Principado de Asturias....
Bajé el arma al mismo tiempo que Enrique aparecía detrás de Matthew.
Me miró entre asustado y confundido, tal y como estaba mi padre adoptivo; su mirada bajó hacia el arma, en cuanto volvió a enfocarse en mí, preguntó:
-¿Qué acaba de pasar?
Matthew estaba inmóvil, no prestó atención a Enrique, sólo me observaba. Su rostro volvía a adquirir una expresión relajada, aún así ignoró al otro hombre.
-Le daba una lección a mi padre, él cree que no soy capaz de meterle una bala entre ceja y ceja-respondí, sentándome en el suelo como antes de la llegada de Matthew.
-¡¿Te volviste loca, Amanda?!-exclamó Enrique, escandalizado por mi contestación. Entró y se agachó delante de mí.-¿Y así quieres que Luna perdone tu comportamiento, cuando no haces ningún esfuerzo por cambiarlo?
-Yo no quiero su perdón, sólo quiero protegerla de él, y de los suyos.
Enrique me abrazó, lo hizo por culpa, lo sé. Su familia está tan metida en esto como lo están Viktor Strauss, y Matthew Carlysle; sólo pensar que su hermana menor Lucrecia, hace vida en la Triada como una de sus líderes, debe volverlo loco. Yo en algún momento quise asesinarlo, pero él es diferente, él renunció a su familia, renunció a pertenecer a tan macabra agenda, a liderarla, renunció a su destino como hermano mayor y líder. Fue entonces cuando Lucrecia tomó su lugar, y posiblemente, es lo peor que pudo pasar porque esa rubia con cara y sonrisa de ángel es un demonio.
-No fue sólo el sonido del disparo lo que me trajo aquí.-Se separó un poco de mí, le lanzó una dura y fugaz mirada a Matthew. Y continuó-Venía a decirte que.... Está en los noticiarios....
El nerviosismo lo traicionó.
-¿Qué cosa?-Me puse de pie.
-El avión donde llevaban a Sebastian y a su familia se vino abajo, Amanda.-La voz se le quebró, y por un instante todo a mi alrededor quedó en blanco.
Viktor no tumbaría el avión que lleva a su hijo medio muerto, a sus otros dos hijos, a su mujer, y lo más importante para él: Vit.
No, le costó mucho conseguir el clon perfecto de mí como para mandar a la mierda su trabajo intentando deshacerse de su familia; además puedo apostar a que tiene a Piotr de su lado, es de su misma calaña. Aquí pasó algo más.
Cogí mi móvil y le marqué a Soren.
-¿Dónde estás?-pregunté.
-Con el joven Piotr en la mansión Zarazua-respondió en un susurro.
-¿Vit está con ustedes? ¿Quién acompañó a Sebastian? ¿Quién lo escoltó?
-Sí, la niña está con nosotros. La señora Strauss y su hija Paloma se marcharon a Berlín para acompañar a Sebastian, cuatro hombres los escoltaron, entre ellos uno llamado Declan.
Enrique y Matthew no me quitaban la mirada de encima.
-Señorita Carlysle, lo que planean hacer con la niña...-Soren se detuvo, apenas pude oír lo siguiente pues bajó la voz, más, sí se podía.-....no creo que sea bueno.
Colgué.
Declan iba en el avión, Piotr sabía lo que iba a pasar. Seguro recibió órdenes de bajar a Vit con alguna excusa; y si no me equivoco con respecto a Declan: Sebastian, su madre y su hermana deben seguir con vida.
Cogí una chaqueta de mi armario.
-¿Adónde vas?-inquirió Matthew.
-Tengo cosas qué hacer, pues verás: tu General envía a su primogénito a infiltrarse en una compañía cuyo mayor inversionista es el hombre al que ustedes quieren encontrar, no le importó que, de ser descubierto, muriera, lo cual terminó pasando. Y luego manda a un mercenario a asesinar a su segundo hijo quien desconfía de él; sí, Matty, Sebastian estaba enterado de todo este juego de poder que tienen en las sombras. Sebastian sabía todo acerca de la agenda secreta que tienen, y se lo dijo sutilmente a su padre, sólo que Viktor entendió el mensaje y optó por quitar de en medio al estorbo.-Matthew me sostuvo la mirada, pero supe que estaba procesando lo que le estaba diciendo. Sobre todo la pequeña pista que le di acerca de mi padre biológico, el hombre detrás de SaharGlobal.-Ese avión cayó gracias a tu General, deberías poner orden en tus filas, papá. Regresa a casa, o quédate, me vale mierda.
Salí de la habitación, Enrique me siguió. Y al mirar por encima de mi hombro vi a Matthew caminando detrás de nosotros.
-¿Qué planeas hacer?-preguntó Enrique.
-Voy a ver a tu siniestra hermana, Piotr tiene a Vit en su mansión y no quiero ni imaginar lo que Lucrecia tiene pensado hacerle.
-Voy contigo....
-No, te necesito aquí con Maura. Está preocupada por Luna, y yo creo saber dónde puede estar, no debe tardar en comunicarse con su tía.
Me detuve y Matthew siguió su camino, salió de la casa. Enrique y yo nos quedamos en el vestíbulo.
-Mi hermana tiene una guardia muy peligrosa, Amanda.-Me advirtió Enrique.
-Lo sé, no haré ninguna estupidez. Sacaré a Vit de allí sin derramar sangre inocente.
Abrí la puerta y salí, no sin antes oírlo decir que me había entendido.
En esa casa no había sangre inocente, salvo la de Vit.
-Amanda....
Desde la habitación de Sahar pude oír una voz familiar, la escuché esa mañana antes de entrar a la iglesia para el funeral de Niklaus.
Era Lucrecia, la hermana menor de mi tío.
Pero ¿qué hacía ella aquí?
Entreabrí la puerta, pude verla desde allí. Iba acompañada por unos cinco hombres vestidos con el mismo tipo de ropa. Eran soldados, sí, y escuché cómo les ordenaba que la dejaran sola; Faye se rió, vio cómo un chiste la osadía de Lucrecia al pedir quedar a solas con ella.
-Qué bonito lugar, ¿quién paga todo este lujo?-preguntó Lucrecia, admirando el salón.
-¿Qué quieres?-soltó Faye de mal talante.
Desde donde pude ver, la joven Lucrecia no se tomó a mal el tono de Faye, es más: sonrió.
-Hace unos días viniste a mi casa y me amenazaste en nombre de tu "Señor", éste hombre místico e inmortal al que mis antepasados han perseguido por siglos; vine porque quiero una audiencia con él. Quiero negociar en persona con el Immortal, y creo que puedes ayudarme.
Faye soltó una carcajada, fue al bar y se sirvió otro vaso de coñac. Estaba nerviosa, por mucho que dijera que Sahar estaba bien y que no le preocupaba porque se podía cuidar sola, tan sólo se mentía para intentar convencerse, para no temer por ella.
-Me sorprende en serio que hayas dado con ésta casa, debo felicitarte por ello, Lucrecia. Bueno, tendrías el mérito si yo no me hubiese dejado ver a propósito viniendo hacia acá.-Lucrecia le dio la espalda y empezó a pasearse por el salón.-Mi Señor no va a darte una audiencia, eres tan poquita cosa que sería una pérdida de tiempo para él. No queremos negociar con gente como tú, ¿no entendiste el mensaje que dimos con la muerte de Niklaus Strauss, y con la de muchos otros antes que él? Nosotros somos la mejor opción para este mundo, los humanos como tú no están hechos para gobernar, sino para ser gobernados. Vuestra hostilidad los ha llevado a la destrucción, y está llevando a éste planeta a la nada. Eso le duele a mi Señor.
-¿Y por qué no ha hecho nada para detener la destrucción que "hemos" causado? No he visto mejoras, medio Oriente sigue en guerra, el Terrorismo....
-Hemos ido menguando todos vuestros esfuerzos por hacer que la gente clame por un Nuevo Orden. Y créeme, Lucrecia, si es guerra lo que tú y los tuyos están pidiendo a gritos, eso les daremos. Hablaremos en vuestro mismo idioma; al final mi Señor estará por encima de todos ustedes, y les dará a los humanos un mejor gobierno que el que ustedes tienen pensado.
Lucrecia se rió, y tomó asiento.
-Tu Señor puede ser inmortal, pero ¿qué es sin eso? Nosotros tenemos un ejército mayor que el vuestro, gobiernos cuyos hilos movemos desde las sombras, y un experimento a gran escala que está dando resultados. ¿Sabes cuántas personas hay en el mundo, Faye? ¿Sabes cuántas de esas personas darían la vida por mí y por los míos?-Faye se dio cuenta de que yo estaba viendo desde la puerta, y me fulminó con la mirada. Yo no pensaba moverme de allí.-Todos-dijo Lucrecia.-Tenemos la mente de cada ser humano, aquí.-Estiró la palma de su mano, siempre sonriendo.-Yo diría que tu Señor no tiene oportunidad, puede asesinar a cuántos quiera de los míos, el número se multiplicará. No le temo a sus amenazas, bien puedes decírselo.
Faye se sentó frente a ella y de espaldas a mí. Pude percibir lo tensa de la conversación, una de las dos iba a perder los estribos en cualquier momento.
-Eres encantadora, Lucrecia. Y al mismo tiempo me das asco, pondrías en riesgo la vida de tu hermano con tal de conseguir lo que quieres, venderías a tu familia, derramarías sangre de tu pueblo.... Das asco.
-Tu padre no fue diferente a mí-dijo Lucrecia con una sonrisa de oreja a oreja.-Tuvimos que ordenar su ejecución porque nos estaba causando problemas, se estaba saliendo de control.
-Mi padre no era como ustedes...
-Claro que lo era, hicimos desaparecer a muchos niños en Rusia para adoctrinar y experimentar con ellos. Se probaron drogas, torturas, ¡Dios! Tu padre estaba encantado con todo lo que obtuvimos. Sin embargo,-la cara de Lucrecia pasó a ser más seria.-empezó a secuestrar niños sin nuestro consentimiento, y a trabajar en una cura para la enfermedad de tu hermano, me parece.
El vaso que Faye tenía en la mano se rompió. Esto no iba a acabar bien.
-Te duele conocer la verdad sobre tu padre, ¿no?-Quise salir, pero si lo hacía terminaría empeorando todo.-Es difícil, digo, has vivido creyendo que era un inocente más. Recuerdo que me dijeron que tú encontraste su cuerpo, y el de tu madre y hermano, ¿estabas llegando de Roma, no?
Faye se levantó, y yo cerré la puerta, pero aún podía oírlas.
-Quiero que te vayas, no habrá audiencia.-le escuché decir a Faye.
-Es una lástima, nos hubiésemos llevado muy bien.
-No, no lo creo.
-Dile a tu Señor que tenemos a sus hijas: Amara Argent, y a una pequeña Amelia, para quienes tengo planeado algo muy atroz.-Vit. pensé al oír lo de la "pequeña Amelia".-Y si en ellas no encuentro lo que busco, le daré caza a él personalmente. Ya me harté de jugar.
En cuanto oí la puerta cerrarse, salí.
-Tiene a Vit, debemos...
-¡No!-exclamó. Cerró los ojos, tomó aire y lo soltó despacio-No vamos a hacer nada.
-¿Y Sahar? ¿Qué hay de Sahar? Te está matando no saber nada de ella, o lo que pueda estar pasándole. Lo sé, Faye, se nota a leguas que ella y tú son algo más, y que en este momento quisieras estar en su lugar para que no le hagan daño. Lo sé, porque es exactamente lo que estoy experimentando yo al no saber nada de Sebastian.
Faye se dejó caer en el sofá, se tapó la cara con las manos.
-Y eso que Lucrecia dijo sobre tu padre sólo está empeorando tu estado de ánimo-agregué. Faye levantó la cara, las lágrimas corrían por sus mejillas.-¿No sabías nada de eso? ¿No sabías que tu padre trabajaba para ellos?
-Ignoraba muchas cosas en ese tiempo, Luna Giraldo. Hasta hoy creía que Amanda también estaba metida en ese complot contra mi padre.
-Por eso te cae tan mal-dije, entendiendo su hostilidad al hablar, de la forma en que lo hizo, de mi hermana.
-Mi padre era socio de Viktor, y al morir, éste se quedó con todo.-Apretó sus manos en puños.-Asesinaron a mi padre, a mi hermano, y a mi madre. Cuando llegué de viaje ese día, encontré los cuerpos desmembrados en la sala, y todo revuelto; recuerdo haber visto a Amanda subiendo a un coche, por eso pensé que ella también estaba involucrada. Ahora quiero saber qué demonios hacía allí.-Me senté en donde antes estuvo sentada Lucrecia.-Después del funeral, al que tanto Lucrecia como Amanda asistieron, desaparecí. Me marché lejos, ya no me quedaba nada, y fue cuando lo encontré todo.
Hubo algo de ternura en la mirada que me regaló, estaba pensando en ella. En la otra chica que tiene mi rostro.
-Conociste a Sahar.
Faye asintió.
Se limpió las lágrimas, y se puso de pie.
-Vamos a por Vit. No le pondremos las cosas fáciles a esa maldita.
-Luna.....
Me miró entre asustado y confundido, tal y como estaba mi padre adoptivo; su mirada bajó hacia el arma, en cuanto volvió a enfocarse en mí, preguntó:
-¿Qué acaba de pasar?
Matthew estaba inmóvil, no prestó atención a Enrique, sólo me observaba. Su rostro volvía a adquirir una expresión relajada, aún así ignoró al otro hombre.
-Le daba una lección a mi padre, él cree que no soy capaz de meterle una bala entre ceja y ceja-respondí, sentándome en el suelo como antes de la llegada de Matthew.
-¡¿Te volviste loca, Amanda?!-exclamó Enrique, escandalizado por mi contestación. Entró y se agachó delante de mí.-¿Y así quieres que Luna perdone tu comportamiento, cuando no haces ningún esfuerzo por cambiarlo?
-Yo no quiero su perdón, sólo quiero protegerla de él, y de los suyos.
Enrique me abrazó, lo hizo por culpa, lo sé. Su familia está tan metida en esto como lo están Viktor Strauss, y Matthew Carlysle; sólo pensar que su hermana menor Lucrecia, hace vida en la Triada como una de sus líderes, debe volverlo loco. Yo en algún momento quise asesinarlo, pero él es diferente, él renunció a su familia, renunció a pertenecer a tan macabra agenda, a liderarla, renunció a su destino como hermano mayor y líder. Fue entonces cuando Lucrecia tomó su lugar, y posiblemente, es lo peor que pudo pasar porque esa rubia con cara y sonrisa de ángel es un demonio.
-No fue sólo el sonido del disparo lo que me trajo aquí.-Se separó un poco de mí, le lanzó una dura y fugaz mirada a Matthew. Y continuó-Venía a decirte que.... Está en los noticiarios....
El nerviosismo lo traicionó.
-¿Qué cosa?-Me puse de pie.
-El avión donde llevaban a Sebastian y a su familia se vino abajo, Amanda.-La voz se le quebró, y por un instante todo a mi alrededor quedó en blanco.
Viktor no tumbaría el avión que lleva a su hijo medio muerto, a sus otros dos hijos, a su mujer, y lo más importante para él: Vit.
No, le costó mucho conseguir el clon perfecto de mí como para mandar a la mierda su trabajo intentando deshacerse de su familia; además puedo apostar a que tiene a Piotr de su lado, es de su misma calaña. Aquí pasó algo más.
Cogí mi móvil y le marqué a Soren.
-¿Dónde estás?-pregunté.
-Con el joven Piotr en la mansión Zarazua-respondió en un susurro.
-¿Vit está con ustedes? ¿Quién acompañó a Sebastian? ¿Quién lo escoltó?
-Sí, la niña está con nosotros. La señora Strauss y su hija Paloma se marcharon a Berlín para acompañar a Sebastian, cuatro hombres los escoltaron, entre ellos uno llamado Declan.
Enrique y Matthew no me quitaban la mirada de encima.
-Señorita Carlysle, lo que planean hacer con la niña...-Soren se detuvo, apenas pude oír lo siguiente pues bajó la voz, más, sí se podía.-....no creo que sea bueno.
Colgué.
Declan iba en el avión, Piotr sabía lo que iba a pasar. Seguro recibió órdenes de bajar a Vit con alguna excusa; y si no me equivoco con respecto a Declan: Sebastian, su madre y su hermana deben seguir con vida.
Cogí una chaqueta de mi armario.
-¿Adónde vas?-inquirió Matthew.
-Tengo cosas qué hacer, pues verás: tu General envía a su primogénito a infiltrarse en una compañía cuyo mayor inversionista es el hombre al que ustedes quieren encontrar, no le importó que, de ser descubierto, muriera, lo cual terminó pasando. Y luego manda a un mercenario a asesinar a su segundo hijo quien desconfía de él; sí, Matty, Sebastian estaba enterado de todo este juego de poder que tienen en las sombras. Sebastian sabía todo acerca de la agenda secreta que tienen, y se lo dijo sutilmente a su padre, sólo que Viktor entendió el mensaje y optó por quitar de en medio al estorbo.-Matthew me sostuvo la mirada, pero supe que estaba procesando lo que le estaba diciendo. Sobre todo la pequeña pista que le di acerca de mi padre biológico, el hombre detrás de SaharGlobal.-Ese avión cayó gracias a tu General, deberías poner orden en tus filas, papá. Regresa a casa, o quédate, me vale mierda.
Salí de la habitación, Enrique me siguió. Y al mirar por encima de mi hombro vi a Matthew caminando detrás de nosotros.
-¿Qué planeas hacer?-preguntó Enrique.
-Voy a ver a tu siniestra hermana, Piotr tiene a Vit en su mansión y no quiero ni imaginar lo que Lucrecia tiene pensado hacerle.
-Voy contigo....
-No, te necesito aquí con Maura. Está preocupada por Luna, y yo creo saber dónde puede estar, no debe tardar en comunicarse con su tía.
Me detuve y Matthew siguió su camino, salió de la casa. Enrique y yo nos quedamos en el vestíbulo.
-Mi hermana tiene una guardia muy peligrosa, Amanda.-Me advirtió Enrique.
-Lo sé, no haré ninguna estupidez. Sacaré a Vit de allí sin derramar sangre inocente.
Abrí la puerta y salí, no sin antes oírlo decir que me había entendido.
En esa casa no había sangre inocente, salvo la de Vit.
-Amanda....
*
Desde la habitación de Sahar pude oír una voz familiar, la escuché esa mañana antes de entrar a la iglesia para el funeral de Niklaus.
Era Lucrecia, la hermana menor de mi tío.
Pero ¿qué hacía ella aquí?
Entreabrí la puerta, pude verla desde allí. Iba acompañada por unos cinco hombres vestidos con el mismo tipo de ropa. Eran soldados, sí, y escuché cómo les ordenaba que la dejaran sola; Faye se rió, vio cómo un chiste la osadía de Lucrecia al pedir quedar a solas con ella.
-Qué bonito lugar, ¿quién paga todo este lujo?-preguntó Lucrecia, admirando el salón.
-¿Qué quieres?-soltó Faye de mal talante.
Desde donde pude ver, la joven Lucrecia no se tomó a mal el tono de Faye, es más: sonrió.
-Hace unos días viniste a mi casa y me amenazaste en nombre de tu "Señor", éste hombre místico e inmortal al que mis antepasados han perseguido por siglos; vine porque quiero una audiencia con él. Quiero negociar en persona con el Immortal, y creo que puedes ayudarme.
Faye soltó una carcajada, fue al bar y se sirvió otro vaso de coñac. Estaba nerviosa, por mucho que dijera que Sahar estaba bien y que no le preocupaba porque se podía cuidar sola, tan sólo se mentía para intentar convencerse, para no temer por ella.
-Me sorprende en serio que hayas dado con ésta casa, debo felicitarte por ello, Lucrecia. Bueno, tendrías el mérito si yo no me hubiese dejado ver a propósito viniendo hacia acá.-Lucrecia le dio la espalda y empezó a pasearse por el salón.-Mi Señor no va a darte una audiencia, eres tan poquita cosa que sería una pérdida de tiempo para él. No queremos negociar con gente como tú, ¿no entendiste el mensaje que dimos con la muerte de Niklaus Strauss, y con la de muchos otros antes que él? Nosotros somos la mejor opción para este mundo, los humanos como tú no están hechos para gobernar, sino para ser gobernados. Vuestra hostilidad los ha llevado a la destrucción, y está llevando a éste planeta a la nada. Eso le duele a mi Señor.
-¿Y por qué no ha hecho nada para detener la destrucción que "hemos" causado? No he visto mejoras, medio Oriente sigue en guerra, el Terrorismo....
-Hemos ido menguando todos vuestros esfuerzos por hacer que la gente clame por un Nuevo Orden. Y créeme, Lucrecia, si es guerra lo que tú y los tuyos están pidiendo a gritos, eso les daremos. Hablaremos en vuestro mismo idioma; al final mi Señor estará por encima de todos ustedes, y les dará a los humanos un mejor gobierno que el que ustedes tienen pensado.
Lucrecia se rió, y tomó asiento.
-Tu Señor puede ser inmortal, pero ¿qué es sin eso? Nosotros tenemos un ejército mayor que el vuestro, gobiernos cuyos hilos movemos desde las sombras, y un experimento a gran escala que está dando resultados. ¿Sabes cuántas personas hay en el mundo, Faye? ¿Sabes cuántas de esas personas darían la vida por mí y por los míos?-Faye se dio cuenta de que yo estaba viendo desde la puerta, y me fulminó con la mirada. Yo no pensaba moverme de allí.-Todos-dijo Lucrecia.-Tenemos la mente de cada ser humano, aquí.-Estiró la palma de su mano, siempre sonriendo.-Yo diría que tu Señor no tiene oportunidad, puede asesinar a cuántos quiera de los míos, el número se multiplicará. No le temo a sus amenazas, bien puedes decírselo.
Faye se sentó frente a ella y de espaldas a mí. Pude percibir lo tensa de la conversación, una de las dos iba a perder los estribos en cualquier momento.
-Eres encantadora, Lucrecia. Y al mismo tiempo me das asco, pondrías en riesgo la vida de tu hermano con tal de conseguir lo que quieres, venderías a tu familia, derramarías sangre de tu pueblo.... Das asco.
-Tu padre no fue diferente a mí-dijo Lucrecia con una sonrisa de oreja a oreja.-Tuvimos que ordenar su ejecución porque nos estaba causando problemas, se estaba saliendo de control.
-Mi padre no era como ustedes...
-Claro que lo era, hicimos desaparecer a muchos niños en Rusia para adoctrinar y experimentar con ellos. Se probaron drogas, torturas, ¡Dios! Tu padre estaba encantado con todo lo que obtuvimos. Sin embargo,-la cara de Lucrecia pasó a ser más seria.-empezó a secuestrar niños sin nuestro consentimiento, y a trabajar en una cura para la enfermedad de tu hermano, me parece.
El vaso que Faye tenía en la mano se rompió. Esto no iba a acabar bien.
-Te duele conocer la verdad sobre tu padre, ¿no?-Quise salir, pero si lo hacía terminaría empeorando todo.-Es difícil, digo, has vivido creyendo que era un inocente más. Recuerdo que me dijeron que tú encontraste su cuerpo, y el de tu madre y hermano, ¿estabas llegando de Roma, no?
Faye se levantó, y yo cerré la puerta, pero aún podía oírlas.
-Quiero que te vayas, no habrá audiencia.-le escuché decir a Faye.
-Es una lástima, nos hubiésemos llevado muy bien.
-No, no lo creo.
-Dile a tu Señor que tenemos a sus hijas: Amara Argent, y a una pequeña Amelia, para quienes tengo planeado algo muy atroz.-Vit. pensé al oír lo de la "pequeña Amelia".-Y si en ellas no encuentro lo que busco, le daré caza a él personalmente. Ya me harté de jugar.
En cuanto oí la puerta cerrarse, salí.
-Tiene a Vit, debemos...
-¡No!-exclamó. Cerró los ojos, tomó aire y lo soltó despacio-No vamos a hacer nada.
-¿Y Sahar? ¿Qué hay de Sahar? Te está matando no saber nada de ella, o lo que pueda estar pasándole. Lo sé, Faye, se nota a leguas que ella y tú son algo más, y que en este momento quisieras estar en su lugar para que no le hagan daño. Lo sé, porque es exactamente lo que estoy experimentando yo al no saber nada de Sebastian.
Faye se dejó caer en el sofá, se tapó la cara con las manos.
-Y eso que Lucrecia dijo sobre tu padre sólo está empeorando tu estado de ánimo-agregué. Faye levantó la cara, las lágrimas corrían por sus mejillas.-¿No sabías nada de eso? ¿No sabías que tu padre trabajaba para ellos?
-Ignoraba muchas cosas en ese tiempo, Luna Giraldo. Hasta hoy creía que Amanda también estaba metida en ese complot contra mi padre.
-Por eso te cae tan mal-dije, entendiendo su hostilidad al hablar, de la forma en que lo hizo, de mi hermana.
-Mi padre era socio de Viktor, y al morir, éste se quedó con todo.-Apretó sus manos en puños.-Asesinaron a mi padre, a mi hermano, y a mi madre. Cuando llegué de viaje ese día, encontré los cuerpos desmembrados en la sala, y todo revuelto; recuerdo haber visto a Amanda subiendo a un coche, por eso pensé que ella también estaba involucrada. Ahora quiero saber qué demonios hacía allí.-Me senté en donde antes estuvo sentada Lucrecia.-Después del funeral, al que tanto Lucrecia como Amanda asistieron, desaparecí. Me marché lejos, ya no me quedaba nada, y fue cuando lo encontré todo.
Hubo algo de ternura en la mirada que me regaló, estaba pensando en ella. En la otra chica que tiene mi rostro.
-Conociste a Sahar.
Faye asintió.
Se limpió las lágrimas, y se puso de pie.
-Vamos a por Vit. No le pondremos las cosas fáciles a esa maldita.
-Luna.....
Conozco muy poco de esta saga tuya, pero parece haber dos faciones dispuestas a hacer todo lo necesario para derrotar a la otra, lo cual desata tragedias.
ResponderEliminarBien planteado.
Besos,
Es tal y como lo has dicho, Demiurgo...
EliminarQué bueno que se entiende... ;)
Besos...
Una historia que no deja de sorprender en su inagotable sucesión de hechos entre los personajes y sus oscuros propósitos.
ResponderEliminarBesos dulces señorita escritora.
Me alegra que aún sigas allí, eres uno de los que está desde el inicio de ésta historia...
EliminarGracias mil por continuar..:)
Besos dulces, Poeta...
muy buena historia que te envuelve cada momento que esta leyendo. Me gusta las sagas tuya y sus lados oscuros. Que capta muy bien en los personas.
ResponderEliminarBesos
Gracias Santadiabla, que bueno que te guste, a mí me gusta mucho compartir cada capítulo con ustedes...
EliminarBesos!!!
Sorprende los entresijos familiares, los hilos que se mueven detrás de cada escenario... sorprendes en cada entrega, Ivel.
ResponderEliminarMil besitos, bonita.