Spin-off

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sábado, 1 de abril de 2017

Devoción

Londres, Reino Unido
Sahar

   Sólo pasaron unos minutos o al menos eso me parecía, comenzaba a desesperarme, el tiempo ralentizado tenía que ser obra de un Elohim, presentía que Azazel tenía qué ver. Armârôs dijo que se había iniciado en otro lugar, mi desesperación se debía a Faye, aunque estuviera con mi padre me preocupaba que el traidor a la Casa de Eloah fuera a por ella.
    Detuve mi caminar de un lado a otro porque sentí un fuerte dolor en el pecho a la vez que lograba ver a Luna siendo apuñalada por Ivel. Tardé apenas unos segundos en reaccionar, me dejé caer de rodillas pues no podía alcanzarla, y grité de la impotencia y el dolor provocado por ver a mi hermana ser asesinada; Armârôs dijo mi nombre, me llamaba pero su voz era un eco lejano. 
  En medio del llanto entendí y odié que a Luna la uniera a mí algo más que la sangre. Fue un extraño proceso el que llevé a cabo aún siendo un bebé dentro del vientre de Halia, a conciencia separé mi alma de mi cuerpo creando uno para ella que tomó mi rostro a medida que crecía, tomó autonomía y terminó por cortar el hilo que ligaba el cuerpo al alma, separándonos totalmente.
    Levanté el rostro al sentir la caricia de su mano. Faye. 

-Está muerta....-dije entre sollozos-. Luna está muerta..... Volví a fallarle, yo....

-No ha sido tu culpa, Sahar-aseguró ella de rodillas frente a mí-. ¿Cómo podías saberlo? Te dije que no pasaste el suficiente tiempo con ella para crear un vínculo fuerte que te permitiera percibirla, así sean gemelas....

-Es que tú no entiendes lo que yo ahora sé....-susurré-. Era yo, ella era yo, yo la hice para protegerme del dolor que me provocaba perderte, yo la hice para no tener que sentir....

-¿Y funcionó?-inquirió, aunque conociera la respuesta.

-No-contesté-, a veces tu alma y tu corazón los tiene alguien más en sus manos, y los míos estuvieron contigo todo el tiempo, haciéndola a ella más real. Volviéndola humana..... Mi hermana...

    Me rodeó con sus brazos, brindándome la protección y calidez que sólo encontraba en ella.

-Necesitas calmarte y volver a mí, vuelve a mí, Vida, cálmate o nos matarás a todos..... Vuelve a mí.....

     Abrí los ojos encontrando a Nina, Erza y Armârôs sosteniéndose de las columnas más cercanas, escuché los gritos de la gente dentro del estacionamiento. Estaba temblando, debía calmarme, Faye tenía razón terminaría matándolos a todos.
     Recuperé la estabilidad y el terremoto se detuvo, sólo quedaba el sonido de la lluvia caer fuerte al chocar contra el techo, y los truenos retumbando.
   Nina fue cautelosa al acercarse a mí.

-¿Madre?-susurró.

   Me levanté.

-Necesito volver a norteamerica-dije.

-No podemos orbitar, Euzma....

-¿Acaso te pregunté si podíamos o no orbitar, Erza?-le pregunté furiosa, limpiando los surcos que dejaron mis lágrimas.   

-Lo siento-dijo Erza, bajando la cara apenada.

   Faye no aprobaría este trato para con mi Dekstra.

-Yo lo siento, no debí tratarte así.-Miré a Nina y Armârôs, la ojiverde hizo una señal con el pulgar. Fruncí el ceño y volví mi atención a mi Dekstra-. Erza, ¿tienes tu teléfono móvil? ¿No sabes si ya restablecieron la señal?

    Erza revisó el aparato que sacó del bolsillo trasero de su pantalón.

-Vuelve por algunos minutos y luego se va, ahora hay señal ¿a quién quiere que le marque?

-Al número de teléfono del apartamento en Escala-le ordené. Después de cumplir con mi pedido me pasó el móvil-. Faye-sonreí al escuchar su voz contestar.

-¿Sahar? ¡Oh gracias al Cielo!-suspiró.

-¿Estás bien?

-Sí, por supuesto, de hecho ahora estoy mejor que te escucho y que pude verte-aseguró, por su tono de voz pude saber que estaba sonriendo y con mucha facilidad vi su sonrisa-. Tú, ¿cómo te sientes?

-Mal, muy mal, Vesper.

    Ella guardó silencio un momento, luego se aclaró la garganta.

-Amanda estaba con ella cuando pasó, en Portland. Estaban en una casa de playa perteneciente a los Carlysle, no sé cómo fue que Matthew permitió que su tesorito estuviera al otro lado del país lejos de él.

-Necesito llegar adonde están, pero no puedo orbitar, la restricción en Assiah me bloquea como al resto.


-Eres tú, Sahar. Estoy segura que si a alguien no llega a tocar esa restricción es a ti, ve con Amanda, tu hermana te necesita primero-apremió-. Y luego ven a por mí, te estoy esperando.

-Si no puedo.....


-Intén....talo-comenzó a entrecortarse la comunicación.

-¿Faye? ¡Faye!

    En la pantalla del teléfono móvil brillaban las palabras: Sin señal.
Se lo regresé a Erza y me dirigí a Armârôs.

-Eres el Rompedor de Encantamientos, rompe la restricción que impide que pueda trasladarme de un salto a otro lugar. Te lo ordeno.

-La cuestión es, m'Lady, que no es magia, es un poder Superior y no puede ser roto más que por Eloah o un igual, ¿y quién como Eloah? Yo sólo soy un Elohim Grigori, uno de los Ángeles Vigilantes, mi talento no aplica en oposición a algo hecho por Eloah.

-Haz lo que dijo Faye, inténtalo-dijo Nina-. Fuiste su hija, de Eloah Yahveh, y puedes hacer cosas que no he visto hacer a nadie más, madre.         
     Sonreí.

-Eres capaz de hacer cosas que, estoy segura, no tienes ni idea o no has querido explorar-añadió, sonriendo también-. Inténtalo.      

    
        








































Portland, Oregón. Estados Unidos
Amanda

     El repentino terremoto que había iniciado momentos después de que Azazel y sus hijas se marcharon, se detuvo, y la puerta se abrió de golpe. Maura fue la primera en entrar.

-¿Amy, están....?-Paró en seco al ver la sangre en el piso y en las sábanas de la cama-. ¿Dónde está Luna? ¿Qué pasó aquí?

   Drako y Declan se acercaron a mí, con su ayuda me puse en pie porque las piernas, por sí sola, no me respondían.

-¿Amy, dónde está Luna?-preguntó Enrique.

-Está muerta.... Luna está muerta....-respondí a media voz.

-¿Qué?-dijo Maura, la voz se le quebró.

-¿Quién lo hizo? ¿Dónde está?-intervino Drako.

   Dorian entró a la habitación con su teléfono móvil en mano, y la preocupación en el rostro.

-Azazel-le respondí a Drako-. Azazel es quien ha estado jodiendo todo.....

    Me eché a llorar, no podía evitarlo la había visto ser apuñalada enfrente mío y no hice nada, no pude hacer nada.
    Declan me estrechó en sus brazos, dándome las fuerzas que a mí me faltaban.

-Se llevó su cuerpo....-sollocé-....No pude...Yo, no pu....de...
    Vi el rostro de Enrique contrariado, sus ojos llenos de lágrimas observándome. Caminó hacia Maura y la abrazó; ellos pasaron más tiempo a su lado que yo, mientras la veía crecer por medio de fotografías ellos la vieron en directo, velaron su sueño, la malcriaron desbaratando el trabajo de padres que Diego y su mujer hicieron. Luna era la consentida de Maura y Enrique, cuando éste supo que era su hermana pequeña por parte de padre se aferró más a ella, le ocultó esa verdad a su esposa hasta hace unos meses que confesó todo porque no hubo de otra. Porque todo se descubrió, y él no quería seguir mintiendole a Maura, ni a la misma Luna.
    Drako se hallaba sentado al borde de la cama con las manos cubriendo su rostro. Dorian se mantenía apoyado en el marco de la puerta, lo vi cuando me separé un poco de Declan; respondí con un asentimiento de cabeza al "Lo siento mucho" que leí en sus labios.

-Sahar debe estar enterada-dijo Declan-. Ese terremoto fue ella, no pudo ser otra cosa.

-Azazel dio tres días para que nos rindamos y lo aceptemos como el nuevo Eloah, Mikhael está muerto y su padre también. Azazel se encargó de acabar con ambos-les informé, notando que el día había vuelto a aclarar. Y segura de que no duraría mucho.

   Salí de la habitación, bajé las escaleras y salí de la casa. Los escoltas que nos acompañaron a Dorian, Luna y a mí hasta allí estaban en el pórtico, fumando y comentando sobre el terremoto de hacía un momento.
   Caminé por la playa rumbo al agua, escuchando la voz de Declan llamarme, me detuve y me volví.

-Esto no está bien-dije, con la mano en la frente-. Dec, esto no está bien. No me siento bien, soy un puto desastre.

-¿Y qué querría Luna, que te hundieras en el mar y te dejaras ir? ¡¿Esa es tu solución, Amanda?!-exclamó Declan.
   Lo miré, desafiante.
 
-Piénsalo, tú no eres así, no te vas por la vía fácil. Tu hermana acaba de morir, o al menos eso te ha hecho creer el tal Azazel, ¿y si está jugando contigo?-Negué con la cabeza, estaba segura de lo que vi-. Si está muerta, alguna forma habrá de traerla de vuelta.

    Empezó a desabrocharse la camisa que llevaba puesta, la abrió mostrándome su pecho al desnudo, una marca en forma del uróboros-la serpiente mordiéndose su propia cola que mi padre alguna vez me dijo representa el ciclo eterno de las cosas, lo inacabable, lo infinito-apareció en el lado izquierdo.

-Me llaman Alquimista-continuó-, cuando nos separamos siendo niños caí en las redes de los maestros alquimistas de la Élite. Hechiceros y alquimistas, fui un experimento, Amy. Morí, y por medio de la alquimia fui traído de vuelta.

-Imposible-musité.

-Sí es imposible, dado que fui el único de todos los niños con los que experimentaron, en el que funcionó dicho método. Si no hay otra forma de traerla, puedo tratar, es arriesgado, pero no me rendiré hasta devolverte a Luna; intentaría vencer a la misma muerte por ti, Amelia. 
    Sonreí, y besé sus labios. Estar dispuesto a jugar con fuerzas oscuras, con lo prohibido sólo porque me amaba me resultaba estúpido y a la vez era una muestra de ese amor incondicional que sabía, Declan me tenía y yo sentía no merecer.
    Apoyé mi frente en la suya, y luego me aparté.
-Jamás te pediría eso, no rompas las reglas que sé que mi padre debió ponerte. Si es peligroso no lo hagas, así como Luna no querría que yo cometiera una locura, tampoco querría que lo hicieras tú; perdí a mi hermana y me duele mucho, Declan. Es el mismo dolor que sentiría si te perdiera por esas prácticas, y al mismo tiempo que a ella.

    Me abrazó, y juntos, aferrada a su mano, regresamos a la casa.
   Al abrir la puerta vimos cómo el vestíbulo se distorsionaba, el espacio parecía fragmentarse y de esa fragmentación salió Sahar.

Euzma!-exclamó Declan, sorprendido.

-Hola Alquimista-saludó ella, mirándome con la misma tristeza que sabía tenía mi mirada-. ¿Dónde está su cuerpo?-preguntó.

   Lentamente moví la cabeza de lado a lado.

-Azazel se la llevó-susurré.

   Sahar apretó la mandíbula, hacía todo lo posible por contenerse. Vi sus ojos oscurecerse por completo y volver a la normalidad con la misma rapidez.
    Enrique, Maura, Drako y Dorian bajaron las escaleras, éste venía el último. Dec me miró nervioso, si Sahar lo veía se pondría feo.

-¿Qué hacían aquí? ¿Por qué Matthew Carlysle las dejó fuera de su vista?-preguntó Sahar.

-Su hijo lo convenció que para mantenerme contenta y de su lado, debía darme tiempo a solas con Luna antes del ritual-respondí, mirando a Dorian por encima de su hombro-. Dorian es buena persona, sus padres.....

-Buena persona, claro, no sabía que las buenas personas abusaban de otras. ¿Es un hobbie entre las buenas personas? Hoy vi a un imbécil intentando propasarse con una tot, ¡en medio de los tiempos finales! Ni eso respetan.

    Se giró, intenté detenerla pero ya lo había visto. Luego me miró con ironía.
-¿Faye estuvo aquí?-sonrió, la pregunta venía por los golpes que Dorian tenía en la cara. Asentí por toda respuesta, y sin verlo venir ya estaba cerca de Dorian y le propinó una golpe en el estomágo y luego una patada en sus partes nobles-. Agradece que no te las corte-le dijo, no le había permitido caer al suelo, le apretaba la entrepierna mientras su otra mano lo sostenía del hombro-, todavía-añadió, dejándolo caer. Saludó a Enrique y a Maura, quien seguía afligida-. Volvamos a Escala, ahora mismo debemos estar todos juntos. Debemos informar a padre-dijo, volviendo a mí.

-Se supone que hay una restricción, no podemos orbitar, ¿cómo hiciste lo que te vimos hacer para trasladarte aquí?-inquirió Declan.

-Deformé el espacio por un instante, ¡vaya que me costó!-Se cruzó de brazos-. ¿Podemos irnos ya? No me estoy sintiendo bien delante de eso-señaló a Dorian, a quien ayudé a incorporarse-. Estoy enfadada contigo sólo por tratarlo como si fuese un ser indefenso.

-Cuando te explique sabrás por qué lo hago-repliqué.

    Vi la triste mirada de Sahar cuando me dio la espalda e hizo un ademán con la mano, como si rasgara una pared invisible y de inmediato el espacio delante de ella se distorsionó abriendo una fisura que se fue ensanchando y mostrándonos a Faye del otro lado, en la estancia del apartamento en Escala, no estaba sola.

-Yo me quedo-dijo Dorian.

-¿Qué? No puedes....

-Escúchame, mi padre ha pedido que volvamos de inmediato a Nueva York. Yo iré y....

-Te matará si Luna y yo no te acompañamos.

-Le diré lo que pasó, le diré que aquél tipo te llevó con él y que mató a tu hermana. Tengo algunos golpes como prueba-sonrió. Maura y los demás no dudaron en acercarse a Sahar para cruzar ese portal que ella había abierto-. Ve con tu familia, se necesitan mutuamente en este duro momento, Amelia. Ve, anda.

     Caminé hacia el grupo, y de uno en uno fuimos cruzando. Sahar fue la última en cruzar hacia la estancia del apartamento en Escala, y nada más hacerlo Faye la abrazó. El portal se cerró detrás de Sahar.
    En ese momento no existió nada más para ellas, no existió nada más para Sahar; era muy bonita la forma en que se miraban, la forma delicada con la que Faye besaba a su amada en los labios, lo sublime del abrazo que se dieron daba esperanzas de algo mejor, en algún lugar, en algún momento. 
  Todos en la estancia las mirábamos mientras intercambiábamos información.
    La devoción con que Sahar miraba a Faye me hizo sonreír. 
   En esos momentos en que la miraba se reafirmaba mi idea de que jamás conocería un amor tan puro como aquel de ellas. Jamás alguien había amado, ni amará tanto como Sahar a su blonda.
   La devoción con que Sahar miraba a Faye, si pudiera describirla con precisión, daría envidia. Si los que hemos sido testigos de esa mirada, sólo deseábamos tener a alguien igual; era devoción en estado puro, era amor en profundidad, yo sabía que Sahar encontraba algo más, veía más allá de su piel.
   La devoción con que Sahar miraba a Faye, rompía esquemas, rompía con la típica mirada de enamoramiento. Sólo porque era más, porque eran más, por el respeto que se tenían, por la complicidad que existía entre ellas, era una mirada tan íntima; era Infinita, y necesaria en el duro momento que estábamos viviendo. Un pedacito de felicidad en medio de tanta tristeza.
    Sé que Luna donde quiera que esté amaría ver esa sonrisa en los labios de ambas. Lo merecían. 


3 comentarios:

  1. Que notable historia estás escribiendo. Nada menos que la hija del demiurgo creador enamorada, y de que manera, de una mujer con la que se encuentra en sucesivas vidas. Faye tiene un papel increiblemente destacado.
    Azazel está a punto de tener el poder supremo, pero debería temer.

    Beso con admiración.

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  2. Un amor sin devoción no es amor, así de simple y categórico.

    Más besos dulces.

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  3. Cuentas la historia donde el odio y el amor juegan una baza importante, y sin embargo... llegas a la devoción... y ahí, mi querida Ivel, ahí gana el amor en cualquiera de sus formas.
    Te felicito una vez más.

    Mil besitos, preciosa.

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