Spin-off

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domingo, 24 de julio de 2016

Huellas III



   Esa adoración en la mirada de Sahar me hacía sentir importante; sonreí porque en pocos minutos se me ocurrieron muchas preguntas en ese silencio nada incómodo que nos envolvía,  pero me abstuve y fui despacio, por cosas menos místicas.

-¿Estudias en algún colegio? ¿Tienen escuelas aquí?

-No usamos el mismo método que en el exterior, no tenemos escuelas.

   Se incorporó, sentándose en la cama con las piernas estiradas y apoyando la espalda en el cabezal.

-¿Cómo hacen con los niños? ¿Saben leer? Creo que muchos del exterior vivirían felices aquí, no tendrían que aprender, no querrían aprender.

-No conozco a nadie de acá que no tenga conocimientos, o que no quiera aprender, aquí no hay perezosos si es lo que tratas de decir. Se estimula la curiosidad, el deseo por aprender, bajo un árbol, en sus casas, en una montaña, cerca de un riachuelo; todos nuestros habitantes saben leer y escribir, saben matemáticas, idiomas, desde el más antiguo hasta el más reciente. Saben de los misterios que a tu gente se les oculta, el conocimiento que sólo los más privilegiados del exterior poseen y esconden de ustedes, ese conocimiento lo tienen nuestros habitantes.

   Su tono de voz no se volvió hostil, dio su explicación con calmada seguridad. Me llamó la atención eso de los conocimientos que afuera nos esconden, y que sólo unos pocos privilegiados poseen.

-Lo siento si te he cabreado, no quise...

-¿Qué te hace pensar que me has “cabreado”?-preguntó, sentándose al borde de la cama. Yo me levanté un poco-. No te fuerces, hazlo con cuidado.-Me senté despacio, siguiendo su consejo-. Asumo que significa Irritar, ¿no?-dijo de pronto-. Cabrear, es irritar, enfadar. Tienen unas expresiones muy raras, nunca oí a Declan usar esa palabra, ¿es barriobajera?

    Inocencia, eso encontré en sus palabras. Me abstuve de reírme, y puse una mano encima de la que ella tenía en la cama, la otra reposaba en su regazo.

-Sí, es eso lo que significa, y sí, es barriobajera-dije, soltando, ahora sí, una carcajada. Ella me miró dubitativa-. Eres muy dulce.

-Es una forma muy rara la tuya de hacerme saber que soy muy dulce, por tu risa pensé que te burlabas-comentó.

    Moví la cabeza de lado a lado.

-Eres dura y adorable al mismo tiempo, es una rara y divertida combinación.

-Soy rara, y soy un chiste-dijo, pensativa. Como buscándole alguna lógica-. Interesante, Faye Vesper.

  Siendo honesta, aún hoy no estoy segura si finge esa inocencia que me gusta. Para ella yo era la genuina, la aniñada, la inocente, y sí, en su mundo lo era. En su mundo ella era la experimentada. 

-Respondiendo a tu pregunta, creí que habías tomado a mal mi pregunta sobre la educación en este lugar, y sobre la pereza de algunas personas en el exterior, no quise decir que acá fueran iguales.

-En el exterior no educan, adoctrinan-sentenció-. Cúbrete-pidió, habían llamado a la puerta-. Es nuestro almuerzo.

   Fue a abrir la puerta, dejó entrar a una mujer que llevaba una bandeja de plata. Era morena, y su blanco vestido me hizo recordar a los himationes de la antigua Grecia, era precioso. Parecía una princesa en vez del servicio.

-Muchas gracias, Amira-dijo Sahar, su severidad nuevamente apareció-. Hazle llegar mi agradecimiento a tu madre por tan buena comida.

-Para nosotras es un placer preparártela, mi Señora. Mi madre te envía saludos, y manda a preguntar para cuando gustas de las clases de cocina.

    Sahar me miró de soslayo, yo desvié la mirada.

-Se lo haré saber pronto, enviaré un mensajero. Me siento agradecida de que se tome el tiempo para enseñarme.

-Nos honra tu visita-sonrió la mujer. Sahar asintió-. Buen provecho para ambas.

     La saludé con la mano mientras se marchaba.
  ¿Con qué más iba a sorprenderme esta chica? Trata a la servidumbre con respeto, como si de su propia familia se tratara. No recuerdo tener alguna amiga que hiciera lo mismo, para la mayoría el servicio era invisible; Sahar, a pesar de su frialdad, le guardaba respeto a la mujer que había venido a traernos el almuerzo.

-Yo también he llegado a pensar que en el exterior no educan en realidad-dije, siguiendo la conversación donde la dejamos.

-No, sólo preparan a sus niños para ser esclavos de vuestro depravado sistema en el futuro-respondió, ayudándome a levantarme para sentarme a la mesa con ella.

-Pero aquí no es tan distinto, la mujer que recién vino era servidumbre, esclava.

   Sahar enarcó las cejas. Me acercó un plato, se había sentado en la silla de enfrente.

-No era servidumbre, aquí no tenemos esclavos. Nos respetan, es diferente, respetan a mi padre porque les dio un mundo distinto y la manera que encuentran para agradecerle es ayudarnos en estos menesteres, nadie los obliga, lo hacen porque quieren. Papá intentó por años que desistieran, decía que no era necesario, pero muchos vienen de tiempos antiguos donde servirle a Reyes era lo que hacían, y ha sido imposible hacer que cambien esa parte de sí mismos. Nos ven como una familia Real, pero ellos no se sienten esclavos, y nosotros no los hacemos sentir esclavos, porque no lo son; papá les ha dado paz y protección aquí, todo sin ocultarles lo que es el exterior hoy en día, se les dio la oportunidad de elegir si seguir aquí o salir a tu mundo, y eligieron quedarse, y papá prometió cuidar que el único pedacito del Edén que queda no se corrompa como se ha corrompido el resto.

  Entrelazó los dedos sobre la mesa, me miraba atenta a mi reacción ante su explicación. ¿Qué podía yo decir si me había silenciado con tal discurso?

-Me resulta increíble la forma tan decidida con la que hablas de este lugar.-Ella probó su ensalada-. Dices que muchos vienen de tiempos antiguos, ¿cómo es eso?

-Personas que mi padre ha encontrado en su camino, ha vivido siglos, y ha encontrado personas dignas de Providencia. Aquí el tiempo pasa más lento, pueden vivir muchos años, pero la ley natural es nacer, vivir y morir, también aplica aquí, puede ser Edén pero los humanos siguen siendo humanos y hasta que el ciclo del reinado del Caído no termine, no habrá vida eterna.

    El Caído.
   Me eché hacia atrás en mi asiento.

-¿En dónde me he venido a meter?-pregunté.

    Sahar levantó la mirada de su comida.

-El mundo es misterioso, Faye Vesper, vuestros gobernantes han jugado con la historia, y con vuestras mentes. Les han ocultado bajo el mando de quién están-respondió. Se levantó, rodeó la mesa y con su dedo índice en mi mentón me obligó a mirarla-. No vuelvas a preguntarme nada respecto a eso, porque poco sé, sólo sigo órdenes de mi padre. Y la verdad, odiaría meterte en este asunto, odiaría que algo te pasara.-Me dio un beso en la mejilla y se fue a vestir.

  Tenía curiosidad, pero esperaría a que ella se decidiera a contarme, o a descubrir todo poco a poco.
   Ahora quería quedarme, Sahar me había prometido venganza. Y después de verla luchar contra esos hombres, sentía ganas de aprender y tomar con mis propias manos la vida de quienes me arrebataron a mi familia; pero por sobre todo-vi cuando salió vestida, y algo hizo que reaccionara, me levantara y fuese a su lado-me quedaba por ella.










    Faye me abordó antes de volver a sentarme a la mesa para acompañarla a que terminara de almorzar.

-Acabo de tomar una decisión-dijo, cruzando los brazos.

-Usted dirá, señorita Vesper.

-Quiero quedarme a tu lado-soltó. Luego sacudió la cabeza, bajó la mirada y volvió a subirla para capturarme en sus grandes ojos-. Es decir, quiero quedarme aquí-se corrigió, al parecer la primera frase no sonó como ella quería.

   La cogí de la mano y volvimos a la mesa. Esta vez cogí la silla y me senté a su lado.
  Me gustó su decisión, luego hablaré con padre sobre el particular, Faye era digna de pertenecer a Providencia con todo lo que eso implicaba. Ser parte de los Hassassins era algo en lo que era muy seguro, papá condicionaría a la chica, tendría que sumarse a su ejército de guerreros y prestar juramento. Si quería quedarse, y él la aceptaba, era lo único que le pediría a cambio, ya que Faye había sobrevivido a su espada.

-¿Quién es Declan?-preguntó.

-Mi prometido-respondí, calmadamente. Ella empezó a jugar con la comida, apretó los labios-. Padre cree que es un buen hombre para mí.

-¿Es un compromiso arreglado?-Asentí cuando ella buscó mi respuesta con su mirada-. ¿Lo amas?

   Ladeé la cabeza.

-Sinceramente, no sé qué es eso-sonreí.

  Cogí mi tenedor y probé su comida, Faye sólo me miraba, asintió y siguió comiendo.

-¿Cuando será mi turno de hacerte preguntas personales?-pregunté.

-Disculpa si te he incomodado, no soy de iniciar un interrogatorio prefiero que me cuenten las cosas porque quieren y no porque se vean obligados.

-No me incómoda, nunca había hablado tanto en mi vida. Ni siquiera con mi prometido, y es mi amigo, así que puedes hacerte una idea.

  Con nadie me había sentido capaz de hablar de otras cosas, de algo que me gustara, de algo por lo que sintiera interés, nadie sabía que quería aprender a preparar una buena comida como lo hace la madre de Amira, nadie me conocía en realidad. A veces me pregunto si yo me conozco en realidad, he crecido con la idea de que mi destino era luchar para proteger Providencia e ir preparando los cimientos para un nuevo mundo libre de esa gente del exterior que es un cáncer para Assiah, la están quebrando. Era lo que padre quería, reiniciar todo, y yo era su espada para llevar a cabo dicho proyecto, yo era la ejecutora. 
   Si Faye supiera eso de mí cómo reaccionaría, si supiera que yo no soy diferente a los que asesinaron a su familia. Porque yo también era una asesina, Princesa de un clan creado para ajusticiar a perversos gobernantes, perversos hombres influyentes...

-Termina de almorzar, tengo algo qué hacer.

-¿Me dejarás sola el resto de la tarde?-preguntó, haciendo pucheros.

-Descansa, vendré por ti luego. Hay algo que me gustaría que vieras.

    Salí, cerré la puerta y me quedé un rato de pie allí. Sentía raro, no era como cuando empecé a liarme con Drako, definitivamente no era así.
   Fui con la única persona que me escucharía en esta situación, normalmente las hijas van con sus madres en busca de consejo, ¿no? Y yo no acudía mucho a Circe, pero ella sabía tantas cosas y probablemente tenga una opinión aceptable para lo que está pasándome. Porque yo no entendía nada.
   Llamé a la puerta de su habitación, a la voz de >>pase<<  entré.

-Circe ¿podemos hablar?

-¿A qué debo el honor de que la espada de Caín venga a mis dominios a hablar conmigo?-sonrió, risueña.

-Creo que estoy enferma-dije, hojeando un libro que cogí de encima de su escritorio.

-Tú no te enfermas, dulce.

-Entonces estoy hechizada. ¡Tú me hechizaste!-La señalé con el dedo, y luego crucé los brazos.

-No existe hechizo que te afecte, cielo-rió. Se acercó a mí, examinó mi rostro-. ¿Por qué piensas que estás enferma o hechizada?-Había puesto sus manos en mi faz, rompí el contacto girando la cara a un lado-. ¿Tiene algo qué ver con la señorita Vesper?

-Tiene todo qué ver, no lo entiendo. Estoy confundida-admití.

   Circe me observó con una odiosa compasión en su mirada. Chasqué la lengua, hastiada, odio ese tipo de miradas.

-No hagas caso a los pensamientos más que a los sentimientos, Sahar. Sé su amiga, ambas lo necesitan, ambas se necesitan; eres el hogar al que pertenece y ella es tu pilar.-Me recargué en el escritorio después de regresar el libro a su lugar-. Pequeña mía, mi hija, conocerás la bondad, la humanidad. Allá afuera aún hay gente buena, la señorita Vesper es tal vez, de las pocas con una pureza infinita; alma atada a ti, por siglos.

-¿Es posible querer tanto a alguien sin haberla conocido todavía?-le pregunté, la tierna mirada de Circe me hizo sentir segura de decir lo que quería decir-. Porque siento que es así, mamá, por alguna razón la quiero y sé lo gastado de la frase, pero es que la quiero desde antes de que llegara.

-Tú la trajiste, fuiste por ella y la guiaste hasta aquí sólo que no te diste cuenta.-Circe se volvió y caminó por la habitación-. Vuestras almas tienen historia, intenten que ésta nueva que inicia sea definitiva, y eterna. 

-Yo soy inmortal, Circe. Ella es una humana normal, no creo que lo "eterno" sea posible.

-Hay posibles futuros-susurró. Se giró y sonrió-. Deja de pensar y empieza a sentir, cariño, porque el reloj corre y el peligro está en cada esquina.-Guiñándome un ojo añadió-: Y la señorita Vesper puede ser todo, menos una humana normal, confía en mí; confíate a ella.

     Volvió a acercarse, besó mi mejilla y lo permití.

-¿Así se siente tener una madre?-pregunté, sonriendo.

-Tienes dos madres, la que te dio la vida y no pudiste conocer. Y la que intenta darte el cariño, si me lo permites, que ella no tuvo la oportunidad de brindarte-dijo, su dulzura y comprensión características indiscutibles de ella-. Así se siente tener una madre, como se siente tener una hija tan maravillosa como la que tengo. Yo siempre estaré orgullosa de ti, Sahar. 

    El resto de la tarde estuvimos paseando por los alrededores de palacio. Circe estaba encargada de los festejos por el cumpleaños de Declan, aniversario de su llegada. Ella buscaba cualquier motivo para traernos celebraciones, yo no acudía a este tipo de cosas pero haría una excepción; la gente de la ciudadela venía a palacio a acompañarnos. Al anochecer cuando empezaron a llegar fui a por Faye.

-¿Por qué hay tanta gente allí afuera?-preguntó, volviendo a la habitación. Había estado observando desde el balcón.

-Mi prometido celebra un año más de haber llegado a Providencia, en realidad es una excusa de mi madre para celebrar-le expliqué, ella soltó una carcajada-. Hoy tendremos dos invitados de honor.-Le extendí una mano, no dudó en tomarla-. Quiero que nos acompañes.

-"Quiero", con sólo decir "Quiero", así con propiedad consigues todo-dijo, sentí que se burlaba de mí.

    Besé su mejilla y le susurré al oído:

-Quiero....
    
     Cuando volví a mirarla sonreía.

-Quiero acompañarte-dijo, apoyando su frente en la mía.

    Después de ducharme, y vestirme, me marché dejándole mi
armario para que tomara lo que gustara usar. Parte de la ropa que tenía allí habían sido obsequios que Circe me traía de sus viajes al exterior. Poco había usado de esas prendas.
    Declan me esperaba al inicio de las escaleras, inclinó un poco la cabeza y haciendo un ademán con la mano me invitó a salir; su vestuario era muy de él, muy casual aunque su porte lo hacía ver elegante.

-Circe se sobrepasa cada vez más con estas cosas-comentó cuando salimos al jardín y nos encaminamos a la pista de baile techada que un año atrás mi madre había hecho construir-. Comienzo a creer que tu padre se va para evitar sus fiestas.

-No lo dudes, Dec, yo también acostumbraba a huirle. Cuando llega mi cumpleaños lo celebra por todo lo alto, ¿recuerdas el año pasado?

-Claramente, prometida mía-respondió, haciendo un guiño-. Lo que me lleva a preguntar qué te ha hecho cambiar de opinión hoy, ¿por qué decidiste acercarte a disfrutar de estos pequeños placeres mundanos? 

   Saludé a los invitados, algunos se acercaban a nosotros. Declan era más cercano a ellos de lo que yo alguna vez podré ser, no soporto las multitudes, pero eso no significaba que no me agradara que disfrutaran de la velada.

-Intento complacer a mi madre-respondí.

-Siempre has sido complaciente con Circe, en algunos casos, claro. Nunca en estos menesteres.

-Algunas cosas cambian. Si me disculpas....

  Circe me llamó para presentarme a un caballero, pasé observando el fuego de las antorchas que rodeaban la pista, y a la gente charlando, bailando aquella melodía tocada por los músicos de la ciudadela. Arabiga, suave....
   Paseé por el lugar tras hablar un ratito con mi madre y su amigo, era un pintor muy talentoso según Circe. No me sorprendería que pronto nos visitara para hacer un cuadro de la familia por pedido de Circe, nadie le niega nada a esa mujer. 
   Me recargué de la pared viendo cómo Declan era abordado y abrazado por ella. 
    Y la sentí antes de verla, nuestras miradas tropezaron.

















     No esperaba ver a tantos invitados, era mucha gente. No sabía qué tan grande era el pueblo pero parecía que todas las personas habían asistido a la fiesta aniversario del prometido de Sahar.
    La pista de baile era rodeada por antorchas cuyo fuego le daba un misticismo único a la noche, había magia en el ambiente y lo corroboré cuando vi a Sahar, y ella me devolvió la mirada.
    Hizo un gesto con la cabeza, y una sonrisa dibujada en los labios que llamó a la mía. Era fácil de amar, yo a esas alturas ya lo sabía.

















Huellas II



7 comentarios:

  1. Si Circe dice que un pintor es talentoso, debe de serlo. Sin duda, una opinión formada por experiencia de milenios. Ya lo dije, pero siempre me ha fascinado Circe. Y ella ha sabido de enamorarse de alguien que no es inmortal.
    Muy interesante este spin off. Escribis escenas muy visuales, como para trasladar a historieta.

    Besos.

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    1. Circe es muy dulce, y conoce muchas cosas, lo dijiste, una experiencia milenaria. A mí no me molesta en lo más mínimo que digas cuantas veces quieras lo que te fascina Circe, es un personaje mitológico que también me gusta.

      Sería genial e interesante trasladar a una historieta este spin off :)

      Besazos, Demiurgo...
      Ya por ahí te dejé los trailers de la season 5 de Arrow, y la season 2 de DCLegends ;)

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  2. Hechizo... Eso es lo que sucede cuando se encuentra el alma que te seduce y enamora.
    Y déjame decirte, querida mía, que a tus personajes le sobra de esa cualidad, tienen un alma con mucho poder de atracción.
    Felicidades, Ivel.

    Mil besitos, y feliz lunes.

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    1. Mis personajes y yo agradecemos tus palabras, Aurora...
      Debería crear un apartado donde los personajes respondan preguntas, o les dejen saludos a ustedes como ustedes dejan sus huellas por aquí, "Huellas como las que me guiaron hasta Sahar..." Algo así diría Faye jeje ;)

      Gracias, bonica, muchísimas gracias...
      Besazos, hermosa semana :****

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  3. Con esas imágenes finales de Faye no me importaría que ella me enseñe a orbitar, aunque Sahar querría asesinarme :D Pero yo orbitaba ya hace mucho ....

    "Me pierdo todo por verte, orbitando en torno a mí ..."

    https://www.youtube.com/watch?v=nclv0x56gwU

    Besos dulces y dulce noche.

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    1. "Estimado Dulce, enseñarte es un placer. Sahar no es celosa, le envía a decir que tan sólo modere sus insinuaciones sobre mí. En lo que a mí respecta, puede continuar halagándome. Me vendría bien verla celosa en serio, sería divertido, aunque probablemente sí, usted se vería en peligro. Ya se habrá dado cuenta que cuando se enfada la muy jodida es muy peligrosa, ya quedará bajo su responsabilidad las palabras que elija para hablar de mí con nuestra creadora. Un beso, V..."...
      Y así respondería Faye a este comentario de su admirador ;)

      Gracias por la canción, Dulce, se va para mi playlist....
      Besicos, y bonita noche...
      Hazle llegar mis cariños y saludos a Slave, por favor ;) :*****

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    2. Que honor que Faye Vesper me responda personalmente, Sahar no es celosa? con aquel mensaje no lo desmiente, y peligrosa sin duda lo será, más defendiendo lo suyo. Pero soy un caballero señorita Vesper y como usted me ha permitido halagarla, déjeme decirle que es mi personaje favorito en esta historia, no diré más ;) Un placer Señorita Vesper. Besos.

      De nada Ivel por la canción, tan sólo no le cuentes a Slave de mi acercamiento con Faye :D Le daré tus saludos con gusto.

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