Nueva York, Estados Unidos
Amanda
Declan se marchó anoche dejándome a solas con Helena, ésta se la pasó pegada a su teléfono hablando con periodistas, quería aplacar la ola de rumores sobre su posible infidelidad con un hombre más joven, a ellos no les daban las cuentas. Mi "posible" padre biológico, como empezaban a llamarlo, aparentaba la edad de su supuesta hija.
Sí, yo soy la supuesta hija, una bastarda que Helena tuvo con otro hombre y que hizo pasar por hija del difunto Matthew Carlysle, un hombre estupendo, Congresista intachable.... Y muchos blas más.
Una limusina vino por ella a eso de las 22hrs. Antes de dejar mi apartamento me dijo que quería verme la noche de hoy en el evento que tendría lugar en casa, un ático monumental en uno de los edificios de Matty.
Seguro reunirán a su círculo íntimo para presentar al resucitado. Matty querría presumir su descubrimiento, restregarles en la cara que estaba a un paso de la inmortalidad. No creo que la sangre de mi hermana se la haya dado, lo revivió, lo hizo más joven, y seguro lo volvió un bebedor de sangre cuya sed no tardaría en aparecer, pero ¿darle inmortalidad? No me lo creo, sólo mi padre o Sahar podrían otorgarles eso, porque ni Luzbel, de otro modo ya lo habrían conseguido.
Apagué el televisor después de ver la noticia sobre Viktor, ya era de dominio público que estaba en la ruina y que su dinero se había repartido, no sólo por toda España, sino alrededor del mundo a fundaciones y en verdadera ayuda humanitaria a países que así lo ameritaban.
Caminé hacia el balcón, me preocupaba que él también estuviera en la ciudad junto a Lucrecia. Y me preocupó aún más ver a Maura y a Enrique con ellos; se suponía que me alcanzarían aquí al día siguiente de yo llegar, pero no acompañando al enemigo. Hay algo que no está bien, y Enrique no responde a mis llamadas.
-Te veo perdida, mi arima.
Como si no hubiese sido suficiente que Helena haya venido más temprano a desayunar conmigo sólo para decirme que almorzaríamos con una conocida suya que arreglaría todo para la entrevista que me harían y así arreglar lo que para ella es "un fatídico fallo de tu parte, Amy". Ahora aparece mi señor padre.
Me volví.
-Cuando me llamas así voy de vuelta a mi infancia, hablaré con mi psiquiatra sobre eso.
Fui a sentarme en el sofá, él también lo hizo. Rodé los ojos, ¿qué quería de mí?
-¿Ves a un psiquiatra?-preguntó, aparentemente sorprendido.
-Antes lo hacía, tuve cinco, terminaron locos. Al último dejé de verlo hace tres años, ahora con tu regreso a mi vida estoy considerando hacerle una visita.
Él soltó una carcajada, cogió mi mano y sentí un extraño y familiar desdoblamiento, el dolor se hizo intenso pero desapareció cuando tocamos tierra. Me tambaleé por el mareo que provoca viajar de este modo, él me cogió de un brazo para evitar que yo cayera, rompí el contacto con brusquedad.
Miré alrededor, hacía mucho frío y estaba oscureciendo. Me giré porque ya la vista me era conocida, y al hacerlo me vi frente a la casa donde pasé los primeros años de mi vida.
-¿Qué hiciste? ¿Por qué me trajiste aquí?
Caín sonrió, y echó a andar por el camino de concreto que muchos años atrás él mismo había hecho.
Estábamos en nuestra antigua casa a las afueras de Berlín. Protesté yendo detrás de él, en media hora tenía que estar en el almuerzo programado por Helena.
Al poner un pie en el pórtico y ver el columpio que él había construido para los dos olvidé todo lo demás. Se sentó, y con la mano dio unos golpecitos al espacio a su lado; cuando se trata de papá mis sentimientos se ven en constante fluctuación.
Dudé antes de rendirme y sentarme de nuevo allí como cuando era niña. Hacía mucho que no pensaba en esta casa, ahora creo que me obligué a olvidarla.
-Estoy dispuesto a sacar la bandera de la paz, si me das la oportunidad de tener una conversación contigo de padre a hija como antes. Sin conflictos, de un modo civilizado-dijo.
-¿Qué te propones?
-Desconfías mucho, mi arima.
-Desconfío de todos, cosa tuya-repliqué, mirándome las manos-. Cuando tu mejor amigo se va sin decir por qué, sin decir adiós comienzas a pensar en muchas cosas como que fue tu culpa, como que hiciste algo malo.
Me mantuve fuerte, las lágrimas amenazaban con hacer acto de presencia.
-Primero, no me propongo nada. Tú me hiciste recapacitar sobre Sahar y Faye, Luna me hizo recapacitar sobre ti; es una jovencita muy sabia tu hermana, eh.
-Y aún así la atacaste.
-No hablemos de eso ahora.-Miró al frente-. ¿Recuerdas cómo estrenaste ese camino?-preguntó, señalándolo.
Fue fácil que la imagen de ese recuerdo se materializara, pude verme, me situé en ese día.
-Corrí y caí de bruces, me hice daño en las rodillas.
-Era tu cumpleaños número cuatro, a tu madre le asombró que no lloraras ni un poco: ¿Es normal que Amelia no llore? Mira sus rodillas, Ahiram, están muy lastimadas. Estaba muy asustada cuando me dijo eso, porque ¡vaya caída que te diste, cariño!
-Entre los dos me las lavaron y me pusieron esa pomada de color horrible, y luego volví a salir corriendo y a mamá casi le da un colapso-sonreí.
-Lo hiciste a propósito, Amelia, para asustarla. Eras tremenda-rió mi padre-. Siempre fuerte, siempre decidida.-Tomó mi mano, luego me rodeó los hombros con su brazo-. No me fui por tu culpa, sino por la mía, cariño, por mí, por ser como soy.
-Entonces me mentiste de nuevo cuando dijiste que no nos llevaste contigo porque no eramos dignas de poner pie en Providencia, ¿cuál es la verdad, padre? ¿Y por qué sí me culpaste de tu arrebato contra Luna la otra noche?
Besó mi frente.
-Te lo explicaré luego.
-Ya soy mayor.
-Te lo explicaré luego-repitió.
Me aparté, me puse de pie y le pedí que me llevara de vuelta a mi apartamento. Tenía que prepararme para asistir al almuerzo con Helena.
-¿De qué va el dichoso almuerzo?-preguntó, sirviéndose una taza de café y dando un sorbo.
-Helena quiere que desmienta públicamente la información que se ha filtrado sobre nuestro parentesco, papá. Va a llevar a una amiga suya, periodista, arreglaremos los detalles para la entrevista televisada-respondí, sentándome a la mesa del comedor-. ¿Fue Sahar, verdad? Ella subió el vídeo.
-Sahar no controla del todo la tecnología, Faye lo hizo. Pero sí, la mente maestra detrás de todo es Sahar. Ya las reprendí a ambas por hacerlo, no tenían derecho, es tu intimidad, tu decisión.
-No estoy molesta, si Sahar lo hizo es porque algo se le ocurrió. La gente pide pan y circo, es a lo que está acostumbrada; Sahar le dio pan y circo, y es posible que lo usara para estimular un efecto opuesto al que usualmente causa, y lo está logrando-dije, pensativa-. Sahar es sigilosa, papá. Es una estratega sin igual, me gusta esa niña.
Caín sonrió, cuando estaba así de relajado transmitía algo distinto. Quise sacar a colación la conversación que tuve con Azazel, pero el sonido del móvil interrumpió mi pobre intento.
-¿Aló?
-Hola bebé, ¿ocupada con papito querido?
Me levanté de un salto.
-¿Qué pasa?-preguntó Caín.
-Es Matty-le dije-. ¿Has puesto micrófonos y cámaras en mi apartamento? ¿Hasta esas hemos llegado?
-Nada distinto a lo que tú has hecho, querida.-Casi podía ver su sonrisa-. Pero no, te habrías dado cuenta. Asómate al balcón, estoy justo frente a ti.
Hice lo que dijo, estaba en uno de los apartamentos del edificio de enfrente, saludó con la mano.
Caín se situó a mi espalda.
-Voy a....
-No-lo detuve.
-Eso, eso, contenlo, porque si se pone violento responderemos del mismo modo. Ya lo hemos demostrado, esta vez será el cuerpo de Luna Giraldo el que deban sepultar.
Colgué y cerré las cortinas.
Me dirigí a Caín.
-Regresa con Luna, ponlos a salvo a todos porque con lo que diré ante las cámaras esto se convertirá en zona de guerra.
-El único lugar posible es Providencia pero ellos ya lo tienen en la mira, al menos las ruinas ilusorias que se supone que ven. Los llevaré a otro sitio.
-¿Papá?-dije antes de que se marchara-. ¿Qué te dijo Luna que hizo esto posible?
Caín sonrió:
-Primero, decirte que espero volver a ver esos hermosos ojos azules tuyos, iguales a los de tu madre. Deberías quitarte esas lentillas alguna vez. Y segundo: Soy el padre más afortunado del mundo, cariño, tengo a unos grandiosos hijos y mi prepotente actitud me había cegado, no me permitía verlos.
Tras decir eso desapareció.
Había algo de paz en mi interior. Una conversación civilizada, una relación civilizada con mi padre era algo necesario en mi vida, no sé si pueda perdonarlo, no tan pronto pero esto había sido un inicio. Creo que no había dicho tantas veces papá como cuando era niña, pisar la casa de mis primeros años de vida me trajo una oleada de emociones. Me sentía feliz.
Terminé de prepararme, salí a la sala y caminé hacia el balcón. Matty se había ido, sólo quería intimidarme un poco porque él estaba enterado de mi reunión con Helena hoy, ¿cuánto tiempo llevaría allí?
Llamaron a la puerta, salí de mi ensimismamiento y fui a abrir. Helena no tendría que venir a buscarme, en todo caso llamaría diciendo que me está esperando y que voy tarde, mujer más obsesiva con la puntualidad sólo yo; abrí riendo de mi autocrítica, y mi tranquilidad se esfumó.
Viktor entró sin yo haberlo invitado, llevaba un libro en las manos y una sonrisa de suficiencia en los labios.
-Me tienes-dijo, volviéndose-, ¿cómo no lo vi antes? ¿Cómo no vi lo que eras, quién eras?
-Porque me convertí en la persona que querías que fuera cuando era pequeña, y disfracé a la niña que fui.
-El enemigo en mi propia casa, en mi familia. Eres una serpiente, Amanda.
-¡Qué gracioso! Yo siempre he pensado lo mismo de ti.
La ira de Viktor salía por su mirada, contenía la furia allí antes de atacarme físicamente, esta vez yo podía defenderme.
-Tú has estado detrás de los asesinatos de aquellos que alguna vez trabajaron con nosotros, ¡¿Matthew lo sabía y no hizo nada?!
-Matthew sospechaba, me mandaba a seguir pero nunca tuvo pruebas concretas, además no sería bien visto que acusara a su propia hija de ser una asesina serial, ¿imaginas el escándalo? Y a ustedes no les conviene el escándalo.
-¿Y qué acaba de salir a la luz? ¿Por qué ahora?
-¿"El tiempo de Dios es perfecto"?-ironicé.
-¡No te burles de mí, Amanda!-exclamó-. ¿Dónde está mi mujer? ¿Dónde está mi hija y mi nieta?
Arqueé las cejas, estaba fuera de sí.
-Alexandra murió a manos de un sicario de Matty, y Paloma ni Vit quieren verte. Ya no eres nada, Paloma siempre peleó por tu aprobación y tú siempre la despreciaste, y para completar intentaste matarla ¿crees que después de lo que le hiciste vivir querrá hablar contigo? ¡Qué cojones tienes de venir y preguntar por ella y Alex, Viktor!-Crucé los brazos, él empezó a impacientarse-. Vit no quiere saber nada de ti.-Eso le dolería más aún-. Ella sabe lo que es, quién es, yo lo sé. Y de algún modo heredó mis recuerdos, te ha visto, lo que me hiciste. Te odia, y aunque no lo hiciera no permitiría que la vieras de nuevo.
-Puedo llevarte a juicio por esto.
-Tus amenazas me las paso por el culo-sonreí-. Yo tengo derecho sobre Vit, soy su tutora legal gracias a las previsiones que tomó Nick, ¿sí recuerdas verdad? El hijo al que mandaste a morir, mientras que al segundo le quitaste la vida a través de tu benjamín. ¿No te da pena que otros hagan tu trabajo sucio, y que esos otros sean tus hijos?
-¿De qué puedes hablar tú?
-Yo he matado con mis propias manos, lo sabes.-Di un paso hacia él, Viktor retrocedió-. Y puedo hacerlo aquí y ahora.-Pensé en Luna, y en cómo reaccionaría si lo hacía-. Pero quiero disfrutar como te hundes, como te desprecia la gente para la que trabajas. Tu pacto con el diablo tenía un límite, y llegó el momento de que se cobren con todo e intereses. Debe ser porque Alex, Paloma y Bastian no murieron en ese avión, parte del sacrificio ¿no? Sacrificio que no se concretó.
-Tú me has quitado todo.
-Tú te has quitado todo al aliarte con las personas equivocadas, yo sólo fui parte inconexa, porque no tenía relación con ellos, del plan.
Viktor se pasó una mano por la cabeza.
-Vaciaste mis cuentas, me quitaste mi dinero, ¡todo has sido tú!
-¿Tu dinero? ¿Estás loco? Sólo devolví lo que le has quitado a la gente. Ese dinero no te pertenecía.
-Habló la mujer que vive en un grandioso apartamento....
-Sí, habló la mujer que vive en un grandioso apartamento que paga con dinero propio, que trabaja y que se encarga de sus fundaciones personalmente. Que usa su dinero para beneficiar a otros, y no como ustedes que usan el dinero de otros para beneficiarse a sí mismos. No somos iguales, Viktor, yo nunca seré como ustedes.
Bajé la mirada hacia el libro que llevaba en las manos, su cubierta era de color negro no me era conocido. Al subir la mirada di un paso atrás al ver los ojos blanquecinos de Viktor, alrededor de ellos apareció un sombreado negro, su rostro se transformó por completo.
La sutil y escalofriante sonrisa en sus labios era como la de Luzbel. Pero por un instante pude ver a Helena.
-Interesante libro, archivo de tu vida y de cómo terminarás-dijo, entregándomelo.
-¿Por qué me das esto?
-Porque tu padre te oculta cosas sobre tu destino-respondió, y no me gustó las intenciones que iban implícitas en lo que estaba haciendo. Vaya casualidad que viniera por aquí justo después de que papá y yo hemos conversado en paz-. ¿Nunca te has preguntado por qué las cosas te son fáciles? ¿Por qué lo consigues todo, por qué no pueden levantar el puño en tu contra? ¿Por qué tu padre se marchó de tu lado? ¿O por qué hay muerte a tu alrededor y te satisface?
-Las cosas nunca me han sido fáciles, abuelo.
-Nunca dije que el camino de una futura reina fuera fácil, dije que las cosas te son fáciles, lo recibes todo sin pedirlo. Lo grande que eres en el presente, amada por todos, podrías decirle a estas criaturas qué hacer y lo harían, se debe a lo tumultuoso de tu pasado. Todo debía darse como se dio para que fueras quien eres hoy.
-Nos encontraron por tu culpa aquel día-dije, pensando en los soldados que entraron a casa y mataron a mi madre-. Después de huir por todo el mundo exitosamente, nos encontraron. Y fuiste tú, tú moviste todo para que pasara.
Se acercó y me susurró al oído:
-Algunas palabras murmuradas han iniciado guerras.
Al alejarse vi a Viktor volver a ser él, y a Helena de nuevo, como si fuera parte del mismo cuerpo, es más, su voz al susurrarme sonó como la de ella.
Viktor se hallaba desconcertado.
-Fuera de mi casa-le dije.
-No hasta que....
Lo cogí del cuello y lo apreté.
-Fuera de mi casa-repetí, despacio.
Al soltarlo se dirigió hacia la puerta en silencio.
Miré el libro en mis manos, Luzbel juega a manipularme. Lo que sea que encuentre en este libro sólo conseguirá alejarme de mi padre, o al menos eso es lo que le da seguridad a Luzbel de venir y entregármelo. Al parecer a él no le conviene que mi padre y yo estemos en buenos términos.
Divide y vencerás.
¿Y por qué demonios vi a Helena? ¿O qué Demonio es ella?
Sí, yo soy la supuesta hija, una bastarda que Helena tuvo con otro hombre y que hizo pasar por hija del difunto Matthew Carlysle, un hombre estupendo, Congresista intachable.... Y muchos blas más.
Una limusina vino por ella a eso de las 22hrs. Antes de dejar mi apartamento me dijo que quería verme la noche de hoy en el evento que tendría lugar en casa, un ático monumental en uno de los edificios de Matty.
Seguro reunirán a su círculo íntimo para presentar al resucitado. Matty querría presumir su descubrimiento, restregarles en la cara que estaba a un paso de la inmortalidad. No creo que la sangre de mi hermana se la haya dado, lo revivió, lo hizo más joven, y seguro lo volvió un bebedor de sangre cuya sed no tardaría en aparecer, pero ¿darle inmortalidad? No me lo creo, sólo mi padre o Sahar podrían otorgarles eso, porque ni Luzbel, de otro modo ya lo habrían conseguido.
Apagué el televisor después de ver la noticia sobre Viktor, ya era de dominio público que estaba en la ruina y que su dinero se había repartido, no sólo por toda España, sino alrededor del mundo a fundaciones y en verdadera ayuda humanitaria a países que así lo ameritaban.
Caminé hacia el balcón, me preocupaba que él también estuviera en la ciudad junto a Lucrecia. Y me preocupó aún más ver a Maura y a Enrique con ellos; se suponía que me alcanzarían aquí al día siguiente de yo llegar, pero no acompañando al enemigo. Hay algo que no está bien, y Enrique no responde a mis llamadas.
-Te veo perdida, mi arima.
Como si no hubiese sido suficiente que Helena haya venido más temprano a desayunar conmigo sólo para decirme que almorzaríamos con una conocida suya que arreglaría todo para la entrevista que me harían y así arreglar lo que para ella es "un fatídico fallo de tu parte, Amy". Ahora aparece mi señor padre.
Me volví.
-Cuando me llamas así voy de vuelta a mi infancia, hablaré con mi psiquiatra sobre eso.
Fui a sentarme en el sofá, él también lo hizo. Rodé los ojos, ¿qué quería de mí?
-¿Ves a un psiquiatra?-preguntó, aparentemente sorprendido.
-Antes lo hacía, tuve cinco, terminaron locos. Al último dejé de verlo hace tres años, ahora con tu regreso a mi vida estoy considerando hacerle una visita.
Él soltó una carcajada, cogió mi mano y sentí un extraño y familiar desdoblamiento, el dolor se hizo intenso pero desapareció cuando tocamos tierra. Me tambaleé por el mareo que provoca viajar de este modo, él me cogió de un brazo para evitar que yo cayera, rompí el contacto con brusquedad.
Miré alrededor, hacía mucho frío y estaba oscureciendo. Me giré porque ya la vista me era conocida, y al hacerlo me vi frente a la casa donde pasé los primeros años de mi vida.
-¿Qué hiciste? ¿Por qué me trajiste aquí?
Caín sonrió, y echó a andar por el camino de concreto que muchos años atrás él mismo había hecho.
Estábamos en nuestra antigua casa a las afueras de Berlín. Protesté yendo detrás de él, en media hora tenía que estar en el almuerzo programado por Helena.
Al poner un pie en el pórtico y ver el columpio que él había construido para los dos olvidé todo lo demás. Se sentó, y con la mano dio unos golpecitos al espacio a su lado; cuando se trata de papá mis sentimientos se ven en constante fluctuación.
Dudé antes de rendirme y sentarme de nuevo allí como cuando era niña. Hacía mucho que no pensaba en esta casa, ahora creo que me obligué a olvidarla.
-Estoy dispuesto a sacar la bandera de la paz, si me das la oportunidad de tener una conversación contigo de padre a hija como antes. Sin conflictos, de un modo civilizado-dijo.
-¿Qué te propones?
-Desconfías mucho, mi arima.
-Desconfío de todos, cosa tuya-repliqué, mirándome las manos-. Cuando tu mejor amigo se va sin decir por qué, sin decir adiós comienzas a pensar en muchas cosas como que fue tu culpa, como que hiciste algo malo.
Me mantuve fuerte, las lágrimas amenazaban con hacer acto de presencia.
-Primero, no me propongo nada. Tú me hiciste recapacitar sobre Sahar y Faye, Luna me hizo recapacitar sobre ti; es una jovencita muy sabia tu hermana, eh.
-Y aún así la atacaste.
-No hablemos de eso ahora.-Miró al frente-. ¿Recuerdas cómo estrenaste ese camino?-preguntó, señalándolo.
Fue fácil que la imagen de ese recuerdo se materializara, pude verme, me situé en ese día.
-Corrí y caí de bruces, me hice daño en las rodillas.
-Era tu cumpleaños número cuatro, a tu madre le asombró que no lloraras ni un poco: ¿Es normal que Amelia no llore? Mira sus rodillas, Ahiram, están muy lastimadas. Estaba muy asustada cuando me dijo eso, porque ¡vaya caída que te diste, cariño!
-Entre los dos me las lavaron y me pusieron esa pomada de color horrible, y luego volví a salir corriendo y a mamá casi le da un colapso-sonreí.
-Lo hiciste a propósito, Amelia, para asustarla. Eras tremenda-rió mi padre-. Siempre fuerte, siempre decidida.-Tomó mi mano, luego me rodeó los hombros con su brazo-. No me fui por tu culpa, sino por la mía, cariño, por mí, por ser como soy.
-Entonces me mentiste de nuevo cuando dijiste que no nos llevaste contigo porque no eramos dignas de poner pie en Providencia, ¿cuál es la verdad, padre? ¿Y por qué sí me culpaste de tu arrebato contra Luna la otra noche?
Besó mi frente.
-Te lo explicaré luego.
-Ya soy mayor.
-Te lo explicaré luego-repitió.
Me aparté, me puse de pie y le pedí que me llevara de vuelta a mi apartamento. Tenía que prepararme para asistir al almuerzo con Helena.
-¿De qué va el dichoso almuerzo?-preguntó, sirviéndose una taza de café y dando un sorbo.
-Helena quiere que desmienta públicamente la información que se ha filtrado sobre nuestro parentesco, papá. Va a llevar a una amiga suya, periodista, arreglaremos los detalles para la entrevista televisada-respondí, sentándome a la mesa del comedor-. ¿Fue Sahar, verdad? Ella subió el vídeo.
-Sahar no controla del todo la tecnología, Faye lo hizo. Pero sí, la mente maestra detrás de todo es Sahar. Ya las reprendí a ambas por hacerlo, no tenían derecho, es tu intimidad, tu decisión.
-No estoy molesta, si Sahar lo hizo es porque algo se le ocurrió. La gente pide pan y circo, es a lo que está acostumbrada; Sahar le dio pan y circo, y es posible que lo usara para estimular un efecto opuesto al que usualmente causa, y lo está logrando-dije, pensativa-. Sahar es sigilosa, papá. Es una estratega sin igual, me gusta esa niña.
Caín sonrió, cuando estaba así de relajado transmitía algo distinto. Quise sacar a colación la conversación que tuve con Azazel, pero el sonido del móvil interrumpió mi pobre intento.
-¿Aló?
-Hola bebé, ¿ocupada con papito querido?
Me levanté de un salto.
-¿Qué pasa?-preguntó Caín.
-Es Matty-le dije-. ¿Has puesto micrófonos y cámaras en mi apartamento? ¿Hasta esas hemos llegado?
-Nada distinto a lo que tú has hecho, querida.-Casi podía ver su sonrisa-. Pero no, te habrías dado cuenta. Asómate al balcón, estoy justo frente a ti.
Hice lo que dijo, estaba en uno de los apartamentos del edificio de enfrente, saludó con la mano.
Caín se situó a mi espalda.
-Voy a....
-No-lo detuve.
-Eso, eso, contenlo, porque si se pone violento responderemos del mismo modo. Ya lo hemos demostrado, esta vez será el cuerpo de Luna Giraldo el que deban sepultar.
Colgué y cerré las cortinas.
Me dirigí a Caín.
-Regresa con Luna, ponlos a salvo a todos porque con lo que diré ante las cámaras esto se convertirá en zona de guerra.
-El único lugar posible es Providencia pero ellos ya lo tienen en la mira, al menos las ruinas ilusorias que se supone que ven. Los llevaré a otro sitio.
-¿Papá?-dije antes de que se marchara-. ¿Qué te dijo Luna que hizo esto posible?
Caín sonrió:
-Primero, decirte que espero volver a ver esos hermosos ojos azules tuyos, iguales a los de tu madre. Deberías quitarte esas lentillas alguna vez. Y segundo: Soy el padre más afortunado del mundo, cariño, tengo a unos grandiosos hijos y mi prepotente actitud me había cegado, no me permitía verlos.
Tras decir eso desapareció.
Había algo de paz en mi interior. Una conversación civilizada, una relación civilizada con mi padre era algo necesario en mi vida, no sé si pueda perdonarlo, no tan pronto pero esto había sido un inicio. Creo que no había dicho tantas veces papá como cuando era niña, pisar la casa de mis primeros años de vida me trajo una oleada de emociones. Me sentía feliz.
Terminé de prepararme, salí a la sala y caminé hacia el balcón. Matty se había ido, sólo quería intimidarme un poco porque él estaba enterado de mi reunión con Helena hoy, ¿cuánto tiempo llevaría allí?
Llamaron a la puerta, salí de mi ensimismamiento y fui a abrir. Helena no tendría que venir a buscarme, en todo caso llamaría diciendo que me está esperando y que voy tarde, mujer más obsesiva con la puntualidad sólo yo; abrí riendo de mi autocrítica, y mi tranquilidad se esfumó.
Viktor entró sin yo haberlo invitado, llevaba un libro en las manos y una sonrisa de suficiencia en los labios.
-Me tienes-dijo, volviéndose-, ¿cómo no lo vi antes? ¿Cómo no vi lo que eras, quién eras?
-Porque me convertí en la persona que querías que fuera cuando era pequeña, y disfracé a la niña que fui.
-El enemigo en mi propia casa, en mi familia. Eres una serpiente, Amanda.
-¡Qué gracioso! Yo siempre he pensado lo mismo de ti.
La ira de Viktor salía por su mirada, contenía la furia allí antes de atacarme físicamente, esta vez yo podía defenderme.
-Tú has estado detrás de los asesinatos de aquellos que alguna vez trabajaron con nosotros, ¡¿Matthew lo sabía y no hizo nada?!
-Matthew sospechaba, me mandaba a seguir pero nunca tuvo pruebas concretas, además no sería bien visto que acusara a su propia hija de ser una asesina serial, ¿imaginas el escándalo? Y a ustedes no les conviene el escándalo.
-¿Y qué acaba de salir a la luz? ¿Por qué ahora?
-¿"El tiempo de Dios es perfecto"?-ironicé.
-¡No te burles de mí, Amanda!-exclamó-. ¿Dónde está mi mujer? ¿Dónde está mi hija y mi nieta?
Arqueé las cejas, estaba fuera de sí.
-Alexandra murió a manos de un sicario de Matty, y Paloma ni Vit quieren verte. Ya no eres nada, Paloma siempre peleó por tu aprobación y tú siempre la despreciaste, y para completar intentaste matarla ¿crees que después de lo que le hiciste vivir querrá hablar contigo? ¡Qué cojones tienes de venir y preguntar por ella y Alex, Viktor!-Crucé los brazos, él empezó a impacientarse-. Vit no quiere saber nada de ti.-Eso le dolería más aún-. Ella sabe lo que es, quién es, yo lo sé. Y de algún modo heredó mis recuerdos, te ha visto, lo que me hiciste. Te odia, y aunque no lo hiciera no permitiría que la vieras de nuevo.
-Puedo llevarte a juicio por esto.
-Tus amenazas me las paso por el culo-sonreí-. Yo tengo derecho sobre Vit, soy su tutora legal gracias a las previsiones que tomó Nick, ¿sí recuerdas verdad? El hijo al que mandaste a morir, mientras que al segundo le quitaste la vida a través de tu benjamín. ¿No te da pena que otros hagan tu trabajo sucio, y que esos otros sean tus hijos?
-¿De qué puedes hablar tú?
-Yo he matado con mis propias manos, lo sabes.-Di un paso hacia él, Viktor retrocedió-. Y puedo hacerlo aquí y ahora.-Pensé en Luna, y en cómo reaccionaría si lo hacía-. Pero quiero disfrutar como te hundes, como te desprecia la gente para la que trabajas. Tu pacto con el diablo tenía un límite, y llegó el momento de que se cobren con todo e intereses. Debe ser porque Alex, Paloma y Bastian no murieron en ese avión, parte del sacrificio ¿no? Sacrificio que no se concretó.
-Tú me has quitado todo.
-Tú te has quitado todo al aliarte con las personas equivocadas, yo sólo fui parte inconexa, porque no tenía relación con ellos, del plan.
Viktor se pasó una mano por la cabeza.
-Vaciaste mis cuentas, me quitaste mi dinero, ¡todo has sido tú!
-¿Tu dinero? ¿Estás loco? Sólo devolví lo que le has quitado a la gente. Ese dinero no te pertenecía.
-Habló la mujer que vive en un grandioso apartamento....
-Sí, habló la mujer que vive en un grandioso apartamento que paga con dinero propio, que trabaja y que se encarga de sus fundaciones personalmente. Que usa su dinero para beneficiar a otros, y no como ustedes que usan el dinero de otros para beneficiarse a sí mismos. No somos iguales, Viktor, yo nunca seré como ustedes.
Bajé la mirada hacia el libro que llevaba en las manos, su cubierta era de color negro no me era conocido. Al subir la mirada di un paso atrás al ver los ojos blanquecinos de Viktor, alrededor de ellos apareció un sombreado negro, su rostro se transformó por completo.
La sutil y escalofriante sonrisa en sus labios era como la de Luzbel. Pero por un instante pude ver a Helena.
-Interesante libro, archivo de tu vida y de cómo terminarás-dijo, entregándomelo.
-¿Por qué me das esto?
-Porque tu padre te oculta cosas sobre tu destino-respondió, y no me gustó las intenciones que iban implícitas en lo que estaba haciendo. Vaya casualidad que viniera por aquí justo después de que papá y yo hemos conversado en paz-. ¿Nunca te has preguntado por qué las cosas te son fáciles? ¿Por qué lo consigues todo, por qué no pueden levantar el puño en tu contra? ¿Por qué tu padre se marchó de tu lado? ¿O por qué hay muerte a tu alrededor y te satisface?
-Las cosas nunca me han sido fáciles, abuelo.
-Nunca dije que el camino de una futura reina fuera fácil, dije que las cosas te son fáciles, lo recibes todo sin pedirlo. Lo grande que eres en el presente, amada por todos, podrías decirle a estas criaturas qué hacer y lo harían, se debe a lo tumultuoso de tu pasado. Todo debía darse como se dio para que fueras quien eres hoy.
-Nos encontraron por tu culpa aquel día-dije, pensando en los soldados que entraron a casa y mataron a mi madre-. Después de huir por todo el mundo exitosamente, nos encontraron. Y fuiste tú, tú moviste todo para que pasara.
Se acercó y me susurró al oído:
-Algunas palabras murmuradas han iniciado guerras.
Al alejarse vi a Viktor volver a ser él, y a Helena de nuevo, como si fuera parte del mismo cuerpo, es más, su voz al susurrarme sonó como la de ella.
Viktor se hallaba desconcertado.
-Fuera de mi casa-le dije.
-No hasta que....
Lo cogí del cuello y lo apreté.
-Fuera de mi casa-repetí, despacio.
Al soltarlo se dirigió hacia la puerta en silencio.
Miré el libro en mis manos, Luzbel juega a manipularme. Lo que sea que encuentre en este libro sólo conseguirá alejarme de mi padre, o al menos eso es lo que le da seguridad a Luzbel de venir y entregármelo. Al parecer a él no le conviene que mi padre y yo estemos en buenos términos.
Divide y vencerás.
¿Y por qué demonios vi a Helena? ¿O qué Demonio es ella?
Amanda, mitad humana y cercana y mitad perversa y fría. Me gusta esa dualidad... Le das a los apersonajes unas características peculiares que atrapan al lector.
ResponderEliminarMe encanta, Ivel.
Mil besitos, preciosa.
Quiero que cada uno sea único, o al menos intento que lo sean. Detalles en la personalidad, en la forma que hablan... En todo intento que se diferencien los unos de los otros, y si lo he logrado, ¡qué bien! :)
EliminarAmanda tiene una dualidad muy marcada, creo que más que el resto de personajes... Luz y Sombra :)
Gracias por tu huella, mi Aurora..
Mil besos!!!! Bonito Domingo.... :***
Amanda tiene toda la fuerza para ser el eje en que gira esta historia. Buen relato Señorita Escritora. Le felicito.
ResponderEliminarBesos dulce.
Todos tienen su parte importante, pero sí, Amanda es el eje....
EliminarVestida de Luna, el título no solo se refiere al hecho de Amanda intentado proteger con uñas y dientes a su hermana Luna, sino ella vestida de luna, de esa dualidad, como dije arriba: Luz y Sombra...
Al igual que la humanidad, que cada personaje en la historia, esa lucha dentro de cada uno entre la luz y la oscuridad... No sé si me expliqué bien, soy un poco muy mala explicándome xD
Gracias, amigo...
Besos, Dulce Poeta :***
Te has explicado bien, porque tú mejor que nadie conoce a los personajes y de esa manera nos los presentas, sabiendo darles vida para poder verlos.
EliminarDe nada, un placer Ivel.
Más besos dulces y dulce noche.
Las dos facetas de Amanda, la humanitaria y la implacable, se juntaron para demoler con argumentos contundentes a Viktor. Y no sólo eso, demoler su poderío ecónomico, dejandolo sin nada. Y alejando a Vit de él. Un aplauso para Amanda.
ResponderEliminarTambién por haber hecho entrar en razón a Caín.
También hay un aplauso para la autora.
Besos.
A mí me gustan ambas facetas, aunque confieso que me divierto más cuando la escribo en su faceta implacable. Esa fuerza me encanta!!!
EliminarGracias, Demiurgo, muchas gracias... Me sonrojo con estas cosas, sólo quiero entretenerlos un poco, es mi mayor regalo!!! Lo que saca sonrisas, muchas :)))
Besazos!!!
Me gustan estas conversaciones en las que se destapan unos a otros… Y sobre todo, como las maneja Amanda… Mmm…interesante el contenido de ese libro ;-)
ResponderEliminarUn placer leerte, Ivel…eres muyyy GRANDE…
Bsoss de madrugada!!! ♥
Son entretenidas, ¿verdad? Con popcorn una se las disfruta más ;)
EliminarMira pues yo pienso que Tú eres GRANDE, con corazón y alma, hermosos!!!
Besos de media mañana... :****