Madrid, España
Amanda
Como pude llegué hasta el sofá.
La cabeza me daba vueltas, y esos recuerdos que acudieron a mí nada tienen que ver con mi infancia, eran muy recientes y se mezclaban con mi lejano pasado.
Él me pidió ser la mujer que concibiera a su engendro, me lo pidió ayer y después de hacerlo me desmayé tras la bofetada que me propinó. En estos recuerdos me veo semidormida, ruego entre susurros que me deje, que no me toque, y sólo ríe sin hacer caso. No tengo fuerzas para alejarlo....
-Títa.-Me sobresalté al oír la voz de Vit-. ¿No vienes? ¿Te duele la panza?
-No, estoy bien, a la tía le duele un poco la cabeza. Vamos a empacar.
La cogí de la mano y subimos juntas las escaleras. Vit era una niña que estaba próxima a cumplir sus ocho años; su padre, Niklaus Strauss me dejó como su tutora legal porque no confiaba en dejarla con su familia, no quería que Viktor estuviera cerca de ella. Algo sospechaba Nick, y no me atreví a preguntarle, ni a contradecirlo a pesar que no me gustaba la niña. Decidí hacerme cargo de ella sólo por irritar a Viktor, y porque Luna le tomó cariño.
Era rubia como yo, y tenía mis ojos azules, aunque la mezcla con el adn de los Strauss le daba también una cierta similitud con Niklaus. Para su edad era bastante alta, no aparentaba sus siete años y medio, sentí interés por eso. Un clon que no salió mal como sus antecesores que terminaron muriendo siendo sólo un feto, y otros que yo misma destruí en los laboratorios donde eran resguardados. Su rápido crecimiento debía ser un efecto secundario de lo que es, hace tan sólo un mes que sí se veía como una niña de su edad.
La ayudé a guardar sus cosas en una maleta, no llevaríamos tanta ropa, en Nueva York le compraría alguna más.
-Tía, ¿qué está pasando?-preguntó, sentándose a mi vera en la cama.
-¿A qué viene esa pregunta?
Ella se miró los pies que le colgaban de la cama, y empezó a moverlos. Sé que Vit intuye las cosas, nada le pasa inadvertido. Cuando crees que está distraída jugando con algo no es así, está prestando atención a todo lo que pasa a su alrededor, es muy observadora; me miré la mano con que le disparé hace un mes, y luego la observé a ella. No ha hablado sobre eso, no ha hecho ninguna pregunta, pero en el hospital donde estuvo ingresada sí recordó algo que yo le dije, a modo de juego, cuando tenía dos años: Tú eres yo, y yo soy tú. Nunca le he hablado de lo que ella es, y aún cuando intuye que somos como una misma nunca se lo ha mencionado a su abuelo, como si tuviera presente lo que él me hizo y quisiera proteger mi verdadera identidad.
¿Me odias porque te recuerdo lo débil que fuiste, tía Amanda? me preguntó esa vez en el hospital cuando Luna nos dejó a solas. No me sorprendió su pregunta, me tenía sin cuidado cómo estaba tan segura de quién era yo; no tenía idea de que era un clon, de eso estoy segura yo. Pero sí sabe que hay algo que nos une.
-Es que papá murió, los tíos Sebastian y Paloma, y la abuela. Y el abuelo ha dicho que fue culpa de un hombre muy malo, que él me los quitó.
-¿Cuando has hablado con Viktor?-inquirí, tenía estrictamente prohibido que quedara a solas con él, bien que se lo dije a Maura.
-Ayer cuando ha salido del hospital fue a casa de la tita Maura, y me llevo chuches.
-¿Dónde estaba la tita Maura?
-En la cocina....
-Maldita sea.
-¿No es malo maldecir?
-Tú no lo hagas, niña. Yo soy mayor y puedo hacerlo-dije, salió algo brusco pero poco puedo controlar mi genio con la niña tan cerca-. Te voy a decir algo y necesito que lo guardes en secreto.
Vit se llevó el dedo índice a los labios. Shhhhh.
Sonreí al oírla hacer ese sonido, fue adorable. No puedo creer que me halla sacado una sonrisa sincera.
-¿Recuerdas cuando tu abuelo hizo aquella rueda de prensa y habló de lo ocurrido con tu padre, tus tíos, y tu abuela?-Vit asintió-. Tu abuelo mintió, el hombre al que culpa de la muerte de tus familiares es inocente, en parte. Tu padre sí fue asesinado por órdenes de ese hombre, pero tus tíos y tu abuela fueron atacados por tu abuelo.
Vit se asombró, y su piel adquirió un tono pálido. Luna se enfadará cuando se entere de que le he contado esto a la niña, pero es necesario, ella debe saber. Por años mantuve a Luna en la ignorancia y llegamos a una situación que casi se nos sale de control. Es mejor ir de a poco con Vit.
-¿Por qué?-dijo la niña en un hilo de voz-. ¿Por qué el abuelo haría eso?
-Los adultos a veces hacen cosas malas que ayudan a su propios intereses, lamentablemente es así-expliqué, sosteniéndole la mirada. Y pensando en mis propias acciones-. ¿Por qué no le has dicho a tu abuelo que me sientes muy unida a ti de una forma extraña? Porque es así, ¿no?-me aventuré a preguntar.
De sus ojos habían empezado a salir lágrimas, gimoteó y se abrazó a mí. No supe cómo reaccionar al momento, pero luego correspondí y la senté en mi regazo.
-El abuelo es muy malo, el abuelo te hizo algo malo yo lo he visto-susurró-. Aquí.-Se señaló la cabeza-. Eras igual a mí, eras tú, Amelia.
Los recuerdos....
-¿Cómo supiste identificarme en la niña de esas imágenes que veías?
-Tu cicatriz de la muñeca la he visto aunque trates de ocultarla, y cuando jugábamos siempre decías tú eres yo y yo soy tú, creí que era sólo un juego pero después no, después lo veía más claro. Y tuve miedo, miedo de que él me hiciera lo mismo, después el miedo se fue y olvidaba por momentos, tita. Vienen y se van, las imágenes.
Deposité un beso en su cabeza.
-¿Él lo hizo?-preguntó en un murmullo-. ¿Él hizo que el avión donde iban los tíos y la abuela, se cayera?
Suspiré.
-Sí, por eso no fuiste con ellos, tu abuelo te quiere mucho y no quería que te pasara algo. Por eso envió a tu tío Piotr a bajarte del avión.
Se cruzó de brazos muy enfadada, frunció el ceño, como una mujercita a la fuerza.
-¡No me quiere!-exclamó-. ¡No! ¡Él es muy malo y, yo no lo quiero!
-Hay momentos en que tendrás que fingir que sí para no enfadarlo, por eso te dije que era un secreto.-Bajó la cara, luego me miró y asintió-. Eres una niña, Vit, las cosas de adultos las manejaremos los adultos porque es peligroso, el mundo es peligroso. No trato de alejarte de la verdad, ya te la he dicho y seguiré haciéndolo, pero al mismo tiempo trato de protegerte porque....
Llamaron a la puerta, le pedí que esperara en la habitación y salí.
Abrí la puerta y me encontré con la persona que menos esperaba. El detective Portillo se hallaba de pie en el umbral, creí que no volvería a ver a este hombre.
-Señorita Carlysle, buenas tardes-saludó.
-Señor Portillo, qué agradable sorpresa-dije, haciéndome a un lado e invitándolo a pasar-. ¿Cómo le ha ido?
-Personalmente bien, no es lo mismo en el ámbito profesional-respondió, con sutileza estudiaba mi apartamento.
Hice un ademán para que tomara asiento, le pregunté si quería algo de tomar, él respondió con una negativa.
Vit apareció en las escaleras, llamando su atención, le dije a la nena que subiera al dormitorio y terminara de arreglar sus cosas.
-¿Es su sobrina?-inquirió el agente de Interpol.
-Sí.
-¿Se está quedando con usted? ¿Por qué no con su abuelo?
Aquí vamos.
-¿Esta es una visita por trabajo?-sonreí.
-No, disculpe. Es la costumbre-aseguró con una sonrisa.
-Sí se está quedando conmigo, soy su tutora legal. Así lo quiso su padre con quien llevé una estupenda relación de amistad; creo que le parecí la perfecta figura materna para la niña.-Portillo se veía algo tenso, asintió-. Pero dígame el motivo de su visita, tengo entendido que el caso del asesino está cerrado, con él susodicho muerto no hay nada qué temer, ¿o sí?
-El caso está cerrado, sí, pero nada me quita de la cabeza que esto es mucho más grande. He intentado hablar con Maura Giraldo y su marido, no han dicho nada de interés pero sospecho que saben más de lo que dicen, mire a Luna Giraldo-dijo, inclinándose hacia adelante en el sofá, mirándome a los ojos con su perspicaz mirada café-. ¿Cómo es que desaparece después de lo ocurrido con Sebastian Strauss, y la hermana y madre de éste? Sebastian era su pareja y ella se esfuma cuando muere en ese atentado al avión donde lo trasladaban, no aparece en el funeral, y encima anda de amores con un hombre que trabaja en el conglomerado acusado de financiar dicho atentado, y otros. Un hombre que trabaja para el principal sospechoso detrás de ese crimen, y otros.
-¿Por qué vino a mí con esto, señor Portillo?-pregunté, poniéndome de pie.
-Viktor Strauss no ha querido recibirme, y Luna Giraldo y usted eran rivales....-Sonreí con ironía, escuchando lo que decía-. Creí que querría averiguar qué pasó realmente con su ex, señorita Carlysle. Luna Giraldo sigue siendo, para muchos, un misterio, sospechosa de muchas de las cosas que ocurrieron aquí en Madrid el mes pasado; y yo hablé con ambos, con ella y Sebastian, me contaron algunas cosas que....
-De las que aún duda-dije, él se extrañó-. Luna le contó todo lo que sabía, ¿no es así? El asesinato de su padre y hermana adoptivos, y que las personas que murieron en aquél tiroteo en la iglesia eran parte del grupo detrás de dicho asesinato, a que no me equivoco. También le habló de su niñez, pero supongo que omitió la parte de que tenía una hermana mayor porque sino usted lo habría deducido.
Iñaki Portillo se echó hacia atrás, despacio. Me observó anonadado.
-Déjeme seguir adivinando: recibió unos documentos el mismo día que Luna Giraldo recibió los suyos, con una información detallada sobre los asesinados ese día en la iglesia, quería discutirlo con ella y saber qué estaba pasando y ella se lo contó todo. Después de eso siguió buscando, indagando, y sus superiores recibieron órdenes de arriba para pararle los pies, a que no me equivoco.
-Un Nuevo Orden, fueron las palabras de Luna-susurró, entrelazando sus manos y frotándolas, nervioso-. Cuando dijo aquello me pareció una locura, pero ¿cómo es que usted...?
-Luna Giraldo es mi hermana menor, he pasado toda mi vida protegiéndola. Protegiéndonos a ambas.-El agente palideció-.Y sí, esto es muy grande. No tiene ni idea de qué tan grande es y cuántos están involucrados.
Se levantó y se frotó la frente, caminando de un lado a otro.
-¿Qué tan malo es?-Terminó preguntando.
-Malo no lo define, es peor. La verdad terminaría aterrorizándolo, el cómo lo han usado a usted, y cómo vienen usándonos a todos; el mundo está convulsionado, señor Portillo. Gracias a ellos, y a los que se dejaron convertir en ganado. Gente que no ve lo que tiene frente a sus narices, gente adiestrada, idiotizada, que se burla de quiénes han despertado e intentan mostrarles la realidad del sistema en el que estamos viviendo, sistema que ellos defenderán hasta la muerte. Gente como usted.
-Las teorías de conspiración me dan migraña-comentó, sentándose de nuevo.
-De eso se trata, que lo crean una ridiculez mientras se burlan en sus caras. Las señales están en todas partes pero ya están tan ciegos y bien educados que no se preocupan por ver lo que tienen en frente, han sido infantilizados, manipulados, y yo lo sé porque mi hermana y yo lo vivimos en carne propia-dije, llena de rabia.
Me senté y crucé las piernas.
-Desde el momento en que finalice mi historia, salga de aquí y saque sus propias conclusiones sobre la realidad que le mostraré-continué-. Desde el momento en que atraviese esa puerta, no podrá fiarse de nadie.
Mi mirada pareció preguntarle si estaba preparado para oír lo que yo tenía que decir, porque asintió con la cabeza.
La cabeza me daba vueltas, y esos recuerdos que acudieron a mí nada tienen que ver con mi infancia, eran muy recientes y se mezclaban con mi lejano pasado.
Él me pidió ser la mujer que concibiera a su engendro, me lo pidió ayer y después de hacerlo me desmayé tras la bofetada que me propinó. En estos recuerdos me veo semidormida, ruego entre susurros que me deje, que no me toque, y sólo ríe sin hacer caso. No tengo fuerzas para alejarlo....
-Títa.-Me sobresalté al oír la voz de Vit-. ¿No vienes? ¿Te duele la panza?
-No, estoy bien, a la tía le duele un poco la cabeza. Vamos a empacar.
La cogí de la mano y subimos juntas las escaleras. Vit era una niña que estaba próxima a cumplir sus ocho años; su padre, Niklaus Strauss me dejó como su tutora legal porque no confiaba en dejarla con su familia, no quería que Viktor estuviera cerca de ella. Algo sospechaba Nick, y no me atreví a preguntarle, ni a contradecirlo a pesar que no me gustaba la niña. Decidí hacerme cargo de ella sólo por irritar a Viktor, y porque Luna le tomó cariño.
Era rubia como yo, y tenía mis ojos azules, aunque la mezcla con el adn de los Strauss le daba también una cierta similitud con Niklaus. Para su edad era bastante alta, no aparentaba sus siete años y medio, sentí interés por eso. Un clon que no salió mal como sus antecesores que terminaron muriendo siendo sólo un feto, y otros que yo misma destruí en los laboratorios donde eran resguardados. Su rápido crecimiento debía ser un efecto secundario de lo que es, hace tan sólo un mes que sí se veía como una niña de su edad.
La ayudé a guardar sus cosas en una maleta, no llevaríamos tanta ropa, en Nueva York le compraría alguna más.
-Tía, ¿qué está pasando?-preguntó, sentándose a mi vera en la cama.
-¿A qué viene esa pregunta?
Ella se miró los pies que le colgaban de la cama, y empezó a moverlos. Sé que Vit intuye las cosas, nada le pasa inadvertido. Cuando crees que está distraída jugando con algo no es así, está prestando atención a todo lo que pasa a su alrededor, es muy observadora; me miré la mano con que le disparé hace un mes, y luego la observé a ella. No ha hablado sobre eso, no ha hecho ninguna pregunta, pero en el hospital donde estuvo ingresada sí recordó algo que yo le dije, a modo de juego, cuando tenía dos años: Tú eres yo, y yo soy tú. Nunca le he hablado de lo que ella es, y aún cuando intuye que somos como una misma nunca se lo ha mencionado a su abuelo, como si tuviera presente lo que él me hizo y quisiera proteger mi verdadera identidad.
¿Me odias porque te recuerdo lo débil que fuiste, tía Amanda? me preguntó esa vez en el hospital cuando Luna nos dejó a solas. No me sorprendió su pregunta, me tenía sin cuidado cómo estaba tan segura de quién era yo; no tenía idea de que era un clon, de eso estoy segura yo. Pero sí sabe que hay algo que nos une.
-Es que papá murió, los tíos Sebastian y Paloma, y la abuela. Y el abuelo ha dicho que fue culpa de un hombre muy malo, que él me los quitó.
-¿Cuando has hablado con Viktor?-inquirí, tenía estrictamente prohibido que quedara a solas con él, bien que se lo dije a Maura.
-Ayer cuando ha salido del hospital fue a casa de la tita Maura, y me llevo chuches.
-¿Dónde estaba la tita Maura?
-En la cocina....
-Maldita sea.
-¿No es malo maldecir?
-Tú no lo hagas, niña. Yo soy mayor y puedo hacerlo-dije, salió algo brusco pero poco puedo controlar mi genio con la niña tan cerca-. Te voy a decir algo y necesito que lo guardes en secreto.
Vit se llevó el dedo índice a los labios. Shhhhh.
Sonreí al oírla hacer ese sonido, fue adorable. No puedo creer que me halla sacado una sonrisa sincera.
-¿Recuerdas cuando tu abuelo hizo aquella rueda de prensa y habló de lo ocurrido con tu padre, tus tíos, y tu abuela?-Vit asintió-. Tu abuelo mintió, el hombre al que culpa de la muerte de tus familiares es inocente, en parte. Tu padre sí fue asesinado por órdenes de ese hombre, pero tus tíos y tu abuela fueron atacados por tu abuelo.
Vit se asombró, y su piel adquirió un tono pálido. Luna se enfadará cuando se entere de que le he contado esto a la niña, pero es necesario, ella debe saber. Por años mantuve a Luna en la ignorancia y llegamos a una situación que casi se nos sale de control. Es mejor ir de a poco con Vit.
-¿Por qué?-dijo la niña en un hilo de voz-. ¿Por qué el abuelo haría eso?
-Los adultos a veces hacen cosas malas que ayudan a su propios intereses, lamentablemente es así-expliqué, sosteniéndole la mirada. Y pensando en mis propias acciones-. ¿Por qué no le has dicho a tu abuelo que me sientes muy unida a ti de una forma extraña? Porque es así, ¿no?-me aventuré a preguntar.
De sus ojos habían empezado a salir lágrimas, gimoteó y se abrazó a mí. No supe cómo reaccionar al momento, pero luego correspondí y la senté en mi regazo.
-El abuelo es muy malo, el abuelo te hizo algo malo yo lo he visto-susurró-. Aquí.-Se señaló la cabeza-. Eras igual a mí, eras tú, Amelia.
Los recuerdos....
-¿Cómo supiste identificarme en la niña de esas imágenes que veías?
-Tu cicatriz de la muñeca la he visto aunque trates de ocultarla, y cuando jugábamos siempre decías tú eres yo y yo soy tú, creí que era sólo un juego pero después no, después lo veía más claro. Y tuve miedo, miedo de que él me hiciera lo mismo, después el miedo se fue y olvidaba por momentos, tita. Vienen y se van, las imágenes.
Deposité un beso en su cabeza.
-¿Él lo hizo?-preguntó en un murmullo-. ¿Él hizo que el avión donde iban los tíos y la abuela, se cayera?
Suspiré.
-Sí, por eso no fuiste con ellos, tu abuelo te quiere mucho y no quería que te pasara algo. Por eso envió a tu tío Piotr a bajarte del avión.
Se cruzó de brazos muy enfadada, frunció el ceño, como una mujercita a la fuerza.
-¡No me quiere!-exclamó-. ¡No! ¡Él es muy malo y, yo no lo quiero!
-Hay momentos en que tendrás que fingir que sí para no enfadarlo, por eso te dije que era un secreto.-Bajó la cara, luego me miró y asintió-. Eres una niña, Vit, las cosas de adultos las manejaremos los adultos porque es peligroso, el mundo es peligroso. No trato de alejarte de la verdad, ya te la he dicho y seguiré haciéndolo, pero al mismo tiempo trato de protegerte porque....
Llamaron a la puerta, le pedí que esperara en la habitación y salí.
Abrí la puerta y me encontré con la persona que menos esperaba. El detective Portillo se hallaba de pie en el umbral, creí que no volvería a ver a este hombre.
-Señorita Carlysle, buenas tardes-saludó.
-Señor Portillo, qué agradable sorpresa-dije, haciéndome a un lado e invitándolo a pasar-. ¿Cómo le ha ido?
-Personalmente bien, no es lo mismo en el ámbito profesional-respondió, con sutileza estudiaba mi apartamento.
Hice un ademán para que tomara asiento, le pregunté si quería algo de tomar, él respondió con una negativa.
Vit apareció en las escaleras, llamando su atención, le dije a la nena que subiera al dormitorio y terminara de arreglar sus cosas.
-¿Es su sobrina?-inquirió el agente de Interpol.
-Sí.
-¿Se está quedando con usted? ¿Por qué no con su abuelo?
Aquí vamos.
-¿Esta es una visita por trabajo?-sonreí.
-No, disculpe. Es la costumbre-aseguró con una sonrisa.
-Sí se está quedando conmigo, soy su tutora legal. Así lo quiso su padre con quien llevé una estupenda relación de amistad; creo que le parecí la perfecta figura materna para la niña.-Portillo se veía algo tenso, asintió-. Pero dígame el motivo de su visita, tengo entendido que el caso del asesino está cerrado, con él susodicho muerto no hay nada qué temer, ¿o sí?
-El caso está cerrado, sí, pero nada me quita de la cabeza que esto es mucho más grande. He intentado hablar con Maura Giraldo y su marido, no han dicho nada de interés pero sospecho que saben más de lo que dicen, mire a Luna Giraldo-dijo, inclinándose hacia adelante en el sofá, mirándome a los ojos con su perspicaz mirada café-. ¿Cómo es que desaparece después de lo ocurrido con Sebastian Strauss, y la hermana y madre de éste? Sebastian era su pareja y ella se esfuma cuando muere en ese atentado al avión donde lo trasladaban, no aparece en el funeral, y encima anda de amores con un hombre que trabaja en el conglomerado acusado de financiar dicho atentado, y otros. Un hombre que trabaja para el principal sospechoso detrás de ese crimen, y otros.
-¿Por qué vino a mí con esto, señor Portillo?-pregunté, poniéndome de pie.
-Viktor Strauss no ha querido recibirme, y Luna Giraldo y usted eran rivales....-Sonreí con ironía, escuchando lo que decía-. Creí que querría averiguar qué pasó realmente con su ex, señorita Carlysle. Luna Giraldo sigue siendo, para muchos, un misterio, sospechosa de muchas de las cosas que ocurrieron aquí en Madrid el mes pasado; y yo hablé con ambos, con ella y Sebastian, me contaron algunas cosas que....
-De las que aún duda-dije, él se extrañó-. Luna le contó todo lo que sabía, ¿no es así? El asesinato de su padre y hermana adoptivos, y que las personas que murieron en aquél tiroteo en la iglesia eran parte del grupo detrás de dicho asesinato, a que no me equivoco. También le habló de su niñez, pero supongo que omitió la parte de que tenía una hermana mayor porque sino usted lo habría deducido.
Iñaki Portillo se echó hacia atrás, despacio. Me observó anonadado.
-Déjeme seguir adivinando: recibió unos documentos el mismo día que Luna Giraldo recibió los suyos, con una información detallada sobre los asesinados ese día en la iglesia, quería discutirlo con ella y saber qué estaba pasando y ella se lo contó todo. Después de eso siguió buscando, indagando, y sus superiores recibieron órdenes de arriba para pararle los pies, a que no me equivoco.
-Un Nuevo Orden, fueron las palabras de Luna-susurró, entrelazando sus manos y frotándolas, nervioso-. Cuando dijo aquello me pareció una locura, pero ¿cómo es que usted...?
-Luna Giraldo es mi hermana menor, he pasado toda mi vida protegiéndola. Protegiéndonos a ambas.-El agente palideció-.Y sí, esto es muy grande. No tiene ni idea de qué tan grande es y cuántos están involucrados.
Se levantó y se frotó la frente, caminando de un lado a otro.
-¿Qué tan malo es?-Terminó preguntando.
-Malo no lo define, es peor. La verdad terminaría aterrorizándolo, el cómo lo han usado a usted, y cómo vienen usándonos a todos; el mundo está convulsionado, señor Portillo. Gracias a ellos, y a los que se dejaron convertir en ganado. Gente que no ve lo que tiene frente a sus narices, gente adiestrada, idiotizada, que se burla de quiénes han despertado e intentan mostrarles la realidad del sistema en el que estamos viviendo, sistema que ellos defenderán hasta la muerte. Gente como usted.
-Las teorías de conspiración me dan migraña-comentó, sentándose de nuevo.
-De eso se trata, que lo crean una ridiculez mientras se burlan en sus caras. Las señales están en todas partes pero ya están tan ciegos y bien educados que no se preocupan por ver lo que tienen en frente, han sido infantilizados, manipulados, y yo lo sé porque mi hermana y yo lo vivimos en carne propia-dije, llena de rabia.
Me senté y crucé las piernas.
-Desde el momento en que finalice mi historia, salga de aquí y saque sus propias conclusiones sobre la realidad que le mostraré-continué-. Desde el momento en que atraviese esa puerta, no podrá fiarse de nadie.
Mi mirada pareció preguntarle si estaba preparado para oír lo que yo tenía que decir, porque asintió con la cabeza.
Conversaciones que mantienen firmes los lazos... Anudándose más. Me gustan los giros que das, Ivel... Cambias los registros y haces que cada entrega sea distinta pero interesante y espectacular, como todas.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa.
Me gusta saber que ves distinta cada entrega, eso es lo que intento llevarles... :)
EliminarMil más, muchos, mi Aurora.. :*****
Guauu…se pone interesante!!... Me encanta el momento ”revelaciones”…
ResponderEliminarOpino como Ana, cada entrega tiene ese punto atrayente que te atrapa y mantiene en vilo…
Me encanta, Ivel ;-)
Mil Bsoss y feliz finde!! ♥
Las revelaciones siempre son.... Interesantes ¿verdad? A mí también me encanta cuando en una historia llega un momento así.. :)
EliminarQué bueno que lo disfrutes, Gin, que bueno que te guste...
Besos, hermosa semana...!!!
Que notables fotos de Amelia- Amanda y Vitt.
ResponderEliminarEntre toda lo cruel, le salió un lado tierno a Amanda. Y las visiones de Vitt plantean que Amanda no habría sido implacable, asesina, de no haber sido por Victor.
Imaginó lo inquieto que se sentirá el detective luego de que Amanda le cuenta la historia.
Besos.
Vit está logrando llegarle al corazón a Amanda... ;)
EliminarSí, Viktor tuvo mucho qué ver con cómo es Amanda hoy en día. Ese hombre fue y sigue siendo un ser despreciable...
Portillo tendrá mucho en qué pensar cuando se entere de todo.... Uff!!!
Besos, Demiurgo...
La cruda verdad oculta tras tantas acciones llenas de ambición. Dicen que todo bien trae un mal, será así en esta historia?
ResponderEliminarBesos dulces señorita escritora y dulce fin de semana.
Uuummm... Ya veremos, ya veremos.. ;)
EliminarBesazos, Poeta...
Buen inicio de semana.