Seattle, Estados Unidos
Faye
Lo había logrado, Sahar lo había logrado. Encontró una forma de
trasladarse sin necesidad de orbitar, fue una sorpresa ver a Amanda, Dec, Enrique, Maura y Drako entrar a la estancia desde una fisura que se abrió sin saber cómo, hasta que apareció ella de última. No esperé un segundo más y la abracé, la besé, y volví a abrazarla feliz pese a las circunstancias.
Lejanas se escuchaban las voces de los que estaban allí, yo sólo la miraba a ella y ella a mí, la sonrisa en sus labios llegó a sus ojos. Pero sabía del dolor y tristeza que sentía por la terrible pérdida de su hermana; intercambiamos información sobre Azazel, Sahar le comunicó a Velkam que Nina estuvo con ella en Londres y que había decidido quedarse con Erza a ayudar, Velkam se preocupó pero no dijo nada. Y a Sahar no le hizo mucha gracia escuchar que Amshel era hijo del Rey Grigori.
-Sus hermanas traicionaron nuestra confianza, ¿por qué deberíamos confiar en su palabra?-dijo, despectivamente. Amshel se acercó a ella-. Tu hermana menor asesinó de una puñalada a mi hermana menor, ¿cómo debo proceder, Amshel de la Casa de Eloah?-le preguntó Sahar, con serenidad-. ¿Debo quedarme de brazos cruzados? Ilumíname.
La mirada de súplica en los azules ojos del Elohim llegó a tocarme y me compadecí por un momento de él.
-Estás en tu derecho de proceder como mejor te parezca-respondió. Desvié la mirada hacia Declan y Amanda, el hombre la tenía abrazada y ella estaba bastante afectada como lo estaban Maura y Enrique, y, cerca del ventanal que daba al balcón, Drako-. No justifico las acciones de ninguna de las dos, ni justifico a mi padre. Él me quitó a mi abuelo, a mi tío, destruyó a mi familia; el único favor que te pido es que, cuando llegue el momento en que vengues a Luna Giraldo, me dejes a mí enfrentar a Ivel, necesito saber que estoy equivocado, que ella no es como Azazel. Que su decisión de quedarse a su lado tiene un motivo, dame esa oportunidad.
-No quita que mató a Luna-intervino Amanda.
-Y pueden tomar represalias, no les pido que la dejen vivir, quiero escuchar de su boca el por qué apoyó a mi padre. Necesito saber sus razones, ella fue la primera en dar un paso al frente cuando padre nos habló de su proyecto para restablecer el orden en Assiah, ¿en qué estaba pensando cuando lo hizo? ¿Por qué? No dejo de pensar en que lo hizo para detener a papá desde dentro, actuar de infiltrada junto con Azana, pero el que haya asesinado a vuestra hermana me confunde.
-¿No te basta con saber que tu padre quiere corroborar si por medio de la sangre de Luna puede adquirir la inmortalidad que Sahar tiene?-preguntó Amanda-. Me obligó a beber su sangre, y después la sangre de mi hermana, ¿no te basta eso?-Sus ojos se llenaron de lágrimas que no tardaron en caer por sus mejillas, que limpió con violencia-. Iba a matarme, pero como no lo consiguió se la llevó a ella, ahora mismo Azazel debe estar dando la sangre de Luna a alguno de sus esbirros, porque está velando por la "supervivencia" de los Elohim, conseguir la verdadera inmortalidad y "traer paz al mundo por toda la eternidad". A todos los mundos. Tus hermanitas comparten ese ideal, tus hermanitas quieren.....
-No hables de lo que no sabes, no supongas. Porque igual que tú luchaste por proteger a Luna Giraldo, Azana y yo hemos luchado por cuidar de Ivel.....
-¿Y cómo les fue con eso teniendo al enemigo en casa?
Ni Sahar ni nadie hacía nada por detener aquella discusión, entrelacé mi mano con la de ella para que el estrés en el ambiente no le afectara.
-Yo sospechaba de él pero no tenía cómo probarlo-dijo Amshel-. Se supone que había cambiado, ¿sabes lo duro que es tener que sospechar de tu propio padre? No lo sabes, por supuesto que no. Pero entiende, ambos haríamos lo que fuera por quienes amamos, Ivel haría lo que fuera por quien ama, tú lo has hecho.....
-La diferencia es que yo jamás maté a una persona inocente, mis víctimas eran bastardos que nos hicieron daño a Luna y a mí, y que continuaron haciéndoselo a otra gente. Luna nunca le hizo daño a nadie, y tu hermana la mató a sangre fría.
Amshel le dio la espalda a Amanda, no tenía cómo dar réplica.
Unos pasos rompieron el silencio que se instaló después de que la discusión entre Amshel y Amanda vio su fin. Lucrecia, a quien Velkam había movido al piso de arriba tras el terremoto, había despertado.
-¿Tenemos fiesta y nadie tuvo la decencia de levantarme?-preguntó, sonriendo sin reparar aún en la presencia de su hermano. Al verlo se puso seria de repente-. Maura, Enrique, tienen cara de funeral.
-Tú....-dijo Enrique con los dientes apretados.
No podía dirigirse o ver el rostro de su hermana la matriarca de su familia materna, la mujer que no metió sus manos por defender a Luna de Matthew Carlysle y el resto. No podía, fue Sahar quien arremetió contra ella, se había soltado de mi mano y con la misma velocidad de un Blood Drynka la cogió del cuello y la pegó de la pared.
-Suél...ta...me...-dijo Lucrecia con dificultad.
-Sahar....-empezó a decir Enrique.
-¡No!-exclamó ella, mirándolo sin soltar a Lucrecia-. ¿Conocen eso que suelen decir que cuando estás por morir ves toda tu vida pasar frente a tus ojos?-preguntó, manteniendo a la rubia cogida del cuello y pegada a la pared-. He visto los recuerdos de Luna poco antes de dejar salir su último aliento, sus recuerdos felices, fue todo muy rápido que ni tiempo dio a que me acostumbrara y atesorara esos momentos. Para cuando acabó sólo quedaron flashazos de los recuerdos malos, sus últimos días de vida, sus últimos minutos de vida. No les presté atención hasta ahora que la veo a ella, y siento su suciedad, su inmoralidad.-Apretó más el cuello de Lucrecia-. Estuvo allí cuando abusaron de Luna, no hizo nada conociendo tu parentesco con el de ella-dijo, dirigiéndose a Enrique-. Pudiste detenerlos-le habló a Lucrecia-, Luna y tú tienen un hermano en común y por él, por el amor que sentiste alguna vez por él, pudiste pararlos y no lo hiciste.
La conocía muy bien, el hecho de apretar el puño de su otra mano era una señal para mí de que Sahar estaba sacando fuerzas para no descontrolarse del todo y provocar un desastre como el de hace rato.
-Suéltala, Vida-le susurré al oído al acercarme-. Si vas a ejecutarla tú misma deja que al menos Enrique se despida, creo que tiene derecho, ¿no te parece?-Sahar aflojó el agarre en el cuello de la joven mujer-. Hay cosas que Enrique ignora sobre la historia de Lucrecia-dije, observando al mayor de los Zarasúa.
Sahar
La voz de Faye me calmó y terminé por liberar a Lucrecia, irrumpiendo en su mente, viendo en sus recuerdos y haciéndola gritar. Lucrecia cayó de rodillas mientras yo profanaba cada una de sus memorias, su mente era un hervidero de recuerdos dolorosos, confusos, y muy pocos los que eran felices, esos los mantenía en lo más profundo; su mente estaba fragmentada, obra de los abusos cometidos por su familia y miembros de la Sociedad Secreta a la que pertenecían.
No me gusta invadir la mente de la gente, me enseñaron a respetar la intimidad de las personas, pero en los últimos años aprendí lo que era ser curiosa y las palabras de Faye despertaron mi curiosidad.
Habían dos recuerdos a los que Lucrecia se aferraba con fuerza, uno de ellos era de su niñez junto a Enrique, sentí el amor en ella. Debió ser antes de entregarse, por ese mismo amor, a su familia como matriarca y así evitar que Enrique pasara por lo que ella, inocente en ese momento, había descubierto.
El segundo era el de su boda, un evento en la clandestinidad, porque Lucrecia llegó a enamorarse por primera y única vez a los veintiún años. Y amó cuando tenía asumido que no podía hacerlo, que había abandonado los sentimientos hace tiempo; miré a Enrique entrando a su mente y haciéndole ver lo que yo estaba viendo, nadie más se movía.
Lucrecia fue descubierta, y obligada a usar a su marido como víctima en un ritual de sangre con el que buscaban volver a fragmentar su mente. Asesinar a alguien a quien amas, persona o mascota, era una forma de regresar a las víctimas a su programación inicial, en el caso de Lucrecia ser deshumanizada como debía ser una de las trece cabezas de la Élite a la que pertenecía.
Enrique la abrazó cuando rompí el lazo entre nuestras mentes, y liberé a Lucrecia. La rubia correspondió entre lágrimas al abrazo de su hermano.
Cogí a Faye de la mano y subimos las escaleras a nuestra habitación, en el camino escuché a Declan decirle a Amanda y a Maura sobre prepararles algo para que comieran. Ambas respondieron que no tenían hambre y él les insistió, así como Enrique.
-Nadie nace siendo malo-susurré, abriendo la puerta del dormitorio. Tenía una extraña sensación, un presentimiento que dejé de lado y seguí hablando-. Ella terminó cogiéndole gusto a lo que hacían.
-Entraste en su mente, y le mostraste su historia a Enrique. ¿Sí se sacrificó por él?
-¿Cómo es que sabes que lo hizo?-pregunté, viéndola cerrar la puerta.
-Amshel lo dijo, incluso iban a trasladar el alma de uno de sus antecesores a su cuerpo por medio de urushdaur, pero él lo evitó. Dijo que Lucrecia era una niña cuando pasó.-Me quité el abrigo, ella fue al cuarto de baño, conocía mis intenciones de meterme a la ducha-. ¿Preparo la bañera o usarás la regadera?
-Lo que sea pero contigo-respondí, la escuché reír-. Me siento intranquila-dije, quitándome lo zapatos-. Dejé a Nina en Londres con Erza, las cosas no están bien por allá pero insistió en quedarse-añadí, porque no era eso lo que me tenía intranquila, era algo más.
-¿No confías en las capacidades de liderazgo de tu hija?-preguntó, acercándose.
-Mucho-sonreí.
-Es igual a ti y a su padre, quien quedó preocupado por cierto.-Me quitó la blusa, y luego se volvió para regresar al baño.
-Él sabe lo terca que es Nina a veces.
-¿Ves? Clavadita a ustedes-la escuché reír.
Me desnudé del todo y entré encontrándola quitándose el jersey. La ayudé con el resto de la ropa, y nos metimos a la bañera, ella se sentó detrás de mí.
Besó mi hombro izquierdo tras recogerme el pelo con una pinza.
-Ha sido el día más largo de la historia-comenté.
-Y lo que falta-susurró-. Tres días, Azazel nos da tres días para rendirnos, es un imbécil si piensa que aceptaremos sus términos y su reinado.
Apoyé mi cabeza en su hombro, ella bajó el rostro y besó mis labios, casto roce al principio que se convirtió en necesitado cuando su lengua rozó la mía muy quedo sin segundas intenciones, pero la tensión entre ambas era inmensa. Gemí contra su boca al sentir el pellizco de sus dedos en mi pezón derecho.
-No empieces algo que no terminaremos-sonreí.
-¿Por qué no terminarlo?-preguntó. Su mano bajó por mi abdomen hasta llegar a mi sexo, cogí un poco de espuma y se la lancé a la cara, rió sacando su mano-. ¡Oye!
-Porque quiero escucharte gritar mi nombre, me gusta lo ruidosa que eres y hay gente abajo, preocupada por la situación.
-¿Desde cuando eres tan pudorosa?-preguntó, riendo.
Faye
Su expresión cambió drásticamente. Cogí la esponja y empecé a pasarla por su espalda.
-Desde que mi hermana murió-respondió al fin.
-Lo siento, Mi Amor-susurré. Ella posó su mano en mi nuca y giró un poco su rostro capturando mis labios con los suyos; sus besos nunca me dejaban indiferente, la posesión con la que sus labios me rozaban, de su lengua dentro de mi boca, explorando, acariciando mi lengua-. Sahar....-gemí-. No empieces algo que no terminaremos.
Se mordió el labio inferior escondiendo su maliciosa sonrisa, sus ojos felinos volvían a la normalidad.
-Tu proyección astral fue perfecta, Vesper-dijo, orgullosa.
-Se supone que eres un punto ciego, pero te vi, yo pude verte-comenté, reflexiva. Hasta ahora no había reparado en ello.
-No existe tiempo ni espacio que nos separe. Me encontrarás y te encontraré, siempre hallaremos la forma de volver a la otra.
Sonreí, rodeándola con mis brazos.
-¿Luna era tu alma?-inquirí.
-Sí, pero de alguna forma terminó convirtiéndose en una persona independiente de mí y con alma propia, creo que al ser una parte de mí inconscientemente pudo hacerlo.
-¿Cómo quedas tú entonces?
-Ya te dije, estoy en tus manos desde hace tiempo, separarla de mí no sirvió de nada porque ya te había entregado todo; construí una hermana a partir de una parte de mi alma, la otra mitad estaba vinculada al amor de mi vida, y regresó a mí contigo.
-¿Te he dicho lo mucho que te amo?
-Me lo demuestras que es mucho mejor-sonrió.
Mientras nos vestíamos le conté lo que su padre me hizo, frunció el ceño enfadada al saber que me había puesto a revivir los acontecimientos que tuvieron lugar en esta ciudad hace nueve años.
-Hablaré con él cuando regrese de dónde quiera que haya ido-refunfuñó.
-Yo soy quien no lo ha superado, las cicatrices están muy frescas, como si hubiese sido ayer-suspiré. Me miré en el espejo, ella me cogió de la mano y me hizo mirarla, no necesitó decir nada, su mirada me hablaba en silencio y su abrazo me hizo sentir segura.
-Una vez te dije que llevaría tiempo sanar, estos años has sido valiente, fuerte, y lo has ido superando.-Se apartó y puso sus manos en mis mejillas-. Tú no lo ves, pero yo sí, desde mi perspectiva tus ojos han brillado más, he visto la felicidad en ellos.
-Sólo cuando te ven-sonreí.
-Y cuando no me ven, no te miento, Vesper. Ser feliz depende de ti, el sanar está en tus manos y lo estabas consiguiendo, no permitiré que vuelvas a caer cuando ya estabas avanzando. Nadie va a arrebatarte esa sonrisa que ahora veo y brilla en tus verdes ojos.
Besé la comisura de sus labios. Y me senté al borde de la cama atrayéndola para sentarla en mi regazo.
-Ahora entiendo por qué congenié con Luna-comenté, dejando que Sahar me pusiera el colgante-. No digo que no fuera agradable por sí sola, pero en el fondo eras tú. Aunque he de decir que sus personalidades sí que eran diferentes-sonreí. Sahar acariciaba mi cabello.
-Luna era una mejor versión de mí-dijo ella.
-No es cierto, ese privilegio es mío-repliqué, frunciendo el ceño-. El de conocer a la mejor versión de ti-añadí, relajando la expresión.
Ella se puso de pie, suspiró.
-Hay algo que no me estás diciendo-susurré.
-Le dije a Velkam que Nina se quedó con Erza y con un antiguo compañero de armas, pero no mencioné quién era.-Me paré frente a ella-. Es un Príncipe Grigori que, con la muerte de Mikhael, fue liberado del abismo, Faye.
-¿Un Grigori? ¿Como Azazel? ¿Y confiaste en él así nada más?
-Faye....
-Por algo era un prisionero, Sahar.
-¿Podrías escucharme, por favor? Lo que te diré te hará caer de espaldas.-Esperé su revelación-. Me dijo que yo existí antes que la tierra misma, que yo fui hija de Eloah, Azazel me hizo algo.....
-Espera, ¿qué?-Caminé hasta la cama y volví a sentarme.
-Sí, yo estoy igual.
El apodo con el que Velkam la llamaba: Bishamonten. Para él no sería una sorpresa, él siempre ha sabido que Sahar era algo superior.
-Velkam lo sabe-susurré-. O lo presentía.
-En el pasado me hablaba mucho de los Grigori, de mitos, de religión.-Se arrodilló, abrí mis piernas y ella me rodeó las caderas con los brazos, apoyando su cabeza en mi vientre-. Me llamaba su Diosa. Bishamonten. Guerrera. Diferentes identidades y todas centradas en mí, como Azazel las tuvo, como Luzbel las tiene. No somos distintos, lo presiento, Faye, presiento que hice algo muy malo; presiento que algo está mal en la historia de este mundo, en mi historia.
No estaba alterada, mantenía esa serenidad característica en ella.
-No estás segura de ello.
-¿Cuando un presentimiento mío ha sido equivocado?-preguntó.
Nunca, pensé.
Se levantó y caminó hacia la puerta, la cogí de la mano, nada más girarse le robé un beso. Abrió la boca dejando vía libre a mi lengua, su gemido me erizó la piel, la apreté más a mí.
-No hiciste nada malo-susurré contra sus labios-. Y queda prohibido pensar en ello, por ahora no toquemos ese tema por muy ligado que pueda estar con Azazel.
-Tienes miedo a lo que podamos descubrir, ¿verdad?-preguntó, abriendo la puerta.
La cogí de la mano de camino a la estancia.
-Yo ya descubrí lo que necesito: a ti-sonreí.
Bajamos las escaleras.
-¿Estuviste torturando a Lucrecia?-Cambió el tema.
-Un poquito.
En la estancia estaban todos menos Amanda, la que llamó mi atención fue Lucrecia quien estaba de pie alejada del resto, y de brazos cruzados. Cuando nos vio aparecer se acercó un poco más.
-¿Vas a matarme ahora que terminé de pedirle perdón a mi hermano?-le preguntó a Sahar.
Ésta me miró con una sonrisa enigmática en los labios.
-No, a mi amada le gustó torturarte y creo que lo mereces, te dejaré vivir un poco más hasta que nos canses-respondió. Vio de reojo a Maura quien estaba abrazada a Enrique, llorando; fue hacia ellos y tocó su brazo, Maura se desmayó, Enrique la agarró fuerte para que no cayera al suelo.
-¿Qué le has hecho?-inquirió su hermano, preocupado.
-Canalicé su dolor, y la hice dormir. Lo necesita-dijo Sahar-. Llévala a una de las habitaciones para que descanse.
Enrique le agradeció a Sahar y, cargando a su mujer, hizo lo que su hermana le pidió.
-Vuelve a oscurecer-dijo Amanda, entrando desde el balcón-. Abajo los locos que aprovechan estos momentos de tensión para saquear, están en lo suyo, han empezado. Y los helicópteros siguen sobrevolando la ciudad, ¿qué vamos hacer? ¿Cuál es el próximo movimiento? ¿Dejaremos que Azazel se salga con la suya?
Declan, que había estando viendo su teléfono móvil, interrumpió:
-Han informado que se llevaron a cabo seis explosiones en distintos edificios en Nueva York-comunicó-. Una tras otra, con escasos minutos de diferencia.
Lucrecia rió por lo bajo.
-Lo siguiente que harán será culpar a algún país enemigo de Estados Unidos-comentó.
-Ivel le dijo a Azazel: Está hecho, padre-dijo Amanda-. No es sólo la explosión social que yo causé con lo que confesé por vídeo, necesitan una guerra terrenal, poner a la humanidad al límite de la desesperación, y en ese instante vendrá como un salvador, prometiendo paz.
-Seguro usará nuestro plan para el sacrificio ritual con el que traeríamos a Asherah, el misil sobre Nueva York sería un último movimiento para comenzar esa guerra terrenal-dijo Lucrecia-. Gracias por traerme a este lado del país, señorita Vesper. Me salvé de una buena.
-Dorian....-musitó Amanda, antes de que pudiera responderle a Lucrecia.
-No creo que esté allá, porque los Carlysle están aquí en la ciudad. Matthew tenía programada una rueda de prensa para esta noche-dijo Lucrecia-. Se supone que yo lo acompañaría, por eso debió acceder a la petición de Dorian de traerte a ti y a la zorra de tu ya difunta hermana. Con la que por cierto compartiste hombre, ¿no, Amy?
Sahar llegó hasta ella con una estaca en la mano, debido a su velocidad sólo vimos caer la mesita de centro a la que le había quitado una pata.
-Creo que ahora mismo quedará comprobado que Luna no podía transmitir mi inmortalidad-soltó, clavándole la estaca en el pecho a Lucrecia.
Enrique apareció entonces y corrió a remover la pieza de madera del pecho de la vampiresa, pero las astillas ya estaban haciendo lo suyo nada más alcanzar el corazón. Lucrecia empezó a desecarse, y antes de terminar el proceso de su muerte, mordió el cuello de Enrique y lo lanzó contra el ventanal del balcón.
Declan se situó frente a Amanda. Amshel y Velkam acudieron rápidamente delante de Sahar, mientras que Drako fue en busca de Enrique.
Los oscurecidos ojos de Lucrecia se posaron en Sahar, toda su boca estaba manchada de la sangre de Enrique.
-Le quedaba poco tiempo de vida-susurró Sahar-. La magia de la sangre en Luna no era suficiente como para mantener el estado vampírico en quien la bebiera y muriera con ella en su sistema, sin importar lo que hicieran su tiempo sería limitado, los lleva a un instinto más primitivo, son neófitos de tiempo limitado. Y es lo que creará Azazel si lo prueba en uno de los suyos, no serán inmortales como yo-sonrió-. Serán más vulnerables de lo que ya son.
Amshel le rompió el cuello a la rubia.
-¿Crees que un Elohim se convertirá en esto?-preguntó Amshel, señalando a Lucrecia.
-Tu padre cuenta con esbirros humanos créeme-dijo Sahar-, usará la sangre de Luna en uno de ellos porque los ve como algo descartable. Si quiso probar con Amelia en un principio es porque sabe lo valiosa que es, y quería llegar a mí a través de ella de llegar a fallar, Amelia misma lo dijo; si un Elohim se vería afectado por la sangre de Luna, no sé, ¿por qué no probamos, Amshel?
Drako puso a Enrique en el sofá, estaba desmayado.
-Espero no te moleste, pero hice el contrato con él-le informó a Sahar.
-¿Aceptó?-le preguntó Sahar, desviando su atención de Amshel a Drako.
-No, pero no podía permitir que perdieras a alguien más, Euzma.
Sahar miró de soslayo a Enrique, apostaría a que pensó que no habría gran pérdida pues ella recién conoció a su medio hermano. Sin embargo su mirada se tornó triste, debió recordar a Luna y lo apegada que estaba a quien llegó a ver como su tío.
-Azazel se llevará una pequeña sorpresa-dijo tan sólo.
-Puedo intentar recuperar el cuerpo de tu hermana-dijo Amshel-. Si no lo ha hecho habrá un ejercito menos al que enfrentar.
-¿Qué te hace pensar que no lo ha hecho?-intervino Amanda.
Las puertas del elevador se abrieron, la mujer que llegó en él se detuvo nada más salir.
Tenía el cabello negro un poco más largo que la última vez que la vi, pero sin duda era ella.
-Amara. ¿Amara?-dijimos Amshel y yo en diferentes tonos.
-Pero qué desastre-comentó al ver el estado del salón, y el cuerpo de Lucrecia en el suelo.
Sahar me miró, suspicaz; la mujer se acercó a Amanda, dio una vuelta alrededor de ella enfundada en un ceñido vestido negro, la estudiaba con una curiosidad sólo vista en un niño. Luego observó a Sahar, habían rasgos similares entre ambas, el cabello negro, la baja estatura, las facciones de su rostro. El color de la piel y de ojos eran diferentes, mientras que Amara tenía la piel más pálida y los ojos azules, Sahar era morena y de ojos café; luego esos ojos azules se fijaron en mí y sonrió con dulzura.
-No veo a Caín-dijo, dirigiéndose a Sahar-. Creí que ya estaba aquí, me los encontré a él y a Luzbel en un bar, y me dejó sola después de que Luzbel se marchó tras un terremoto.-Mantuvo la mirada en Sahar.
-Caín no ha llegado-contestó Velkam.
-Ya veo, y no deja de ser extraño, él dijo que vendría aquí porque de alguna forma rompió con la restricción que se impuso en Assiah de no orbitar-dijo Amara. Me paré al lado de Sahar porque no dejaba de mirarla-. Tengo la impresión de que recuperó algo más que esa habilidad.-Se acercó a nosotras, miró en los ojos de mi amada-. Amara-se presentó, extendiendo su mano. Sahar no la estrechó de inmediato, buscó mi aprobación, que después de nueve años siguiera haciéndolo era lindo. Había veces en que yo también lo hacía; estrechó la mano de Amara cuando me vio asentir-. Es un placer conocerte, Sahar.
-¿Qué hacía mi padre en un bar contigo y con Luzbel?-inquirió Sahar.
Amara nos observó a cada uno.
Drako levantaba el cuerpo de Lucrecia, lo vi llevarla hacia un sillón y procedió a sentarla.
-Fue un encuentro casual-respondió Amara-, tu padre me buscaba y paró en ese establecimiento del cual es bien conocido la clientela que lo frecuenta. Imagino que pensó que alguien allí me habría visto en el transcurrir de los años. Quería que me entregara a la Élite humana para que practicaran en mí el ritual al que no quiero someterme para despertar a Asherah, me lo pidió para protegerla a ella-señaló con el dedo a Amanda-. No creo que Asherah sea importante ahora en vista del drástico cambio en los acontecimientos. Lo importante en este preciso momento es sobrevivir.
Sahar escuchó a Amara sin dar muestras de querer interrumpirla, en cuanto hubo terminado de hablar Sahar giró su rostro hacia mí, apretó muy leve mi mano.
-Tengo que volver a Londres-dijo.
-¿Por qué?-le pregunté.
-Iré por Vadhir, Paloma y Vit. Necesito que estemos todos juntos, como familia-argumentó-. Traeré a Nina y a Erza.
-Pero la gente.....-comenzó Amshel.
-Mi familia primero-lo interrumpió Sahar-, la estabilidad dentro de mi familia y su sobrevivencia es prioritaria.
Abrió la fisura en el espacio y antes de entrar besó mis labios.
-Amshel, ven conmigo-dijo Amara-. Necesitamos recuperar el cuerpo de la chica muerta.
-¿Cómo sabes sobre eso?-preguntó Velkam, mirándola desconfiado.
-Las imágenes en la mente de Amelia son muy frescas.-Amanda se sorprendió por esa respuesta-. Y ahora se cerró, a Caín también le debe ser imposible leerte-sonrió Amara-. Vamos Amshel.
El Elohim fue a su lado y desapareció con ella cuando lo cogió de la mano.
-Esa mujer tiene razón-dijo Drako-. Sobrevivir es lo mejor que podemos hacer, hacerle creer a Azazel que nos tiene, que no seremos resistencia y le rendiremos pleitesía.
-Estoy de acuerdo-dijo Declan.
-Esto es inaudito, no podemos confiar en nadie y llega esta mujer ¿y ya crees que no está de lado de él?-se quejó Amanda.
-Sahar le hizo caso, ¿a cuántas personas que no son Faye o Circe les hace caso Sahar?-replicó Drako.
Amanda cruzó los brazos y se alejó de ambos.
Drako tenía razón, no había nadie que consiguiera aconsejar a Sahar y que ésta no le cuestionara. A Amara no le pidió explicaciones, debió percibir que podía confiar en ella.
Declan se acercó a Amanda.
-No confíes en Amara entonces-le dijo-. Confía en Sahar, ella no rechistó y fue a por tu hermano y tus sobrinas. Vit y Nina estarán aquí pronto, además es posible que Amshel y la misma Amara recuperen el cuerpo de Luna; podremos sepultarla con tu madre, volverá con Halia. Confía en Sahar.
Amanda suspiró, asintiendo.
-Busca a Maura-le dije a Velkam-. Iremos a tu hotel.
-¿Cómo nos encontrará Sahar?-inquirió él.
-No existe lugar donde no pueda encontrarme-respondí.
Velkam subió las escaleras, le ordené a Drako coger a Lucrecia. Y a Declan coger a Enrique, y marcharse ambos con los cuerpos inconscientes de los chicos al estacionamiento, les indiqué preparar uno de los coches.
-¿Cuál es el objetivo de movernos de lugar?-preguntó Amanda, al vernos sola.
-Las explosiones en Nueva York no serán las únicas que habrán deberías saberlo, esto es una guerra, y afuera ya comenzaron los disturbios.-Amanda limpió una lágrima que corría por su mejilla. Luna estaba en su pensamiento-. Velkam tiene un búnker bajo el hotel, allí estaremos a salvo, juntos. Como lo quiere Sahar.
-Sahar está pensando en que tú estés a salvo-replicó ella-. ¿Por qué no usó su poder superior y fue en busca del cuerpo de Luna ella misma? ¿Por qué no destruye a Azazel ella misma? ¿Qué no le duele la muerte de nuestra hermana?
-Te dejo pasar tus quejas porque ella te quiere y sé que son producto del dolor-dije, acercando mi rostro al de Amy-. Sahar está sufriendo, también es capaz de eso, ¿sabías? ¿Acaso no sentiste el terremoto de hace rato?-Amanda bajó la mirada-. No quiero que vuelvas a referirte a Sahar como una insufrible, le pesa tanto como a ti la muerte de Luna. Cuidado si más.
Velkam bajó las escaleras con Maura en brazos, yo subí para coger algo de ropa del armario y ponerla en una maleta.
Alcancé a los demás en el estacionamiento, Declan había puesto en marcha el motor de una limusina. Y salimos de Escala con destino al Hotel Alyosha Seattle; Drako iba adelante con Declan, Velkam estaba a mi lado y enfrente Amanda se encontraba sentada entre Enrique y Maura quienes permanecían inconscientes.
Lucrecia estaba entre Velkam y yo.
-Enrique no está muerto-dijo Velkam, respondiendo a una pregunta no formulada por Amanda quien veía a su hermano-. La sangre de Drako lo sanó de la mordida de Lucrecia, no se convertirá a menos que muera con dicha sangre en su sistema.-Amanda no dijo nada. Y Velkam echó un vistazo a su teléfono móvil-. La señal está restablecida, tengo un mensaje de Arath-me dijo-, él y Rage están en la ciudad, preguntan si tengo idea de qué está pasando.
-Diles que nos vean en tu hotel-indiqué.
Las calles no estaban del todo abarrotadas pero sí había suficientes vándalos rompiendo las cristaleras de tiendas, restaurantes, y diferentes establecimientos. El día oscurecía, ya no se sabía ni qué hora era. El ruido de los helicópteros se confundía con el sonido de los truenos.
-¿Sabías o sospechabas que Sahar era hija de Eloah Yahveh?-pregunté, dirigiéndome a Velkam.
Mi interrogante llamó la atención de Amanda.
-Lo sabíamos. Caín y Circe también tienen esa información-respondió Velkam.
-Y prefirieron ocultársela.
-¿Y tú cómo...?
-Ella lo sabe, Velkam, se enteró hoy. ¿Cómo crees que le ha sentado? Imagina que le digas que ustedes lo sabían, su padre, su madre. Joder-susurré, cabreada.
-Yo también me enteré hoy-intervino Amanda-. No fue difícil con todo lo que iba soltando Azazel-añadió cuando la miré.
-Nosotros sólo tenemos la información a medias-dijo Velkam-. Y yo en particular creo que hay cosas que no cuadran, que falta una pieza para que todo encaje. Hay una sensación en mí que me dicta que Sahar es más que hija de Eloah, es mucho más, y todo esto de Azazel "asesinando" a su padre no termina de convencerme.
La limusina se detuvo, Velkam abrió su lado de la puerta, sacó a Lucrecia. Salí, seguida por Amanda.
Declan y Drako cargaron con Enrique y Maura. Entramos y no me di cuenta hasta después del estremecimiento dentro del edificio seguido de una explosión, que Amanda no iba detrás de mí.
Me regresé diciéndole a los demás que fueran al búnker.
La gente corría desesperada, encontré a Amanda echada en los escalones de la entrada al hotel viendo hacia arriba. Vi hacia donde ella miraba, el edificio de enfrente estaba en llamas después de que un avión lo atravesara; los helicópteros uno tras otro empezaron a verse comprometidos también, como si sus pilotos no tuvieran el control.
Faye
Lo había logrado, Sahar lo había logrado. Encontró una forma de
trasladarse sin necesidad de orbitar, fue una sorpresa ver a Amanda, Dec, Enrique, Maura y Drako entrar a la estancia desde una fisura que se abrió sin saber cómo, hasta que apareció ella de última. No esperé un segundo más y la abracé, la besé, y volví a abrazarla feliz pese a las circunstancias.
Lejanas se escuchaban las voces de los que estaban allí, yo sólo la miraba a ella y ella a mí, la sonrisa en sus labios llegó a sus ojos. Pero sabía del dolor y tristeza que sentía por la terrible pérdida de su hermana; intercambiamos información sobre Azazel, Sahar le comunicó a Velkam que Nina estuvo con ella en Londres y que había decidido quedarse con Erza a ayudar, Velkam se preocupó pero no dijo nada. Y a Sahar no le hizo mucha gracia escuchar que Amshel era hijo del Rey Grigori.
-Sus hermanas traicionaron nuestra confianza, ¿por qué deberíamos confiar en su palabra?-dijo, despectivamente. Amshel se acercó a ella-. Tu hermana menor asesinó de una puñalada a mi hermana menor, ¿cómo debo proceder, Amshel de la Casa de Eloah?-le preguntó Sahar, con serenidad-. ¿Debo quedarme de brazos cruzados? Ilumíname.
La mirada de súplica en los azules ojos del Elohim llegó a tocarme y me compadecí por un momento de él.
-Estás en tu derecho de proceder como mejor te parezca-respondió. Desvié la mirada hacia Declan y Amanda, el hombre la tenía abrazada y ella estaba bastante afectada como lo estaban Maura y Enrique, y, cerca del ventanal que daba al balcón, Drako-. No justifico las acciones de ninguna de las dos, ni justifico a mi padre. Él me quitó a mi abuelo, a mi tío, destruyó a mi familia; el único favor que te pido es que, cuando llegue el momento en que vengues a Luna Giraldo, me dejes a mí enfrentar a Ivel, necesito saber que estoy equivocado, que ella no es como Azazel. Que su decisión de quedarse a su lado tiene un motivo, dame esa oportunidad.
-No quita que mató a Luna-intervino Amanda.
-Y pueden tomar represalias, no les pido que la dejen vivir, quiero escuchar de su boca el por qué apoyó a mi padre. Necesito saber sus razones, ella fue la primera en dar un paso al frente cuando padre nos habló de su proyecto para restablecer el orden en Assiah, ¿en qué estaba pensando cuando lo hizo? ¿Por qué? No dejo de pensar en que lo hizo para detener a papá desde dentro, actuar de infiltrada junto con Azana, pero el que haya asesinado a vuestra hermana me confunde.
-¿No te basta con saber que tu padre quiere corroborar si por medio de la sangre de Luna puede adquirir la inmortalidad que Sahar tiene?-preguntó Amanda-. Me obligó a beber su sangre, y después la sangre de mi hermana, ¿no te basta eso?-Sus ojos se llenaron de lágrimas que no tardaron en caer por sus mejillas, que limpió con violencia-. Iba a matarme, pero como no lo consiguió se la llevó a ella, ahora mismo Azazel debe estar dando la sangre de Luna a alguno de sus esbirros, porque está velando por la "supervivencia" de los Elohim, conseguir la verdadera inmortalidad y "traer paz al mundo por toda la eternidad". A todos los mundos. Tus hermanitas comparten ese ideal, tus hermanitas quieren.....
-No hables de lo que no sabes, no supongas. Porque igual que tú luchaste por proteger a Luna Giraldo, Azana y yo hemos luchado por cuidar de Ivel.....
-¿Y cómo les fue con eso teniendo al enemigo en casa?
Ni Sahar ni nadie hacía nada por detener aquella discusión, entrelacé mi mano con la de ella para que el estrés en el ambiente no le afectara.
-Yo sospechaba de él pero no tenía cómo probarlo-dijo Amshel-. Se supone que había cambiado, ¿sabes lo duro que es tener que sospechar de tu propio padre? No lo sabes, por supuesto que no. Pero entiende, ambos haríamos lo que fuera por quienes amamos, Ivel haría lo que fuera por quien ama, tú lo has hecho.....
-La diferencia es que yo jamás maté a una persona inocente, mis víctimas eran bastardos que nos hicieron daño a Luna y a mí, y que continuaron haciéndoselo a otra gente. Luna nunca le hizo daño a nadie, y tu hermana la mató a sangre fría.
Amshel le dio la espalda a Amanda, no tenía cómo dar réplica.
Unos pasos rompieron el silencio que se instaló después de que la discusión entre Amshel y Amanda vio su fin. Lucrecia, a quien Velkam había movido al piso de arriba tras el terremoto, había despertado.
-¿Tenemos fiesta y nadie tuvo la decencia de levantarme?-preguntó, sonriendo sin reparar aún en la presencia de su hermano. Al verlo se puso seria de repente-. Maura, Enrique, tienen cara de funeral.
-Tú....-dijo Enrique con los dientes apretados.
No podía dirigirse o ver el rostro de su hermana la matriarca de su familia materna, la mujer que no metió sus manos por defender a Luna de Matthew Carlysle y el resto. No podía, fue Sahar quien arremetió contra ella, se había soltado de mi mano y con la misma velocidad de un Blood Drynka la cogió del cuello y la pegó de la pared.
-Suél...ta...me...-dijo Lucrecia con dificultad.
-Sahar....-empezó a decir Enrique.
-¡No!-exclamó ella, mirándolo sin soltar a Lucrecia-. ¿Conocen eso que suelen decir que cuando estás por morir ves toda tu vida pasar frente a tus ojos?-preguntó, manteniendo a la rubia cogida del cuello y pegada a la pared-. He visto los recuerdos de Luna poco antes de dejar salir su último aliento, sus recuerdos felices, fue todo muy rápido que ni tiempo dio a que me acostumbrara y atesorara esos momentos. Para cuando acabó sólo quedaron flashazos de los recuerdos malos, sus últimos días de vida, sus últimos minutos de vida. No les presté atención hasta ahora que la veo a ella, y siento su suciedad, su inmoralidad.-Apretó más el cuello de Lucrecia-. Estuvo allí cuando abusaron de Luna, no hizo nada conociendo tu parentesco con el de ella-dijo, dirigiéndose a Enrique-. Pudiste detenerlos-le habló a Lucrecia-, Luna y tú tienen un hermano en común y por él, por el amor que sentiste alguna vez por él, pudiste pararlos y no lo hiciste.
La conocía muy bien, el hecho de apretar el puño de su otra mano era una señal para mí de que Sahar estaba sacando fuerzas para no descontrolarse del todo y provocar un desastre como el de hace rato.
-Suéltala, Vida-le susurré al oído al acercarme-. Si vas a ejecutarla tú misma deja que al menos Enrique se despida, creo que tiene derecho, ¿no te parece?-Sahar aflojó el agarre en el cuello de la joven mujer-. Hay cosas que Enrique ignora sobre la historia de Lucrecia-dije, observando al mayor de los Zarasúa.
Sahar
La voz de Faye me calmó y terminé por liberar a Lucrecia, irrumpiendo en su mente, viendo en sus recuerdos y haciéndola gritar. Lucrecia cayó de rodillas mientras yo profanaba cada una de sus memorias, su mente era un hervidero de recuerdos dolorosos, confusos, y muy pocos los que eran felices, esos los mantenía en lo más profundo; su mente estaba fragmentada, obra de los abusos cometidos por su familia y miembros de la Sociedad Secreta a la que pertenecían.
No me gusta invadir la mente de la gente, me enseñaron a respetar la intimidad de las personas, pero en los últimos años aprendí lo que era ser curiosa y las palabras de Faye despertaron mi curiosidad.
Habían dos recuerdos a los que Lucrecia se aferraba con fuerza, uno de ellos era de su niñez junto a Enrique, sentí el amor en ella. Debió ser antes de entregarse, por ese mismo amor, a su familia como matriarca y así evitar que Enrique pasara por lo que ella, inocente en ese momento, había descubierto.
El segundo era el de su boda, un evento en la clandestinidad, porque Lucrecia llegó a enamorarse por primera y única vez a los veintiún años. Y amó cuando tenía asumido que no podía hacerlo, que había abandonado los sentimientos hace tiempo; miré a Enrique entrando a su mente y haciéndole ver lo que yo estaba viendo, nadie más se movía.
Lucrecia fue descubierta, y obligada a usar a su marido como víctima en un ritual de sangre con el que buscaban volver a fragmentar su mente. Asesinar a alguien a quien amas, persona o mascota, era una forma de regresar a las víctimas a su programación inicial, en el caso de Lucrecia ser deshumanizada como debía ser una de las trece cabezas de la Élite a la que pertenecía.
Enrique la abrazó cuando rompí el lazo entre nuestras mentes, y liberé a Lucrecia. La rubia correspondió entre lágrimas al abrazo de su hermano.
Cogí a Faye de la mano y subimos las escaleras a nuestra habitación, en el camino escuché a Declan decirle a Amanda y a Maura sobre prepararles algo para que comieran. Ambas respondieron que no tenían hambre y él les insistió, así como Enrique.
-Nadie nace siendo malo-susurré, abriendo la puerta del dormitorio. Tenía una extraña sensación, un presentimiento que dejé de lado y seguí hablando-. Ella terminó cogiéndole gusto a lo que hacían.
-Entraste en su mente, y le mostraste su historia a Enrique. ¿Sí se sacrificó por él?
-¿Cómo es que sabes que lo hizo?-pregunté, viéndola cerrar la puerta.
-Amshel lo dijo, incluso iban a trasladar el alma de uno de sus antecesores a su cuerpo por medio de urushdaur, pero él lo evitó. Dijo que Lucrecia era una niña cuando pasó.-Me quité el abrigo, ella fue al cuarto de baño, conocía mis intenciones de meterme a la ducha-. ¿Preparo la bañera o usarás la regadera?
-Lo que sea pero contigo-respondí, la escuché reír-. Me siento intranquila-dije, quitándome lo zapatos-. Dejé a Nina en Londres con Erza, las cosas no están bien por allá pero insistió en quedarse-añadí, porque no era eso lo que me tenía intranquila, era algo más.
-¿No confías en las capacidades de liderazgo de tu hija?-preguntó, acercándose.
-Mucho-sonreí.
-Es igual a ti y a su padre, quien quedó preocupado por cierto.-Me quitó la blusa, y luego se volvió para regresar al baño.
-Él sabe lo terca que es Nina a veces.
-¿Ves? Clavadita a ustedes-la escuché reír.
Me desnudé del todo y entré encontrándola quitándose el jersey. La ayudé con el resto de la ropa, y nos metimos a la bañera, ella se sentó detrás de mí.
Besó mi hombro izquierdo tras recogerme el pelo con una pinza.
-Ha sido el día más largo de la historia-comenté.
-Y lo que falta-susurró-. Tres días, Azazel nos da tres días para rendirnos, es un imbécil si piensa que aceptaremos sus términos y su reinado.
Apoyé mi cabeza en su hombro, ella bajó el rostro y besó mis labios, casto roce al principio que se convirtió en necesitado cuando su lengua rozó la mía muy quedo sin segundas intenciones, pero la tensión entre ambas era inmensa. Gemí contra su boca al sentir el pellizco de sus dedos en mi pezón derecho.
-No empieces algo que no terminaremos-sonreí.
-¿Por qué no terminarlo?-preguntó. Su mano bajó por mi abdomen hasta llegar a mi sexo, cogí un poco de espuma y se la lancé a la cara, rió sacando su mano-. ¡Oye!
-Porque quiero escucharte gritar mi nombre, me gusta lo ruidosa que eres y hay gente abajo, preocupada por la situación.
-¿Desde cuando eres tan pudorosa?-preguntó, riendo.
Faye
Su expresión cambió drásticamente. Cogí la esponja y empecé a pasarla por su espalda.
-Desde que mi hermana murió-respondió al fin.
-Lo siento, Mi Amor-susurré. Ella posó su mano en mi nuca y giró un poco su rostro capturando mis labios con los suyos; sus besos nunca me dejaban indiferente, la posesión con la que sus labios me rozaban, de su lengua dentro de mi boca, explorando, acariciando mi lengua-. Sahar....-gemí-. No empieces algo que no terminaremos.
Se mordió el labio inferior escondiendo su maliciosa sonrisa, sus ojos felinos volvían a la normalidad.
-Tu proyección astral fue perfecta, Vesper-dijo, orgullosa.
-Se supone que eres un punto ciego, pero te vi, yo pude verte-comenté, reflexiva. Hasta ahora no había reparado en ello.
-No existe tiempo ni espacio que nos separe. Me encontrarás y te encontraré, siempre hallaremos la forma de volver a la otra.
Sonreí, rodeándola con mis brazos.
-¿Luna era tu alma?-inquirí.
-Sí, pero de alguna forma terminó convirtiéndose en una persona independiente de mí y con alma propia, creo que al ser una parte de mí inconscientemente pudo hacerlo.
-¿Cómo quedas tú entonces?
-Ya te dije, estoy en tus manos desde hace tiempo, separarla de mí no sirvió de nada porque ya te había entregado todo; construí una hermana a partir de una parte de mi alma, la otra mitad estaba vinculada al amor de mi vida, y regresó a mí contigo.
-¿Te he dicho lo mucho que te amo?
-Me lo demuestras que es mucho mejor-sonrió.
Mientras nos vestíamos le conté lo que su padre me hizo, frunció el ceño enfadada al saber que me había puesto a revivir los acontecimientos que tuvieron lugar en esta ciudad hace nueve años.
-Hablaré con él cuando regrese de dónde quiera que haya ido-refunfuñó.
-Yo soy quien no lo ha superado, las cicatrices están muy frescas, como si hubiese sido ayer-suspiré. Me miré en el espejo, ella me cogió de la mano y me hizo mirarla, no necesitó decir nada, su mirada me hablaba en silencio y su abrazo me hizo sentir segura.
-Una vez te dije que llevaría tiempo sanar, estos años has sido valiente, fuerte, y lo has ido superando.-Se apartó y puso sus manos en mis mejillas-. Tú no lo ves, pero yo sí, desde mi perspectiva tus ojos han brillado más, he visto la felicidad en ellos.
-Sólo cuando te ven-sonreí.
-Y cuando no me ven, no te miento, Vesper. Ser feliz depende de ti, el sanar está en tus manos y lo estabas consiguiendo, no permitiré que vuelvas a caer cuando ya estabas avanzando. Nadie va a arrebatarte esa sonrisa que ahora veo y brilla en tus verdes ojos.
Besé la comisura de sus labios. Y me senté al borde de la cama atrayéndola para sentarla en mi regazo.
-Ahora entiendo por qué congenié con Luna-comenté, dejando que Sahar me pusiera el colgante-. No digo que no fuera agradable por sí sola, pero en el fondo eras tú. Aunque he de decir que sus personalidades sí que eran diferentes-sonreí. Sahar acariciaba mi cabello.
-Luna era una mejor versión de mí-dijo ella.
-No es cierto, ese privilegio es mío-repliqué, frunciendo el ceño-. El de conocer a la mejor versión de ti-añadí, relajando la expresión.
Ella se puso de pie, suspiró.
-Hay algo que no me estás diciendo-susurré.
-Le dije a Velkam que Nina se quedó con Erza y con un antiguo compañero de armas, pero no mencioné quién era.-Me paré frente a ella-. Es un Príncipe Grigori que, con la muerte de Mikhael, fue liberado del abismo, Faye.
-¿Un Grigori? ¿Como Azazel? ¿Y confiaste en él así nada más?
-Faye....
-Por algo era un prisionero, Sahar.
-¿Podrías escucharme, por favor? Lo que te diré te hará caer de espaldas.-Esperé su revelación-. Me dijo que yo existí antes que la tierra misma, que yo fui hija de Eloah, Azazel me hizo algo.....
-Espera, ¿qué?-Caminé hasta la cama y volví a sentarme.
-Sí, yo estoy igual.
El apodo con el que Velkam la llamaba: Bishamonten. Para él no sería una sorpresa, él siempre ha sabido que Sahar era algo superior.
-Velkam lo sabe-susurré-. O lo presentía.
-En el pasado me hablaba mucho de los Grigori, de mitos, de religión.-Se arrodilló, abrí mis piernas y ella me rodeó las caderas con los brazos, apoyando su cabeza en mi vientre-. Me llamaba su Diosa. Bishamonten. Guerrera. Diferentes identidades y todas centradas en mí, como Azazel las tuvo, como Luzbel las tiene. No somos distintos, lo presiento, Faye, presiento que hice algo muy malo; presiento que algo está mal en la historia de este mundo, en mi historia.
No estaba alterada, mantenía esa serenidad característica en ella.
-No estás segura de ello.
-¿Cuando un presentimiento mío ha sido equivocado?-preguntó.
Nunca, pensé.
Se levantó y caminó hacia la puerta, la cogí de la mano, nada más girarse le robé un beso. Abrió la boca dejando vía libre a mi lengua, su gemido me erizó la piel, la apreté más a mí.
-No hiciste nada malo-susurré contra sus labios-. Y queda prohibido pensar en ello, por ahora no toquemos ese tema por muy ligado que pueda estar con Azazel.
-Tienes miedo a lo que podamos descubrir, ¿verdad?-preguntó, abriendo la puerta.
La cogí de la mano de camino a la estancia.
-Yo ya descubrí lo que necesito: a ti-sonreí.
Bajamos las escaleras.
-¿Estuviste torturando a Lucrecia?-Cambió el tema.
-Un poquito.
En la estancia estaban todos menos Amanda, la que llamó mi atención fue Lucrecia quien estaba de pie alejada del resto, y de brazos cruzados. Cuando nos vio aparecer se acercó un poco más.
-¿Vas a matarme ahora que terminé de pedirle perdón a mi hermano?-le preguntó a Sahar.
Ésta me miró con una sonrisa enigmática en los labios.
-No, a mi amada le gustó torturarte y creo que lo mereces, te dejaré vivir un poco más hasta que nos canses-respondió. Vio de reojo a Maura quien estaba abrazada a Enrique, llorando; fue hacia ellos y tocó su brazo, Maura se desmayó, Enrique la agarró fuerte para que no cayera al suelo.
-¿Qué le has hecho?-inquirió su hermano, preocupado.
-Canalicé su dolor, y la hice dormir. Lo necesita-dijo Sahar-. Llévala a una de las habitaciones para que descanse.
Enrique le agradeció a Sahar y, cargando a su mujer, hizo lo que su hermana le pidió.
-Vuelve a oscurecer-dijo Amanda, entrando desde el balcón-. Abajo los locos que aprovechan estos momentos de tensión para saquear, están en lo suyo, han empezado. Y los helicópteros siguen sobrevolando la ciudad, ¿qué vamos hacer? ¿Cuál es el próximo movimiento? ¿Dejaremos que Azazel se salga con la suya?
Declan, que había estando viendo su teléfono móvil, interrumpió:
-Han informado que se llevaron a cabo seis explosiones en distintos edificios en Nueva York-comunicó-. Una tras otra, con escasos minutos de diferencia.
Lucrecia rió por lo bajo.
-Lo siguiente que harán será culpar a algún país enemigo de Estados Unidos-comentó.
-Ivel le dijo a Azazel: Está hecho, padre-dijo Amanda-. No es sólo la explosión social que yo causé con lo que confesé por vídeo, necesitan una guerra terrenal, poner a la humanidad al límite de la desesperación, y en ese instante vendrá como un salvador, prometiendo paz.
-Seguro usará nuestro plan para el sacrificio ritual con el que traeríamos a Asherah, el misil sobre Nueva York sería un último movimiento para comenzar esa guerra terrenal-dijo Lucrecia-. Gracias por traerme a este lado del país, señorita Vesper. Me salvé de una buena.
-Dorian....-musitó Amanda, antes de que pudiera responderle a Lucrecia.
-No creo que esté allá, porque los Carlysle están aquí en la ciudad. Matthew tenía programada una rueda de prensa para esta noche-dijo Lucrecia-. Se supone que yo lo acompañaría, por eso debió acceder a la petición de Dorian de traerte a ti y a la zorra de tu ya difunta hermana. Con la que por cierto compartiste hombre, ¿no, Amy?
Sahar llegó hasta ella con una estaca en la mano, debido a su velocidad sólo vimos caer la mesita de centro a la que le había quitado una pata.
-Creo que ahora mismo quedará comprobado que Luna no podía transmitir mi inmortalidad-soltó, clavándole la estaca en el pecho a Lucrecia.
Enrique apareció entonces y corrió a remover la pieza de madera del pecho de la vampiresa, pero las astillas ya estaban haciendo lo suyo nada más alcanzar el corazón. Lucrecia empezó a desecarse, y antes de terminar el proceso de su muerte, mordió el cuello de Enrique y lo lanzó contra el ventanal del balcón.
Declan se situó frente a Amanda. Amshel y Velkam acudieron rápidamente delante de Sahar, mientras que Drako fue en busca de Enrique.
Los oscurecidos ojos de Lucrecia se posaron en Sahar, toda su boca estaba manchada de la sangre de Enrique.
-Le quedaba poco tiempo de vida-susurró Sahar-. La magia de la sangre en Luna no era suficiente como para mantener el estado vampírico en quien la bebiera y muriera con ella en su sistema, sin importar lo que hicieran su tiempo sería limitado, los lleva a un instinto más primitivo, son neófitos de tiempo limitado. Y es lo que creará Azazel si lo prueba en uno de los suyos, no serán inmortales como yo-sonrió-. Serán más vulnerables de lo que ya son.
Amshel le rompió el cuello a la rubia.
-¿Crees que un Elohim se convertirá en esto?-preguntó Amshel, señalando a Lucrecia.
-Tu padre cuenta con esbirros humanos créeme-dijo Sahar-, usará la sangre de Luna en uno de ellos porque los ve como algo descartable. Si quiso probar con Amelia en un principio es porque sabe lo valiosa que es, y quería llegar a mí a través de ella de llegar a fallar, Amelia misma lo dijo; si un Elohim se vería afectado por la sangre de Luna, no sé, ¿por qué no probamos, Amshel?
Drako puso a Enrique en el sofá, estaba desmayado.
-Espero no te moleste, pero hice el contrato con él-le informó a Sahar.
-¿Aceptó?-le preguntó Sahar, desviando su atención de Amshel a Drako.
-No, pero no podía permitir que perdieras a alguien más, Euzma.
Sahar miró de soslayo a Enrique, apostaría a que pensó que no habría gran pérdida pues ella recién conoció a su medio hermano. Sin embargo su mirada se tornó triste, debió recordar a Luna y lo apegada que estaba a quien llegó a ver como su tío.
-Azazel se llevará una pequeña sorpresa-dijo tan sólo.
-Puedo intentar recuperar el cuerpo de tu hermana-dijo Amshel-. Si no lo ha hecho habrá un ejercito menos al que enfrentar.
-¿Qué te hace pensar que no lo ha hecho?-intervino Amanda.
Las puertas del elevador se abrieron, la mujer que llegó en él se detuvo nada más salir.
Tenía el cabello negro un poco más largo que la última vez que la vi, pero sin duda era ella.
-Amara. ¿Amara?-dijimos Amshel y yo en diferentes tonos.
-Pero qué desastre-comentó al ver el estado del salón, y el cuerpo de Lucrecia en el suelo.
Sahar me miró, suspicaz; la mujer se acercó a Amanda, dio una vuelta alrededor de ella enfundada en un ceñido vestido negro, la estudiaba con una curiosidad sólo vista en un niño. Luego observó a Sahar, habían rasgos similares entre ambas, el cabello negro, la baja estatura, las facciones de su rostro. El color de la piel y de ojos eran diferentes, mientras que Amara tenía la piel más pálida y los ojos azules, Sahar era morena y de ojos café; luego esos ojos azules se fijaron en mí y sonrió con dulzura.
-No veo a Caín-dijo, dirigiéndose a Sahar-. Creí que ya estaba aquí, me los encontré a él y a Luzbel en un bar, y me dejó sola después de que Luzbel se marchó tras un terremoto.-Mantuvo la mirada en Sahar.
-Caín no ha llegado-contestó Velkam.
-Ya veo, y no deja de ser extraño, él dijo que vendría aquí porque de alguna forma rompió con la restricción que se impuso en Assiah de no orbitar-dijo Amara. Me paré al lado de Sahar porque no dejaba de mirarla-. Tengo la impresión de que recuperó algo más que esa habilidad.-Se acercó a nosotras, miró en los ojos de mi amada-. Amara-se presentó, extendiendo su mano. Sahar no la estrechó de inmediato, buscó mi aprobación, que después de nueve años siguiera haciéndolo era lindo. Había veces en que yo también lo hacía; estrechó la mano de Amara cuando me vio asentir-. Es un placer conocerte, Sahar.
-¿Qué hacía mi padre en un bar contigo y con Luzbel?-inquirió Sahar.
Amara nos observó a cada uno.
Drako levantaba el cuerpo de Lucrecia, lo vi llevarla hacia un sillón y procedió a sentarla.
-Fue un encuentro casual-respondió Amara-, tu padre me buscaba y paró en ese establecimiento del cual es bien conocido la clientela que lo frecuenta. Imagino que pensó que alguien allí me habría visto en el transcurrir de los años. Quería que me entregara a la Élite humana para que practicaran en mí el ritual al que no quiero someterme para despertar a Asherah, me lo pidió para protegerla a ella-señaló con el dedo a Amanda-. No creo que Asherah sea importante ahora en vista del drástico cambio en los acontecimientos. Lo importante en este preciso momento es sobrevivir.
Sahar escuchó a Amara sin dar muestras de querer interrumpirla, en cuanto hubo terminado de hablar Sahar giró su rostro hacia mí, apretó muy leve mi mano.
-Tengo que volver a Londres-dijo.
-¿Por qué?-le pregunté.
-Iré por Vadhir, Paloma y Vit. Necesito que estemos todos juntos, como familia-argumentó-. Traeré a Nina y a Erza.
-Pero la gente.....-comenzó Amshel.
-Mi familia primero-lo interrumpió Sahar-, la estabilidad dentro de mi familia y su sobrevivencia es prioritaria.
Abrió la fisura en el espacio y antes de entrar besó mis labios.
-Amshel, ven conmigo-dijo Amara-. Necesitamos recuperar el cuerpo de la chica muerta.
-¿Cómo sabes sobre eso?-preguntó Velkam, mirándola desconfiado.
-Las imágenes en la mente de Amelia son muy frescas.-Amanda se sorprendió por esa respuesta-. Y ahora se cerró, a Caín también le debe ser imposible leerte-sonrió Amara-. Vamos Amshel.
El Elohim fue a su lado y desapareció con ella cuando lo cogió de la mano.
-Esa mujer tiene razón-dijo Drako-. Sobrevivir es lo mejor que podemos hacer, hacerle creer a Azazel que nos tiene, que no seremos resistencia y le rendiremos pleitesía.
-Estoy de acuerdo-dijo Declan.
-Esto es inaudito, no podemos confiar en nadie y llega esta mujer ¿y ya crees que no está de lado de él?-se quejó Amanda.
-Sahar le hizo caso, ¿a cuántas personas que no son Faye o Circe les hace caso Sahar?-replicó Drako.
Amanda cruzó los brazos y se alejó de ambos.
Drako tenía razón, no había nadie que consiguiera aconsejar a Sahar y que ésta no le cuestionara. A Amara no le pidió explicaciones, debió percibir que podía confiar en ella.
Declan se acercó a Amanda.
-No confíes en Amara entonces-le dijo-. Confía en Sahar, ella no rechistó y fue a por tu hermano y tus sobrinas. Vit y Nina estarán aquí pronto, además es posible que Amshel y la misma Amara recuperen el cuerpo de Luna; podremos sepultarla con tu madre, volverá con Halia. Confía en Sahar.
Amanda suspiró, asintiendo.
-Busca a Maura-le dije a Velkam-. Iremos a tu hotel.
-¿Cómo nos encontrará Sahar?-inquirió él.
-No existe lugar donde no pueda encontrarme-respondí.
Velkam subió las escaleras, le ordené a Drako coger a Lucrecia. Y a Declan coger a Enrique, y marcharse ambos con los cuerpos inconscientes de los chicos al estacionamiento, les indiqué preparar uno de los coches.
-¿Cuál es el objetivo de movernos de lugar?-preguntó Amanda, al vernos sola.
-Las explosiones en Nueva York no serán las únicas que habrán deberías saberlo, esto es una guerra, y afuera ya comenzaron los disturbios.-Amanda limpió una lágrima que corría por su mejilla. Luna estaba en su pensamiento-. Velkam tiene un búnker bajo el hotel, allí estaremos a salvo, juntos. Como lo quiere Sahar.
-Sahar está pensando en que tú estés a salvo-replicó ella-. ¿Por qué no usó su poder superior y fue en busca del cuerpo de Luna ella misma? ¿Por qué no destruye a Azazel ella misma? ¿Qué no le duele la muerte de nuestra hermana?
-Te dejo pasar tus quejas porque ella te quiere y sé que son producto del dolor-dije, acercando mi rostro al de Amy-. Sahar está sufriendo, también es capaz de eso, ¿sabías? ¿Acaso no sentiste el terremoto de hace rato?-Amanda bajó la mirada-. No quiero que vuelvas a referirte a Sahar como una insufrible, le pesa tanto como a ti la muerte de Luna. Cuidado si más.
Velkam bajó las escaleras con Maura en brazos, yo subí para coger algo de ropa del armario y ponerla en una maleta.
Alcancé a los demás en el estacionamiento, Declan había puesto en marcha el motor de una limusina. Y salimos de Escala con destino al Hotel Alyosha Seattle; Drako iba adelante con Declan, Velkam estaba a mi lado y enfrente Amanda se encontraba sentada entre Enrique y Maura quienes permanecían inconscientes.
Lucrecia estaba entre Velkam y yo.
-Enrique no está muerto-dijo Velkam, respondiendo a una pregunta no formulada por Amanda quien veía a su hermano-. La sangre de Drako lo sanó de la mordida de Lucrecia, no se convertirá a menos que muera con dicha sangre en su sistema.-Amanda no dijo nada. Y Velkam echó un vistazo a su teléfono móvil-. La señal está restablecida, tengo un mensaje de Arath-me dijo-, él y Rage están en la ciudad, preguntan si tengo idea de qué está pasando.
-Diles que nos vean en tu hotel-indiqué.
Las calles no estaban del todo abarrotadas pero sí había suficientes vándalos rompiendo las cristaleras de tiendas, restaurantes, y diferentes establecimientos. El día oscurecía, ya no se sabía ni qué hora era. El ruido de los helicópteros se confundía con el sonido de los truenos.
-¿Sabías o sospechabas que Sahar era hija de Eloah Yahveh?-pregunté, dirigiéndome a Velkam.
Mi interrogante llamó la atención de Amanda.
-Lo sabíamos. Caín y Circe también tienen esa información-respondió Velkam.
-Y prefirieron ocultársela.
-¿Y tú cómo...?
-Ella lo sabe, Velkam, se enteró hoy. ¿Cómo crees que le ha sentado? Imagina que le digas que ustedes lo sabían, su padre, su madre. Joder-susurré, cabreada.
-Yo también me enteré hoy-intervino Amanda-. No fue difícil con todo lo que iba soltando Azazel-añadió cuando la miré.
-Nosotros sólo tenemos la información a medias-dijo Velkam-. Y yo en particular creo que hay cosas que no cuadran, que falta una pieza para que todo encaje. Hay una sensación en mí que me dicta que Sahar es más que hija de Eloah, es mucho más, y todo esto de Azazel "asesinando" a su padre no termina de convencerme.
La limusina se detuvo, Velkam abrió su lado de la puerta, sacó a Lucrecia. Salí, seguida por Amanda.
Declan y Drako cargaron con Enrique y Maura. Entramos y no me di cuenta hasta después del estremecimiento dentro del edificio seguido de una explosión, que Amanda no iba detrás de mí.
Me regresé diciéndole a los demás que fueran al búnker.
La gente corría desesperada, encontré a Amanda echada en los escalones de la entrada al hotel viendo hacia arriba. Vi hacia donde ella miraba, el edificio de enfrente estaba en llamas después de que un avión lo atravesara; los helicópteros uno tras otro empezaron a verse comprometidos también, como si sus pilotos no tuvieran el control.
Cuanta tensión, drama, violencia, tiene esa historia.
ResponderEliminarLucrecia tiene sus atenuantes, pero no convence, tuvo su responsabilidad. Sigan divirtiendose con ella.
Buena pregunta la de Amanda. ¿Por que Sahar no recupera el cuerpo de Luna? Incluso podría intentar revivirla. Claro que seguro hay una respuesta que revelarás a su tiempo.
Que buena historia.
Sigamos divirtiéndonos con Lucrecia, sí, sí xDDD Esa sería Faye jajaja
EliminarCreo que van quedando pocos secretos y la verdad sale a flote en su totalidad, mientras afuera el caos está desatado. Se acercará un fin pronto o aún quedan sorpresas en esta historia? Volveré para el siguiente capítulo que me queda, por ahora orbito en la noche :)
ResponderEliminarBesos dulces y dulce fin de semana Ivel.
Muy poquitos, en el caso de Sahar. Para Vestida de Luna ya todos los secretos han sido desvelados, y su final está cerca, pero esta es la cara de Sahar, Luna, Amelia y su familia.... Es lo único que digo ;)
EliminarVuelve cuando quieras, querido amigo :)
Besazos :****
Cada capítulo es el comienzo de algo innovador. Sabes? Creo que no hay mayor dolor que el de los recuerdos... robar la felicidad que ellos nos proporciona.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa.