Madrid, España
Enrique
Maldigo mi apellido, lo he hecho desde que empecé a entender para qué vine a este mundo y las acciones de mi familia, acciones que han quitado vidas.
Contra Mundum. Enemigos del mundo, enemigos de los menos afortunados, del estiércol, los borregos. De solo recordar las palabras de mi abuelo siento náuseas; para él y el resto de mi familia los nacidos fuera de una cuna de oro son lo de menos, desechables.
A medida que crecía entendía cada vez más el mal que estaban haciendo, escuchaba de guerras, de atentados, de apoyo a políticos que pronto llevarían el país al desastre porque para eso vivían, para mantener el caos en el mundo porque así la gente se volvería más dócil. Pedirían ser gobernados, pedirían leyes cada vez más duras, se volverían sumisos y era necesario que las cosas se dieran así; tomar el control a la fuerza no serviría, cuando la humanidad se ve amenazada por un tirano cobra una fuerza inimaginable. Era necesario adormecerlos, eran necesarios sacrificios porque pactos de sombras fueron hechos. Era necesario...
Pusieron un rey, una familia real que iban unidos a nosotros por secreta línea de sangre, todo para esconder nuestra verdadera importancia en esto. Éramos conocidos como una familia influyente, pero éramos más; en cada Casa Real europea estaban ligados los unos con los otros y a su vez con nosotros. Políticos, artistas, al buscar en el árbol genealógico de cada hombre o mujer de poder-o gente de a pie que sólo era vista como animales de sacrificio-encontrarían lazos de sangre entre ellos por algún tatarabuelo, primo lejano....
¡Ja! Contra Mundum. Illuminati. Masón. RosaCruz. Todos éramos uno, una misma familia sangre de su sangre: El Reptil. La vil serpiente. Luzbel. Y teníamos una misión, hacerle más sencillo el camino a recorrer en su pronto regreso.
Pero yo renuncié a mi linaje, no me gustaba ver a la gente sufrir. Renuncié y tomé mi propio camino, bajo amenazas tuve que callar. Y a decir verdad, si hablaba ¿quién me creería? Si la humanidad está adormecida, no ve lo que pasa ante sus ojos.
Cuando conocí a Maura Giraldo me enamoré perdidamente de ella, lo que no sabía era que detrás de ese encuentro se movía mi familia. No fue casualidad el dar con Maura, al parecer había llegado una información sobre la sobrina de ésta. No lo habían confirmado, y para eso me llevaron sin yo notarlo hasta ella.
En ésta sociedad secreta la ambición y el egoísmo son el pan de cada día. Se esconden información entre ellos, no son leales entre sí, todos quieren ser el primero. Por eso mi familia nunca compartió sus sospechas sobre la hija de la humilde familia Giraldo, con Matthew Carlysle. Ellos debían tenerla primero, y conmigo tan cerca de ella lo daban por hecho.
Yo supe quién era Luna nada más verla, algo así como que la sangre llama. Yo que provengo de la sangre de Caín, hijo bastardo de éste del cual los Zarasúa no tenían conocimiento porque mi madre fue tomada por aquél en secreto, violada, ultrajada y regresada sin memoria de lo ocurrido, fue tomada en venganza por lo que estas personas le hicieron a unos compañeros de Caín.
Yo, reconocí a mi hermana menor e igual pasó cuando conocí a Amanda.
Nunca les confirmé nada a mi abuelo ni a ningún miembro de mi familia. Pero se mantenían atentos a mis pasos; tras casarme con Maura, Luna pasó a convertirse en mi sobrina, y me dediqué a cuidarla, consentirla, me encariñé tanto que se volvió la niña de mis ojos.
No le guardo rencor a Caín, él vino a mí después de la muerte de mi madre. Tenía quince años cuando me enteré de la verdad, y aunque odié lo que le hizo y no se lo perdono, no lo odio a él del todo. Lo único que le reclamaba las pocas veces que llegamos a vernos después era su abandono para con Amanda y Luna, fui testigo de lo que Amanda hacía, se había convertido en una asesina serial; supe que Caín intentó persuadirla de abandonar sus planes, yo hice mi lucha por apartarla de ese camino. Solía escucharme, pero en esto prefirió hacer oídos sordos.
Mi familia era un desastre de un lado y del otro. Si hablara de la forma en que Amy se tomó la noticia de que yo era un bastardo de Caín quien la conoce no lo creería, guardó silencio, me observó unos minutos y luego salió y no volvió a tocar el tema. Agradecía en silencio saber que yo estaba tan cerca de Luna. En más de una ocasión le sugerí decirle la verdad, que esa era la mejor forma de protegerla antes que mantenerla en la ignorancia. Amanda se negó, pero cuando al fin lo hizo respiré tranquilo.
Verla ahora acompañando a Caín en esa rueda de prensa, y escuchar a nuestro padre decir ante el mundo que es su hija me emocionó hasta las lágrimas. La familia se protege entre sí, no se abandona, no se le hace daño.
Escuché aplausos a mis espaldas, apagué el televisor y me volví. La altiva y fría mirada que Lucrecia me devolvió dio cierto asco.
-Siempre supe que eras un cobarde, pero ¿traicionar a tu familia, Enrique? ¿Ves cómo tuvimos que enterarnos de la verdad?-dijo-. Luna Giraldo siempre sí era a quien buscábamos, y tú decidiste que no. A esta hora estaría muerta y nosotros seríamos eternos.
-Eso no lo saben, además, creí que lo que verdaderamente les importaba era la confesión que les hizo Vládimir Bélikov. Sólo ustedes entienden lo que significa que sea el padre biológico de Luna, es el maldito Immortal que han cazado por siglos.
-Sí, bueno. Ya no lo necesitamos, ni a Luna. De hecho Matthew ha pedido una tregua y para muestra confesó su secreto, Amanda no es más que la hermana mayor de Luna Giraldo.
Sonreí.
-Tantos trucos bajo la manga, tanta magia negra que no les sirvió para dar con el paradero de personas tan preciadas para ustedes-me burlé-. Ni siquiera vuestro adorado Señor les ayudó.- Caín debió resguardar del ojo ajeno a ambas, después de todo sí le importaban.
-¡¿Sabías lo de Amanda y no tuviste la decencia de mencionarlo?!-exclamó.
-Hermana, todos tenemos secretos. Los míos los guardo muy bien, ahora si me disculpas debo irme, no tengo tiempo para tus reclamos. Estás en tu casa.
Lucrecia fue elegida para liderar a nuestra familia por una razón, desde pequeña fue despiadada, y Luzbel, conocido entre los Contra Mundum como Isaak, mostró simpatía por ella. Apenas renuncié a mi puesto, Lucrecia ascendió cuando después de mí debían elegir a alguien más, Lucrecia era muy joven.
-Alguna vez le pedí a papá que te matara porque sólo nos estorbabas, y como no lo hizo ordené que cortaran los frenos de su coche-sonrió.
Eso siempre lo supe, no le hice caso y me dirigí a la puerta.
-Con eso que Vládimir Bélikov dijo sembró la duda en vuestros borregomatrix, cariñete-le dije con la mano en el pomo de la puerta-. Te sugiero que concentres tus esfuerzos en eso.-Mi móvil sonó, lo saqué del bolsillo de mi pantalón y respondí-. Maura, voy en cami....
-¡Les dispararon!... ¡Enrique les dispararon!
-Mau, Mau cálmate, cielo. ¿De qué hablas?
-En la rueda de prensa....
Miré a Lucrecia, sabía lo que pasaba porque se sentó y sus labios formaron una enigmática sonrisa.
-¿Dónde te encuentras?-le pregunté a mi mujer.
-Aún estoy en la revista, miraba la intervención de Vládimir Bélikov con el resto del personal.-Su voz sonaba más tranquila-. Tenemos que ir, Enrique. Yo ya no lo soporto, quiero estar con Luna ahora, y después de lo que ha ocurrido....
-Es peligroso...
-Donde estemos será peligroso igual. Tu hermana está de este lado, no veo la diferencia.
-Ve al aeropuerto, te alcanzaré allí.
Maura colgó, y Lucrecia se puso de pie.
-¿Qué hicieron?-pregunté.
-Lo que siempre hacemos, mantener el avispero alborotado y las dudas sobre nuestro chivo expiatorio.
Enrique
Maldigo mi apellido, lo he hecho desde que empecé a entender para qué vine a este mundo y las acciones de mi familia, acciones que han quitado vidas.
Contra Mundum. Enemigos del mundo, enemigos de los menos afortunados, del estiércol, los borregos. De solo recordar las palabras de mi abuelo siento náuseas; para él y el resto de mi familia los nacidos fuera de una cuna de oro son lo de menos, desechables.
A medida que crecía entendía cada vez más el mal que estaban haciendo, escuchaba de guerras, de atentados, de apoyo a políticos que pronto llevarían el país al desastre porque para eso vivían, para mantener el caos en el mundo porque así la gente se volvería más dócil. Pedirían ser gobernados, pedirían leyes cada vez más duras, se volverían sumisos y era necesario que las cosas se dieran así; tomar el control a la fuerza no serviría, cuando la humanidad se ve amenazada por un tirano cobra una fuerza inimaginable. Era necesario adormecerlos, eran necesarios sacrificios porque pactos de sombras fueron hechos. Era necesario...
Pusieron un rey, una familia real que iban unidos a nosotros por secreta línea de sangre, todo para esconder nuestra verdadera importancia en esto. Éramos conocidos como una familia influyente, pero éramos más; en cada Casa Real europea estaban ligados los unos con los otros y a su vez con nosotros. Políticos, artistas, al buscar en el árbol genealógico de cada hombre o mujer de poder-o gente de a pie que sólo era vista como animales de sacrificio-encontrarían lazos de sangre entre ellos por algún tatarabuelo, primo lejano....
¡Ja! Contra Mundum. Illuminati. Masón. RosaCruz. Todos éramos uno, una misma familia sangre de su sangre: El Reptil. La vil serpiente. Luzbel. Y teníamos una misión, hacerle más sencillo el camino a recorrer en su pronto regreso.
Pero yo renuncié a mi linaje, no me gustaba ver a la gente sufrir. Renuncié y tomé mi propio camino, bajo amenazas tuve que callar. Y a decir verdad, si hablaba ¿quién me creería? Si la humanidad está adormecida, no ve lo que pasa ante sus ojos.
Cuando conocí a Maura Giraldo me enamoré perdidamente de ella, lo que no sabía era que detrás de ese encuentro se movía mi familia. No fue casualidad el dar con Maura, al parecer había llegado una información sobre la sobrina de ésta. No lo habían confirmado, y para eso me llevaron sin yo notarlo hasta ella.
En ésta sociedad secreta la ambición y el egoísmo son el pan de cada día. Se esconden información entre ellos, no son leales entre sí, todos quieren ser el primero. Por eso mi familia nunca compartió sus sospechas sobre la hija de la humilde familia Giraldo, con Matthew Carlysle. Ellos debían tenerla primero, y conmigo tan cerca de ella lo daban por hecho.
Yo supe quién era Luna nada más verla, algo así como que la sangre llama. Yo que provengo de la sangre de Caín, hijo bastardo de éste del cual los Zarasúa no tenían conocimiento porque mi madre fue tomada por aquél en secreto, violada, ultrajada y regresada sin memoria de lo ocurrido, fue tomada en venganza por lo que estas personas le hicieron a unos compañeros de Caín.
Yo, reconocí a mi hermana menor e igual pasó cuando conocí a Amanda.
Nunca les confirmé nada a mi abuelo ni a ningún miembro de mi familia. Pero se mantenían atentos a mis pasos; tras casarme con Maura, Luna pasó a convertirse en mi sobrina, y me dediqué a cuidarla, consentirla, me encariñé tanto que se volvió la niña de mis ojos.
No le guardo rencor a Caín, él vino a mí después de la muerte de mi madre. Tenía quince años cuando me enteré de la verdad, y aunque odié lo que le hizo y no se lo perdono, no lo odio a él del todo. Lo único que le reclamaba las pocas veces que llegamos a vernos después era su abandono para con Amanda y Luna, fui testigo de lo que Amanda hacía, se había convertido en una asesina serial; supe que Caín intentó persuadirla de abandonar sus planes, yo hice mi lucha por apartarla de ese camino. Solía escucharme, pero en esto prefirió hacer oídos sordos.
Mi familia era un desastre de un lado y del otro. Si hablara de la forma en que Amy se tomó la noticia de que yo era un bastardo de Caín quien la conoce no lo creería, guardó silencio, me observó unos minutos y luego salió y no volvió a tocar el tema. Agradecía en silencio saber que yo estaba tan cerca de Luna. En más de una ocasión le sugerí decirle la verdad, que esa era la mejor forma de protegerla antes que mantenerla en la ignorancia. Amanda se negó, pero cuando al fin lo hizo respiré tranquilo.
Verla ahora acompañando a Caín en esa rueda de prensa, y escuchar a nuestro padre decir ante el mundo que es su hija me emocionó hasta las lágrimas. La familia se protege entre sí, no se abandona, no se le hace daño.
Escuché aplausos a mis espaldas, apagué el televisor y me volví. La altiva y fría mirada que Lucrecia me devolvió dio cierto asco.
-Siempre supe que eras un cobarde, pero ¿traicionar a tu familia, Enrique? ¿Ves cómo tuvimos que enterarnos de la verdad?-dijo-. Luna Giraldo siempre sí era a quien buscábamos, y tú decidiste que no. A esta hora estaría muerta y nosotros seríamos eternos.
-Eso no lo saben, además, creí que lo que verdaderamente les importaba era la confesión que les hizo Vládimir Bélikov. Sólo ustedes entienden lo que significa que sea el padre biológico de Luna, es el maldito Immortal que han cazado por siglos.
-Sí, bueno. Ya no lo necesitamos, ni a Luna. De hecho Matthew ha pedido una tregua y para muestra confesó su secreto, Amanda no es más que la hermana mayor de Luna Giraldo.
Sonreí.
-Tantos trucos bajo la manga, tanta magia negra que no les sirvió para dar con el paradero de personas tan preciadas para ustedes-me burlé-. Ni siquiera vuestro adorado Señor les ayudó.- Caín debió resguardar del ojo ajeno a ambas, después de todo sí le importaban.
-¡¿Sabías lo de Amanda y no tuviste la decencia de mencionarlo?!-exclamó.
-Hermana, todos tenemos secretos. Los míos los guardo muy bien, ahora si me disculpas debo irme, no tengo tiempo para tus reclamos. Estás en tu casa.
Lucrecia fue elegida para liderar a nuestra familia por una razón, desde pequeña fue despiadada, y Luzbel, conocido entre los Contra Mundum como Isaak, mostró simpatía por ella. Apenas renuncié a mi puesto, Lucrecia ascendió cuando después de mí debían elegir a alguien más, Lucrecia era muy joven.
-Alguna vez le pedí a papá que te matara porque sólo nos estorbabas, y como no lo hizo ordené que cortaran los frenos de su coche-sonrió.
Eso siempre lo supe, no le hice caso y me dirigí a la puerta.
-Con eso que Vládimir Bélikov dijo sembró la duda en vuestros borregomatrix, cariñete-le dije con la mano en el pomo de la puerta-. Te sugiero que concentres tus esfuerzos en eso.-Mi móvil sonó, lo saqué del bolsillo de mi pantalón y respondí-. Maura, voy en cami....
-¡Les dispararon!... ¡Enrique les dispararon!
-Mau, Mau cálmate, cielo. ¿De qué hablas?
-En la rueda de prensa....
Miré a Lucrecia, sabía lo que pasaba porque se sentó y sus labios formaron una enigmática sonrisa.
-¿Dónde te encuentras?-le pregunté a mi mujer.
-Aún estoy en la revista, miraba la intervención de Vládimir Bélikov con el resto del personal.-Su voz sonaba más tranquila-. Tenemos que ir, Enrique. Yo ya no lo soporto, quiero estar con Luna ahora, y después de lo que ha ocurrido....
-Es peligroso...
-Donde estemos será peligroso igual. Tu hermana está de este lado, no veo la diferencia.
-Ve al aeropuerto, te alcanzaré allí.
Maura colgó, y Lucrecia se puso de pie.
-¿Qué hicieron?-pregunté.
-Lo que siempre hacemos, mantener el avispero alborotado y las dudas sobre nuestro chivo expiatorio.
No sé por qué me sorprendía su actitud, si desde niña demostró ser un ser sin escrúpulos. Y aquí estoy, asombrado por la fría mentalidad de mi hermana cuando de muertes y mentiras se trata.
-Es una suerte que se vayan, hacen bien. Porque me cansé un poco de usar pueblos pobres y sin importancia para lanzar virus letales; ¿cuánto crees que dure esta gente? Ya las farmacéuticas tienen la cura, ya sabes que somos dueños de cura y enfermedad.
-¿A qué viniste, Lucrecia? Nunca me visitas, ¿cuál es la verdadera razón de tu visita?
-Quiero que hagamos un trato.
-¡Y una mierda!
-Por la vida de tu mujer, tendrás que aceptar. No tienes de otra.-Me lanzó su móvil tras revisar el mensaje que acababa de recibir; en la pantalla aparecía una fotografía de Maura saliendo de Vesta-. ¿Tengo tu atención, querido hermano?
-Es una suerte que se vayan, hacen bien. Porque me cansé un poco de usar pueblos pobres y sin importancia para lanzar virus letales; ¿cuánto crees que dure esta gente? Ya las farmacéuticas tienen la cura, ya sabes que somos dueños de cura y enfermedad.
-¿A qué viniste, Lucrecia? Nunca me visitas, ¿cuál es la verdadera razón de tu visita?
-Quiero que hagamos un trato.
-¡Y una mierda!
-Por la vida de tu mujer, tendrás que aceptar. No tienes de otra.-Me lanzó su móvil tras revisar el mensaje que acababa de recibir; en la pantalla aparecía una fotografía de Maura saliendo de Vesta-. ¿Tengo tu atención, querido hermano?
Wala... Me has sorprendido, Ivel.
ResponderEliminarOtro giro que ata toda curiosidad y mantiene la intensidad en sumo grado.
Felicidades.
Mil besitos, preciosa.
Gracias, Auro!!!
EliminarMil besitos, preciosa :****
Wow! Más tensión!!!! Esta Lucrecia es muy, muyyy eh¿?... Ufsss… :-P
ResponderEliminarMe encanta!!
Mil Bsoss, Ivel ♥
Puedes decirlo, Gine, lo que te provoque Lucrecia, dilo ;)
EliminarUn placer que te encanta, bonica..
Besazos!!!
Borregomtrix, que termino ese, suena moderno :) Y no digo y ahora quién podrá defendernos? sino y ahora qué sucederá? ;) habrá que esperar el siguiente capitulo.
ResponderEliminarBesos dulces Ivel.
Es un termino que usan los teóricos de la conspiración, se refiere a las personas que siguen al sistema y vuelven la cara cuando de una injusticia se trata. Los que inmediatamente olvidan un hecho fatídico por prestar atención a otras cosas, lo que el sistema se saca de la manga para distraer... En fin, es interesante el término y muchas cosas relacionadas con teorías de conspiración :)
EliminarAl siguiente capítulo, Dulce!!! Tan tararán!! xD
Besos, amigo!!!
Si Caín es de temer, esta familia no se queda atrás.
ResponderEliminarEnrique ha sido valiente al rebelarse para proteger a las hijas de Caín, sus medias hermanas. Sobre todo habiendo afrontado riesgos, siendo tratado de traidor. Aunque tal vez tenga que ceder.
Lucrecia es decididamente odiosa. Para desearle un encuentro con el arbol de Evil dead o con los caminantes blancos de Game of Thrones.
Bien contada la historia.
Jajajaja Sí, sí, eso mismo le desearía a Lucrecia y hasta más!!! xD
EliminarGracias, Demiurgo!!
Besito :*