Spin-off

Spin-off

sábado, 21 de febrero de 2015

(Tú) En Mi Piel...




Lo llevaba grabado en mí, 
como si de un tatuaje se tratara...
Mi piel reconocía sus manos, su tacto...
Su boca...
Su lengua...



   Vit habló como una mujercita, pero ésas palabras en su boca no me gustaron. Es muy niña para pensar de ese modo, aunque sea una realidad que el mundo no es un lugar bonito siempre habrá gente que nos hará más fácil el paso por aquí.... Yo lo descubrí hace tan poquito tiempo.

   La puerta del consultorio se abrió, Rocío me invitó a pasar.
   ¿Cuando llegará el día en que entenderé por qué bendita razón me dejo convencer por Maura de hacer ciertas cosas? Aunque la respuesta puede ser bastante obvia: por Maura haría lo que fuera, adoro a mi tía, y no creo que haya nada en este mundo que no haría por ella.

-Es sábado, ¿Maura le puso una pistola en la cabeza para convencerla de verme hoy?-pregunté, sentándome en el sofá. Ella rió.


-No, cuando quiere puede llegar a ser muy persuasiva.-respondió. La mujer se sentó, esta vez no había tazas de café.-Por favor, trátame de "tú"....


-Me siento más cómoda tratándola de "usted".


-¿Por qué?-Ya empezamos.


-¿Importa?-Rocío negó con la cabeza, pero algo me decía que estuvo a punto de decir que sí.


-Ésa herida que tienes, ¿cómo te la hiciste?


-Tuve un accidente el jueves, me caí por unas escaleras en un restaurante.-Miré por la ventana.-Mi madre llamó hoy.-¿Por qué demonios estoy hablando?-Maura le habló de lo que me pasó y no creí escuchar tanta preocupación en su voz.


-Una madre siempre se preocupa por sus hijos, Luna. ¿No te parece normal que se preocupara por ti? Pudiste....


-Usted no la conoce, ella se negó a verme cuando estuve en el hospital después de lo ocurrido con mi padre y mi hermanita.-Luna, estás muy comunicativa.-Maura estuvo al pendiente de mí, mi madre solo se desentendió porque no quería ver el rostro de la asesina de su marido y su hija.


  Seguí mirando por la ventana, las imágenes de aquella noche seguían tan vivas en mi mente. Claro, solo había pasado un año.


-Crees que tu madre te culpa.-No lo preguntó, era una maldita afirmación. Ella prosiguió al ver que yo no decía nada.-Luna, si te culpara ¿crees que habría llamado nada más enterarse de lo que te pasó?


   No respondí, pero ella lo había dicho, es lo que las madres hacen ¿no? Se preocupan por sus hijos. 


-Me envió aquí porque le pesa verme, yo los maté.-dije, no dejaba de mirar el cristal de la ventana.


-Te envió aquí porque es bueno cambiar de aires, pasaste por algo muy fuerte, y ella como tu madre sólo quiere que estés bien.


-Debería decírmelo ella misma, pero no lo hace porque maté a su única hija y a su marido.-No sé de qué modo la vi, pero se sorprendió. Sé que mi voz sonó muy fría.-Soy adoptada, ella aún no sabe que me enteré. Ingrid no había nacido cuando llegué a sus vidas.


-¿Qué sentiste al enterarte?


-Odio.-respondí, esta vez mirándola fijamente.-Odié a mis padres por mentirme, pero lo superé porque nunca encontré tanto cariño....


   Pensé en lo ocurrido en el restaurante, y luego en las pesadillas que tenía de niña.


-¿Luna? ¿Luna, pasa algo?


   Levanté la vista, encontré a Rocío observándome las manos; me di cuenta que, automáticamente me había cubierto la muñeca izquierda con la mano derecha.


-¿Qué escondes?


   No quería decirle lo de la cicatriz, pero ya qué...


-Es una cicatriz que tengo desde antes de que me adoptaran.-dije, no vaya a ser que crea que mi padre me hizo daño.-No tengo recuerdos de mi infancia ¿sabe? Sólo de la vida junto a los Giraldo, y ninguno llegó a ponerme una mano encima así que cuando supe que era adoptada deduje que esto fue hecho antes de unirme a su familia. 


-¿Ningún recuerdo, Luna? ¿Ni uno solo? ¿Cómo es eso posible?


-No creo que todos recordemos nuestra infancia.-comenté, restando importancia al tema.


-Pero hay cosas que no se olvidan, y me da la impresión que tú quieres olvidar.


   Sonreí como si tal cosa...


-¿Y usted cree que a una persona le gustaría tener recuerdos de malos tratos? ¿De humillaciones y más si fueron causadas siendo un infante?-Rocío cerró su libreta y la dejó en la mesita que estaba en medio de nosotras.-Sé que he sufrido de pesadillas, pesadillas que cesaron cuando entré en la adolescencia, y que volvieron cuando vi a mi padre y a mi hermana en aquél coche volcado... Pesadillas que poco después de eso volvieron a parar, pesadillas que regresaron después de... Un asesinato... Una mujer y sus dos hijas...


-Eso ocurrió hace unos días.-Rocío me miró; intentando indagar más aún, dijo.-¿Qué ves en ésas pesadillas, Luna? 


-¿Sabe que es una quimera?


-Una bestia mitológica.


-Es una ilusión,-proseguí, ignorando su respuesta.-una fantasía, una farsa...-Vit me había preguntado que si sabía lo que significaba Obluda... Monstruo.-En mis pesadillas veo a una quimera, sus ojos, sus cabezas... Veo sangre, oigo disparos. En mis pesadillas veo a una bestia, es lo que la mente de un niño asocia con la gente mala, con la gente que le hace daño ¿no? 


-Luna, te traeré un poco de agua. Cálmate.


   Estaba temblando, pensar en eso me daba miedo.... Tenía miedo, no quería continuar con la sesión, no quería seguir hablando.... Me negaba a seguir hablando...






  La noche en el bar fue muy movida, dudé en venir después de casi entrar en shock en la tarde enfrente de ésa mujer.

  Intenté quitarme de la cabeza todo eso y distraerme en el trabajo, pero mi distracción fue otra cuando le vi llegar enfundado en unos jeans. Entre tanta gente él sin duda no pasaba inadvertido; se sentó ante la barra y sólo me observó, le serví la bebida a un hombre que me había hecho conversación y que yo, muy amablemente le "escuchaba". No tenía ni remota idea de lo que me decía, Bastian lo sabía, y rió mirando hacia otro lado.

-Malo.-dije, después de que el caballero se marchó a bailar con una chica que le hizo la invitación.


-¿Malo? Tú eres la que llevas esos audífonos, y el pobre diablo hablándote.


   Me saqué los audífonos negros, y salí de detrás de la barra.


-¿Cómo supiste dónde encontrarme?


-Creí que vendrías aquí esta noche.


-Y yo, que nos veríamos en tu apartamento.


-Entonces nos vamos juntos, ¿a qué hora terminas aquí?


-En media hora.


-Esperaré.


   Esto era maravilloso, tener al hombre que me pone nerviosa viéndome mientras trabajo no es para nada malo, no ¿cómo va a serlo? Si ni siquiera voy caerme y darme un buen golpe, pero debo mostrarme segura. Debo calmarme, y calmar mis ganas por él... 

   Sus ojos azules me seguían, podía sentirlos clavados en mi espalda.
  Sólo pensar en pasar la noche con él me ponía, y revivía en mi mente una y otra vez nuestra primera noche juntos... Los dos.. Piel a piel...

-Vendré más seguido.-dijo de camino a su coche.


-Para matarme de un infarto.


   Me acorraló contra el auto, sonrió cuando hice amago de besarle y lo evadí cuando me buscó. Nuestros labios llegaron a rozarse muy poco...


-Eres tú quien desea matarme de un infarto a mí.-susurró, atrapando mi labio inferior entre los suyos.




  Abrió la puerta del coche, subí. Él me abrochó el cinturón, rodé los ojos, él soltó una carcajada y rodeó el auto.

   Le pedí que parara en mi apartamento primero, tenía que buscar el vestido que usaría a la mañana siguiente en el bautizo del bebé de Andrea. No lo toqué en todo el camino porque cuando me acorraló sentí su sexo, duro; y por lo que veía, aún seguía así. Encendí la radio, no le subí mucho volumen.
   Fue llegar y bajar por mis cosas. Cuando regresé, él tenía los ojos cerrados y la cabeza echada  hacia atrás en el respaldo del asiento; puse mi vestido y el bolso en el asiento trasero y al volver al mío le besé la mejilla y bajé por su mandíbula, hasta su cuello mientras con mi mano frotaba su polla por encima del pantalón.

-Juegas sucio, Luna....-Su voz sonó ronca por la excitación, reí y me senté muy quieta.-Andando.


   Puso el auto en marcha, y mantuvo la vista al frente todo el trayecto a su edificio. Lo encontré muy gracioso, entrelazó su mano con la mía haciéndome ver que, a pesar de estar concentrado en la carretera, no perdía detalle de mí.

   Su tacto me tenía inquieta...

    Aparcó en el estacionamiento de su edificio, no alcancé a coger mi ropa porque sentí sus brazos alrededor de mi cintura y sus labios en mi cuello. Me giré y busqué su boca, no tenía mucha paciencia, que si me tomaba allí en el estacionamiento no me habría importado.

  Sus manos levantaron mi blusa por la parte de atrás así que las sentí en mi espalda...

-Hay cámaras...-musité, sonriendo al notarlas por primera vez.


   Bastian se apartó de mí, cogió mi mano y nos dirigimos al elevador.

   Me tenía muy cerquita pero se limitó a acariciar mi mejilla con ternura...

-Muero por y en tu boca...-murmuró, delineando mis labios con su dedo.-Por tu lengua... 


  Las puertas se abrieron antes de que llegara a besarme; salí la primera, me detuve en medio del salón que era casi diez veces el mío-tal vez más-, y giré, encontrándome con su sonrisa iluminando su rostro. La primera vez aquí fueron sus lágrimas las que me recibieron, fue su dolor el que experimenté...

   Me acerqué, quité su chaqueta de cuero dejando que cayera al piso, la ropa estorbaba; él dejó que le desabrochara su camisa, en silencio. Estaba a la expectativa.
   Besé su pecho desnudo y bajé por su abdomen, desabrochando su cinturón y pantalones... ¿Que muere por mi boca? Vale...
   Liberé su sexo... 
  ¿Muere por mi lengua?... Lamí la punta, y grabé en mi mente su expresión, aguantaba...
   ¿Muere por mi boca?... Chupé, despacio, disfrutando de la sensación que provocaba en mí misma aquel acto... 
   Era la primera vez que hacía algo así, pero no me detuve a pensar porque lo oí gemir... 
   Me pidió ponerme de pie, y fue su turno de desvestirme. Mirándome, me quitó la blusa, y sin previo aviso me cargó sobre su hombro... Reí, y él también lo hizo, subió las escaleras que llevaban a su dormitorio, se detuvo y abrió una puerta. No me fijé en los detalles del lugar porque mi querido niño me acostó en la cama y me perdí en sus ojos, había encendido una lámpara que estaba en una mesita al lado de su cama, y paseó su mano por mi abdomen, erizando mi piel al momento... 
   Su tacto, sí, su tacto me ponía tan inquieta... Todo él...
   Me quitó los tacones y bajó mi pantalón... Depositó un beso en mi vientre, y fue subiendo poco a poco hasta mi boca... Su lengua enredada a la mía y sus dedos entrando y saliendo de mí...

-Te quiero a ti...-gemí entre sus labios.


-¿Cuando? Dime...


-Ahora... Fóllame ahora...




  Me penetró tras oír mi pedido... 

  Duro...piel con piel... 

   Entraba y salía con lentitud...
   Aumentaba la velocidad por momentos... 
   Y paró... En un punto medio entre el torbellino de placer y la tortura de la espera... Besó mis labios, fue tan casto, y empezó a moverse despacio otra vez...
 Sigue, por favor, un poco más...
   Salió de mí... 
  Nuestras manos entrelazadas por encima de mi cabeza, una sonrisa malévola en sus labios... Sentí la punta de su polla a la entrada de mi coño, tentando... Pidiendo permiso para entrar de nuevo...
   ..... y fui yo quien empujó...


-Te quiero...-susurré, él seguía encima de mí, mirándome a los ojos.-Y me da miedo esta forma de querer...


-A mí también...-respondió.-Pero luego te veo, te siento... 


-Y ya no está...

-No, porque aprendí en estos poquitos días que eras para mí, que debía encontrarte....

-Que el universo actúa de formas misteriosas.-sonreí. Besé sus labios, mordí el inferior.

   Rodamos por la cama, quedé encima de él... 
  Me quitó un mechón de cabello de la cara, mi pelo rebelde... Sus dedos rozaron, apenas, mi faz... Un tacto que ya (re)conocía...

-Te llevo en mi piel, desde antes...-susurré, y volví a besarle...









7 comentarios:

  1. Uffffff......la pasión de Luna y Bastian traspasan las letras y la pantalla... me encanta.... y adoro leerte Ivel.

    Besitos niña... muchos, muchos, muchos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y yo adoro que me leas, hermosa Alma...

      Besos, bonita... Miles, miles, miles...

      Eliminar
  2. Un torbellino de pasión y deseo el que describe tu relato, espiral de la que no se puede salir solo desear que no termine nunca.

    Me ha encantado tu blog, te sigo.

    Besos.

    Lunna.

    ResponderEliminar
  3. Un torbellino de pasión y deseo el que describe tu relato, espiral de la que no se puede salir solo desear que no termine nunca.

    Me ha encantado tu blog, te sigo.

    Besos.

    Lunna.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Agradezco tu visita, Lunna... Bienvenida, ya me he pasado por tu casa y ha sido un gusto poder leerte...

      Un fuerte beso....

      Eliminar
  4. Pura química entre ellos. No hay nada como sentir y hacer sentir.

    Mil besitos, Ivel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una pareja sobre la que he disfrutado mucho escribir...

      Besos, querida Auroratris...

      Eliminar