Falsa(s) Señal(es)

Madrid, España

Amanda

    Azana me presentó a su marido, su nombre me hizo recordar a mi padrastro: Gaspard Argent. El apellido de éste Gaspard era LeMarchal, era el apellido que usaba cuando visitaba éste mundo; era alto, fornido, muy atractivo. Tenía el pelo ondulado y castaño, corto. Azana le sonrió, pero noté cierto distanciamiento entre ellos, no sé por qué me dio la impresión que su matrimonio era más un arreglo que otra cosa. Gaspard la trataba de usted por momentos, y llegó a llamarla "Su Eminencia" o "Excelencia". Fue raro.
    De camino al chalet de Viktor, Azana me comentó que había recordado el año exacto en que nació Amara: 1627. Y que en Diciembre de 2014 fue cuando Amara se reencontró con Ivel, quien andaba investigando algunos asesinatos cometidos en calidad de sacrificios. 
   Azana empezó a narrar: 

    Mikhael es rey desde 1914.

   Después de discutirlo con su padre él decidió enviar elohims aquí a la tierra, no para crear un enfrentamiento con Luzbel, éste es su reino después de todo, y Mikhael lo respeta así como respeta el camino que ha tomado la humanidad, pero no por eso los iba a dejar del todo desprotegidos. Aquí hay almas buenas todavía que él deseaba cuidar. 

   Mi hermana y yo no le tenemos buena estima a los humanos, nuestra madre murió a manos de ellos siglos atrás, eso es otra historia-agregó, visiblemente dolida-. Pero Mikhael es nuestro rey, y nuestro tío, y haríamos por él lo que sea como él haría lo que fuera por nosotros. Así que siguiendo sus órdenes Ivel vino a averiguar qué pasaba, sabemos que los humanos se matan entre ellos pero las almas buenas estaban siendo masacradas y él no podía permitirlo. Además, los movimientos de Luzbel eran cada vez menos predecibles, y ya no se podía distinguir entre sus súbditos directos, esos que tenían contacto con él para así detenerlos. Todo se ha vuelto un punto ciego para nosotros y no tenemos idea de cómo lo ha logrado. Pero poco a poco hemos dado con algunas familias adoradoras de Luzbel, no tenemos permiso de atacarlas, lamentablemente. 

   Ivel vino a la Providencia de los Cielos, el Reino de los Reinos, y nos informó que estaban fuera de control. Mikhael le dijo: "Protege a quien puedas proteger, pero evita enfrentarte a los hijos de Luzbel, no quiero perderte". Y así lo ha hecho, pero ahora está debatiéndose. No ha querido hablar conmigo, sin embargo sé que se siente devastada por lo que Luzbel ha hecho de ella. Si tan sólo hubiese dado pelea personalmente y no haber dejado todo en manos de sus facciones aquella vez, cuando Amara era una bebé, piensa que esto no hubiese pasado, y que Amara sería una buena persona y no la bestia sanguinaria que es.
  Pensar que en un principio Ivel no quería que la niña viviera, era vista como una abominación hasta por su padre.

-Creí que habías dicho que ella y sus facciones lo habían enfrentado-dije, lanzándole una mirada a Vit quien tenía mi móvil y unos audífonos puestos escuchando música.

-Lo enfrentaron, pero ella no lo hizo personalmente. Yo no lo permití-respondió Azana, compartiendo una mirada con su marido-. Ivel no puede pelear, no podemos dejar que lo haga.

   Detuve el coche, habíamos llegado al chalet.
   Me volví en el asiento.

-¿Por qué?

-¿Quién vive aquí?-preguntó Gaspard, evadiendo la pregunta.

-Mi ex suegro, ¿por qué?-Ambos volvieron a mirarse el uno a la otra.

-Hay olor a muerte aquí-respondió Azana, arrugando la nariz-. La verdad es que Assiah entera huele a sangre, a muerte. Anoche cuando mi marido y yo llegamos aquí a España vimos almas en pena caminando por las calles vacías, una clara señal de que habrá una masacre aquí.

-Sacrificio ritual, mucha gente va a morir-añadió Gaspard.

    No me sorprendía, me temía algo así después de lo que pasó en Nueva York. Debo sacar a Vit de aquí, y avisarle a Maura y a Enrique.
    
-Esperen unos minutos acá, tengo que llevar a la nena a despedirse de su abuelo.

-De acuerdo.

    Bajé del coche, lo rodeé para abrir la puerta de Vit. Y entramos.
    Pensaba en si debía avisar a la gente de alguna forma, no estoy segura de que exista alguien que me crea. 
    Lucrecia debe estar detrás de ese sacrificio ritual.
    Vit no se soltó de mi mano para correr al encuentro de su abuelo en el estudio de éste. En lugar de eso se mostró un poco tímida, y apretó más mi mano; Viktor estaba sentado en un sillón cerca de la ventana, se veía desgastado. Vit me observó buscando alguna indicación, le guiñé un ojo y ella fue a darle un abrazo. Viktor me saludó e invitó a sentarme en el sillón que tenía a su lado.
   Le pedí a la mucama que entró con las píldoras para el dolor de Viktor, que se llevara a Vit un momento. Necesitaba hablar con su abuelo, la chica asintió y la nena salió con ella.
     
-¿Cómo te has sentido?-le pregunté, Viktor me miró y luego empezó a vaciarse el frasco en la palma de la mano.

-Esta es una maldita tortura, Amy.-Me alegro, pensé-. Y recibí la mala noticia de que un laboratorio de nuestra empresa fue destruido, mucha gente murió. Muchos adelantos se perdieron, y todo por culpa de Luna Giraldo, porque fue ella al querer escapar de allí.-Fue Sahar, aún no sabe que son dos personas-. Y ahora la muy zorra se regodea con el segundo al mando de SaharGlobal-se quejó. Y tuve que usar toda la paciencia que me quedaba para no matarle por lo que dijo de mi hermana.

-Lamento todo el trabajo que has perdido.-Cogí mi móvil y le envié un texto a Declan avisándole que iría a Nueva York, que me esperara allá-. ¿Has visto las noticias? Hubo un atentado en Nueva York, en el Waldorf Astoria, y mi padre estaba allí.

-Eso sí que es lamentable-dijo, tragándose sus píldoras en seco. La importancia que le dio a la noticia fue una mierda. Nada, ni le inmutó que su jefe estuviera en peligro de muerte, eso confirma que Matty planeó todo-. Sé que lo has pensado, lo que te dije de tomar el control de ésta situación, y dijiste que preferías esperar un poco. Pero eres....

-No lo haré, tengo muchas cosas en la cabeza ahora como para meterme en este juego sucio vuestro. Me iré a Nueva York, traje a Vit para que se despidiera de ti porque me la voy a llevar-dije, poniéndome en pie.

    Viktor se tambaleó al imitarme, no intenté ayudarlo.

-¿Llevártela? No puedes, tendría que darte mi consentimiento, y por mucha confianza que te tenga, no te lo daré. No la alejarás de mí.

-Ya que soy su tutora legal no necesito de ti, Viktor.-Me encaminé a la puerta seguida por él, salí y Viktor continuaba detrás de mí. Me volví-. No es mi intención entrar en una relación de enemistad contigo, si quieres puedes reunirte con nosotras luego, y cenar con mi familia.

     Sentí la manita de Vit cogiendo la mía.

-Me voy con la tita, abuelo, me voy Norteamerica, ¿verdad tita?-dijo Vit muy feliz.

-Sí, cariño-sonreí, mirando a Viktor.

-Ella es lo único que me queda.-Yo sabía que, para Viktor, Vit era más importante que cualquier otra cosa en este mundo. Pero nunca creí que lo vería rogar, que vería tristeza en su mirada-. Es lo único puro que me queda, Amy. La necesito a mi lado.
 
-Nick la dejó a mi cargo porque no confiaba en ti, y en vista de lo que le hiciste a tu familia-susurré-. Creo que entiendes lo que intento decir. 

    Me marché con la niña, Viktor quedó parado en medio del salón.
    Miré a Vit antes de abrir la puerta del coche para que subiera, me preguntaba por qué Viktor lucía quebrado ante la perspectiva de perder a Vit. Sé que se obsesionó conmigo y eso lo llevó a clonarme, pero nunca intentó hacerle a Vit lo que me hizo a mí.

-La ve como su única esperanza de redención-dijo Azana, interrumpiendo mis pensamientos. Tenía a su marido cogido de la mano y me miraba desde la ventanilla, me sorprendió que dijera eso.

-¿Cómo sabes lo que él piensa?-le pregunté. Vit subió al auto.

-Hay humanos fáciles de leer, y tu ex suegro lo es. Él sabe que está haciendo cosas malas, pero la ambición es más fuerte, eso lo llevó a vender su alma; la niña es su seguro para encontrar el perdón, tu perdón.

    ¿Mi perdón?
    Miré hacia el hogar del ejecutor de mi niñez, y no sentí ni un poco de lástima. Mi perdón no lo tendría nunca, él no tuvo compasión cuando se lanzó una y mil veces sobre mí, cuando me hirió física y psicológicamente, él no sintió compasión cuando nos obligaba a matar.
     Subí al auto y nos puse en marcha. Llamé a Maura, la puse en el altavoz y le dije que me marcharía a Nueva York, le sugerí que sería buena idea si ella y Enrique nos alcanzaban en la mañana. No podía decirle así sin anestesia lo del próximo sacrificio ritual que tomaría lugar en el país; debía informarme primero sobre la fecha exacta y buscar la manera de evacuar a la gente. Esta parte sería difícil, Lucrecia y sus ciervos intentarían impedirlo si se enteraban de mis intenciones.

    Azana me preguntó por qué no aceptaba que ellos nos llevaran orbitando, no me gustaba ese medio de transporte, terminaba mareada. Tenía un avión privado, y llegaríamos en menos de las siete horas usuales que se lleva el viaje.
    Azana y Gaspard se sentaron juntos, seguían tomados de la mano. Ella recargó su cabeza en el hombro de su marido, ahora sí se percibía la complicidad y cercanía entre ellos, se veían bien juntos; al instante pensé en Declan y en lo mucho que le echaba de menos. 
    Abandoné todo sentimiento cuando me dediqué a proteger a Luna, no podía distraerme en tonterías como sentir, no podía permitirme eso. El más mínimo descuido me traería problemas, y me los trajo sí, por algo Matthew dio con el paradero exacto de mi hermana. Para ese momento yo mantenía comunicación con Declan. Fue entonces cuando Matthew descubrió dónde se encontraba Luna, y empezó a amenazar al padre adoptivo de ésta. Hasta matarlo, y casi matar a mi hermana en el proceso.

    Eran las cuatro de la tarde cuando llegamos a Nueva York. Los Carlysle tenían un aeropuerto privado, allí aterrizamos. Una limusina nos esperaba.
    Mientras yo hablaba con Guy, el chófer escuché una pequeña conversación que mantenían los esposos. No hace falta decir lo mucho que llamaron la atención, Guy quedó en shock por lo atractivos que eran ambos. Lo mismo pasó en el aeropuerto en España.

-Estás muy hermosa, Eminencia-dijo Gaspard.

-Deja de decir tonterías.

-¿Decir que te ves hermosa es una tontería, zi'yee?-Esa última palabra llamó mi atención.

   Azana bajó la mirada con una sonrisa en los labios, se había ruborizado.

 -Oigan, enamorados. Estamos listos.

    Primero pararíamos en la clínica donde tenían a Matthew, de allí  iríamos al apartamento donde se encontraba Luna.
    En cuanto Guy aparcó, bajé sola. En la recepción pregunté por el número de la habitación donde tenían recluido a Matthew Carlysle, subí en el ascensor y al salir me encontré frente a frente con Dorian Carlysle, el hijo menor de Matty.

-Querida hermana-saludó. 

    Lo empujé contra la pared, no había nadie más alrededor.

-Fuiste tú.

-Amy, vas a arruinar mi chaqueta de cuero-soltó, intentando zafarse de mi agarre. Lo tenía bien sujeto por las solapas.

-Tú arruinaste muchas vidas hoy, repetiste lo de Boston, maldito imbécil. Una chaqueta no es nada en comparación con los heridos, y las muertes.

    Luchó por liberarse, le lancé un golpe volteándole la cara y haciéndolo caer.

-¡¿Te volviste loca, zorra?!-exclamó-. ¡No tienes derecho a tratarme así!

    Se puso de pie e intentó devolverme lo que le hice, di un paso atrás, le cogí el brazo y lo volví a poner en el suelo. Estaba boca abajo, le puse la rodilla en la espalda y empecé a doblarle el brazo hacia atrás.
    Su perfecto cabello castaño se vio despeinado. Y la sangre que brotaba de su boca manchó el suelo.

-Matthew te ordenó hacer estallar el hotel, ¿con qué finalidad exactamente?-le pregunté.

-¡Suéltame!

-No, ¿con qué finalidad? ¿Es un sacrificio? ¿Son almas para Luzbel?

-¿Cómo....? Mi padre no te ha dicho nada sobre eso, ¿cómo lo...?

-Él vino a mí, Dorian, dijo que se iba. Que el cuerpo humano que había poseído ya no resistía.

-Fue un sacrificio de sangre, sí, para darle entrada a sus huestes se necesitan muertes, grandes muertes.

   Lo liberé y me levanté.
  Dorian se limpió la sangre que le corría desde la boca, sus ojos claros eran consumidos por la ira.

-Sus enemigos están rondando, él sólo quiere tener a sus tropas preparadas por si ellos disparan primero.

-Ellos no van a disparar primero, ustedes sí. Ya lo hicieron, si los enemigos de ese ser están "rondando" es porque buscan salvar las pocas almas buenas que quedan.

    Dorian rió. 

-Muy pocas, sí-se burló-. Están perdiendo el tiempo, mañana podríamos lanzar una nueva religión, única y ellos la aceptarían. Mañana podría mostrarse como el salvador y ellos lo aceptarían, los tenemos, Amy. Ahora, ¿por qué te buscó?

-Para ti y para Matty no debe ser un secreto que soy su familia directa, por eso me buscó.

     Como si no fuesen suficientes los demonios que ya hay en la tierra, nos invaden más.

-Tu hermana está en la ciudad, por lo que he visto. ¡Qué guapa!

-No te le acerques, ni siquiera lo pienses y eso mismo le diré a tu padre ahora mismo.

   Caminé por el pasillo cuando le escuché gritarme que no me tenían miedo, que habían conseguido lo que buscaban. Me giré, y cogí del cuello.

-¿De qué hablas?

-¿Por qué crees que papá estaba en el hotel cuando estalló?-preguntó con una sonrisa divertida en la boca-. La gente adora al Senador Carlysle, en estos momentos están "rezando" por su vida.

-En las noticias dijeron que no fue herido de gravedad.

-Está al borde de la muerte, ya debieron actualizarse. Y milagrosamente se va a salvar, gracias a Luna Giraldo.

-¿Qué?-dije casi sin voz. Di un paso atrás.

-Extrajimos su sangre después del accidente de coche en el que se vio involucrada el año pasado; cuando estuvo en el hospital logramos hacernos con una muestra, y luego otra vez en Madrid cuando cayó por las escaleras en aquel centro comercial. Volvimos a obtener una muestra, y jugamos con algunos humanos, ¿sabías que se necesita estar al borde de la muerte para que vuestra sangre tenga el efecto deseado?

-No es cierto, mientes....

-No, tal vez no sea vida eterna lo que brinde, aún no lo sabemos con certeza. Pero sí hace rejuvenecer un poco, y eso me hace pensar que es posible que aquellos que murieron con vuestra sangre en su sistema aquellos días en que fuisteis conejillos de indias, siguen vivos, resucitaron. Hemos estado buscando.....

   Dejé de oírlo cuando unos gritos llamaron mi atención. Me acerqué a la ventana más próxima, la gente que se hallaba afuera miraba hacia el cielo, los coches se habían parado. Todos miraban el cielo.

-¿Qué demonios...?-susurré.

    En el cielo se veía claramente cómo una cruz negra iba tomando forma, me llevé una mano a la cabeza y me eché hacia atrás.
    Dorian sonrió.

-Esto es cortesía de ustedes.

-Y el show apenas empieza, hermanita. Seremos Dioses.