Vier
Escondí una hoja en el bosque, Zibá,
tuve una corazonada
tinta sangre de escarcha acristalada y por eso,
extranjera en este mundo,
dejé lo correcto y lo incorrecto en el pasado;
mi propia víctima,
mi propia victimaria....
Fui hecha de hielo escarcha....
No sé decirlo de otra forma,
Con Amor,
Sechs....
"No sé decirlo de otra forma"....
Deja una nota y accede a la sugerencia de Eron, eso de enviarla a Kazárova. Pero comprendo, necesita pensar.
—¿Virginia? ¿Vier?
—¿Ah?
—¿Escuchaste lo que te dije?
—Sí—respondí. La mirada de mi hermana juzgándome me obligó a suspirar y responder con sinceridad—. No.
Desvié la mirada, la suya seguía juzgándome; hacía un año que mi esposo había muerto, y ese día era la primera vez que salía de mi apartamento. Fui a verla a Ren porque la extrañaba, la necesitaba; tenía razón en que sola me hundiría, lo decía cada vez que me llamaba o escribía una carta, así como decía que le permitiera visitarme pero yo no quería ver a nadie y no quería que me vieran devastada como me hallaba en aquel momento.
Saqué fuerzas, tomé el coche y viajé dos horas bosque adentro, su hogar se encontraba lejos de la ciudad.
—Las investigaciones, ¿en serio no continuarán?—supuse que era de lo que había estado hablando, eso a lo que no puse atención poco antes.
—Fue suicidio, su familia lo ha dejado así.
—Tú eres su familia, insiste, él no haría algo como eso.
—No puedo contra ellos, ¿crees que no lo intenté?
Y mucho lo intenté pero no creían poder avanzar en algo cuyas señales apuntaban todas a un suicidio. Todo con lo que contamos para desvelar crímenes no demostraba lo contrario; la imagen de él disparándose en la boca la tenía fresca en mi mente.
El Buró de Seguridad Pública y el Ministerio de Bienestar, entes en manos de los Minerva-familia de mi esposo-, dieron por cerrado el caso.
Si hay un consejo que recordaré siempre de mi esposo, ese será: Nunca te fíes de los Minerva, nunca. Incluyéndome......
Ren suspiró.
—¿Qué has sabido de Sechs?—preguntó mientras me servía más té.
—Nada. Siempre va a su bola, rara vez da alguna explicación sobre sus acciones—gruñí. Ren soltó una carcajada, francamente no le encontré el chiste a mi comentario.
Se ató su rojo cabello en una coleta alta, el gesto de su rostro no cambiaba, me estudiaba como quien ya ha descubierto algo pero aún quiere confirmar su descubrimiento. La sonrisa pícara en sus labios se vio disimulada por una mueca de hastío.
—¿Recuerdas hace seis años cuando ocurrió aquel incidente al otro lado?—preguntó.
—¿Cómo olvidarlo? Ion y yo salimos de la base bajo permiso de Eron, paseamos lejos de Sedona, todo fue diversión por un par de días hasta que el alboroto empezó. No nos han permitido ir a investigar—en este punto bajé la voz—, Triunvirato tiene todo congelado, es la primera vez que impiden que se cruce al otro lado; Ion tenía acceso a más información y sospecho que tiene que ver con su no suicidio.
—Eso temo también, y conociéndote como te conozco no me gustaría que siguieras sus pasos, tanto como estoy segura que Sechs lo ha hecho.—Enarqué una ceja—. ¿Lo sospechas, cierto? Ion estuvo en Kazárova un mes antes de su muerte, la diferencia es que quien lo envió a él no fue Eron como hizo con Sechs.
—Ion fue voluntariamente—dije levantándome, admito que me ponía nerviosa hablar de mi esposo y sus movimientos clandestinos, considerando que probablemente nos vigilaban. Y cuando me pongo nerviosa me da por caminar por todo el espacio que tengo disponible—. Nunca habló sobre eso conmigo, lo evitaba, y cómo no si tenemos al enemigo en casa.—Miré el cielo desde la ventana más cercana detrás del sofá rojo donde mi hermana estaba sentada—. Nuestros predecesores se libraron de Ellos gracias a los ancestros de Ion que escaparon de el otro lado, o que mejor dicho, fueron obligados a huir de allá. Hubo un plan de recuperación, no pudo llevarse a cabo, y hace seis años Ellos cayeron como la nieve cae en este instante. Algo los hizo bajar de sus pedestales, algo arrebató sus alas.
—¿Plan de recuperación?—se extrañó mi hermana, me giré y la encontré arrodillada en el sofá.
—Los Minerva no son de este lado, ¿alguna vez prestaste atención en Historia?
Ren arrugó la cara, asqueada.
—No era mi asignatura favorita.
Me acerqué, tomé un cojín del sofá y empecé a golpearla con el mismo. Ren reía a carcajadas pero no tenía cómo defenderse; sí me había hecho falta visitarla.
—¡Tía Vier!—exclamó una vocecita frente a mí, me encontraba encima de Ren golpeándola aún con el cojín. Me detuve y salté hasta caer liviana frente al pequeño—. Tía Vier, has venido—se abrazó a mi cintura.
Me incliné para besar su rubio cabello, y su frente. Él me miró con una sonrisa radiante en su boca, sus ojos dorados llenos de felicidad me quitaron un peso de encima, aquella mirada y tan linda sonrisa se llevaron mi tristeza por un rato; sin embargo, no quitó el escalofrío que sentí antes de siquiera levantar la mirada de su carita.
—Virginia—saludó el hombre que provocaba dicho escalofrío. Ese tipo me inquietaba sobremanera.
—Gabriel—contesté separándome del niño, miré a Ren, era obvio que a su marido no le gustaba verme.
El sentimiento era mutuo.
Mi sobrino llamó mi atención moviendo mi mano derecha. Su padre se quitó la bufanda gris que llevaba al cuello y fue a reunirse con Ren; era tan rubio como mi sobrino, la diferencia entre ambos era la piel pálida del padre, la de mi sobrino tenía algo de color.
No me gustaba Gabriel, nunca me gustó Gabriel, por momentos sentía que tenía a mi hermana y sobrino secuestrados.
Es que él fue el enemigo, él fue uno de los que perdió sus alas hace seis años. Quizá era eso lo que me mantenía en alerta, el enemigo, pero es que su presencia oscura, su aura no me ayudaba a pensar diferente; la razón de que yo no le guste es exactamente por lo que el sentimiento es mutuo. Soy un soldado de los míos, él es un Mariscal de los suyos.
—¿Estás lista?—le preguntó a Ren, ésta me miró nerviosa.
—Tía, ¿tú también vienes?—se emocionó mi sobrino.
—Vier no podrá venir, Lucian, este viaje es para nosotros—habló Gabriel.
—¿Viaje adónde?
—Freyja necesita a Gabriel en Fólkvangr, así que decidimos mudarnos allí; no esperaba tu visita, olvidé mencionártelo porque me distraje con la felicidad que me embargó al verte. De camino iba a pasar por tu apartamento para dejarte la llave de este lugar—explicó mi hermana alternando la mirada entre su esposo y mi persona—. Por eso he querido verte e insistí estas últimas semanas, pero nunca me lo permitiste y no quería decírtelo por escrito ni por ningún otro medio que no fuese en persona.
—Lo siento por encerrarme, ¿pero Fólkvangr, Ren? ¿Con Ellos?
—¿No pensarás que dejaré a mi esposa y a mi hijo?—intervino Gabriel, más relajado se sentó en el sofá y cruzó las piernas—. No cargo con egoísmos como lo hacía tu marido que no pensó en ti ni en Bina-Emy, e hizo lo que hizo.
Lucian me apretó muy quedo la mano, fue lo que impidió que atacara a su padre. El niño sabía muy bien que ese comentario no era apropiado porque cuando lo miré, sorprendida por su ligero apretón, su mirada me suplicaba calma.
—Así no, Gabriel, discúlpate—pidió Ren.
—No fueron creados para quitarse la vida que se les obsequió, de hecho prohibimos el suicidio, pero perdón.
—Gabriel—protestó mi hermana.
—Déjalo, sangra por la herida que su Creación les asestó al ser los más rebeldes y volverse en contra de Ellos—sonreí—, le duele que no pudieran someternos como a otros. Le duele ser quien se somete ante la Creación.—La expresión en el rostro de mi cuñado era para enmarcar, hasta Lucian rió por lo bajo—. Me retiro, un minuto más delante de éste y no respondo de mis actos.
Le di un beso en la mejilla a mi sobrino prometiéndole que nos volveríamos a ver en cuanto fuese posible; recogí mi abrigo negro, mientras me lo ponía mi hermana me siguió hasta la puerta.
—Vier....
—La buena noticia es que no oculta que es un desgraciado—dije abriendo la puerta de mala gana, el frío del exterior me dio con todo en el rostro—. Jamás entenderé qué viste en él.
—Nosotros vamos saliendo, quédate, no regreses a la ciudad esta noche—evasivas donde las halla—. Tómate unos días más antes de regresar a Sedona, hay muchos recuerdos allí.
Estando en el pórtico con el viento frío soplando levemente y la nieve cayendo, la abracé. Le confesé que deseé irme con él, que cuando llegué al tanatorio iba deseando la muerte a medida que me acercaba al féretro. Aún recordaba nuestro último beso, lo tenía presente a él y quería abandonarlo todo; Ren repitió una y otra vez que no pensara así, cómo iba a descubrir qué fue lo que en realidad pasó, además, Bina-Emy era mi prioridad ahora. Nuestra pequeña.
—Espera a Sechs, sé que necesitas su compañía—susurró sonriendo con dulzura.
—Ni siquiera estoy segura de cuándo regresará, o si regresará—contesté.
Salí del pórtico y estiré las manos para atrapar los copos que caían, los guantes me protegían de su helada textura.
Sechs adoraba la nieve, y era como la nieve.....
"Escondí una hoja en el bosque, Zibá,
tuve una corazonada
tinta sangre de escarcha acristalada y por eso,
extranjera en este mundo,
dejé lo correcto y lo incorrecto en el pasado;
mi propia víctima,
mi propia victimaria....
Fui hecha de hielo escarcha...."
Era fácil recitar su nota con su profunda voz grabada en mi mente. Cada palabra, su acento, era como quedar envuelta en un encantamiento, canto de sirena, y la añoraba como añoraba a Ion.
—¿Ocurrió algo, Vier?—inquirió mi hermana, la pregunta era exactamente su respuesta, y ella lo sabía; se había sentado en el primer escalón de la entrada al pórtico, sentí sus ojos sobre mí.
Una respuesta.....
Una respuesta....
¿Qué responder?
Un beso, Sechs escondió un beso entre un mar de besos....
Y esta nostalgia, esta añoranza llena de nombres, sin embargo, sin definición, sin palabras exactas que la definan, sin embargo, con sentido....
Escondiste un sentimiento entre tantos al igual que yo, Zibá, no siento culpa pero también soy mi propia víctima, y mi propia victimaria; ese día me dolió el corazón, y aún con ello cada latido tenía nombre propio...
Volví el rostro hacia mi hermana, ella sonrió tan sólo. Gabriel nos observaba de pie en el umbral de la puerta.
Bueee, el vídeo no se reproduce acá.... T.T
ResponderEliminarBuen fin de semana... ;)
Como siempre hay emociones, temores, sentimientos, fantasmas del pasado en esas personalidades que logras impregnar en tus personajes. La canción igual de enigmática, fui a YouTube :)
ResponderEliminarBesos dulces Ivel y dulce fin de semana.
Qué bueno que abrió al menos por YT; ahí va andando esta historia, a ver cómo resulta porque hay muchas conexiones con ciertos personajes anteriores.... buajaja shhh... ;)
EliminarBesos, Poeta, lindo jueves....
Qué miedo, ¿no? A mí Gabriel me da miedito (me encanta ese nombre).
ResponderEliminarPues me intriga... me intriga lo del suicidio, la razón y la verdad. Me intriga mucho lo que Vier pueda llegar a encontrar y sus sentimientos, sus verdaderos sentimientos.
Esperando el siguiente...
Un beso enorme!
También me gusta el nombre... :)
EliminarYa está el siguiente recién salido, veremos qué irá descubriendo Vier a medida que avanza la historia...
Besazo, bonica!!!
No he podido ver el vídeo :(... pero me quedo con todo lo que cuentas... has vuelto, mi niña. Esas historias con sentimiento, inquinas entre las familias... secretos por descubrir. Te felicito, Ivel.
ResponderEliminarMil besitos con cariño para ti y feliz noche ♥
Es una canción muy buena que va con la historia... :)
EliminarSí, Hermosa Aurora, ya lo creo que he vuelto, estoy muy contenta de poder compartir esto con ustedes; hacía tanto que no escribía, estaba bloqueada....
Gracias por tu compañía.... *.*
Mil besitos para ti, feliz viernes.... :****
Y las historias de mi niña han vuelto!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEso es una alegría indescriptible... tendrías que ver m sonrisa ahora.
Me gusta la historia... supongo que Gabriel es un ser que perdió las alas... quiero la continuación, ya!
Besotes y no te olvides... quieroTe mucho!
Síiii!!!!!!!!!!!!!!
EliminarAy, Alma, tú seguro sentiste la preocupación en mí porque me encontraba bloqueada, y escribir es de las cosas que más disfruto en la vida, es una parte importante de mí. Y aquí va andando esta historia.... *.*
Ay, Gabriel, Gabriel, perdió sus alas, sí, ya lo iremos conociendo mejor.... ;)
Besos, mamita de mi Corazón....
No me olvido....
quieroTe muchísisisisismo!!!!!!!!!!
Hola, mi estimada Ivel.
ResponderEliminarExtrañaba tus historias, como a personajes, como Circe.
Ahora tendré que conectarme de nuevo con los argumentos, para no perderme.
Grandes besos,