Spin-off

Spin-off

domingo, 25 de junio de 2017

Capítulo 3: Consejo de Guerra

República Imperial de Syracuse
Colegio Mixto Excélsior
Aria

    Las clases habían dado inicio, hacía una mañana tranquila pero tenía la sensación de que algo iba a salir mal y nunca me fallaba. La semana pasada fue así, uno de mis compañeros de clase sufrió un accidente mientras hacía equitación y ahora estaba recluido en el hospital del internado, a mí me pareció sospechoso porque un día hizo un comentario sobre la forma de gobierno y los Dioses que lo ejercían, y al siguiente se cae de su caballo.
    Yo perdí a mis padres por oponerse al Imperio, era muy niña pero entendía que ellos no aceptaban a nuestro Rey venido de los Cielos.
    Y pensar que la hija de ese Rey pasó a ser mi madre, por quien de hecho me sentía preocupada desde hacía varios días, no pude concentrarme en la clase de la primera hora; Ivel tenía días sin entablar comunicación conmigo, estaba distanciada, ella siempre me enviaba una carta entre o al finalizar la semana para contarme todo lo que había hecho y preguntarme por mis asuntos, sin falta. Debo añadir que Ivel no era muy comunicativa, sólo decía lo que ella quería que supieras, nunca menos, nunca demás, así que temía que algo malo estuviese pasando en Arkadia y ella se lo estuviese guardando.
   Era mi madre, sí, Ivel. Me adoptó cuando yo era muy pequeña, apenas y sí recordaba el momento en el que ella llegó, amnesia que dejó el shock por haber visto a todos los de mi hogar caer en manos de Traficantes de Muerte. Los gritos y la sangre sí estaban frescos en mi mente.
    Azazel me separó de ella y de mi hermana Illya, no quería la influencia de una humana cerca de ellas, y menos si esa humana fue hija de un rebelde. El Rey vio como algo factible enviarme a un internado lo más lejos de ambas.
   Pongámoslo de esta manera: Arkadia y Londýum estaban al otro lado de un gran océano y yo era un puntito olvidado de este lado; Syracuse era gobernada por uno de los Mariscales Elohim de Azazel, en libros antiguos se hablaba de él como el Arcángel Gabriel, un mensajero que ya no lo era, Azazel le dio poder y Gabriel hacía uso de él con gusto. Yo me quedaba en su Casa cuando el internado cerraba por vacaciones. No se me permitía volver y a Ivel no se le permitía visitarme, como mucho las cartas y ahora ni eso.
   Ella me nombró Aria, significaba "la de voz hermosa". No estaba tan alejado de lo que significaba para los humanos, tenía que ver con el arte musical. 
    Sonreí al recordar que a ella le gustaba la música tanto como a mí.
    Yo le tenía mucho cariño, y era algo recíproco, me trataba como si lleváramos la misma sangre. A Murdoch, su esposo, llegué a conocerlo porque venía a verme en secreto, siempre en nombre de ambos, mi madre y él; fue un buen hombre y excepcional segundo padre, su muerte me devastó, y dejó un vacío que sólo mi hermana y mi madre llenaban.
    
-Cambia esa cara, Aria-dijo Volkova, mi mejor amiga en el maldito internado.

-Es la única que tengo, imbécil-repliqué impasible.

   Íbamos de camino al jardín, Volkova rió muy fuerte. Se quitó la chaquetilla negra del uniforme al tiempo que se sentaba en un banquillo, los demás estudiantes salían a relajarse, el clima en Syracuse era más soleado, casi primaveral. Ni demasiado calor, ni mucho frío, la brisa era fresca y movía las ramas de los verdes árboles; la ciudad era hermosa si te mantenías en los lugares dedicados a los altos cargos, porque había otra Syracuse y colonias de esa República Imperial donde las vistas no eran tan bonitas. A veces me escapaba de la vigilancia de Gabriel e iba a ayudar a las personas de la Ciudad Baja, era lo máximo que podía llegar a salir de su vista. Y últimamente con dificultad porque habían muchos guardias en las calles, más que por proteger a los ciudadanos, era para vigilarme.
    Volkova solía ayudarme, era inmortal y mi única amiga. Su padre era Gabriel, pero no le gustaba ser su hija, no le gustaba llevar su sangre porque toda la familia Elohim estaba marcada, en los primeros tiempos, antes del Cielo y la Tierra, los Elohim y su Creador, Eloah, secuestraron a los hijos de la Diosa Primordial, de la Única y Verdadera. Los secuestraron e hicieron prisioneros de este mundo. 
  Assiah era un mundo prisión y nosotros eramos alimento de Dioses.
   Ivel no tuvo reparo en contarme esa historia de la que tampoco se sentía orgullosa pues su sangre era la misma de esos seres crueles que se hicieron llamar Ángeles y de ese Demiurgo que se auto nombró el Único Dios, el Dios Verdadero. Se sentía manchada, sucia, por formar parte de una mentira aunque ella ignoraba en ese entonces que lo era.
    La Verdad que defendía era un engaño que la misma humanidad creada a partir de seres aprisionados contra su voluntad, se negaba a ver. Se ocuparon de atontarlos, adormecerlos, someterlos, y los tiempos que corrían no eran muy distintos a aquellos tiempos. Sí habían más levantamientos porque gran parte conocía la verdadera historia y se negaba a ponerse la venda en los ojos de nuevo. Gran parte estaba peleando por salir de este mundo prisión, el mundo del peor Dictador de la Historia.
    A quienes se negaron y seguían negándose a ver el engaño los compadecía, sabían muy bien dónde se habían metido y no querían salir, sólo alguien incapaz de amar podía disfrutar de la corrupción que reinó y reinaba en Assiah. Y por personas incapaces de sentir amor puro y verdadero sólo se podía sentir compasión.
     Éste era Su Reino, el de Eloah, su hijo Azazel estaba de paso.

-¿Has tenido noticias de Su Excelencia?-preguntó Volkova, me había quedado viendo al vacío y reaccioné al darme cuenta de que me preguntaba por mi madre.

-Por favor, no la llames Su Excelencia, odia que la llamen así. Y no, ni una carta, creo que ya se cansó de mí. Sabía que lo haría....

-¿Tu madre? ¿Estamos hablando de la misma que te dice que te quiere mil veces en una carta y se preocupa por lo que te gustó y disgustó de la semana y te envía esos ricos pastelillos que le enseñó a preparar su Adalid Julietta, y te compra todo lo que le pidas y hasta lo que no le has pedido pero sabe que te gustará?

-Vale, vale, ya entendí-reí.

-¡Privilegiada!

    Volkova maldijo por lo bajo, yo ignoré a la chica que gritó en mi dirección. Escuché que la mierdecilla volvió a gritarme, cogí a mi amiga del brazo para que se levantara antes de que la otra estuviera más cerca.

-¿No escuchas que te llamo, Privilegiada?-preguntó cuando nos alcanzó, como siempre acompañada de su séquito.

-¿Qué quieres, mierdecilla?-dije con frialdad.

     Eccarina me fulminó con la mirada, le sonreí satisfecha.

-Mira lo que me hizo llegar mi madre esta mañana.-Sacó un periódico y me lo entregó, tenía fecha de hace tres semanas-. La portada te encantará, tu madre postiza casi muere en un atentado. Fue hace días, tres semanas para ser exacta, en Odessa, ¿sabías?-Sonrió añadiendo-: Por tu cara veo que no.-La portada rezaba: ¿Terrorismo en el Imperio? Ibidem toma represalias-. Fueron pocos los diarios que cubrieron la noticia, tu madre postiza prohibió que se difundiera en otros lugares. Aquí por ejemplo..... ¡Ey! ¡¿Dónde vas?!

   La dejé hablando sola, me inquietaba que mi madre estuviera herida y que fuese por eso que no me informó personalmente del ataque en su contra.
     Me encerré en mi dormitorio y empecé a leer el artículo.

    "Su Excelencia, Ivel Morningstar, fue víctima de un atentado terrorista este Martes durante su visita a Odessa, Arkadia. Debido a los últimos roces entre ésta nación e Ibidem, resulta más que evidente sobre quién recae la sospecha-¡Hablando de "objetividad"!-. Hasta el momento el Señor de Ibidem no se ha manifestado al respecto, y las investigaciones han dado inicio. Todo apunta a un nuevo enfrentamiento de llegar a comprobarse la responsabilidad de Ibidem sobre este macabro acto.
    Cabe destacar que ambas naciones están pasando por una tensa relación desde hace unos meses cuando guardianes de la frontera entre Arkadia e Ibidem fueron asesinados...."

    Dejé de leer porque la persona detrás del artículo estaba parcializada con el Imperio Elohim, y despotricaría en contra de Ibidem que nada tenía qué ver con el ataque a mi madre. Era pura estrategia, algo que Azazel debió planear.
     A mi madre una explosión no la mataría, pero el intento era lo que contaba y allí estaba lo que Azazel usaría. A menos que Las Pesquisas que trabajaban para mi madre encontraran algo entre los escombros que probara que sí la querían muerta. Algo como un arma Vajra, sabía que habían sido destruidas, supuestamente, pero Azazel tenía su espada, y Amelia Cassul tenía un arco y flechas forjadas con ese acero. Ésta no haría nada en contra de Ivel, pero con Azazel otra voz cantaba; quitar a mi madre del medio dejaría a Illya libre para él.
    
-¿Aria?-susurró Volkova. Cerró la puerta con suavidad y se sentó a mi lado-. No hay de qué preocuparse, no hay arma terrenal que hiera a un Elohim.

-Esto no fue un acto terrenal.

    Las relaciones bilaterales entre Arkadia e Ibidem siempre han sido pacíficas. Una disputa territorial sólo puede ser algo fraguado por Azazel como excusa para otro fin.
   Vládimir Szentes era un humano con mucha influencia y se negaba a adherir a Ibidem al Imperio Elohim, ergo era un rebelde opositor a Azazel y yo conocía por experiencia lo que les hacía a sus opositores. 
     El Señor de Ibidem colaboraba con la Señora de Arkadia, mi madre, para dar ejemplo de una sana convivencia. Azazel ya no lo soportaba o eso imaginaba yo; la muerte de la guardia fronteriza de ambas naciones fue el primer acto hacia su objetivo, los que ven desde fuera dicen que el primer caído en esa frontera fue ibidemyo, mientras que otra mitad dice que fue arkadiano, pero ni mi madre ni Vládimir se echan la culpa el uno al otro sino que buscan la verdad en conjunto y eso ha de estar cabreando a Azazel.
    
               


















 Kiev, Arkadia
Ivel

   Antes de salir rumbo al aeropuerto para tomar el dirigible y emprender mi viaje a Ciudad Palacio le aseguré a la General Coine que a mi regreso los acompañaría a Amón. La joven se sorprendió, le expliqué que tenía previsto viajar allí antes de que ellos llegaran a Arkadia.
   Me despedí de Misty que puso una expresión triste, besé su frente y vi de reojo la expresión de Ryden, la General evadió mi mirada.
    Dussollier y yo nos marchamos, dejé a Julietta y a Kirei a cargo de nuestros invitados y que cumplieran con todo lo que pidieran, tenían el deber de cuidar que no se filtrara la información de la presencia de la fugitiva Ryden Coine en Arkadia.














  Dussollier

      Allí estaba, pensativa.
   Su cabello negro iba suelto, llevaba un precioso vestido negro con bordados dorados. Parecía una princesa de D'Nilo, viejo reino del que ahora quedaba un desierto; no me sorprendería si el vestido fue mandado a hacer exclusivamente para ella por el mismo Conde, me alegraba que siguiera vivo y cerca de mi dahir. La noticia de su muerte la quebró pero no llegó a demostrar esa vulnerabilidad frente a los demás, debía ser fuerte por su hija que había perdido a su padre.
     Para cuando Joshua se reveló como el Conde enmascarado que actuaba como sicario personal de Azazel, Ivel y yo ya lo intuíamos. Yo porque sentía lo que ella sentía. Y ese fuerte sentimiento se repitió en la mañana con la niña que acompañaba al grupo de la fugitiva Ryden Coine, el sentimiento de un amor fuerte, como el de una madre reconociendo a su hija. El llamado de la sangre se acostumbraba a decir. ¿Hay algo más fuerte que el llamado de la sangre?
    Ivel lo sabía, yo lo sabía y hasta la niña lo sabía. Su padre le habló de su verdadera madre, no le mintió respecto a eso.

-Me gustaría ver dentro de esa cabecita tuya, dahir.-Ivel me lanzó una irónica mirada: ¿Tú ni enterada, no? Y no le estaba leyendo la mente, no me dejaba entrar, se había blindado y cuando eso pasaba era difícil leerla. Pero era mi dahir y eso hacía que fuese transparente para mí, no hacía falta adentrarme en su mente cuando el grado de empatía entre nosotras era muy alto-. Se abren las apuestas-dije. Caminó por la sala de estancia del dirigible, hacía una hora que habíamos despegado-. Veamos, tiene que ver con la nena que está en tu casa ahora, la hija de Murdoch y Laurel, ¿a qué sí?    
    Se dio la vuelta e inspiró hondo, le afligía la certeza de lo que presentía.

-Misty era el nombre que le daríamos a una futura hija si llegábamos a tenerla-dijo sentándose a mi vera en el sofá-. Es su hija, es su sangre e hizo que Laurel la hiciera pasar por suya. Me lo dijo esta madrugada.

    Y de pronto aquello que había estado pensando durante su paseo con la niña cobró sentido.

-Ivel.... 
-Es mi hija-aceptó en voz alta, sus ojos brillaban por las lágrimas que amenazaban con caer.

-¿Pero cómo? Tú tuviste un niño, yo lo vi en tus recuerdos, Azana y Amshel vieron su cuerpecito en persona-dije-. Además, de ser tu hija, ¿cómo dio con ella, cómo lo supo si nunca le dijiste que estabas embarazada?

-No sé, tiene mucho qué explicar.-Se quedó en silencio pensando-. Mis hermanos vieron a mi hijo después de.....-Tomé su mano porque le costaba recordar lo que pasó-. Tú sabes.

-Sin duda es tu hija, se parece mucho a Illya salvo por el pelo rubio que se lo atribuyo a su abuela Medea.-La sobrina de Circe era rubia, y fue la madre de Joshua Murdoch, que la niña heredara su rubio cabello le benefició a Josh porque Laurel Grier y su familia entera eran rubios, hacer pasar a Misty por hija suya no fue tan difícil, nadie lo pondría en duda-. Misty es tuya, algo hizo Murdoch y en mi opinión fue muy cruel si te hizo creer que perdiste a tu bebé. 














Ivel

    Fue cruel. Pero yo también lo fui al ocultarle que sería padre.
  Yo lo había visto al bebé. Lo tuve en mis brazos, era un niño.
 Al cumplirse dos días de su nacimiento y prematura muerte llevamos a cabo una ceremonia, Azana y Amshel me habían acompañado, llegaron juntos el día antes de la ceremonia.
   Cuando me enteré que esperaba un bebé de Murdoch, él y yo habíamos roto. Admiraba que hubiese enfrentado a mi padre y liberado del Imperio Elohim a una nación, admiraba que siguiera peleando por ellos, y por la libertad definitiva, pero eso suponía renunciar a Illya y a mí, y significaba ponerse en riesgo él mismo llevándonos consigo.
    Me pidió ir con él poco antes de que se casara con Laurel por alianza e iniciara la guerra contra mi padre, estuve a punto de acceder y sacar a Illya de Palacio, pero antes de darle mi respuesta afirmativa, discutimos, no me convencía el matrimonio arreglado, y no me convencía que siguiera adelante provocando más tensiones de las que ya habían entre él y mi padre; la discusión fue tan fuerte que la separación duró varios meses y en ese transcurso me enteré que estaba embarazada de él. Me rehusé a decirle, se lo oculté.
    Azazel supo de mi estado decidiéndose por enviarme lejos, nadie conoció las razones por las que me sacaron de Palacio sino hasta años después de mi regreso, mi madrastra se encargó de hacer correr el chisme como fue ella quien le contó a mi padre. 
  Y él, mi padre, atacó primero al ejército que Josh lideraba. 
   Han pasado ocho años desde que esa guerra inició, y siete años de mi pérdida. Siete años tenía Misty.

-Perdóname por sacar el tema a colación-dijo Dussollier abrazándome después de limpiar mis lágrimas-. No querías hablar de esto y yo de insistente....

-Es mejor hablarlo que guardármelo, decirlo en voz alta me libera, y lo hace más real-sonreí.

-Niega que sentirte algo cuando la viste, niega que durante ese corto paseo estuvo presente tu instinto materno. ¡La adoraste, Ivel!-exclamó emocionada-. No perdiste un hijo, tuviste una hija y está muy viva.

     Me gustaba escucharlo de boca de otra persona porque no me lo creía.
 
    En el carruaje el silencio se volvió un pasajero más, Dussollier me permitió reflexionar sobre lo que habíamos hablado en el dirigible.
   Llegamos a Londýum a las tres de la tarde, el cielo gris nos recibió dejando caer un delicado rocío sobre la ciudad. Me sumergí en el suave sonido sobre el techo del carruaje, y en mis recuerdos, apenas me di cuenta de nuestra llegada a Palacio, y del recibimiento de la Guardia.

 <<Padre se había enterado por boca de Sýbill, esa bruja me escuchó hablar con Dussollier. 
   No me había sorprendido que estuviese esperando un segundo bebé, es más, Murdoch y yo lo buscamos por muchos años, lo deseábamos y al mismo tiempo no era apropiado porque sería darle más armas a Azazel para tocar el Arquetipo. Lo descartamos después de un tiempo, aunque en el fondo quedó el deseo de darle un hermano o hermana a Illya. Entonces pasó y como con Illya, Misty llegó en un momento muy delicado para el mundo y para nosotros.       
    Me desentendí de Murdoch, sabía que hacía lo que hacía por nuestra hija y por mí, para salvarnos de Azazel y yo no le estaba ayudando. Le hice las cosas difíciles al no buscarlo más.

-Tendrás al bebé-dijo mi padre-. Pero como Illya, pasará a mí.

-No-repliqué-. ¡No tienes ningún derecho!-fui firme-. Son mis hijos no tuyos, no harás de ellos el monstruo que eres.

     Sacó su espada y puso el filo en mi cuello, luego puso la punta en mi vientre.

-¿Crees que si te cerceno el vientre ahora mismo el renacuajo sobreviva?-preguntó-. ¿Y si lo hiciera con una daga normal crees que llegue a tocarlo hasta matarlo dentro de ti, pero sin herirte?-Me cogió del mentón cuando vio mis intenciones de arrebatarle la espada-. Un movimiento en falso, Ivel, y hago la prueba con Illya primero.

-La necesitas, no le harías daño-dije rechinando los dientes de ira.

-No me tientes, hija mía.

    Un movimiento en falso abarcaba el ir con Murdoch.
   Me envió a Prévesa, una isla que había adquirido especialmente para ocultarme. Nadie podía enterarse de los motivos por el que me enviaba a ese lugar, dos soldados y dos damas me acompañaron durante los nueve meses que duró el embarazo, fue más normal de lo que resultó cuando esperaba a Illya; ni a Dante, ni a Julietta, ni a Dussollier se les permitió ir conmigo o visitarme. Me cerré a mi hija para evitar la visión compartida, pero en algún momento se proyectó astralmente, tenía tres meses de embarazo para entonces y la niña al verme entendió lo que pasaba. Fue feliz.
   Al final de mi estado todo se volvía borroso, vi entre imágenes neblinosas cómo me entregaban a mi bebé.....
    
-¿Ella estará bien?-escuché los murmullos. Me encontraba mareada.

-Sí, mi Señor.

-¿Y las doncellas y los guardias?

-Me aseguré de que recuerden lo que nos conviene al igual que la princesa. He enviado una carta a su hermana mayor, mañana estará aquí....

-Me parece bien.

     Sentí un fugaz beso en los labios y escuché su "Perdóname". Al abrir los ojos ya era de día y mi hermana me veía con preocupación desde un sillón mientras Amshel observaba atentamente por la ventana.
    Recuerdos distorsionados, manipulados....>>

-Creo que me drogaron-susurré mientras saludaba a un Duque, éste no entendía de qué hablaba o si le hablaba a él, Dussollier me cogió del brazo y se disculpó con el hombre-. Durante los últimos meses me mantuvieron drogada, he estado haciendo memoria y es la única explicación que encuentro a que todo sea tan confuso.

-Manipularon tus recuerdos-susurró-. Esto lo discutiremos más tarde, ¿vale?-añadió entre dientes.

     Habían unas cuantas personas en el salón de tronos, no era lugar para hablar de algo tan importante.
     Los invitados se pusieron de pie al verme dirigirme a mi asiento.
     Detrás de los cuatro tronos había un telón negro en cuyo centro se podía distinguir el blasón imperial de un gran dragón enrollado a una espada. El Gran Dragón, título que pasó a mi padre tras la desaparición de Eloah Yahveh.
    El Gran Dragón por haber domado a Vajra, primer dragón en Assiah que como todo lo demás perteneció al Arquetipo primero. Y por haber vestido la piel de una mística serpiente que en un principio obsequió a la Diosa Primordial, serpiente que luego robó para fortalecer su cuerpo y hacerlo más impenetrable y lograr entrar al Arquetipo sin ser afectado por él. Todo eso hizo Eloah Yahveh, mi padre vendría siendo como el Usurpador del Usurpador.
    El sol negro se alzaba en los diferente telones escarlata que colgaban de los muros.

-Nadie puede decir que a tu familia no la rodea lo esotérico-comentó Dussollier.

    Chasqué la lengua desaprobando su comentario, pero no le quitaba razón. Milenios y milenios de milenios habíamos sido vistos como los buenos, Ángeles Guardianes eramos, sí, pero del alimento de Eloah. Y nuestro, porque al fin y al cabo eso eran los humanos para nosotros; los Elohim teníamos un instinto que nos obligaba a beber sangre, yo dejé de hacer uso de él pero en el pasado fui un monstruo. La guía de mi tío me devolvió al buen camino, yo culpaba a la influencia de los demonios con los que estábamos en guerra, y esos demonios resultaron ser los buenos, sólo intentaban recuperar a su familia prisionera del Demiurgo. Mi abuelo. Eloah.

-Somos escoria-susurré sonriendo. Dussollier rió viendo cómo hacían caravanas ante mí.

-Su Alteza Imperial Ivel Morningstar, Señora de Arkadia y Baronesa de Moldavia-me anunciaron-. En nombre de nuestro Excelentísimo Emperador, bienvenida.

     Sonreí sin muchas ganas, bastaba con que dijera mi nombre nada más, y ni eso porque ya todos allí me conocían.  Puro protocolo.
     El joven que me anunció miró a Dussollier, hizo una reverencia y se aclaró la garganta.

-Adalid Velizaar Dussollier, Vizcondesa de Odessa. Bienvenida.

-No lo dice con muchas ganas, ¿no?-me susurró. Reí-. A tu padre no le gustará verme.

-Que mal por él-ironicé.

   Me cogió de la mano y besó el dorso sonriendo por los murmullos que se levantaron. Todos los nobles sabían que Dussollier fue una esclava, la menospreciaban porque la mujer de mi padre lo hacía y para agradarle la seguían cuan rebaño, lo usual.
   Delante de mí no se atrevían a tratarla mal.
   Las reverencias volvieron, pero esta vez en señal de respeto para mi hermana que acababa de entrar; caminó por el centro del salón en dirección a los tronos, su regio andar y el porte que la caracterizaban llamaban la atención de todos los que estaban cerca para admirarla. Su pelo era tan negro como el mío, con unos ligeros tonos azulados, largo y ondulado hacia las puntas; su bello rostro de piel morena hacía que se robara las miradas, tenía unos ojos grandes y azules, preciosos como zafiros, que fijó en mí apenas entró.
     Azana me guardaba respeto y cariño, como yo a ella. Me abrazó fuertemente, llevábamos algún tiempo sin vernos, mi padre la había tenido muy ocupada en otros asuntos.
    El Adalid Gaspard, su marido, se quedó alejado. Le guiñé un ojo, él hizo una reverencia, tenía una serena expresión en su faz que se volvió más hermosa cuando sonrió. Yo solía bromear con él en plan coqueteo para celar a mi hermana pero ésta conocía el juego y se reía.

-Que placer verte, hermana-dijo Azana sonriendo de oreja a oreja. No podía ocultar su felicidad-. ¿Cómo estás? Es que el asunto de Ibidem.....

-Estoy bien, Azana-le aseguré-. Una explosión no puede matar a una Elohim, pero hice que mis Pesquisas buscaran algo más entre los escombros-le susurré sin mover mucho los labios.

-¿Qué?-dijo mi hermana.

-Soy la excusa, pienso que papá tiene algo personal contra Vládimir Szentes y me usa para atacarlo con "motivos justificables". Pero quiero comprobar si también me quería muerta de verdad.

-Eso es ir muy lejos-susurró Azana.

-Illya-dije, y ella abrió la boca para decir algo pero no llegó a pronunciar palabra alguna.

-Es suficiente para mí-intervino Gaspard-. Pero es mejor no hablar de esto aquí-aconsejó mirando de reojo a los altos mandos.

-¿Saben de qué va todo esto?-preguntó Azana.

-Estoy segura que es por el atentado, una especie de consejo de guerra. Le dije a padre que me haría cargo, no quería que interviniera pero te repito, por una parte quiere atacar Ibidem y a Su Señor, y por otra estoy yo.....

    Azana se dio media vuelta al ver que me interrumpí y ya no la miraba a ella.
    Mi padre entró al salón de tronos seguido por el Conde quien llevaba puesta una máscara plateada cubriendo su rostro, iba encapuchado y con las manos enguantadas.
     Azana se sentó en su trono a la derecha del trono de mi padre, en cuanto éste llegó con nosotras inclinó la cabeza mostrando respeto a sus hijas. Qué falso, pensé.
     Su elegante traje no era nada extravagante, en negro y plata. Lucía muy joven, su rostro era simétrico, atractivo, y sus ojos plateados tenían una mirada fría e intimidante. 
    En la sala se hizo el silencio, los altos mandos de las Legiones de mi padre nos observaban. Entre ellos pude ver a Uriel.  El hombre pasó su mirada del enmascarado, que se encontraba de pie detrás del trono de mi padre, a mí, y sonrió. Enarqué una ceja y miré hacia otro lugar.
   Azazel perdonó que le ocultara información sobre Eloah y que manipulara sus recuerdos porque lo necesitaba en sus filas, pero no dejaba de mantener una dura vigilancia sobre él.
     Dussollier se paró a la izquierda del trono de Sýbill, mi odiosa madrastra no nos acompañaba esa tarde así que ocupé su asiento al lado izquierdo de mi padre, y Gaspard se paró a la derecha de Azana.

-Gracias por presentarse a esta pequeña asamblea, espero no hayan tenido ningún inconveniente al trasladarse hasta acá-habló mi padre.

    Los nobles tomaron asiento en las gradas de rojo cojín y dorados acabados que se situaban a un lado y al otro del salón.

-Excelencia, ¿cuál es el asunto a tratar?-preguntó un hombre rubio después de que la sala volvió a estar en silencio.

-Para nadie es un secreto los sucesos de los últimos meses, la situación entre Ibidem y Arkadia no es para tomarse a la ligera. Mucho menos cuando han atentado contra la vida de una de mis hijas.... 
     
     Miré de soslayo a mi hermana, que me estaba mirando después de escuchar a nuestro padre.
     Me sentía incómoda, tensa. Se suponía que yo me encargaría, pero era obvio que Azazel no lo permitiría porque ya se había dado cuenta de que no tenía ganas de ir a las armas y no sentía especial simpatía por tomar violentas represalias en contra de Vládimir Szentes. Por ende se encargaría personalmente.
     Un consejo de guerra no era necesario, y henos aquí, siempre tan extremo, pensé.
     Observé a los altos mandos que componían el consejo. Elohim leales a mi padre, y humanos que tenían el mismo grado de lealtad porque les convenía andar besándole los pies al Rey Grigori, así mantenían su posición.
   Padre convocó a unos treinta tres, repartidos entre humanos y Elohim.

-Excelencia, si usted me lo permite quisiera tomar la palabra-dije. Mi impasible tono de voz llamó la atención, no porque esperaran escucharme enfadada sino porque era una anormalidad que yo interviniera en una reunión de ésa índole. Nunca exponía mi punto de vista a menos que Azazel me lo pidiera cosa que pasaba muy pocas veces, sólo escuchaba al resto y acataba lo que se decidiera.

    Azazel me concedió la palabra escondiendo su enojo tras una amable sonrisa.

-Gracias-dije. Me levanté y bajé los escalones-. No considero necesario entrar en un conflicto bélico por un pequeño malentendido.....

-Intentaron matarte, hermana-terció Azana-. No creo que estés entendiendo la gravedad del asunto.

     Sonreí porque miró de reojo a papá.

-Todos aquí saben que hubiese salido ilesa de la explosión, ¿verdad padre?-Azazel asintió, proseguí-: Están haciendo una tormenta de una llovizna. Arkadia puede ser parte del Imperio pero yo soy Su Señora y soy yo quien debe decidir cómo proceder, por eso he estado en conversaciones con el Señor de Ibidem por medio de nuestros diplomáticos elegidos para tales fines, y nos reuniremos en los próximos días.-Se levantó una ola de negativas, discusiones entre los que creían que hacía bien y los que querían ir al derramamiento de sangre-. Caballeros, damas, esto nos concierne a mí y a él. Sus hombres también murieron en la frontera, no sólo los que mi padre envió allí en principio sin mi consentimiento; ambos hemos sido perjudicados, y no creemos que nuestras respectivas guardias fronterizas hayan empezado el pleito, algo más pasó allí o eso pensamos. Nos tendieron una trampa al Señor de Ibidem y a mí, tal vez sea una locura pensar así, pero no puedo descartarlo y atacar sin pruebas de lo ocurrido, violencia sin sentido no es mi bandera y no la ondearé jamás, no de nuevo.-Miré directamente a mi padre para que entendiera que me refería a la guerra entre Espíritu y Elohim, nosotros aprisionamos y herimos hasta llevar a la muerte a inocentes que sólo buscaban a sus seres queridos aquí en Assiah-. Aunque pensándolo bien, no suena tan loco, por siglos se ha hecho. Falsas banderas para justificar una ley, o una invasión; las relaciones con Ibidem iban muy bien incluso antes de yo tomar el Señorío de Arkadia, ¿y de la noche a la mañana pasa esto?

-Ibidem redobló su seguridad en la frontera con Arkadia, Alteza-señaló Uriel.

-¿Y mi padre no está haciendo lo mismo?-le pregunté-. Las tropas del Imperio sólo están a la espera de sus órdenes, pero no llegarán porque como Señora de Arkadia acatarán las mías.-Miré a mi padre y me dirigí a él cuando volví a hablar-: Sé que intentas protegerme, Excelencia-al menos soné convincente al decir esa mentira, porque no quería protegerme, veía por él y sus oscuros objetivos-, agradezco tu preocupación y el que veles por mi seguridad. Pero bien conoces a tu hija y sabes que es capaz de valerse por sí misma; como único favor y con todo el respeto que te mereces te pido que retires a tus tropas de la frontera o lo hago yo porque quiero salir de esto sin hacer uso de la fuerza, sin derramar ni una sola gota de sangre. La historia nos ha enseñado que las guerras sólo traen más guerras, y ni Vládimir ni yo queremos ser parte de ese círculo.

   Le devolví una sutil sonrisa a Azana que no entraba en sí del orgullo, y a Murdoch que tras su máscara debía estar sonriendo también porque hizo un asentimiento de cabeza que aunque imperceptible lo noté. Y luego miré a mi padre, su seria expresión era una poema.












3 comentarios:

  1. Me quedó una duda. Joshua, ¿está actuando en contra o a favor de Azazel?
    Me gustan esos personajes rebeldes.
    Ivel está mostrando otra faceta, al adoptar a una huerfana por acción de Azazel.
    Que conflictiva que es esa familia.

    Besos.

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    1. Josh está en contra de Azazel, pasaron cosas que lo obligaron a volver a sus filas. En el próximo capítulo se habla de eso en una conversación sobre Misty que tiene con Ivel :)

      Besos, Demiurgo. Buen inicio de semana ;)

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  2. En familia se siguen sucediendo los acontecimientos, eso confirma que el poder siempre corrompe todo hasta un lazo familiar. Volveré por el siguiente capítulo.

    Besos dulces y dulce fin de semana Ivel.

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