El silencio de la noche la arropó, las sombras volvían a atormentarla. Ansiedad, otra vez, otra vez, ansiedad...
Se volvió ciega y sorda mientras se despojaba de la ropa, y caminaba rumbo a su habitación; habían pasado dos meses, dos hermosos meses en paz consigo misma, su alma era toda luz sin rastros de la oscuridad con la que los demonios la cubrieron tiempo atrás.
La estabilidad emocional que en ocasiones le costaba conseguir le pareció eterna, pero llegó el día en que su perfecto castillo de naipes se vino abajo, derrumbándola. Otra vez.... Lloró bajo el agua, no sabía por qué tenía que ser así, se conocía, era fuerte..... Lo soy, sé que lo soy... Susurraba.
Dejó que el agua cayera por su rostro, tras eso, cerró la regadera y salió desnuda, caminó hasta la cocina, se sirvió un vaso de agua y volvió a la habitación
Se miró al espejo, su pelo negro, húmedo por la ducha que se había dado para calmarse un poco, caía por sus hombros. Su flequillo había desaparecido, sólo un mechón de cabello caía por su frente. Ese mechón rebelde suyo....
Puso el vaso de agua en la mesita de noche, tomó aire y volvió sobre sus pasos. En el salón encendió su reproductor de música dejando sonar una canción que llenó su alma y lo trajo a él....
En aquel entonces temió conocerle y terminar enamorándose como una tonta. Pero él le dio entrada, y un pedacito de su ser.... Todo yo, de ti... Recordó su voz, y sonrió.
Sabía lo complicada que era en ocasiones, reverenda idiota de momentos muy negros en los que lo necesitaba lejos para no herirlo con su tristeza, y subía los muros de su fortaleza para proteger lo que más quería.
No se permitía llorar frente a él, frente a nadie....
Cubrió su desnudez con una de sus camisas, aún conservaba su aroma.
Quería sentir calma, paz... Quería volver a hace dos meses, o a antes de vivir lo que vivió, volver tan atrás significaba dejar de ser lo que era hoy.... Se sentía cobarde cuando cedía a la oscuridad, cuando su luz se hacía tan tenue que costaba divisarla. Excepto él, él parecía verla hasta en momentos como estos....
La magia del alma, de su alma y de la de él convergen, se entienden, encajan a la perfección y a ella aún le costaba aceptarlo, aunque creía en la magia. En hadas y duendes, sí, aún había cabida para eso en su mundo...
Poco a poco los miedos y las sombras comenzaban a dar marcha atrás; ella se hallaba sentada en medio de la cama, rodeando sus rodillas con sus brazos. Parecía niña pequeña después de recibir una reprimenda; no escuchó la puerta cerrarse, ni el sonido de las ruedas de su maleta. Ni sus pasos pausados, serenos, al dirigirse a su habitación.
Sus dedos alcanzaron su mano en un ligero roce. Ella levantó la cara, y sonrió.
-Hoy el alma escuece-susurró él, reconociendo el dolor en la mirada. La misma que su sonrisa alcanzó.
-Hoy vuelvo a ser débil.
-No digas eso, niña, una caída te da la oportunidad de volver a renacer. Y sabes cómo renacer, te conozco.
Apoyó su frente en la de ella, y sus dedos rozaron su mejilla.
-Tienes algo mío-agregó con una sonrisa maliciosa en los labios, había notado que debajo de la camisa no llevaba nada.
Ella se apartó y se quitó la camisa que le pertenecía a su amante consentido. A su niño mimado....
Y en silencio le quitó el suéter negro a él; se deshizo de los zapatos y se sentó en medio de la cama con ella. La atrajo, y tan sólo compartieron miradas, ella acarició su pecho, él sonrió al ver sus uñas pintadas de negro. Le gustaba pintarlas así, alguna vez le dijo que era un color que le gustaba tanto como el rojo, y así como muchos veían magia en el blanco, ella veía el mismo tipo de magia en ese oscuro color.
Era rara, perfecta en su imperfección... Mágicamente rara, una bruja de mirada fría y luz radiante que le costaba ver....
Pero yo te veo....le susurró, mientras la acariciaba. Como si hubiesen tenido esa conversación durante todo el rato...
Yo te veo, eres Calidez....
Yo te veo, y hay un halo que te rodea volviéndote Mítica... Mística... Celestial...
Yo te veo, eres Magia....
Yo te veo, lo eres Todo...
Mi principio y Fin....
Empiezo y Termino en Ti...
Vivo y Muero en Ti...
Y en la distancia ansío volver, eres puerto seguro....
Yo te veo.... Te conozco desde antes...
Fuiste Mía, morena...
Fuiste la Estrella que me guió en el desierto, porque fui nómada en el pasado y hoy soy nómada en tu cuerpo...
En ti me encuentro...
Eres Vida, créelo.... Eres mí Vida....
Ella no pudo contener más las lágrimas, y en medio de la sonrisa lloró. Él secó sus lágrimas, y recordó que alguna vez ella le dijo que no era una modelo, que no se comparaba con las mujeres que habían pasado por su vida, hermosas seguro. Y que no merecía a un hombre tan bueno.
Él le recordaba día con día que era única, hermosa, inteligente, segura, fuerte.... Y nunca volvió a mencionar aquello.
La amaba, no sabía cómo o por qué, y no quería saber, pero la amaba....
Besó su boca, y se acostó con ella encima...
-Mi niño mimado....-susurró, sonriendo contra sus labios.
-Sé fuerte, morena.. Sonríe, sé fuerte, te amo...
Apretó su culo, ella mordió su labio inferior en respuesta.
Su lengua buscó la suya, rozando, tentando a su amante....
Él era su paz, y ¿cómo se enamoró siendo el desastre que era? ¿Cómo se enamoró si lo evitó por tanto tiempo? ¿Cómo es posible amar(lo) así? No lo sabía, tampoco quería entender o saberlo...
Él... Desde el principio de todo, de todos...
Siempre fue él....
Ufffffffffff niña... ¿puedo sólo soplar? ...o suspirar, lo mismo da ...menos mal que te he leído de mañana ...y no digo más que luego todo se me entiende.
ResponderEliminarBesotes enormes....e infinitos!
Jajajaja Has lo que quieras, aquí puedes hacer lo que tú quieras... ;)
EliminarBesazos infinitos, mi Almita!!!
Es pasión pero yo veo tanta ternura, tanto amor... que enloquece.
ResponderEliminarUn besazo enorme, guapa.
Me alegra que veas eso, quise transmitir un poco de todo...
EliminarBesicos, hermosa Azul... :***
Yo veo romanticismo, la veo, me veo.
ResponderEliminarBesos dulces.
Me gusta mucho cuando la ves, y te ves, amigo Dulce :)
EliminarBesos muchos!!
Es curioso como no coinciden la visión que ella tiene de si misma con la visión que él tiene de ella
ResponderEliminarDespierta pasiones muy intensas esa mujer.
Casi que visualicé la escena.
Besos.
Hay días en los que el alma escuece... y es entonces cuando sólo se necesita encerrarse en el pecho de alguien y aspirar el aroma a seguridad. Me encanta esta entrada, Ivel.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa.