Spin-off

Spin-off

jueves, 13 de abril de 2017

Lucifer


Guardián de la Luz
Acepta el vacío
Salta al vacío
Salvar a nuestros hermanos 
de las
 fauces 
del 
Farsante
Rompe las cadenas
Que caigan las vendas
Que vean la verdad
que les han
negado....

Amelia

<<4 años
     La bebé llora en la cuna, ¿por qué llora? Es muy noche.
    Me levanto de la cama y voy a hurtadillas. La luz está apagada, otra vez están allí, las sombras, las sombras se cernían sobre su cuna, y no puedo alcanzar el interruptor ni siquiera poniéndome de puntillas; busco con la mirada algo en su habitación que pueda ayudarme, pillo el banquillo que mami usa para alcanzar las cosas que están muy altas. Enciendo la luz y las sombras se van. Papá dijo que no les tuviera miedo porque se hacían fuertes, pero tampoco finjo valentía, es mi hermanita y a mi hermanita nadie le hace daño; acerco el banquillo a la cuna, cuando me asomo la bebé se ríe, y yo también, estiro los brazos para cargarla, es entonces cuando escucho la voz de mami.

-Mi amor, no.

    Giro la cara, papá Gaspard se acerca y mami también.

-Es que no venías, mami-digo. Papá Gaspard sonríe y me carga.
-Es que no venías, mami-le dice a mami, y ella sonríe-, las hermanas mayores responsables cuidan a las hermanitas pequeñas cuando mami se tarda un poco, ¿verdad Amelia?

    Asiento, y mami se ríe mientras carga a la bebé.

-Tu hermana le ha perdido el miedo a la oscuridad, Qamar, ¿viste?-le dice mami a la bebé, su voz es graciosa-. ¿Qué pasa, Amelia?

-Las sombras, mami, otra vez-respondo.

   Mira a papá Gaspard y aunque tratan de esconder tras una sonrisa su preocupación no lo logran.

-Vamos al salón-dice papá.

    Papá Gaspard nos cuida mucho a mami y a mí, y a la bebé. Han pasado muchos meses desde que mi otro papá se fue, le pregunté a mami si era mi culpa que él decidiera marcharse pero ella me aseguró que no. Que debía entender que mi otro papá tenía cosas qué hacer, ser la persona que era, un ayudante de Dios en la tierra, significaba tener que cargar con muchas responsabilidades, encima, decía mami, que lo que mi otro papá hizo seguro fue por nuestra protección.
    Gaspard también lo decía, una vez se me escapó decirle papá a él, me disculpé pero no le importó y me permitió seguir diciéndole así. Él era amigo de mi otro papá, y de mami, y sabía todo lo que había qué saber sobre Caín, porque así se llamaba mi papá de sangre.
    Yo estoy enfadada con mi papá de sangre, dejé de preguntar por él a las dos semanas de haberse ido y desde que mami me regañó por odiarlo he fingido que no, pero lo odio, lo odio mucho. Nos abandonó. Tal vez soy una niña mala y por eso lo hizo.
   Gaspard enciende la tele del salón, mami se sienta en su mecedora para dar el biberón a la bebé.
    Cojo la libreta de la mesita de centro y mis crayones, me acurruco en el costado de Gaspard y termino el dibujo que empecé en la tarde. 
-Amelia, te dije que levantaras tus cosas antes de irte a la cama-dice mami, y sé que es regaño.

-Se me olvidó-me disculpo.

-Ven aquí, cariño-me llama. Bajo del sofá y acudo, temiendo la reprimenda pero en cambio-: Me enorgullece lo mucho que cuidas a tu hermanita, pero la próxima vez que veas a esas sombras nos llamas a Argent o a mí, ¿vale?-Mami nunca llama a Gaspard por su nombre, sólo usa su apellido. 

-Es que no puedo estar segura de si estarán, como papá se marchó ustedes también lo harán. No estarán todo el tiempo.

-Amelia, no digas eso. Estoy para ustedes tiempo completo, son mi vida-dice mami-. Mi niña grande-sé que cambiará el tema-, mírala a tu Qamar, tu Lunita, mi amor-sonríe mami, sacando el biberón que mi hermanita se acabó. La bebé sonríe viéndome con sus ojitos abiertos, grandes y cafés-. Cinco meses, es hermoso ver lo mucho que te adora tu hermanita, Amelia, ¡y mira que despierta es!

-Es como Amelia, recuerdo que ni siquiera lloraste cuando naciste, pequeñaja.-Papá me levanta en el aire, y empiezo a reír-. Qué fuerte eres, Amelia.

    Eran buenos días, tenía presente el abandono de papá y la desconfianza que nació de ese abandono se dejó entrever. Fue el primer golpe, es que cuando te repiten y prometen que siempre estarán y al final ya no, terminas traumatizada y desconfiando hasta de tu sombra.
    Siempre. Allí estaba el error.





18 años
    Se cumplían diez años de la muerte de mis padres, en mi memoria seguía fresca la imagen de esos militares entrando en casa a la fuerza y atacándolos, Luna y yo fuimos obligadas a ver toda la aberración que cometieron con ambos, sobre todo con Halia. 
   Le grité a Luna que cerrara los ojos, que no mirara y lo hizo, pero el que la tenía cogida le abrió los párpados y así se los mantuvo hasta que terminaron de ultrajar a mi madre; ese episodio quedó bloqueado en la memoria de mi hermana, no me preguntó sobre ello cuando los militares nos subieron a una camioneta, no me preguntó durante el tiempo que permanecimos juntas. 
-Fueron tantas las veces en las que pensé en tus palabras, madre-dije, viendo la lápida. Me encontraba sola en el camposanto, sosteniendo una rosa, era su flor favorita; y era la primera vez que venía, me había hecho mayor y Matthew Carlysle me dejaba viajar bajo supervisión, claro, pero logré escaparme de mis escoltas. Vine a Alemania con la excusa de asistir a un festival, pero cada año a partir de ese momento le llevaría un ramo de sus hermosas flores-. Fueron tantas las veces en las que le prometí que no se sentiría abandonada, estaría tiempo completo para ella, prometí y no cumplí como me prometieron e incumplieron.-Lo decía por Caín, se fue para protegernos y sólo nos perjudicó más. ¿No pudo ocultar mejor que tenía hijas?-. Sé que no fue vuestra culpa, no eligieron ser asesinados, intentaban salvarnos y es exactamente lo que haré por Luna, cuidarla de las sombras como cuando eramos niñas. Ya no puedo darles aviso a ti y a Argent, te dije que no estarían todo el tiempo.-Me agaché y dejé la rosa en la tumba-. Perdió la memoria, fue un accidente donde se golpeó muy fuerte la cabeza, no me recuerda, no recuerda nada y usé eso para separarla de mí; las personas con las que vive son buenas, y allá donde está no sabrá lo que haré, no sabrá de mí ni de quienes irrumpieron esa noche en casa, donde está las sombras no la tocarán, me encargaré de que así sea.
   Volví a Norteamerica dos días después de estar allí. Me sorprendió que los habitantes de aquella pequeña localidad en Hamburgo les hicieran un lugar en el camposanto a mis padres, y que además se encargaran de sepultarlos cuando ninguno se atrevió a intervenir para que no nos llevaran a Luna y a mí, la culpa debía estarles carcomiendo.   
-Buenos días, señorita Carlysle-saludó el mayordomo de la mansión-. Ha vuelto pronto, qué gusto tenerla por casa-dijo, abriendo la puerta del deportivo.

-Lucius enfermó, y echó a perder la diversión-respondí, bajando del coche-. ¿Sabes lo que es que tu mejor amigo enferme en medio del mejor festival de la vida, Santino?

-No-rió el alto mayordomo, caminando a mi lado-. Pero puedo hacerme una idea.

     Le sonreí entrando a la casa mientras me quitaba el jersey negro, se lo entregué al mismo tiempo que veía a la señorial Helena Carlysle acercarse a mí. Me abrazó, nos dimos los respectivos besos hipócritas de madre e hija falsas y continuamos con nuestro teatrito que llevábamos montado desde hace cuatro malditos años, era la única forma de dar con cada uno de los que nos hicieron pedazos, desde dentro. Y los Carlysle, miembros fundadores de la Sociedad Secreta interesada en Caín, me aceptaron no sólo para tapar la muerte de su verdadera hija a los "charlatanes" que los acusaban de tal atrocidad, sino porque para ellos era una estrategia tener a la primogénita de Caín cerca.
-No te esperábamos hoy, pero me alegra que volvieras-dijo Helena, asiéndose de mi brazo-. Tengo un evento de caridad al que asistir y Dorian se rehúsa a acompañarme.

-¿No puedes ir sola? Hoy como que no me dan ganas de salir contigo, mamá, además tengo que finalizar un proyecto de arte para mi exposición en la universidad.

-Cuando te fuiste a Alemania no pensaste en eso-comentó, fríamente.

-No.-Me solté de su agarre y comencé a subir las escaleras-. Pensaba en visitar la antigua casa de mis padres. Ya sabes, esos a los que quitaron de en medio.

    Helena me siguió hasta mi habitación donde Santino había dejado mi equipaje.
-Dile a Claudia, tu sobrina estará encantada-sugerí, cerrándole la puerta en la cara.

    Me cambié, revisé mis mensajes en el móvil y bajé las escaleras, ignorando el hecho de que Dorian me llamó. Me cogió de la muñeca obligándome a dar la vuelta, no fue brusco en comparación a otras veces en que había hecho lo mismo.

-¿Cómo estuvo tu corto viaje?-preguntó, quitándose una venda de la mano izquierda, acababa de salir del gimnasio y tenía el cuerpo hecho un asco de sudor. 
-No le digas a Lucius que te dije, pero se intoxicó con algo que comió y no pudo asistir al festival que él mismo organizó-sonreí. Dorian soltó una carcajada, admito que habían momentos en que nos llevábamos bien, pero la mayoría del tiempo era un imbécil-. Fue una de las razones por las que regresé tan rápido.

-Me alegra que volvieras, Amanda.

    Enarqué las cejas.

-¿Es un chiste?-dije. Él sonrió y negó con la cabeza-. Tengo cosas qué hacer, deberías acompañar a mamá a su evento caritativo de turno, ¿qué es ahora? ¿"Salvemos los Louis Vuitton"?-pregunté de camino a la puerta.

    No te vi, creí que estabas siendo irónico cuando me dijiste que te alegrabas de que volviera. 
   Cuando llegué a la casa Carlysle eras un niño adorable, educado que con el tiempo se volvió malcriado, con el tiempo olvidé la promesa que le hice a Amanda. Mi propia hermana estaba primero, Dorian, y fue la noche de mi regreso que cometí mi primer asesinato siendo mayor. De niña ya llevaba varias muertes a cuestas. 
    Antes de cortar su cuello disfruté torturándolo, trabajaba para Matt como Localizador además de ser el hermano menor de Helena y padre de Claudia. Matt intentaba dar con el paradero de Luna, incluso trató varias veces sacarme esa información, ¿qué mejor que tener a las dos hijas del Immortal a espaldas de tus aliados? Siempre le respondía que no tenía idea del lugar dónde se encontraba, ni dónde podía estar mi padre. 
   Era curioso que no se hubiera atrevido a tocarme un pelo con sus métodos poco ortodoxos de persuasión, supongo que cuidaba a la vasija, era probable que tuviera prohibido lastimarme o los traumas que ya había sufrido eran suficientes.
   Vincent Romano, hermano de Helena había estado involucrado en diferentes negocios negros de Matthew. No era un mandadero nada más, era una especie de Maestre de bajo rango dentro de la familia Carlysle-Romano, incluso trabajó en el Instituto en el que Luna y yo estuvimos tras la muerte de nuestros padres, mismo instituto en el que su hija Claudia fue incluida después del supuesto suicidio de su madre, la pobre mujer fue encontrada por su hija, colgaba del techo, se había ahorcado. 
   Con Claudia nunca llegué a coincidir en el instituto, pero ella sí
llegó a intercambiar palabras con Luna, tenían la misma edad y era normal que estuviesen en los mismos círculos dentro de aquél horrible lugar. Y Claudia la recordaba con cariño, me habló de eso cuando me tomó confianza; a simple vista el instituto no había hecho gran cambio en ella. Después del incendio iniciado por mí, Vincent dejó a su hija con su cuñado y su hermana, imaginé que para terminar el trabajo disociativo.
   No les temblaba la mano a la hora de hacerles daño a su propia familia, pero nunca me fijé en ti, lo pasé por alto porque mi hermana siempre estaría primero. La disociación estaba tan bien hecha que ni siquiera en Claudia se notó a primera vista, no como Amanda que se quebró por completo, llevaban años sometiéndola, y la encontré muerta en vida.
   ¿Qué tan diferente soy de quiénes nos hicieron quienes somos, Dorian? Al menos tú mostraste una cara diferente a la de tu hermana cuando reaccionaste, a mí me moldearon a su imagen y semejanza, yo era consciente de mis acciones. Un monstruo que lleva la muerte a quien me conoce.
   A Claudia le hice lo mismo que me hicieron, le quité a su padre como su padre me quitó al mío, a Gaspard Argent. Fue Vincent quien dio el tiro de gracia que arrebató la luz de esos azules ojos, fue Vincent quien obligó a Luna a mirar cómo lastimaban brutalmente a nuestra madre.
   Helena se mantuvo al lado de su sobrina el día del funeral de Vincent Romano, pasaron años antes de que Matthew y su mujer descubrieran que yo lo había asesinado. Su cuerpo fue encontrado del mismo modo que el de su mujer, cuidé que quien lo encontrara fuese Helena; su hermano pequeño, su adoración.
   ¿Qué tan diferente soy de ellos, Dorian, si actué según como querían? Esto esperaban de mí, y esto obtuvieron. Cosecharon lo que sembraron.
   La triste mirada de Claudia ese día me recordó a Luna, había perdido a su madre siendo una niña, ignoraba el diminuto detalle de que no fue un suicidio sino asesinato y por su propio padre. Eso quería que viera cuando usé el mismo método que Vincent, quería que Claudia empezara a dudar.
     Que se desligara de esa familia, quizá le presté más atención a ella por tener la misma edad que mi hermana. Por haber estado en el mismo instituto. A Dorian lo veía muy a su bola, en Claudia noté al tiempo de conocerla el dolor que sentía por el daño causado.  
    Helena era una arpía manipuladora, así como su hermano menor era importante para ella, la única hija de ese hermano era su tesoro. A Claudia la quería más que a sus propios hijos.
     Lo podía asegurar con sólo ver su trato para con ella, no se sentía esa hipocresía como cuando le hablaba a Dorian.

-Puedes quedarte con tu tío y conmigo el tiempo que quieras, pequeña mía, lo que sea, lo que necesites, lo tendrás. No dudaremos en dártelo-le dijo al finalizar el servicio donde sólo estuvimos Matty, Dorian, ellas y yo. Cumpliendo con la petición de la chica, y es que no le negaba nada, descubrí por qué un escaso año después.      


  ¿Lo sabías, Dorian? ¿Sabías que Claudia era tu hermana? No, tú lo ignorabas como ignorabas que tus padres habían llevado a Amanda a la locura total, y a la muerte. A tal punto llegaba la perversidad dentro de la sociedad que tu familia ayudó a fundar para servir a mi abuelo.  
   Cuando descubrí que Claudia era hija de Helena con Vincent producto de un abuso ritual, callé, y viendo tu cuerpo sin vida, recordando lo que hiciste por mí, entendí por qué nunca te lo dije: en el fondo, muy dentro de mí durante esos quince años, me preocupaba por ti porque las palabras de Amanda resonaban en mi cabeza. "Mientras cuidas de tu hermana cuida de él, por favor", si te enterabas de la verdad sobre Claudia, probablemente habrías terminado como Amanda porque ella sí lo descubrió y eso terminó por acabarla y escapó sin poder llevarte consigo, sin poder salvarte. No quería que les hicieran lo mismo porque te adoraba aunque los mantuvieran separados la mayor parte del tiempo.
   Veía a Matthew cada día dirigirse a Claudia con cariño, y después de la muerte de su padre le dedicó más atención.
-Con tu permiso, Amanda, tengo que saludar como es debido a la nueva reina de la casa-dijo Matthew durante el primer desayuno que tuvimos después de la mudanza de Claudia, a ella no se la veía nada bien.

-No vine a destronar a nadie, tío-susurró Claudia, forzó una sonrisa y me miró. Ese día noté que la habían perdido, Claudia había roto el leve control mental que tenían sobre ella.>>

      Cuando Sahar me dijo que estaba enojada conmigo misma y lo estaba pagando con ella no estaba equivocada del todo. Recordé la cantidad de cosas que hice por mantener a Luna segura, y las que dejé de hacer que pudieron salvar a mucha gente porque elegí a mi hermana por encima de ellas. Era el motivo por el que peleaba, no estaba luchando por otros lo hacía por cuidar de ella.
   Claudia fue daño colateral, lo que le pasó no fue intencional, no estaba en mis planes porque ella era buena pese a la familia de la cual provenía. Lo que le pasó pudo evitarse, pude salvarla y no lo hice, cuando le grité a Sahar esas palabras vinieron los recuerdos de quienes pude salvar y no lo hice. Pude evitar la muerte del padre de Lucius de la cual nos enteramos en una fiesta, fue asesinado por uno de los esbirros de Matthew, yo le puse la bala en la frente al meter a Lucius en mis asuntos y al mismo Duncan Lockwood, prestigioso abogado que descubrió lo que Lucius y yo hacíamos, e intentó exponer la verdad al mundo. Debí quedarme callada y continuar sola, hacerlo todo sola y evitarles dolor a quienes en el camino les tomé cariño aunque me repitiera que ya no podía sentir tal cosa por estar muerta por dentro; tenía en mis manos no sólo la sangre de culpables sino de inocentes.

<<-Cuentas conmigo, Amy, nadie sabrá lo de tu parentesco con Bélikov. Al menos a mí tendrían que torturarme hasta la muerte y ni así sacarían información.
-No digas estupideces, dejar que te hagan daño no está en mi lista de quehaceres de esta vida.>>
    La muerte de Lucius, a los dos años de haber conocido a Sahar, terminó de endurecerme. El "siempre" y "las promesas" los eliminé de mi vocabulario, y odiaba que fueran pronunciadas por otras personas tan a la ligera.  
     Estuve sola en su funeral, el único familiar que le quedaba era yo. Antes de mí eran él y su padre.
   Por mis padres no pude hacer nada porque era una niña, la humanidad en mí se apagó y me obsesioné con proteger a mi hermana. Hasta que conocí a Lucius, a su padre, a Claudia, a la misma familia Giraldo que acogió a Luna como una más, tuve el destino de cada uno en mis manos y los arruiné.      
    Aquí estaba. Volvía a pasar. Bajo la nieve, en un cementerio frente a dos féretros y un montón de "Si tan sólo...."
   Si tan sólo me hubiese escondido con Luna como dijo mamita cuando esa camioneta llegó.
   Si tan sólo me hubiese negado a la amistad que Lucius me ofrecía, y dado el caso que se dio, no debí contarle mi verdad. No se habría empeñado en ayudarme, él seguiría vivo y su padre también. 
    Si tan sólo no hubiese instado a Claudia a enfrentar la verdad sobre la muerte de su madre y todo lo que se escondía detrás.
     Si tan sólo le hubiese hecho caso a mi padre cuando me dijo que dejara todo en sus manos. Él se encargaría, pero no confié porque ya nos había dejado a nuestra suerte antes.
     Si tan sólo hubiese escuchado a Dorian cuando dijo que era mejor si Luna y yo nos marchábamos con Drako y Dec. Azazel no hubiese aprovechado ese instante para hacer lo que hizo, Luna seguiría viva.
    Si tan sólo lo hubiese escuchado cuando dijo que saliera del edificio, él no se habría preocupado y subido.
     Si tan sólo.....
     Le grité a Sahar porque recordé lo que yo misma pude hacer y no hice. Por Lucius, 
por Claudia, 
por Dorian,
por Luna....
  Pudo ser diferente, elegí las cartas equivocadas perdiendo la partida y acumulando demonios, haciendo cada vez más profundo el vacío en mí y que se abría ante mí.
   Todo pasaba en cámara lenta, los recuerdos, la marcha que llevaba los féretros. Las voces de los demás, todo, veía y escuchaba todo desde fuera de mi cuerpo; incluso cuando estábamos en el interior del búnker, cuando Amshel llegó con el cuerpo de Luna, cuando Sahar dijo que ella le había hablado, cuando el mismo Amshel nos llevó a Faye y a mí aparte para mostrarnos lo que había encontrado.
   Y me enfadé mucho más con Sahar, era superior a todo lo que habría imaginado, si se lo proponía podía traerlos de vuelta, destruir a Azazel, y sin embargo ni lo intentaba. Comencé a asimilar mi enfado conmigo misma y separarlo del cabreo que sentía contra Sahar y su pasividad.
   Yo era humana, peleé, gané y perdí en un corto período todo lo que para mí valía la pena. Vale, las circunstancias, mala gente y mis decisiones me trajeron aquí, lo aceptaba, aceptaba este dolor; y entendía que fuese peligroso usar su poder como si no fuese a tener consecuencias, pero es que ¿ni siquiera intentarlo? No digo ya restaurar la vida de Luna y Dorian, sino ir a por Azazel, al menos.
    Me alejé cuando todo terminó, imaginé su reacción si Faye fuese la víctima. No habría quien la hiciera entrar en razón, iría contra aquél que se la quitó y no contenta con eso trataría de resucitarla. 
    El grito de Maura me sacó de mis cavilaciones, y vi a Declan suspendido en el aire retorciéndose, Azana se mostró, sus sublimes alas blancas en pleno movimiento le permitían volar. Declan sangraba por la boca.
    Fijé la vista en Sahar quien seguía al lado de Faye hasta que ya no estuvo, y entonces Azana se vio atravesada por una espada después de cortar el cuello de Declan. Cubrí mi boca con las manos, no podía ser..... Esto no podía estar pasando.
    No vi nada más.

-Declan-dije, y corrí hasta su cuerpo que cayó al suelo blanco por el manto de nieve que lo cubría-. Declan...-repetí, viendo como su sangre pintaba el blanco-. No, tiene que haber una forma... ¡Tiene que haberla!-exclamé, golpeando su pecho, y luego paseé mis dedos por la marca del uróboros bajo su camisa-. Vuelve, por favor..... Vuelve....

    Sentí que alguien intentaba separarme de su cuerpo, me decían que debíamos reunirnos, que estábamos rodeados. No hice caso y me quedé abrazada al cuerpo de Declan; escuché la voz de Ivel, y levanté la cara, estaba sentada en uno de los ataúdes. Mi posición me permitía verla pero ella a mí no, yo estaba semicubierta por un árbol.
   Desde allí vi cómo Sahar se agachaba y ponía su mano en el suelo. Faye, Drako, Velkam y los Griffin dieron un paso atrás mientras los demás, a excepción de Sahar, parecían caer; las criaturas que acompañaban a Ivel se les fueron encima, eran neófitos de Blood Drynka, probablemente creados a partir de la sangre de Luna. Eran más de quince contra mi hermana y sus cinco amigos.
    Aparté la mirada de ellos y encontré a Ivel abriendo el ataúd, miraba con curiosidad el interior, luego susurró algo, y levantó la mirada observando muy serena cómo sus criaturas caían a manos de Sahar y los demás.  No se metió, no lo evitó.
   Me levanté para dirigirme a ella, pero fue ella quien me alcanzó a medio camino sólo para salvarme de uno de los neófitos.

-Perdona a mi hermana por lo que hizo-dijo, mirando el cuerpo de Dec-. Espero que alguna vez pueda obtener tu perdón también por lo ocurrido con Luna.

-Espero que sea una jodida broma.

-No hay traición de nuestra parte, Amelia-aseguró-. Azana y yo queríamos probar una cosa que recién descubrimos, estamos del mismo lado, nos han mentido. A todos.-Se dio cuenta que todas sus criaturas habían muerto-. Dos días y revisa los ataúdes de tu hermana y el otro chico. Y haznos un favor, deja que nos odien.
    Ivel se llevó el dedo índice a los labios, desvaneciéndose. El ataúd ya no estaba afuera.
    
-No piensas hacer nada, supongo-le dije a Sahar al tenerla cerca y encaminándome de regreso a ver el cuerpo de Declan-. Mataron a tu amigo, quién sabe cuántos Blood Drynka's renegados y neófitos están aprovechando la oscuridad para matar personas, tu hermana pequeña está en un hoyo, Azazel se sale con la suya y tú pareces no tener sangre en las venas. Y por favor no te escudes en los malditos límites porque si fuese ella-señalé a Faye-, cielo y tierra se habrían removido y Azazel ya estaría muerto; ¿es porque te la follas?

   Amelia.... Escuché un murmullo.
   Sahar era una esfinge, no movió ni un músculo, quien dio un paso al frente y me abofeteó fue Faye, a punto estuvo de volver a hacerlo pero Sahar le agarró la muñeca.

-Sí-respondió.

   ¿Se podía ser más cínica? Miré a Faye, ésta intentaba reprimir una sonrisa. Velkam movió la cabeza en gesto negativo pero riendo, Drako permaneció serio, los Griffin se hicieron los desentendidos.
    Levanté la mano para devolverle la cachetada a la rubia, y Sahar me agarró de la muñeca, me hizo daño al apretarmela.

-Hace días te dije que si te atrevías a tocarla se me olvidaría que somos hermanas-habló, soltándome. Su mirada se tornó triste-. Quiero ir a por él-dijo-. Pero algo me contiene-susurró.

    Sonreí con ironía.
   Di un último vistazo al cuerpo sin vida de Declan, les di la espalda y me marché sin mirar atrás, no me detuvo y tampoco esperaba que lo hiciera. Necesitaba estar sola.
    Caminé contra el viento que empezaba a soplar fuerte.
    Amelia... Volví a escuchar ese murmullo. Reconocí la voz cuando habló más alto, seguí sin parar, me cerró el paso.

-Dejas a tu hermana así nada más-comentó, caminando de espaldas a mi lado cuando vio que no me iba a detener.

-Si mi vida va a depender de Sahar y su pasividad, prefiero seguir mi camino sola-dije, parando frente a mi antigua casa.

-Amshel debió mostrarte lo que encontró.-La miré de soslayo-. Un poder semejante no puede tomarse a la ligera, en este mundo puede llegar a corromper, es una suerte que Sahar sea tan precavida.

-Cuando le conviene.-Subí las escaleras del pórtico-. Mataría por Faye sin pararse a pensar, conozco toda su historia. Y a su hermana la abandona, a su familia.

-Faye también es su familia, Amelia. Y no los ha abandonado, los quiere a todos juntos, a salvo.

    Allí en el pórtico me atreví a mirar su cara, Amara cruzó los brazos y esperó mi réplica, enarcando una ceja. Abrí la puerta con una llave que tenía conmigo, entré y ella siguió parloteando detrás de mí.

-Comprendo que te sientas así, y por el estado en que vi a Sahar, ella también lo comprende y siente que lo merece. Por eso te dejó ir.-Con un chasquido de sus dedos encendió la chimenea de la polvorienta sala, yo me había sentado ante ella en el suelo-. Se está conteniendo para no lastimar a nadie, ¿tú no lo has hecho?-Se sentó a mi lado.

     Me contuve con Claudia Romano, e igual salió lastimada. Contenerse es contraproducente, hace igual o más daño que actuar a ciegas como quería que lo hiciera Sahar.

-Tenía entendido que no te inmiscuirías en este desastre.

-Observo el avance de los acontecimientos, no me inmiscuyo, ¿es lo que harás?-Suspiré-. Estás en tu derecho, ya hiciste suficiente por Luna, el vacío que te han dejado las pérdidas deberías aceptarlo, y saltar a él.

    Fruncí el ceño, ella comenzó a jugar con una cadena de plata cuyo colgante reconocí, una media luna. Pertenecía a mi hermana menor.

-¿De dónde sacaste eso?-pregunté, arrebatándoselo.

-Estaba entre las cosas de Luna, en su habitación en Escala. Fui a ver si tu padre había vuelto, y revisé la casa-respondió, encogiéndose de hombros-. Acéptalo, Amelia, y libérate de este Infierno.-Con una de las puntas de la media luna hice un corte en la palma de mi mano, me vi tentada a ello-. Yo no conocí a mi madre, murió dándome a luz, y mi padre me quería muerta. Pero cambió de opinión y me usó como arma contra los Elohim leales a Mikhael, sin ellos el golpe sería más sencillo de llevar a cabo.
     La sangre empezó a correr por la palma de mi mano, resbalando por mi muñeca.

-No fue Azazel el autor del golpe-continuó, mirando mi roja sangre-. Amshel y yo acabamos de descubrirlo, llámame loca pero creo que Azana e Ivel también lo saben; y está Sahar, quien ha comenzado a notar con más fuerza que no es de este mundo, y como su poder no pertenece a este mundo se vuelve más peligroso si lo usa a ciegas.

     Comencé a ver su rostro borroso.

-¿Quémehiciste?-balbuceé.

-Bajaste la guardia cuando despertaron tus demonios y yo aproveché de entrar, llamémoslo "Iniciación".

-¿Porqué?-Fui cayendo, sentía mucho calor, mi piel estaba muy caliente.

-De lo poco que conseguí leer del diario de Mikhael, aunado a los recuerdos sueltos de la durmiente Asherah tú eres un Espíritu muy revoltoso, no es la primera vez que te peleas con Sahar, si eras su mano derecha.

-Nosédequéhablas....

-Es lo de menos, tienes guerra contra el mundo desde que Caín te abandonó porque despertaste a medias la noche en que Sahar nació y ella dejó una parte suya atrás para no sufrir la pérdida de Faye de nuevo, y para que no estuvieras sola.-Su voz hacía eco, resonaba fuerte, se hacía débil, y otra vez resonaba como si me estuviese gritando-. Como Sahar y la gente que habita Assiah, no perteneces aquí.....
-....fragmentaste las cadenas que te atan a esta prisión-la voz de Declan. Cuando abrí los ojos me encontraba a su lado, recargada en una baranda observando el mar desde un muelle, el cielo sobre nosotros estaba oscuro-. El dolor al que te viste sometida en ese infierno sirvió para volver a soldarlas, tienes que aceptarlo, Amelia.

-Saltar al vacío, encararlo.

-Te ayudará a conocer quién eres en realidad.

-¿Estoy muerta? ¿Amara me mató? Aunque con mi suerte para morir....

    Declan rió.

-No estás muerta, Amelia, estás muy viva

      El cambio de ambiente fue drástico, Declan estaba frente a mí en un terreno baldío con la niebla rodeándonos.

-Estás separada astralmente de tu cuerpo físico, Amara te ayudó con eso, queremos ayudarte a que despiertes y conozcas la razón  por la que quiso matarte quien te quería usar de vasija.-Me fije en la vestimenta que Declan tenía, era negra y recordé a los Elohim de alas negras que peleaban con los de alas blancas. Llevaban la misma vestimenta. 
-¿Qué información tienes tú que no compartiste con Sahar y los demás? Pudiste ser de ayuda contra Azazel, ¿sabes?

-No podía hacerlo porque no tenía la información hasta ahora-respondió-. Es mi segundo despertar, Amelia, y el definitivo. Soy libre de la prisión en la que me encerraron, llevaré mi cuerpo conmigo a casa en unos días, por ahora me encomendaron ayudarte.

-¿Quién?

-Mikhael-respondió, sonriendo-. Apuesto a que Azazel no encuentra el cuerpo de su hermano en este momento-rió. Extendió su mano invitando a que la cogiera-. Confía en mí. Te mostraré algo.

    Tomé su mano, el ambiente volvió a cambiar, estábamos en el interior de un estudio. La única luz existente provenía de una lámpara encima del escritorio ante el cual se encontraba un hombre vestido de negro, el mismo uniforme que llevaba Declan; el hombre de pelo corto, cobrizo y rizado sostenía a una bebé. Y le hablaba a alguien que, sentado al otro lado del escritorio, le daba la espalda.
-Él eligió marcharse-decía el hombre-. Conocemos sus sentimientos mezquinos, y si tengo que opinar es mejor tenerlo lejos de nuestro hogar-, sentí que cuando decía nuestro hogar no se refería a su tierra nada más sino a la bebé que tenía en brazos-, ese tipo de corrupción que nació con él, aunque se disuelve y se destruye aquí, no la quiero cerca de ella.

-Eres demasiado protector, Ele-dijo la persona detrás del escritorio, era la voz de una mujer, y una voz muy conocida cabe acotar.

-Cuando se trata de ella, todos lo somos, ¿o no?-dijo él, mirando con absoluta devoción a la bebé, me recordó a Sahar mirando a Faye y viceversa-. No puedo creer que sea su reflejo.

-"Ella nació de la nada, cuando nada existía ella nació"-recitó la mujer-. Aún me sorprende esa historia-por su tono intuí que sonreía-. "Él es la mímica, la sombra que se proyectó cuando ella creó el Todo", cuando nos creó a todos.

-Intentó borrar lo eterno en ti, ¿por qué lo dejaste?-le habló el hombre a la bebé.

-No creo que le conteste-dije.

-Lo hará, pero no ahora-me dijo Declan. La bebé me miró fijamente-. Es tu recuerdo en lo más profundo de tu ser, y en un recuerdo ella te reconoce pero tú a ella no. ¿Sabes lo que quiere decir borrar lo eterno?-Tenía una idea, pero no respondí-. Intentó matarla, sólo que aquí nada muere, es un ciclo infinito, verdadera inmortalidad.

   Sahar, pensé mirando a la bebé al mismo tiempo que la silla de detrás del mueble se giraba despacio dejando ver el rostro de la mujer.
-¿Claudia?-musité, viendo el rostro de la hija de Helena en el instante en el que se desvanecían, perdiéndose en una luz cegadora-. Ella estaba.... Ella...-No podía terminar la frase, no sabía cómo terminarla.
-Sigues siendo parte del desorden, sigues atada al caótico mundo donde nos encerraron, suelta el dolor que provoca la pérdida, acéptalo, no dejes que te traumatice porque le haces un favor a quien lo creó.-Levantó la mano y señaló con el dedo a la distancia donde el hombre, a plena luz del día, tenía a la bebé en brazos, estaba más pequeña, la cubría con una cobija rojo escarlata y besaba su frente. Protector. A su lado estaba otra chica que no reconocí, el pelo moreno era rizado y como Claudia y el hombre, tenía un hermoso rostro-. Después de ser atacada el ciclo inició, y el atacante se marchó, en el recuerdo anterior habían tenido una conversación con la bebé, porque sí les hablaba, Amelia. Ella quería que "Claudia"-dibujó las comillas en el aire-, fuera a buscar a su atacante. Si calculamos el tiempo como ocurre en el otro mundo, este recuerdo transcurre unos meses antes, aunque la bebé se viera como de un año en el recuerdo anterior; quería detener el prueba y error que el Otro estaba haciendo porque no habían buenas intenciones detrás de ello, sólo celos, buscaba la adoración y perfección para sí mismo. Y ella conocía lo que vendría después.     
        
     Un nuevo salto de escenario nos llevó a un hermoso bosque, el aire fresco, todo se veía como en Assiah pero no era Assiah, se sentía distinto y familiar al mismo tiempo.
    Y allí estaban de nuevo, él siempre estaba con ella. La niña había crecido, tendría unos siete años pero seguro habían pasado unos meses desde el primer recuerdo.
     Eran mis recuerdos.
   La pequeña de pelo negro estaba agachada y él a su lado, delante de ellos muchas flores rojas adornaban el suelo lleno de ramas y hojas secas.
    Nos acercamos más para escucharlos.

-Me gustan mucho, Ele-dijo la niña, su voz era una melodía agradable al oído-. ¿Crees que a Nunally le gustará que le lleve algunas?

-Si no lo sabes tú-sonrió él.

-No lo sé todo, evito leerlos para sorprenderme-replicó ella, dándole un toque en la punta de la nariz con su dedo índice-. Se los llevará-dijo con serenidad mientras cortaba algunas flores-, se llevará a nuestra familia para seguir con sus pruebas, lo que ha probado hasta ahora no le ha funcionado y sé, sé que ustedes conocerán el dolor si van a detenerlo. Por eso no he querido enviarlos, porque sufren. No quiero que sufran.-Miré a Dec, él sólo asintió-. Lo he observado crear y destruir su creación, no está satisfecho. Aquí nos tenía a nosotros, pero no estaba satisfecho, sentí sus sentimientos, su frustración, algo crecía en él. ¿Y si yo o ustedes se vuelven así? ¿Si los lleva consigo? He visto un mundo de dolor y caos, conocí el miedo en esas visiones, es un sentimiento que no me gustó, ¿conoces el miedo?

    Se levantó con un ramo de flores en las manos, él la tomó de los brazos con cariño.
-No lo conozco, pero lo que sea no dejaré que lo sientas de nuevo o que te conviertas en algo que no eres, y que sabes que no eres. Él puede ser tu reflejo, tu sombra, pero no eres tú y aunque quiera no será tú jamás; eres única como cada uno de nosotros, nos enseñaste a amar y es lo que todos conocemos, un amor verdadero, puro al que él renunció cuando te atacó y se marchó.

-No fue suficiente para él, no es un amor tan puro si él se volvió mezquino.

  No conocíamos la tristeza, el dolor, el abandono, la desconfianza, el rencor, la ira, el odio, porque no había nada que nos despertara esos sentimientos.... Empecé a recordar. Aquello no existía en nuestro hogar, la vida se escribía en mayúsculas porque no había muerte tan sólo eternidad. Y ella nos dio ese mundo, y nos amó a todos.  
-Es el amor más puro y perfecto que conoceré porque eres mi madre, y no hay amor más perfecto y desinteresado que el de una madre por sus hijos-dije a la misma vez que el hombre, quien abrazaba a la niña.

    Lo aprendí sólo con verte, pude escuchar los pensamientos de él, que no era más que yo misma en esa primera vida en mi verdadero hogar.
    Los recuerdos fluyeron y sonreí por lo hermosos y nítidos que eran, cercanos a mi corazón. Antes de que todo pasara, antes de que nuestra familia fuese disuelta y hecha prisionera en cuerpos hechos de polvo, barro..... Antes, mucho antes de que Assiah fuese creada, ella y yo hicimos lo que más nos gustaba. 
-Amelia, es entendible tu pasión por el arte en tu actual vida-comentó Declan, sonriendo.    

   Sonreí repentinamente feliz, en paz. 
   Era un hobbie del que disfrutábamos, si se vieran estos recuerdos desde la perspectiva y forma de pensar humana cualquiera diría que yo era "el hijo favorito", pero nada más lejos de la realidad. Para ella todos eramos distintos, únicos en personalidades, no existía la palabra "favoritismo" en su vocabulario.
    Y nosotros nunca pretendimos ni cruzó por nuestra mente luchar por su atención si a todos nos quería, nos trataba como a sus iguales. Ella era nuestro hogar. Y no sé si era perfección, ¿qué era la perfección en realidad? Si el Otro quiso ser como ella, y quiso hacer un mundo como el nuestro para él, donde fuese adorado, donde pudiera obtener lo que ella, entonces tal vez sí teníamos la perfección. Eramos el Arquetipo.
     Y a mí sólo me hacía feliz tener a mi familia.
   Hasta que algunos fueron secuestrados y llevados al último intento de aquel cuya sed de pleitesía y sangre era inconmensurable. Fueron aprisionados entre un cuerpo de polvo y un alma oscura, una prisión de la que era difícil escapar estando en su mundo: Assiah. Un mundo donde mi familia permanecía dormida porque así él los quería, ignorantes, cegados; los primeros intentos hechos de cuerpo y alma no eran nada más que animales, él sabía que le hacía falta algo más y tomó a parte de mi familia para ensayar un nuevo experimento, y lo consiguió. Sus criaturas eran más inteligentes que las primeras, hechos a su imagen y semejanza.
    A su mundo llegamos varios, pero ella nos lo advirtió, era un mundo impuro y como tal nos afectaría, debíamos permanecer un corto tiempo allí y regresar a casa. 
    Yo me quedé un poco más, ella no podía venir en persona porque no podía entrar, era su mundo, el mundo de Eloah Yahveh. Si la impureza de ese mundo nos provocaba dolor y sufríamos por nuestros hermanos, para ella el dolor, el desasosiego era infinito porque lo intentó, nadie puede decir que no, lo intentó una y otra vez durante las pruebas y errores anteriores. No podía permitir que él se llevara a su familia para tenerlos de esclavos, no podía; traté de liberar a las primeras criaturas, les mostré la verdad, aquél que se presentó ante ellos como su Único Dios entró en cólera, y allí comenzó la mentira, y mi Caída.
    De pronto abrí los ojos, me encontraba arropada en la comodidad de una cama, el techo de la habitación tenía un tragaluz por donde se colaba la luz del día; no llegué a despedirme de Declan, fue lo primero que pasó por mi mente. No lo había hecho, me dejó sola cuando mis recuerdos cayeron en cascada, pensaría que ya no lo necesitaba. Mi recorrido para reconocerme había terminado.
     
-Buenos días, Bella Durmiente-dijo la cantarina voz de Amara, estaba sentada en un sillón al pie de la cama. Cogí la almohada y se la lancé-. ¡Ouch! No pues de nada-soltó, fingiendo estar ofendida por lo que hice.

-¿Cuando has traído una cama? ¿Dónde estamos, por cierto?-pregunté, levantándome, debilitada por lo que supuso el viaje astral, y asomándome a la ventana.

-Bienvenida a Estambul.

-Estás jodiéndome-susurré.

    Negó con la cabeza, lentamente. Por la seriedad en su faz supe que no estaba jugando.
   Patidifusa como me hallaba, volví a mirar por la ventana. La vista era hermosa, cielo azul, arena y mar se extendían ante mis ojos.
-Es de día-susurré, percatándome recién de ese detalle-. ¿Por qué es de día? ¿Por cuánto tiempo me dejaste inconsciente?
-El tiempo no lo decidí yo, querida, tú decidiste seguir allí y no te culpo.

-No juegues, Amara, responde.

     Apretó los labios, y cerrando los ojos respondió: 

-Nueve meses.

    Nueve meses.... Nueve meses..... Nueve meses...... Nueve meses....... 
   Caí sentada en la cama con su voz haciendo eco, repitiendo esa contestación que para nada esperaba. Un par de días, vale. Unas semanas, tal vez. ¿Pero nueve meses?

-Y dime, ¿qué se siente estar de regreso, Lucifer?-sonrió.

    La fulminé con la mirada. Pero sonreí un poco.      



6 comentarios:

  1. Vengo a dejarte muchos besos, y desearte una feliz Semana Santa, mi niña, que aunque no pueda leerte ahora, sí me acuerdo de ti.

    Muchos besos, mi preciosa Ivel.

    TQ

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    1. Muchos cariños, Mi María Bonita, que tengas una preciosa Semana Santa :)

      Besos, TQQQQQQQ :****

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  2. Gran canción que incluiste para esta entrada.
    ¿Entendí bien? ¿Amelia es Lucifer?
    Que historia tan rica en episodios.
    Un abrazo.

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    1. Hay varios capítulos que esta canción inspiró, éste es uno de ellos y tenía que incluirla sí o sí ;)
      Con decirte que cada personaje, y pareja tiene su propia playlist jajjaja :)

      Sí, has entendido bien: Amelia es Lucifer en la actualidad, un secreto más desvelado....
      Como dice Amara en el próximo capítulo: "La historia puede ser tergiversada...y..." a esperar el próximo episodio ;)

      ¡Un abrazote, Demiurgo!

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  3. Un capítulo de los mejores hasta ahora, por todo ese halo místico que le has dado y porque se conecta con el inicio. Amelia como Lucifer y enfrentada a Sahar? eso sí será intenso.

    Besos dulces y dulce fin de semana Señorita Escritora, que no la pillen hablando de Lucifer estos días :D

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  4. Eres grandiosa, Ivel. Cuando creo que la intensidad o el interés va a ir en detrimento... se vuelve más apasionante. Lleno de nuevos personajes. Me has gustado mucho esos regreso o futuros espejos.

    Mil besitos, preciosa.

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