Alianza

En la tradición japonesa se cuenta que todos tenemos tres caras:

La primera cara es esa que mostramos al mundo.

La segunda cara es la que mostramos a nuestros seres amados.

Y la tercera cara no se la mostramos a nadie, es exclusivamente nuestra.

El único, real y fiel reflejo de quienes somos en realidad; 

es la que te da paz, o te atormenta hasta no dejarte dormir....

Nueva York, Estados Unidos

 Amanda

   Salí del edificio, y cogí un taxi. Tenía pensado ir a ver a mi falsa familia, si lo hubiese dicho allí dentro me habrían atado y saldrían con lo mismo que estoy pensando: es una locura. Como una locura fue decir todo aquello al mundo, sarta de confesiones que quería sacar de dentro de mí porque ya no podía más; yo no he sido la única que tuvo una infancia desgraciada, cada persona de este mundo la tuvo, algunos no lo notaron, para otros como yo la desgracia fue más obvia. Yo la usé para ser fuerte, para forjarme una armadura impenetrable y hacerme un camino a base de los cuerpos de quienes me quitaron todo.
    Intenté brindarle ayuda a quienes se han visto afectados por la Élite, me hubiese gustado llegar a todos y cada uno. 
  Dicen que una sola persona puede cambiar el mundo, creo que es verdad, creo que alguien allí afuera puede lograr un cambio y hacer que otros levanten sus voces. Me gustaría pensar que llegué a ese alguien, yo ya estoy perdida hace tiempo, no soy un ejemplo a seguir. 
    He vivido con tres rostros: La humanitaria Amanda. La artística, "ejemplar" y mujer de familia Amanda. Y la Amanda consumida por el fuego, el odio y la venganza: La monstruosa Amanda, la que sólo yo veo, la que me trae pesadillas, la mujer rota capaz de hacer lo que sea para proteger a su familia antes que a sí misma, y eso significa ser egoísta con esa familia. Fui egoísta con Luna al alejarla de mí, nunca lograré quitarme ese pensamiento de la cabeza.
    
   El chófer aparcó frente al edificio Dakota, pagué y entré segura de que estaban allí. Era el lugar favorito de Matthew, había pasado a ser de su propiedad por herencia, pero es uno de esos secretos bien guardados.  
   Saludé al portero que me miró de forma extraña mientras se llevaba la mano a su mono sombrero. La misma mirada que me dirigieron personas que caminaban por la acera; seguí rumbo al interior del edificio, fui al elevador y presioné el botón del último piso. Cerré los ojos hasta que las puertas volvieron a abrirse, no había nadie en el lujoso salón, me dirigí a mi habitación y a medida que me acercaba escuché ruidos y una voz que reconocí enseguida, apresuré el paso.
    La puerta estaba entreabierta.

-Dorian, ¿pero qué demonios haces?-dije al encontrarme con el hijo de Matty revolviendo entre las pocas cosas que tenía allí.

-Eres una traidora-susurró, acercándose a mí-. ¡¿Y aún te atreves a poner un pie en esta casa?!-exclamó, empujándome hacia la cama. 

    Reí porque su actitud no era más que un chiste para mí, me giré quedando apoyada en los codos.

-¿Qué buscas aquí, Dorian? ¿Algún brazo de Viktor Strauss? ¿Crees que lo guardaría aquí?-me burlé.

-Así que de hecho sí fuiste tú, ¿no temes a las represalias?

-Viktor no es más que un peón reemplazable, están usando su secuestro para hacerse las víctimas. Eso se reduce a que no, no les temo ni a ustedes ni a lo que puedan hacerme, nunca les he temido y no empezaré ahora.-Me senté al borde de la cama, Dorian actuaba muy raro, estaba fuera de sí. Me recordó a su hermana cuando la conocí, le habrán hecho lo mismo al pobre chico-. Dorian, ¿qué buscabas aquí?-pregunté, cautelosa.  

   Él empezó a ponerse muy nervioso, se llevó las manos a la cabeza. 

-No sé.... Yo, no sé... ¿Qué le hicieron? ¿Qué le hicieron a Amanda?

    Me agarró con la guardia baja, no esperaba una pregunta como esa porque siempre creí que Dorian lo sabía todo.

-¿Mis padres la llevaron a la muerte o estabas mintiendo?

-No mentí, cuando conocí a tu hermana ella había conseguido huir. Estaba muy desequilibrada a causa de las torturas y experimentos a los que se vio sometida, la quebraron, Dorian; su personalidad se vio alterada, creo que querían programarla, hacerla una asesina más de los tantos que tienen, tú debes saber de esos proyectos, debes conocerlos.-Dorian asintió-. Creo que tu hermana consiguió desprogramarse, y de allí que huyera.

    Dorian cruzó los brazos, me levanté dudando de que él no supiera lo ocurrido con su hermana.

-A mí me decían que estaba muy enferma, por dicha razón no salía mucho. Tampoco me dejaban verla, cuando sí me lo permitían era el mejor regalo de mi vida porque yo la quería, yo quería a mi hermana-dijo, melancólico-. Al principio no entendí por qué te hicieron pasar por ella cuando su "enfermedad" la mató, ¿recuerdas que no te acepté?-Asentí porque lo recordaba muy bien, era un engendro del mal como su padre-. No quería otra hermana y menos que tomaras el nombre de ella, a punto estuve muchas veces de contar ese secreto familiar, que tú no eras la verdadera Amanda. Pero no recuerdo qué me detenía, no logro recordar.

    Comenzó a golpearse la cabeza con las manos, lo detuve y lo obligué a sentarse en la cama.

-Perdóname, yo no quería hacerle daño a Luna, te juro que no... Yo...

    Estudié su rostro, su mirada perdida y ese cambio tan brusco en su actitud a ratos calmada, estable, y a ratos se quebraba como le pasaba a su hermana.

-Te han hecho lo mismo, Dorian.-Me vi asombrada por no haberlo notado con anterioridad. Miré hacia la puerta, fui a cerrarla-. ¿Helena y Matty están aquí?

-No han llegado-respondió.

    Me caía como anillo al dedo que no estuvieran allí.

-Compartimentaron tu mente, tal y como quisieron hacerle a tu hermana, y como le ha hecho su gente a muchas otras personas para usarles cuando les venga en gana. Control mental a partir del trauma, es la única forma que hallaron para callarte, para evitar que hablaras sobre el secreto familiar y al mismo tiempo usarte para sus planes.-Eso explicaba sus cambios a través de los años, a veces dócil, a veces un arrogante sin remedio, a veces agresivo, varias personalidades en un cuerpo-. Dorian, te torturaron y no lo recuerdas, se encargaron de que no recordaras. Hicieron de ti alguien fácil de manipular y de ser parasitado por los seres de su Señor. Eres una vasija para los demonios.

    Él asintió, cerró los ojos muy fuerte y al abrirlos parpadeó varias veces.

-¿Cómo puedo desprogramarme?

-Es obvio que saber la verdad sobre lo que pasó con Amanda te está ayudando a hacerlo, ¿qué es eso que aprietas en tu mano?-pregunté al notar algo plateado que sobresalía de su mano izquierda.

    Abrió y me mostró una cadena con un colgante pequeño parecido a una lágrima.

-Era de ella, siempre lo llevo conmigo. Fue un regalo que le hice la última vez que la vi-explicó-. No sé cómo he logrado  ocultarlo de mis padres.

-Es irónica la forma en que nos parecemos-reí-, yo le obsequié una a mi hermana antes de separarnos. Tenía un colgante de media luna.-La rabia seguía hirviendo en mí, verlo a la cara y pensar que mi hermana estaba en una cama peleando por vivir, y teniendo la misma pesadilla. Reviviendo lo que éste imbécil y los otros dos monstruos le hicieron-. Yo maté a Amanda-confesé, Dorian se levantó y lo golpeé en la cara, cayó al suelo-. Eso es por lo que le hiciste a Luna, al menos hasta estar segura de que no estás fingiendo; y si te preguntas por qué le quité la vida a tu hermana te digo que le hice un favor, la pobre no podía más con su alma. Había luchado por liberarse de la prisión de tus padres, pero aunque lo hizo existía otra prisión de la que no podía huir. Quería dejar este mundo, a mí el suicidio no me parecía una muerte honorable para alguien que había luchado hasta el final, así que halé el gatillo, y la maté. 

    Le tendí una mano, él la cogió y lo ayudé a levantarse.

-Estamos jodidos-dijo. Me encogí de hombros-. Ellos le hicieron mucho mal mientras vivía. No entiendo por qué tuvieron que lastimar a sus propios hijos, ¿por qué nos hicieron esto?

-Para ellos es un honor prestar a sus hijos, es un honor que le sirvan a mi abuelo.

-No quiero más esto, necesito pensar.-Abrió la puerta, se giró pero no me miró-. Si puedo ayudarte en algo, que sepas que cuentas conmigo. Lo que hiciste hoy fue muy valiente, Amanda habría buscado la forma de sacar todo a la luz, yo lo sé.

    Si Dorian estaba fingiendo, lo hacía muy bien. No podía fiarme.
    Fui a ver si Helena había regresado, una de las mucamas que limpiaba en el salón me dijo que acababa de llegar y fue directo a su habitación. "El señorito Dorian" se había marchado sin siquiera dirigirle la palabra, eso me resultó interesante.
    Llamé a la puerta, Helena me dijo que podía entrar.
   La elegante mujer hizo el intento de recibirme con un abrazo, pero levanté una mano dando un paso atrás.

-No te me acerques, Helena. Creí que eras diferente a tu marido, que habías cambiado después de la muerte de Amanda, eres una vil mujer que entregó a sus hijos al mal. ¡A tus propios hijos! ¡A quienes se supone debías proteger!-No le bastó con Amanda, sino que usó a Dorian también en sus jueguitos mentales, pero preferí callar que sabía esa verdad-. Una madre ama y protege a sus hijos. No los usa y los hiere.

-No conoces a tu padre, Matthew me habría matado....

-¡Amanda está muerta por tu culpa, Helena!-exclamé-. Enfermó de tanta tortura que recibió por parte de Matty, abusó de ella y no sólo él sino sus amigotes. ¡Hasta para eso prestaste a tu hija!-Me hervía la sangre, su impasible expresión me revolvía el estomágo.

-Tú halaste el gatillo-dijo con calma.

-Amanda ya estaba muerta antes de eso, y tú contribuiste a esa muerte.-Imité su serenidad, Helena sonrió. Le di una bofetada, pero lo que en realidad quería era ahorcarla, desde donde estaba, Luna me lo impedía. Como impidió, a través de Sahar, que matara a Viktor.

    Helena se arregló el cabello y actuó como si nada hubiese pasado.

-Vi tu vídeo, ¿viniste a regodearte de haber sido honesta con el mundo? Muestras valentía al venir aquí después de eso.

-Sé que no me harán nada, me necesitan. Y es lo que no entiendo, yo no puedo ser la vasija de esa Diosa vuestra porque ella ya reencarnó en la hija menor de Luzbel, yo no pinto nada aquí.

-Te equivocas, si bien Amara es la encarnación de la Diosa, no tiene lo que se necesita. Es muy rebelde, hace lo que se le viene en gana, aún lucha con su dualidad y no tiene madera de líder. La novia del cordero debes ser, y está escrito en tu destino, tú; no hay mejor candidata para gobernar el Nuevo Mundo al lado del anticristo prometido, no hay nadie mejor para liderar un ejército contra Eloah. Prácticamente eres la versión femenina de tu abuelo, tan persuasiva, encantadora, guapa, y mueves los ánimos a tu antojo, te agrada el conflicto, disfrutas la muerte sin percatarte de la satisfacción que te causa, te metes en la mente de quien tienes cerca y la manejas con suma facilidad, lo has hecho con tu padre muchas veces. Lo has desequilibrado recordándole quién es en realidad: el asesino de su propio hermano, remueves la ira en él. ¿No te has dado cuenta que pasan cosas malas adonde quiera que vas? 

   Sus palabras me descolocaron, no podía negar que había parte de razón en lo que decía respecto a mí. Y sobre lo que dijo acerca de mi padre, recordé su reacción ante Luna la noche en que cenamos juntos, y me culpó de dicha reacción, aseguró que yo lo provoqué.

-Naciste marcada por el caos, Amelia hija de Caín, naciste bajo el signo de tu padre, marcada por el mismo destino. Se supone que matarías a tu hermana anoche, no iba a ser cosa nuestra....

-En eso estás mintiendo, yo jamás le haría daño a mi hermana, jamás me uniré a vuestra causa. De hecho el sacrificio ritual no concluyó, Viktor está vivo y Luna también, yo sigo siendo yo y vamos a destruir el Nuevo Orden antes de que lo impongan.

-Es una carrera contra el reloj, querida, este año es decisivo. Y encontraremos la forma de que vengas a nosotros, eres la novi...

-Y una mierda el destino, quemé el libro que me dio Viktor y con él lo que se supone debo ser y hacer. El futuro puede ser cambiado digan lo que digan, tenemos libre albedrío, cosa que ustedes han intentado quitarnos.

   Helena encogió los hombros.

-¿Intentado?-rió-. ¿Has visto el mundo últimamente, bebé? Tenemos esclavos de gratis, les hemos hecho creer que trabajan para mantener a sus familias cuando en realidad trabajan para nosotros dándonos las vidas que llevamos. El libre albedrío es una ilusión, no hemos "intentado" quitárselos, se los hemos quitado; aquí no hay libertad, les hemos hecho creer que sí, y como están ocupados trabajando, ocupados mirando el reloj con algo llamado "tiempo", ocupados, ocupados, ocupados... No lo notan, tú lo dijiste en tu intervención: los dormimos, están cegados, llevan una venda en los ojos.-Dio un sorbo a la bebida que tenía en la mesita de noche, y añadió-: Encontraremos la manera de que sigas el plan tal y como está trazado, nos acompañarás y reinarás. 

-Habrá resistencia y seré parte de ella.

   Chascó la lengua, me dio la espalda y con voz segura dijo:

-Nos desharemos de los revoltosos, no tendrás a quien unirte, tenemos esto ganado, querida. Hay una frase que reza: "Para deshacerse de la humanidad, hay que hacerles perder su humanidad", ¿qué crees que estamos haciendo, Amy? Sacrificios rituales que han sido cuidadosamente planificados, afuera se están matando entre ellos, la humanidad ya perdió eso que los hace "humanos". ¿A quién te suena eso?   

   Me giré y salí de allí, eso último lo dijo por mí. He perdido lo que me hace humana, he quitado vidas, y me ha dado satisfacción; sé que sólo lo usa a modo de manipulación, por eso lo mencionó, pero no deja de ser cierto. Por mucho que prestara ayuda a los necesitados no era suficiente para redimirme y recuperar un poquito de lo que perdí en el camino.
   Hice a pie todo el recorrido al edificio abandonado donde Sahar y yo torturamos a Viktor; la ciudad estaba repentinamente silenciosa. Apenas y si escuchaba el sonido de alguna bocina proveniente de algún auto, la gente avanzaba y me observaba sin acercarse a mí; algunos se hallaban reunidos en esquinas y hablaban entre ellos, sin embargo la policía rondaba, alguien de arriba debió dar la orden por si se desataba alguna revuelta.
   Nadie me siguió, los oficiales seguro tenían órdenes de dejarme andar a mis anchas por la metrópolis. Varios helicópteros militares la sobrevolaron un par de veces.
   Al llegar al edificio abandonado fui directo a desatar a Viktor, estaba muy malherido e inconsciente. Lo golpeé porque sólo verlo me provocaba eso y más; luego lo dejé allí y volví a salir. Cuando despertara encontraría la forma de salir solo.
   Me aseguré al entrar y al salir que no había nadie cerca, aquella calle parecía parte de un pueblo fantasma. Sahar había elegido bien la localización; al volver a la civilización tomé un taxi. No volvería al ático, regresaría a mi apartamento; pensaba en Dorian, era la única persona en la familia Carlysle que habría protegido a Amanda de haber podido, eso si no estaba mintiendo, si no fue todo un teatro la versión de sí mismo que presentó ante mí hoy. Algo me decía que no fingía.
    Bajé del taxi tras pagar.
     La tensión en la ciudad seguía en alta, si así era aquí no quería ni imaginar qué pasaba en el resto del mundo, qué había provocado la confesión que lancé en el exterior. 
   Me recargué en la baranda de acero del elevador, miré mi reflejo en el espejo. La Diosa, futura Reina. Luzbel se aseguró que todo se diera como él quería, dio nuestra dirección a sus adoradores, y ellos enviaron gente a buscarnos a Luna y a mí, asesinando a nuestra madre y a nuestro padrastro en el proceso. Tenía que hacerse en nuestra presencia, yo tenía que verlo, tenía que conocer eso de lo que la humanidad era capaz. Tenía que odiarlos....

    Terminé viendo una imagen distorsionada de mí en el espejo, ese yo al que ellos quieren. Ese yo al que odio, pero del que me visto sin remordimientos. Ese yo que creé a base de las decisiones tomadas, y que Luna quería destruir devolviéndome a lo que fui.
  Sacudí la cabeza, las puertas se abrieron y salí al pasillo.
  De camino a mi apartamento vi a Dorian sentado en el suelo, esperándome con unas carpetas en la mano.

-¿Y ahora qué quieres?-le pregunté, abriendo la puerta. 

-Te dije que quería ayudarte en algo, lo que sea-respondió, entrando detrás de mí-. Fui a por algo que recordé había guardado, creo que con lo que me hicieron me vi obligado a olvidarlo; un recuerdo que quedó compartimentado en algún lugar de mi mente.

    Lo cogí del brazo, lo hice girar y lo pegué de la pared doblando su brazo hacia atrás.

-Te juro que si me estás mintiendo, Dorian...

   Él empezó a reír.

-Esto es tan sexy, Amelia, me gusta esta parte tuya-susurró-. Es una suerte que no seamos hermanos.

-Imbécil.-Lo solté-. ¿Qué diferencia habría si la gente para la que trabajas está tan enferma que practican el incesto? No me asombraría nada que...

-No, hasta para mí eso es repugnante-dijo, quitándose la chaqueta-. En serio es una suerte que no seas mi familia.

   Hice un ademán con la mano invitándolo a que tomara asiento, no quería seguir escuchando adónde se dirigía con ese comentario.

-Robé esos archivos en los pocos momentos de lucidez que he tenido-explicó poniendo los archivos en la mesa de centro mientras se sentaba-, hay fotografías, nombres de políticos, de organizaciones, empresas que están apoyando todo este movimiento. Hasta ahora tú sólo te has centrado en ir contra quienes estaban ligados a los hechos que te trajeron a este punto, y sabes que es momento de ir más allá, de atacar más allá.

     Si Dorian estaba dispuesto a trabajar con nosotros para quebrar el plan de ésta gente, yo no era quien para convencerlo de hacer lo contrario.

-Encontrarás pruebas de lo que ha pasado, hay unos audios en un drive-prosiguió-. Puedes lanzar todo eso al mundo, darle más fuerza a lo que confesaste hoy.

-Dirán que fueron fabricadas, Dorian.

-Eres persuasiva, apuesto a que hoy llegaste a más gente de la que crees.
       
     Nunca me propuse salvar al mundo desenmascarando a estos monstruos, me importaba más brindarle protección a mi hermana e ir acabando con los involucrados en nuestra desgraciada infancia, en ese entonces ignoraba que esto fuese más grande de lo que creía.
    
     Dorian se marchó después de un rato haciéndole revisión a todo lo que aportó. Yo sabía de la locura a la que han sometido a la gente, pero en el interior de su sociedad todo era aún más sucio y retorcido. Pensé en esos niños que estuvieron en el evento del sacrificio. 
   Me pregunto en qué cambiaría la situación del mundo actual si se supiera que sus políticos, sus celebridades y mucha gente de poder, tras bambalinas eran unos degenerados que estaban llevando su forma de vida, poco a poco, al exterior. Pronto harían pasar todo por algo normal y esto se transformaría en la versión actualizada de Sodoma y Gomorra, perversión por doquier; me corrijo, ya estamos viviendo en Sodoma y Gomorra.
   
   En cuanto anocheció volví al ático. Enrique, Drako y Faye estaban reunidos en el salón, Sahar bajó las escaleras acompañada de Paloma. Pregunté por Luna, aún no quería entrar a verla, después de anoche y esta mañana su imagen quedó grabada en mi memoria. Dolía.
    Me senté en el sofá al lado de Enrique, papá no había vuelto ni había enviado mensajero para saber en qué había quedado todo, si teníamos permiso de atacar de frente o si en cambio esperaríamos un poco más, lo que no me agradaba, pues según la información recolectada por Dorian habría un despliegue de un virus por Europa, y en los próximos meses se desatarían varios tiroteos en fechas cabalísticas, la Ley Marcial se pondría en marcha.

-Viktor Strauss fue asesinado-anunció la voz de Declan quien había hecho acto de presencia en la estancia-. Encontraron su cuerpo hace unas horas, y no completo, si me entienden.

    Sentí varios pares de ojos sobre mí.
     Sonreí.

-¿Pero por qué me miran? Si yo no lo he hecho-aseguré, tranquilamente-. Sólo lo golpeé un poquito y luego lo liberé, estaba inconsciente, lo dejé allí en donde Sahar y yo lo teníamos retenido. Y me fui, no sé qué pasó después o quién pudo haber hecho tal cosa.

   Así que alguien sí que tuvo las pelotas para cargárselo sin miramientos.  
    Por un momento Dorian acudió a mis pensamientos, ¿por qué? Nada tenía qué ver con lo que Dec acababa de informar; las palabras de Dorian: Es una suerte que no seas mi familia...
   Miré a Declan, a Dorian siempre le he odiado y Declan era a quien amaba. Entonces por qué, y por qué tenía que ser él, ¿por qué el enfermo de Dorian? A menos que siempre haya llamado mi atención y por seguir adelante con el objetivo que tenía en mente, no lo hubiese notado.
    No, no podía aceptar este tipo de conflictos, no ahora.

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