Ivel salió muy temprano, dejó una nota en la mesa del comedor diciéndole a Leyla donde estaría. Sabía que ella se sentaría a tomar su café allí; ambas se habían ido a "dormir" a las 3 de la mañana. Ninguna lo consiguió, pensaban en demasiadas cosas.
Leyla anduvo por su habitación buscando una forma de convencer a Ivel para que no asistiera a la fiesta. Era arriesgado, buscar respuestas era arriesgado. Meterse con gente como Carlysle era peligroso. ¿Cómo la convencía? Claudia intentó disuadirla de seguir en éste camino, pero falló. Aunque es posible que no halla fallado del todo, Ivel no quería hacer algo que decepcionara a sus padres, y sabía que por ellos no llegaría tan lejos.
Salió de su dormitorio directo al baño de final del pasillo. Después de ducharse se vistió y bajó a por un café del Starbucks que quedaba a dos cuadras. A su retorno vio la nota en la mesa; todo éste tiempo pensó que seguía dormida.
-"En el gimnasio del edificio. No me extrañes mucho."-leyó, una sonrisa se le dibujó en el rostro, Ivel siempre con sus cosas.
Volvió a bajar y le preguntó al hombre de la recepción sobre el gimnasio del edificio. El hombre le dio unas indicaciones que Leyla siguió al pie de la letra; estaba en el segundo piso, por el pasillo a mano derecha. Por lo que pudo ver a través del cristal no había mucha gente; entró buscando a la morena con la mirada. La encontró en la máquina de escaleras hablando con un chico, ¿por qué no le sorprendía?
Se acercó a ellos y pudo notar cómo su amiga le miraba los brazotes al chico, de una forma descarada.
-Ivel.-la llamó.
Ivel bajó del aparato mientras se despedía del caballero.
-Hola.-saludó.
-¿Amigo tuyo?
-No, sólo le comentaba que hacer ejercicio de forma excesiva puede ser contraproducente. Aunque no se le niega el buen cuerpo que tiene ¿te fijaste?-Leyla blanqueó los ojos, era obvio que estaba coqueteando.-¿Dormiste bien?
-No.-gruñó-. Y puedo apostar que tú tampoco lo hiciste.-Ivel arqueó las cejas al ver el envase de café que Leyla llevaba en la mano.-¿Cómo supiste que ése hombre pasa tantas horas en el gym?
-Hay una....
-No me digas.
Se dirigieron al elevador, Leyla cambió el tema en dirección a la fiesta de ésa noche; intentaba hacerla cambiar de parecer, pero como Ivel no cedía terminó por decirle que ella no iría.
Ivel la miró sorprendida.
-No quiero hacer mal tercio.-respondió Leyla, ante una pregunta no formulada.
Las puertas del ascensor se abrieron, ellas entraron saludando con un apagado: "Buenos días" al hombre calvo que lo ocupaba.
Ivel lo miró con detenimiento. No recordaba haberlo visto por allí.
Ivel lo miró con detenimiento. No recordaba haberlo visto por allí.
Bajaron con el extraño en silencio. Éste se marchó, y ellas volvieron a subir; Leyla notó lo tensa que se había puesto Ivel. Le cogió una mano para reconfortarla, Ivel se lo agradeció con una mirada.
-¿Segura que no quieres venir con nosotros?
-Ya te dije que no, ve con Elliot.
Llegaron a su piso, la morena salió la primera; le dio la impresión de que Leyla le escondía algo.
Ésa vaga impresión se vio interrumpida por algo en su apartamento que llamó su atención. La puerta estaba abierta.
-¿La dejaste abierta?-le preguntó a su amiga.
-Claro que no, estoy segura de que la cerré.
Ivel entró y notó que todo estaba en perfecto orden. Se dirigió a su dormitorio, no había nada fuera de lo normal.
-¿Te falta alguna cosa?-preguntó Leyla, entrando de pronto.
-No ¿y a ti?
Leyla respondió de forma negativa.
Ivel la miró fijamente, y fue como si ambas hubiesen tenido la misma idea.
-¡El tipo del ascensor!-dijeron al mismo tiempo.
Ivel salió disparada.
-¿Qué crees que haces?-Leyla logró alcanzarla en la puerta.
-Espera aquí, ya regreso.
-¡Ivel! ¡Ivel!
La joven cerró la puerta tras de sí, ignorando los llamados de su amiga.
-¡Maldición!-soltó ésta.
*
Ivel se acercó al joven que estaba en el vestíbulo, en ése momento atendía a una mujer.
-Disculpe señora ¿me permite un momento?-dijo, empleando toda la buena educación que le permitió el mal humor que llevaba-. Todd ¿quién demonios entró a mí apartamento tan pronto Leyla fue a buscarme al gym?
El hombre se puso nervioso al instante, sabía algo.
-N-no sé, señorita Hastings.-contestó, fingiendo seguridad.
Ivel rodeó el mostrador y se paró frente a él; el hombre era unos centímetros más alto que ella.
La señora no perdía detalle.
-¿Conoces a mí padre, Todd? ¿Has oído hablar de él?-inquirió Ivel con amabilidad, arreglándole la corbata al hombre.
-Un poco, sí.
-Vale. ¿Y sabías que es conocido por tener métodos de interrogación poco ortodoxos?-El hombre agrandó los ojos.-Me enseñó muchos, y me muero por ponerlos en práctica.
-Su nombre es Luke... Luke Backer, trabaja para John....
Ivel soltó la corbata del hombre, y recordó la noche anterior; el auto que las seguía a ella y a Leyla.
-Te ha estado pagando para que le digas todo lo que hago ¿no?-susurró para que sólo Todd pudiera escucharla.-Después de que Leyla y yo salimos en el auto de Carl, lo llamaste.
-Señorita Hastings...
Ivel le dio la espalda, saliendo de detrás del mostrador.
-La directiva del edificio se enterará de esto Todd, y espero que tomen cartas en el asunto.-decía, caminando hacia el elevador.
El hombre dio un golpe contra el mostrador, asustando a la dama que esperaba para hablar con él.
Leyla dio un respingo al oír como azotaban la puerta, le bajó volumen al televisor, mientras Ivel se sentaba en el sofá. A su lado.
-¿Qué pasa?-preguntó.
-Fue enviado por Jonathan, el idiota que está en la recepción lo dejó entrar porque le están pagando para espiarme mientras estoy aquí.-explicó la morena con suma tranquilidad.
Leyla revisó el bolsillo de su chaqueta y sacó un aparatito redondo y de color negro.
-Esto lo encontré detrás de ésa fotografía.-dijo, señalando una foto de Ivel y Claudia que estaba en una mesita cerca del reposa brazos derecho del sofá.- La levanté y sentí algo raro... Es un micrófono ¿no?
-Genial.-Ivel se levantó, y fue a su habitación a por su móvil.
-¿A quién llamas?-le preguntó Leyla cuando hubo regresado.
-A mí padre, ¿quién sabe qué más habrá puesto ése tipo aquí?
-Ivel, no creo que le diera mucho tiempo.
-Es mejor estar seguras... ¿Aló?
Leyla la observaba mientras hablaba con Warren sobre lo que había ocurrido, y le confesaba lo que ha estado haciendo. Warren no se lo tomó muy bien, Ivel se veía triste, evitaba hacer cosas que provocaran un regaño por parte de sus padres. Y eso de trabajar para un proxeneta definitivamente ameritaba un escarmiento. Agregarle a eso el hecho de que el proxeneta conocía a sus padres no logró ninguna mejora en la conversación.
Leyla estaba casi segura de que Warren le pedía que dejara el establecimiento. Ivel, sin embargo, lo contradecía diciéndole que no podía. Al menos por ahora, y colgó.
-Tiene contactos aquí, enviará a alguien a revisar el apartamento.-le informó a Leyla.
Se marchó a su habitación.
Leyla volvió a subirle volumen al televisor, no opinaría.
Ivel regresó al cabo de media, iba de salida.
-Voy al club.-respondió a la mirada de Leyla.
-Voy contigo.
-No.
-No vas a ir sola.
-Alguien tiene que quedarse a esperar a la persona que enviará mí padre.
Leyla resopló y dejó que se marchara.
Lo que no sabía Ivel era que, uno de esos contactos que su padre tenía en Portland estaba muy cerca de ella.
----------------------------------------
Escuché la voz de Ivel a la entrada del club saludando al guardia; en cuanto entró y me vio se le dibujó una sonrisa en el rostro. Dejé la guitarra en la barra y fui a su encuentro.
-¿Qué haces aquí a ésta hora?-le pregunté, después de darle un beso en la mejilla. Su cabello despedía un leve aroma a vainilla.
-¿John está aquí?-dijo, cambiando rápidamente la expresión de su rostro.
-Sí, está en su ofici.....
Ni siquiera esperó a que terminara la frase, casi que corrió. Subió las escaleras muy rápido, intenté detenerla pues John tenía compañía; en cuanto Ivel abrió la puerta se detuvo en seco, luego entró y yo tras ella.
John estaba con dos chicas, una en sus piernas y la otra sentada encima del escritorio, ambas desnudas.
-¡Oh! Le quitas la virginidad a las nuevas, ¡qué dulce!-comentó Ivel, las chicas pasaron por su lado recogiendo sus cosas.
Cerré la puerta cuando ambas salieron; Ivel se acercó al escritorio de John sacando algo del bolsillo de su chaqueta.
-¿Qué hacia esto en mí casa?-inquirió, depositando un pequeño objeto sobre el escritorio.
-Hija de gato caza ratón.-sonrió Jonathan.-Yo también quiero preguntarte algo, Ivel. ¿Qué hace la hija de un detective y una ex Federal trabajando en un club como éste?
-No sé de qué hablas.
John giró el monitor de su ordenador, en la pantalla tenía la imagen de una mujer muy morena y de pelo negro y alborotado. Acompañada de un hombre de traje. Era la nota de un diario virtual.
-Warren y Claudia Hastings, son tus padres ¿no?-Ivel me miró de reojo.-Mí hija me habló de ti anoche cuando vi las noticias, no sabía que ésa amiga de Inglaterra de quien me contaba siempre eras tú. Y anoche cuando han salido tus padres en las noticias se preocupó, por primera vez le presté atención y mira lo que ha salido.-Se levantó y caminó hacia ella, di un paso al frente pero nuevamente Ivel me detuvo con la mirada-. ¿Qué hace la hija de un detective y una ex Federal aquí?-Volvió a preguntar.
-Me aburría, necesito nuevas emociones.
-No te creo, ellos te lo han dado todo. No te ha faltado nada, ¿por qué hacerles esto?
El móvil de John sonó, atendió y luego de colgar cogió a Ivel de la barbilla y la besó a la fuerza. Ivel lo empujó y escupió en el piso.
-Tu madre es de buen ver, tanto como la hija. Se me antoja pasarme por Inglaterra en estos días....
-No opines sobre mí madre, basura. Y no te atrevas a tocarla.
-La defiendes, te importa. Estás aquí por otra cosa, y me lo vas a decir; pero no ahora porque tengo cosas que hacer. Así que esto se pospone.
Ivel lo fulminó con la mirada mientras lo veía salir; la abracé en cuanto oí la puerta cerrarse.
-Debiste dejar que lo golpeara.-susurré-. Todo estará bien, aquí estoy.
-Elliot....
-¿Conoces a mí padre, Todd? ¿Has oído hablar de él?-inquirió Ivel con amabilidad, arreglándole la corbata al hombre.
-Un poco, sí.
-Vale. ¿Y sabías que es conocido por tener métodos de interrogación poco ortodoxos?-El hombre agrandó los ojos.-Me enseñó muchos, y me muero por ponerlos en práctica.
-Su nombre es Luke... Luke Backer, trabaja para John....
Ivel soltó la corbata del hombre, y recordó la noche anterior; el auto que las seguía a ella y a Leyla.
-Te ha estado pagando para que le digas todo lo que hago ¿no?-susurró para que sólo Todd pudiera escucharla.-Después de que Leyla y yo salimos en el auto de Carl, lo llamaste.
-Señorita Hastings...
Ivel le dio la espalda, saliendo de detrás del mostrador.
-La directiva del edificio se enterará de esto Todd, y espero que tomen cartas en el asunto.-decía, caminando hacia el elevador.
El hombre dio un golpe contra el mostrador, asustando a la dama que esperaba para hablar con él.
Leyla dio un respingo al oír como azotaban la puerta, le bajó volumen al televisor, mientras Ivel se sentaba en el sofá. A su lado.
-¿Qué pasa?-preguntó.
-Fue enviado por Jonathan, el idiota que está en la recepción lo dejó entrar porque le están pagando para espiarme mientras estoy aquí.-explicó la morena con suma tranquilidad.
Leyla revisó el bolsillo de su chaqueta y sacó un aparatito redondo y de color negro.
-Esto lo encontré detrás de ésa fotografía.-dijo, señalando una foto de Ivel y Claudia que estaba en una mesita cerca del reposa brazos derecho del sofá.- La levanté y sentí algo raro... Es un micrófono ¿no?
-Genial.-Ivel se levantó, y fue a su habitación a por su móvil.
-¿A quién llamas?-le preguntó Leyla cuando hubo regresado.
-A mí padre, ¿quién sabe qué más habrá puesto ése tipo aquí?
-Ivel, no creo que le diera mucho tiempo.
-Es mejor estar seguras... ¿Aló?
Leyla la observaba mientras hablaba con Warren sobre lo que había ocurrido, y le confesaba lo que ha estado haciendo. Warren no se lo tomó muy bien, Ivel se veía triste, evitaba hacer cosas que provocaran un regaño por parte de sus padres. Y eso de trabajar para un proxeneta definitivamente ameritaba un escarmiento. Agregarle a eso el hecho de que el proxeneta conocía a sus padres no logró ninguna mejora en la conversación.
Leyla estaba casi segura de que Warren le pedía que dejara el establecimiento. Ivel, sin embargo, lo contradecía diciéndole que no podía. Al menos por ahora, y colgó.
-Tiene contactos aquí, enviará a alguien a revisar el apartamento.-le informó a Leyla.
Se marchó a su habitación.
Leyla volvió a subirle volumen al televisor, no opinaría.
Ivel regresó al cabo de media, iba de salida.
-Voy al club.-respondió a la mirada de Leyla.
-Voy contigo.
-No.
-No vas a ir sola.
-Alguien tiene que quedarse a esperar a la persona que enviará mí padre.
Leyla resopló y dejó que se marchara.
Lo que no sabía Ivel era que, uno de esos contactos que su padre tenía en Portland estaba muy cerca de ella.
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Escuché la voz de Ivel a la entrada del club saludando al guardia; en cuanto entró y me vio se le dibujó una sonrisa en el rostro. Dejé la guitarra en la barra y fui a su encuentro.
-¿Qué haces aquí a ésta hora?-le pregunté, después de darle un beso en la mejilla. Su cabello despedía un leve aroma a vainilla.
-¿John está aquí?-dijo, cambiando rápidamente la expresión de su rostro.
-Sí, está en su ofici.....
Ni siquiera esperó a que terminara la frase, casi que corrió. Subió las escaleras muy rápido, intenté detenerla pues John tenía compañía; en cuanto Ivel abrió la puerta se detuvo en seco, luego entró y yo tras ella.
John estaba con dos chicas, una en sus piernas y la otra sentada encima del escritorio, ambas desnudas.
-¡Oh! Le quitas la virginidad a las nuevas, ¡qué dulce!-comentó Ivel, las chicas pasaron por su lado recogiendo sus cosas.
Cerré la puerta cuando ambas salieron; Ivel se acercó al escritorio de John sacando algo del bolsillo de su chaqueta.
-¿Qué hacia esto en mí casa?-inquirió, depositando un pequeño objeto sobre el escritorio.
-Hija de gato caza ratón.-sonrió Jonathan.-Yo también quiero preguntarte algo, Ivel. ¿Qué hace la hija de un detective y una ex Federal trabajando en un club como éste?
-No sé de qué hablas.
John giró el monitor de su ordenador, en la pantalla tenía la imagen de una mujer muy morena y de pelo negro y alborotado. Acompañada de un hombre de traje. Era la nota de un diario virtual.
-Warren y Claudia Hastings, son tus padres ¿no?-Ivel me miró de reojo.-Mí hija me habló de ti anoche cuando vi las noticias, no sabía que ésa amiga de Inglaterra de quien me contaba siempre eras tú. Y anoche cuando han salido tus padres en las noticias se preocupó, por primera vez le presté atención y mira lo que ha salido.-Se levantó y caminó hacia ella, di un paso al frente pero nuevamente Ivel me detuvo con la mirada-. ¿Qué hace la hija de un detective y una ex Federal aquí?-Volvió a preguntar.
-Me aburría, necesito nuevas emociones.
-No te creo, ellos te lo han dado todo. No te ha faltado nada, ¿por qué hacerles esto?
El móvil de John sonó, atendió y luego de colgar cogió a Ivel de la barbilla y la besó a la fuerza. Ivel lo empujó y escupió en el piso.
-Tu madre es de buen ver, tanto como la hija. Se me antoja pasarme por Inglaterra en estos días....
-No opines sobre mí madre, basura. Y no te atrevas a tocarla.
-La defiendes, te importa. Estás aquí por otra cosa, y me lo vas a decir; pero no ahora porque tengo cosas que hacer. Así que esto se pospone.
Ivel lo fulminó con la mirada mientras lo veía salir; la abracé en cuanto oí la puerta cerrarse.
-Debiste dejar que lo golpeara.-susurré-. Todo estará bien, aquí estoy.
-Elliot....
ESTA CHICAS ES DE ARMAS TOMAR!!! MUCHO VALOR Y CORAJE, PERO DEBERÍA ANDARSE CON MUCHO CUIDADO, ESA GENTE ES MUY MALA.
ResponderEliminarUN BESAZO IVEL!!!
Ella es consciente de eso, creo que es lo que le da más valor de enfrentarlos y lograr que se haga justicia...
EliminarSin embargo, se está metiendo con gente poderosa.. Y la justicia, pues....
Un fuerte beso, Lord!!!!!
Hazme un resumen, o tú o Lord porque me pierdo. Me gusta pero no termino yo de encontrarme. Me lío sola jajajaj qué pena de mujer soy. Besos enormes.
ResponderEliminarJajajajajaja Tranquila, bonita, yo personalmente te haré un resumen y te lo paso ;)
EliminarMuchos Besos!!!!!!
Las cosas comienzan a liarse, la tortilla se da la vuelta, los trapos sucios (o demasiado limpios) salen a la luz... El final no promete ser feliz, pero tampoco una rendición, eso lo veo claro en cada línea que leo sobre Ivel. Se puede ser un tipo peligroso, pero a esta muchacha le sobra inteligencia y yo creo en ella ;)
ResponderEliminarAh bueno y Elliot un amor, como siempre, pero fíjate que no creo que a Ivel le hiciera falta un abrazo en ese momento jajajajaja Un saco de boxear habría sido más eficiente, sí.
Muchos besos amor! tqqq!