<<Claudia caminaba de un lado a otro nerviosa, se sentó a la mesa del comedor con tan sólo una taza de café y una tostada en la mano. Su marido entró, depositó un beso en la cabeza de la mujer mientras se ataba la corbata; sonrió al notar que al fin se había calmado. No era el típico nerviosismo de hace una semana cuando su hija se marchó dejando tan sólo un mensaje en su computadora: "Estaré bien".
A Claudia ése "Estaré bien" la preocupó más, sabían adonde había ido y las razones que la hicieron regresar a ése lugar.
-Hablé con Leyla, dijo que ella se hallaba en perfecto estado. Vive en un apartamento muy lindo, me lo mostró a través de Skype.-explicó adelantándose a la pregunta de su marido.-¿Me servirías más café?
-No, ha sido suficiente.-replicó Warren con una sonrisa pícara-. Pero si dices que ella está bien ¿qué te preocupa tanto?
-Todo.-susurró Claudia atándose su negra melena en una cola de caballo-. Sé que está en su derecho de saber qué ocurrió, yo también quiero saberlo pero si la cuestión fue tan fea, ella.... ¡Dios! No quiero ni pensar en lo que pueda pasarle de llegar a encontrar algo. Odio que Emma no nos diera suficiente información.
Warren se sentó a la mesa, no había cogido nada para desayunar salvo una taza de café. A Claudia eso la tomó por sorpresa, su marido es igual que su hija, no le gusta tomar café en ningún momento del día; no le gusta, punto.
-¿Revisaste su ordenador?-le preguntó a su mujer.
-Lo hice, pero Ivel eliminó todos los e-mails que Emma le envió. Bueno, los pocos.-Corrigió, hundiéndose en la silla.-Sé que Emma, después de insinuarle que sus padres no murieron en un accidente, intentó convencerla de que lo dejara así; Ivel me lo contó. ¡Pero vamos! Ya le había dado la idea, y después de que a Ivel se le mete algo en la cabeza es difícil que desista; al final Emma dejó de intentar convencerla de buscar pistas y le dijo que si estaba decidida, debía buscar ayuda. Le dio un nombre: Elliot, así que Ivel ya debió hacer contacto con ésta persona para que le ayudara.
-Elliot es el hijo de Emma.-le recordó Warren, revisando unas carpetas que tenía en la mesa.
Claudia observó a su marido, tenía un caso con el que lidiar; el pobre no ha dormido bien en días, y ella ni hablar. Con Ivel al otro lado del mundo no era para menos, conocía al dedillo el modo de actuar de su hija.
No le quitaba los ojos de encima a los documentos que su marido revolvía, realmente estaba ocupado y ella distrayéndole de ése modo. Aunque sabía que a él no le enfadaba, era de su hija de quien estaban hablando; Claudia se levantó y se sirvió más café, pudo escuchar la sonrisa de su esposo. Volvió a sentarse, y algo entre los papeles de Warren llamó su atención.
Era una nota de periódico, la cogió y leyó el pie de la foto que acompañaba la nota.
-¿Éste hombre fue el último en ver a Willem Burton, Warren?-inquirió, enseñándole la imagen a su esposo. Éste asintió-. ¿Viste el nombre, Warren?-Ésta vez la pregunta fue hecha con un tono diferente, como de temor.
El hombre levantó la mirada, sus ojos azules se clavaron en los oscuros ojos de su mujer.
-Carlysle Alexander.-respondió con calma.
-Ivel nació bajo ése apellido.
-Es común...
-Sí, lo sería si su tío no se llamara "Carlysle".-Claudia se puso de pie nuevamente, tensa, nerviosa.-¿Qué probabilidad hay de que éste hombre tenga que ver con la muerte de Willem Burton?
-Claudia....
-Necesito que me lo digas. ¿Lo crees sospechoso?
-Claudia, yo....
-¡¿Lo crees sospechoso?!-Su voz había subido una octava.
Si su marido creía que Carlysle Alexander estaba involucrado en la muerte de aquél hombre, entonces tenía razón; Warren nunca fallaba.
-Yo lo creo sospechoso, pero no por eso lograré meterlo a prisión, ése hombre tiene mucha influencia. Una cosa es lo que crea yo, y otra lo que hagan los jueces con ésa información.
Claudia se cruzó de brazos.
-¿Crees que el chico al que encontraron en la escena del crimen es inocente?
-Un chivo expiatorio, si tan sólo recordara el rostro de la mujer que salía de la casa cuando él llegó. ¡Maldita sea!-exclamó, golpeando la mesa con el puño.
-Quisiera ver al chico, Warren.-Su esposo asintió, y ella subió a cambiarse. Bajó al poco tiempo, y dijo:-Al terminar con esto me iré a Norteamérica, no dejaré a Ivel con ése loco suelto por allí.
-Ni siquiera sabemos....
-Tu instinto es bueno, cielo. ¿Y que tal si ése hombre tiene sus manos metidas en el supuesto accidente de los padres biológicos de Ivel?-decía mientras cerraba la puerta de la casa.
-¿Matar a su hermano y a su cuñada?
-Hemos visto cosas peores, cielo. Y déjame corregirte: Su hermano, su cuñada y su sobrina.-Warren se sorprendió-. Leyla encontró el camposanto donde yacen los padres de Ivel. Hay una tercera lápida con el nombre de una niña, creen que Ivel murió también; es un pequeño detalle que Emma no nos dijo.
Warren condujo en silencio mientras su esposa revisaba los papeles. Claudia había abandonado todo lo que tenía que ver con la justicia cuando su propio padre fue asesinado frente a ella, y todo quedó en el aire. Nadie hizo nada.
Ella prefirió renunciar, pero de vez en cuando "metía sus narices" como le decía Warren, tal vez buscando un poco de la justicia que a ella se le negó.
Cuando llegaron al hotel donde resguardaban al sospechoso bajó con las carpetas en la mano, Warren la seguía de cerca; Claudia estaba enfadada, preocupada, todo al mismo tiempo. "Carlysle Alexander..." pensaba.
Los oficiales que estaban a la puerta de la habitación la dejaron entrar sin hacer preguntas. Llevaba una mirada amenazadora; Warren entró tras ella, pero antes de que pudieran ver al sospechoso escucharon un estallido. Warren corrió hacia la ventana para ver qué ocurría, Claudia se acercó.
-Esto tiene que ser una broma.-soltó la mujer.-Me debes un Ferrari.-suspiró al ver su coche en llamas.>>
Warren se sentó a la mesa, no había cogido nada para desayunar salvo una taza de café. A Claudia eso la tomó por sorpresa, su marido es igual que su hija, no le gusta tomar café en ningún momento del día; no le gusta, punto.
-¿Revisaste su ordenador?-le preguntó a su mujer.
-Lo hice, pero Ivel eliminó todos los e-mails que Emma le envió. Bueno, los pocos.-Corrigió, hundiéndose en la silla.-Sé que Emma, después de insinuarle que sus padres no murieron en un accidente, intentó convencerla de que lo dejara así; Ivel me lo contó. ¡Pero vamos! Ya le había dado la idea, y después de que a Ivel se le mete algo en la cabeza es difícil que desista; al final Emma dejó de intentar convencerla de buscar pistas y le dijo que si estaba decidida, debía buscar ayuda. Le dio un nombre: Elliot, así que Ivel ya debió hacer contacto con ésta persona para que le ayudara.
-Elliot es el hijo de Emma.-le recordó Warren, revisando unas carpetas que tenía en la mesa.
Claudia observó a su marido, tenía un caso con el que lidiar; el pobre no ha dormido bien en días, y ella ni hablar. Con Ivel al otro lado del mundo no era para menos, conocía al dedillo el modo de actuar de su hija.
No le quitaba los ojos de encima a los documentos que su marido revolvía, realmente estaba ocupado y ella distrayéndole de ése modo. Aunque sabía que a él no le enfadaba, era de su hija de quien estaban hablando; Claudia se levantó y se sirvió más café, pudo escuchar la sonrisa de su esposo. Volvió a sentarse, y algo entre los papeles de Warren llamó su atención.
Era una nota de periódico, la cogió y leyó el pie de la foto que acompañaba la nota.
-¿Éste hombre fue el último en ver a Willem Burton, Warren?-inquirió, enseñándole la imagen a su esposo. Éste asintió-. ¿Viste el nombre, Warren?-Ésta vez la pregunta fue hecha con un tono diferente, como de temor.
El hombre levantó la mirada, sus ojos azules se clavaron en los oscuros ojos de su mujer.
-Carlysle Alexander.-respondió con calma.
-Ivel nació bajo ése apellido.
-Es común...
-Sí, lo sería si su tío no se llamara "Carlysle".-Claudia se puso de pie nuevamente, tensa, nerviosa.-¿Qué probabilidad hay de que éste hombre tenga que ver con la muerte de Willem Burton?
-Claudia....
-Necesito que me lo digas. ¿Lo crees sospechoso?
-Claudia, yo....
-¡¿Lo crees sospechoso?!-Su voz había subido una octava.
Si su marido creía que Carlysle Alexander estaba involucrado en la muerte de aquél hombre, entonces tenía razón; Warren nunca fallaba.
-Yo lo creo sospechoso, pero no por eso lograré meterlo a prisión, ése hombre tiene mucha influencia. Una cosa es lo que crea yo, y otra lo que hagan los jueces con ésa información.
Claudia se cruzó de brazos.
-¿Crees que el chico al que encontraron en la escena del crimen es inocente?
-Un chivo expiatorio, si tan sólo recordara el rostro de la mujer que salía de la casa cuando él llegó. ¡Maldita sea!-exclamó, golpeando la mesa con el puño.
-Quisiera ver al chico, Warren.-Su esposo asintió, y ella subió a cambiarse. Bajó al poco tiempo, y dijo:-Al terminar con esto me iré a Norteamérica, no dejaré a Ivel con ése loco suelto por allí.
-Ni siquiera sabemos....
-Tu instinto es bueno, cielo. ¿Y que tal si ése hombre tiene sus manos metidas en el supuesto accidente de los padres biológicos de Ivel?-decía mientras cerraba la puerta de la casa.
-¿Matar a su hermano y a su cuñada?
-Hemos visto cosas peores, cielo. Y déjame corregirte: Su hermano, su cuñada y su sobrina.-Warren se sorprendió-. Leyla encontró el camposanto donde yacen los padres de Ivel. Hay una tercera lápida con el nombre de una niña, creen que Ivel murió también; es un pequeño detalle que Emma no nos dijo.
Warren condujo en silencio mientras su esposa revisaba los papeles. Claudia había abandonado todo lo que tenía que ver con la justicia cuando su propio padre fue asesinado frente a ella, y todo quedó en el aire. Nadie hizo nada.
Ella prefirió renunciar, pero de vez en cuando "metía sus narices" como le decía Warren, tal vez buscando un poco de la justicia que a ella se le negó.
Cuando llegaron al hotel donde resguardaban al sospechoso bajó con las carpetas en la mano, Warren la seguía de cerca; Claudia estaba enfadada, preocupada, todo al mismo tiempo. "Carlysle Alexander..." pensaba.
Los oficiales que estaban a la puerta de la habitación la dejaron entrar sin hacer preguntas. Llevaba una mirada amenazadora; Warren entró tras ella, pero antes de que pudieran ver al sospechoso escucharon un estallido. Warren corrió hacia la ventana para ver qué ocurría, Claudia se acercó.
-Esto tiene que ser una broma.-soltó la mujer.-Me debes un Ferrari.-suspiró al ver su coche en llamas.>>
AL MENOS NO ESTABAN EN EL COCHE,, UFFFFF...
ResponderEliminarY ES PERO QUE MUY NORMAL ESA PREOCUPACIÓN POR LA CHICA.
UN BESAZO IVEL!!!
Es un alivio que la explosión halla ocurrido justo después de que ellos bajaran....
EliminarUn besazo, Lord!!!!!
La verdad es que ya me imaginaba que no estaban en el coche, pero sí... Es un alivio confirmarlo XD. Pues voy a quemar lso coches, a ver si consigo un ferrari XD.
ResponderEliminarPD: Perdón mi tardanza en comentar, estoy de vacas flacas y lo único que llevo es un portatil mierdecilla. Espero que lo entiendas jajajajajaja.
UN BESAZO!