interacción, cariño?-le pregunté, sentándome en la cama con Nina.
-Mucho-respondió-. Nina no estás obligada a quedarte aquí, debes querer hablar con tu padre.-Me dejó desconcertada que se fuera por ahí cuando dejó en claro que no permitiría a Velkam llevarse a Nina.
-No quiero hablar con él, envió hombres a atacarles sabiendo que yo estaba con ustedes, ¡no le importo!-exclamó Nina-. Debo ser sólo una ficha de la que puede prescindir.-Miró hacia el otro lado de la habitación, triste-. Si me permitieras quedarme contigo-dijo, volviendo el rostro hacia Sahar-, yo quisiera quedarme contigo. Íbamos a irnos juntas, lo recuerdo, quiero eso.
Sahar asintió entendiendo la decisión que su hija acababa de tomar. Y entendí la razón por la que le dijo en primer lugar que no estaba obligada a quedarse, quería que fuese decisión de Nina; empecé a ver otra característica muy de ella, e importante era dicho detalle: Sahar respetaba las decisiones de otros, veía por que fuera uno quien eligiera, aunque habían veces en que ella se imponía, solía ser justa.
-Hay un poco de ropa en ese armario-dijo, señalando el mueble-. Hice que Drako la trajera anoche de casa, ropa mía sin usar, puedes elegir lo que gustes. ¿Podrías ayudarla, por favor?-me preguntó. El "Por favor" sonó adorable en su profunda voz, a veces era la mar de educada.
-Encantada-sonreí.
-Hace una bonita mañana-se dirigió a Nina después de guiñarme un ojo-, te hará bien tomar aire fresco mientras te explico algunas cosas que debes saber. ¿Te sientes bien como para caminar?
-Sí-sonrió Nina, saliendo de la cama y metiéndose al baño después de ayudarla a elegir, la acompañé porque todavía se veía muy débil-. Tengo sentimientos encontrados-comentó, entrando a la ducha y pasándome la ropa del pijama que Circe le había puesto.
-Te creo-dije, escuchando la voz de Drako en la habitación. Me encontraba de pie apoyada en la puerta que había cerrado-. Ella no sabía de ti, Nina, no tenía recuerdos de ti hasta hace poco. Todo ha sido muy reciente, en otras vidas cuando supo de ti te buscó pero Velkam hacía hasta lo imposible para que ustedes dos no se encontraran.
El agua de la regadera caía, era el único sonido que se oía después de que terminé de hablar. Sahar me llamó desde afuera.
-Dejaré la ropa aquí en el lavabo, estaré en la habitación con Sahar por si necesitas algo, ¿vale?
-De acuerdo-respondió ella.
Sahar se hallaba con los brazos cruzados de pie frente a Drako.
-Tienes que oír esto-me dijo, viéndome cerrar la puerta del cuarto de baño-. Habla-le ordenó a Drako.
-Arath Griffin y su mujer quieren una audiencia con Caín y Sahar, presumo que buscan aliarse a nosotros en contra de Velkam Alyosha. Caín cree que debe darles la oportunidad de redimirse, tomando precauciones, por supuesto-dijo Drako, dando de nuevo la información que ya le había hecho llegar a Sahar.
-¿Tú qué opinas, Vesper?-me preguntó Sahar, estaba en modo Euzma.
-No sé si deba decir algo al respecto, Euzma Sahar, mi opinión no tiene mucho peso aquí-respondí.
-Para mí sí-dijo ella, ablandando su tono de voz-. ¿Qué piensas?
-Desconfío-dije, mirando de reojo a Drako-. ¿Quién nos asegura que no es una treta?-Sahar asintió-. Sin embargo-comencé, ella esperó a mis siguientes palabras-, tu padre dice que quiere escucharlos y si son precavidos a la hora de reunirse con ellos podemos sacar provecho y exponer a Velkam como el culpable que es.
-Los Griffin son tan culpables como él de la muerte de mis
hermanos, el juicio de los demás Komandantoj caerá sobre ellos. No se van a salir con la suya-dijo Sahar, porque en eso parecía ser más implacable que su padre, ella no quería darles la oportunidad de redimirse. Para ella eran culpables, punto, y me daba la impresión que era su instinto hablando, había leído la inmoralidad y depravación en los Griffin: habían vendido a su propia gente-. Pero bien, si Arath está esperando ser perdonado por prestarse a semejante barbarie aceptaré, como lo ha hecho mi padre, reunirme con él y su esposa. Lo que no puedo asegurar es que si piden mi opinión en el juicio, de llegar a haberlo, defender a los esposos después de lo que hicieron. Será un rotundo no, y tal vez hasta me preste para ejercer de verdugo-sonrió-. Las espero abajo-me dijo, dirigiéndose hacia la puerta y saliendo.
-No bromeaba, ¿cierto?-le pregunté a Drako cuando quedamos sólos.
-No-respondió él, yendo hacia la puerta también.
Me senté en la cama a esperar por Nina quien salió sin hacer comentario alguno sobre, lo que no dudé, escuchó.
Ambas bajamos las escaleras, en la estancia se encontraban todos viendo el noticiario, Drako hablaba con alguien por teléfono. Circe y Caín estaban sentados uno al lado del otro en el sofá, y seguro me sonrojé porque Sahar y yo estuvimos allí hacía poco, ¡qué vergüenza!
Sahar se hallaba de pie frente a la puerta de cristal que daba a la parte trasera viendo hacia donde ella estuvo hacía rato con su madre. Circe y Caín observaron a Nina quien parecía un cachorrito asustado entre aquella gente que le era desconocida como familia. Porque eran sus abuelos, debía estar que no se lo creía: descendía de forma directa del primer Blood Drynka, era pura, provenía de la realeza que era cómo ella, hasta hace poco, veía a Caín y a Sahar; Caín se levantó y se acercó a nosotras. Le dirigió una mirada de cariño a Nina.
-Bienvenida-susurró. Besó ambas mejillas de la chica-. Circe y yo estamos encantados de tenerte en nuestra familia, si lo hubiésemos sabido antes, si no hubiésemos ignorado tantas cosas habrías estado con nosotros, bajo nuestra protección mucho tiempo atrás.
-¿Y el resto de mis hermanos?-preguntó Nina con frialdad.
Joder, cuando se lo proponía se parecía a su madre quien no se inmutó, seguía de pie en el mismo lugar.
-Entiendo que prohibieras la entrada de Blood Drynka's a Providencia porque te hemos decepcionado, lo acepto de hecho porque muchos se comportaron de forma aberrante cuando quisiste compartir tu hogar con nosotros. Yo fijo posición desde ya, acepto que somos familia pero viviré de este lado velando por mi gente-dijo. Y era definitivo, nadie podía dudar del parentesco entre esas dos-. Agradezco que quieras que viva con ustedes, pero así como soy tu nieta también soy una de ellos, no puedo estar tranquila en tu paraíso cuando en el exterior mi pueblo vive un infierno.
La última frase sí que llamó la atención de Sahar, la miró desde donde estaba con mucho interés. El mismo que mostró en nuestro primer encuentro con Nina.
Caín se giró para observar a su hija, la señaló con el dedo índice.
-Cuando hiciste a esta niña pusiste todo tu empeño para que se pareciera a ti, ¿no?-dijo.
Circe soltó una carcajada, Drako, que seguía al teléfono, rió por lo bajo, hasta para mí fue inevitable hacerlo. Entre tanto Nina y Sahar quedaron fuera de juego, hasta en eso se parecían, no le encontraron la gracia a la broma de Caín.
-A mí me educaron de ese modo, y en la época en que Nina nació su padre influyó mucho en ella, que luego él se corrompiera es otro asunto-dijo Sahar, enalteciendo a Velkam para luego bajarlo de un tirón.
Erza se unió a nosotros sentándose junto a Circe.
-¿Estás bien?-oí que ésta le preguntaba.
-Drako me dio una bolsa de sangre hace unos minutos, creo que puedo aguantar sin comerme a nadie-bromeó ella.
Le estaría agradecida toda mi vida por lo que hizo y no me alcanzaría, no cualquiera haría lo que ella por mí. Me salvó sin importar dar su vida para ello.
-Contabilizan doce muertos-dijo Circe, subiendo volumen al televisor de plasma engarzado en la pared frente al sofá.
-¿Doce muertos? ¿Dónde?-inquirí, poniéndome de pie detrás de ella y Erza.
Circe miró con pesar a Nina que se sentó al lado de Erza.
-Desde que Velkam puso pie en Seattle se ha disparado una ola de asesinatos-informó Sahar-. Hace poco hubo un atentado en una cafetería, un hombre abrió fuego contra varias personas, la posibilidad de que estuviera hipnotizado es alta. Velkam nos está mandando un mensaje.
-Pero él no está enterado que sabemos de su participación en las desapariciones y experimentación con Blood Drynka's-dije, viendo cómo a Nina le afectaba lo que hablábamos.
-No, no lo sabe, está usando a los Griffin como cabeza de turco porque de hecho los descubrimos. Cree que los culparemos a ellos de estos ataques, en cualquier momento pide que nos reunamos también-habló Sahar.
-Está llamando demasiado la atención y eso no es bueno-comentó Caín, tenía las manos en los bolsillos y estaba a mi lado viendo el noticiario.
-Si me dejaras hacer las cosas a mi manera como se tenía previsto desde el principio le habría dado juicio y sentencia, y no tendríamos este problema-replicó Sahar.
Noté la incomodidad de Nina.
-Sahar, ¿podemos hablar por allá?-Señalé el pasillo que daba a la cocina. Ella me siguió-. Podrá ser un hijo de puta y todo-le dije, cerrando la puerta detrás de mí-, pero sigue siendo su padre, a Nina le sienta mal la forma en que están hablando de él.
-No me di cuenta, lo siento-susurró, cruzándose de brazos-. Pero ¿por qué tiene que sentirse mal? Casi muere por su culpa, le ha hecho mucho daño.
-Es su padre, y por lo que dijiste de él, en algún momento debió ser un buen hombre, debió portarse bien con ella. Como un padre se supone debe ser; Nina lo quiere, se siente herida, traicionada, pero lo quiere y escuchar todo lo que escuchó sólo la hace sentirse peor.
-Creo que entiendo-asintió. Cogió mi mano y entrelazamos nuestros dedos-. Gracias por ser mi conciencia, Vesper, por decirme cuando me estoy equivocando sin tener miedo de cómo pueda responder. Por verme de otra forma a cómo me ven ellos.
-Sólo veo quien realmente eres, amor mío.
-¿Sabes qué veo yo cuando te observo?-Negué con la cabeza-. Una luz brillante capaz de cegar a todos dentro de una habitación, la persona más bondadosa que en la vida llegaré a conocer, valiente, loca por atreverse a llevarme la contraria, o llevarle la contraria a cualquiera, a una persona cuyos miedos no la hacen caer, sino que los abraza para hacerse más fuerte.-La miré con la ternura que sus palabras despertaban en mí-. Te veo a ti, Faye, en todo tu hermoso esplendor; ya no me atrevo a imaginar mi vida sin ti en ella, y no es porque nos necesitemos o estemos en un ciclo donde nos encontramos cada vez....
-Yo te elijo, cada segundo, cada minuto, cada hora de cada día te elijo a ti, Sahar.-Apoyó su frente en la mía, a veces ese mínimo contacto era suficiente, era hacer el amor. Sonreí-. Ve con Nina-susurré.
Salió de la cocina después de besar la comisura de mis labios. Cuando yo salí ni ella ni Nina estaban en la sala de estancia, Caín tampoco, Circe y Erza permanecían atentas a las noticias.
Drako se me acercó.
-Tengo que ir a hacer algo de mercado para el tiempo que te quedarás aquí, Circe y tú necesitan alimentarse-dijo-. ¿Vienes?
-Me caes del asco, Drako.
-Lo sé, ¿pero igual vienes?
No me hice del rogar, le pedí a Circe y a Erza que si Sahar preguntaba por mí le dijeran que acompañé al imbécil de su ex follamigo a hacer mercado.
Subimos a la camioneta negra. Drako conducía.
-¿Sabes que vine contigo porque Sahar se enfadará por sacarme de casa con el loco de su ex marido deambulando por ahí, no?-pregunté, mirando por la ventana el verde paisaje-. Ansío ver cómo te rompe el cuello, así luego éste sane.
Drako rió, le subió volumen a la música en la radio. Crazy in Love de Beyoncé sonaba en ese momento, lo gracioso fue escuchar a Drako cantando; nos tomó casi dos horas llegar al supermercado más cercano, y en todo ese tiempo me tuve que calar al severo vampiro cantar. Una de dos, o tenía mala voz o lo hacía para molestarme. Comencé a creer que era la segunda cuando lo pillé riéndose.
Apagó la camioneta y bajamos a hacer las compras, Drako se me adelantó unos pasos cuando estuvimos adentro. No había mucha gente así que sería rápido; me perdí entre las estanterías buscando chuches, que se me antojaban, hacía meses que no probaba nada que se le pareciera.
-Buenos días.
Se me cayó la bolsa de Dorito's que tenía en la mano nada más oír esa voz, fue él quien se agachó a recogerla. Me giré despacio mientras se ponía de pie y me la extendía, como no la cogí de vuelta la dejó en el aparador.
Sus ojos de un color azul claro por efecto de la luz, pelo castaño que llevaba corto aunque con un peinado muy juvenil, él lucía muy joven, sus pobladas cejas enmarcaban una mirada que encerraba sadismo pero que me observaba con ternura e interés en ese instante.
Vestía de traje y corbata, una flor blanca adornaba su saco. Sonreía apacible.
-Se queda muda, señorita Vesper, la recuerdo charlatana-dijo, su voz grave era pura serenidad lo cual resultaba más amenazante. Me pregunté dónde demonios se había metido Drako, lo busqué con la mirada, disimulando-. No querrá marcharse tan pronto. Es evidente que me recuerda.
-Apenas nada, señor Alyosha-respondí, mostrando seguridad.
-Pero Sahar sí-supuso-. Asesinó a Tristán.....
-Para eso lo enviaste, para despertar su memoria y amenazarla con Nina.-Velkam amplió su sonrisa-. ¿Qué te pasó? Porque estoy segura que el hombre que está haciendo todas estas monstruosidades contra su familia, contra su gente, no es el mismo que Sahar conoció.
Velkam rió.
¿Dónde te metiste, Drako? pensé.
-No creo que te convenga que sea el que conoció.-Me examinó con la mirada, chascó la lengua-. Mi mujer sigue teniendo los mismos gustos en putas.
Le solté una bofetada nada más escuchar sus palabras.
-Faye....
-No te muevas, señor Višnjić-ordenó Velkam, frotándose la mejilla donde le pegué.
Drako estaba detrás de mí. Hice un gesto negativo con la cabeza para que no se acercara.
-¿Cómo nos encontraste?-le pregunté.
-Tengo a mi propia Maga-sonrió-. Costó mucho trabajo considerando que en Sahar no funciona hechizo alguno, es como un punto ciego y por momentos afecta a quien esté cerca de ella.
Una mujer cruzaba el pasillo cogiendo algunas cosas del aparador del frente. Él la cogió del brazo atrayéndola hacia su cuerpo y mordiendo su cuello en el acto.
-¡No!-grité.
La mujer cayó al suelo mientras Velkam exhibía la sangre que manchó su boca, y sus ojos ennegrecidos.
-¿Qué has hecho?-Me agaché, las manos me temblaban cuando fui a tomarle el pulso a la víctima. Había muerto-. ¿No recaería sobre los Griffin la culpa de los asesinatos que tú estás llevando a cabo?
-Y así será-sonrió, limpiándose la sangre con la manga derecha del saco-. El Consejo ya está al tanto, se efectuará un juicio, todo está preparado y no hay testigos ni pruebas que me involucren, ¡todos salimos ganando!
-Drako y yo te hemos visto-repliqué.
-Drako y tú no vivirán por mucho tiempo.-Se encaminó hacia la salida-. Dile a Sahar que me busque-dijo, deteniéndose y girando para verme-, no pienso poner un pie en vuestra casa pero ya saben dónde me quedo. Si no quieren más cadáveres dispersos por esta ciudad, y que se extiendan por toda la nación, o incluso el continente.
Drako se acercó a mí, cargó a la mujer. Velkam se marchó.
-¿Te volviste loca?-soltó Drako, caminábamos por el pasillo hacia la salida y entonces noté que la gente que allí había nos ignoraba, como si no nos vieran y es difícil no ver a una pareja en la que uno de los miembros lleva un cadáver en brazos-. ¿Cómo se te ocurre abofetearlo?-preguntó.
-¿Drako?-susurré, parando antes de salir. Me había dado la vuelta.
-¿Qué?-preguntó, haciendo lo mismo.
No pasaron ni dos segundos de habernos girado cuando los clientes y trabajadores que atendían las respectivas cajas comenzaron un suicidio colectivo.
-¡Oh por Dios!-exclamé.
-Los sugestionó, ese maldito-dijo Drako, dejando el cadáver en el suelo-. Tenemos que salir de aquí.
-Pero....
-No podemos hacer nada, señorita Vesper, es tarde. Vamos.
Lo seguí con la fuerte convicción de que si Sahar, al enterarse de lo ocurrido iba tras él para tomar represalias en persona, no me opondría.
Salió, me levanté en silencio viendo cómo me ofrecía una mano que tomé con todo gusto; Drako nos esperaba a la puerta de la habitación donde se encontraba Nina, la abrió y nos cedió el paso a Sahar y a mí. Dentro, Circe estaba sentada al borde de la cama abrazando a una desconcertada ojos verdes; Nina se hallaba sentada y no entendía por qué aquella mujer le daba muestras de cariño si ni siquiera le conocía.
Sahar habló pidiendo que la dejaran a solas con la señorita Alyosha, me extrañó que su padre no protestara, aunque pensándolo bien después de saber quién era Nina y el hecho de que yo tenía razón y Caín sí fue el padre biológico de Sahar en esa época, era normal que no se opusiera y dejara que su hija hablara con su nieta. Circe y Caín debían estar felices por tener una nieta, yo no podía hacer más que alegrarme por Sahar.
Me dispuse a salir también pero me detuvo en la puerta.
-¿No vas a acompañarme? No puedo hacer esto sola-dijo, con gesto suplicante.
Miré a Nina, yacía recostada en el cabezal de la cama, se la veía muy triste. Se lo atribuí a la traición de quien creía era su hermano, y ya empezaba a creer que sería una mala idea decirle la verdad, era muy pronto. Si enterarse que su "hermano" la traicionó la tenía así, no quería ni imaginar qué pasaría de enterarse que en realidad era su padre, que su propio padre envió sicarios a matarnos estando ella presente.
Seguí a Sahar que se acercó a la cama tomando asiento en un sillón negro.
-¿Cómo se siente, señorita Alyosha?-preguntó Sahar. Y era una buena pregunta, velar por sus sentimientos primero, aunque algo me decía que se aguantó el ir directo al grano. A Sahar no le gusta que divaguen.
-Atontada, confundida, traicionada, adolorida-respondió con lágrimas inundando sus ojos y llevándose la mano al corazón-. ¡Con ganas de quitarme este maldito anillo para ahorrarle el trabajo a mi hermano!-exclamó de pronto, intentando quitarse el anillo que llevaba en el dedo anular de la mano izquierda, Sahar y yo la detuvimos.
-Ey, Nina, Nina tranquila, bonita-dije, y el tono de cariño me fue inevitable emplearlo. Pillé la sombra de una sonrisa en los labios de Sahar, algo habrá recordado, la escena debió resultarle conocida-. No arreglarás nada de esta forma, ¿acaso no ves necesario pedirle explicaciones?
-Sí, pero....-susurró sin llegar a finalizar lo que iba a decir.
Miró su anillo plateado, una línea azul lo bordeaba arriba y abajo. Apenas llamaba la atención, pero era muy bonito; algunos Blood Drynka, y hablo de aquellos con un rango superior: la realeza, aristocracia vampírica, sólo tenían la posibilidad de caminar bajo la luz del día gracias a la magia encerrada en el lapizlázuli-los bordes azules-, una gema hechizada por Circe y brindada por Caín a sus hijos, de una época a la actual.
Le había preguntado a Sahar la noche que llegamos aquí cómo podían Tristán, Nina y Drako caminar bajo la luz del sol si hay una maldición sobre los Blood Drynka que les obliga a vivir como criaturas nocturnas, y me explicó que esa era la forma que habían encontrado para contrarrestar dicha maldición, su padre no había querido removerla para mantener el control sobre ellos, una debilidad de la que pudiera valerse para implementar castigos si las reglas eran mancilladas. Por eso uno de los objetivos de Velkam y los Griffin era encontrar la forma de romper la maldición por medio de la ciencia, experimentando, creando esas quimeras, así no tendrían que depender de una piedra hechizada. Y si Sahar podía llegar a convertir a otros en lo que ella era, no tendrían que preocuparse por morir porque nunca lo harían. Serían eternos de verdad.
-Tuve sueños muy raros en mi agonía-dijo Nina. Nos miró a una y a otra y luego volvió a concentrarse en su anillo-. Era de mi madre-susurró. Sahar bajó la mirada al objeto que la chica giraba en su dedo-. O al menos eso dice mi hermano, no sé si creerle, ya no sé si creerle en otras cosas. ¿Cómo no me di cuenta que él estaba involucrado en las desapariciones?
-Te habría matado antes-comentó Sahar, le di un golpecito en el brazo-. ¿Qué?-dijo.
Negué con la cabeza sonriendo, y puse mi mano en su hombro. Nina se fijó en ello.
-¿Hace cuánto que se conocen?-preguntó.
-Una semana y media, creo-respondí.
-Por lo íntimas que son juraría que es de más tiempo, y he conocido todo tipo de relaciones, lo de ustedes es extraño-sonrió, por primera vez con absoluta felicidad.
Era mejor que la conversación se dirigiera hacia otro tema, así olvidaba por un rato la traición de Velkam.
-Se siente como si fuera de más tiempo, y que esto sólo es una continuación-le dije, mirando a Sahar quien a su vez me miró.
-En los siglos de vida que llevo he conocido almas reencarnadas en casi todas las formas-Nina tocó el tema que nos competía-, pero ni así he sido testigo de tanta complicidad y menos en tan poquito tiempo. Algunos dudan cuando descubren que han estado juntos en otros tiempos, ya saben, si son pareja porque se aman o por obligación de no romper el ciclo, o si están juntos por elección o.....
-Es mi elección estar aquí, ahora, a su lado-la interrumpí-. Nadie me obliga a amarla, no estoy aquí bajo amenaza sino porque siento, sea herencia de una vida pasada o no, siento amor y adoración por Euzma Sahar-dije, manteniendo el respeto que suelo emplear cuando estoy con Sahar delante de terceros, tratándola con el mismo respeto con el que sus súbditos la tratan.
Sahar no me miró pero yo sí que llegué a ver la sonrisa en sus labios.
-Hacen bonita pareja-terminó por decir Nina. Sus verdes ojos no dejaban de estudiarnos de manera sutil-. Desde hace días me ha dado la sensación de que las he visto antes, pero de Euzma sólo había oído hablar, y a usted la conocí al mismo tiempo que a ella.
-Acabas de sacar el tema de vidas previas, y no creo que haya sido casualidad-dijo Sahar, cogiendo la mano donde llevaba el anillo y paseando su dedo índice por el plateado objeto. Sí fue de ella-. ¿Qué sueños raros tuviste, señorita Alyosha?
Nina no quitaba su verde mirada del dedo que acariciaba su anillo, y si lo hacía era para ver a Sahar.
-De cuando era niña, caminaba con mi niñera por un parque-narró la joven.
-¿Qué le pasó a tus padres?-preguntó Sahar.
-El puto Velkam dijo que mamá nos abandonó, de padre no habla mucho, en realidad no habla mucho de nada. Quedamos en el abandono y ya-explicó, estudiando las facciones de Sahar, sus ojos recorrían el rostro de la morena-. En mis sueños estuvieron ustedes-soltó, Sahar permanecía serena acariciando el anillo-. Es confuso.
Era mi turno de ser objeto de estudio. Sonreí con cariño, cruzando los brazos.
-Faye-susurró-. Mi amiga grande-bajó la mirada-. Faye-repitió como si acabara de darse cuenta de algo. Si antes estaba pálida ahora casi ni se veía de lo blanca que se puso su piel, sus ojos se agrandaron, sorprendida y aterrada miró a Sahar-. ¿Mamita?-la voz se le quebró al pronunciar esa palabra, ni siquiera dio tiempo a que Sahar dijera algo, se abalanzó a abrazarla. Escondiendo su rostro en el cuello de la morena rompió en llanto. Dudando, Sahar la abrazó de vuelta.
Me giré y limpié mis lágrimas, me abaniqué con la mano queriendo controlar las ganas que sentía de llorar a viva voz también. Yo no la recordaba, pero el sentimiento era poderoso, fuerte, y estaba allí.
-Él...-gimoteó, todavía escondida en el cuello de su madre-.... Él te mató.... Me obligó a ver cómo Tristán.....
Nina estaba destrozada, se separaba de Sahar y tocaba su rostro esperando que no fuese una ilusión, que no la estaba imaginando. Luego volvía a abrazarla; la escena me rompió el corazón, imaginé a la nena que pude llegar a ver momentáneamente en el avión cuando ella venía a reunirse con Drako y conmigo en el bar. Una niña preciosa de ojos verdes y piel un poco más clara que la de su madre, su lacio pelo negro le llegaba a mitad de la espalda, y su mirada era exacta a la de Sahar, por instantes mostraba una brillante luz de malicia, igual que su sonrisa. Como si escondiera un secreto, como si supiera algo que tú no, o acabara de hacer alguna travesura.
Sonreí entre lágrimas al escucharla reír a Nina. Sahar estaba un poco rígida, no se iba a acostumbrar a estar cerca de su hija y que ésta invadiera su espacio personal, esperaba que Nina entendiera que la Sahar que estaba frente a ella no era la misma que le dio la vida. Segura me hallaba que iría dando muestras de esa Sahar poco a poco.
-Llevo toda una vida hipnotizada-dijo Nina, limpiando las lágrimas que aún resbalaban por sus mejillas-. ¿Por qué mi padre me haría una cosa así? ¿Por qué hizo lo que hizo?
-La hipnosis debió quebrarse cuando nos conociste-hablé porque me pareció que Sahar no se encontraba dispuesta a charlar con Nina, debía parecerle extraño todo el acontecimiento, los abrazos de su hija, la emoción que reinaba en la habitación, Sahar sólo observaba a la joven-. Debes estar, te robo la palabra: confundida, más de lo que ya estabas.
-Mucho más, sí-respondió, moviendo la cabeza en afirmación constante.
-Yo también lo estoy-admití. Sahar me miró-. Una semana y media no es suficiente para procesar todo lo que se me ha venido encima-expliqué-, hay cosas que ya no pueden sorprenderme, como las hay que sí y costará acostumbrarme. Resulta que al final es el mundo en el que siempre he vivido, sólo que ha estado maquillado todo este tiempo.
-A mí me lo maquillaron con hipnosis-dijo Nina, cabizbaja.
-Pareciera que a mí y al resto de la gente también, no estás sola-le aseguré, guiñándole un ojo. Nina sonrió a medias, suspiró mirando a Sahar y de nuevo a mí-. Lo siento, Faye, yo en el pasado te.....
-Ey-susurré, acercándome a ella. Me puse de rodillas cerca de la cama, a su lado, cogí una de sus manos-. Yo recuerdo apenas nada de esa época, y si me hiciste algo de lo que ahora te sientas culpable sé que no fue tu culpa, eras una niña cuyos padres se vieron en conflicto por una tercera persona-mi voz fue bajando por sentirme mal al haber roto una familia que era feliz, porque estoy segura que Sahar llegó a ser feliz con él.
-Si yo no debo sentirme culpable, tú tampoco-dijo Nina-. Entiendo que la querías, y que seguro la quisiste más que mi padre.
Sahar se puso cómoda en la silla, cruzando las piernas y los brazos, una sonrisa en sus labios.
-¿Disfrutas nuestra interacción, cariño?-le pregunté, sentándome en la cama con Nina.
-Mucho-respondió-. Nina no estás obligada a quedarte aquí, debes querer hablar con tu padre.-Me dejó desconcertada que se fuera por ahí cuando dejó en claro que no permitiría a Velkam llevarse a Nina.
-No quiero hablar con él, envió hombres a atacarles sabiendo que yo estaba con ustedes, ¡no le importo!-exclamó Nina-. Debo ser sólo una ficha de la que puede prescindir.-Miró hacia el otro lado de la habitación, triste-. Si me permitieras quedarme contigo-dijo, volviendo el rostro hacia Sahar-, yo quisiera quedarme contigo. Íbamos a irnos juntas, lo recuerdo, quiero eso.
Sahar asintió entendiendo la decisión que su hija acababa de tomar. Y entendí la razón por la que le dijo en primer lugar que no estaba obligada a quedarse, quería que fuese decisión de Nina; empecé a ver otra característica muy de ella, e importante era dicho detalle: Sahar respetaba las decisiones de otros, veía por que fuera uno quien eligiera, aunque habían veces en que ella se imponía, solía ser justa.
-Hay un poco de ropa en ese armario-dijo, señalando el mueble-. Hice que Drako la trajera anoche de casa, ropa mía sin usar, puedes elegir lo que gustes. ¿Podrías ayudarla, por favor?-me preguntó. El "Por favor" sonó adorable en su profunda voz, a veces era la mar de educada.
-Encantada-sonreí.
-Hace una bonita mañana-se dirigió a Nina después de guiñarme un ojo-, te hará bien tomar aire fresco mientras te explico algunas cosas que debes saber. ¿Te sientes bien como para caminar?
-Sí-sonrió Nina, saliendo de la cama y metiéndose al baño después de ayudarla a elegir, la acompañé porque todavía se veía muy débil-. Tengo sentimientos encontrados-comentó, entrando a la ducha y pasándome la ropa del pijama que Circe le había puesto.
-Te creo-dije, escuchando la voz de Drako en la habitación. Me encontraba de pie apoyada en la puerta que había cerrado-. Ella no sabía de ti, Nina, no tenía recuerdos de ti hasta hace poco. Todo ha sido muy reciente, en otras vidas cuando supo de ti te buscó pero Velkam hacía hasta lo imposible para que ustedes dos no se encontraran.
El agua de la regadera caía, era el único sonido que se oía después de que terminé de hablar. Sahar me llamó desde afuera.
-Dejaré la ropa aquí en el lavabo, estaré en la habitación con Sahar por si necesitas algo, ¿vale?
-De acuerdo-respondió ella.
Sahar se hallaba con los brazos cruzados de pie frente a Drako.
-Tienes que oír esto-me dijo, viéndome cerrar la puerta del cuarto de baño-. Habla-le ordenó a Drako.
-Arath Griffin y su mujer quieren una audiencia con Caín y Sahar, presumo que buscan aliarse a nosotros en contra de Velkam Alyosha. Caín cree que debe darles la oportunidad de redimirse, tomando precauciones, por supuesto-dijo Drako, dando de nuevo la información que ya le había hecho llegar a Sahar.
-¿Tú qué opinas, Vesper?-me preguntó Sahar, estaba en modo Euzma.
-No sé si deba decir algo al respecto, Euzma Sahar, mi opinión no tiene mucho peso aquí-respondí.
-Para mí sí-dijo ella, ablandando su tono de voz-. ¿Qué piensas?
-Desconfío-dije, mirando de reojo a Drako-. ¿Quién nos asegura que no es una treta?-Sahar asintió-. Sin embargo-comencé, ella esperó a mis siguientes palabras-, tu padre dice que quiere escucharlos y si son precavidos a la hora de reunirse con ellos podemos sacar provecho y exponer a Velkam como el culpable que es.
-Los Griffin son tan culpables como él de la muerte de mis
hermanos, el juicio de los demás Komandantoj caerá sobre ellos. No se van a salir con la suya-dijo Sahar, porque en eso parecía ser más implacable que su padre, ella no quería darles la oportunidad de redimirse. Para ella eran culpables, punto, y me daba la impresión que era su instinto hablando, había leído la inmoralidad y depravación en los Griffin: habían vendido a su propia gente-. Pero bien, si Arath está esperando ser perdonado por prestarse a semejante barbarie aceptaré, como lo ha hecho mi padre, reunirme con él y su esposa. Lo que no puedo asegurar es que si piden mi opinión en el juicio, de llegar a haberlo, defender a los esposos después de lo que hicieron. Será un rotundo no, y tal vez hasta me preste para ejercer de verdugo-sonrió-. Las espero abajo-me dijo, dirigiéndose hacia la puerta y saliendo.
-No bromeaba, ¿cierto?-le pregunté a Drako cuando quedamos sólos.
-No-respondió él, yendo hacia la puerta también.
Me senté en la cama a esperar por Nina quien salió sin hacer comentario alguno sobre, lo que no dudé, escuchó.
Ambas bajamos las escaleras, en la estancia se encontraban todos viendo el noticiario, Drako hablaba con alguien por teléfono. Circe y Caín estaban sentados uno al lado del otro en el sofá, y seguro me sonrojé porque Sahar y yo estuvimos allí hacía poco, ¡qué vergüenza!
Sahar se hallaba de pie frente a la puerta de cristal que daba a la parte trasera viendo hacia donde ella estuvo hacía rato con su madre. Circe y Caín observaron a Nina quien parecía un cachorrito asustado entre aquella gente que le era desconocida como familia. Porque eran sus abuelos, debía estar que no se lo creía: descendía de forma directa del primer Blood Drynka, era pura, provenía de la realeza que era cómo ella, hasta hace poco, veía a Caín y a Sahar; Caín se levantó y se acercó a nosotras. Le dirigió una mirada de cariño a Nina.
-Bienvenida-susurró. Besó ambas mejillas de la chica-. Circe y yo estamos encantados de tenerte en nuestra familia, si lo hubiésemos sabido antes, si no hubiésemos ignorado tantas cosas habrías estado con nosotros, bajo nuestra protección mucho tiempo atrás.
-¿Y el resto de mis hermanos?-preguntó Nina con frialdad.
Joder, cuando se lo proponía se parecía a su madre quien no se inmutó, seguía de pie en el mismo lugar.
-Entiendo que prohibieras la entrada de Blood Drynka's a Providencia porque te hemos decepcionado, lo acepto de hecho porque muchos se comportaron de forma aberrante cuando quisiste compartir tu hogar con nosotros. Yo fijo posición desde ya, acepto que somos familia pero viviré de este lado velando por mi gente-dijo. Y era definitivo, nadie podía dudar del parentesco entre esas dos-. Agradezco que quieras que viva con ustedes, pero así como soy tu nieta también soy una de ellos, no puedo estar tranquila en tu paraíso cuando en el exterior mi pueblo vive un infierno.
La última frase sí que llamó la atención de Sahar, la miró desde donde estaba con mucho interés. El mismo que mostró en nuestro primer encuentro con Nina.
Caín se giró para observar a su hija, la señaló con el dedo índice.
-Cuando hiciste a esta niña pusiste todo tu empeño para que se pareciera a ti, ¿no?-dijo.
Circe soltó una carcajada, Drako, que seguía al teléfono, rió por lo bajo, hasta para mí fue inevitable hacerlo. Entre tanto Nina y Sahar quedaron fuera de juego, hasta en eso se parecían, no le encontraron la gracia a la broma de Caín.
-A mí me educaron de ese modo, y en la época en que Nina nació su padre influyó mucho en ella, que luego él se corrompiera es otro asunto-dijo Sahar, enalteciendo a Velkam para luego bajarlo de un tirón.
Erza se unió a nosotros sentándose junto a Circe.
-¿Estás bien?-oí que ésta le preguntaba.
-Drako me dio una bolsa de sangre hace unos minutos, creo que puedo aguantar sin comerme a nadie-bromeó ella.
Le estaría agradecida toda mi vida por lo que hizo y no me alcanzaría, no cualquiera haría lo que ella por mí. Me salvó sin importar dar su vida para ello.
-Contabilizan doce muertos-dijo Circe, subiendo volumen al televisor de plasma engarzado en la pared frente al sofá.
-¿Doce muertos? ¿Dónde?-inquirí, poniéndome de pie detrás de ella y Erza.
Circe miró con pesar a Nina que se sentó al lado de Erza.
-Desde que Velkam puso pie en Seattle se ha disparado una ola de asesinatos-informó Sahar-. Hace poco hubo un atentado en una cafetería, un hombre abrió fuego contra varias personas, la posibilidad de que estuviera hipnotizado es alta. Velkam nos está mandando un mensaje.
-Pero él no está enterado que sabemos de su participación en las desapariciones y experimentación con Blood Drynka's-dije, viendo cómo a Nina le afectaba lo que hablábamos.
-No, no lo sabe, está usando a los Griffin como cabeza de turco porque de hecho los descubrimos. Cree que los culparemos a ellos de estos ataques, en cualquier momento pide que nos reunamos también-habló Sahar.
-Está llamando demasiado la atención y eso no es bueno-comentó Caín, tenía las manos en los bolsillos y estaba a mi lado viendo el noticiario.
-Si me dejaras hacer las cosas a mi manera como se tenía previsto desde el principio le habría dado juicio y sentencia, y no tendríamos este problema-replicó Sahar.
Noté la incomodidad de Nina.
-Sahar, ¿podemos hablar por allá?-Señalé el pasillo que daba a la cocina. Ella me siguió-. Podrá ser un hijo de puta y todo-le dije, cerrando la puerta detrás de mí-, pero sigue siendo su padre, a Nina le sienta mal la forma en que están hablando de él.
-No me di cuenta, lo siento-susurró, cruzándose de brazos-. Pero ¿por qué tiene que sentirse mal? Casi muere por su culpa, le ha hecho mucho daño.
-Es su padre, y por lo que dijiste de él, en algún momento debió ser un buen hombre, debió portarse bien con ella. Como un padre se supone debe ser; Nina lo quiere, se siente herida, traicionada, pero lo quiere y escuchar todo lo que escuchó sólo la hace sentirse peor.
-Creo que entiendo-asintió. Cogió mi mano y entrelazamos nuestros dedos-. Gracias por ser mi conciencia, Vesper, por decirme cuando me estoy equivocando sin tener miedo de cómo pueda responder. Por verme de otra forma a cómo me ven ellos.
-Sólo veo quien realmente eres, amor mío.
-¿Sabes qué veo yo cuando te observo?-Negué con la cabeza-. Una luz brillante capaz de cegar a todos dentro de una habitación, la persona más bondadosa que en la vida llegaré a conocer, valiente, loca por atreverse a llevarme la contraria, o llevarle la contraria a cualquiera, a una persona cuyos miedos no la hacen caer, sino que los abraza para hacerse más fuerte.-La miré con la ternura que sus palabras despertaban en mí-. Te veo a ti, Faye, en todo tu hermoso esplendor; ya no me atrevo a imaginar mi vida sin ti en ella, y no es porque nos necesitemos o estemos en un ciclo donde nos encontramos cada vez....
-Yo te elijo, cada segundo, cada minuto, cada hora de cada día te elijo a ti, Sahar.-Apoyó su frente en la mía, a veces ese mínimo contacto era suficiente, era hacer el amor. Sonreí-. Ve con Nina-susurré.
Salió de la cocina después de besar la comisura de mis labios. Cuando yo salí ni ella ni Nina estaban en la sala de estancia, Caín tampoco, Circe y Erza permanecían atentas a las noticias.
Drako se me acercó.
-Tengo que ir a hacer algo de mercado para el tiempo que te quedarás aquí, Circe y tú necesitan alimentarse-dijo-. ¿Vienes?
-Me caes del asco, Drako.
-Lo sé, ¿pero igual vienes?
No me hice del rogar, le pedí a Circe y a Erza que si Sahar preguntaba por mí le dijeran que acompañé al imbécil de su ex follamigo a hacer mercado.
Subimos a la camioneta negra. Drako conducía.
-¿Sabes que vine contigo porque Sahar se enfadará por sacarme de casa con el loco de su ex marido deambulando por ahí, no?-pregunté, mirando por la ventana el verde paisaje-. Ansío ver cómo te rompe el cuello, así luego éste sane.
Drako rió, le subió volumen a la música en la radio. Crazy in Love de Beyoncé sonaba en ese momento, lo gracioso fue escuchar a Drako cantando; nos tomó casi dos horas llegar al supermercado más cercano, y en todo ese tiempo me tuve que calar al severo vampiro cantar. Una de dos, o tenía mala voz o lo hacía para molestarme. Comencé a creer que era la segunda cuando lo pillé riéndose.
Apagó la camioneta y bajamos a hacer las compras, Drako se me adelantó unos pasos cuando estuvimos adentro. No había mucha gente así que sería rápido; me perdí entre las estanterías buscando chuches, que se me antojaban, hacía meses que no probaba nada que se le pareciera.
-Buenos días.
Se me cayó la bolsa de Dorito's que tenía en la mano nada más oír esa voz, fue él quien se agachó a recogerla. Me giré despacio mientras se ponía de pie y me la extendía, como no la cogí de vuelta la dejó en el aparador.
Sus ojos de un color azul claro por efecto de la luz, pelo castaño que llevaba corto aunque con un peinado muy juvenil, él lucía muy joven, sus pobladas cejas enmarcaban una mirada que encerraba sadismo pero que me observaba con ternura e interés en ese instante.
Vestía de traje y corbata, una flor blanca adornaba su saco. Sonreía apacible.
-Se queda muda, señorita Vesper, la recuerdo charlatana-dijo, su voz grave era pura serenidad lo cual resultaba más amenazante. Me pregunté dónde demonios se había metido Drako, lo busqué con la mirada, disimulando-. No querrá marcharse tan pronto. Es evidente que me recuerda.
-Apenas nada, señor Alyosha-respondí, mostrando seguridad.
-Pero Sahar sí-supuso-. Asesinó a Tristán.....
-Para eso lo enviaste, para despertar su memoria y amenazarla con Nina.-Velkam amplió su sonrisa-. ¿Qué te pasó? Porque estoy segura que el hombre que está haciendo todas estas monstruosidades contra su familia, contra su gente, no es el mismo que Sahar conoció.
Velkam rió.
¿Dónde te metiste, Drako? pensé.
-No creo que te convenga que sea el que conoció.-Me examinó con la mirada, chascó la lengua-. Mi mujer sigue teniendo los mismos gustos en putas.
Le solté una bofetada nada más escuchar sus palabras.
-Faye....
-No te muevas, señor Višnjić-ordenó Velkam, frotándose la mejilla donde le pegué.
Drako estaba detrás de mí. Hice un gesto negativo con la cabeza para que no se acercara.
-¿Cómo nos encontraste?-le pregunté.
-Tengo a mi propia Maga-sonrió-. Costó mucho trabajo considerando que en Sahar no funciona hechizo alguno, es como un punto ciego y por momentos afecta a quien esté cerca de ella.
Una mujer cruzaba el pasillo cogiendo algunas cosas del aparador del frente. Él la cogió del brazo atrayéndola hacia su cuerpo y mordiendo su cuello en el acto.
-¡No!-grité.
La mujer cayó al suelo mientras Velkam exhibía la sangre que manchó su boca, y sus ojos ennegrecidos.
-¿Qué has hecho?-Me agaché, las manos me temblaban cuando fui a tomarle el pulso a la víctima. Había muerto-. ¿No recaería sobre los Griffin la culpa de los asesinatos que tú estás llevando a cabo?
-Y así será-sonrió, limpiándose la sangre con la manga derecha del saco-. El Consejo ya está al tanto, se efectuará un juicio, todo está preparado y no hay testigos ni pruebas que me involucren, ¡todos salimos ganando!
-Drako y yo te hemos visto-repliqué.
-Drako y tú no vivirán por mucho tiempo.-Se encaminó hacia la salida-. Dile a Sahar que me busque-dijo, deteniéndose y girando para verme-, no pienso poner un pie en vuestra casa pero ya saben dónde me quedo. Si no quieren más cadáveres dispersos por esta ciudad, y que se extiendan por toda la nación, o incluso el continente.
Drako se acercó a mí, cargó a la mujer. Velkam se marchó.
-¿Te volviste loca?-soltó Drako, caminábamos por el pasillo hacia la salida y entonces noté que la gente que allí había nos ignoraba, como si no nos vieran y es difícil no ver a una pareja en la que uno de los miembros lleva un cadáver en brazos-. ¿Cómo se te ocurre abofetearlo?-preguntó.
-¿Drako?-susurré, parando antes de salir. Me había dado la vuelta.
-¿Qué?-preguntó, haciendo lo mismo.
No pasaron ni dos segundos de habernos girado cuando los clientes y trabajadores que atendían las respectivas cajas comenzaron un suicidio colectivo.
-¡Oh por Dios!-exclamé.
-Los sugestionó, ese maldito-dijo Drako, dejando el cadáver en el suelo-. Tenemos que salir de aquí.
-Pero....
-No podemos hacer nada, señorita Vesper, es tarde. Vamos.
Lo seguí con la fuerte convicción de que si Sahar, al enterarse de lo ocurrido iba tras él para tomar represalias en persona, no me opondría.
Nina es muy perceptiva.
ResponderEliminarSorprendente que Caín haya mostrado esa amabilidad, esa emoción.
Circe es algo muy especial, tan humana, tan protectora, además de sus conocimientos especiales. Fascinante.
Besos
Mucha mezcla de sangre, y no lo digo por los Blood Drynka, sino porque en ambos lados está el vínculo sanguíneo, no ha de ser fácil arrastrar tanto desde vidas pasadas y tenerlo en la memoria. Te imaginas si pudiéramos recordarlo hoy?
ResponderEliminarBesos dulces Ivel y ten un dulce fin de semana.
La intriga y el suspense te envuelve en el relato.
ResponderEliminarQue pases un buen fin de semana.
Besos.
Lunna.
Emotivo encuentro y es difícil controlar tanto. Muy intenso el encuentro del supermercado... Y lo que más me ha hecho gracia... Las cuñas de humor en el párrafo justo.
ResponderEliminarMil besitos preciosa.