Spin-off

Spin-off

sábado, 8 de abril de 2017

Sol de Medianoche

Seattle, Estados Unidos
Faye

    Ayudé a Amanda a incorporarse, tenía la cara llena de suciedad y un golpe en la frente. En la mano se había hecho un corte poco profundo, se soltó de mi mano con brusquedad para evitar que siguiera revisándola por si tenía alguna otra herida que fuese grave; volvió a mirar hacia el cielo, los tres helicópteros que habían estado sobrevolando Seattle todos estos días comenzaron a caer por las calles cercanas, pero no parecía que Amanda estuviera preocupada por eso, miraba otra cosa.

-Le diré a Sahar que no vuelvo a ayudarte-comenté.

-Dime que ves lo mismo que yo-dijo, ignorando mi comentario.

   Miré hacia el punto donde ella miraba.

-¿Polvo, suciedad, fuego, personas cayendo desde ese edificio buscando salvarse pero igual consiguen la muerte en el intento?

-Observa, Faye, presta atención. Están peleando frente a tus ojos-replicó, sorprendida por lo que ella presenciaba pero yo no.

-¿No te habrás golpeado fuerte la cabeza?-le pregunté, volviendo a mirar y esta vez sí que pude ver lo que ella-. Pero, ¿qué demoni...?

   La gente a mi alrededor buscaba refugio, sus gritos se oían lejanos junto a los sonidos de las sirenas de patrullas, ambulancias, camiones de bomberos. Yo me encontraba absorta viendo cómo criaturas aladas aparecían y desaparecían ante mis ojos, enfrentándose con espada en mano.

-Elohim-susurró Amanda.

-¿Pero quiénes son los de alas negras?-pregunté cuando volvieron a aparecer y se desvanecieron tras chocar las espadas.













Amanda

    Antes de entrar al hotel escuché un sonido de metal chocando contra metal, agucé la vista hacia el lugar de donde provenía y fue entonces cuando vi a aquellas criaturas peleando en el aire al mismo tiempo que un avión se precipitaba contra el edificio de enfrente, la explosión que le siguió dejó caer escombros. Tropecé al intentar entrar al hotel y caí golpeándome la cabeza, me corté la mano con uno de los cristales que llovieron desde el mismo hotel porque el estallido fue tan estruendoso que la onda hizo que los edificios cercanos se vieran afectados también.
     Escuché la voz de Faye, me ayudó a ponerme de pie y apenas presté atención a sus palabras porque mi atención se centró en las ahora nítidas criaturas. Al principio Faye no les veía, le insistí y cuando al fin pudo verlos se asombró.

-Elohim-susurré.

-¿Pero quiénes son los de alas negras?

-Ahora entiendo-dijo en un murmullo la voz del señor Alyosha a espaldas nuestras-, han estado allí todo el tiempo.

-¿Te explicas?-dijo Faye.

   Nos cogió a mí y a Faye del brazo y nos llevó al vestíbulo donde se estaban reuniendo los huéspedes del hotel con maletas y todo. Algunos se hallaban pegados a sus móviles, revisé el mío, había señal.

-La Nigra Ordo-susurró Velkam-, creí que era un sueño pero hace unos meses un hombre se presentó ante mí diciéndome que el Tempo Spirito se acercaba. Cuando le pregunté quién era respondió que a su gente le conocían en este mundo como La Orden Oscura u Orden Negra, que eran muy pocos los que hablaban de ellos porque hay quien se ha ocupado de borrar de la historia todo lo referente a su existencia, y a la existencia de la persona a quien acompañan. Los han hecho ver como los malos.-Faye y yo nos miramos cuando dijo "la persona a quien acompañan"-. Desde ese momento, cuando "desperté", porque en serio creí que había sido un sueño, hasta hoy he tenido una sensación extraña cada vez que nombran, pienso o veo a Sahar.

-El que sea más que hija de Eloah, ese presentimiento, ¿no?-habló Faye.

   Velkam asintió.

-La existencia de una supuesta hija de Eloah no es algo conocido, y de la historia también se ha ido eliminando a Asherah, su esposa. Mikhael habló con Caín muchas veces y todas esas veces le pedía que la guiara a Sahar, que había perdido su camino.

-¿Qué camino? ¿De regreso a los Cielos?-pregunté.

-No me parece que sea ese, Mikhael fue muy cuidadoso en sus encuentros con Caín y en lo que le decía, temía de alguien-respondió Velkam.

-Tal vez de Azazel-aventuró Faye.

-O alguien más.

   Mi teléfono móvil sonó, al ver el nombre de Dorian contesté enseguida.

-¿Dónde estás?-pregunté.

-Estoy en Seattle, mis padres están aquí, te mentí al decirte que papá quería vernos en Nueva York porque si decía que estaban aquí no te irías con tu familia y vendrías conmigo a por ellos.

-Dorian, ¿en qué parte de la ciudad estás?

-¿Supiste de lo ocurrido en Nueva York?-preguntó.

-Dorian, en serio ¿dónde estás?-insistí.

-A tres cuadras del hotel Alyosha, en un condominio que sé te pertenece. Iba de camino cuando te vi bajar de una limusina, el coche se quedó sin combustible y tuve que caminar.

   Salí del hotel escuchando a Faye llamarme, la ignoré.    
-¿Estás bien?

-Sí, sí, no llegó a caerme nada encima al menos. Llegué a salvo al condominio, pero tú quédate donde estás, sólo quería asegurarme de que nada te había pasado.
   
   Colgué y salí corriendo, no pensaba dejarlo en el exterior con todo lo que pasaba. Los demás no estarían de acuerdo y sería desafiar a Sahar, pero eramos muchas las víctimas de este juego de poder, y Dorian fue una más.














Faye

  Velkam quiso ir tras ella, lo cogí del brazo e hice un gesto negativo con la cabeza.

-Déjala, sabe lo que hace. Regresará pronto.

   Nos dirigimos al elevador, Declan venía saliendo.

-¿Y Amanda?-preguntó.

-Fue a encontrarse con Dorian Carlysle-respondí, Declan pasó por mi lado como bólido-. Alquimista-llamé-, ten cuidado allí afuera, apenas hay claridad.

   Declan se marchó en el instante en que Arath y Regina Griffin entraban.

-¿Por qué a él sí le permites ir, Eminencia?-preguntó Velkam, con sorna.

-Porque tú no la harías entrar en razón, Dec sí. Es su amoooor-respondí, alargando la última palabra.

-No puedo creer que a estas alturas tengas ánimos de bromear, Faye-dijo el señor Alyosha, moviendo la cabeza de lado a lado.

   Estrechó la mano de Arath cuando estuvo cerca de nosotros.
   El guapo y alto moreno, me guiñó un ojo. Besó mis mejillas con una enorme sonrisa en la boca, Regina me abrazó sin esperarmelo.

-Que desastre hay allí afuera-dijo Rage.

     Velkam los invitó a entrar al elevador, en el camino los pusimos al tanto de lo que pasaba. Ambos escucharon en silencio.
     Los Griffin era una pareja que dieron su lealtad a Sahar años atrás, se han mantenido cercanos a la familia. Regina sobre todo, quien hizo buenas migas con mi amada; sus ojos tenían una mirada amable. Drako se equivocó, sí había una persona más a la que Sahar escuchaba y era Rage, se lo ganó con el tiempo.
    Velkam introdujo un código en la pantalla táctil al lado de las puertas, unos quince minutos más y las puertas se abrieron.
      Entramos a lo que era la estancia de ese búnker equipado con todo. Velkam lo había construido un siglo antes como previsión y por consejo de Medea, en esos momentos de lucidez, para proteger a Nina de sí mismo y de la influencia de Freyja, y Tristán, si algo llegaba a salir mal.       
-Entonces la idea es esconderse aquí mientras los nuestros sufren los estragos de la guerra-comentó Arath, moviendo el dedo en forma circular señalando el recinto-. No me parece correcto, y Euzma seguro tampoco lo verá así.

-Ella quiere que su familia esté protegida, Arath, y eso los incluye a ustedes. Si tiene qué decidir siempre será su familia más cercana, con la seguridad de sabernos a salvo podrá pensar en el resto; acaba de perder a una de sus hermanas, entiéndela-dijo Velkam, pasando su brazo por los hombros de Regina-. Di algo, preciosa Gina.

-Llama a nuestro segundo-le habló a Arath-. Que reúna a nuestros seguidores en nuestro aeropuerto personal a las afueras de Nueva York, todos deben permanecer allí hasta nuevo aviso.

    Arath sacó su teléfono móvil, y aprovechando que la señal seguía estable le marcó a quien Regina le pidió.
    Drako salió de una de las habitaciones y saludó a los Griffin con una leve sonrisa. Estaba triste el pobre Drako, había empezado a sentir algo por Luna a mí no me engañaba; me acerqué al rubio, entre él y los otros dos habían dejado a Enrique, Maura y Lucrecia en la habitación de donde había salido dejando las puertas abiertas.

-¿Maura y Enrique?-dije.

-No sé por cuánto tiempo Sahar la puso a dormir a Maura, pero Enrique despertará dentro de poco. A Lucrecia la até, por si acaso.

-Me alegra-sonreí.

    Se sentó en el sofá, hice lo mismo.
   La lámpara sobre nuestras cabezas titiló, no llegó a apagarse; Velkam y Regina hablaban en el bar que el primero incluyó en la construcción subterránea. Arath se reunió con ellos.

-La querías-susurré.

   Lo escuché sonreír a Drako.

-Respeto y cariño por la hermana de mi jefa, nada más.

-¿Debo recordarte las portadas de las revistas de hace unas semanas atrás?

    Drako resopló, sí que recordaba que ambos, fundidos en un apasionado beso, ocuparon esas portadas.

-Hablo en serio, Faye. Debía cuidarla, ese era mi deber y fallé en él.

-Manipularon la memoria hasta de Caín, si Caín no se salvó de eso ¿cómo ibas a poder tú? Se la llevaron del apartamento, nadie supo nada hasta que la presentaron en esa depravada fiesta.-Puse mi mano en su hombro y lo apreté un poco-. Nadie te culpará si admites lo obvio: la querías.

-Hubiese preferido ser yo.-Sus ojos se inundaron en lágrimas, lo abracé.

     Drako y yo no teníamos una buena relación, pero los años de conocernos podían más que cualquier relación inestable.
     



















Reino Unido
Sahar

    Percibí en Amara una sed de sangre controlada. 
   La joven mujer de mirada clara era de fiar, sabía que la buscaban para enjuiciarla por crímenes contra los Elohim, pero no sentí que la culpa la embargara. Confié en su palabra y estuve de acuerdo con poner la sobrevivencia de mi familia primero porque era lo que estaba pensando hacer, primero Faye, primero mi familia.
    Otra vez me vi separada de mi amada, crucé el umbral que abrí y salté de regreso a Reino Unido, justo en la sala de estancia donde Vadhir se encontraba hablando con Paloma Strauss, ésta estaba de espaldas a mí.

-Sahar-dijo Vadhir, levantándose del sofá al verme.

-Hola hermano-saludé.
-¿Cómo llegaste aquí?-preguntó.

-No importa, necesito que vengan conmigo. ¿Dónde está Vit?

-La acabo de acostar-respondió Paloma-. ¿Qué está pasando allá afuera?

-Lo que tenía que pasar: la gente intenta defenderse-le contesté, no estaba muy convencida de mis propias palabras, faltaba algo-. Y Luna.....

-¿Qué pasó con Luna?

-Fue asesinada-dije sin dudar o pensar en cómo debía dar esa noticia. Faye diría que carezco de tacto-. Trae a Vit-le pedí a Vadhir quien se acercó a Paloma para reconfortarla, las piernas le habían fallado y cayó sentada en el sofá.

-¡Sahar!-escuché exclamar a la pequeña, me di la vuelta y corrió hacia mí desde la entrada a la sala de estancia. Se abrazó a mis piernas, giré la cara buscando ayuda en alguno de los otros dos para que me la quitara, tratar con niños no se me daba bien-. Esta casa es muy linda, ¿sabías?-dijo la pequeña rubia, Vadhir la cargó.

   La casa de seguridad se encontraba en medio de un bosque, pero en vista de cómo estaban las cosas no había lugar seguro salvo estando todos juntos.

-Lo sé, Vit-sonreí-. Paloma, ¿puedes empacarle algunas cosas? Nos vamos a Seattle.

    La señorita Strauss secó sus lágrimas con disimulo y se perdió fuera de la sala de estancia.

-Supe por el noticiario que en Nueva York se presentaron explosiones en varios edificios, y en Seattle hay disturbios, ¿qué vamos a hacer allá?-dijo Vadhir, poniendo a Vit en el suelo, ésta se arregló su bata rosa y fue a sentarse en el sofá-. Y lo de Luna, ¿cómo pasó?-susurró.

-Azazel, Rey Grigori ha estado detrás de mí, quiere mi inmortalidad. Una de sus hijas mató a Luna enfrente de Amelia, el mismo Azazel obligó a nuestra hermana mayor a beber su sangre y luego la de Luna....-le informé en susurros también.
    Pasados unos minutos, después de decirle todo lo que sabía hasta ahora, nos sentamos en el sofá. Él veía cómo Vit observaba el fuego en la chimenea, sentada en el suelo, y Paloma, que ya había regresado con una maleta rodante, se hallaba en un sillón cercano haciendo un gran esfuerzo por no llorar para que Vit no preguntara.
    Khal se asomó en la estancia.

-Qué gusto verte, ven conmigo-le dije, poniéndome de pie-. Regresaré por ustedes en un momento-susurré, mirando a mi hermano y a Paloma.

    Abrí el umbral concentrándome en Nina y en Erza, invité al enorme Khal a que entrara. Dudó pero su confianza en mí era ciega, saltó dentro, yo fui detrás; aparecimos en medio de un campo de batalla, en eso se había convertido Londres a esa hora.
    Encontré a Nina en medio de la oscura noche, protegiendo a unas personas de un ataque militar.
    La policía tenía barricadas, algunos atacaban a las personas, en otros la duda predominaba.
    Khal me siguió, tenía que llegar a Nina.

-¿Dónde está Erza?-le pregunté a mi hija, al alcanzarla.

-Llevó a algunos Assassins para hacerle frente a los militares, y el Príncipe Grigori derribó dos helicópteros, pero ¿tú por qué has regresado? Hola Khal-saludó Nina.

-Señorita-contestó Khal, respetuoso.

-Regresé por ustedes, tienen que venir conmigo.

-No podemos dejar a esta gente sola, Sahar, si hay algo que aprendí de ti es que sabes cómo separar los sentimientos del deber, y a veces cómo combinarlos. Ésta gente....

-Ésta gente no es mi familia-repliqué, interrumpiéndola-. Una de mis hermanas murió por estar vinculada a mí en formas que no tienes idea, Amelia estuvo a punto de perder la vida, y cuando Azazel vea que no consiguió lo que quiere vendrá a por ti porque sabe que no le será tan fácil capturarme. Y tú eres mi hija, Nina, sangre de mi sangre, carne de mi carne, no le bastará con que le diga que de ti tampoco conseguirá nada. Te hará lo mismo que le hicieron a Luna-dije, bajando la voz cuyo tono se fue haciendo cada vez más triste.

-Madre.....

    Erza le rompió el cuello antes de que pudiera decir nada, Khal se apresuró a cargar a mi hija, evitando que cayera al suelo.

-Llévatela, yo me encargaré de todo aquí-dijo.

-Erza, vine por ambas.

-Nina tiene razón en que no podemos dejarlos solos, te pido permiso para quedarme a resguardar a cuántos pueda, recuperar este sitio. Dame tiempo, Euzma, por favor-suplicó la morena.

-Khal-dije.

-Sé por qué me trajiste, Euzma-sonrió él. Khal, que todo el tiempo muestra seriedad, había sonreído-. Cuando vuelva a ver a su Dekstra estará en una pieza.

-Esa expresión me confunde.-Erza se rió al escuchar mis palabras.

-Estaré bien, Sahar, te lo prometo-me aseguró.

   El umbral se abrió cuando rasgué el aire, Khal entró con Nina y la depositó en el sofá de la estancia.

-Tengan cuidado-dijo Erza.

-Y tú-susurré-. Cuando volvamos a encontrarnos quiero verte tal cual te dejo ahora, no pasará mucho tiempo, es una promesa, Erza.

   Khal volvió y yo salté dentro del umbral de regreso a la sala de estar.

-Vadhir, carga a Nina, nos vamos.      
















Seattle, Estados Unidos
Faye

    Vadhir fue el primero en entrar por el portal que se abrió en la sala del búnker, llamando la atención de los Griffin y de Velkam que fue hasta el rubio quien llevaba en brazos a Nina. Drako y yo rompimos el abrazo, le hicimos sitio en el sofá para que la acostara.
     Baby Amanda corrió a mis brazos tan pronto estuvo de este lado, la cargué y sentí su fuerte abrazo, bastante fuerte para sus pequeños bracitos. Paloma me saludó con la mano, tímidamente, miré a Sahar quien ya había pasado, asintió respondiendo así a mi pregunta. Paloma ya sabía que Luna había muerto.
    Ellas fueron muy amigas, del tiempo que pasé observando a Luna por órdenes de Caín llegué a ver la cercanía entre ambas. A la Avecilla-como la llamaba Sahar-, Luna le caía mejor que Amanda, las dos hermanas estuvieron con Sebastian Strauss, hermano de Paloma, en momentos diferentes de la vida de los tres. Luna tuvo un corto tiempo al lado de aquél hombre, y por consiguiente con Paloma, pero fue suficiente para dejar marca. Lo sé por experiencia.

-¿Estás bien, Faye?-preguntó Vit, llamando mi atención. Me había distraído viendo a Sahar saludar a Rage y a Arath, ella también me miró mientras hablaba con la pareja.
-Sí, dulzura-respondí-. ¿Cómo has estado tú?

-Vad y mi tita no me quieren decir qué pasa, pero sé que pasa algo-dijo, haciendo pucheros-. ¿Qué tiene ella?-señaló con su dedito a Nina.

-Se sintió malita.

-¿Tiene pupa?

-Una poquita-sonreí-. Pero estará bien prontito.

-Vaaale-alargó la palabra-. Sahar hizo magia, ¿viste?-me dijo en confidencia al oído.

-Sí-le susurré.

-¿Qué tanto se secretean?-preguntó Sahar, Vit se abrazó más a mí y le sonrió.

-Vit me decía que hiciste magia-respondí-. Le agradas a Baby Amanda-dije, viendo cómo Vit se iba a sentar en el regazo de Paloma cuando la puse en el suelo-. ¿Qué tiene Nina?

-Erza le rompió el cuello, era la única forma en que podía traerla porque no quería venir-explicó-. Erza sí se quedó, quería ayudar a la gente.-Cruzó los brazos-. ¿Crees que está bien que nos escondamos?

-Nunca te cuestionas, en todo momento muestras seguridad en las medidas que tomas por el bien de todos-dije, acariciando su mejilla-. No nos escondemos, Vida, estás velando por la seguridad de tus seres queridos, cualquiera en tu lugar haría lo mismo. Y más después de lo que pasó con Luna; no quieres perder a nadie más, yo tampoco.-Vi a la pequeña rubia charlando con Paloma, días atrás antes de separarnos tuve una visión donde Sahar y yo estábamos con Vit, y ésta ya estaba más grande. ¿Y si eramos las únicas que sobrevivíamos?

-¿Faye? ¿Qué tienes?

   Sonreí y negué con la cabeza.

-Te lo comento luego-respondí. Ella estuvo de acuerdo y buscó con la mirada a alguien, intuí que era a Amanda-. Recibió una llamada de Dorian Carlysle, salió corriendo, Dec fue tras ella.

-¿Por qué fue con Dorian? Ese hombre ha de estar acompañado de sus sádicos padres, además allí afuera todo es un desastre.

-Vamos a buscarla-dije.

-No puedo volver a usar el salto, ya lo he hecho varias veces este día y no estoy segura de las consecuencias que pueda tener-habló, sintiendo la impotencia de verse limitada, aunque no tuviera dichos límites. De eso muchos estábamos seguros pero también es cierto que podía ponernos en riesgo por la inexistencia de dichos límites; ella había aprendido a ser responsable con las habilidades que tenía.

-Está a unas cuadras del hotel, en un condominio de su propiedad-intervino Velkam-. La escuché hablar con Dorian-agregó.

-Me alegra que tu audición vampírica nos sirva de mucho, Alyosha-dije.

-Evita que provoque otro terremoto, Vesper-me siguió el juego, señalando a Sahar-. Ve a por tu hermana-le dijo a ésta.

     Regina y Arath se nos unieron cuando entramos al elevador. Ninguna de las dos dijimos nada en oposición a la decisión de acompañarnos tomada por la pareja.


















Amanda

    Llamé al elevador cuando llegué al condominio, Declan entró detrás de mí, creí que intentaría convencerme de volver al hotel. Pero ni siquiera habló.
   Este edificio era de mi propiedad, yo lo compré cuando supe que Sahar frecuentaba Seattle, justo después de los problemas que tuvieron con Velkam Alyosha cuando éste no era dueño de sus actos. Todo fue obra de Azazel.
    Declan salió primero al abrirse las puertas, encontramos un cuerpo en el suelo nada más entrar al apartamento.

-¿Y éste de dónde salió?-preguntó Dec, acuclillándose y revisando los bolsillos del saco del hombre-. No puede ser-musitó.
-Es Matty-susurré, situándome a su lado. Había envejecido demás, su antes negro cabello ahora era blanco, su piel estaba reseca, y el rostro rejuvenecido del que gozó después de volverse Blood Drynka gracias a la sangre de Luna, se había tornado calaverico-. Esto le va a pasar a Lucrecia en cuestión de días-dije-. Sahar tenía razón, mueren debido a que la magia de sangre en Luna no era tan fuerte. Era un veneno, los convierte, pero termina matándolos.

-Tienes de esa sangre en tu sistema-dijo Declan, alarmado.

-No me hará nada, porque no me convertiré-repliqué.

-Si murieras....

-No moriré, Dec-sonreí un poco. Besó mi frente-. Debes estar enfadado conmigo por venir apenas Dorian me llamó.

-Un poco, pero me parece que te ves reflejada en él, ¿me equivoco?

-Él no sabía lo que hacía, sus padres le hicieron mucho daño a él y a su hermana, y Dorian ni siquiera era consciente; quería arreglar las cosas, hacer algo bueno porque no pudo hacerlo por la verdadera Amanda.

     Mi teléfono repicó, me levanté cogiendo la llamada, era un número desconocido pero la voz fue inconfundible.
-Dorian, estoy en el condominio, si te pasaste de bando de nuevo y esto es una maldita trampa, no habrá lugar donde puedas esconderte-le amenacé.

-No he sido yo quien te ha llamado antes, fue mi madre. ¡Sal de allí ahora, Amelia!-apremió.

-¿Cómo es que tu madre pudo imitar tu voz tan bien?

-Hubo un ritual hace un par de años, el cuerpo de mi madre tiene un huésped demoníaco. Vete de allí, Amelia.

    Con razón tenía ese malestar al tenerla cerca, la sensación de que no era humana. Miré a Dec por encima de mi hombro. 

-¿Dónde estás ahora?

-Abajo ayudando a unas personas heridas por los escombros; llegué a reunirme con ellos, pero al ver el estado en el que se encontraba mi padre salí de allí. Cuando quise llamarte no tenía el móvil, luego la vi salir a mi madre hablando por teléfono, intenté quitárselo, sus escoltas lo impidieron. Me golpearon y me dejaron en la calle entre la gente. Ella enviará a alguien, estoy seguro.

-Cuando llamaste antes dijiste cosas que.....


-Buscó en mi mente, así supo qué decir, créeme por favor.

    Colgué y cogí una botella de vino que se habían dejado en la mesada de la cocina cerca de las escaleras. Miré a Dec, estaba de espaldas a mí leyendo un papel.

-¿Dónde se metió?-preguntó, doblando el papel-. Nos tendió una tramp.....-No lo dejé terminar, de un golpe en la cabeza con la botella lo dejé inconsciente.
-Lo siento, Declan-susurré, dejando caer la botella. 

   Lo arrastré por las piernas hasta detrás de la mesada, busqué en su cinto el arma que solía llevar, tenía una al frente y una en la parte trasera, examiné la carga de las dos. Una tenía balas normales y la otra balas de madera y dardos con verbena, especial para Blood Drynka's. Escuché el sonido del elevador al ser llamado, me guardé las dos armas en los mismos lugares en que él las había llevado.
   Esperé unos minutos cerca de las puertas del aparato, se abrieron al poco tiempo y de él salió una joven mujer a la que puse contra la pared. 
-¿Quién eres?-le pregunté, ella sonrió.

-Vaya, Helena tenía razón en que vendrías sola, que valiente eres-comentó. Le quité el arma que llevaba en el cinto y le apunté-. ¿Sabes usar eso, Amanda?-se burló.
-¿Quieres que probemos?-pregunté, cargándola y disparando a sus pies. La desconocida dio un salto-. ¿Quién coño eres tú?

-Anya, escolta de tu madre, a mí sólo me han pagado para venir a por ti-sonrió, pasando su mano derecha por su castaño cabello. Se arregló la chaqueta y continuó-. Helena te quiere muerta, sería una pérdida de tiempo intentar convencerte de otra cosa.
-¿Y tú crees que me dejaré matar así como así, no?-sonreí, acercándome con el arma en alto-. No pueden hacer su trabajo sucio, tienen que enviar esbirros.-La mujer rió-. ¿Por qué creo que me estás mintiendo?-pregunté. Ella chascó la lengua, sí estaba jugando conmigo-. Eras escolta de Helena Carlysle, te recuerdo sí, pero pienso que el ente que estaba en Helena cambió de cuerpo.-Rodó los ojos-. Por eso te fuiste de aquí después de citarme, el cuerpo de Helena no aguantaría mucho más, necesitabas carne más joven. Y ya tenías a tu próxima vasija, mantuviste a esa chica cerca de Helena siempre.

-Bueno, te admiro, Amy. Te admiro sobremanera-dijo, aplaudiendo-. Deja me presento: Bietka, Marquesa de este Infierno, digo, Assiah-sonrió.

-Tú no estás con Azazel-susurré.

-No-respondió, quitándome el arma de un manotazo.

   Arremetió contra mí en cuanto el arma cayó al suelo, la golpeé en la cara y saqué las dos armas que antes le había quitado a Dec. Disparé la de las balas normales, pero no terminaba de caer, apunté a su cabeza, y descargué las dos últimas balas que quedaban.
    Se desplomó en el suelo.
   Lancé la pistola a un lado y tomé aire, mirando el cuerpo de camino a la cocina. Si no le servía a Azazel entonces estaba a las órdenes de Luzbel, ¿por qué mierda Caín se reunió con su padre en un bar a sabiendas que no es de fiar? Esa Amara tampoco me inspiraba confianza.
    Escuché las puertas del elevador abrirse, Dorian salió y me abrazó al verme sentada en el suelo antes de llegar a la mesada para ver a Dec, me encontraba agotada y dolorida.

-Estás lastimada-dijo.

-Estoy bien-susurré-. Ayúdame a....

-Las ventajas de un cuerpo más joven-dijo la mujer de pie a espaldas de Dorian, levantó el arma que llevaba antes y que yo le había arrebatado-, es que sano más rápido.  
   Disparó, y Dorian se interpuso entre la bala y yo. Unos pasos que se oyeron cerca de la puerta obligaron a la mujer a entrar en el elevador, yo me había distraído con Dorian, intentaba cubrir con mis manos la herida que le había hecho la mujer en el abdomen; la sangre salía a borbotones.
-Dorian...-susurré. Él empezó a girarse despacio-. No deberías moverte, vas a estar bien.
-Llevas quince años mintiéndole al mundo, y hoy se te ocurre ser mala en ello-bromeó.

-Serás idiota-reí-. Alguien viene, y quien sea la hizo huir-dije, mirando hacia la puerta.

-Lamento lo de Luna-dijo él a media voz-. Lo.... lo siento en serio, Amelia. Yo no quería....

-Lo sé, pero no hables ya, te pondrás bien.

-Me hubiese gustado ser un mejor hermano para Amanda, que ella lo supiera.
-Ella lo sabía, Dorian, me lo dijo. Creo que no te mencioné que le prometí cuidarte y liberarte de las ataduras de tu familia, intenté hacerlo cuando eras niño, pero no me lo permitías, no pude llegar a ti; si tan sólo hubiese sabido lo que te habían hecho, debí suponer que el mismo mal que le hicieron a tu hermana, y que le hicieron al mundo, te lo hicieron a ti. Pero estaba cegada en mi propia vendetta y en cuidar de Luna, que te dejé de lado.

   Dorian movió la cabeza de lado a lado en señal de una respuesta negativa a lo que dije, no estaba de acuerdo. 
    La puerta se abrió, Regina Griffin entró seguida de Sahar y Faye.
-Amelia-musitó Sahar.

-Ayúdalo-pedí.

   Las tres se acercaron.

-Gracias por ser, por estar pese a lo que hice, Amelia-susurró Dorian-. En mis momentos de lucidez veía el sol al verte, fuiste una luz en estos últimos días, en mi oscuridad...porque las luces se apagaron con la muerte de Amanda..... Me alegra que seas el último rostro que mis ojos ven....

    Su voz se apagó hasta convertirse en nada, mis lágrimas cayeron en su rostro. 
    Sahar se agachó y le susurró algo al oído, luego besó su frente.
    Busqué en Regina y en Faye algo que me dijera que ellas sabían por qué mi hermana procedió a eso pero ninguna sabía, se encogieron de hombros negando con la cabeza.
-Debiste dejarme ayudar-soltó Declan, frotándose la cabeza y cogiendo el arma especial para Blood Drynka's-. Ese golpe en la cabeza.....

-Sé por qué lo hice, si intervenías habría pasado esto de igual forma, y no sería uno el cadáver, tú estarías aquí también. Comienzo a entender que la suerte que tengo de no morir cuando debería tiene su precio, es una maldición, si no me voy yo se va alguien más y esta noche habrían sido dos vidas más por la mía; primero Luna y ahora él-dije, enfadada por lo que me tocaba cada vez que evadía la muerte-. Dorian no tenía que subir, no tenía por qué morir esta noche.

-Amelia, tenemos que volver al hotel-dijo Sahar.

-¡Podías haberlo salvado!-exclamé.
    Recordé uno de los pocos momentos en que vi a Dorian sonreír con sinceridad, aunque hasta ahora no noté el vacío en su mirada. Helena nos acompañaba, ese día Matty no estaría en su anual evento de Acción de Gracias; no era el evento en sí lo que importaba del recuerdo, sino el rostro de Dorian y su mirada en la mía. ¿Qué estaría pensando? ¿Acaso en su verdadera hermana? ¿Deseando que estuviese allí? ¿O estaba viendo el sol en mí, ese pequeño vestigio de luz que otros veían y que yo no podía?

-Pudiste salvarlo, y no lo hiciste-susurré-. Como a Luna. 





5 comentarios:

  1. Todo una acusación de Amelia para Sahar. Y parece estar bien fundada. Aunque el uso del poder, de un poder a semejante escala, debe ser complicado.
    Caín recibió un gran responsabilidad. Creo que quien tuvo un gran papel en la hija de eloah es Circe.
    Que historia tan bien escrita.

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    1. Amelia tiene mucha razón, pero es cierto también que el poder que posee Sahar es muy delicado y si lo usa sin detenerse a pensar puede traer problemas.
      Yo también creo que Circe fue/es la influencia más grande en Sahar.
      Gracias, hago lo mejor que puedo, escribo desde el corazón porque el aprecio que les tengo a ustedes que me leen, a esta historia y a sus personajes, es Grande.

      Besazos, Demiurgo :)

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  2. Algunos, o varios, irán quedando en el camino, ante semejantes acontecimientos es inevitable. Este capítulo fue como armar un rompecabezas con las diferentes perspectivas de los personajes. Y una preciosa canción para el cierre.

    Besos dulces Señorita escritora y dulce semana.

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    1. ¿Cuántos serán esos que queden en el camino? Lo veremos en los próximos capítulos xD ;)
      Cuando lo escribí me pareció igual, un rompecabezas, en mi caso me divertí escribiéndolo jiji....
      Esa canción la elegí para este capítulo por una de mis mejores amigas que me dio a conocer este cover. Amelia está inspirada en esa amiga :)

      Besazo, Poeta, bonita semana!!

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  3. Para mí Amanda sigue siendo una heroina, su sufrimiento interior, su lucha... su querer proteger ya no a Luna, a su hermano también... pero creo que piensa poco en ella... ya no piensa en ella.

    Mil besitos, Ivel preciosa.

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