Spin-off

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lunes, 18 de abril de 2016

(Diabólicas)Conexiones





   Nueva York, Estados Unidos

Sahar


    Me quedé a dormir con ella, a veces me daba miedo dejarla sola. 

    No estoy acostumbrada a eso. Sentir miedo.
   Faye Vesper había cambiado muchas cosas en mi vida, me hacía vulnerable cuando fui entrenada para ser fuerte, para no dejarme vencer por nada ni por nadie, para no tener debilidades. Y no las tenía, salvo una. Ella.
     La observé, dormitaba con la sábana cubriéndole el culo. Tenía la espalda y las piernas descubiertas, la cara hacia mí, los ojos cerrados con el rubio cabello ligeramente alborotado; sonreí, quise tocarla, pero me abstuve y me levanté con cuidado.
     Faye estaba rendida, agotada por el viaje y por lo ocurrido antes de subirse al avión. Cuando la vi desfallecer, cuando la vi sangrar entré en pánico porque intuía la razón del desmayo, al Declan confirmar mis temores sentí que era yo quien moría poco a poco por dentro; los humanos son tan frágiles.
   Cogí del armario una de sus batas negras de seda y salí al salón, me sentía ¿agobiada? Agobiada sí, esa es la palabra, algo que antes de ella no había experimentado. Ni siquiera cuando mi padre hizo caer a mi hermano en ese sueño en el que está sumido; supongo que Luna debe estar en serio fatal como para que Faye considerara, al fin, la idea de ser inmortal. 
    Me senté en el sofá y observé el aparato donde la gente de este lado ve las noticias, no sé cómo puedo olvidar el nombre: Televisor o algo así. El control estaba en la mesa de centro al lado de una carpeta negra, me decidí por coger la carpeta. Iba a abrirla pero oí un ruido que venía del dormitorio, me levanté de un salto dejándola donde la encontré; abrí la puerta y encontré a Faye gimiendo en medio de una de sus pesadillas, despertó antes de acercarme a la cama. Una leve capa de sudor cubría su rostro, me miró y apretó la mandíbula, se cubrió el rostro y rompió a llorar.

-Maldita sea...-sollozó-. Maldita sea, maldita sea...

   Me senté en la cama, la atraje hacia mí y deposité un beso en su sien.

-Ya pasó, Vesper, ya pasó.

   Se le había hecho difícil lidiar con sus recuerdos. 
   Hace ocho años más o menos, tras volver de un viaje vacacional que había hecho a Italia, Faye iba camino a casa de sus padres y lo que encontró al llegar la ha acompañado desde entonces. 
    Su familia fue asesinada de una forma atroz.
    Hay asesinos, y lo siguiente. Monstruos.
   Los cuerpos descuartizados de sus padres, y hermano. Eso ve cuando duerme.
   He indagado en sus pesadillas, la primera vez que lo hice terminé vomitando y sintiéndome impotente por no haberla conocido antes, por no haber podido evitarle aquello. Es difícil verla decaída, pero hay un trasfondo fuerte, una mujer decidida que defiende con uñas y dientes a quien ama, y estos instantes no son una muestra de debilidad, son todo lo contrario, son prueba de lo grandiosa que es, de lo fuerte que es mi hermosa Vesper.  

   El silencio nos abordó y nos miramos la una a la otra acostadas frente a frente. Su alma estaba en calma, la tormenta había amainado, y la mirada en sus ojos grises era un beso dado como la primera vez; una sonrisa se deslizó por mis labios y como acto reflejo, la misma, apareció en los de ella. 
    Follábamos sin tocarnos. Nos cuidábamos el alma del mismo modo en que lo hacíamos cuando nos perdíamos en el cuerpo de la otra.

     Se quedó dormida poco antes que yo, y despertó poco después. Eran las ocho de la mañana de un día que brillaba por la ausencia de la luz del sol. Llovía a raudales.
   Volví de la ventana, me había asomado para observar aquella maravilla, aquel milagro. La lluvia
     Besé su hombro.

-¿No piensas levantarte, Faye?-le pregunté. Volvió la cara-. Esto es por tus sueños-añadí, entendiendo que se sintiera indispuesta.

-Algo así, me enferma tener que recordarlo, no quiero más sangre-susurró-. No quiero más sangre, Sahar.

   La abracé cuando se sentó para buscarme y rodearme con sus brazos.

-Cuando todo acabe nos alejaremos de ésta vida, te lo prometo, ya no te perseguirán tan amargos y perturbadores recuerdos. Me encargaré de eso.

   Besé su frente y salí de la cama.
   Escuché un sonido proveniente de su estomágo, solté una risita.

-Joder, no te burles, morena ¡qué tengo hambre! No he comido nada desde el desayuno de ayer-se defendió entre risas. Hice una seña con el dedo índice, lo llevé a mi boca, a mis labios y luego señalé hacia abajo, entendió al instante-. Pervertida-rió.

   Salí de la habitación en compañía de la dulce melodía de su risa, ella me alcanzó al terminar de vestirse con un pantalón de chándal y una sudadera negra ceñida. 
    Cogí su móvil que acababa de dejar en la barra de la cocina, siguiendo cada uno de sus movimientos con la mirada. 

-Bien puedes pedir que nos traigan el desayuno-le sugerí, viendo cómo sacaba algunas cosas del refrigerador.

-Me gusta cocinar.

-Lo sé, sólo decía-sonreí, poniendo uno de esos juegos que tenía en su teléfono. Me había enseñado tiempo atrás.

   Encontré uno sobre unas aves a las que se les veía muy enfadadas; al principio me resultó un poco aburrido por la temática. Minutos después no podía salir. 
    Faye cantaba mientras cocinaba, había encendido el reproductor cuya música dejó a un volumen moderado. Ni idea de quién era la intérprete.

-Faye, ¿puedo hacerte una pregunta?-Soltó un "ajá", dejando caer miel sobre los panqueques-. ¿Qué es lo que cabrea tanto a éstas aves?

   La música paró, quité la mirada de la pantalla del móvil mirando alrededor, extrañada por el abrupto silencio. Terminé por posar los ojos en ella que se había quedado observándome.

 
   Así como minutos atrás la música inundaba el espacio, lo hizo su carcajada. Faye volvía a reír, me gustaba que lo hiciera la cuestión es que no entendí el motivo de su risa, hasta que miré la pantalla del móvil de nuevo.

-No te burles, lo he preguntado en serio-me quejé, saliendo del juego y dejando el móvil en la barra.

-Lo sé, lo sé, eso es lo adorable-dijo, secando las lagrimillas que le salían a causa de la risa.

-Me alegra ser motivo de tu diversión.

   Faye me pasó el desayuno, depositando un dulce beso en mis labios antes de dirigirse a la sala para coger la carpeta negra que tenía en la mesita de centro. Volvió y se sentó a mi lado, se me escapó un gemido por lo rico que encontré el desayuno.

-Adoro cuando haces esos ruiditos-sonrió, su marcado acento la hacía adorable a ella. Pero prefería no decirlo en voz alta, y disfrutar de su voz, disfrutar a la sonriente mujer que se hallaba ante mí, después de la nochecita que pasó. 

    Le guiñé un ojo, ella se mordió el labio inferior y se concentró en la carpeta.

-¿Qué es eso?-pregunté.

-Drako me la entregó ayer, es información sobre Matthew Carlysle.

-¿Acostarte con él está en tus planes?-La pregunta me salió como si fuese un tema más.

-Si llego a ese punto lo dormiré con algu.... Mira.-Comenzó a poner varias fotografías sobre la barra-. Este es el instituto RK, donde tus hermanas estuvieron cuando eran niñas-dijo, señalando una de las fotos que había puesto en la esquina superior de un grupo de veinticinco, en total. Era una mansión gigantesca-. Desde la entonces conocida CassulTech. se financió al instituto, sin tu padre saberlo-agregó, leyendo unas notas de una pequeña libreta que se hallaba dentro de la carpeta-. Los Carlysle también pusieron su parte, ¿qué clase de atrocidades practicaban allí?-preguntó, observando una fotografía de cuerpos mutilados.

    Miré las fotografías en blanco y negro, pasando por las que estaban a color, con detenimiento.

-¿Te fijaste? Éste hombre aparece en varios eventos de importancia, en distintos años, hasta la actualidad-señaló, haciendo lo mismo con el dedo-. ¿Es uno de los convertidos por tu padre? ¿Otro inmortal bebedor de sangre?

    El hombre al que se refería lucía exactamente igual en todas las fotografías, joven, distinguido, siempre en un segundo plano entre hombres de poder; tenía el pelo negro y bien peinado, un porte elegante y una mirada fría, profunda que traspasaba la imagen y cobraba vida.

-Este hombre vivió antes que mi padre, Faye-dije, tomando la fotografía más reciente. Lo supe porque aparecía al lado de Matthew Carlysle y otros políticos en el evento de beneficencia de hace dos noches, al que Luna y Drako asistieron-. Siempre tan fotogénico-comenté.

-¿Sí le conoces?-preguntó, dejando de lado la libreta.

-Conoces la verdadera identidad de mi padre, pero ¿conoces la historia de cómo fue concebido?

-No soy fiel admiradora de la biblia, por ustedes he aprendido que no todo lo allí escrito es verdad.

   Enarqué una ceja, asentí.

-A veces encuentras información oculta y revelada al mismo tiempo, y luego sí, hay algunas mentiras, información manipulada a conveniencia de los humanos con complejo de dioses.-Faye frunció el ceño, concentrada en lo que yo decía-. Mi padre no es hijo de Adán y Eva. Mi padre es hijo de Eva y Luzbel-solté, Faye agrandó sus bonitos ojos grises. Miré la fotografía que tenía en la mano y la puse junto a las demás-. Y allí está.

   Faye estudió las fotografías, callada, examinando al hombre que aparecía en la mayoría de ellas.

-Estás de broma...-musitó.

-No, ese no es su cuerpo original, pero estoy segura de que es él. Lo vi cuando era niña, y esa mirada, por más que cambie de cuerpo, sigue siendo la misma.

-¿Cómo que "por más que cambie de cuerpo"?

-Su verdadero cuerpo está en algún lugar, oculto para él por Eloha. Pero eso no es lo que nos interesa ahora, concéntrate, ¿qué te dijo Drako con exactitud?

    Ella seguía anonadada por la noticia de mi parentesco con ese al que los humanos llaman Diablo y Satanás. Cómo si conocieran la historia de mi abuelo.

-Dijo que dentro de esta carpeta se encontraba la razón por la que tu padre va despacio en su empresa de reconstruir todo este mundo. ¿Por qué no me dijiste que eras....? Digo... ¿Cómo es posi...?

-¿Vas a terminar alguna de esas inquietudes? Nunca salió a colación, y no podía llegar y decir que Lucifer era mi abuelo.-Cogí su mano y la llevé a mis labios, deposité un beso y continué-: Nunca he hablado con él directamente, tiene su agenda, como ves. Y no es que sea una gran figura patriarcal.

    Salté del banquillo giratorio y me dirigí al dormitorio.

-Ya no estoy segura de querer intervenir más en esto-dije, parándome sin darme la vuelta-. No por miedo hacia él, sino por ti. No estamos tratando sólo con humanos, alguna idea tenía de que él andaba cerca haciendo y deshaciendo, todo lo que está ocurriendo en el mundo es anormal. Inmiscuirse de forma tan directa significa la muerte, ¿quieres continuar?

    No necesité volverme para saber su silenciosa respuesta.

-Vale, sólo ten cuidado con Matthew Carlysle, sabes con quien tiene pacto.

    Fui a la habitación para ducharme, al terminar salí directa a vestirme y la vi sentada al borde de la cama.
    Me puse la ropa delante de ella, no me quitaba la mirada de encima; que me viera me gustaba, la forma en que lo hacía pese a la noticia que acababa de recibir, era lujuriosa. Comiéndome con la mirada.

-Quiero saberlo todo. La historia de tu familia-pidió cuando me acerqué a ella después de ponerme los pantalones.

-Te contaré lo que sé, pero luego, ¿sí?-Sus manos me cogieron de las caderas, se abrazó a mí. Acaricié su pelo-. No pasa nada, sé lo que has oído de él, se de la historia que todos conocen. Estamos en su reino, soy parte de su descendencia de una forma muy directa y eso me hace una maldita desterrada de los Cielos, pero no juego de su lado. Si jugara del lado de alguien sería el tuyo, y el de mis hermanas.

-¿Y si él viniera a reclutarte? No podrías negarte.

-Claro que lo haría, no tengo por qué aceptar. ¿Qué podría ofrecerme si todo lo que tengo está aquí ante mis ojos?

   Besé su boca y ella me siguió con esa magia de su lengua rozando la mía, elevándome la temperatura con cada caricia. Me aparté.

-Quiero ver a Luna, tú has lo que te toca hacer. Y cuídate.

-Lo haré, y comuníquense con Amanda, hace rato que Luna está evitando hablar con ella.

-Prometo que haré que hablen.

     Sonriendo me desvanecí.


   

  

12 comentarios:

  1. Entiendo la inquietud o necesidad de Faye por conocer la descendencia de Sahar… Y por otro lado, me gusta la manera de llevarlo de ambas, su relación… Un sangriento pasado y pérdida de la familia de Faye que le persigue…y esa parte protectora y conciliadora de Sahar…
    Interesante trama se vislumbra…

    Un placer leerte, Ivel :-)

    Bsoss gigantes!! ♥

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  2. Gran frase la que citas. Demuestra una poderosa actitud de Sahar, personaje que parece opacar a Amanda. Y tiene razón en que no es fácil de explicar semejante genealogía. Aun más dificil que la de mi Duality, hija de una mujer fatal y de un ser sombra, onírico. Y en medio de intrigas de una sociedad secreta.
    Que fuerte eso de las pesadillas. Faye es tan vulnerable y a la vez tan fuerte.

    Besos.

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    1. Faye sufrió mucho, y sigue sufriendo culpa de esas pesadillas, de esos vívidos recuerdos. Pero es exactamente eso lo que la hace fuerte.. Es un personaje que me gusta mucho :)


      Besos!!!

      PD: Ando corriendo jajaja

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  3. Haces que viva las conversaciones como si las tuviera a ambas delante. Eres fantástica, Ivel.

    Mil besitos, preciosa.

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    1. Gracias, guapa!!! Lo que me alegra hacerles vivir los diálogos y las escenas en sí es una recompensa... :)
      Como tú cuando nos regalas tus hermosos textos, mi Aurora...

      Mil y un besicos pa´ti, hermosa Aurora.. :****

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  4. Faye y Sahar siempre logran ese ambiente romántico discutan lo que discutan, quizás por eso me agradan como pareja, aunque tenga una de ella parentesco con el mismísimo diablo.

    Besos dulces Ivel.

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    1. Son muy dulces, se complementan. Es una pareja que me gusta mucho también.. ;)

      Besos, Poeta...

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  5. Realmente eres una creadora de personajes tan parecidos a la realidad que a veces impacta. Tu creatividad no tiene limites y eso atrapa al lector. Le das ese toque tan tuyo a cada uno aun sin notarlo. Me encanto la trama, veremos como continua Frozen. No se me derrita en el intento :) besito

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    1. Gracias por tu huella, Dem... Y todo lo que aquí dices me saca una gran sonrisa... :)

      Besos..

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  6. Fabuloso Ivel, como siempre eres una maestra del relato, de llevarnos a la situación, en este caso Faye y Sahar. Me inspiro mucho en lo que escribes, eso es lo más bonito que creo que te puedo decir ¡Sigue así!

    Un beso fuerte.

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