Pasado......
Dejar a Veena me dolía, y me dolía porque hace poco que nos habíamos reunido. Hace poco que volvimos a estar juntos, hace poco que mi mujer volvía a serlo....
Nos separamos poco después de casarnos por culpa de mi padre y sus órdenes. Y ahora mi padre vuelve a ser la causa de nuestra separación; si esa mujer dice la verdad, Issa no se quedará tranquilo hasta quitar a la única que puede quitarle el trono egipcio.
Veena.... Mí Veena tenía esa mirada oscura y fiera que imponía. Su presencia me dejaba en jaque, estaba completa y perdidamente entregado a aquella Princesa egipcia, mí Princesa egipcia. Mujer sublime, de alma bravía, y corazón lleno de pureza; dada a su gente porque era así, daba todo por su pueblo.... Y entregada en cuerpo y alma, a mí.....
....Y yo rendido a ella. A su misterio, a su magia... A todo su ser.
Me tuvo en sus manos con apenas trece años, cuando la salvé. Enfrenté a mi familia, yendo en contra de sus deseos terminé desposando a la mujer que me enamoró con su sencillez y elegancia. Con su dulzura, su temple, una mujer aguerrida, una mujer buena, valiente.... Mía....
Sonreí al recordar nuestra noche de bodas, volvimos lo mundano y lo sagrado uno. Hice de su cuerpo mi templo, fui bautizado, eximido de mis pecados, y de nuevo pecador con ella, por ella....
....no sabía que quien dirigió la campaña contra su padre, contra su pueblo, fui yo...
Seguía órdenes, seguía las pistas que ahora entiendo, fueron manipuladas.
Fui manipulado.
Llegué la tarde del viernes a Viena, sin detenerme a descansar en mi casa. Fui directo a casa de mi padre, mi hermano salía en ese instante.
-Muller, ¿qué haces aquí?-dijo tras darme un abrazo.
-Tenía que hablar con padre sobre algo importante, no podía esperar.
Miró el carruaje como esperando a alguien más.
-¿Veena no te acompaña?-inquirió.
-Se quedó en Roma, está enamorada de la ciudad.-respondí, me incomoda que mi hermano mayor sienta atracción por mi mujer.-¿Cómo van las cosas con la señorita von Braun?-mencioné como para saltarme el tema de Veena.
Eleanor von Braun era la prometida de Velkan.
-Bien, de hecho voy a reunirme con ella justo ahora.
-Me gustaría que fueras a mi casa después de verla. Tengo algo importante qué discutir contigo, es en relación a mi mujer.
Velkan me observó muy serio, supuse que pensó en su enamoramiento no correspondido. Pero no se trataba de eso, sino del peligro que Veena corre y mientras más ayuda para protegerla, mejor. Aunque no me place involucrar a terceros.
Velkan aceptó, y se marchó.
Una de las mucamas me dijo que encontraría a mi padre en el jardín, yo ya iba directo a su despacho.
Lo vi parado observando los alrededores, disfrutando de la hermosa tarde; me pregunté dónde estaría mi madre y mi hermana.
-Hola padre.
Armand Preminger se volvió, la altivez que suele caracterizarlo y que me obligué a ignorar por años, me enfermó por primera vez.
-Muller, ¡vaya sorpresa!-sonrió.-¿Andas solo?
-Para esto era preferible que Veena se quedara en Roma.-admití. Él enarcó las cejas.-Iré al grano: los asesinatos y desapariciones ocurridos hace ocho años, esos por los que culparon a Abdel Khalil y al pueblo gitano que él lideraba, fue una conspiración en contra de él y su familia, ¿no es así?
-¿Qué estás diciendo, Muller? Eso suena disparatado.-rió.
Me enfadó su burla, pero mantuve la calma.
-Issa Khalil, ¿te suena ese nombre, padre? Porque a mí me resulta conocido, ¿no se llamaba así un hombre que vino a visitarte en contadas ocasiones en mi adolescencia? Por él empezaste a hacer negocios con Abdel, por él le arrebataste todo a la familia de Veena dejándolos en la calle. ¿Me equivoco?
Mi padre se puso serio de pronto, me dio la espalda en silencio.
-Issa Khalil es el verdadero padre de tu maldita bruja, Muller; él sólo quería a su hija de vuelta, hija que Abdel le robó.
Pensé en propinarle un golpe por la forma tan despectiva en que habló de Veena, pero dicha revelación me dejó asombrado, y con muchas interrogantes...
Nos separamos poco después de casarnos por culpa de mi padre y sus órdenes. Y ahora mi padre vuelve a ser la causa de nuestra separación; si esa mujer dice la verdad, Issa no se quedará tranquilo hasta quitar a la única que puede quitarle el trono egipcio.
Veena.... Mí Veena tenía esa mirada oscura y fiera que imponía. Su presencia me dejaba en jaque, estaba completa y perdidamente entregado a aquella Princesa egipcia, mí Princesa egipcia. Mujer sublime, de alma bravía, y corazón lleno de pureza; dada a su gente porque era así, daba todo por su pueblo.... Y entregada en cuerpo y alma, a mí.....
....Y yo rendido a ella. A su misterio, a su magia... A todo su ser.
Me tuvo en sus manos con apenas trece años, cuando la salvé. Enfrenté a mi familia, yendo en contra de sus deseos terminé desposando a la mujer que me enamoró con su sencillez y elegancia. Con su dulzura, su temple, una mujer aguerrida, una mujer buena, valiente.... Mía....
Sonreí al recordar nuestra noche de bodas, volvimos lo mundano y lo sagrado uno. Hice de su cuerpo mi templo, fui bautizado, eximido de mis pecados, y de nuevo pecador con ella, por ella....
Seguía órdenes, seguía las pistas que ahora entiendo, fueron manipuladas.
Fui manipulado.
Llegué la tarde del viernes a Viena, sin detenerme a descansar en mi casa. Fui directo a casa de mi padre, mi hermano salía en ese instante.
-Muller, ¿qué haces aquí?-dijo tras darme un abrazo.
-Tenía que hablar con padre sobre algo importante, no podía esperar.
Miró el carruaje como esperando a alguien más.
-¿Veena no te acompaña?-inquirió.
-Se quedó en Roma, está enamorada de la ciudad.-respondí, me incomoda que mi hermano mayor sienta atracción por mi mujer.-¿Cómo van las cosas con la señorita von Braun?-mencioné como para saltarme el tema de Veena.
Eleanor von Braun era la prometida de Velkan.
-Bien, de hecho voy a reunirme con ella justo ahora.
-Me gustaría que fueras a mi casa después de verla. Tengo algo importante qué discutir contigo, es en relación a mi mujer.
Velkan me observó muy serio, supuse que pensó en su enamoramiento no correspondido. Pero no se trataba de eso, sino del peligro que Veena corre y mientras más ayuda para protegerla, mejor. Aunque no me place involucrar a terceros.
Velkan aceptó, y se marchó.
Una de las mucamas me dijo que encontraría a mi padre en el jardín, yo ya iba directo a su despacho.
Lo vi parado observando los alrededores, disfrutando de la hermosa tarde; me pregunté dónde estaría mi madre y mi hermana.
-Hola padre.
-Muller, ¡vaya sorpresa!-sonrió.-¿Andas solo?
-Para esto era preferible que Veena se quedara en Roma.-admití. Él enarcó las cejas.-Iré al grano: los asesinatos y desapariciones ocurridos hace ocho años, esos por los que culparon a Abdel Khalil y al pueblo gitano que él lideraba, fue una conspiración en contra de él y su familia, ¿no es así?
-¿Qué estás diciendo, Muller? Eso suena disparatado.-rió.
Me enfadó su burla, pero mantuve la calma.
-Issa Khalil, ¿te suena ese nombre, padre? Porque a mí me resulta conocido, ¿no se llamaba así un hombre que vino a visitarte en contadas ocasiones en mi adolescencia? Por él empezaste a hacer negocios con Abdel, por él le arrebataste todo a la familia de Veena dejándolos en la calle. ¿Me equivoco?
Mi padre se puso serio de pronto, me dio la espalda en silencio.
-Issa Khalil es el verdadero padre de tu maldita bruja, Muller; él sólo quería a su hija de vuelta, hija que Abdel le robó.
Pensé en propinarle un golpe por la forma tan despectiva en que habló de Veena, pero dicha revelación me dejó asombrado, y con muchas interrogantes...
*
Presente.....
Leí el último correo que Ivel me envió, en parte dolía. Percibí tristeza, y oscuridad, pero había un punto donde esa oscuridad convergía con la luz. Su luz...
Respetaría su espacio, aunque me preocupaba y me debatía entre responderle ya o esperar un poco. Sea lo que sea ella terminaría contándome; entré a la oficina de mi jefe, hablaba por teléfono mientras miraba por la ventana.
-Es el trigésimo mensaje que te dejo, es injusto el modo en el que me tratas, cometí errores.... Sé que te hice mucho mal, pero somos familia, soy lo único que tienes ahora; me necesitas, y te necesito. Llámame cuando escuches esto, por favor.
Colgó, dejé la carpeta que llevaba en la mano encima del escritorio y le estreché la mano que me tendió.
-Le enviaron eso, señor.-dije.-¿Todo bien?
-Cuando tengas hijos pon mucho cuidado en lo que digas cuando te enojes, eso los marca. Las consecuencias son catastróficas.-sonrió a duras penas.
-¿Alguno de sus hijos se enfadó con usted?
-Cierto, eres nuevo.-El hombre cogió un retrato de su escritorio.-Hace casi veinticuatro años murió mi primera esposa, dando a luz a una niña. Tenía que elegir entre una y otra, mi mujer me dijo que de llegar a darse esa situación eligiera a nuestra hijita; cumplí su deseo, pero nunca me ocupé de la niña, siempre lo hizo su abuela materna; no podía verla porque me recordaba a su madre. Me volví a casar, y fue la razón por la que hace doce años tuve una discusión con mi hija y, furioso, le dije que ojalá hubiese sobrevivido su madre y no ella, que lo hubiese preferido así. Que por su culpa murió....
Al hombre se le quebró la voz, y me pasó el retrato.
Casi se me cae de las manos cuando vi su rostro, se me escapó el aire....
-Ivel.-musité.
-¿Cómo?-dijo mi jefe. Al ver que yo no respondía, agregó.-Se llama Ivel, en este momento se encuentra en Roma; tras la muerte de su abuela materna prefirió irse que venir a buscarme, y la entiendo, no la culpo en lo absoluto. Pero no aceptaré la vida loca que lleva; Gastón, quiero pedirte algo. Sé que regresaste de Italia semanas atrás, pero necesito que hagas algo por mí, necesito que regreses, y la busques; necesito que la traigas a mí.
Decirle que la conozco, y del modo más íntimo en que se pueden conocer un hombre y una mujer, significaría perder mi empleo. Y no decirle y que se entere de otro modo, también tenía su riesgo; yo era escolta de su padre, y su padre era Dorian Gerard, uno de los favoritos de la revista Forbes. Dueño de un conglomerado de medios de comunicación.
-Su hija siempre ha mantenido un bajo perfil, nunca la había visto. Sólo a sus hermanos.-comenté.
-Se crió con su abuela materna en Madrid, yo le enviaba dinero, y hablaba con ella, lo poco que me permitía. Llevo doce años sin verla, mi actual esposa dice que debo darle tiempo para sanar, yo siento que ya ha pasado demasiado.-El señor Gerard estaba sufriendo, recordé la triste y fría mirada de Ivel, y la reconocí tanto en el retrato, como en los ojos de su padre.-Quiero que tengas todo listo para el próximo mes, no sólo quiero que la traigas a mí, quiero que la protejas. Es prioritario que la cuides mucho, hay gente que intentará hacerle daño.
-¿Señor?
-Algo que he aprendido, Gastón, es que la historia tiende a repetirse.-Cruzó los brazos.-No debería enviarte con ella, pero los (re)encuentros son inevitables, sino doy yo el empujón para que vuelvas a verla. El universo lo hará, vuestras almas se llamarán la una a la otra; e Issa vendrá por ella, otra vez.
No entendí muy bien su monólogo, no supe de qué iba...
Volví a mirar el retrato de ella, pronto estaríamos juntos otra vez....
Pasado y presente, hay en común los obstaculos para las emociones más intensas, más sinceras.
ResponderEliminarY vale la pena jugarse por mujeres como Ivel y Veena, si se sabe como hacerlo, si se tiene el valor.
La historia es interesante, a pesar de que me estoy perdiendo, por comenzar a leerla tardiamente, algo para apreciarla completamente.
Un abrazo.
Ainsssssssssss Ivel... que me tienes pendiente de cada palabra niña!!!
ResponderEliminarDe sólo pensar que algo malo está por sucederle a ella, en pasado y presente, ya se me arruga el alma... no me dejes mucho tiempo con la duda, ¿si?
Besotes ...muuuuuuuuuuchos!
El destino es inevitable, las almas terminan encontrándose y reconociéndose de una u otra manera. Excelente historia.
ResponderEliminarBesos dulces y feliz semana para ti.
Es destino es caprichoso, Ivel. Se pliega juntando tiempos... Me encanta esta historia y me encanta esta canción.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa y buen comienzo de semana.
El destino está trazado. Ananké, Maktub... Las almas nacieron para estar con su igual... Le buscan y se encuentran, en otras pieles, en otros ojos... en otro tiempo... y vuelven a vivir lo que vivieron... y se vuelven a separar y se vuelven a buscar...
ResponderEliminarY se vuelven a desear, a amar, a sentirse...
¿Qué te puedo decir yo sobre las almas?
Un beso.