Hamburgo, 1995....
Un guardia custodiaba la puerta de mi dormitorio, toqué dos veces desde dentro y dije que necesitaba ir a los servicios. Él abrió, y al hacerlo le salté encima y cayó al suelo; quedó aturdido y aproveché para quitarle la pistola que llevaba al cinto. Le disparè en las dos piernas, le quité las llaves y salì, dejándolo encerrado en la habitación.
Sabía que habían oído los disparos asì que me apresuré a abrir los demás dormitorios; los chicos salìan sin entender qué pasaba. Entre el alboroto me encaminé hacia la habitación oscura frente al despacho del director donde se hallaba el féretro, antes de abrirlo fui al despacho, Viktor no había cerrado la puerta con llave. Busqué en la archivera, y encontré nuestros registros; puse el despacho de cabeza, en uno de los cajones se hallaba un encendedor-recordé que Viktor fumaba-y lo usé para quemar todo lo que allí había. Derribé el escaparate donde él guardaba sus botellas de licor, y el fuego comenzó a crecer.
Corrí a la otra habitación, abrí la puerta y la escuché gritar a Amara.
El candado... la llave del candado... Pensaba, desesperada. Escuché unas voces, mirè atrás y vi a Lena y a Declan.
-Vi que corrías en esta dirección, ¿qué demonios haces?-preguntó Declan, entrando.
-Quiero salir de aquí, ¿ustedes no?
Por el apuro se me olvidó el arma, la vi en mi mano y disparè contra el candado....
-¡Ame!-exclamó Amara al verme.
-Nos vamos esta noche, esto no volverá a pasar, jamás volverás a tomar un arma en tus manos, Amara. Tù no vas a matar a nadie.... Yo me encargo de todo ¿sí? Me los cargaré a todos.
Declan me ayudó a sacarla mientras Lena se ocupaba de avivar más las llamas, había conseguido una manera de llevarlas hasta el pasillo. No sè muy bien cómo, cuando me di cuenta todo el instituto ardía. Corrimos hasta el vestíbulo, Amara se aferró a mi brazo cuando vimos lo que ocurría. Todos buscaban la manera de escapar, y en el intento se peleaban unos con otros, era una confusión entre guardias y niños....y sonreí, no sè por qué, pero sonreí.
Levanté el arma que tenìa en la mano....
Un disparo...y cayó un guardia... otro...y cayó un niño... dos más.......tres...
-¿Por qué has hecho eso?-inquirió Amara, soltándome.
-¿No te has dado cuenta? En lugar de ayudarse se están matando, gente asì no merece salir de aquí. Por ellos sólo habrá más injusticia y podredumbre en este mundo ya de por sí caótico, nos hago un favor, están en el lugar que les corresponde.
Con Lena, Declan y luego Rachel quien se nos unió al poco tiempo salimos por la única entrada que había. El resto estaban tan pendientes de pelearse y matarse unos a otros que no notaron nuestra huida.
Ya fuera vimos cómo aquel edificio se caìa a pedazos. Cuando la gente empezó a llegar para ayudar, era muy tarde, y nosotros nos marchamos de allí antes de que nos cogieran y nos llevaran a otro lugar.
-¿Cómo se ha expandido el fuego, Lena?-pregunté, caminábamos todos juntos por la acera.
-No voy a decirte, es un secreto.-respondió.
-Vale, me da igual.-dije, encogiéndome de hombros.
Rubia extraña.
-No vi a Viktor, no creo que él esté muerto.-comentó Declan, frotándose los brazos por el frío.
-Si no lo está ya lo solucionaremos.-agregué.-Pero no me parece buena idea que sigamos juntos, serìa sospechoso que cinco chiquillos anduvieran por ahí solos, ¿no creen?
-¿Qué hacemos?
-Tienes razòn. Aquí nos separamos.-dijo Declan, dejando de caminar.-Tomaremos caminos diferentes, quiénes financiaban el instituto tienen registros nuestros en otras partes del mundo, y si permanecemos juntos seremos presa fácil. Sè que ustedes dos son de más interés que nosotros tres, por qué no dejas que tu hermanita venga conmigo, o vaya con Lena o Rachel....
-Ni hablar, no puedo, ni siquiera concibo la idea de separarme de ella.-Cogí a Amara de la mano.-Seguiremos juntas, y si vienen a por nosotras me ocuparé de ellos.
-Somos niños....
-Somos sobrevivientes, los adultos son gente rara, y tal vez más fuerte y poderosa. Pero hay cosas más fuertes y poderosas, cosas que las personas parecen perder al crecer, y una de esas cosas es el amor.
-Pero en el instituto decían que era una debilidad....
-Olvida lo que te enseñaron en ese lugar.-le reprendí a Rachel.-Sè que el mundo fuera de allí no es tan distinto, quizá más duro, y sè que a ustedes sus padres los abandonaron. Por eso les diré algo: A partir de este momento somos familia, somos hermanos y los hermanos se cuidan. Nos separaremos pero no nos olvidaremos de los demás, la familia no se olvida, la familia nos da fuerza para enfrentar lo que venga, y aunque el camino de aquí en adelante sea de espinas no se pierdan a ustedes mismos. Yo los quiero, no olviden eso cuando sean adultos, no olviden que alguien piensa en ustedes. No seamos como quienes nos tenìan encerrados en ese lugar.
Nos miramos los unos a los otros, y asentimos. Una promesa...
-Si vienen a por nosotros nos defenderemos, si van a por los nuestros nos defenderemos. Nos ayudamos, no nos matamos los unos a los otros, nos ayudamos... Somos uno mismo. Sin importar que no llevemos la misma sange, somos uno mismo.
Todos repitieron lo que dije porque asì debía ser desde un principio. La humanidad no lo veìa, cómo es que la gente grande no veìa eso, còmo es que prefería pasar por encima de otros cuando eran iguales.
Ver cómo se peleaban para salir en lugar de ayudarse... ¿Que no es en los momentos de crisis donde se ve lo humano?
Pero la humanidad era un cáncer, y sí ya empiezo a pensar como mi padre biológico. Había que ayudarla a encontrar lo humano, y no lo grotesco, no lo monstruoso....
-Ame, bota eso.-dijo Amara cuando emprendimos nuestro camino sin los demás. Se refería al arma, me deshice de ella para complacerla, no quería sentir miedo en su voz, o que me mirara con temor.-Ame, tengo hambre.
-Te daré de comer pronto, cariño.-sonreí para reconfortarla.
-¿Y tù no vas a comer?-preguntó, soltando mi mano.
Creí que no captaría el mensaje.
Me detuve y me hinqué en una rodilla, le até las agujetas de los zapatos. Y luego limpié la sangre que brotaba de su labio, tenìa una herida causada por la bofetada de Viktor. Sólo porque se negó a dispararme.
-Primero debo asegurarme de que comas tù, como hacían mamá y papá cuando nos fue mal durante unos meses ¿recuerdas? Primero se aseguraban de que comiéramos nosotras y luego comían ellos.
-Pero Ame....
-Sin peros, hermanita.
Volví a tomarla de la mano, pero al hacer amago para caminar ella no avanzó.
-¿Qué pasa?
Amara bajó la mirada.
-No vuelvas a disparar, por favor. Es como si a cada disparo te perdiera, es como si te...si te volvieras como ellos...
Me quebré al oír su vocecita decir eso.
-Nunca seré como ellos, Amara.-le aseguré.-Pero habrá momentos en que tenga que hacerlo para cuidarte, para defenderte. Y no me perderé a mí misma, ¿sabes por qué?-Ella negó con la cabeza.-Porque te tengo, mi kamar. Y me alumbras el camino....
-A que no pasa nada.-sonrió.
-No, bonita. No pasa nada, todo irá bien.
Para defenderla he tenido que desviarme un poco, usar garras y dientes para cuidar de ella no estaba mal.... No...
Lo mal estaba en la cantidad de cadáveres que dejé a mis espaldas para que no la alcanzaran a ella..... Para que fuese ella quien me salvara cuando me hiciera falta...
Quería cuidarla de no convertirse en lo que yo me convertí....
Tu abrazo me dejó en jaque, Luna...... Me quebré...
Declan me ayudó a sacarla mientras Lena se ocupaba de avivar más las llamas, había conseguido una manera de llevarlas hasta el pasillo. No sè muy bien cómo, cuando me di cuenta todo el instituto ardía. Corrimos hasta el vestíbulo, Amara se aferró a mi brazo cuando vimos lo que ocurría. Todos buscaban la manera de escapar, y en el intento se peleaban unos con otros, era una confusión entre guardias y niños....y sonreí, no sè por qué, pero sonreí.
Levanté el arma que tenìa en la mano....
Un disparo...y cayó un guardia... otro...y cayó un niño... dos más.......tres...
-¿Por qué has hecho eso?-inquirió Amara, soltándome.
-¿No te has dado cuenta? En lugar de ayudarse se están matando, gente asì no merece salir de aquí. Por ellos sólo habrá más injusticia y podredumbre en este mundo ya de por sí caótico, nos hago un favor, están en el lugar que les corresponde.
Con Lena, Declan y luego Rachel quien se nos unió al poco tiempo salimos por la única entrada que había. El resto estaban tan pendientes de pelearse y matarse unos a otros que no notaron nuestra huida.
Ya fuera vimos cómo aquel edificio se caìa a pedazos. Cuando la gente empezó a llegar para ayudar, era muy tarde, y nosotros nos marchamos de allí antes de que nos cogieran y nos llevaran a otro lugar.
-¿Cómo se ha expandido el fuego, Lena?-pregunté, caminábamos todos juntos por la acera.
-No voy a decirte, es un secreto.-respondió.
-Vale, me da igual.-dije, encogiéndome de hombros.
Rubia extraña.
-No vi a Viktor, no creo que él esté muerto.-comentó Declan, frotándose los brazos por el frío.
-Si no lo está ya lo solucionaremos.-agregué.-Pero no me parece buena idea que sigamos juntos, serìa sospechoso que cinco chiquillos anduvieran por ahí solos, ¿no creen?
-¿Qué hacemos?
-Tienes razòn. Aquí nos separamos.-dijo Declan, dejando de caminar.-Tomaremos caminos diferentes, quiénes financiaban el instituto tienen registros nuestros en otras partes del mundo, y si permanecemos juntos seremos presa fácil. Sè que ustedes dos son de más interés que nosotros tres, por qué no dejas que tu hermanita venga conmigo, o vaya con Lena o Rachel....
-Ni hablar, no puedo, ni siquiera concibo la idea de separarme de ella.-Cogí a Amara de la mano.-Seguiremos juntas, y si vienen a por nosotras me ocuparé de ellos.
-Somos niños....
-Somos sobrevivientes, los adultos son gente rara, y tal vez más fuerte y poderosa. Pero hay cosas más fuertes y poderosas, cosas que las personas parecen perder al crecer, y una de esas cosas es el amor.
-Pero en el instituto decían que era una debilidad....
-Olvida lo que te enseñaron en ese lugar.-le reprendí a Rachel.-Sè que el mundo fuera de allí no es tan distinto, quizá más duro, y sè que a ustedes sus padres los abandonaron. Por eso les diré algo: A partir de este momento somos familia, somos hermanos y los hermanos se cuidan. Nos separaremos pero no nos olvidaremos de los demás, la familia no se olvida, la familia nos da fuerza para enfrentar lo que venga, y aunque el camino de aquí en adelante sea de espinas no se pierdan a ustedes mismos. Yo los quiero, no olviden eso cuando sean adultos, no olviden que alguien piensa en ustedes. No seamos como quienes nos tenìan encerrados en ese lugar.
Nos miramos los unos a los otros, y asentimos. Una promesa...
-Si vienen a por nosotros nos defenderemos, si van a por los nuestros nos defenderemos. Nos ayudamos, no nos matamos los unos a los otros, nos ayudamos... Somos uno mismo. Sin importar que no llevemos la misma sange, somos uno mismo.
Todos repitieron lo que dije porque asì debía ser desde un principio. La humanidad no lo veìa, cómo es que la gente grande no veìa eso, còmo es que prefería pasar por encima de otros cuando eran iguales.
Ver cómo se peleaban para salir en lugar de ayudarse... ¿Que no es en los momentos de crisis donde se ve lo humano?
Pero la humanidad era un cáncer, y sí ya empiezo a pensar como mi padre biológico. Había que ayudarla a encontrar lo humano, y no lo grotesco, no lo monstruoso....
-Ame, bota eso.-dijo Amara cuando emprendimos nuestro camino sin los demás. Se refería al arma, me deshice de ella para complacerla, no quería sentir miedo en su voz, o que me mirara con temor.-Ame, tengo hambre.
-Te daré de comer pronto, cariño.-sonreí para reconfortarla.
-¿Y tù no vas a comer?-preguntó, soltando mi mano.
Creí que no captaría el mensaje.
Me detuve y me hinqué en una rodilla, le até las agujetas de los zapatos. Y luego limpié la sangre que brotaba de su labio, tenìa una herida causada por la bofetada de Viktor. Sólo porque se negó a dispararme.
-Primero debo asegurarme de que comas tù, como hacían mamá y papá cuando nos fue mal durante unos meses ¿recuerdas? Primero se aseguraban de que comiéramos nosotras y luego comían ellos.
-Pero Ame....
-Sin peros, hermanita.
Volví a tomarla de la mano, pero al hacer amago para caminar ella no avanzó.
-¿Qué pasa?
Amara bajó la mirada.
-No vuelvas a disparar, por favor. Es como si a cada disparo te perdiera, es como si te...si te volvieras como ellos...
Me quebré al oír su vocecita decir eso.
-Nunca seré como ellos, Amara.-le aseguré.-Pero habrá momentos en que tenga que hacerlo para cuidarte, para defenderte. Y no me perderé a mí misma, ¿sabes por qué?-Ella negó con la cabeza.-Porque te tengo, mi kamar. Y me alumbras el camino....
-A que no pasa nada.-sonrió.
-No, bonita. No pasa nada, todo irá bien.
Para defenderla he tenido que desviarme un poco, usar garras y dientes para cuidar de ella no estaba mal.... No...
Lo mal estaba en la cantidad de cadáveres que dejé a mis espaldas para que no la alcanzaran a ella..... Para que fuese ella quien me salvara cuando me hiciera falta...
Quería cuidarla de no convertirse en lo que yo me convertí....
Tu abrazo me dejó en jaque, Luna...... Me quebré...
"Somos niños". Inmersos en un infierno creado por los adultos y por momentos actuando como ellos, es lo que más impresiona de tus personajes en su etapa de niñez.
ResponderEliminarSigue siendo interesante tu historia.
Besos dulces y feliz finde Ivel.