Dussollier
Reprimí una sonrisa, en otro momento Ivel hubiese dejado a su padre hacer su voluntad. A ella ni siquiera le habría importado asistir a una dichosa reunión, y de asistir sólo hubiese opinado con el consentimiento de Azazel, del resto permanecía en silencio.
-Lo entiendo, hija mía, las retiraré tan pronto aquél hombre lo haga porque no me arriesgaré a que intente algo en tu contra de nuev....
-No-terció Ivel-, quiero que des la orden lo más pronto posible. Mañana a más tardar.
Esta vez no me preocupé por contenerme, sonreí orgullosa como vi que lo hacía Azana y hasta el mismo Gaspard.
-Lo haremos a tu modo entonces-aceptó Azazel no muy contento con la actitud de su hija menor.
Con esas últimas palabras dio por terminado el consejo. Ivel y yo salimos cuando los Elohim y humanos convocados bajaron de sus asientos y deambularon por el salón hablando entre ellos sobre la osadía de mi dahir.
Azazel abordó a Azana cuando Ivel y yo cruzamos las puertas hacia la salida.
-Tu padre debe estar furioso-reí. Ivel no habló, siguió caminando-. Yo también creo que todo el problema con Ibidem fue fabricado como excusa para ir tras Vládimir y te usa a ti porque eres un estorbo.
-Gracias, dahir-sonrió irónica.
-De nada.
Entramos al dormitorio que siempre usó desde que palacio fue construido, cerró las cortinas, cogió la única maleta que llevó para tomar alguna prenda y cambiarse.
-No puedes ir por ahí haciendo ese tipo de comentarios, si mi padre te escuchara....
-Tú no dejarías que me hiciera daño-aseguré viéndola quitarse el vestido y poniéndose un suéter holgado de color negro y un pantalón de chándal a juego. Se sentó al borde de la cama y sonrió-. Y yo no dejaré que te hiera, descubriremos qué quiere, por qué tanta hostilidad contra Vládimir. No me parece que sólo sea por no querer adherirse al Imperio, hay varias naciones así y él está concentrando su atención en Ibidem.
-No quiero más de lo mismo, sangre derramada, violencia. Era lo que Sahar intentaba evitar, sé que en este mundo es una tontería pensar que se puede resolver con palabras o con un mínimo de sangre derramada un problema de la magnitud de éste, porque la verdad es que Assiah es el Infierno del Arquetipo, y nosotros, todos, contribuimos a que así fuera, pero hay que trabajar para transformar eso, Sahar hizo algo que volteó el juego y todo empezó cuando la guerra nuclear hizo estragos este mundo.
-Y tú quieres redención-susurré.
-Para mis hermanos, para mí, para ti, para Murdock. No quiero ver a la cara de Aria, Illya y Misty-sonrió al pronunciar el nombre de sus hijas, más por saber a Misty parte de ella-, sabiendo que puedo darles un lugar mejor. Que puedo hacerlo mejor por ellas.
Si Aria la escuchara la abrazaría, pero a falta de su hija adoptiva lo hice yo.
Aria era una luchadora como lo fueron sus padres biológicos, y que la mujer que la adoptó estuviese yendo en contra de los ideales de su tiránico padre, hombre que mandó a ejecutar a la familia de Aria, la enorgullecería porque significaba que Ivel no dejaría que la lucha y posterior muerte de sus padres biológicos fueran en vano.
-¿Irías por Murdock?-preguntó levantándose-. Que no se den cuenta, pero necesito que venga porque tenemos que hablar.
Asentí y fui a cumplir con su pedido, su peligroso pedido.
-Lo entiendo, hija mía, las retiraré tan pronto aquél hombre lo haga porque no me arriesgaré a que intente algo en tu contra de nuev....
-No-terció Ivel-, quiero que des la orden lo más pronto posible. Mañana a más tardar.
Esta vez no me preocupé por contenerme, sonreí orgullosa como vi que lo hacía Azana y hasta el mismo Gaspard.
-Lo haremos a tu modo entonces-aceptó Azazel no muy contento con la actitud de su hija menor.
Con esas últimas palabras dio por terminado el consejo. Ivel y yo salimos cuando los Elohim y humanos convocados bajaron de sus asientos y deambularon por el salón hablando entre ellos sobre la osadía de mi dahir.
Azazel abordó a Azana cuando Ivel y yo cruzamos las puertas hacia la salida.
-Tu padre debe estar furioso-reí. Ivel no habló, siguió caminando-. Yo también creo que todo el problema con Ibidem fue fabricado como excusa para ir tras Vládimir y te usa a ti porque eres un estorbo.
-Gracias, dahir-sonrió irónica.
-De nada.
Entramos al dormitorio que siempre usó desde que palacio fue construido, cerró las cortinas, cogió la única maleta que llevó para tomar alguna prenda y cambiarse.
-No puedes ir por ahí haciendo ese tipo de comentarios, si mi padre te escuchara....
-Tú no dejarías que me hiciera daño-aseguré viéndola quitarse el vestido y poniéndose un suéter holgado de color negro y un pantalón de chándal a juego. Se sentó al borde de la cama y sonrió-. Y yo no dejaré que te hiera, descubriremos qué quiere, por qué tanta hostilidad contra Vládimir. No me parece que sólo sea por no querer adherirse al Imperio, hay varias naciones así y él está concentrando su atención en Ibidem.
-No quiero más de lo mismo, sangre derramada, violencia. Era lo que Sahar intentaba evitar, sé que en este mundo es una tontería pensar que se puede resolver con palabras o con un mínimo de sangre derramada un problema de la magnitud de éste, porque la verdad es que Assiah es el Infierno del Arquetipo, y nosotros, todos, contribuimos a que así fuera, pero hay que trabajar para transformar eso, Sahar hizo algo que volteó el juego y todo empezó cuando la guerra nuclear hizo estragos este mundo.
-Y tú quieres redención-susurré.
-Para mis hermanos, para mí, para ti, para Murdock. No quiero ver a la cara de Aria, Illya y Misty-sonrió al pronunciar el nombre de sus hijas, más por saber a Misty parte de ella-, sabiendo que puedo darles un lugar mejor. Que puedo hacerlo mejor por ellas.
Si Aria la escuchara la abrazaría, pero a falta de su hija adoptiva lo hice yo.
Aria era una luchadora como lo fueron sus padres biológicos, y que la mujer que la adoptó estuviese yendo en contra de los ideales de su tiránico padre, hombre que mandó a ejecutar a la familia de Aria, la enorgullecería porque significaba que Ivel no dejaría que la lucha y posterior muerte de sus padres biológicos fueran en vano.
-¿Irías por Murdock?-preguntó levantándose-. Que no se den cuenta, pero necesito que venga porque tenemos que hablar.
Asentí y fui a cumplir con su pedido, su peligroso pedido.
Ivel
Era agradable saber que estaba bajo el mismo techo que Illya, quería verla pero esperaría hasta terminar de hablar con su padre y aclarar el asunto de Misty.
Seguía sin creer que mi sangre corriera por sus venas, y ella lo sabía. La pequeña sabía que yo era su madre, pero fingió todo el tiempo. Su padre tuvo que mencionarle, entre todo, el nombre de Illya y Aria. Misty actuó sorprendida cuando me preguntó si tenía hijas; Ryden estaba cuidando que yo no me diera cuenta pero sí noté cómo se interpuso cuando miré a la niña esa madrugada cuando llegaron a mi casa. Imagino que siguiendo las órdenes que él le dejó antes de "morir".
Hablar de algo tan delicado para él y para mí en la casa de mi padre no era muy apropiado, alguien podía escuchar demás e ir a contarle al Rey Grigori, pero si no era en ese momento no sabía cuando volvería a encontrarme con mi marido. Azazel podía enviarlo en una misión a otro lugar.
Abrí la puerta tan pronto escuché unos pasos aproximándose, eran él y Dussollier. Murdock entró y ella se quedó en la puerta custodiándola.
Se bajó la capucha y quitó la máscara que cubría su rostro. Puso la capa de viaje en el espaldar de un sillón.
-Siéntate-le dije.
Él suspiró tomando asiento en el mismo lugar donde había dejado su capa.
-Puedo explicarlo-dijo mientras yo me sentaba en el sofá enfrente de él.
-Me alegra que sepas por qué envié a Dussollier a buscarte.
-Ivel, no es un buen lugar para hablar de esto-susurró.
-Cualquier lugar lo es si se trata de aclarar las cosas, si no es aquí y ahora, ¿cuando, Murdock?-Asintió reconociendo que tenía razón, mi padre ya debió darle una nueva orden-. Habla-pedí con un tono dulce, estaba enojada pero no lo suficiente porque yo misma sentía la culpa que sus ojos exhibían.
Resopló frotándose las manos, conocía tan bien sus manías. Estaba muy nervioso.
-Sabía que te darías cuenta de quién era ella apenas me dijiste que estaba en tu casa con Ryden y los demás, por eso te pedí que confiaras en mí.
-Ryden intentó que no la viera cuando llegaron.
-Le pedí que, si algo me pasaba o a Laurel, la mantuviera oculta. Nadie podía saber que se trataba de nuestra hija, y eso te incluía-la voz se le quebró-. Tú y quien nos conociera encontraría las semejanzas físicas, por eso Misty nunca estuvo a la vista de nadie que no fuera de la familia Grier o sirviera a ellos y a mí.
Se levantó, lo dejé continuar sin interrumpirlo porque necesitaba cada detalle de su historia. Necesitaba respuestas.
Seguía sin creer que mi sangre corriera por sus venas, y ella lo sabía. La pequeña sabía que yo era su madre, pero fingió todo el tiempo. Su padre tuvo que mencionarle, entre todo, el nombre de Illya y Aria. Misty actuó sorprendida cuando me preguntó si tenía hijas; Ryden estaba cuidando que yo no me diera cuenta pero sí noté cómo se interpuso cuando miré a la niña esa madrugada cuando llegaron a mi casa. Imagino que siguiendo las órdenes que él le dejó antes de "morir".
Hablar de algo tan delicado para él y para mí en la casa de mi padre no era muy apropiado, alguien podía escuchar demás e ir a contarle al Rey Grigori, pero si no era en ese momento no sabía cuando volvería a encontrarme con mi marido. Azazel podía enviarlo en una misión a otro lugar.
Abrí la puerta tan pronto escuché unos pasos aproximándose, eran él y Dussollier. Murdock entró y ella se quedó en la puerta custodiándola.
Se bajó la capucha y quitó la máscara que cubría su rostro. Puso la capa de viaje en el espaldar de un sillón.
-Siéntate-le dije.
Él suspiró tomando asiento en el mismo lugar donde había dejado su capa.
-Puedo explicarlo-dijo mientras yo me sentaba en el sofá enfrente de él.
-Me alegra que sepas por qué envié a Dussollier a buscarte.
-Ivel, no es un buen lugar para hablar de esto-susurró.
-Cualquier lugar lo es si se trata de aclarar las cosas, si no es aquí y ahora, ¿cuando, Murdock?-Asintió reconociendo que tenía razón, mi padre ya debió darle una nueva orden-. Habla-pedí con un tono dulce, estaba enojada pero no lo suficiente porque yo misma sentía la culpa que sus ojos exhibían.
Resopló frotándose las manos, conocía tan bien sus manías. Estaba muy nervioso.
-Sabía que te darías cuenta de quién era ella apenas me dijiste que estaba en tu casa con Ryden y los demás, por eso te pedí que confiaras en mí.
-Ryden intentó que no la viera cuando llegaron.
-Le pedí que, si algo me pasaba o a Laurel, la mantuviera oculta. Nadie podía saber que se trataba de nuestra hija, y eso te incluía-la voz se le quebró-. Tú y quien nos conociera encontraría las semejanzas físicas, por eso Misty nunca estuvo a la vista de nadie que no fuera de la familia Grier o sirviera a ellos y a mí.
Se levantó, lo dejé continuar sin interrumpirlo porque necesitaba cada detalle de su historia. Necesitaba respuestas.
-Supe por medio de Illya que te habían enviado lejos.-No me sorprendió, sabía que algo así pudo haber pasado, ella buscaría a su padre después de saber que viajaría, e Illya era muy lista, sabía que la culpa de mi viaje la tenía su abuelo-. Estaba muy asustada cuando se proyectó ante mí, en ese entonces sus proyecciones eran de corto tiempo así que me visitó varias veces ese día. Le dije que se calmara y que le dijera a Circe que me contactara, ella sabía exactamente el lugar adonde te había enviado Azazel, pero no sabía la razón ésta llegó a mi por otros medios; hablé con Laurel, estábamos en medio de una batalla contra el ejército de tu padre y yo sólo pensaba en ir a por ustedes, Laurel me instó a hacerlo y me lancé a Prévesa. En el viaje Illya volvió a buscarme diciendo que su mamá tendría un hermano o hermana para ella, estaba feliz-sonrió y no dejé de imitarlo imaginando y recordando a Illya cuando me vio con el vientre abultado.
>>Hablé con Circe y le dije que te llevaría conmigo a Bassan, y volvería por Illya. Pero aconsejó que no, esa acción desencadenaría la ira de Azazel, contigo cerca había dejado de intentar oscuras maniobras contra nuestra hija, ni siquiera se le acercaba demasiado; entonces tomé una de las decisiones más duras que he tomado, me persigue cada día.-Recargó las manos en el espaldar del sillón.
>>Circe me envió un brebaje con una de sus aprendices, es difícil drogar a un Elohim pero siendo mitad humana alguna cosa serviría.-Murdock evitaba mirarme pero yo no le quitaba la vista de encima-. Le diste entrada al castillo donde residías a la aprendiz de mi tía, ella se ocupó del resto hasta que entraste en labor de parto, vi nacer a nuestra Misty.-Miró sus manos como si la estuviese cargando y viendo en ese momento-. Lo que no pude hacer con Illya, todo lo que no pude hacer con Illya podía hacerlo con ella, podía quitársela a Azazel antes de que la viera. Por eso te hicimos creer que era un niño, y que había fallecido, debía parecer convincente y para ello debía hacer tal monstruosidad. Engañarte, hacerte sufrir por una pérdida que no fue tal.
Me levanté, lo veía borroso por las lágrimas acumuladas.
>>Hablé con Circe y le dije que te llevaría conmigo a Bassan, y volvería por Illya. Pero aconsejó que no, esa acción desencadenaría la ira de Azazel, contigo cerca había dejado de intentar oscuras maniobras contra nuestra hija, ni siquiera se le acercaba demasiado; entonces tomé una de las decisiones más duras que he tomado, me persigue cada día.-Recargó las manos en el espaldar del sillón.
>>Circe me envió un brebaje con una de sus aprendices, es difícil drogar a un Elohim pero siendo mitad humana alguna cosa serviría.-Murdock evitaba mirarme pero yo no le quitaba la vista de encima-. Le diste entrada al castillo donde residías a la aprendiz de mi tía, ella se ocupó del resto hasta que entraste en labor de parto, vi nacer a nuestra Misty.-Miró sus manos como si la estuviese cargando y viendo en ese momento-. Lo que no pude hacer con Illya, todo lo que no pude hacer con Illya podía hacerlo con ella, podía quitársela a Azazel antes de que la viera. Por eso te hicimos creer que era un niño, y que había fallecido, debía parecer convincente y para ello debía hacer tal monstruosidad. Engañarte, hacerte sufrir por una pérdida que no fue tal.
Me levanté, lo veía borroso por las lágrimas acumuladas.
-¿Al menos la tuve en brazos de verdad? ¿Me dejaste tenerla antes de llevártela?-le pregunté.
-Sí, sí, te estaba quitando la posibilidad de verla crecer no podía quitarte también el derecho a conocerla.
-No puedo recordarla, sólo recuerdo a un niño.-Di unos pasos atrás cuando intentó acercarse, no era mi intención rechazarlo pero estaba muy afectada-. ¿Quién era? El niño, ¿quién era?
-Hubo un altercado en una colonia lejos del castillo por esos días, fui a ayudar. La masacre fue grande, hombres, mujeres y niños, fue una pesadilla; encontré el cuerpo de ese pequeño y lo llevé conmigo, no merecía ser consumido por el fuego sin tener al menos a alguien que lo amara y honrara en una ceremonia digna. Nadie sobrevivió de aquella intrusión, salvo yo y algunos de los bastardos que se encargaron de iniciarla, lograron huir. Supongo que encontraron un peor final en el camino.
Me senté, Murdock se acercó y se arrodilló. Lo abracé a mí porque sabía que sufrió lo mismo que yo cuando creí que había perdido a nuestro hijo, él sufría por haber tenido que recurrir a un engaño.
-No quería para Misty lo que Illya vivía al tenernos cerca cuando a Azazel le diera la gana, y no lo quería a él cerca de Misty, no quería su influencia cerca de ella. Tú sufres demasiado por Illya, al menos pensando que el bebé que tuviste no tendría que vivir lo mismo que su hermana mayor te tendría algo tranquila.
-La pérdida de un hijo siempre queda marcada, Murdock.
-Lo sé, tu dolor fue mío. Actué pensando en la seguridad de Misty que no consideré toda la agonía que recaería en ti.....
-Deja de pensar en mí por un momento-dije. Pegué mi frente de la suya, cerré los ojos y puse mi mano en su pecho, pude sentir el latido de su corazón golpeando fuerte contra el pecho como si hubiese reconocido a su dueña-. Lo que te tocó hacer tampoco fue fácil, en el pasado me pediste muchas veces que tomáramos a Illya y nos marcháramos, y siempre te dije que sin conocer el paradero de Eloah no podíamos abandonar la seguridad que teníamos al lado de Azazel. Con él disponíamos de Legiones que protegerían a Illya, como sé que también vivíamos cerca del peligro, pero al menos estaríamos informados si Eloah llegaba a aparecer, podíamos cuidar a Illya, las visitas agendadas eran lo de menos cuando había alguien más allí afuera que la quería. Con Azazel teníamos al enemigo cerca.
Murdock se incorporó y dio la vuelta, metió las manos en los bolsillos de su pantalón.
-Tú hiciste algo-continué-, enfrentaste a mi padre.
-Provocándolo lo único que gané fue alejarme de ustedes-dijo volviéndose-. Si no hubiese hecho lo que hice no habría tenido que......
-No lo digas-repliqué caminando hacia él-. No te atrevas a arrepentirte porque entonces me sentiré ofendida y pensaré que lo hecho fue por gusto y ya.-Fruncí el ceño, él rozó mi entrecejo con su dedo índice para que lo relajara. Sonreí-. Por ti Azazel cree que nuestro bebé murió y Misty está a salvo, le diste la libertad que no pudimos darle a Illya. Yo he sido quien les ha fallado a ti y a nuestras hijas, Murdock, no he tenido la valentía de enfrentarme a mi padre, no he sido una verdadera madre para Illya, una madre hace lo que sea. Cosa con la que tú sí cumpliste, pensaste en la seguridad de Misty primero.
-Han sido formas distintas, pero tú también lo has hecho con Illya.-Tomó mis manos entre las suyas-. Perder frente a Azazel y sus Legiones era algo que ya sabía que podía pasar, aunque contara con la ayuda de Amelia y las flechas de Vajra que ella posee, teníamos las de perder. "Morir" frente a todos fue una egoísta oportunidad que tomé, el resto lo sabes, le vendí mi alma a Azazel. Volví a ser parte de sus Legiones con tal de estar cerca tuyo y de Illya, y sabotearlo e intentar sacarlas de acá para reunirnos con Misty.
-Es un difícil trabajo el que tenemos por delante. Eres su escolta personal, su sicario.
-Sabes que no he matado a nadie que no se lo mereciera, sé quiénes son culpables y quiénes inocentes, y nunca he blandido mi espada contra éstos últimos.
Nos sentamos en el sofá, besó mi frente y me observó recorriendo mi mejilla en una suave caricia con el dorso de su mano.
-No lo hice por mal, Ivel-dijo-. Yo no lo....
-Shhhh-Puse mi dedo índice en sus labios-. Hay padres que hacen cualquier cosa por proteger a sus hijos. Nadie puede cuestionar lo que hiciste sin ponerse en tu posición y en lo que estamos viviendo; yo iba a marcharme para reunirme contigo después de enterarme que estaba esperando un bebé, pero no te busqué y te lo oculté. Cuando quise hacerlo de nuevo, totalmente decidida, papá me amenazó.-Entrelazó su mano con la mía-. Yo en principio actué por orgullo, tú lo hiciste porque pensaste primero en nuestra hija, yo le estaba impidiendo sentir y conocer a su padre. Tú la dejaste verme antes de llevártela.
Yo era Azazel, pensé.
-Soy más parecida a mi padre de lo que me gustaría admitir-susurré.
-Has demostrado muchas veces que no es así-me contradijo-. Hoy fue una de esas veces, lo enfrentaste. Es un inicio, pero me siento un poquito celoso por la forma en que hablaste del Señor de Ibidem. ¿Debo preocuparme de vuestra sociedad?-Sonreí, Murdock besó la comisura de mis labios-. Sonríe más, Pequeño Ángel, ahora mucho más.
-No quiero verla marchar, Murdock, no puedo-dije-. Paseé con ella por los jardines de casa, hablamos, la escuché y disfruté cada segundo.-La mirada llena de ilusión que me regaló era hermosa-. Ella sabe quién soy, ¿verdad?
-El tiempo que pasaba con ella le hablaba de ti y de sus hermanas-explicó-. Y de todo.-Enarqué una ceja-. Es como Illya, tiene dones hermosos, te veía en sueños, era feliz cuando soñaba contigo. Entendió cada cosa que le explicaba, a veces la manteníamos al margen pero no duraba mucho porque siempre preguntaba.
-Quisiera tener ese grado de confianza con Illya y contarle todo sobre mí, y la historia detrás. Pero soy miedosa.
-Subestimas a nuestra niña, Aria no te odia y eso que fuiste tú quien llevó hasta sus padres a los Traficantes de Muerte.
-No me lo recuerdes.
-Amas a Aria con todo tu corazón, y sé que no es por culpa.
Dussollier estaba hablando con alguien afuera, Murdock y yo nos levantamos de un salto.
-Es mi hermana-dije.
Mi marido cogió su capa y su máscara.
-Sí, sí, te estaba quitando la posibilidad de verla crecer no podía quitarte también el derecho a conocerla.
-No puedo recordarla, sólo recuerdo a un niño.-Di unos pasos atrás cuando intentó acercarse, no era mi intención rechazarlo pero estaba muy afectada-. ¿Quién era? El niño, ¿quién era?
-Hubo un altercado en una colonia lejos del castillo por esos días, fui a ayudar. La masacre fue grande, hombres, mujeres y niños, fue una pesadilla; encontré el cuerpo de ese pequeño y lo llevé conmigo, no merecía ser consumido por el fuego sin tener al menos a alguien que lo amara y honrara en una ceremonia digna. Nadie sobrevivió de aquella intrusión, salvo yo y algunos de los bastardos que se encargaron de iniciarla, lograron huir. Supongo que encontraron un peor final en el camino.
Me senté, Murdock se acercó y se arrodilló. Lo abracé a mí porque sabía que sufrió lo mismo que yo cuando creí que había perdido a nuestro hijo, él sufría por haber tenido que recurrir a un engaño.
-No quería para Misty lo que Illya vivía al tenernos cerca cuando a Azazel le diera la gana, y no lo quería a él cerca de Misty, no quería su influencia cerca de ella. Tú sufres demasiado por Illya, al menos pensando que el bebé que tuviste no tendría que vivir lo mismo que su hermana mayor te tendría algo tranquila.
-La pérdida de un hijo siempre queda marcada, Murdock.
-Lo sé, tu dolor fue mío. Actué pensando en la seguridad de Misty que no consideré toda la agonía que recaería en ti.....
-Deja de pensar en mí por un momento-dije. Pegué mi frente de la suya, cerré los ojos y puse mi mano en su pecho, pude sentir el latido de su corazón golpeando fuerte contra el pecho como si hubiese reconocido a su dueña-. Lo que te tocó hacer tampoco fue fácil, en el pasado me pediste muchas veces que tomáramos a Illya y nos marcháramos, y siempre te dije que sin conocer el paradero de Eloah no podíamos abandonar la seguridad que teníamos al lado de Azazel. Con él disponíamos de Legiones que protegerían a Illya, como sé que también vivíamos cerca del peligro, pero al menos estaríamos informados si Eloah llegaba a aparecer, podíamos cuidar a Illya, las visitas agendadas eran lo de menos cuando había alguien más allí afuera que la quería. Con Azazel teníamos al enemigo cerca.
Murdock se incorporó y dio la vuelta, metió las manos en los bolsillos de su pantalón.
-Tú hiciste algo-continué-, enfrentaste a mi padre.
-Provocándolo lo único que gané fue alejarme de ustedes-dijo volviéndose-. Si no hubiese hecho lo que hice no habría tenido que......
-No lo digas-repliqué caminando hacia él-. No te atrevas a arrepentirte porque entonces me sentiré ofendida y pensaré que lo hecho fue por gusto y ya.-Fruncí el ceño, él rozó mi entrecejo con su dedo índice para que lo relajara. Sonreí-. Por ti Azazel cree que nuestro bebé murió y Misty está a salvo, le diste la libertad que no pudimos darle a Illya. Yo he sido quien les ha fallado a ti y a nuestras hijas, Murdock, no he tenido la valentía de enfrentarme a mi padre, no he sido una verdadera madre para Illya, una madre hace lo que sea. Cosa con la que tú sí cumpliste, pensaste en la seguridad de Misty primero.
-Han sido formas distintas, pero tú también lo has hecho con Illya.-Tomó mis manos entre las suyas-. Perder frente a Azazel y sus Legiones era algo que ya sabía que podía pasar, aunque contara con la ayuda de Amelia y las flechas de Vajra que ella posee, teníamos las de perder. "Morir" frente a todos fue una egoísta oportunidad que tomé, el resto lo sabes, le vendí mi alma a Azazel. Volví a ser parte de sus Legiones con tal de estar cerca tuyo y de Illya, y sabotearlo e intentar sacarlas de acá para reunirnos con Misty.
-Es un difícil trabajo el que tenemos por delante. Eres su escolta personal, su sicario.
-Sabes que no he matado a nadie que no se lo mereciera, sé quiénes son culpables y quiénes inocentes, y nunca he blandido mi espada contra éstos últimos.
Nos sentamos en el sofá, besó mi frente y me observó recorriendo mi mejilla en una suave caricia con el dorso de su mano.
-No lo hice por mal, Ivel-dijo-. Yo no lo....
-Shhhh-Puse mi dedo índice en sus labios-. Hay padres que hacen cualquier cosa por proteger a sus hijos. Nadie puede cuestionar lo que hiciste sin ponerse en tu posición y en lo que estamos viviendo; yo iba a marcharme para reunirme contigo después de enterarme que estaba esperando un bebé, pero no te busqué y te lo oculté. Cuando quise hacerlo de nuevo, totalmente decidida, papá me amenazó.-Entrelazó su mano con la mía-. Yo en principio actué por orgullo, tú lo hiciste porque pensaste primero en nuestra hija, yo le estaba impidiendo sentir y conocer a su padre. Tú la dejaste verme antes de llevártela.
Yo era Azazel, pensé.
-Soy más parecida a mi padre de lo que me gustaría admitir-susurré.
-Has demostrado muchas veces que no es así-me contradijo-. Hoy fue una de esas veces, lo enfrentaste. Es un inicio, pero me siento un poquito celoso por la forma en que hablaste del Señor de Ibidem. ¿Debo preocuparme de vuestra sociedad?-Sonreí, Murdock besó la comisura de mis labios-. Sonríe más, Pequeño Ángel, ahora mucho más.
-No quiero verla marchar, Murdock, no puedo-dije-. Paseé con ella por los jardines de casa, hablamos, la escuché y disfruté cada segundo.-La mirada llena de ilusión que me regaló era hermosa-. Ella sabe quién soy, ¿verdad?
-El tiempo que pasaba con ella le hablaba de ti y de sus hermanas-explicó-. Y de todo.-Enarqué una ceja-. Es como Illya, tiene dones hermosos, te veía en sueños, era feliz cuando soñaba contigo. Entendió cada cosa que le explicaba, a veces la manteníamos al margen pero no duraba mucho porque siempre preguntaba.
-Quisiera tener ese grado de confianza con Illya y contarle todo sobre mí, y la historia detrás. Pero soy miedosa.
-Subestimas a nuestra niña, Aria no te odia y eso que fuiste tú quien llevó hasta sus padres a los Traficantes de Muerte.
-No me lo recuerdes.
-Amas a Aria con todo tu corazón, y sé que no es por culpa.
Dussollier estaba hablando con alguien afuera, Murdock y yo nos levantamos de un salto.
-Es mi hermana-dije.
Mi marido cogió su capa y su máscara.
-Murdock-lo llamé cuando lo vi dirigirse hacia el balcón-. Antes me equivoqué al no apoyarte lo suficiente, es un error que no pienso volver a cometer. Tienes mi lealtad .
Acaricié la comisura de sus labios después de besarlo allí.
-Tienes mi lealtad-repitió sonriendo-. Quiero que sepas que no podía arriesgarme a que tu padre le ordenara a Uriel ver en tu mente para asegurarse de que el bebé había muerto, Circe se encargó de decirle que perderías a este hijo pero conociéndolo buscaría asegurarse de que fuese verdad.
-Lo tenían todo pensado-susurré-. No hablemos más de esto, y tomemos precauciones en nuestros movimientos contra mi padre. Sin secretos entre nosotros.
-Hablamos luego, tu hermana va a matar a Dussollier-rió.
Cubrió su rostro con la máscara, vistió su capa y saltó tras asegurarse desde el balcón que no había gente cerca que lo viera salir de mi dormitorio.
Abrí la puerta, Azana empujó a Dussollier a un lado y entró revisando cada parte de mi habitación.
-¿A quién tenías aquí? ¿Con quién hablabas, golfa?-preguntó cuando no encontró a nadie en el cuarto de baño.
Miré a Dussollier, mi querida dahir estaba al borde de un colapso de la risa que estaba conteniendo.
-¿Qué está pasando?-preguntó mi hermana, nos miró a una y a otra-. ¿Tenías a uno de los hombres de nuestro padre aquí?
-No sé por qué piensas eso de mí-respondí.
-Digamos que tu reputación te precede, cariño.
La invité a sentarse, Dussollier arqueó las cejas conociendo mis intenciones. Ya no quería esconderle este asunto a Azana.
-La forma en que te dirigiste a papá hoy fue excelente, te plantaste dando a respetar tu opinión y tu decisión. Estoy orgullosa de ti-dijo sonriendo-. Ahora dime con quién estabas. ¿Era Félix? ¿Al fin estás superando a Murdock?
Me eché hacia atrás sin mirarla a la cara. ¡Qué difícil será contarle esto!, pensé.
-Jamás lo superaré, todos tenemos un gran amor y él es el mío-contesté sinceramente-. Azana, Murdock est.....
-Espera, antes de que sigas tienes que saber que me encontré con Amelia en Bassan hace días-me interrumpió-. Dijo que intentáramos controlar a papá, y que dejemos de querer perjudicar a Vládimir Szentes o será ella quien ejecute un acto terrorista lo suficientemente grande para volar Ciudad Palacio con todo y Elohim. Dijo que en Assiah, la inmortalidad, que es lo único que nos queda de nuestra vida celestial, no durará para siempre.
-¿Por qué Amelia tomaría el riesgo de aparecer para amenazarnos, y todo por el Señor de Ibidem? ¿Por qué él vale el riesgo?-pregunté parándome delante de Azana y Dussollier.
-Es la segunda vez que se deja ver en lo que va de año-dijo Dussollier-. La primera fue el mes pasado, en la fotografía no se ve su rostro, está con él y sólo la llamaron "rubia misteriosa" en algunos diarios de circulación internacional, pero la reconocí por un brazalete que llevaba en la muñeca.
-¿Y cómo es que no leí esa noticia?-pregunté.
-Porque dices que son la misma porquería mass mierda de años pasados, dahir.
Azana rió.
-A mí me preocupa más ese asuntito de que la inmortalidad no nos durará para siempre-dijo más seria.
-Hemos excedido el tiempo límite que nos impusimos para pasar en Assiah, en el pasado cuando veníamos nos quedábamos por poco tiempo. Assiah tiene sus reglas, es mundo de mortales y si un inmortal pasa mucho tiempo aquí Assiah lo envuelve en sus reglas, es decir va convirtiendo a ese inmortal en mortal. Envejeceremos con más lentitud y luego moriremos, incluso podemos llegar a enfermar, y las flechas de Amelia ya no serán lo único que nos haga daño-le recordé.
-Mierda, es cierto-bufó Azana-. Y no podemos regresar al Cielo, estamos atrapados aquí.
-La regla no aplica a Eloah, ni a Circe porque está ligada a Caín y éste es Espíritu, su inmortalidad es verdadera. La nuestra es una copia.-Y claro, mucho menos aplicaba a Sahar. Azana se levantó visiblemente preocupada-. No podemos olvidar que Sahar hizo algo que cambió Assiah-proseguí-, de ahí que Amelia esté segura de que si Azazel continúa actuando en contra de Vládimir Szentes una bomba en Ciudad Palacio nos volará a todos. Es probable que esa regla de Assiah se aplique más rápido sobre nosotros. Los próximos diez años, y estoy siendo caritativa, podrían significar mortalidad para todos los Elohim, sin excepción-dije mirando a mi hermana.
-Tienes mi lealtad-repitió sonriendo-. Quiero que sepas que no podía arriesgarme a que tu padre le ordenara a Uriel ver en tu mente para asegurarse de que el bebé había muerto, Circe se encargó de decirle que perderías a este hijo pero conociéndolo buscaría asegurarse de que fuese verdad.
-Lo tenían todo pensado-susurré-. No hablemos más de esto, y tomemos precauciones en nuestros movimientos contra mi padre. Sin secretos entre nosotros.
-Hablamos luego, tu hermana va a matar a Dussollier-rió.
Cubrió su rostro con la máscara, vistió su capa y saltó tras asegurarse desde el balcón que no había gente cerca que lo viera salir de mi dormitorio.
Abrí la puerta, Azana empujó a Dussollier a un lado y entró revisando cada parte de mi habitación.
-¿A quién tenías aquí? ¿Con quién hablabas, golfa?-preguntó cuando no encontró a nadie en el cuarto de baño.
Miré a Dussollier, mi querida dahir estaba al borde de un colapso de la risa que estaba conteniendo.
-¿Qué está pasando?-preguntó mi hermana, nos miró a una y a otra-. ¿Tenías a uno de los hombres de nuestro padre aquí?
-No sé por qué piensas eso de mí-respondí.
-Digamos que tu reputación te precede, cariño.
La invité a sentarse, Dussollier arqueó las cejas conociendo mis intenciones. Ya no quería esconderle este asunto a Azana.
-La forma en que te dirigiste a papá hoy fue excelente, te plantaste dando a respetar tu opinión y tu decisión. Estoy orgullosa de ti-dijo sonriendo-. Ahora dime con quién estabas. ¿Era Félix? ¿Al fin estás superando a Murdock?
Me eché hacia atrás sin mirarla a la cara. ¡Qué difícil será contarle esto!, pensé.
-Jamás lo superaré, todos tenemos un gran amor y él es el mío-contesté sinceramente-. Azana, Murdock est.....
-Espera, antes de que sigas tienes que saber que me encontré con Amelia en Bassan hace días-me interrumpió-. Dijo que intentáramos controlar a papá, y que dejemos de querer perjudicar a Vládimir Szentes o será ella quien ejecute un acto terrorista lo suficientemente grande para volar Ciudad Palacio con todo y Elohim. Dijo que en Assiah, la inmortalidad, que es lo único que nos queda de nuestra vida celestial, no durará para siempre.
-¿Por qué Amelia tomaría el riesgo de aparecer para amenazarnos, y todo por el Señor de Ibidem? ¿Por qué él vale el riesgo?-pregunté parándome delante de Azana y Dussollier.
-Es la segunda vez que se deja ver en lo que va de año-dijo Dussollier-. La primera fue el mes pasado, en la fotografía no se ve su rostro, está con él y sólo la llamaron "rubia misteriosa" en algunos diarios de circulación internacional, pero la reconocí por un brazalete que llevaba en la muñeca.
-¿Y cómo es que no leí esa noticia?-pregunté.
-Porque dices que son la misma porquería mass mierda de años pasados, dahir.
Azana rió.
-A mí me preocupa más ese asuntito de que la inmortalidad no nos durará para siempre-dijo más seria.
-Hemos excedido el tiempo límite que nos impusimos para pasar en Assiah, en el pasado cuando veníamos nos quedábamos por poco tiempo. Assiah tiene sus reglas, es mundo de mortales y si un inmortal pasa mucho tiempo aquí Assiah lo envuelve en sus reglas, es decir va convirtiendo a ese inmortal en mortal. Envejeceremos con más lentitud y luego moriremos, incluso podemos llegar a enfermar, y las flechas de Amelia ya no serán lo único que nos haga daño-le recordé.
-Mierda, es cierto-bufó Azana-. Y no podemos regresar al Cielo, estamos atrapados aquí.
-La regla no aplica a Eloah, ni a Circe porque está ligada a Caín y éste es Espíritu, su inmortalidad es verdadera. La nuestra es una copia.-Y claro, mucho menos aplicaba a Sahar. Azana se levantó visiblemente preocupada-. No podemos olvidar que Sahar hizo algo que cambió Assiah-proseguí-, de ahí que Amelia esté segura de que si Azazel continúa actuando en contra de Vládimir Szentes una bomba en Ciudad Palacio nos volará a todos. Es probable que esa regla de Assiah se aplique más rápido sobre nosotros. Los próximos diez años, y estoy siendo caritativa, podrían significar mortalidad para todos los Elohim, sin excepción-dije mirando a mi hermana.
Circe sigue destacándose. Esa estratagema es digna de su versión de La Odisea, por su astucia, el uso de brebajes. Y las intenciones, son dignas de esta Circe. Que tiene una inmortalidad conectada con Caín. Así que perderá eficacia, como la de la familia de Azazel. Que empiecen a temblar. Porque Amelia anda por ahí.
ResponderEliminarQue bien contado.
Besos
Circe es un genio de mujer, a ver qué más hará en el transcurso de la historia.
EliminarGracias, amigo.
Besos :)
Amelia convertida en terrorista, es como que está en el bando contrario. Y me gusta ese nombre Dussollier, me parece elegante.
ResponderEliminarBesos dulces Ivel, ya casi te pillo :)
De asesina serial, al inicio de Vestida de Luna, a terrorista aquí... Buajaja :)
EliminarEs bonito el nombre, y sí, suena elegante...
"Casi" es la palabra clave aquí, casi pero no porque ya colgué otro capítulo xD
¡Besicos, Dulce!