Desde el momento en que llegamos a la mansión Griffin quise protegerla de lo que nos tuviera deparada esa noche, Tristán intentaría hacerme enfadar, Drako tenía razón al decir que una parte de mí quería que lo hiciera, una parte de mí usó la obsesión que tenía Tristán por Faye para llamar su atención y que fuese él quien viniera a mí. La perfecta excusa para matarlo y saciarme; hambre de sangre y muerte.
Soy la peor opción para cualquiera que gustara de mí, reí. Me daba miedo porque me gustó saber que Tristán había caído, era la víctima que elegí desde que puso sus ojos en Faye la noche en que estuvo en el apartamento buscando a mi padre, lo elegí porque su nivel de inmoralidad era alto, identifiqué al ser corrupto que era, y avivó la sed; me daba miedo porque la usé a ella sin darme cuenta, y de nuevo Drako tenía razón, no lo tenía bajo control.
Me propuse hablar con Faye en la mañana durante el viaje a Seattle, al que empezaba a rehusar llevarla. Estaría mejor en Providencia con Circe, Declan y Erza, no podía permitir que mi oscura naturaleza tomara las riendas de nuevo y que en el proceso algo malo le pasara.
Drako apareció lanzando a Tristán a mis pies, el hombre vomitó.
-Creo que no le gustó el viaje-comentó Drako-. ¿Sigues dispuesta a hacerlo, Sahar?
Lo seguí con la mirada, caminaba de un lado al otro, hasta que se detuvo instándome a responder.
-Dime que te lo has replanteado, lo veo en tus ojos, en mi ausencia has pensado en lo que te dije sobre Faye, cuando se trata de ella eres un libro abierto.
Tristán rió llamando mi atención, me agaché cogiéndolo del mentón.
-Vas a contestar algunas preguntas, señor Bogdánov-le dije-. Rómpele las piernas y átalo a una silla en el estudio, te alcanzo allí-le ordené a Drako.
Se lo llevó sin rechistar, yo fui a verla para estar segura que seguía durmiendo; escuché el grito de Tristán estando en la habitación, no llegó a despertarla porque tomé precauciones haciendo de su sueño uno muy profundo y ameno. Besé su frente después de susurrarle que me perdonara por lo que hice y por lo que haría, ya hablaría con ella en la mañana.
Entré al estudio con Faye en mente, pensé en lo temerosa que la encontré en el dormitorio después de la visita del hombre que yacía atado en una silla en medio de la habitación.
-¿Y ahora qué? ¿Vas a matarme por invadir tu casa y tocar a tu chica?-se burló Tristán. Un hilo de sangre corría desde su boca, escupió a un lado y empezó a reír.
-Antes necesito que me respondas, ¿de dónde nos conoces a Vesper y a mí?
Tristán amplió su sonrisa, hizo un sonido con la lengua al tiempo que negaba con la cabeza.
-Euzma Sahar. La Espada de Caín. Niña prodigio. Para ser sólo humana como el resto de Assassins, has salido ilesa de muchas misiones.
Puse mi mano en su mentón y le provoqué dolor, sufrimiento, su grito resonó en todo el edificio; no acostumbraba a usar mis habilidades, mis padres me enseñaron que debía ser justa con mis adversarios aunque éstos no lo merecieran, y que debía ocultar mi poder para no llamar la atención. El secreto sobre mí debía seguir siendo un secreto.
-Harás que se desmaye, Sahar-intervino Drako.
Solté a Tristán y me crucé de brazos.
-Eso..... no es... muy de humanos, ¿no?-comentó él, respirando con dificultad.
-¿De dónde nos conoces a Vesper y a mí?-repetí.
-1462-respondió. Escuché a Drako musitar "Mierda" de la sorpresa, Tristán rió-. Sí, sorprendente. Tu primera vida lo fue, y también tu segunda vida como Blood Drynka, hija de Caín en todas y cada una de ellas. ¿No recuerdas nada?-preguntó con curiosidad-. Imagino que sólo la recuerdas a ella, a mí me resultaría fastidioso enamorarme de la misma persona una y otra, y otra vez....
-Deja de jugar, ¿dónde nos conocimos?
-En Roma, eras la mujer de un buen amigo mío, fue él quien te convirtió en Blood Drynka antes de yo conocerlos. Y resultaste ser especial antes de esa conversión, después de ella fuiste el espécimen más raro de nuestra raza, un engendro del mismo infierno es poco decir.-No quise forzar los recuerdos, dejé que siguiera hablando-. Eran la familia perfecta cuando los conocí, tu marido y yo entablamos amistad al instante, hoy en día sigue siendo mi mejor amigo, casi hermanos.
Sin así quererlo un rostro acudió a mi mente, oí su voz:
"-¿Llevas mucho esperándome?-Me cargó y giró conmigo en brazos haciéndome reír.
-¡Basta, Velkam! ¡Para!"
Drako estaba expectante, Tristán soltó una sonora carcajada.
-Velkam Alyosha-musité.
-¿Qué?-soltó Drako.
-Velkam Alyosha, ¡hijo bastardo de Iván el Grande!-exclamó Tristán-. Y tú, una plebeya. Tiempo después de conocerlos escuché vuestra hermosa historia de amor; te casaste con un bebedor de sangre sin saberlo, moriste al dar a luz a una preciosa niña, y regresaste como su igual. Sólo los más cercanos sabían qué era Velkam en realidad, por miedo a tu rechazo no te lo dijo, y por miedo a vivir sin ti te dio la inmortalidad que él conocía sin medir las consecuencias; te disgustaste con él por haberte convertido en un monstruo ignorando que ya lo eras. Pero lo amabas, le diste una oportunidad a ese amor, entonces Faye llegó a desbaratar nuestras vidas.....
Otra lluvia de recuerdos bañó mi memoria.
"-Mama, smotri!!
Me di la vuelta al escuchar la dulce vocecita de una niña, su pelo era muy negro y tenía unos preciosos ojos verdes que me miraban ilusionada, rasgos muy finos, piel blanca como la de su padre.
Me puse a su altura arrodillándome sin importar que mi perfecto vestido se ensuciara.
-¿Qué tienes allí, Cielo mío?-le pregunté, viendo que sus manitas escondían algo. Las abrió dejando ver un pichón-. ¿Se ha roto el ala?
-Se ha caído del nido, ¿puedo quedármelo? Padre ha dicho que te preguntara.-La expresión de su carita me hizo reír.
-Mi vida, ¿no crees que su familia le va a extrañar? Su mamita ha de quererle mucho, lo ha de estar buscando preocupada-le expliqué. Ella miró al pichón que hacía sonidos y buscaba el calor en sus manos-. Si a ti te pasara algo mamita se pondría muy mal.
La pequeña me dio un beso en la mejilla.
-Mamita, ¿lo sanarías para que pueda volver al nido con su familia?
-Sí, mi Cielo.
Usé Sanación colocando mi mano izquierda sobre la pequeña ave, su ala se regeneró en segundos.
-Por suerte estamos en el invernadero y aquí nadie te ve empleando magia hereje.
-¡Papi!-exclamó la niña, saltando a los brazos de su padre.
Me puse de pie y acudí a su lado, con el brazo libre me atrajo a él, besando mis labios.
-Estoy orgullosa de lo que sea que soy, yo los quemaría primero-le susurré al oído para que la nena no escuchara.
Era alto y esbelto, su pelo de un castaño oscuro cenizo, una mirada profunda de color azul que adoraba cada facción de mi rostro. Y su adorable sonrisa iluminando el suyo.
-¿Planeabas dejarla quedarse con el avecilla?-le pregunté.
-Le dije que te preguntara.
-Formalismos, te dejas convencer por Alena siempre-Le hice cosquillas a la pequeña-. De los dos tú la consientes más, ¿o no, Nina?"
El nombre con el que la llamé me devolvió al presente.
-No puede ser cierto-susurré, Drako intentó acercarse, di dos pasos atrás-. Velkam y Nina son hermanos, ella lo dijo, no son padre e hija. Ella ni siquiera me reconoció.
-¿De qué estás hablando, Sahar?-preguntó Drako.
-Nina Alyosha, es mi hija-le respondí, Drako quedó estupefacto con la revelación-. O lo fue en otra vida, al menos.
-Sigue siendo tu hija, lleva tu sangre-aseguró Tristán-. Sobre que piense que su padre es su hermano, fue cosa tuya, y el que te haya olvidado también.
-Mentira, no borraría su memoria, ¿por qué querría que me olvidara?
-Porque la abandonaste, abandonaste a tu familia por Faye. Me la quitaste, pusiste tus ojos en ella y nada más te importó, ¿o es que en el presente es distinto?-Dudaba de esa versión, la yo del pasado que vi era más humana y sentí que sería capaz de todo con tal de proteger a Nina-. Para la celebración del séptimo cumpleaños de Nina llevé a alguien conmigo, la que sería mi futura esposa, se las presenté, y Sahar Alyosha se vio prendada de ella nada más verla. Lo jodido es que el gusto fue mutuo.....
"-Nina, no corras, te puedes caer y hacerte daño-le decía. Se había soltado de mi mano durante nuestra caminata por el bosque cercano a la mansión.
-¡Me gusta el color verde! ¡Me gusta!-exclamaba.
Su cumpleaños sería en una semana y estaba feliz de que así fuese, le gustaban sus fiestas de cumpleaños, invitaba a todos sus amigos sin importar la clase social; me gustaba que fuese así, su padre y yo le inculcamos los mismos valores con los que crecí, y los que él no pudo llegar a aprender de nadie pero sí sólo. La gente solía hablar de nuestro trato familiar para con la gente del servicio, y el que dejáramos que nuestra hija se juntara con niños de baja posición, no nos importaba, Nina debía aprender que no se debía juzgar a la gente por su estatus económico, ni por ningún motivo, y si era de compartir lo que teníamos, lo hacíamos.
Nina encantaba a todos, había heredado mi humanidad pese a ser hija de un Blood Drynka, hijo de Caín y en la época que corría: vampiro. No le hacía falta sangre para alimentarse, le valía con la comida normal, y era posible que envejeciera porque ya había sufrido un resfriado y se suponía que no debería ser. Yo tenía extremo cuidado con ella, si algo le pasara no querría traerla de vuelta del modo en que su padre me trajo de la muerte. No querría esta vida para ella, cada momento con ella era importante, y la cuidaba con mi vida. Lo cierto era que yo acostumbraba a consentirla más que su padre, era un milagro.
-Nina, bajo este árbol está bien. Hagamos el picnic aquí-le dije, ella se regresó y me ayudó a extender la manta-. ¿Ayudaste a Flavia a preparar todo?
-Sí, yo hice los emparedados con la mermelada que te gusta, mamita-sonrió-. No sabía si accederías, como tenías reunión en la fundación.
-Sabes que pospongo todo por ti, cariño-dije, sentándome a su lado y cogiendo un emparedado-. A ver cómo están.
Ella me miró esperanzada, cuando di el primer mordisco arrugué la nariz.
-¡Esa es expresión de wacalá, mamá!-exclamó, hizo un puchero y solté la risa.
-Que ha sido una broma, mi amor, me ha gustado-sonreí, dándole un toquecito con el dedo índice en la punta de su nariz-. Le vamos a guardar unos a papito, ¿estás de acuerdo?-Nina asintió-. ¿Ya repartiste todas las invitaciones?
-Sí, e invité a una amiga grande que hice en el parque cuando salí a pasear con Favia ayer.
"Favia", a veces su lengua se trababa y era una ricura. Besé su frente.
-Flavia, mi amor.
-Tú entendiste, mamá-dijo con cariño.
-Una amiga grand.....
-¡Mírala, mamá! ¡Mírala, allí viene!-anunció, levantándose de pronto y corriendo en dirección a una rubia que venía maldiciendo, pues su vestido se había enredado con algo en la grama.
Fui detrás de Nina y ayudé a la joven.
Una raíz que sobresalía había pillado el ruedo del vestido verde esmeralda que llevaba puesto.
-Hola Faye, llegaste pronto-le escuché decir a mi hija mientras me paraba, ella susurró su agradecimiento.
-El mapa que me hiciste fue muy bueno, amiguita-dijo después, quitándose el sombrero, sacando un papel de su cinto y desdoblándolo.
Me guiñó un ojo al tiempo que me lo entregaba.
Las rayas y los monigotes con mi nombre y el de Nina eran buenos pero no decían cómo llegar allí.
-Ella es mamita, Faye-me presentó.
-Un placer conocerla, señora Alyosha.-Se quitó un guante blanco y me extendió la mano.
-Llámame Sahar, por favor-le pedí, estrechándola.
El roce de su mano en la mía erizó mi piel, vi en sus verdes ojos que había sentido lo mismo, la solté y rompí el contacto visual volviendo a mi hija.
-Volvamos a nuestro picnic-le dije.
-¿Mamita, no te molesta que haya invitado a Faye?-preguntó la niña.
-No, me parece bien que nos acompañe tu nueva amiga, Nina.
-¿Nina? Creí que su nombre era Alena-comentó Faye, mi hija cogió su mano y ella sonrió encantada.
-Mi mamá me llama Nina, dile por qué, mamita.
Nos sentamos, Nina le pasó una galleta a la invitada.
-Alena es su nombre, lo que pasa es que mi beba decía Anina en lugar de Alena; desde entonces le digo Nina, mi marido a veces la llama así también, pero es mi nombre de cariño para ella.
-Nina, me gusta.
-¿Faye también puede llamarme así?-Asentí, mirando a la joven, ésta pasó una mano por su dorado cabello y sonrió, correspondí a su sonrisa.
-Por supuesto.
Después de un rato Nina se fue a caminar entre los árboles, y aproveché para preguntarle a Faye cómo demonios había llegado allí.
-Mi hija tiene futuro como artista, creo, pero este dibujo no pudo haberte traído hasta aquí.
-No sé, sólo me metí en el bosque y aquí me tienes.
-¿Así nada más?-reí-. Accediste a venir a un picnic con una niña, a la que apenas conociste, y su desconocida madre, lanzándote en una travesía por el bosque. Eres muy valiente.
-O estoy loca.
-¿No es lo mismo?"
A Faye la conocí una semana antes del cumpleaños de Nina, ironía que nuestro primer encuentro haya sido similar al último. El verde del bosque fue cambiado por lo salvaje del desierto.
-La amaste nada más verla, como ella a ti, y no dudaron en herir a terceros. Entre ellos tu hija.
Le di una bofetada, la silla se cayó.
-¡No te metas!-le dije a Drako-. Tú no sabes cómo pasaron las cosas-le hablé a Tristán-. Lo poco que he podido recordar me da la razón, nunca abandonaría a Nina, y Faye también le tenía cariño así que no me hubiese dejado abandonarla. Borrar su memoria menos.
-Me la quitaste, y la mataste. No dejarás de hacerlo, en cada vida Faye muere por tu mano.
No dejé que me afectaran sus palabras.
-¿Quieres vengarte de mí? ¿Por eso estás detrás de nosotras?
Tristán me escupió en la cara, le rompí la nariz de una patada en respuesta.
-Eres de interés-susurró-. Has estado bajo la lupa de mi jefe después de tu primera vida, una criatura diferente, y yo me preguntaba qué de especial tenías. En todas tus vidas te observé y eras tan normal, aunque siempre terminabas convertida en Blood Drynka, pero sin serlo realmente. Una criatura diferente-repitió-. Asesina letal a la que era mejor mantener estable, si era capaz de matar a su amante no tendría piedad con nadie más; no existe humanidad en ella, me dijeron. Sociopata, ni el peor de los demonios posee tanta maldad, pero sí algo de benevolencia, ella no sabe lo que es eso.-Drako negó lentamente con la cabeza interpretando mis ganas de romperle el cuello-. Matarte dejó de ser una opción cuando se especuló que en esta vida conseguiste una inmortalidad perfecta, ¿es cierto? Me dijeron que ahora sólo regresas tras cada muerte, queremos demostrarlo y que compartas tu bendición, de ser cierto, quiero eso para mí también. ¿Acaso eres una Diosa, Sahar, una Diosa que jugó a ser humana en el pasado y como consecuencia te volviste algo más?
Sólo le escuchaba y observaba en silencio.
-No sé lo que soy, no me importa saberlo. Pero lo que sea no lo compartiría con nadie, se lo prometí a mi papá, el secreto seguirá siendo secreto.
Mordí su cuello succionando su sangre, el éxtasis recorrió mi cuerpo, como lo hizo con la víctima que recibía la mordida; arranqué su cabeza, y la hice llegar a los pies de Drako.
-Procura que mañana después del despegue de nuestro avión, llegue a salvo a la casa donde es huésped, por favor-dije. Traspasé su pecho con la mano, sacando su corazón.
-Sahar, ¿qué crees que haces?-preguntó Drako, me dirigí a la ventana abrí, y salí al balcón-. Sahar, por favor.
-Hago lo que debí hacer hace tiempo-dije, mirando el corazón en mi mano. Estiré el brazo al exterior del balcón-. Él no la amaba, quería casarse con ella sólo porque estaba obsesionado, enfermo, le pegaba, abusó de Faye. Yo la protegí, y sí estaba enamorada de ella, y sí le fui infiel a Velkam con ella, pero mi marido tampoco fue un santo.
-¿Qué pasó en esa época?
No estaba en posición de responder a esa pregunta porque mis memorias seguían siendo un rompecabezas que no me interesaba armar.
Con la intención de salir de allí caminé hacia Drako y aplasté el corazón de Tristán contra su impecable traje.
-Limpia este desastre-ordené.
Sahar salía del cuarto de baño cuando desperté, me senté al borde de la cama, la noté distante. La Sahar de armadura impenetrable que conocí en Providencia.
Le rodeé la cintura con los brazos mientras buscaba en su armario la ropa que usaría.
-Buenos días-dije. Besé su hombro izquierdo, tenía un pequeño lunar allí. Suspiró.
-Buenos días, Vesper.
Cerré la puerta del armario por ella y, girándola, la acorralé, besando su boca. La alcé un poco y la sentí sonreír en mis labios; sus piernas se anclaron a mi cintura, mis manos apretaron sus glúteos bajo la toalla. Su lengua se movía dentro de mi boca en busca de la mía, la rocé y gemí, su caliente piel bajo mis manos me hizo jadear porque imaginé que sus ojos ya habían cambiado al peligroso color dorado tentando al rojo. Su instinto torturándola haciéndola luchar consigo misma para no herirme; sentí sus uñas clavándose en mi espalda, mi nombre escapó de su boca cuando mordí su cuello, y joder, bendita su voz y mi nombre en ella.
Me metí al baño con ella en brazos, quitó mi bata después de dejar caer su toalla. Anoche me había quedado dormida sin nada debajo; la empotré contra la pared, rió, encendí la regadera y me ocupé de devolver lo que me hizo la noche anterior. Levanté una de sus piernas a la altura de mi cadera.
-Despacio, Faye-musitó.
-Tú sólo pide, Princesa Assassin-dije contra sus labios, acariciando su clítoris con mis dedos. Se arqueó cuando bajé a sus pechos, mordí muy quedo su pezón izquierdo.
-Faye....
Cogí su labio inferior entre mis dientes estirándolo un poco, metiendo un dedo primero, despacio. Ahogué su gemido en un beso, empecé a meter y sacar, acariciando, dentro, fuera.
-Otro....-pidió, con la malicia dibujada en sus labios.
Apoyé mi frente en la suya haciendo lo que me pedía, nuestros labios apenas llegaban a rozarse. Saqué los dedos y me arrodillé, Sahar me miraba con altivez, disfrutando tenerme en esa posición; besé el interior de su muslo derecho, fui subiendo y alcancé a pasear mi lengua por su entrada, su mano se aferró a mi cabello.
-Faye, joder hazlo de una vez, Vida....
Sonreí, y empecé a penetrarla con la lengua, estimulando su clítoris, atenta a sus gemidos y a sus movimientos en búsqueda del placer que quería darle. Me obligó a levantarme de nuevo, pero no dejé de torturarla con mis dedos, me pegué a su cuerpo y profundicé el beso que ella inició.
Moví mis dedos más rápido dentro de ella, sus manos apretaban mis pechos.
-Correte, mía domina...-susurré en su oído-. Te amo, Sahar-dije contra sus labios, sintiendo como se venía; su mano izquierda bajó por mi abdomen, mi cicatriz siempre llamaba su atención-. No duele, mi amor, ya no duele.
Bajó la mirada de mis labios a mi cicatriz, la acariciaba con ligeros roces; saqué mis dedos de ella, los chupé ante su atenta y felina mirada.
-Bésame.-Su lengua lamió mis labios, y fui a por su boca.
-Eres parte de mí-murmuré, volviendo a besarla-. La más importante, Sahar.
Acarició mi rostro.
-Buenos días-sonrió.
-Buenos días, mía domina.
Giró poniéndome contra la pared, levantó mis manos por encima de mi cabeza, cruzando mis muñecas. Me recorrió con la mirada, el dorado era bordeado por el rojo, advirtiendo que la Sahar agresiva estaba por salir, y al mismo tiempo se esforzaba por no hacerlo. Bajó su mano a mi coño, sus labios se curvaron en una media sonrisa cuando me vio indefensa, y lamiendo mi cuello, sin aviso, entró en mí.
Terminé de vestirme antes que ella, saqué las dos maletas que llevaríamos y al volver al dormitorio la encontré ante el espejo. Llevaba puesto un vestido negro corto sin mangas y con encaje que dejaba mucha piel al descubierto; la miré de abajo hacia arriba, si mis piernas la perdían, las de ella no me dejaban indiferente.
-No vamos a salir de aquí hoy-comenté. Ella me cogió de la mano y me llevó fuera de la habitación cerrando la puerta detrás de nosotras.
-Deja de tentarme, Vesper, que mala influencia eres-dijo, sin soltarme. Le gustaba entrelazar nuestras manos, y es que encajaban a la perfección, como nuestros cuerpos, como nosotras-. Estás guapísima.
-Gracias.
-No me molestaría ni un poco pasar todo el día en el dormitorio contigo-agregó, mirando al frente, seria.
Un escalofrío erizó mi piel de imaginarme la promesa en sus palabras, y su voz. Llegaría el día en que pasaría, por ahora debíamos concentrarnos en que controlara su instinto agresivo, el que podía conseguir que me lastimara.
-Creo que me estoy haciendo adicta a ti-susurré, bajando a la estancia.
-Que curioso, te iba a decir lo mismo-sonrió, y su expresión se relajó bastante.
Con Drako bajamos en el ascensor, nos comunicó que Nina esperaba en la limusina, la sola mención de la chica puso tensa a Sahar. Y estaba segura que Drako había percibido el repentino cambio, sin embargo nada preguntó, nada dijo, decidió callar y me dio qué pensar; en el coche se mantuvo de brazos cruzados con la cara hacia la ventanilla. Nina nos observaba, sus ojos verdes pasaban de Sahar a mí, y de vuelta, cuando la pillé sonrió y se ruborizó. ¿Los vampiros se ruborizaban?
-Es raro-dijo.
Drako, que se encontraba sentado a su lado, fue quien le dio más importancia a su comentario.
-¿Qué es lo raro, señorita Alyosha?-preguntó.
Nos retiró la mirada a Sahar y a mí, respondiendo:
-Nada, no me hagas caso.
El avión despegó sin ningún inconveniente desde un aeropuerto perteneciente a Bélikov, Drako hizo los preparativos. Sahar había dicho que iríamos en uno de los privados de la empresa para evitarme problemas, no podía orbitar porque ya lo había hecho una vez en esa semana cuando vinimos a Nueva York, y para una humana no era sano viajar en repetidas ocasiones de esa forma, menos si no tenía el entrenamiento que se requiere.
Sentada frente a Sahar la encontré observando a Nina, ésta se hallaba dos asientos detrás de mí al otro lado del pasillo, concentrada en su tableta. Drako se sentó enfrente de la vampiresa.
-Hay algo que debo hablar contigo-dijo, apartando la mirada de ella, y al centrar su atención en mí vi agonía en sus ojos.
-Sahar me estás asustando, pero más que eso, me preocupa verte así. ¿Qué pasa?
-¿Podemos posponerlo hasta que lleguemos y estemos solas?-Respondí con un movimiento afirmativo de la cabeza, Sahar también asintió, frunció el ceño y mirando por la ventanilla añadió-: Creo que hice algo que no te va a gustar.
El sombrío tono en sus palabras, que ya de por sí eran preocupantes, me asustó mucho más. Que Nina apareciera de pronto a nuestro lado me sobresaltó, colocó la tableta ante los ojos de Sahar mostrándole alguna cosa en ella, pero con una expresión poco amistosa.
-¿Qué significa esto?-preguntó. Ya que Sahar no decía nada, le quité el aparato de la mano a Nina-. Tristán está muerto, y apareció en las noticias por ser accionista de la cadena de hoteles de mi familia. Su cabeza fue encontrada en medio de la carretera en Manhattan, ¿puedes explicarlo?
-¿Sahar?-musité, al levantar la mirada de la tableta la encontré impasible, dejando que Nina la acusara-. Dile que no lo hiciste, no pudiste ser tú.
-Creí que íbamos a Seattle en busca de pruebas para acusarlo a él y a los Griffin de traición a la sangre, traición a nuestro círculo familiar y sin embargo ¿llegas y lo decapitas? ¿Qué clase de líder eres? No puedes ir matando a quien te estorb....
-Sí puedo-respondió tan sólo, no sé por qué me sorprendía su serenidad-. Tuve pruebas suficientes para ejecutarlo.
-Debía ser juzgado, no tenías derech....
-Lo tengo-sentenció, y la prepotencia marcó el atisbo de sonrisa en sus labios-. Si era juzgado quién sabe cuánto tiempo pasaría en una mazmorra antes de escapar y hacer lo mismo, acabé con uno de nuestros problemas. Quien muere de mi mano no tiene posibilidad de reencarnar. De nada.
Nina buscó apoyo en Drako.
-Cometió un error-le dijo-. Era posible que lo sentenciaran a muerte, ahora....
-He allí el verdadero error, Nina: "Era posible que lo sentenciaran a muerte.." Una posibilidad remota, porque alguien intentaría abogar por él como su Excelentísimo amigo Velkam Alyosha, seguro él habría pedido llevárselo y encerrarlo, darle el encierro como castigo no es verdadero castigo, es darle oportunidad de recaer. ¿Conoces el significado de Locura? Es hacer la misma mierda una vez tras otra esperando resultados distintos, por eso Assiah está como está, une los puntos.
-Relájate, Euzma-intervino el rubio.
-Asumiste que pasaría lo que dices.
-Desmiénteme, convénceme de que no pensaste que Velkam actuaría tal y cómo te dije-replicó Sahar.
Nina no pudo refutarle.
Se sentó en el puesto que estaba a mi lado, Sahar no le quitaba los ojos de encima, lo mismo que Nina a ella. Parecían retarse, y la escena que presenciaba hizo que me doliera un poco la cabeza, tuve el impulso de coger la mano de Nina.
-¿No te das cuenta que era el mejor amigo de mi hermano?-inquirió ésta, llevándose los dedos índice y pulgar al puente de su nariz-. Velkam debe estar viniendo con una comitiva, la Élite humana empezará a investigar, llamaremos la atención.
-La Élite humana dirá cualquier estupidez para cubrir la verdad sobre lo que era Tristán Bogdánov, y los borregos lo creerán. Ya sabes, como cuando hacen desaparecer un avión con pasajeros para sus extraños rituales; Velkam se asegurará del particular, y en cuanto a él y su comitiva, bienvenidos sean, yo lo pude haber matado, que venga y me pida explicaciones, tu padre y yo nos arreglaremos.
-Mi hermano-la corrigió Nina. Sahar le quitó importancia moviendo la mano.
-Fueron los Griffin quienes expusieron su cabeza al público-dijo Sahar.
Nina cruzó los brazos sin moverse del asiento, Drako fue al bar a servirse algo de beber y sin pensármelo mucho me desabroché el cinturón para ir a acompañarlo.
Me dio un vaso de vodka, y él se tomó otro. Ambos las miramos.
-¿Lo mató anoche?-Drako asintió, volvió a servirse-. ¿Le sacó información importante?
-Dale tiempo, ya lo hablará contigo-aconsejó.
¿Por qué me parecía que Nina y Sahar eran similares en tantas formas? ¿Acaso lo estaba imaginando? ¿Era la única que se daba cuenta?
-Sahar sabía muy bien lo que decía cuando llamó a Velkam "tu padre" en lugar de "tu hermano".-Drako no afirmó ni negó nada.
Dejé el vaso en la barra y vi cómo Nina se levantaba, su andar en dirección a nosotros se distorsionó un poco convirtiéndola de pronto en una niña. Cerré los ojos y al abrirlos de nuevo me vi rodeada de personas en un baile, fue muy rápido, crucé miradas con Tristán quien se llevaba una copa a los labios.
La escena cambió de inmediato a otra en la que me vi obligada a ahogar un grito.
Aquél hombre reía sentado, extasiado con la boca cubierta de la sangre de una chica que tenía en sus brazos y a la que había mordido.
"-Si esto te asusta, no tienes idea de lo que mi mujer puede llegar a ser, y hacer-dijo."
-¿Faye?-oí la voz de Drako-. ¿Te sientes bien?
Asentí en respuesta.
Sahar estaba absorta en sus pensamientos, y a mi lado Nina daba un trago a la bebida que le sirvió Drako.
Velkam Alyosha, nombre que cruzó por mi cabeza con esa última y nítida imagen.
"-Si esto te asusta, no tienes idea de lo que mi mujer puede llegar a ser, y hacer..."
<<Huellas XXXI
Soy la peor opción para cualquiera que gustara de mí, reí. Me daba miedo porque me gustó saber que Tristán había caído, era la víctima que elegí desde que puso sus ojos en Faye la noche en que estuvo en el apartamento buscando a mi padre, lo elegí porque su nivel de inmoralidad era alto, identifiqué al ser corrupto que era, y avivó la sed; me daba miedo porque la usé a ella sin darme cuenta, y de nuevo Drako tenía razón, no lo tenía bajo control.
Me propuse hablar con Faye en la mañana durante el viaje a Seattle, al que empezaba a rehusar llevarla. Estaría mejor en Providencia con Circe, Declan y Erza, no podía permitir que mi oscura naturaleza tomara las riendas de nuevo y que en el proceso algo malo le pasara.
Drako apareció lanzando a Tristán a mis pies, el hombre vomitó.
-Creo que no le gustó el viaje-comentó Drako-. ¿Sigues dispuesta a hacerlo, Sahar?
Lo seguí con la mirada, caminaba de un lado al otro, hasta que se detuvo instándome a responder.
-Dime que te lo has replanteado, lo veo en tus ojos, en mi ausencia has pensado en lo que te dije sobre Faye, cuando se trata de ella eres un libro abierto.
Tristán rió llamando mi atención, me agaché cogiéndolo del mentón.
-Vas a contestar algunas preguntas, señor Bogdánov-le dije-. Rómpele las piernas y átalo a una silla en el estudio, te alcanzo allí-le ordené a Drako.
Se lo llevó sin rechistar, yo fui a verla para estar segura que seguía durmiendo; escuché el grito de Tristán estando en la habitación, no llegó a despertarla porque tomé precauciones haciendo de su sueño uno muy profundo y ameno. Besé su frente después de susurrarle que me perdonara por lo que hice y por lo que haría, ya hablaría con ella en la mañana.
Entré al estudio con Faye en mente, pensé en lo temerosa que la encontré en el dormitorio después de la visita del hombre que yacía atado en una silla en medio de la habitación.
-¿Y ahora qué? ¿Vas a matarme por invadir tu casa y tocar a tu chica?-se burló Tristán. Un hilo de sangre corría desde su boca, escupió a un lado y empezó a reír.
-Antes necesito que me respondas, ¿de dónde nos conoces a Vesper y a mí?
Tristán amplió su sonrisa, hizo un sonido con la lengua al tiempo que negaba con la cabeza.
-Euzma Sahar. La Espada de Caín. Niña prodigio. Para ser sólo humana como el resto de Assassins, has salido ilesa de muchas misiones.
Puse mi mano en su mentón y le provoqué dolor, sufrimiento, su grito resonó en todo el edificio; no acostumbraba a usar mis habilidades, mis padres me enseñaron que debía ser justa con mis adversarios aunque éstos no lo merecieran, y que debía ocultar mi poder para no llamar la atención. El secreto sobre mí debía seguir siendo un secreto.
-Harás que se desmaye, Sahar-intervino Drako.
Solté a Tristán y me crucé de brazos.
-Eso..... no es... muy de humanos, ¿no?-comentó él, respirando con dificultad.
-¿De dónde nos conoces a Vesper y a mí?-repetí.
-1462-respondió. Escuché a Drako musitar "Mierda" de la sorpresa, Tristán rió-. Sí, sorprendente. Tu primera vida lo fue, y también tu segunda vida como Blood Drynka, hija de Caín en todas y cada una de ellas. ¿No recuerdas nada?-preguntó con curiosidad-. Imagino que sólo la recuerdas a ella, a mí me resultaría fastidioso enamorarme de la misma persona una y otra, y otra vez....
-Deja de jugar, ¿dónde nos conocimos?
-En Roma, eras la mujer de un buen amigo mío, fue él quien te convirtió en Blood Drynka antes de yo conocerlos. Y resultaste ser especial antes de esa conversión, después de ella fuiste el espécimen más raro de nuestra raza, un engendro del mismo infierno es poco decir.-No quise forzar los recuerdos, dejé que siguiera hablando-. Eran la familia perfecta cuando los conocí, tu marido y yo entablamos amistad al instante, hoy en día sigue siendo mi mejor amigo, casi hermanos.
Sin así quererlo un rostro acudió a mi mente, oí su voz:
"-¿Llevas mucho esperándome?-Me cargó y giró conmigo en brazos haciéndome reír.
-¡Basta, Velkam! ¡Para!"
Drako estaba expectante, Tristán soltó una sonora carcajada.
-Velkam Alyosha-musité.
-¿Qué?-soltó Drako.
-Velkam Alyosha, ¡hijo bastardo de Iván el Grande!-exclamó Tristán-. Y tú, una plebeya. Tiempo después de conocerlos escuché vuestra hermosa historia de amor; te casaste con un bebedor de sangre sin saberlo, moriste al dar a luz a una preciosa niña, y regresaste como su igual. Sólo los más cercanos sabían qué era Velkam en realidad, por miedo a tu rechazo no te lo dijo, y por miedo a vivir sin ti te dio la inmortalidad que él conocía sin medir las consecuencias; te disgustaste con él por haberte convertido en un monstruo ignorando que ya lo eras. Pero lo amabas, le diste una oportunidad a ese amor, entonces Faye llegó a desbaratar nuestras vidas.....
Otra lluvia de recuerdos bañó mi memoria.
"-Mama, smotri!!
Me di la vuelta al escuchar la dulce vocecita de una niña, su pelo era muy negro y tenía unos preciosos ojos verdes que me miraban ilusionada, rasgos muy finos, piel blanca como la de su padre.
Me puse a su altura arrodillándome sin importar que mi perfecto vestido se ensuciara.
-¿Qué tienes allí, Cielo mío?-le pregunté, viendo que sus manitas escondían algo. Las abrió dejando ver un pichón-. ¿Se ha roto el ala?
-Se ha caído del nido, ¿puedo quedármelo? Padre ha dicho que te preguntara.-La expresión de su carita me hizo reír.
-Mi vida, ¿no crees que su familia le va a extrañar? Su mamita ha de quererle mucho, lo ha de estar buscando preocupada-le expliqué. Ella miró al pichón que hacía sonidos y buscaba el calor en sus manos-. Si a ti te pasara algo mamita se pondría muy mal.
La pequeña me dio un beso en la mejilla.
-Mamita, ¿lo sanarías para que pueda volver al nido con su familia?
-Sí, mi Cielo.
Usé Sanación colocando mi mano izquierda sobre la pequeña ave, su ala se regeneró en segundos.
-Por suerte estamos en el invernadero y aquí nadie te ve empleando magia hereje.
-¡Papi!-exclamó la niña, saltando a los brazos de su padre.
Me puse de pie y acudí a su lado, con el brazo libre me atrajo a él, besando mis labios.
-Estoy orgullosa de lo que sea que soy, yo los quemaría primero-le susurré al oído para que la nena no escuchara.
Era alto y esbelto, su pelo de un castaño oscuro cenizo, una mirada profunda de color azul que adoraba cada facción de mi rostro. Y su adorable sonrisa iluminando el suyo.
-¿Planeabas dejarla quedarse con el avecilla?-le pregunté.
-Le dije que te preguntara.
-Formalismos, te dejas convencer por Alena siempre-Le hice cosquillas a la pequeña-. De los dos tú la consientes más, ¿o no, Nina?"
El nombre con el que la llamé me devolvió al presente.
-No puede ser cierto-susurré, Drako intentó acercarse, di dos pasos atrás-. Velkam y Nina son hermanos, ella lo dijo, no son padre e hija. Ella ni siquiera me reconoció.
-¿De qué estás hablando, Sahar?-preguntó Drako.
-Nina Alyosha, es mi hija-le respondí, Drako quedó estupefacto con la revelación-. O lo fue en otra vida, al menos.
-Sigue siendo tu hija, lleva tu sangre-aseguró Tristán-. Sobre que piense que su padre es su hermano, fue cosa tuya, y el que te haya olvidado también.
-Mentira, no borraría su memoria, ¿por qué querría que me olvidara?
-Porque la abandonaste, abandonaste a tu familia por Faye. Me la quitaste, pusiste tus ojos en ella y nada más te importó, ¿o es que en el presente es distinto?-Dudaba de esa versión, la yo del pasado que vi era más humana y sentí que sería capaz de todo con tal de proteger a Nina-. Para la celebración del séptimo cumpleaños de Nina llevé a alguien conmigo, la que sería mi futura esposa, se las presenté, y Sahar Alyosha se vio prendada de ella nada más verla. Lo jodido es que el gusto fue mutuo.....
"-Nina, no corras, te puedes caer y hacerte daño-le decía. Se había soltado de mi mano durante nuestra caminata por el bosque cercano a la mansión.
-¡Me gusta el color verde! ¡Me gusta!-exclamaba.
Su cumpleaños sería en una semana y estaba feliz de que así fuese, le gustaban sus fiestas de cumpleaños, invitaba a todos sus amigos sin importar la clase social; me gustaba que fuese así, su padre y yo le inculcamos los mismos valores con los que crecí, y los que él no pudo llegar a aprender de nadie pero sí sólo. La gente solía hablar de nuestro trato familiar para con la gente del servicio, y el que dejáramos que nuestra hija se juntara con niños de baja posición, no nos importaba, Nina debía aprender que no se debía juzgar a la gente por su estatus económico, ni por ningún motivo, y si era de compartir lo que teníamos, lo hacíamos.
Nina encantaba a todos, había heredado mi humanidad pese a ser hija de un Blood Drynka, hijo de Caín y en la época que corría: vampiro. No le hacía falta sangre para alimentarse, le valía con la comida normal, y era posible que envejeciera porque ya había sufrido un resfriado y se suponía que no debería ser. Yo tenía extremo cuidado con ella, si algo le pasara no querría traerla de vuelta del modo en que su padre me trajo de la muerte. No querría esta vida para ella, cada momento con ella era importante, y la cuidaba con mi vida. Lo cierto era que yo acostumbraba a consentirla más que su padre, era un milagro.
-Nina, bajo este árbol está bien. Hagamos el picnic aquí-le dije, ella se regresó y me ayudó a extender la manta-. ¿Ayudaste a Flavia a preparar todo?
-Sí, yo hice los emparedados con la mermelada que te gusta, mamita-sonrió-. No sabía si accederías, como tenías reunión en la fundación.
-Sabes que pospongo todo por ti, cariño-dije, sentándome a su lado y cogiendo un emparedado-. A ver cómo están.
Ella me miró esperanzada, cuando di el primer mordisco arrugué la nariz.
-¡Esa es expresión de wacalá, mamá!-exclamó, hizo un puchero y solté la risa.
-Que ha sido una broma, mi amor, me ha gustado-sonreí, dándole un toquecito con el dedo índice en la punta de su nariz-. Le vamos a guardar unos a papito, ¿estás de acuerdo?-Nina asintió-. ¿Ya repartiste todas las invitaciones?
-Sí, e invité a una amiga grande que hice en el parque cuando salí a pasear con Favia ayer.
"Favia", a veces su lengua se trababa y era una ricura. Besé su frente.
-Flavia, mi amor.
-Tú entendiste, mamá-dijo con cariño.
-Una amiga grand.....
-¡Mírala, mamá! ¡Mírala, allí viene!-anunció, levantándose de pronto y corriendo en dirección a una rubia que venía maldiciendo, pues su vestido se había enredado con algo en la grama.
Fui detrás de Nina y ayudé a la joven.
Una raíz que sobresalía había pillado el ruedo del vestido verde esmeralda que llevaba puesto.
-Hola Faye, llegaste pronto-le escuché decir a mi hija mientras me paraba, ella susurró su agradecimiento.
-El mapa que me hiciste fue muy bueno, amiguita-dijo después, quitándose el sombrero, sacando un papel de su cinto y desdoblándolo.
Me guiñó un ojo al tiempo que me lo entregaba.
Las rayas y los monigotes con mi nombre y el de Nina eran buenos pero no decían cómo llegar allí.
-Ella es mamita, Faye-me presentó.
-Un placer conocerla, señora Alyosha.-Se quitó un guante blanco y me extendió la mano.
-Llámame Sahar, por favor-le pedí, estrechándola.
El roce de su mano en la mía erizó mi piel, vi en sus verdes ojos que había sentido lo mismo, la solté y rompí el contacto visual volviendo a mi hija.
-Volvamos a nuestro picnic-le dije.
-¿Mamita, no te molesta que haya invitado a Faye?-preguntó la niña.
-No, me parece bien que nos acompañe tu nueva amiga, Nina.
-¿Nina? Creí que su nombre era Alena-comentó Faye, mi hija cogió su mano y ella sonrió encantada.
-Mi mamá me llama Nina, dile por qué, mamita.
Nos sentamos, Nina le pasó una galleta a la invitada.
-Alena es su nombre, lo que pasa es que mi beba decía Anina en lugar de Alena; desde entonces le digo Nina, mi marido a veces la llama así también, pero es mi nombre de cariño para ella.
-Nina, me gusta.
-¿Faye también puede llamarme así?-Asentí, mirando a la joven, ésta pasó una mano por su dorado cabello y sonrió, correspondí a su sonrisa.
-Por supuesto.
Después de un rato Nina se fue a caminar entre los árboles, y aproveché para preguntarle a Faye cómo demonios había llegado allí.
-Mi hija tiene futuro como artista, creo, pero este dibujo no pudo haberte traído hasta aquí.
-No sé, sólo me metí en el bosque y aquí me tienes.
-¿Así nada más?-reí-. Accediste a venir a un picnic con una niña, a la que apenas conociste, y su desconocida madre, lanzándote en una travesía por el bosque. Eres muy valiente.
-O estoy loca.
-¿No es lo mismo?"
A Faye la conocí una semana antes del cumpleaños de Nina, ironía que nuestro primer encuentro haya sido similar al último. El verde del bosque fue cambiado por lo salvaje del desierto.
-La amaste nada más verla, como ella a ti, y no dudaron en herir a terceros. Entre ellos tu hija.
Le di una bofetada, la silla se cayó.
-¡No te metas!-le dije a Drako-. Tú no sabes cómo pasaron las cosas-le hablé a Tristán-. Lo poco que he podido recordar me da la razón, nunca abandonaría a Nina, y Faye también le tenía cariño así que no me hubiese dejado abandonarla. Borrar su memoria menos.
-Me la quitaste, y la mataste. No dejarás de hacerlo, en cada vida Faye muere por tu mano.
No dejé que me afectaran sus palabras.
-¿Quieres vengarte de mí? ¿Por eso estás detrás de nosotras?
Tristán me escupió en la cara, le rompí la nariz de una patada en respuesta.
-Eres de interés-susurró-. Has estado bajo la lupa de mi jefe después de tu primera vida, una criatura diferente, y yo me preguntaba qué de especial tenías. En todas tus vidas te observé y eras tan normal, aunque siempre terminabas convertida en Blood Drynka, pero sin serlo realmente. Una criatura diferente-repitió-. Asesina letal a la que era mejor mantener estable, si era capaz de matar a su amante no tendría piedad con nadie más; no existe humanidad en ella, me dijeron. Sociopata, ni el peor de los demonios posee tanta maldad, pero sí algo de benevolencia, ella no sabe lo que es eso.-Drako negó lentamente con la cabeza interpretando mis ganas de romperle el cuello-. Matarte dejó de ser una opción cuando se especuló que en esta vida conseguiste una inmortalidad perfecta, ¿es cierto? Me dijeron que ahora sólo regresas tras cada muerte, queremos demostrarlo y que compartas tu bendición, de ser cierto, quiero eso para mí también. ¿Acaso eres una Diosa, Sahar, una Diosa que jugó a ser humana en el pasado y como consecuencia te volviste algo más?
Sólo le escuchaba y observaba en silencio.
-No sé lo que soy, no me importa saberlo. Pero lo que sea no lo compartiría con nadie, se lo prometí a mi papá, el secreto seguirá siendo secreto.
Mordí su cuello succionando su sangre, el éxtasis recorrió mi cuerpo, como lo hizo con la víctima que recibía la mordida; arranqué su cabeza, y la hice llegar a los pies de Drako.
-Procura que mañana después del despegue de nuestro avión, llegue a salvo a la casa donde es huésped, por favor-dije. Traspasé su pecho con la mano, sacando su corazón.
-Sahar, ¿qué crees que haces?-preguntó Drako, me dirigí a la ventana abrí, y salí al balcón-. Sahar, por favor.
-Hago lo que debí hacer hace tiempo-dije, mirando el corazón en mi mano. Estiré el brazo al exterior del balcón-. Él no la amaba, quería casarse con ella sólo porque estaba obsesionado, enfermo, le pegaba, abusó de Faye. Yo la protegí, y sí estaba enamorada de ella, y sí le fui infiel a Velkam con ella, pero mi marido tampoco fue un santo.
-¿Qué pasó en esa época?
No estaba en posición de responder a esa pregunta porque mis memorias seguían siendo un rompecabezas que no me interesaba armar.
Con la intención de salir de allí caminé hacia Drako y aplasté el corazón de Tristán contra su impecable traje.
-Limpia este desastre-ordené.
Sahar salía del cuarto de baño cuando desperté, me senté al borde de la cama, la noté distante. La Sahar de armadura impenetrable que conocí en Providencia.
Le rodeé la cintura con los brazos mientras buscaba en su armario la ropa que usaría.
-Buenos días-dije. Besé su hombro izquierdo, tenía un pequeño lunar allí. Suspiró.
-Buenos días, Vesper.
Cerré la puerta del armario por ella y, girándola, la acorralé, besando su boca. La alcé un poco y la sentí sonreír en mis labios; sus piernas se anclaron a mi cintura, mis manos apretaron sus glúteos bajo la toalla. Su lengua se movía dentro de mi boca en busca de la mía, la rocé y gemí, su caliente piel bajo mis manos me hizo jadear porque imaginé que sus ojos ya habían cambiado al peligroso color dorado tentando al rojo. Su instinto torturándola haciéndola luchar consigo misma para no herirme; sentí sus uñas clavándose en mi espalda, mi nombre escapó de su boca cuando mordí su cuello, y joder, bendita su voz y mi nombre en ella.
Me metí al baño con ella en brazos, quitó mi bata después de dejar caer su toalla. Anoche me había quedado dormida sin nada debajo; la empotré contra la pared, rió, encendí la regadera y me ocupé de devolver lo que me hizo la noche anterior. Levanté una de sus piernas a la altura de mi cadera.
-Despacio, Faye-musitó.
-Tú sólo pide, Princesa Assassin-dije contra sus labios, acariciando su clítoris con mis dedos. Se arqueó cuando bajé a sus pechos, mordí muy quedo su pezón izquierdo.
-Faye....
Cogí su labio inferior entre mis dientes estirándolo un poco, metiendo un dedo primero, despacio. Ahogué su gemido en un beso, empecé a meter y sacar, acariciando, dentro, fuera.
-Otro....-pidió, con la malicia dibujada en sus labios.
Apoyé mi frente en la suya haciendo lo que me pedía, nuestros labios apenas llegaban a rozarse. Saqué los dedos y me arrodillé, Sahar me miraba con altivez, disfrutando tenerme en esa posición; besé el interior de su muslo derecho, fui subiendo y alcancé a pasear mi lengua por su entrada, su mano se aferró a mi cabello.
-Faye, joder hazlo de una vez, Vida....
Sonreí, y empecé a penetrarla con la lengua, estimulando su clítoris, atenta a sus gemidos y a sus movimientos en búsqueda del placer que quería darle. Me obligó a levantarme de nuevo, pero no dejé de torturarla con mis dedos, me pegué a su cuerpo y profundicé el beso que ella inició.
Moví mis dedos más rápido dentro de ella, sus manos apretaban mis pechos.
-Correte, mía domina...-susurré en su oído-. Te amo, Sahar-dije contra sus labios, sintiendo como se venía; su mano izquierda bajó por mi abdomen, mi cicatriz siempre llamaba su atención-. No duele, mi amor, ya no duele.
Bajó la mirada de mis labios a mi cicatriz, la acariciaba con ligeros roces; saqué mis dedos de ella, los chupé ante su atenta y felina mirada.
-Bésame.-Su lengua lamió mis labios, y fui a por su boca.
-Eres parte de mí-murmuré, volviendo a besarla-. La más importante, Sahar.
Acarició mi rostro.
-Buenos días-sonrió.
-Buenos días, mía domina.
Giró poniéndome contra la pared, levantó mis manos por encima de mi cabeza, cruzando mis muñecas. Me recorrió con la mirada, el dorado era bordeado por el rojo, advirtiendo que la Sahar agresiva estaba por salir, y al mismo tiempo se esforzaba por no hacerlo. Bajó su mano a mi coño, sus labios se curvaron en una media sonrisa cuando me vio indefensa, y lamiendo mi cuello, sin aviso, entró en mí.
Terminé de vestirme antes que ella, saqué las dos maletas que llevaríamos y al volver al dormitorio la encontré ante el espejo. Llevaba puesto un vestido negro corto sin mangas y con encaje que dejaba mucha piel al descubierto; la miré de abajo hacia arriba, si mis piernas la perdían, las de ella no me dejaban indiferente.
-No vamos a salir de aquí hoy-comenté. Ella me cogió de la mano y me llevó fuera de la habitación cerrando la puerta detrás de nosotras.
-Deja de tentarme, Vesper, que mala influencia eres-dijo, sin soltarme. Le gustaba entrelazar nuestras manos, y es que encajaban a la perfección, como nuestros cuerpos, como nosotras-. Estás guapísima.
-Gracias.
-No me molestaría ni un poco pasar todo el día en el dormitorio contigo-agregó, mirando al frente, seria.
Un escalofrío erizó mi piel de imaginarme la promesa en sus palabras, y su voz. Llegaría el día en que pasaría, por ahora debíamos concentrarnos en que controlara su instinto agresivo, el que podía conseguir que me lastimara.
-Creo que me estoy haciendo adicta a ti-susurré, bajando a la estancia.
-Que curioso, te iba a decir lo mismo-sonrió, y su expresión se relajó bastante.
Con Drako bajamos en el ascensor, nos comunicó que Nina esperaba en la limusina, la sola mención de la chica puso tensa a Sahar. Y estaba segura que Drako había percibido el repentino cambio, sin embargo nada preguntó, nada dijo, decidió callar y me dio qué pensar; en el coche se mantuvo de brazos cruzados con la cara hacia la ventanilla. Nina nos observaba, sus ojos verdes pasaban de Sahar a mí, y de vuelta, cuando la pillé sonrió y se ruborizó. ¿Los vampiros se ruborizaban?
-Es raro-dijo.
Drako, que se encontraba sentado a su lado, fue quien le dio más importancia a su comentario.
-¿Qué es lo raro, señorita Alyosha?-preguntó.
Nos retiró la mirada a Sahar y a mí, respondiendo:
-Nada, no me hagas caso.
El avión despegó sin ningún inconveniente desde un aeropuerto perteneciente a Bélikov, Drako hizo los preparativos. Sahar había dicho que iríamos en uno de los privados de la empresa para evitarme problemas, no podía orbitar porque ya lo había hecho una vez en esa semana cuando vinimos a Nueva York, y para una humana no era sano viajar en repetidas ocasiones de esa forma, menos si no tenía el entrenamiento que se requiere.
Sentada frente a Sahar la encontré observando a Nina, ésta se hallaba dos asientos detrás de mí al otro lado del pasillo, concentrada en su tableta. Drako se sentó enfrente de la vampiresa.
-Hay algo que debo hablar contigo-dijo, apartando la mirada de ella, y al centrar su atención en mí vi agonía en sus ojos.
-Sahar me estás asustando, pero más que eso, me preocupa verte así. ¿Qué pasa?
-¿Podemos posponerlo hasta que lleguemos y estemos solas?-Respondí con un movimiento afirmativo de la cabeza, Sahar también asintió, frunció el ceño y mirando por la ventanilla añadió-: Creo que hice algo que no te va a gustar.
El sombrío tono en sus palabras, que ya de por sí eran preocupantes, me asustó mucho más. Que Nina apareciera de pronto a nuestro lado me sobresaltó, colocó la tableta ante los ojos de Sahar mostrándole alguna cosa en ella, pero con una expresión poco amistosa.
-¿Qué significa esto?-preguntó. Ya que Sahar no decía nada, le quité el aparato de la mano a Nina-. Tristán está muerto, y apareció en las noticias por ser accionista de la cadena de hoteles de mi familia. Su cabeza fue encontrada en medio de la carretera en Manhattan, ¿puedes explicarlo?
-¿Sahar?-musité, al levantar la mirada de la tableta la encontré impasible, dejando que Nina la acusara-. Dile que no lo hiciste, no pudiste ser tú.
-Creí que íbamos a Seattle en busca de pruebas para acusarlo a él y a los Griffin de traición a la sangre, traición a nuestro círculo familiar y sin embargo ¿llegas y lo decapitas? ¿Qué clase de líder eres? No puedes ir matando a quien te estorb....
-Sí puedo-respondió tan sólo, no sé por qué me sorprendía su serenidad-. Tuve pruebas suficientes para ejecutarlo.
-Debía ser juzgado, no tenías derech....
-Lo tengo-sentenció, y la prepotencia marcó el atisbo de sonrisa en sus labios-. Si era juzgado quién sabe cuánto tiempo pasaría en una mazmorra antes de escapar y hacer lo mismo, acabé con uno de nuestros problemas. Quien muere de mi mano no tiene posibilidad de reencarnar. De nada.
Nina buscó apoyo en Drako.
-Cometió un error-le dijo-. Era posible que lo sentenciaran a muerte, ahora....
-He allí el verdadero error, Nina: "Era posible que lo sentenciaran a muerte.." Una posibilidad remota, porque alguien intentaría abogar por él como su Excelentísimo amigo Velkam Alyosha, seguro él habría pedido llevárselo y encerrarlo, darle el encierro como castigo no es verdadero castigo, es darle oportunidad de recaer. ¿Conoces el significado de Locura? Es hacer la misma mierda una vez tras otra esperando resultados distintos, por eso Assiah está como está, une los puntos.
-Relájate, Euzma-intervino el rubio.
-Asumiste que pasaría lo que dices.
-Desmiénteme, convénceme de que no pensaste que Velkam actuaría tal y cómo te dije-replicó Sahar.
Nina no pudo refutarle.
Se sentó en el puesto que estaba a mi lado, Sahar no le quitaba los ojos de encima, lo mismo que Nina a ella. Parecían retarse, y la escena que presenciaba hizo que me doliera un poco la cabeza, tuve el impulso de coger la mano de Nina.
-¿No te das cuenta que era el mejor amigo de mi hermano?-inquirió ésta, llevándose los dedos índice y pulgar al puente de su nariz-. Velkam debe estar viniendo con una comitiva, la Élite humana empezará a investigar, llamaremos la atención.
-La Élite humana dirá cualquier estupidez para cubrir la verdad sobre lo que era Tristán Bogdánov, y los borregos lo creerán. Ya sabes, como cuando hacen desaparecer un avión con pasajeros para sus extraños rituales; Velkam se asegurará del particular, y en cuanto a él y su comitiva, bienvenidos sean, yo lo pude haber matado, que venga y me pida explicaciones, tu padre y yo nos arreglaremos.
-Mi hermano-la corrigió Nina. Sahar le quitó importancia moviendo la mano.
-Fueron los Griffin quienes expusieron su cabeza al público-dijo Sahar.
Nina cruzó los brazos sin moverse del asiento, Drako fue al bar a servirse algo de beber y sin pensármelo mucho me desabroché el cinturón para ir a acompañarlo.
Me dio un vaso de vodka, y él se tomó otro. Ambos las miramos.
-¿Lo mató anoche?-Drako asintió, volvió a servirse-. ¿Le sacó información importante?
-Dale tiempo, ya lo hablará contigo-aconsejó.
¿Por qué me parecía que Nina y Sahar eran similares en tantas formas? ¿Acaso lo estaba imaginando? ¿Era la única que se daba cuenta?
-Sahar sabía muy bien lo que decía cuando llamó a Velkam "tu padre" en lugar de "tu hermano".-Drako no afirmó ni negó nada.
Dejé el vaso en la barra y vi cómo Nina se levantaba, su andar en dirección a nosotros se distorsionó un poco convirtiéndola de pronto en una niña. Cerré los ojos y al abrirlos de nuevo me vi rodeada de personas en un baile, fue muy rápido, crucé miradas con Tristán quien se llevaba una copa a los labios.
La escena cambió de inmediato a otra en la que me vi obligada a ahogar un grito.
Aquél hombre reía sentado, extasiado con la boca cubierta de la sangre de una chica que tenía en sus brazos y a la que había mordido.
-¿Faye?-oí la voz de Drako-. ¿Te sientes bien?
Asentí en respuesta.
Sahar estaba absorta en sus pensamientos, y a mi lado Nina daba un trago a la bebida que le sirvió Drako.
Velkam Alyosha, nombre que cruzó por mi cabeza con esa última y nítida imagen.
"-Si esto te asusta, no tienes idea de lo que mi mujer puede llegar a ser, y hacer..."
<<Huellas XXXI
Fue una mala idea, pésima, hacerle el malo, desafiando a Sahar.
ResponderEliminarInteresante lo de la vida pasada de Sahar, el origen de su historia con Faye. El descubrir lo humana, en el buen sentido, que era. Lo que descubre Faye.
Pero Tristán insistió en desafiarla y así terminó.
Que observadora Faye, notando el parecido con Nina.
Me gusta lo minuciosa que sos al escribir cada episodio.
Un abrazo.
Tristán se lo tenía merecido jiji
EliminarSí, Faye notó las similitudes entre Nina y Sahar desde que la conoció.
Quiero llevarles algo bonito a ustedes que han seguido la historia de Sahar y Faye desde el inicio. Y la historia original :)
Un abrazo!!!
Revelador capítulo este, no cesan las sorpresas en esta historia. Yo creo en aquello de otras vidas y así como lo cuentas, que podemos haber sido hermanos, hijos, etc de quienes en esta tienen otro rol.
ResponderEliminarBesos dulces Ivel, pasa un buen fin de semana.
Yo también creo en vidas pasadas, Dulce. Mucho ;)
EliminarBesazos, Poeta.
Bendiciones, mucha Luz para este fin de semana :****
Sólo somos almas ocupando cuerpos.
ResponderEliminarRelatas cada vez mejor, Ivel. Escenas llenas de mucho dramatismo y pasión... y en todas se palpa la emoción y el énfasis que intentas transmitir.
Mil besitos, bonita.