Luna tenía una dualidad tan interesante...
Cuando veías su lado claro, todo era perfecto...
Cuando la oscuridad la cubría, era tan frágil como una niña...
Y a medias de una y otra...
Y a medias de una y otra...
Vi el amago de sonrisa, le gustó que dijera eso. Y aún cuando le gustó volvió a mostrarse distante, debería llamarla "Señorita Hielo" porque eso parecía, hielo había en su mirada, hielo había en su voz....
-¿Cuántas veces te han dicho que eres una soberana molestia?-preguntó, caminando hacia el ascensor.
-Eres la primera.-respondí, y no mentía.
-¡Pero qué honor!-Presionó el botón para llamar el ascensor, vi una oportunidad para acercarme más a ella a pesar de la gente que caminaba por el pasillo y nos miraban, curiosos.-Estás invadiendo mi espacio personal, Bastian, y la gente nos observa así que aléjate de mí. No te quiero cerca.
Recé para que el aparato tardara en llegar, pero de nada sirvió porque las puertas se abrieron y ella entró, si no fuese porque tenía que hablar con Maura, entro con ella y detengo el elevador.
Luna sonrió y me dijo "Adiós" con la mano mientras se cerraban las puertas.
¡Joder, qué suerte la mía!
Pasa que cuando te gusta alguien te la encuentras hasta en el cereal que tomas de desayuno. No esperé verle tan temprano, sí estaba preparado para encontrármela allí, es el lugar de trabajo de su tía, pero no creí que el encuentro iba a ser tan rápido.
Si supiera que no dormí bien pensando en ella, hacía mucho que no me pasaba una cosa así, a decir verdad no recuerdo la última vez.
Toqué la puerta de la sala de conferencias, me asomé y vi a Maura con una portátil, y firmando unos papeles.
-Buen día, jefa.-saludé.-Te he traído las fotografías de ayer, hice la selección de las mejores, pero quería tu opinión.
-Confío en tu criterio, Sebastian.-dijo con suavidad, levantó la vista.-¿Por qué tan elegante?
-Reunión con papito querido y mis hermanos, me voy a Berlín te lo dije mil veces.
-¿Piotr estará allí?-preguntó como quien no quiere la cosa. Asentí.-¿Tú estás bien?
Me senté a su lado.
-Sí, esta será la primera vez que lo veo desde lo ocurrido, estoy preparado. Anoche la vi a ella y no pasó nada, ver a mi hermanito el traidor no me matará.
Lo peor había pasado, fue el saber la verdad: que mi mujer me engañaba con mi propio hermano.
Ahora sólo mirar al frente, vivir lo que me quede de vida.
-Por cierto he visto a tu sobrina cuando llegué.-le comenté.
-¿Luna estuvo aquí?-Su pregunta fue formulada con una sorpresa que me hizo entender que la Señorita Hielo no había llegado a verla.-¿Dónde se metió?
-Se acaba de ir, Maura. Pensé que había hablado contigo, la vi marcharse hace unos minutos.
Maura se quedó en silencio, pensativa. Luego, con esos ojos verde oliva que tiene, me escaneó; fue como una acusación hecha con la mirada.
-Ahora mismo me vas a decir qué pasó anoche después de que ella salió de la galería, y tú la seguiste.-me ordenó.
Creí que nadie había notado ese detalle, pero nada se le escapa a Maura Giraldo ¿no? Siempre pendiente del más mínimo detalle.
No sabía si sería buena idea contarle lo ocurrido, Luna tal vez se lo diría luego, era cosa de mujeres. Y la forma en que Maura me dio la orden no me gustó, estábamos los dos solos, ¿y qué tal si me mataba? ¡Qué no hay testigos!
-Sebas, anoche cuando los vi hablando-dijo más tranquila, y me dedicó una dulce mirada, como si viera y le estuviera hablando a su propio hijo.-...había algo diferente en ustedes dos. Fue como si una especie de halo los rodeara, como si hubiesen estado encerrados en su propia burbuja; vas a creer que estoy loca, un poquito más de lo usual, pero creo que ustedes se merecen el uno al otro, se los dije anoche: no tardaban en encontrarse. Y no lo digo porque tengan amigos en común que eso es lo de menos, lo digo porque no hubiese importado el lugar o la forma: una estación de tren, un bar, un café... En cualquier parte del mundo sus almas se habrían llamado la una a la otra.
Maura podía creer que sus palabras eran una locura, pero yo no; lo estuve pensando toda la noche justo por ese comentario que ella había hecho. Cuando sientes ese click, esa conexión con otra persona nada más verla u oírla...o leerla, sabes que hay un (re)encuentro...
Yo no creo en esas cosas, mentiría si dijera que sí. Pero cuando pasa, pasa.
-La besé.-dije al fin.
Maura no reaccionó como yo esperaba, puso su mano sobre la mía encima de la mesa, y sonrió. Sus ojos brillaban.
-Y ella, ¿te correspondió?
Me sorprendió que preguntara eso.
-Al principio se resistió, pero luego sí lo hizo.-Había un atisbo de alivio en su rostro, extraño.-Tu sobrina es....
-Complicada, Sebas.-Soltó mi mano y cruzó lo brazos sobre su pecho.-Es muy complicada, es algo que debes saber, no le gusta sentirse presionada por otras personas así que tenle paciencia.-Se hizo el silencio, Maura se enfrascó en sus cavilaciones. Tras unos minutos agregó-Sólo eso te diré, lo demás descubrelo tú sólo.
Me puse de pie, mi vuelo saldría en cualquier momento.
Salí después de despedirme de ella, de camino al ascensor pensé en si debí pedirle o no el número del móvil de Luna....
Regresé sobre mis pasos, Maura ya estaba en la puerta con un trozo de papel en la mano, me lo tendió con una sonrisa de complicidad.
-Sabía que volverías por esto, no es su número porque me mataría si te lo diera, es su dirección de correo electrónico. Por esto sólo me dará un puñetazo, o me golpeará con un garrote.
Le agradecí entre risas.
Antes de subir al avión le envié un correo, me había tomado algún tiempo decidirme si hacerlo o no. Pero como la impulsividad es una cosa seria, y mi naturaleza es así me encontré escribiéndole algunas líneas....
" Señorita Hielo,
si mi osadía y mi insistencia le parecen una soberana molestia déjeme decirle que tendrá que soportarla, y tendrá que soportarme porque no voy a desistir, no soy ésa clase de persona que desiste al ver que algo le resulta difícil. Es más, mientras más difícil, más interesante.
Y tú, me has cautivado, ¿estoy mal si pienso que tengo el mismo efecto en ti?
Me marcho a Berlín por una semana, tal vez regrese en menos tiempo, pero a mi regreso serás la primera persona a la que busque...
¿Me refundirás en la cárcel por eso? Me he vuelto un acosador de tiempo completo, y es tu culpa.
Te has convertido en mi debilidad...
Sebastian Strauss"
Si llegaba respuesta de su parte significaba que tenía el camino libre... Y eso era más que suficiente, la posibilidad de conquistarla...
Pero la respuesta no llegó de inmediato, sino dos días después con un simple:
"A tu regreso...."
Cuánta más alta es la cima, mejores son las vistas...
ResponderEliminarSebastian, como un pobre inocente, cae en la trampa de las mujeres inalcanzables sentimentalmente. Pero sí, es cierto que cuánto más inalcanzable parece su corazón, más ganas tiene de amar libremente. Luna es un puzzle de complicadas piezas a encajar, por eso solo requiere paciencia y constancia, una conquista de verdad, algo que le queme lentamente. ¿Sebastian está dispuesto? Eso espero ;)
Por cierto, me gustó mucho el detalle de las almas conectadas, ese "click" que parece inexistente, está más presente de lo que creemos.
Un beso muy fuerte, cariño. Tq!
Yo creo que Sebastian está más que dispuesto a dar la batalla por ese témpano de hielo, ahora que si este se derrite o no.... jajaja ;)
EliminarSí, ¿verdad? No se puede ver, pero se percibe, se siente.... Almas conectadas...
Mi beso para ti, Cielo... También Tq....
Me encanta, genial ese impulso!!! A las chicas nos gusta esa clase de impulsos, esos arrebatos, sobresaltos... jejejeeje.
ResponderEliminarLa canción me encanta, también.
Mil besitos y buen fin de semana, Ivel