Nueva York, Estados Unidos
Faye
Luna me daba mucha pena, la estaba pasando realmente mal. No era buena señal que lo viera, o lo escuchara a Sebastian Strauss, ni Cassul podía hacer ese tipo de cosas, el comunicarse o ir y venir a su antojo de ese lugar donde descansa el espíritu. Y me preocupa porque estoy segura de que buscará la forma de traerlo de vuelta, eso era peor que contactar con él.
Sin embargo, quien ya ha estado con un pie en el otro lado puede jugar con la mente de una persona y hacerle ver lo que le plazca. Me detuve ante la puerta del estudio de Drako, pensando en por qué él decidió aceptar ser escolta de Luna Giraldo.
Entré.
Aún tenía en la cabeza la imagen de Luna en medio de la calle, ida. Estaba en otro mundo, literalmente.
Drako se giró en cuanto cerré la puerta.
-Te has tardado en venir. Creí que se te habían pegado los pies al suelo-comentó, haciendo su camino hasta el escritorio.
-Y yo que habías decidido comprarte corbatas de otro color que no fuese negro, pareces enterrador-repliqué, y mis palabras le hicieron gracia. Sonrió, odio burlarme de él y que no se enfade-. Estuve tentada a irme y dejarte plantado, pero he estado pensando mucho.
-Que tú pienses es peligroso, rubia.
Crucé los brazos, tratando de descubrir cuándo fue que nos volvimos "amienemigos". Supongo que al momento de enterarme que él y Sahar habían follado hasta la saciedad, él estuvo antes, con él se dejó guiar por su instinto; hubo un tiempo en que la imaginaba con Drako y me carcomía por dentro.
-¿Qué haces en la ciudad? Declan no me comentó nada, no me dijo que vendrías.
-Es por Matthew Carlysle, me haré parte de su comitiva.
-Te tienes mucha confianza, siempre he admirado eso de ti.-Drako se movía por el estudio, era tan dueño de sí mismo. Sahar solía ser dominante, y muy dueña de sí, siempre me pregunté si era algo espontáneo o aprendido de éste hombre-. No dejo de pensar en que nos estamos inmiscuyendo mucho en este terreno, Cassul no ha dado órdenes, estamos improvisando sólo por ayudar a Amanda a detener a estos sujetos.
-Igual estábamos trabajando en ello, de una forma más lenta de la que Amanda lo ha estado haciendo. Así que...
-No podemos lanzarnos sin pensar, Faye, por eso Cassul lo ha hecho a su modo.-Se situó detrás del escritorio y sacó una carpeta negra del cajón de la derecha. La lanzó hacia mí-. Allí hay algo de información que recolecté por mi cuenta, tal vez te sirva, esa es la razón por la que Cassul va tan lento en su plan de reinicio de este mundo.
Cogí la carpeta.
-La revisaré a detalle cuando vuelva al hotel-le dije, echándole un ojo a los documentos que guardaba.Volví a ponerla sobre el escritorio, y a lo que iba-. No deberías quitarle el ojo de encima a Luna, un auto casi la atropella. ¿Te imaginas si Amanda se entera de esto?
-¿Qué pasó?-preguntó, lo noté alarmado.
-Estaba crruzando la calle-me apresuré a mentir. No era justo para Luna que me confiara el asunto a mí y yo fuese de bocazas a decirle al hombre del que sospecho-. A todas estas, tengo curriosidad. Desde que aceptaste, sin rechistar, ser su escolta me he preguntado ¿por qué?-pregunté, bruscamente al mismo tiempo que me servía un vaso del coñac que tenía en la mesa. Acababa de beber, antes de yo llegar.
Crucé los brazos, tratando de descubrir cuándo fue que nos volvimos "amienemigos". Supongo que al momento de enterarme que él y Sahar habían follado hasta la saciedad, él estuvo antes, con él se dejó guiar por su instinto; hubo un tiempo en que la imaginaba con Drako y me carcomía por dentro.
-¿Qué haces en la ciudad? Declan no me comentó nada, no me dijo que vendrías.
-Es por Matthew Carlysle, me haré parte de su comitiva.
-Te tienes mucha confianza, siempre he admirado eso de ti.-Drako se movía por el estudio, era tan dueño de sí mismo. Sahar solía ser dominante, y muy dueña de sí, siempre me pregunté si era algo espontáneo o aprendido de éste hombre-. No dejo de pensar en que nos estamos inmiscuyendo mucho en este terreno, Cassul no ha dado órdenes, estamos improvisando sólo por ayudar a Amanda a detener a estos sujetos.
-Igual estábamos trabajando en ello, de una forma más lenta de la que Amanda lo ha estado haciendo. Así que...
-No podemos lanzarnos sin pensar, Faye, por eso Cassul lo ha hecho a su modo.-Se situó detrás del escritorio y sacó una carpeta negra del cajón de la derecha. La lanzó hacia mí-. Allí hay algo de información que recolecté por mi cuenta, tal vez te sirva, esa es la razón por la que Cassul va tan lento en su plan de reinicio de este mundo.
Cogí la carpeta.
-La revisaré a detalle cuando vuelva al hotel-le dije, echándole un ojo a los documentos que guardaba.Volví a ponerla sobre el escritorio, y a lo que iba-. No deberías quitarle el ojo de encima a Luna, un auto casi la atropella. ¿Te imaginas si Amanda se entera de esto?
-¿Qué pasó?-preguntó, lo noté alarmado.
-Estaba crruzando la calle-me apresuré a mentir. No era justo para Luna que me confiara el asunto a mí y yo fuese de bocazas a decirle al hombre del que sospecho-. A todas estas, tengo curriosidad. Desde que aceptaste, sin rechistar, ser su escolta me he preguntado ¿por qué?-pregunté, bruscamente al mismo tiempo que me servía un vaso del coñac que tenía en la mesa. Acababa de beber, antes de yo llegar.
-Claro Faye, sírvete un poco-dijo con sarcasmo-. Acepté porque es hija de Cassul, está indefensa porque su hermana mayor decidió ser una heroína....
-Luna es todo menos una niña indefensa, y Amanda no la abandona por muy ocupada que esté.
-Me sorprende que defiendas a Amanda, si no la soportas.
-Comienza a caerme de puta madre. A ti, la prefierro a ella.
-Por supuesto que la prefieres a ella.
Vi el doble sentido.
-No en esa área, maldito imbécil.-Sabía que trataba de desviar mi atención. Le di gusto-. Me voy, tengo cosas por hacer, seducir a un senador es fácil. Seducir a Matthew Carlysle, no...tanto.
-Con tu belleza y tu adorable acento presiento que lo lograrás en poco tiempo.
Dejé el vaso vacío en la mesa y cogí la carpeta.
Caminé hacia la salida, antes de llegar a la puerta me volví.
-Lo que sea que le estés haciendo, déjalo ya o Sahar te matará y esta vez quedarás muy muerto, Drako.
-No sé de qué hablas-dijo sin inmutarse.
-Claro que lo sabes. Do svydaniya.
Abrí la puerta y salí.
Encontré a Luna mirando la televisión en el salón, sentada en el sofá con los pies sobre la mesita de centro. Silenció el programa que estaba viendo.
-Debo marcharme, pero en cuanto pueda vendré a verte-le dije.
-¿Adónde vas? ¿No te quedas aquí?
-Estoy en el Waldorf Astoria, tengo una tarea que hacer y no pueden vernos juntas. Y si me permites un consejo, deberías hablarlo con tu hermana, lo que te pasa, Luna; y otra cosa-añadí antes de encaminarme hacia la puerta-, no se puede traer a los muertos de regreso a la vida, niña. Es peligroso.
Luna se quedó en silencio, no mostró señales de sorpresa, parecía ajena a lo que mencioné. Si estaba disimulando lo hacía muy bien, pero sé que es eso lo que quiere, traerlo. Lo sé porque yo haría lo mismo si Sahar muriera, buscaría una y mil formas de volver a verla, vendería mi alma...no podría soltarla. No la soltaría.
Podía entender la situación de Luna. Digo, ella amaba a Sebastian Strauss, lo ama así en presente; al verla y escucharla, pensé en Sahar y sus intentos para convencerme de cambiar mi opinión sobre la inmortalidad. Pero no quería perderme, he visto lo que ocurre y no me veo así, no puedo.
Divagaba en el taxi de camino al hotel, me vi extrañando a la persona que dejé horas atrás en Seattle. Luna tuvo a Sebastian muy poco tiempo en su vida, y se dio por entera; Sahar no sabe por cuánto tiempo me tendrá, y yo no puedo preocuparme por que muera porque simplemente no puede, literalmente. No es que puedan cortar su cabeza, quemarla, ahogarla. Sahar no puede morir, y lo ha intentado, vaya que sí lo ha intentado y he sido testigo.
-Señorita, hemos llegado.
La voz del chófer me sacó de mis pensamientos, sonreí, pagué y bajé del coche.
Hoy no tengo ganas de acercarme a Matthew Carlysle, pensé cruzando las puertas del imponente hotel tras saludar al portero. Si pudiera orbitar lo haría para encontrarme con Sahar, pero estoy castigada por cuestiones de salud, ella dijo que si volvía a trasladarme de ese modo podía morir.
Al llegar a la suite presidencial-Declan pensó en todo para que yo estuviera cómoda-dejé la carpeta que me dio Drako en la mesita de centro y me encaminé hacia mi habitación. Eran casi las dos treinta de la tarde; me quité la ropa frente al espejo de pie que estaba en el cuarto y observé la cicatriz que tenía en el abdomen, justo antes del ombligo. Una herida vertical hecha por la espada de mi suegro, el día que llegué a su hermosa Providencia, día en que conocí a Sahar, de pie junto al trono de su padre.
Estuve al borde de la muerte, luché por mi vida, y ella se apiadó de mí. Y aquí estoy. Sahar cuidó de mí durante días, a espaldas de su padre, sus palabras: "No conozco a nadie que haya sobrevivido a la espada de mi padre, he presenciado tu lucha por sobrevivir pese a todo lo que perdiste. Me resultas... Fascinante...", siguen resonando en mi cabeza.
-Me resultas fascinante...-susurré, pasando los dedos por la cicatriz-. A sol de hoy....
-Me fascinas....-escuché el susurro a mi oído. Mi piel se erizó-. A sol de hoy, me fascinas y me sentiré insultada si piensas lo contrario.
Vi su reflejo en el espejo, estaba sentada en la cama, se movió como una sombra hasta allí. Un segundo a mi espalda, muy cerca de mí, y al siguiente a una distancia prudente.
-Te hacía en Madrid con Amanda-dije, sin apartar los ojos de su reflejo en el espejo.
-No fui, me quedé en mi habitación durmiendo un poco. Y tampoco lo conseguí, no lo suficiente.-Se levantó, el sonido de sus tacones resonó en la habitación. Pasó sus manos por mi cintura, su dedo índice hizo un recorrido desde mi ombligo hasta mi cicatriz, escondió su rostro en mi cuello-. Aunque haya sanado, el dolor permanece por momentos, ¿me equivoco?-susurró, acariciando la herida ya cerrada.
-La mente me juega sucio a veces.
-A todos, no estoy salva-dijo, besó mi mejilla y la comisura de mis labios. Giré la cara buscando su boca, ella volvió a la cama, muy rápido.
-Te odio.
-Pero si soy un encanto de persona, cariño-dijo, sonriendo con sorna.
Verla sonreír así, tan tranquila, y que apareciera nada más pensarla me hizo sentir vulnerable. Extraña.
La cara de su hermana era todo lo opuesto en esos momentos, y así se vería Sahar si a mí me pasara lo que a Sebastian.
-¿Qué tienes, Vesper?-inquirió, no sé disimular con ella. Vino a mí, y tomó mi cara entre sus manos-. Habla, ¿qué te está perturbando?
-Veo que ya estás aprendiendo a leer las exprresiones faciales de las personas.
-Sólo a ti puedo leerte, y entenderte, al resto me cuesta un poco, mira lo que hice esta mañana con madame Strauss-suspiró-. ¿Es porque crees que sigo enfadada contigo por esto que planeas hacer? Porque no lo estoy, vine aquí, te sentí como te siento siempre que estamos separadas, y vine.
-¿Sabes cuánto te quiero, jodida?-sonreí.
-No digas esa frase mundana, tan desgastada-se burló-. Habla.
Más que hablar quería estar con ella, en vista del desastre que hay allá afuera y a lo que nos enfrentabámos, cada segundo que pasáramos juntas contaba. Cada segundo que le diera de mí, me bastaba así que roce sus labios con los míos buscando provocar el mismo deseo que yo sentía, no era difícil cuando las ganas estaban a flor de piel.
Le quité la camisa negra que llevaba, a la sonrisa maliciosa en sus labios la acompañó un comentario:
-Y yo soy la que intenta dar las cosas por zanjadas con sexo.
-Cambiamos los roles.
-Soy una mala influencia para ti-dijo, depositando un casto beso en mis labios.
-Conozco personas que dirían lo contrario, deja que te demuestre el por qué.
Le devolví el beso que me había dado, profundizándolo, fundiéndome en su boca al tiempo que sus manos ascendían por mi cuerpo. La sentí acariciando mi espalda, desabrochó mi bra y cortó el beso buscando mi cuello.
Suspiré al notar su mano invadiendo el interior de mis bragas, y acariciándome despacio. Atrapé sus labios entre los míos, dejándome hacer, sus dedos empezaban a abrirse paso en mi coño; apenas introdujo la punta de uno mientras rozaba muy quedo mi clítoris, y sonrió contra mi boca cuando solté un gemido.
-Si empiezas a hablar en ruso me voy a desquiciar.....-susurró.
Sacó el dedo y me acostó en la cama.
-Sdelayte menya...-musité, para provocarla.
-Hacerte... ¿qué?
Mordí su labio superior, sus manos se hicieron de mis bragas mientras besaba mis labios, levanté mis caderas para hacerle fácil el quitármelas. Reí con ella al obligarme a apartar mis manos de su cuerpo para terminar de desnudarme. Sahar aún llevaba los pantalones de mezclilla puestos; me miraba a los ojos con esa adoración que me dedicaba solo a mí. Cogí su mano derecha, llena de deseo, con el coño ansioso de su boca, de sus dedos, y la llevé allí.
-Prikhodite i yebat' menya...
Sonrió y me comió la boca, su lengua se enredó a la mía sin más. Estaba tan necesitada de mí como yo de ella, se apartó dedicándole especial atención a mis pechos. Lamió y succionó, y sus dedos, ¡joder! sus dedos entraban y salían de mí. Terminé abandonándome a Sahar, al placer que me invadía y se expandía por mi cuerpo caliente y lleno de ella.
Bajó tras sacar los dedos de mi sexo, mordió su labio inferior, observándome, venerando a quien tenía ante sus ojos. Abrí más las piernas para que me viera, y empecé a masturbarme sin quitar mis ojos de los de ella.
Enarcó una ceja, desabrochándose el pantalón sin perder detalle, esa malicia siempre presente en las sonrisas y miradas, en las palabras que me dedicaba.
Terminó por cogerme la mano impidiéndome continuar; se llevó dos de mis dedos a la boca y los chupó, cada movimiento con su mirada en la mía.
Me senté en la cama y la atraje hacia mí. Se deshizo del pantalón con mi ayuda, y besé su boca nada más quedar desnuda; la acosté encima de mí, despacio, volviendo a ser dueña de su deseo y sus ganas.
Los leves roces de su lengua a la mía me hacían perderme, hacía rato que no podía pensar en nada que no fuese Sahar y el deseo que despertaba en mí; me removía debajo de ella, apreté su culo, la apreté más, quería fundirme más en su cuerpo, mucho más. Y nuestros gemidos llenaron la habitación.
Agarré su pelo con fuerza, empujando mis dedos en su interior, suspiró y una sonrisa asomó a sus labios, sus ojos se tornaron rojos a medida que se acercaba a su orgasmo. Se ayudó, acariciando su clítoris....
-Córrete, cariño.... Vamos...
Me giré con brusquedad, saqué mis dedos con lentitud y me instalé entre sus piernas. Sahar se vino en cuanto empecé a comerle el coño, movía sus caderas en busca de más contacto; reí, levantando la cabeza. Le guiñé un ojo, relamiéndome los labios. Poco a poco fue calmándose, y sonrió, acercándose con su felina mirada puesta en su presa.
-¿Quieres más?-le pregunté, encontrando una hermosa luz en sus ojos. Sahar me miró, risueña. Sus ojos volvían a la normalidad, tonalidad oscura que me envolvía, el único abismo en el que me gustaba perderme-. ¿Qué pasa?
-Eso quiero saber, por lo general eres más agresiva y hoy has sido muy calmada. No me quejo, me ha encantado, pero percibo que algo te molesta.
Imposible ocultarle algo. Hasta empecé a creer que ya lo sabía, y que solo quería hacerme hablar. Apostaría todo lo que tengo en pertenencias materiales, a que sabe lo que me hizo follarla con más dulzura.
-Hoy hablé con Luna-le dije. No quería romper el mágico momento entre las dos, así que decidí omitir la parte en la que Luna se la pasa viendo y escuchando a su novio muerto-. ¿Sabes? Cuando la conocí...
-Antes que yo, y no me dijiste-me recordó, paseando su dedo por mi nariz.
-¿Aún no lo olvidas? Ya me disculpé y te dije el por qué no te lo había dicho.
-Mi papá no es excusa-susurró-. Prosigue.
Lamió mi cuello, suspiré.
-No me voy a concentrar, cielo-reí.
-Ya verás que sí, prosigue.
-Cuando la vi por primera vez me sorprendió, sabía que eran gemelas pero no que fuesen así de idénticas. Sus gestos, su voz, y ese rasgo feroz que comparten ustedes tres, no sé si tu hermano era igual antes de caer en coma. Pero ustedes, sobre todo Luna y tú, tienen tanto en común. Es por eso que....
Paré porque lo que seguía probablemente traería a colación la discusión de nunca acabar. Sahar esperó a que continuara.
-Cuando Sebastian murió y la vi venirse abajo, te vi a ti-susurré-. Fue como verte después de mi...
-No lo digas, no te atrevas a decirlo.-Se sentó en la cama.
Acaricié su espalda desde donde estaba, luego la imité y me senté. Besé su hombro.
-Déjame seguir, sé que anoche discutimos al respecto y no he cambiado de opinión, pero ver a Luna me dio perspectiva. Durante el mes en que tú y yo estuvimos separadas porque estabas en esa maldita fortaleza, la vi venirse abajo, fue horrible, Sahar; la fuerza que se vislumbraba en ella se hizo añicos, se cerró y aún sigue encerrada en sí misma.-Apoyé la frente en su hombro-. Es doloroso verla, el dolor en su alma se ve reflejado en sus ojos. Ha perdido mucho en tan poco tiempo; y luego pienso en nosotras, y en qué sería de ti si yo muriera.-La miré, encontré sus ojos clavados en mí-. Siendo mortal es lo que toca, en cualquier momento, cualquier lugar, y sí, lo que hacemos no nos da mucho tiempo juntas, corro peligro todo el tiempo.
-Pero sigues oponiéndote a ser inmortal, es posible que si yo te la doy no mueras jamás.
-También es posible que termine mal, como Drako, como tu madrastra y como otros tantos con los que tu padre ha compartido su inmortalidad. No quiero perder quien soy, Sahar.
-Tú no dejarás de ser quien eres.
Sus labios besaron los míos, hizo que me acostara, el beso seguía siendo casto. Tan sólo sus labios y los míos.
-Ver a Luna me hizo entender tu desesperación por darme ese regalo-dije con dulzura-. Ella perdió al hombre que amaba, y antes perdió a un padre y una hermana, y antes de eso una vida entera. Y sé que soy tu vida entera, que poco harías sin mí porque me lo has dicho, porque lo he visto, y yo estaría en la misma posición que tú si esto fuese a la inversa. Si yo fuese la inmortal. Lo entiendo, amor, créeme que sí.
-¿Pero?
-No hay peros. Lo consideraré porque no quiero que sufras.
-Si vas a considerarlo que sea porque lo deseas, porque así lo sientes. Veo el miedo en tus ojos, Vesper, y lo que yo puedo darte no será cómo lo que ha pasado con Drako y el resto.
-Eso es lo que no sabemos.
-Yo no soy mi padre-dijo con suavidad-. Él es inmortal pero si le cortaran la cabeza moriría, yo no, yo sólo vuelvo a existir. Vuelvo a despertar como si nada hubiese pasado; y eso es lo que seguro ocurrirá contigo.
Enredé mi mano en su negro y ondulado cabello, nos perdimos en la mirada de la otra.
Ella quería esto y yo seguía temiendo.
-Lo tendré en consideración, no puedo elegir ahora, sólo quería desahogarme contigo; lo necesitaba.-Era así, que lo habláramos me hacía pensar con claridad, me quitaba un peso de encima. La otra noche ella había tocado el tema debido a la muerte de Riza, verla morir la hizo imaginar mi propia muerte. Hoy me tocó probar la misma medicina, sólo que en lugar de su muerte imaginé lo que sufriría tras perderme-. Siempre me ha parecido raro que te piense y aparezcas-añadí, riendo.
-Estás atada a mí, jodida-respondió-. Para siempre, siempre.
-Siemprre es demaaaaaaasiiiiaaaaadoooooo tiempo, y.....
-Yo estoy segura de que estarás conmigo siempre, para siempre. Ya sobreviviste una vez.-Su dedo índice recorrió mi cicatriz, sentí un cosquilleo en todo el cuerpo, mi piel se erizó eso sin contar lo que su cuerpo pegado al mío le hacía a mi coño. Esta maldita necesidad-. Lo que sea que decidas lo respetaré, por mientras te usaré, te disfrutaré, te follaré porque cada segundo a tu lado cuenta.
-Me gusta lo que oigo.
-A mí lo que veo.
Retiré el cabello que cubría un poco su hermoso rostro.
-Te amo.
-No digas esa frase mundana, tan desgastada.-Me gustaba cuando decía aquello, seguido de-: Nosotras no decimos eso, nosotras lo hacemos, le damos vida.
Me abracé a ella, Sahar quitó mis manos de su cuello y entrelazó los dedos de una de sus manos con los míos por encima de mi cabeza, mientras bajaba la otra mano a mi entrepierna, sus dedos se perdieron en mi sexo.
Y así, enredadas entre las sábanas, sonrió en medio del beso que me dio.
Nunca el ruso me sonó tan sexy, a pesar de no entenderlo :) Hay algo que me gusta del amor entre Faye y Sahar, descubriré qué es.
ResponderEliminarBesos dulces y dulce noche.
El ruso es uno de mis idiomas favoritos, por eso tenía porque sí, poner a un personaje que lo hablara. Elegí a Faye para ello... Sí, muy sexy jajajajja :)
EliminarDescúbrelo porque quiero saber qué es, jum ¿qué será? ¿Qué será?
Besos dulces, Poeta... Hermosa noche ;)
Antes del comentario de mi amigo Dulce estaba ésta nota, se me ha borrado.
ResponderEliminar"NOTA: Este capítulo era para el Miércoles, pero no andaba muy bien así que acá lo dejo. Hace mucho que no escribo escenas eróticas, así que no sé si quedó decente, en lo personal, me ha gustado.
Y mi ruso está oxidado esto le dijo Faye a Sahar la segunda vez que habló en ruso o lo que se supone que le dijo. Repito, mi ruso está algo oxidado: Prikhodite i yebat' menya "Ven y fóllame..". En la primera le dice "Hazme", pero Sahar la interrumpió... Yap.. Eso era todo.
Y claro, Do svydaniya, que es Adiós...
Besos, y buen fin de semana.. ;)
Vengo como me dijiste, para ir cogiendo el hilo de tu historia… Me atrae el género, me gusta y mucho… Me encantará ir conociendo más de los personajes, en éste, qué puedo decirte¿?... He disfrutado con ese maravilloso encuentro de Sahar y Faye…
ResponderEliminarTe sigo, te leo, y te disfruto ;-)
Un placer, amiga!
Mil Bsosss!! ♥
Después de ver tu huella en la entrada anterior tenía que avisarte sobre esta blognovela :)
EliminarSerá un placer ir presentándote a los personajes de a poco en cada capítulo, haciendo algún recuento de lo ocurrido en anteriores capítulos, y así, intentaré poner detalles específicos de cosas que ya han pasado para que vayas poniéndote en situación...
Y yo a ti, guapa...
Es un placer ;)
Mil besos más para ti!!!!
Creo que una parte de tu ficción está influenciada por la relación de Sara Lance y Nyssa.
ResponderEliminarSahar y Faye hacen una linda pareja. Y la inmortalidad podría ser una buena idea.
Noto que Faye no confía en Drako.
Besos.
No te equivocas, por instantes hago esos guiños, sabes lo mucho que me gustan esos dos personajes y es una forma de homenajearlas... ;)
EliminarPero también es algo personal, voy dejando detalles personales en cada personaje y en la historia en sí, pero en metáforas..
Sí, es lo que creo también. Se ven bien juntas, y el trato que se tienen es a veces particular, se tienen excesiva confianza aunque a veces Faye es algo celosa, y Sahar no tiene ni idea de ese sentimiento. Ya verás más adelante jajaja
Al menos sabemos que Faye va a considerar volverse inmortal, veremos si al final acepta, sino pasa algo antes...
Faye es muy perspicaz...
Besos, Demiurgo...
Te leí desde el móvil y no me dejó comentar... estas tecnologías!!!
ResponderEliminarSólo añadir a todo cuanto ya te he dicho que cada vez amplías más la historia, cada matiz que sumas es más intenso que el anterior...Te felicito, Ivel.
Mil besitos y buen comienzo de semana.
Jjajaja Ay! Yo me llevo muy mal con la tecnología, mi Aurora, así que tranquila... ;)
EliminarGracias, bonica, ¿qué más decir? Sólo Gracias por seguir allí, gracias por seguir esta historia hecha con cariño para ustedes... ;)
Mil y muchos más besicos... Buen inicio de semana pa'ti, preciosa :****
Yo les hubiese alquilado una habitación en Roma....
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=ZPwTNOdRfec
Me encanto tu relato...palabra de Aleksei Alexandrovich...
Un bacci
Oh! Ya la vi esa película... ;)
EliminarMe alegra que te encantara...
Beso...