Sechs
Flashback
Año 14 del Apogeo de los Minerva
Seis años atrás
Me hallaba de pie frente a un local, en el cielo añil brillaba el Sol pero no hacía calor, el frío fue inclemente en un principio cuando desperté en uno de los banquillos del parque a mis espaldas. Mi cuerpo se acostumbró pronto, mi piel recibió aquellas bajas temperaturas como si hubiese sido programada para soportarlas.
Nieve.
Esto bajo mis pies es nieve.
¿Cómo la reconoce mi mente si no recuerdo ni mi nombre?
Sol. Cielo. Añil. Parque. Nieve. Palabras que pasaron por mi mente nublada cuando mis ojos se centraron en esos detalles, recibía la información, procesaba y venían los nombres de las cosas.
Nombre.
¿Qué es un Nombre? ¿Por qué me preocupa no recordarlo?
Miré en mi muñeca izquierda una uve V y una I tatuada a su derecha.
Números romanos.
Debajo una palabra:
VI
Sechs
—Seis—susurré.
Por instinto llevé mi mano a mi pecho y me aferré a una pequeña placa rectangular de plata que usaba de colgante. Tenía el mismo número grabado en relieve: VI. Sechs.
—Seis—volví a susurrar.
¿Cómo llegué aquí? ¿Qué es "aquí"?
El local frente al cual me encontraba tenía libros en el aparador, la fachada era de color púrpura, y al prestar mayor atención a mi alrededor noté que no era el único edificio en ese color. Habían banderas ondeando en cada establecimiento de la calle, en el estandarte, justo en medio, se podía ver un símbolo además de una letra eme M dorada, el símbolo me pareció una flama, también dorada, y se situaba por encima de la letra; aquel tono de púrpura me resultaba diferente, de por sí lo consideraba un color bonito, ¿desde cuándo consideraba el color púrpura bonito? No lo sé, pero ese tono brillante llamaba la atención, era elegante y hasta completamente único.
Noté también esas tonalidades en la vestimenta de la gente que caminaba por allí, algunos con togas, pantalones y botas como calzado, otros con uniformes ¿militares?
Sí, militares.
Miré mi propia ropa. Luego me analicé de arriba a abajo en el reflejo que me devolvía el cristal del aparador: botas, chaqueta negra, pantalón del mismo color y una camisa púrpura. Bien, al menos iba vestida acorde a lo que eran los colores protocolares de dicho lugar.
***
Presente
Me pregunté ¿qué diablos estoy haciendo? ¿En qué punto me equivoqué conmigo misma? Me lastimo adrede, tropiezo a propósito con la misma piedra, pierdo el sentido, escribo sin sentido, no hay un orden específico entre letras, palabras, frases....
No lo hay.....
Y viajé en un tren hacia tierras desconocidas, mi corazón quería descarrilarse, yo quería fallarme si no valía las ganas. Mi rostro se desfiguró, se mezcló con el de tanta gente, perdiéndose, me extravié en el camino y dormí en otras camas,
fui otras pieles,
otros cuerpos sin alma entre sábanas de olvido con aroma a sexo-nada medicinal-....
Despierto cuando en realidad no dormí y subo al próximo tren. No corrijo el rumbo, el tren va infestado de risas falsas por lo amargas,
a las 11:11 otra estación....
Realidad y metáfora. Metáfora de la realidad.
Un año entero encerrada en esta maldita torre porque a los Minerva no les parecía apropiado lo íntimas que nos notaban a Vier y a mí. Fui tan estúpida al ceder a mis impulsos ese día, Vier no estaba en condiciones de nada, yo hice un mal y luego me fui, Eron me excusó diciendo que me enviaba a otra región, no dio motivos. Y yo sólo le dejé una escueta nota a Vier.
Él nos había visto. Nos vio.
¿Por qué no la consolé de una manera en la que nuestras bocas no entraran en contacto?
Bien hecho, Sechs, su esposo muere, el cuerpo no se termina de enfriar y tú te lanzas con todo. Serás basura.....
Ella no tiene ni idea de que sigo en Sedona, de que nunca me fui.
Me encerraron para que meditara sobre el pecado que había cometido, y Eron y su madre eran los únicos que conocían el motivo de dicho encierro: un beso, un puto beso.
Una parte de mí intuía que era la excusa. Y la otra mitad sabía que Vier vería en el traslado que acepté sin rechistar una huida para pensar en lo ocurrido.
Los Minerva tenían estricto control sobre los miembros de su familia, no podían iniciar una nueva relación, después de morir un miembro de la pareja que llega a conformarse, sin el visto bueno de sus líderes. En este caso, Eron y su madre. Incluso el acercamiento a dicha familia es difícil, he allí lo inapropiado y el pecado, no soy digna de ocupar el lugar que Ion dejó.
Es que Vier ya llevaba el apellido Minerva por adopción, por ende, un acercamiento romántico era imposible. Sin contar que yo era su subordinada, ¿mezclarse con subordinados? Ni cagando.
Tenían sus razones detrás de tanto hermetismo.
Y aunque tanto Vier como Ren llevaran el apellido Minerva por adopción, no se llamaban a sí mismas "parte de la familia". Según Vier, nunca se acostumbraron a ello.
Apagué el reproductor de música, me hallaba arropada en un sofá pasando el tiempo de encierro. No puedo dormir, pocas veces caigo en ese estado.
Giré el rostro hacia las dos puertas de entrada a la habitación, las habían abierto.
Maldita sea mi suerte, ya había empezado a sentirme aliviada por que hoy no se presentaría.
Sus rizos negros estaban todo alborotados como de costumbre, y su azul mirada dulce escondía a un psicópata en toda regla. La primera impresión que te daba Eron era la de un chico tierno, amable, cuidadoso, responsable, tranquilo, callado, pero era mejor no hacerle perder la paciencia. Me gustaba alterarlo, a mí no me costaba nada.
Me preguntaba si Vier y Ren conocían su verdadera personalidad.
—Te he traído un obsequio—sonríe—. Entra—ordena, y me levanto apretando las manos en puños. Una chica morena, de ojos café rasgados y pelo lacio largo entró a la habitación, su esbelto cuerpo llevaba un fino vestido negro, iba descalza, la noté nerviosa.
—Llévatela, no la quiero—dije sin perder la calma.
—Así empiezas, y luego.....
—Qué te la lleves. Ya obtuviste lo que querías, estoy sucia, Vier no va a mirarme y lo que viste tú no fue más que un error, ni tú ni tu madre tienen por qué pensar que ella traicionó el amor que sentía por Ion, fue la única vez que pasó y no volverá a pasar. Igual ya te has encargado de ello.
—Espera afuera—le dijo a la joven. En cuanto ésta salió, y mientras se arreglaba la manga derecha de su saco blanco, habló—: Estoy protegiendo la memoria de mi hermano, y a Virginia. Tú no tienes cabida en su vida más que como su subordinada, no tienes nada que ofrecer, un pequeño monstruo como tú, una muñeca....
—Basta—susurré, mantuve el rostro en alto—. Si ya has terminado, déjame sola. Y llévate tu obsequio.
—En realidad, Triunvirato necesita de tus servicios—cruzó los brazos, le di la espalda—. Deberías celebrar, por fin vas a salir.
—Ya me acostumbré al encierro, pero gracias por la tentadora oferta—contesté, tomando asiento en el sofá—. Además, tienen un ejército enorme dentro del Buró de Seguridad Pública, no me necesitan.
—Hay mucho trabajo, Sechs, si ya antes lo había al intentar mantener lejos a esos bichos voladores que se creían nuestros dueños, y que gozaban jugando a manipularnos, imagina el trabajo que tenemos ahora que cayeron de sus pedestales.
—Repito: tienen un ejército enorme, desháganse de Ellos.
—No iniciaremos una guerra, protegemos a nuestra gente de esas desgracias. Y no seremos los primeros en lanzar la piedra.
—Excusas, excusas—sonreí—. <<Estamos en un planeta al que Ellos bautizaron Coliseo, somos Gladiadores, nacimos para entretenerlos y ser su alimento. Ambrosía de Dioses...>> ¿No es así como inicia el poema épico histórico sobre este mundo?
—¿Y eso qué?
—¿Alguna vez dejamos de ser alimento? ¿Realmente, en Coliseo, fue conquistada la libertad, o la revolución fue parte del entretenimiento?
A Eron le disgustó visiblemente mis inquisiciones.
—Fuiste entrenada para ser la escolta exclusiva de mi hermano y de Virginia, no para cuestionar, desde el momento en que ellos te encontraron pasaste a ser propiedad de Sedona. No vives para cuestionar—enfatizó.
—Da igual para qué vivo. Pensaré tu oferta, ¿de qué se trata?
—Llegó a nuestros oídos información sobre una droga letal que se está distribuyendo en las subastas anuales que tienen lugar en Secian Korodo.
—Ese barrio fue clausurado por dichas subastas, y no sería reabierto antes de una seria limpieza y reconstrucción.
—Alguien lo reabrió antes y volvió a poner en funcionamiento las subastas.
—¿Bajo vuestras narices?—Me acerqué a él.
—Es por eso que queremos a alguien dentro, mi madre opina que Ellos están involucrados y que pueden haber Altos Mandos de Coliseo aliados a esas criaturas.
El chico estaba calmado, me alejé y volví a sentarme en el sofá.
—Armen una redada—le sugerí para safarme del asunto.
—Nunca sabríamos quién de los nuestros está metido, además no podemos entrar como antes.
Eso llamó mi atención.
—Hay una especie de barrera que cubre el lugar—explicó cuando lo miré interesada—, a simple vista lo que encuentras es el barrio desolado, pero al traspasar la barrera es otra historia.
—Como lo que nos separa de Assiah.
—Similar, sí.
—¿Pero cómo saben lo que está ocurriendo allí? ¿Quién les dio la información?
Eron suspiró, aclaró su garganta antes de responder.
—Ion—susurró—. Estaba entre las anotaciones de Ion.
—Entonces no es Triunvirato quien me requiere, esto es más personal. A tu madre debió costarle mucho dar su brazo a torcer para pedirme el favor después de todo lo que me han hecho para ensuciarme delante de Vier.
—Te doy lo que quieres, ¿o negarás que ibas a seguir los pasos de mi hermano para dar con la verdad tras su muerte?
¿Qué era lo que siempre decía Ion?
Ah, sí: Nunca te fíes de los Minerva, nunca. Incluyéndome.....
Eron empezó a caminar hacia la puerta.
—Por cierto—se detuvo poco antes de llegar—, Vier será promovida a Comandante la próxima semana. Pensé en que podrías ser su Segunda, si te portas bien, claro.
No me vio llegar hasta él, lo cogí del cuello y lo pegué de la puerta derecha.
—¿Qué juego es este?—inquirí, serenidad en mi voz ante todo.
—No sé por qué tendría que ser un juego—rió, apreté más su cuello.
—Sabías que haría cosas con esas personas que trajiste, sabías cómo actuaría, me ensucié, tienes vídeos sobre ello para mostrarle a Vier en caso de ceder a lo que siento por ella, todo para que se aleje de mí. Y ahora dices que me dejarás ser su Segunda, ¿por qué?
—Si mi cu....ñada va a ser secun....dada—respondió con dificultad—, que sea secundada por la mejor.
Lo solté y di un paso atrás anonadada por sus palabras, se arregló el cuello de su camisa y saco.
—Mientras no te la folles—añadió riendo.
—Qué gracioso, Eron.—Chasqué la lengua, me relajé para no cometer un acto bárbarico allí mismo. Él también sabía ponerme de mal humor—. Si igual pensaste en mí para secundarla ¿por qué....
—Porque tu lugar no es como su compañera de vida, no eres como nosotros, Sechs, eres instinto, no sentimiento. Las muñecas no tienen sentimientos, no naciste para tenerlos, eres una herramienta; jamás aceptaremos a alguien como tú, no dentro de nuestra familia, y Vier tampoco te aceptará de la forma en la que crees quererla. ¿No te ha enseñado nada sobre ti misma lo que has hecho durante todo un año?
Me alejé caminando hacia el balcón, el frío acarició la piel de mi rostro y la de mis brazos descubiertos apenas estuve fuera, la nieve caía sobre Sedona y más allá; aquel clima era mi elemento.
—Toma—Eron puso una tarjeta negra sobre la baranda de granito del balcón, al lado de mi mano derecha—. El código es Net(1), NetKa(14). Mi hermano logró filmar el efecto de la droga sobre una persona. Volveré por tu respuesta.
—¿Tengo opción?—pregunté, tomé la tarjeta con la mirada fija en el blanco horizonte.
—No vas a negarte—respondió de camino al interior de la habitación.
Sí, ¿por qué me negaría?
Mi tesoro qué alegría volver a leerte, y es que tienes el don de la creatividad. Qué metáfora de la realidad más preciosa.
ResponderEliminarUn beso enorme.
TQ
Estoy disfrutando mucho escribiendo esta historia, hacía meses que no me emocionaba tanto escribiendo, había perdido la inspiración y parece estar regresando... *.*
EliminarGracias por tu huella, Mi María Bonita.... :***
Besos para ti....
TQ!!!!!!!!!
Una verdadera obra creativa ..me alegro de volver a leerte.
ResponderEliminarUn abrazo !!
A ver cómo avanza, estoy muy emocionada con los personajes y la historia en sí; y nada como compartirlo con ustedes... *.*
EliminarUn abrazo, Campi Bella.... ;)
Tus historias son dignas de una serie, esta con aires futuristas pero como siempre con esos dilemas existenciales de los personajes.
ResponderEliminarBesos dulces Ivel y dulce fin de semana.
Sería muy lindo ver a los personajes cobrando vida en una serie, ¿te imaginas a Faye? o.O
EliminarBesos, amigo mío, y buen fin de semana.... ;)
Por partes...
ResponderEliminarMe he quedado con la duda de por qué Sechs perdió la memoria en su día... Muy interesante ese punto entre el pasado y el presente, que podría revelar mucho a lo largo de la historia.
Por otro lado, la historia entre las dos me ha producido mucha tristeza. El dolor que ahora puede sentir Sechs... Los Minerva son un poquito cabroncetes, pero también te diré que Eron me ha gustado (jiji) jajajaja
Tengo la sensación de que ni los malos son tan malos, ni los buenos tan buenos. Que tal vez "Ellos" sean tan víctimas como verdugos. Pero bueno, ya lo iré descubriendo... Muy intrigante todo.
Me ha encantado el párrafo de esa sensación de pérdida de memoria y a la vez recordar cosas que no se sabe por qué. Como un sueño a trozos o una sensación de dejavú.
Sigue pronto...
Un beso enorme, cariño.
Esas intrigas familiares que siempre entorpecen en los sentimientos puros... Me reitero, me encanta tenerte de vuelta con estas historias tan bien definidas. El juego en el tiempo, la psique que tan bien sabes usar. Admirable, Ivel.
ResponderEliminarMil besitos con mucho cariño para ti.
PD.- Me alegro de tu mejoría, poco a poco... sigue cuidándote, preciosa ♥♥
Me quedé super enganchada con el inicio de esta segunda parte, con ese viaje al pasado donde recuerda cosas pero no sabe muy bien por o para qué...
ResponderEliminarEres una pequeña genia creativa!
Besotes y quieroTe muuuuuuuuuuuuucho!
Te ofrezco humildemente mi blog con historias 100% reales con mi sumisa.
ResponderEliminarNo conozco o no recuerdo esta historia. Pero que detestable es Eron.
ResponderEliminarBesos especiales.