Muchos esperan a que llegue algo así a su vida, y él es esa mezcla tan perfecta que casi es irreal, y es en esa perfección hecha de imperfecciones donde me encuentro. Es esa parte de mí que perdí hace tiempo, de esos fragmentos de almas que se pierden con tantos errores cometidos....
Si me preguntaran qué me gustó de él no sabría responder, tal vez diría alguna tontería como: "Cualquiera terminaría simpatizando con él, pero no cualquiera simpatizaría conmigo y él ha sabido llevarme con paciencia..."...
-Necesito recuperarlo...
Maura tenía a alguna amiga en el apartamento. Las oí hablar en la cocina al llegar de mis clases en la academia; por lo poco que logré oír de camino a mi dormitorio, la amiga de mi tía le fue infiel a su marido con el hermano de éste...
No juzgo a nadie, cada quien hace de su vida lo que le plazca.
Maura me llamó desde la cocina, dejé mi bolso en el piso de mi habitación y fui a ver qué se le ofrecía.
Entré en silencio, vi a la mujer que la acompañaba. ¡Vaya que era guapa! Supe enseguida de quién se trataba porque Maura me mostró una fotografía de las dos en una playa en Grecia, y además me ha hablado mucho de ella.
Amanda Carlysle, una artista a la que le tengo mucho respeto, su trabajo es maravilloso lleno de tantos matices, tanta profundidad.
-Amanda, esta es mi sobrina.-dijo Maura.
-La famosa Luna ¡eh!-dijo la mujer en perfecto español.
-Famosa en mi casa.-Ambas rieron, yo mantuve mi postura serena, apenas sonreí.-Es un placer conocerla, Amanda. Admiro su trabajo, lo que me lleva a preguntarle ¿cómo una mujer que engaña a su marido con el hermano, logra crear obras de arte tan emotivas? Es espléndido.
A Maura se le cayó la cara a los pies.
Hice la pregunta, no por maldad, sino porque me resultaba interesante el cómo algo tan profundo salía de alguien tan frívola.
-Tu sobrina es una insolente, Maura.
Amanda salió de la cocina, mi tía me fulminó con la mirada y fue tras ella a ver si podía arreglar algo, seguro.
Escuché la puerta cerrarse.
-¿Por qué hiciste eso? ¿Qué te pasa?-preguntó Maura al regresar.
-Curiosidad, quería saber. Sólo eso.-le respondí, restándole importancia.
Me senté a la mesa, ella me imitó.
-A veces no te mides, cariño.
-Me disculparé con ella por mi "insolencia", si quieres.
Maura suspiró.
-Lo está llevando mal.-alegó, me levanté y fui a por un vaso de zumo de naranja.-Ella y Sebastian....
Casi escupo el primer trago que bebí.
El hombre al que Andrea me pidió darle la invitación para el bautizo de su hijo, el fotógrafo.... ¿Cuáles eran las posibilidades?
De Amanda sólo conocía su trabajo no su vida personal, es aquí donde me vengo enterando que se lió con el hermano de su marido. Así que si se trataba del mismo hombre no lo sabría hasta verle.
-...y arreglé tu ropa en el armario.-finalizó mi tía.
No sé en qué momento saltó de la parejita a mi clóset, cuando algo no me interesa me pierdo en mis pensamientos. Si ella se dio cuenta o no, no lo sé.
-Gracias por tu ayuda, Maura.-le dije, ella me guiñó un ojo.
Anunció que debía irse, tenía que prepararse para la inauguración de su galería; preguntó-por décima vez, porque la llamada de hace unos minutos no le bastó-si me vería allí. Le prometí que iría, que no faltaría a su gran noche.
Hizo un comentario sobre mi corte de pelo, y se marchó.
En cuanto me vi sola encendí el reproductor de música y dejé que la canción sonara, el silencio me ponía nerviosa en ocasiones, Highway to Hell de AC/DC se apoderó de mi apartamento. Y bailoteando me metí a la ducha, encendí la regadera y dejé que el agua fría cayera sobre mi cuerpo desnudo; recordar el rostro de Maura cuando le he formulado la pregunta a Amanda me hizo reír, tendré que disculparme con la blonda cuando le vea esta noche, pensé.
Me recargué en la pared pensando en las razones qué me trajeron a Madrid, mi madre quería alejarme de Caracas por un tiempo, aunque la idea fuese de ambas. Mi madre y Maura, hermana menor de mi padre....
Sacudí la cabeza y me concentré en la música que venía del salón.
Amanda se puso muy seria cuando me acerqué a saludar a mis tíos, mi querida tía me hizo un gesto con la cabeza y entendí que debía hablar ahora o callar para siempre.
-Quería disculparme por mi mala actitud de la tarde, no quise sonar grosera.-dije, y por lo visto fue muy convincente.
Amanda asintió y me tendió la mano, la cogí y luego me aparté de ellos; complací a Maura intentando distraerme. Sé que puso una pintura mía en exhibición, a pesar de que le dije una y otra vez que no lo hiciera... Padre solía decir que yo había heredado el carácter de su hermana pequeña, y no lo contradigo, el tiempo que he pasado junto a ella he notado ese parecido.
La gente que mi tía había invitado no dejaba de maravillarse con las obras de Amanda, a mi también me gustaban, es que eran hermosas. Tenía un toque tan sensible, transmitía tanto en un sólo cuadro.
Uno de los hombres que mi tía contrató para que sirvieran las bebidas me abordó, cogí una copa y le dije que tenía novio, señalé al primero que vi.
Sebastian entraba justo en ese instante, él no me vio pero yo sí a él. El chico no ocultó su decepción y fue a servirle a otros invitados.
Sebastian, sí es el marido-o ex, ya no sé- de Amanda....
Su pelo negro tan bien peinado, y ese traje que le iba a la perfección...
¡Luna fija la mirada en otra parte!
Me giré para disfrutar de las pinturas, y a medida que caminaba, me fui acercando a mi pintura.... Si Maura no fuese mi tía, la mataría por hacer esto, debí esconderla o dejarla en casa donde no pudiera verla.
De vez en cuando se me acercaba algún hombre para hacerme conversación o invitarme a tomar algo al terminar la exhibición, educadamente les dije que no estaba interesada. No me apetecía salir con nadie, tenía asuntos no resueltos conmigo misma como para llegar y meter a alguien a mi caótica vida; ni siquiera una salida por cortesía, o para hacer amistad. No me apetecía.
Concentré mi atención en mi pintura, pero el hecho de mirarla no me distrajo del todo y pude ver de reojo como Sebastian venía hacia mí.
Me susurró al oído un comentario, ahogué una sonrisa y di gracias a Dios por que a Maura se le ocurriera no poner una placa con mi nombre debajo del cuadro.
-Es preciosa.-dije, di la vuelta para verle. Sus ojos azules brillaban de un modo muy peculiar.-¿Eres acosador además de fotógrafo?
-No, esto es una mera coincidencia.-Una sonrisa acompañó su respuesta.
Yo no creía en esas cosas, y por mero descaro me acerqué a él y se lo susurré al oído.
Luego hice la señal de costumbre para que se callara "mi secreto".
Maura nos abordó y me divertí mucho con la reacción de Sebastian cuando supo que mi acento era falso, intenté parecer distraída mientras mi tía le explicaba mi situación, luego se disculpó por la presencia de Amanda a lo que Sebastian no le dio mucha importancia.
Mi tía nos dejó para atender a su gente, y él aprovechó para hacer algún que otro comentario sobre la llamada que respondí cuando lo vi en la tarde para entregarle la tarjeta que Andrea le había enviado para la hermana de él.
-Usted es muy valiente para venir a darle la cara a su ex mujer, no....-dije, pero luego me corregí.-Ella es la valiente de hecho, usted fue el vilmente engañado. Siento que haya tenido que pasar por una situación como ésa.
-Sabes algunas cosas que no ventilaría en la primera cita.
Me incomodó que dijera eso, sé que fue una broma pero de igual forma me puso un poco tensa así que decidí que ya era hora de marcharme.
-Oí a mi tía hablando con "esa mujer". Y si me disculpa, debo irme, ha sido un gusto conocerle.
Le di un abrazo y un beso a mi tía, le dije que no me sentía muy bien que hablaríamos en la mañana. Quiso saber qué pasaba pero yo ya había empezado mi andanza hacia la salida.
Comenzaba a llover, y antes de siquiera doblar la esquina sentí que me cogían de la muñeca haciendo que diera la vuelta, no de una forma violenta, fue algo muy suave. Era él preguntando si había dicho algo malo...
La cuestión es que para mí todo estaba mal, desde el venir a otro país-me vi forzada-hasta el hecho de coquetear con él.
Me liberó, y de un momento a otro me tomó de la barbilla, sentí la calidez de sus labios sobre los míos. Mi reacción inmediata fue el empujarle, pero me vi presa de él nuevamente y en ese minuto todo intento de apartarlo se me fue de las manos; le correspondí y no había duda de que era yo la que estaba convirtiendo aquél beso en algo más. Busqué su lengua y la rocé con la mía, él se tornó un poco tímido, creo que sorprendido por lo que hice, pero pronto pasó y me apretó a él, sentir sus manos en mi espalda me dio una sensación de calma, de seguridad, de alivio, de reencuentro....
Lo empujé.
-Me has seguido el beso.-sonrió, complacido.
Yo también sentí ganas de hacerlo....
-Un error de mi parte, por supuesto.-argumenté, y girándome me fui dejándolo en medio de aquella tempestad.
Subí en el primer taxi que encontré.
Apagué el móvil y esperé hasta llegar a casa, el hombre no me hizo conversación, supongo que notó mi estado de ánimo tan poco "animado".
Sebastian no debió hacer eso, y yo no debí hablar con él. En cuanto se me acercó en la galería debí irme, evadirlo como había hecho con los otros... Aunque había una gran diferencia entre él y "los otros"... Una diferencia abismal...
Él era mí Bastian....
A mí que no me gusta el término "Amor a Primera Vista", aunque si lo pensamos bien: el primer beso lo damos con la mirada... Y yo caí en la suya, más que comprobado me quedó que yo también le había gustado. ¿Acaso no debería estar lloriqueando la traición de su mujer y su hermano? Uno no se recupera de algo así tan pronto, y yo tengo mis propios problemas. Problemas que no tenía intención de ventilarle, así que debo evitar ir a los lugares donde pueda encontrarme con él y sobre todo rogarle a Maura para que no hiciera las veces de cupido entrometido.
Saqué las llaves de mi cartera, entré directo a hacer sonar alguna canción del reproductor de música, presioné uno de los botones, que eligiera el aparato.
Me quité la ropa allí mismo en el salón y me encaminé hacia el cuarto de baño. Hice los preparativos para darme un relajante baño de espumas, coloqué algunas velas aromáticas, apagué la luz y dejé que la canción que sonaba desde el salón invadiera mis sentidos.
Sus labios.... Sus manos... Su lengua....
¡No!
No era justo para ninguno de los dos, él está saliendo de un matrimonio, su mujer quiere recuperarlo, la escuché decírselo a mi tía.
Y yo... Cometí un error irreversible hace un año atrás, error que me costó mi relación con mi madre y otras personas de mi entorno....
Las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas sin que yo pudiera hacer nada, es que sólo quería llorar, estaba destrozada.
Por más que mi madre se preocupe por mí tanto como para enviarme aquí, sé que me culpa, y que la verdadera razón para sacarme del país y enviarme al otro lado del mundo es el no querer verme porque le recuerdo....todo....
Desperté, caminé hacia la ventana y vi que habían nubes grises en el cielo; volví a la cama intentando recordar el sueño que tuve, la pintura....
Cogí el móvil, lo encendí. Tenía unos veinticinco mensajes de Maura, ¡esta mujer!
Salí a las ocho treinta de la mañana directo a su revista, todos los mensajes decían que quería hablar conmigo urgente. Si no vino a primera hora y derribó la puerta es porque se le presentó algo, estoy segura.
La gente caminaba por la calle muy abrigada, me encanta este clima.
Entré al elevador nada más llegar al edificio de Vesta Fashion-o V Fashion-, revista de moda y variedades de Maura. Lo digo, ¡ésa mujer hace de todo! No se está quieta ni por un minuto; caminé por el pasillo al llegar a mi piso/destino. Una mujer pelirroja salía de una de las oficinas de aquel lugar.
-Buen día....
-¿Luna?
Yo me incliné un poco a la derecha. La mujer, al ver lo que hice, se quitó del todo. Pero a mí ya no me hacía falta, mi nombre en su voz ya había removido ciertos recuerdos, y me había erizado la piel nada más oírle.
Sebastian, con cámara en mano y vestido de traje, salía de otro de los ascensores.
Di media vuelta, escuché sus pasos y a él llamarme de nuevo; me detuve y me giré.
-¿Tu sueño es ir a prisión, Bastian?-pregunté.
Él sonrió entendiendo el por qué lo decía.
-No soy acosador de tiempo completo si es lo que estás pensando, pero por ti lo sería.-Enarqué una ceja.-Trabajo aquí, de hecho esto lo iniciamos tus tíos y yo, pero yo sólo me dedico a la....
-No me interesa.-le corté.
Sonrió hasta la mirada.
-¿Quieres que me disculpe por lo de anoche?-inquirió, dando un paso al frente. Yo di uno atrás.-Lo lamento, pero no lo lamento. De hecho lo volvería hacer, besaría esa boca las veces que hicieran falta....
-Necesito recuperarlo...
Maura tenía a alguna amiga en el apartamento. Las oí hablar en la cocina al llegar de mis clases en la academia; por lo poco que logré oír de camino a mi dormitorio, la amiga de mi tía le fue infiel a su marido con el hermano de éste...
No juzgo a nadie, cada quien hace de su vida lo que le plazca.
Maura me llamó desde la cocina, dejé mi bolso en el piso de mi habitación y fui a ver qué se le ofrecía.
Entré en silencio, vi a la mujer que la acompañaba. ¡Vaya que era guapa! Supe enseguida de quién se trataba porque Maura me mostró una fotografía de las dos en una playa en Grecia, y además me ha hablado mucho de ella.
Amanda Carlysle, una artista a la que le tengo mucho respeto, su trabajo es maravilloso lleno de tantos matices, tanta profundidad.
-Amanda, esta es mi sobrina.-dijo Maura.
-La famosa Luna ¡eh!-dijo la mujer en perfecto español.
-Famosa en mi casa.-Ambas rieron, yo mantuve mi postura serena, apenas sonreí.-Es un placer conocerla, Amanda. Admiro su trabajo, lo que me lleva a preguntarle ¿cómo una mujer que engaña a su marido con el hermano, logra crear obras de arte tan emotivas? Es espléndido.
A Maura se le cayó la cara a los pies.
Hice la pregunta, no por maldad, sino porque me resultaba interesante el cómo algo tan profundo salía de alguien tan frívola.
-Tu sobrina es una insolente, Maura.
Amanda salió de la cocina, mi tía me fulminó con la mirada y fue tras ella a ver si podía arreglar algo, seguro.
Escuché la puerta cerrarse.
-¿Por qué hiciste eso? ¿Qué te pasa?-preguntó Maura al regresar.
-Curiosidad, quería saber. Sólo eso.-le respondí, restándole importancia.
Me senté a la mesa, ella me imitó.
-A veces no te mides, cariño.
-Me disculparé con ella por mi "insolencia", si quieres.
Maura suspiró.
-Lo está llevando mal.-alegó, me levanté y fui a por un vaso de zumo de naranja.-Ella y Sebastian....
Casi escupo el primer trago que bebí.
El hombre al que Andrea me pidió darle la invitación para el bautizo de su hijo, el fotógrafo.... ¿Cuáles eran las posibilidades?
De Amanda sólo conocía su trabajo no su vida personal, es aquí donde me vengo enterando que se lió con el hermano de su marido. Así que si se trataba del mismo hombre no lo sabría hasta verle.
-...y arreglé tu ropa en el armario.-finalizó mi tía.
No sé en qué momento saltó de la parejita a mi clóset, cuando algo no me interesa me pierdo en mis pensamientos. Si ella se dio cuenta o no, no lo sé.
-Gracias por tu ayuda, Maura.-le dije, ella me guiñó un ojo.
Anunció que debía irse, tenía que prepararse para la inauguración de su galería; preguntó-por décima vez, porque la llamada de hace unos minutos no le bastó-si me vería allí. Le prometí que iría, que no faltaría a su gran noche.
Hizo un comentario sobre mi corte de pelo, y se marchó.
En cuanto me vi sola encendí el reproductor de música y dejé que la canción sonara, el silencio me ponía nerviosa en ocasiones, Highway to Hell de AC/DC se apoderó de mi apartamento. Y bailoteando me metí a la ducha, encendí la regadera y dejé que el agua fría cayera sobre mi cuerpo desnudo; recordar el rostro de Maura cuando le he formulado la pregunta a Amanda me hizo reír, tendré que disculparme con la blonda cuando le vea esta noche, pensé.
Me recargué en la pared pensando en las razones qué me trajeron a Madrid, mi madre quería alejarme de Caracas por un tiempo, aunque la idea fuese de ambas. Mi madre y Maura, hermana menor de mi padre....
Sacudí la cabeza y me concentré en la música que venía del salón.
Amanda se puso muy seria cuando me acerqué a saludar a mis tíos, mi querida tía me hizo un gesto con la cabeza y entendí que debía hablar ahora o callar para siempre.
-Quería disculparme por mi mala actitud de la tarde, no quise sonar grosera.-dije, y por lo visto fue muy convincente.
Amanda asintió y me tendió la mano, la cogí y luego me aparté de ellos; complací a Maura intentando distraerme. Sé que puso una pintura mía en exhibición, a pesar de que le dije una y otra vez que no lo hiciera... Padre solía decir que yo había heredado el carácter de su hermana pequeña, y no lo contradigo, el tiempo que he pasado junto a ella he notado ese parecido.
La gente que mi tía había invitado no dejaba de maravillarse con las obras de Amanda, a mi también me gustaban, es que eran hermosas. Tenía un toque tan sensible, transmitía tanto en un sólo cuadro.
Uno de los hombres que mi tía contrató para que sirvieran las bebidas me abordó, cogí una copa y le dije que tenía novio, señalé al primero que vi.
Sebastian entraba justo en ese instante, él no me vio pero yo sí a él. El chico no ocultó su decepción y fue a servirle a otros invitados.
Sebastian, sí es el marido-o ex, ya no sé- de Amanda....
Su pelo negro tan bien peinado, y ese traje que le iba a la perfección...
¡Luna fija la mirada en otra parte!
Me giré para disfrutar de las pinturas, y a medida que caminaba, me fui acercando a mi pintura.... Si Maura no fuese mi tía, la mataría por hacer esto, debí esconderla o dejarla en casa donde no pudiera verla.
De vez en cuando se me acercaba algún hombre para hacerme conversación o invitarme a tomar algo al terminar la exhibición, educadamente les dije que no estaba interesada. No me apetecía salir con nadie, tenía asuntos no resueltos conmigo misma como para llegar y meter a alguien a mi caótica vida; ni siquiera una salida por cortesía, o para hacer amistad. No me apetecía.
Concentré mi atención en mi pintura, pero el hecho de mirarla no me distrajo del todo y pude ver de reojo como Sebastian venía hacia mí.
Me susurró al oído un comentario, ahogué una sonrisa y di gracias a Dios por que a Maura se le ocurriera no poner una placa con mi nombre debajo del cuadro.
-Es preciosa.-dije, di la vuelta para verle. Sus ojos azules brillaban de un modo muy peculiar.-¿Eres acosador además de fotógrafo?
-No, esto es una mera coincidencia.-Una sonrisa acompañó su respuesta.
Yo no creía en esas cosas, y por mero descaro me acerqué a él y se lo susurré al oído.
Luego hice la señal de costumbre para que se callara "mi secreto".
Maura nos abordó y me divertí mucho con la reacción de Sebastian cuando supo que mi acento era falso, intenté parecer distraída mientras mi tía le explicaba mi situación, luego se disculpó por la presencia de Amanda a lo que Sebastian no le dio mucha importancia.
Mi tía nos dejó para atender a su gente, y él aprovechó para hacer algún que otro comentario sobre la llamada que respondí cuando lo vi en la tarde para entregarle la tarjeta que Andrea le había enviado para la hermana de él.
-Usted es muy valiente para venir a darle la cara a su ex mujer, no....-dije, pero luego me corregí.-Ella es la valiente de hecho, usted fue el vilmente engañado. Siento que haya tenido que pasar por una situación como ésa.
-Sabes algunas cosas que no ventilaría en la primera cita.
Me incomodó que dijera eso, sé que fue una broma pero de igual forma me puso un poco tensa así que decidí que ya era hora de marcharme.
-Oí a mi tía hablando con "esa mujer". Y si me disculpa, debo irme, ha sido un gusto conocerle.
Le di un abrazo y un beso a mi tía, le dije que no me sentía muy bien que hablaríamos en la mañana. Quiso saber qué pasaba pero yo ya había empezado mi andanza hacia la salida.
Comenzaba a llover, y antes de siquiera doblar la esquina sentí que me cogían de la muñeca haciendo que diera la vuelta, no de una forma violenta, fue algo muy suave. Era él preguntando si había dicho algo malo...
La cuestión es que para mí todo estaba mal, desde el venir a otro país-me vi forzada-hasta el hecho de coquetear con él.
Me liberó, y de un momento a otro me tomó de la barbilla, sentí la calidez de sus labios sobre los míos. Mi reacción inmediata fue el empujarle, pero me vi presa de él nuevamente y en ese minuto todo intento de apartarlo se me fue de las manos; le correspondí y no había duda de que era yo la que estaba convirtiendo aquél beso en algo más. Busqué su lengua y la rocé con la mía, él se tornó un poco tímido, creo que sorprendido por lo que hice, pero pronto pasó y me apretó a él, sentir sus manos en mi espalda me dio una sensación de calma, de seguridad, de alivio, de reencuentro....
Lo empujé.
-Me has seguido el beso.-sonrió, complacido.
Yo también sentí ganas de hacerlo....
-Un error de mi parte, por supuesto.-argumenté, y girándome me fui dejándolo en medio de aquella tempestad.
Subí en el primer taxi que encontré.
Apagué el móvil y esperé hasta llegar a casa, el hombre no me hizo conversación, supongo que notó mi estado de ánimo tan poco "animado".
Sebastian no debió hacer eso, y yo no debí hablar con él. En cuanto se me acercó en la galería debí irme, evadirlo como había hecho con los otros... Aunque había una gran diferencia entre él y "los otros"... Una diferencia abismal...
Él era mí Bastian....
A mí que no me gusta el término "Amor a Primera Vista", aunque si lo pensamos bien: el primer beso lo damos con la mirada... Y yo caí en la suya, más que comprobado me quedó que yo también le había gustado. ¿Acaso no debería estar lloriqueando la traición de su mujer y su hermano? Uno no se recupera de algo así tan pronto, y yo tengo mis propios problemas. Problemas que no tenía intención de ventilarle, así que debo evitar ir a los lugares donde pueda encontrarme con él y sobre todo rogarle a Maura para que no hiciera las veces de cupido entrometido.
Saqué las llaves de mi cartera, entré directo a hacer sonar alguna canción del reproductor de música, presioné uno de los botones, que eligiera el aparato.
Me quité la ropa allí mismo en el salón y me encaminé hacia el cuarto de baño. Hice los preparativos para darme un relajante baño de espumas, coloqué algunas velas aromáticas, apagué la luz y dejé que la canción que sonaba desde el salón invadiera mis sentidos.
Sus labios.... Sus manos... Su lengua....
¡No!
No era justo para ninguno de los dos, él está saliendo de un matrimonio, su mujer quiere recuperarlo, la escuché decírselo a mi tía.
Y yo... Cometí un error irreversible hace un año atrás, error que me costó mi relación con mi madre y otras personas de mi entorno....
Las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas sin que yo pudiera hacer nada, es que sólo quería llorar, estaba destrozada.
Por más que mi madre se preocupe por mí tanto como para enviarme aquí, sé que me culpa, y que la verdadera razón para sacarme del país y enviarme al otro lado del mundo es el no querer verme porque le recuerdo....todo....
Desperté, caminé hacia la ventana y vi que habían nubes grises en el cielo; volví a la cama intentando recordar el sueño que tuve, la pintura....
Cogí el móvil, lo encendí. Tenía unos veinticinco mensajes de Maura, ¡esta mujer!
Salí a las ocho treinta de la mañana directo a su revista, todos los mensajes decían que quería hablar conmigo urgente. Si no vino a primera hora y derribó la puerta es porque se le presentó algo, estoy segura.
La gente caminaba por la calle muy abrigada, me encanta este clima.
Entré al elevador nada más llegar al edificio de Vesta Fashion-o V Fashion-, revista de moda y variedades de Maura. Lo digo, ¡ésa mujer hace de todo! No se está quieta ni por un minuto; caminé por el pasillo al llegar a mi piso/destino. Una mujer pelirroja salía de una de las oficinas de aquel lugar.
-Buen día....
-¿Luna?
Yo me incliné un poco a la derecha. La mujer, al ver lo que hice, se quitó del todo. Pero a mí ya no me hacía falta, mi nombre en su voz ya había removido ciertos recuerdos, y me había erizado la piel nada más oírle.
Sebastian, con cámara en mano y vestido de traje, salía de otro de los ascensores.
Di media vuelta, escuché sus pasos y a él llamarme de nuevo; me detuve y me giré.
-¿Tu sueño es ir a prisión, Bastian?-pregunté.
Él sonrió entendiendo el por qué lo decía.
-No soy acosador de tiempo completo si es lo que estás pensando, pero por ti lo sería.-Enarqué una ceja.-Trabajo aquí, de hecho esto lo iniciamos tus tíos y yo, pero yo sólo me dedico a la....
-No me interesa.-le corté.
Sonrió hasta la mirada.
-¿Quieres que me disculpe por lo de anoche?-inquirió, dando un paso al frente. Yo di uno atrás.-Lo lamento, pero no lo lamento. De hecho lo volvería hacer, besaría esa boca las veces que hicieran falta....
Ayyyy niña!!!! ....y ahora??? ...que es que estoy en un momento de mi vida que necesito de este romance ...jajajajaja! ...no me hagas agonizar esperando el próximo encuentro!!!
ResponderEliminarHas entendido que me encantó, no??? ...y espero ...te espero, lo que haga falta, no importa, porque lo bueno vale la pena esperarlo!
Mil besos y más!
Jajajaja Tan bella :3
EliminarPublicaré la próxima parte en cuanto pueda, de todas formas sabes que te aviso, guapa ;)
Besos!!!!! :******
He tenido que ponerme al día, porque esto de estar tanto tiempo sumergida en libros de texto me dejan sin vida social y sin vida bloggera... Y he de decirte, que como solo tú sabes, creando un ambiente tan complicado y al mismo tiempo tan perfecto, me has hecho enamorarme de los personajes... Me identifico tanto con Luna... porque tiene muchas cosas de ti y ya sabes que nosotras, en los más y en los menos, nos parecemos ;)
ResponderEliminarAhora ya me tienes aquí para rato.
Te quiero cielo...
Qué soy su reflejo y usted el mío ;)
EliminarMe place que estés de regreso....
Te quiero, Vida....
Nada, aquí me tienes totalmente enganchada. Encantada de que la canción que puse en mi blog te diera la inspiración.
ResponderEliminarEstoy leyendo de un tirón, uffff lo que me he perdido por estar más liada de la cuenta.
Mil besitos, Ivel.