Sacrificio

Madrid, España

Amanda

    Nada más responder la llamada de Viktor desde el hospital supe que había sido Luna quien lo mandó allí. 

     Al llegar lo tenían en una cama muy cómodo, y bien atendido. Como debe ser, es un hombre de mucho dinero, las atenciones deben ser las mejores; la herida era grave, por lo que me informó el doctor. Pero ya lo habían estabilizado.

    Llamé a Drako, quería saber dónde se hallaba mi hermanita menor en ese momento, cuando respondió dijo que estaban en Nueva York, que le diera un respiro. Él se encargaría de distraerla y la mantendría a salvo, creí que era lo mejor, así que acepté y le avisé que Viktor y Piotr-desgraciadamente-estaban bien. 

    Antes de colgar me informó que Sahar estaba en el Océano Pacífico, que allí debía estar la ciudad sobre el agua de la que habló Faye. Le agradecí la información y le pedí que le dijera que se comportara. 

    Ojalá logre encontrarse, quisiera estar con ella ahora, ayudarla. Sé que me necesita y me enferma ponerle prioridad a este ser sin escrúpulos; llamé a mi casa y le dije a Faye lo que Drako me informó sobre el paradero de Sahar. Debían buscarla cuanto antes.

    

    Colgué y observé a Viktor, el médico que hablaba con él al tiempo que yo hablaba por teléfono pasó por mi lado. 

     Viktor se veía estupendo, fuera de peligro el malnacido.

     Sonrió en mi dirección.

-Mírate, Viktor. Sano y salvo-dije.

-Casi soy un Dios, Amanda, y los Dioses somos inmortales-comentó.

    Imbécil, vaya prepotencia, pensé. Y sonreí.

-¿Y Piotr?-preguntó.

-Está bien, hablé con el médico y dijo que solo sufrió una herida en el hombro. Nada de qué preocuparse.-Decidí intentar sacarle algo, cuando hablé con Piotr no dijo nada sobre Luna. Sino que fue parte de otro atentado-. ¿Quién les hizo esto, Viktor? ¿Fueron ustedes mismos? ¿Un teatrito más para achacárselo a Vládimir Bélikov?

-No.-Vaya, vamos bien-. Te preguntarás dónde ha estado Luna Giraldo, y por qué no se presentó en los actos funerarios de mi familia.

-No había querido preguntar, pero sí, lo último que supe es que tú la habías mandado llamar. Uno de tus escoltas se la llevó del hospital en Asturias el día que le dispararon a Sebas. No he sabido nada de ella desde entonces, y Maura cree que huyó por todo el dolor causado....-mentí. Sólo mentí, tenía que mantener mi posición por un tiempo más. Poco, queda poco.

    Viktor hizo un gesto de dolor, se había lastimado al removerse en la cama. 

    Sentí un fresquito, Luna está fuera de control, sin duda. No me complace que le haya disparado, pero tampoco me quejo. 

-Yo la tenía encerrada-confesó, intenté mantenerme serena. Él aún no sabía que había otra como Luna, no sabía que quien le disparó y la persona que mantiene encerrada son dos mujeres distintas-. Es una chiquilla peligrosa, hija del hombre para el que Vládimir Bélikov trabaja. Déjame contarte un detalle de mi pasado, Amy.

    Entrecerré los ojos, si supiera que lo conozco mejor que él mismo.

 

-Adelante, Viktor. Sea lo que sea no puede ser malo-dije, no sé si estoy preparada para oír la mentira que seguro se inventará. Para oír de su propia boca lo que me hizo, lo que nos hizo a mi hermana y a mí.

-El Immortal tiene dos hijas, de todos los que formamos parte de esta sociedad secreta yo fui uno de los primeros en tratar con ellas; eran fantásticas, inteligentes, aprendían más rápido que el resto....

-¿Con quiénes vivían antes de que las encontraran?-inquirí, a ver con qué me sale.

    Viktor hizo otra mueca de dolor. Lo disfruté tanto.

-Con su madre y el marido de ésta, padrastro de las niñas. Tuvieron que morir porque no querían colaborar con la causa-respondió con calma.

    Fue un trago amargo oírlo hablar de aquello, el recuerdo de esos días sigue fresco.

-Les mataste a su familia....

-Tenía que hacerse.

    "Tenía que hacerse... Tenía que hacerse"... Es lo único que sabe decir.

-Luna Giraldo es una de esas niñas, y ahora sé que hay alguien a su lado que tiene habilidades específicas.-¿Le habrá visto la cara a Drako? Orbitó delante de él, maldición-. Y que ella es consciente de todo, lo sabe todo. Tengo que encontrarla, ella nos hizo esto a Piotr y a mí, Amanda, es peligrosa. Tengo que encontrarla-repitió.

    Cómo si fuese a permitírtelo.

-¿Qué clase de habilidades específicas? ¿Quién es ese acompañante?

-No llegué a verle bien, se desvaneció muy rápido y se la llevó consigo....


-Drako Višnjić-escuché a mis espaldas. Me volví, era Piotr, llevaba la camisa mal abotonada pero se vislumbraba la venda en el hombro-. El hombre que dirige SaharGlobal en ausencia de Vládimir Bélikov era el misterioso acompañante de Luna Giraldo, es una suerte que haya logrado verlo. Y están en Nueva York.

-¿Estás seguro, Piotr?-pregunté.

-Como que tú y yo la pasamos bien en la cama, rubia mía-sonrió, guiñándome un ojo.

-Vuelves a decir algo así y lo del hombro será un rasguño en comparación con lo que voy a hacerte.

     Lo fulminé con la mirada, él me la sostuvo con igual odio. Éste debe olerse algo.

-Lo vi en twitter, Drako es todo un playboy, la prensa lo adora venga de donde venga. Y padre, con tu permiso-dijo, cogiendo el mando y encendiendo el pantalla plana que estaba enmarcado a la pared-. Esto es en directo.

    Atentado en Fracia, rezaba el titular de la noticia. Se veía a la policía desplegada en lo que reconocí eran las inmediaciones del Charlie Hebdo.

-¿Qué significa esto, Viktor?-inquirí, sin despegar la mirada del televisor.

-Sigo instrucciones de Matthew, tu querido padre, ya sabes. Lanzar a unos cuantos yihadistas en contra del semanario fue una buena estrategia para crear un poco más de caos, un poco más del ya existente, hay que seguir aterrorizando a la gente, hay que seguir avivando el fuego. Esos de allí son meros sacrificios para un bien mayor. Lo tenemos todo servido, Amy, brindemos por esto-rió.

     Me giré y los miré, ambos sonreían.
      La ira se apoderó de mí, pero tenía que controlarme...
     Contrólate... Contrólate...

   

 

  

   

   

    

 

    Sahar

      Me encontraba en un sueño profundo, esta vez la dosis del sedante fue más alta que la normal. Pero al mismo tiempo era consciente de lo que ocurría afuera de mi prisión, podía escuchar los movimientos rápidos de la gente, algo estaba pasando; intenté despertar, los párpados me pesaban y sentía el cuerpo débil, quería dormir, sólo eso, dormir. Y en eso estaba cuando escuché la voz de una mujer, y sentí que me estremecían; entreabrí los ojos y vi el rostro conocido de Riza, mano derecha de Declan. Me sobresalté, y me alejé un poco de ella.

-Tranquila, mi Señora, estoy aquí por órdenes del Alquimista-aseguró-. Vamos a sacarla.

 

-No necesito vuestra ayuda para salir de aquí, me he quedado porque quiero, si le dije a Luna donde me encontraba fue para que se hicieran una idea no para que vinieran a buscarme.

     Ella se puso de pie, me quedé sentada en la cama y vi cómo Riza se deshacía del guardia que acababa de entrar. Esa mujer es de armas tomar. No dejaba de sorprenderme cada vez que peleaba con alguien. Al guardia lo colgó del techo, luego me miró.

  

-Todo se ha cancelado, Luna Giraldo le pidió hace un mes a Amanda, dar con tu paradero. Ya no es necesario que sigas aquí, niña Sahar.

-¿Y Viktor?

-Hace un par de horas que Luna Giraldo le disparó, a él, y a su hijo.

   Eso no me lo esperaba. De ella precisamente, no me lo esperaba.

   Me puse de pie.

-Vámonos-susurré.

    Riza corrió delante de mí, se cargó a dos guardias más y le grité que me dejara algo.

 

        

    La posición en que quedó tras noquear a los dos hombres fue muy elegante. Me  guiñó un ojo y luego hizo un gesto con la cabeza, levanté el brazo derecho y golpeé con el puño la cara de uno que venía a por mí desde atrás. Riza asintió y reanudamos la huida.

     Después tendría que regresar a destruir este lugar. 

-No podemos orbitar desde aquí-dije, intentándolo.

-Algo malo rodea este sitio, una energía maligna que no nos permitía ni entrar. Tuvimos que lanzarnos de un avión que sobrevuela esta fortaleza. 

-¿Quién te acompaña?

-Gente muy calificada, vamos a volar este lugar-sonrió.

   Paré en seco, no podían hacer eso.

-Hay gente aquí, Riza.

-Sigo órdenes, mi Señora. El Alquimista dijo que debíamos sacarla y destruir el lugar.

    Declan y yo vamos a tener una seria conversación.

    Salimos enfrentando a los guardias de seguridad que nos cerraban el camino, y entre tantos se mezclaban los corderillos que adiestraban en este lugar. Riza se pasó una mano por su negro cabello, le gustaban los retos, y en ese momento éramos dos contra una legión de soldados que rozaban la perfección. La cogí de la muñeca.

-Ni lo pienses-le dije, leyendo sus claras intenciones de enfrentarlos-. Si no podemos trasladarnos como queremos, y nos toca esperar a que el avión aparezca sobre nosotros, tendré que usar otra cosa-susurré mientras levantaba mi mano derecha. Ellos empezaron a correr en nuestra dirección, me concentré y con un ademán de la mano los expulsé por los aires. Riza me lo recriminó con la mirada-. Sigues siendo humana, querida, por muy buena que seas en el combate cuerpo a cuerpo esos engendros terminarían matándote.....

    Al terminar la frase escuché un disparo, me volví y luego miré a Riza. Me distraje.... Nos distrajimos tanto que no me percaté, no sentí a ese francontirador a nuestras espaldas.

    Riza cayó de rodillas con una herida atravesando su pecho, y la vida escapando de sus negros ojos. 

-No.... No....-susurré.

    Fijé la vista hasta donde estaba el asesino, corrí y de un salto llegué hasta él, se encontraba en un puente que atravesaba de un laboratorio a otro.

     Lo cogí del cuello, pese a ser el doble de mi tamaño, y lo levanté.

-¿Escuchas eso?-le pregunté, apretando su cuello, más...cada vez más. Quiero que reviente...-¿Te empieza a faltar el aire, guapo? Puedo hacer esto todo el tiempo que quiera, y disfrutar con tus intentos de sobrevivir. Ustedes son tan curiosos.

   Lo dejé caer al suelo, aún vivía. Se llevó sus propias manos al cuello.

-¿Qué...e...eres..?-preguntó con voz ronca.

-La sociopata de mi padre.-Le puse el pie en el cuello y se lo terminé de romper-. Y pensar que quería salvarlos de la explosión, soy tan jodidamente benevolente.

   Me lancé del puente y me situé al lado de Riza, tenía que llevarla conmigo. 

   Vi hacia el cielo y logré divisar el avión, lanzaron una escalera.

-¡Vamos! ¡Suba, Eminencia!-gritaron.

-¡Tenemos que llevar su cuerpo!-respondí-¡No pienso abandonarla!

-¡Sahar, tiene que subir ahora!

    La cogí en brazos, pero me sentí débil y caí con ella. El estrés de Luna, ese que estaba canalizando.

-Debes irte.

    Levanté la mirada y vi a Riza de pie frente a mí y su cuerpo. Su alma desprendía tanta paz.

-Déjame y vete, siempre te estaré agradecida. Sabes por qué, niña Sahar-sonrió, y me extendió una mano transparente que logré tocar-. Tienes un gran corazón, aunque debes controlar ese lado fiero que tienes, ayuda a tus hermanas. Ellas son tu camino, ellas y Faye.-Cogió la escalera, y puso mi mano en ella-. Ahora vete, Declan y Faye están en Escala.

     Subí sin mirar atrás, sabía que si lo hacía querría volver a por ella.

    Ya en el avión y a medida que nos alejábamos, vi estallar la ciudad sobre el agua de Viktor Strauss. Aunque sabía que en todo el mundo habían más fortalezas así, sentí alivio de ver una destruida, y Amanda también lo sentirá.

     Cuando dejé de sentir la presión que aquella fortaleza y el sentir de Luna provocaban en mí, logré tener un instante de paz. Pude concentrarme y trasladarme de allí del avión a Escala.

   Miré alrededor, estaba afuera del salón donde Declan solía encerrarse, la puerta estaba abierta. Entré.

 -Sahar-sonrió Faye al verme, y vino a recibirme.

-Hola, cariño.-Me abrazó y besó muy quedo mis labios.

-Pueden seguir con sus arrumacos en otro momento, ¿dónde está Riza?-preguntó Declan.

    Yo negué con la cabeza. Y él lanzó una mesa al otro lado de la habitación.