Spin-off

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lunes, 12 de septiembre de 2016

Huellas VIII


     Estaba muy concentrada sintiendo en la piel, lo que un beso consigue transmitir. Sintiéndolo en la piel y en el alma, si es que la tenía, era la primera vez que encontraba la cura al vacío que llevaba años experimentando. Un beso era una conversación, nuestra conversación, tan íntima como esa que iniciábamos cuando nos mirábamos; ya no me hallaba en esa habitación, y tanto así que Circe tuvo que aclararse la garganta para llamar nuestra atención.
    Nos separamos, sonriendo, ella un poco apenada. Se sonrojó.

-Agradezcan que fui yo quien las encontró y no el prepotente de Declan-dijo Circe. Faye cruzó los brazos, le guiñé un ojo-. Las intenciones de Declan son buenas, quiere resguardarlas a ambas. A ti por el afecto que te tiene-sonrió, mirándome con cariño maternal-. Y a ti por ser la prioridad de esta chica a la que has revolucionado por completo.

    Me gustaron esas últimas palabras de Circe porque eran acertadas, Faye me había revolucionado. Y me gustaba, me gustaba sentirme así, me gustaba sentir así, Faye me tenía en sus manos.
-¿Qué es tan importante para que hayas decidido entrar sin llamar a la puerta antes, madre?-pregunté, cortándole el rollito de "madre aliada de un amor clandestino".

-¡Yo llamé a la puerta!-exclamó Circe, haciéndose la ofendida-. Tú estabas ocupada intentando hacerle no sé qué a Faye.

-¡Circe!-gritamos la rubia y yo.

     Circe soltó una carcajada no entendí qué era lo gracioso; mi madre me dio un beso en la mejilla y le dijo a Faye que me tomaría prestada por unas horas, y me devolvería para el almuerzo o poco más.  
     En el camino que emprendimos por el pasillo agradecí que estuviera en silencio, tuve tiempo de pensar en lo que acababa de pasar; no necesitaba entender porque no había nada qué entender, sólo pensar. En su boca, su lengua rozando la mía, despacio. Sus ojos, desde el instante en que caí en su mirada fui prisionera. 
   Yo no me arrodillo ante nadie, y sin dudarlo lo haría ante ella. Acababa de aprender lo que significaba ser vulnerable, acababa de descubrir mi debilidad. De esto quería protegerme Declan, mi padre no querría a una hija vulnerable, si entre mi hermano y yo me prefería por encima de él, era porque no tenía debilidades y Vadhir sí. Yo no conocía más que la fuerza y la arrogancia.

-Me inquieta que estés pensativa, Euzma-comentó Circe, mientras doblábamos una esquina rumbo al estudio de mi padre-. ¿Es por el ataque en tu contra o por lo íntimas que se han vuelto tú y Faye?

-No respeté a Declan, no respeté a mi padre éste día-dije, entrando después de ella al estudio. Cerré la puerta detrás de mí.

-Hace meses que has estado acostándote con Drako. Tú padre y Declan no han protestado por eso, es más, lo han consentido.

-Sabes que son razones distintas, Drako no me vuelve vulnerable. Me temo que Faye sí, y en la época que corre no puedo darme el lujo de serlo; padre no será benevolente si se entera que la chica a la que "mató" despertó el lado humano de su hija.-Cogí de una de las estanterías un libro por azar-. Declan ya me lo había advertido, él notó mi circunstancia antes que yo, la mañana siguiente en que saqué a Faye de prisión y la traje a palacio. Padre no será indulgente con ella, yo no puedo morir, pero la persona que me hizo sentir por primera vez sí puede. Es lo que Dec ha intentado evitar, el que me involucrara más con ella. ¿Por qué no le hice caso?

-Porque nadie manda en tus sentimientos, tú elegiste aceptarla con todo lo que eso supondría. Porque la protegerás de tu padre y de quien sea.

     No despegué los ojos del libro. Leía sin leer en realidad.
   Cuando llegue el momento sabré defenderla, le dije a Dec anoche. Levantar mi puño contra mi padre, nunca imaginé que haría cosa tal, y esperaba no llegar a eso.

-Le prometí venganza contra los asesinos de su familia, buscaré a Viktor Strauss....

-No-interrumpió Circe. Levanté la mirada, confundida-. Viktor Strauss no puede morir antes de tiempo, si se adelanta su muerte habrían eventos que cambiarían de lugar y empeorarían las cosas.

-¿Qué eventos?

-En un par de semanas sabrás de uno de ellos, por ahora confórmate con saber que su tiempo llegará, pero no será Faye quien lo mate. Viktor morirá por la Espada de Caín, morirá por tu mano y sabrás el momento exacto, cariño.

     Asentí, no me quedaba más que confiar en su palabra.

-¿Y para qué me sacaste de mis aposentos?-pregunté, regresando el libro a su sitio. Mi madre se sentó, yo caminé por el estudio esperando su respuesta.

-No puedo ver a la persona que busca corromper nuestro reino, he intentado todo y nada funciona.

-Tal vez no sea humano-aventuré.

-Eso he pensado-dijo. Y supe lo que saldría de su boca a continuación, casi pude leerle el pensamiento-. Tu abuelo acude a mi mente.

    No me sorprendía que sospechara de él, estábamos hablando del Diablo después de todo. Y éste siempre está en los detalles. Nunca he visto la cara del Diablo, a menos que vea y lo reconozca en mi propio rostro en el espejo o en el rostro de cada persona a la que le he cegado la vida. Pero la cara del mismísimo, esa aún no he tenido la desgracia de conocerla, sabía que cuando yo era niña estuvo de visita en Providencia, había venido a ver a mi padre y éste nos prohibió a Vadhir y a mí salir de nuestras respectivas habitaciones. Años después supe la razón de su visita.


-Si yo fuera él, y hubiese recibido una negativa de mi hijo tras haberle pedido que se aliara a mí, buscaría la manera de corromper su perfecto reino pacífico.-Mi madre me miraba interesada en mis divagaciones, era raro no verla con sus usuales vestidos. La blusa negra y los pantalones de mezclilla que llevaba la hacían ver como una adolescente aplicada, al pendiente de la explicación de su profesora-. Intentar matarme cuando soy el único secreto que papá le ha guardado a nuestros hermanos, la quimera venía a por mí porque no puedo morir y eso padre no se lo ha dicho a los habitantes de Providencia. Él buscaba que ese secreto se descubriera, crear discordia en el único lugar donde no existe, porque mi inmortalidad perfecta, la verdadera inmortalidad que llevo como una carga crearía discordia, ¿me equivoco?

    Circe empezó a aplaudir. 

-Me gusta cómo trabaja tu mente, Sahar. Siempre me has parecido interesante-sonrió-. Tu padre dice que Luzbel no conoce ese secreto-dijo un poco más seria-, pero yo no dudo que sí lo conoce por eso pensé en él. Y por eso te suplico que mantengas la guardia tal y cómo está en el exterior, y aquí dentro. Quería, además, pedirte permiso para reforzar la seguridad mística, te prometo que no volverá a entrar nadie sin que lo sepamos, ni siquiera él.

    Asentí, dando a entender que era libre de actuar como mejor le pareciera.

-¿Crees que fue una coincidencia que la llegada de Faye....

-No pienses en eso, Faye vino a ti porque así tenía que ser, puedo asegurarte que él nada tiene qué ver con vuestro encuentro. El astuto plan de tu abuelo es un hecho aislado; a Faye la trajiste tú, se vieron llegar a la vida de la otra, se sentían desde hace tiempo. Además, en asuntos de amor Luzbel no puede interferir. No tengo registro de ello-añadió, haciendo un guiño.

     Se paró ante mí y esa dulzura maternal brilló en sus ojos.
    Llevo casi dieciséis años a su cuidado, nunca me detuve a verla con ojos de hija, mi infancia giró entorno a otros asuntos más importantes que crear vínculos con una madre postiza. Ahora me da la impresión que el hecho de empezar a sentir por Faye me lleve a cogerle cariño a mi madrastra.

-Encuentro muy amenas éstas conversaciones, Sahar. Me honra que no temas hablarme de todo lo nuevo que estás experimentando, cuando viniste conmigo la primera vez que no entendías qué te pasaba con Faye, me alegré muchísimo. 

-No es para hacer una fiesta, Circe, que te conozco-le advertí.

-Por ahora no haré una fiesta, pero lo amerita.-Extendió su mano para acariciar mi mejilla, por instinto evité que me tocara, ella bajó la mano y cogió la mía. La dejé tranquila-. Eres el único demonio en tu clase, porque hasta los demonios tienen sentimientos, y tú no diste muestras de ellos hasta ahora, no diste muestra de humanidad aún cuando tu madre era humana. Supongo que todo dependía de que llegara la persona correcta.

-A padre no le va a gustar la idea de que al fin tengo una debilidad-comenté, soltando su mano-. Ahora soy vulnerable.

-Nunca estuve de acuerdo con que tu padre te usara como un arma. Es lo que ha estado haciendo y lo sabes.-Le di la espalda y me paré viendo hacia el balcón, las montañas se alzaban en la lejanía.
 -Yo lo amo, Sahar-prosiguió-. Y él a mí, y a ti. En su muy retorcida manera nos ama, nos cuida. Tiene sus razones para pensar que amar de un modo tan intenso es sinónimo de vulnerabilidad, veía con buenos ojos tu falta de sentimientos, tu osadía, esa falta de miedo, ésta tú que me muestras ahora: acorazada.-La escuché hablar, no me apetecía interrumpirla. Pensaba en mi padre; jamás imaginé que llegaría el día en que la escucharía hablar de él del modo en que lo hacía-. Llevo siglos de conocer a Caín, éramos eso que en el exterior conocen como amigos con derecho a roce, lo que Drako y tú son ahora-añadió, adivinando que yo no conocía el término-. Yo me enamoré de él, pero me negaba a aceptarlo porque en el pasado había perdido a las personas que amé. No quería sufrir, y tampoco quería esconder lo que sentía, vaya contradicción, ¿no?-Preferí no opinar-. Años atrás, cuando conoció a tu madre lo apoyé, era la primera vez que veía a Caín tan enamorado, se desvivía por ella-la sentí vacilar antes de continuar con su historia-. Su muerte lo destrozó.-Me volví para mirarla porque me resultó evidente que se saltó parte de la historia a propósito.

-¿Pensó que había muerto por su culpa?-inquirí-. ¿Que él provocó su muerte?

-Algo así, él sentía que pudo haber hecho más-respondió, cruzando los brazos y mirando sus zapatos, cuando levantó la cara agregó-: Tu madre fue víctima de la misma gente que creó a la quimera, la misma gente que está sirviendo a los planes de tu abuelo.

    Primero los vínculos de Faye con Viktor Strauss, y ahora mi madre biológica resulta muerta a manos de él y el resto.

-Caín y yo nos casamos, procuramos protegerlos a ti y a tu hermano. Pero él volvió a cerrarse, amar lo distraía de lo que de verdad importaba, lo hacía vulnerable. ¿Sabes qué le he repetido en incontables ocasiones?-Negué con la cabeza, ella sonrió-. Irónicamente lo que crees que te hace vulnerable es lo que más fuerte te vuelve, es en esa debilidad donde encuentras tu mayor fortaleza. Llámese el amor por tus hijos, por tus amigos, por tu amada. Haríamos cualquier cosa por quien amamos, ¿no crees? Lo que sea por lograr su bienestar, y es lo que algunos quieren quitarnos, la mayor fuerza de la que fuimos dotados; las cosas más hermosas fueron creadas con y desde el amor, si la gente pensara en ello, si la gente amara más, envidiara, ambicionara y odiara menos, este mundo sería diferente. 

-Hablamos de humanos, son seres imperfectos, llevan a Luzbel en el ADN.

-Tú también y no envidias, ni ambicionas, ni sabes odiar. Tus arranques provienen de tu parte demoníaca, y aún ésta empieza a mostrarse muy humana.-Circe se metió las manos en los bolsillos del pantalón-. La gente no nace mala, el mundo los vuelve monstruos, la gente no nace juzgando, todo es aprendido. El mal se aprende. Si lo que es arriba es abajo, si el bien no pudiera existir sin el mal, este pedacito de Edén en el que vivimos también sería un Infierno como lo es afuera. La gente no nace mala, nace amando, y amar no es vulnerabilidad, es fortaleza. Recuérdalo siempre.

     Las palabras de Circe llamaron a la reflexión, nuestro Edén era distinto, aquí no había sufrimiento, ni odio, la muerte existía por ser un orden natural. Pero nuestra gente vivía años, envejecían despacio y no enfermaban, cuando llegaba la hora morían de vejez. 
    Aquí aprendían a cuidarse los unos a los otros, se ayudaban, se querían como una gran familia porque eso les enseñaron mi padre y Circe. Caín dejó en el exterior y en su interior su tormentoso pasado, quería paz al menos para este número de personas que vivían en Providencia, se abstuvo de enseñar odios, se abstuvo de mostrar odio y de traer malas enseñanzas. Protegía la paz de Providencia, y creó a la guardia Hassassin para resguardar su reino, y ayudar a cuidar, de sus gobernantes, a la gente que sufría en el exterior.
   Era su forma de redimirse con su pasado, y con el buen hermano que una vez tuvo. Porque un mundo como nuestra Providencia es lo que Abel querría.
    Pensé en mi madre biológica, por alguna razón, y se me ocurrió preguntar entonces.

-¿Por qué no la trajo aquí a mi madre? Pudo hacer la diferencia, eso pudo ser ese "más" ¿por qué no traerla al lugar más seguro?

-Hay parte de la historia que no me corresponde a mí contar, cariño-respondió tan sólo. Llamaron a la puerta, no le quité la vista de encima a Circe-. Adelante.

     Un guardia entró e informó que Ileana de East pedía verme, estaba esperando en el salón de tronos.
     Salí con Circe siguiéndome de cerca.
     Parte de la historia que no le corresponde contar, sabía que se había saltado algo importante. Yo no quería tocar el pasado de mi padre con mi madre biológica, pero ahora me intrigaba.
    Me detuve antes de entrar al salón del trono.

-Esa parte de la historia que no quieres contarme, ¿tiene algo qué ver con el evento que cambiaría si yo mato a Viktor, no sé, mañana?

-Sahar....

-En un par de semanas se llevará a cabo un evento que de matar a Viktor no pasaría-dije, recordando sus recientes palabras-. ¿A quién voy a conocer en un par de semanas, Circe? ¿De eso se trata? ¿Voy a conocer a alguien de ese pasado de mis padres?

     Circe pasó por mi lado, entré al salón detrás de ella.
     Ileana de East me esperaba de pie junto a un joven moreno, los saludé con una leve inclinación de cabeza en respuesta al saludo de ellos.


-¿Cuál es el motivo de vuestra visita, Ileana? Creí que había sido clara en la reunión de ésta mañana, discutiremos el destino del atacante extranjero a primera hora de mañana. 

-Lo sé, Euzma. Pero creí que debía conocer ésta información....-se interrumpió en cuanto Declan y Drako entraron.

     Miré a Circe y a los dos hombres, estaba cabreada con los tres. Declan y Drako estaban confabulados, el segundo ya tenía previsto llevarse a Faye consigo en cuanto decidiera partir al exterior, y Declan lo apoyaba. 
     En cuanto a Circe, el que se negara a decirme una verdad más de todas las que me había dicho, me enfadaba sobremanera.

-Déjennos-ordené. 
     Se miraron entre ellos, pero decidieron seguir la orden y salieron del atrio. Las puertas se cerraron.

-Habla, ¿qué información tienes para mí?

    Ileana miró a su acompañante, asintió.

-Euzma, hay más en Providencia.

-¿Más?

-Como el atacante extranjero, vi a una mujer asesinar a dos niños, cuando quise enfrentarle corrió muy rápido, Euzma. No era humana.

-Es mi sobrino, Euzma, está empezando en la guardia. Cuando vino a mí con esto creí que lo mejor era venir y avisarle.

    Me senté en el trono. De por sí era inquietante que una quimera hubiese entrado, ¿pero dos? Tal vez más.

-Hiciste bien, Ileana. Ordenaré que la busquen cuanto antes, y quiero que tu sobrino lidere la expedición.-Ileana asintió-. ¿Qué hay de los cuerpos de los niños? 

-Están fuera de Palacio, no me atreví a ir con los padres primero.

-Entiendo-susurré-. Al menos ya sé quién trajo esta plaga a nuestro reino, y procuraré que no se propague, no habrán más muertos. Se los prometo.

























     Me invadía la inquietud dejada como estela en mi piel y en mi cuerpo, por ella; mis labios aún abrasaban tras el beso que Sahar y yo compartimos, imaginar que habría pasado más si Circe no hubiese interrumpido sólo conseguía ponerme nerviosa.  Comenzaba a creer que era mejor así, una interrupción en el momento menos oportuno, pero igual y más oportuno porque ambas estábamos vulnerables, no era muy inteligente irnos a la cama así. Al menos algo nos quedó claro, no necesitábamos más pruebas que demostraran que existía una fuerte atracción. Y no podía negar que me gustaba la idea de entablar una relación más íntima con Sahar, la conexión que inició cuando la vi de pie al lado del trono de su padre se hacía cada vez más fuerte. 
    Rocé mis labios con los dedos. 
   No, una conexión que inició antes de conocerla. La sentí, la vi antes, en sueños, y su esencia me perseguía estando despierta. Prueba de ello fue ese instante en el aeropuerto cuando volví a Moscú el día que asesinaron a mi familia.
   ¿Acaso tenía que ocurrir una desgracia como esa para llegar aquí, para llegar a Sahar? ¿Acaso es ley de vida que para que te pasen cosas buenas primero debes bajar al infierno?
     
-¿Puedo pasar?

    Erza me sacó de mi ensimismamiento, traía una bandeja en las manos, la dejó en la mesa.

-¿Circe aún la tiene secuestrada a Sahar?-le pregunté.

-Euzma te manda a decir que lamenta no acompañarte a almorzar, tiene que asistir al funeral del chico que la defendió. Y sí, con Circe.

-¿Algo más que no me estés diciendo?
    Erza puso los ojos en blanco, hice la pregunta correcta, había visto movimiento militar hace un rato y entendía que se debiera al asunto de la quimera y la persona que la dejó entrar. Pero no podía quitarme de la cabeza que, o encontraron a ésta persona o había más de una quimera dentro de Providencia. De ser la mente maestra, para asegurarme que todo saliera como quería, sin fallos, tendría un plan de respaldo. O en este caso, una quimera de respaldo.

-¿Eres medio bruja, Faye?-soltó Erza-. Le informaron que había una segunda quimera-confesó, tras chascar la lengua-. Ya ordenó a la guardia que buscaran por todas partes, y al terminar el funeral ella misma se unirá a la expedición.

-No puede hacer eso-dije, sorprendiéndome de la preocupación que envolvió mi voz.

-Claro que puede.

-La primera intentó matarla, si hay una segunda y lo consigue....

-Nada dañará a Euzma, Faye, tenle un poco de fe.

    A ella le tenía fe, pero esas cosas....

-Hagamos algo-dijo la chica, sentándose en uno de los sillones en los que antes nos sentamos Sahar y yo-. Come un poco, y a la noche te llevo donde levantaron el campamento.

-¿No se enfadará contigo?
-Técnicamente nunca mencionó que no te llevara si me lo pedías-sonrió.

      Me senté a comer, si era la única condición para que Erza cumpliera su palabra me tragaría todo.

-¿Sahar sabe lo perra que eres, Erza?-le pregunté, Erza esbozó una sonrisa aún más amplia que la anterior.

-¿Por qué crees que, aunque no lo mencione, soy su persona favorita?

    Moví la cabeza de lado a lado, riendo.
   Creo que me gané una muy buena amiga entre tanta mala leche. 
   Hablamos de muchas cosas haciendo que el tiempo pasara rápido, cuando la oscuridad llegó Erza me llevó a caballo a un campamento que habían levantado lejos de palacio. 
    La persona que vio a la segunda quimera era pariente de la Señora de East, ella había ido a darle aviso a Sahar. Esa mujer no me inspiraba confianza, pero supuse que era por lo entusiasta que se mostró al desconfiar de mí temiendo que yo pudiera herir a su princesa, esa a la que toda la gente de este lugar amaba y respetaba.
   La quimera se dejó ver en horas de la mañana, asesinó a dos inocentes niños.
    Erza dijo que Sahar se sentía responsable, pero que, como siempre, mostraba quietud. No era porque no quisiera dar a demostrar su frustración, sino porque no conocía otra manera de ser.

-Siempre es así de calmada cuando las cosas se ponen tensas, da miedo pero tampoco le desearía a nadie verla alterada-comentó, bajando del caballo.

-¿Tan mala es? 

-Olvida que lo dije, Faye, sólo procura no hacerla molestar y en caso de que pase, sé el lugar donde pueda encontrar la calma-aconsejó, caminando delante de mí.

     Sahar ya me intrigaba, esto sólo hacía que me interesara más en saber todo de ella, cada detalle.
     La vi observando el movimiento de sus hassassins, aquello parecía un campamento de guerra y me pregunté si habían encontrado indicios de la existencia de más de dos quimeras o Sahar sólo estaba siendo precavida. Poniéndose un paso adelante.
    Me detuve a cierta distancia, Erza me dio un empujón y luego se unió a un grupo de hombres que se adentraban al bosque. 
    Yo no quería acercarme a Sahar, sentía que no debía estar allí, que era un error. Era como si le estuviera imponiendo mi presencia, ella no me querría en ese lugar.
    Y entonces se volvió, su avasallante mirada me obligó a avanzar. Sólo ella conseguía ese efecto de sometimiento en mí, pero al mismo tiempo era un reto, sacaba a la chica que una vez apostaba a la vida, y que aceptaba cualquier reto que se le ponía en el camino. Sahar era eso, un reto, y más. 





<<Huellas VII

11 comentarios:

  1. Que buena historia. Y cada vez me fascina más Circe, tan enamorada, tan maternal, tan compasiva. Y seguramente con la belleza de una diosa. Es perfecta. ¿Se referirá a Odiseo entre quienes perdió? Tal vez merezca su propia historia.
    Interesante recurso que un lugar utopico empiece a ser amenazado. Eso permite que haya una historia. Y es curioso quien es su fundador.
    Me gusta mucho esta precuela.

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    1. A Circe se le toma cariño rápido, es muy hermosa, y son todas sus virtudes las que la hacen así.
      Seguro que Odiseo se cuenta entre esas persona que perdió...
      Circe tiene su propia historia, como cada personaje... ;)

      Me gusta que te guste, querido amigo!!!!
      Besos!!!!

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  2. Así parece, Circe, tan perfecta, y seguro tan bella como una diosa, como bien dice nuestro querido amigo Demiurgo.

    Qué grande eres escribiendo, mi niña.

    Un beso enorme , preciosa. ❤❤❤❤TQ.

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  3. Así parece, Circe, tan perfecta, y seguro tan bella como una diosa, como bien dice nuestro querido amigo Demiurgo.

    Qué grande eres escribiendo, mi niña.

    Un beso enorme , preciosa. ❤❤❤❤TQ.

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    1. Lo es, mi María Bonita, es muy hermosa... ;)

      Me siento infinita escribiendo, me encanta escribir y compartirles a ustedes lo que escribo. Estas historias locochonas xD
      Gracias, mi María Bonita. No sé si soy grande escribiendo, pero sí sé que es exactamente lo que pasa por mi cabeza cuando los leo a ustedes, cuando paso por vuestras casas y me sumerjo en vuestras letras...

      Un besazo. TQ!!!!!

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  4. Describes la vulnerabilidad que provoca el amor, también la fuerza que aporta para enfrentarse bajo su nombre a todas las batallas necesarias.
    Me ha gustado mucho la facilidad que tienes para hilvanar a los personajes y a sus circunstancias. Es fabuloso como lo rizas y estiras, suavizas y enmarañas, me encanta y te felicito una vez más, querida Ivel.

    Mil besitos, preciosa.

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    1. Gracias por tus felicitaciones, y más aún por tu Huella, Hermosa Aurora.
      Me siento cada vez más animada de compartir con ustedes esta historia... ;)

      Mil besitos y más!!!! :****

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  5. Cuando uno tiene carácter fuerte como lo tiene Sahar, un sentimiento bueno puede desbaratar toda esa fortaleza, y es allí cuando uno se vuelve vulnerable. Veo eso en Sahar, no sólo hacia Faye, también hacia Circe.

    Besos dulces con mi cariño.

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    1. Sí, Sahar comienza a ver a Circe con más cariño de hija, algo que antes no había pasado. Eso comienza a darle miedo.
      Faye llegó y abrió algo que ahora a Sahar le cuesta contener, y son esos sentimientos que antes no había mostrado, sentimientos de los que creía carecía. Su humanidad despertó... :)

      Besos con mi cariño para usted, Poeta :*****

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  6. Qué bien escribes Ivel... . Mañana con más tiempo, leeré todos los capítulos que pueda.

    Siento mucho que te haya sucedido lo del parálisis, de verdad.

    Un beso,

    Noa

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    1. Gracias, Noa. Puedes venir a leer cuando quieras, esta casa es de ustedes ;)

      Lo mismo digo, bonita. No se lo deseo a nadie, y es algo con lo que me ha tocado vivir.... Ahí lo llevo...

      Un besazo, Noa.

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