Spin-off

Spin-off

lunes, 8 de mayo de 2017

Banquete y Decadencia

Amelia

   En la vida se me habría ocurrido pensar que Ivel podía tener una relación en un grado así de íntimo como el que se presentaba ante mí. Encontraba en ella una frialdad temible, entre ella y Azana, Ivel era la más callada; Lucius dijo que era real lo que transmitían ambos, el amor que tenían el uno por la otra, ¿pero es que acaso alguien que fue elegido para ser el mal encarnado podía amar?
   Joshua le puso el antifaz a Ivel, luego se acomodó el suyo; los vi caminar entre la gente, se dirigían a alguna parte.

-¿Adónde crees que vas?-preguntó Amara, cogiéndome del brazo.

-Tengo que hablar con ella, enseguida regreso.

  Los vi abrazarse escondidos en un pasillo cerca de la salida, en cuanto se separaron quise acercarme pero noté que seguían hablando de algo que no pude oír. Vi que la poca gente que se pasaba por allí los observaba y hacían una leve inclinación de cabeza cuando él les devolvía la mirada, lo tenían en un altar; avancé cuando noté que Ivel estaba por marcharse.

-Buenas noches-saludé. Ella no había dado ni dos pasos, se dio media vuelta.

-Amelia-musitó, dubitativa-. ¿Cómo entraste?

-Tengo mis contactos-respondí, observando a Joshua quien no le quitaba la mirada de encima a Ivel, entrelazó su mano con la de ella y levantó el rostro hacia mí-. Señor Murdoch.

-Señorita Carlysle, es una sorpresa coincidir con usted después de tanto tiempo, y en estas circunstancias-dijo el hombre con una suave y profunda voz. 

   En el pasado sólo habíamos hablado en un par de ocasiones, nunca le presté atención al hermano de mi, en ese entonces, novio. ¿Quién me iba a decir que se convertiría en un potencial enemigo?

-No tan sorprendente como verlos juntos, esto sí que es inesperado-contesté, haciendo un ademán con la mano señalándolos-. Supongo que es para considerar el hecho de que seas la nueva cara de Contra Mundum, después de la muerte de Matty, y que Azazel tenga puestos los ojos en ti. ¿Te cedió a su hija por algún motivo, algún trato quizá, o estoy echando a perder algún plan, Ivel?-pregunté, mirándolo a él y después a ella.

-Azazel no me cedió a nadie, estamos juntos desde antes de que toda esta situación comprometiera nuestra relación-habló Joshua.

-Ahórrate las explicaciones, Murdoch, no tenemos por qué dárselas-dijo Ivel, despectivamente.

-Estuve indispuesta por nueve meses, es evidente que necesito explicaciones. Resulta que regreso y hay una guerra iniciada por tu amorcito-repliqué-. Nuestra última conversación me hizo pensar en que podía confiar en ti-le dije a Ivel-, dijiste que no había traición de parte de Azana y tuya, dijiste que estábamos del mismo lado porque descubrieron la mentira que hemos vivido. Y resulta que estás de novia con éste.

-¿Qué parte de que estamos juntos desde antes de ésta situación no entendiste?-preguntó, bajando la voz-. Este no es lugar para hablar, te recomiendo que te marches.

    Nunca soltó la mano de Joshua, y éste se encontraba impasible, detrás de ese antifaz me miraba en silencio.

-¿Sabes que estás siendo usado, Joshua? ¿Lo sabe Cage?-le pregunté a él.   
-Sólo sigo el plan divino, señorita Carlysle, es un honor-respondió.

-¿Un honor que haya gente muriendo por una guerra que tú propiciaste?

-El sufrimiento en todas sus formas es necesario y bienvenido, le recuerdo que los sacrificios de sangre necesitan justamente eso: sufrimiento, muerte. Y nuestro Dios adora los sacrificios en su honor, la humanidad son sólo corderillos creados para su beneficio.

    Hablaba con una calma y seguridad que consiguió disgustarme. La humanidad fue creada haciendo prisionera a mi familia.

-Tu Dios, no el mío-dije. Ivel no intervenía-. Ese que está escondido como un cobarde porque no tiene un cuerpo al cual volver, y no lo tendrá, hay personas que se asegurarán de ello.

-Lo dices como si no fueses a brindarles apoyo a Sahar y los demás-terció Ivel, quitándose el antifaz.

-Estoy sola-respondí-. Sahar no me quiere cerca, no estoy de acuerdo con su proceder ni ella con el mío.

    Joshua se aclaró la garganta llamando la atención de Ivel.

-Vete ahora mismo-le dijo, mirando a mis espaldas. Me giré y vi que había un extraño movimiento entre los asistentes.

-¿Qué está pasando?-los interrogué.

-Entre los invitados hay algunos que se oponen a mi mandato dentro de nuestra Sociedad y a los desobedientes hay que darles lecciones de lealtad-explicó el hombre. Ignorándome besó a Ivel en los labios-. Vete-susurró, apartándose, apenas, de ella.

-No tienes que hacerlo-dijo la chica en tono de súplica.

-Aquí están todos los que vienen después de mí, haré el arreglo para que el banquete sea de tu agrado, será un inicio.

    Le susurró algo al oído y se retiró al salón.

-¿Qué fue todo eso?-pregunté, segura de que él ya estaba lejos.

-Amelia, no tienes por qué preocuparte, lo que él te recitó antes lo hizo con la intención de agradar a los oídos que escuchan y a los ojos que nos observan por todas partes-dijo, mirando hacia un punto en la pared. Con disimulo vi la cámara que se encontraba en una esquina-. Están por todas partes-susurró casi sin mover los labios-. No es un mal tipo, no mucho.-Enarqué las cejas-. Dime la verdad, ¿viniste sola? Porque si no es así debes buscar a tu acompañante y marcharte, esto se pondrá feo.

-Amara está conmigo-le dije, su rostro se descompuso-. No le cayó bien verte con él-añadí-. Ustedes se liaron, ¿no? Azana algo me comentó cuando nos reencontramos hace meses, cuando creí que eran de fiar.

-Amelia, por favor-se quejó, poniendo los ojos en blanco-. Sí nos liamos, entonces yo no sabía que se trataba de ella y cuando me enteré no me gustó, me sentí fatal conmigo misma.-Bajó el rostro, mirando el antifaz que sostenía en sus manos-. Tengo que irme, ve a por Amara y salgan de aquí antes de que inicie el banquete, ¿quieres? Los guardias ya deben tener tu rostro y vendrán a por ti, y sabes lo que significa tenerlas a ambas juntas en el mismo recinto.-Iba a volver al salón cuando la escuché llamarme-. Se me olvidaba-dijo-, bueno no esperaba verte esta noche pero....-Extendió su brazo, abrió la palma de su mano y en ella apareció una llave de aspecto antiguo-. La encontré entre las cosas de Mikhael, estaba en una cajita que tenía tu nombre original.-Tomé la llave-. ¿Qué es lo que abre esa llave?

     Estudié el objeto, y recordé una puerta.

-Antes de contestar-miré sobre mi hombro, escuché la voz de Joshua quien hablaba a través de un micrófono-, ¿Azana y tú sí están dispuestas a ir en contra de los deseos de Azazel, y de vuestro abuelo?

-Nos mintieron, Amelia, mi familia es una maldita farsa, ¿tú qué crees?-dijo, moviendo lo menos posible los labios-. No conozco muy bien la historia, pero sé que lo hecho no estuvo bien.

-¿Han estado fingiendo ante Azazel?-Ivel asintió.

-Sin embargo hemos tenido que hacer cosas que han provocado que nos odien, y Azana y yo preferimos que por el momento así se mantenga.

-Entonces permíteme trabajar con ustedes.-La vi nerviosa por los murmullos en el salón. Asintió-. Pero si me traicionan, Ivel, no tendré compasión con ninguna y les devolveré el favor sin misericordia.

-Mi padre podrá tenerte miedo, yo no-sonrió, volviéndose para encaminarse hacia la salida.

   Moví la cabeza de lado a lado divertida por su comentario, la chica no me caía bien pero resultaba un encanto por momentos. Yo regresé al salón, Amara y Lucius me encontraron antes que yo a ellos.

-Algo está por pasar-dijo Amara-. ¿Dónde está Ivel?-preguntó, buscándola con la mirada.

-Se marchó, y creo que nosotros también deberíamos hacerlo.

   Joshua levantó su copa con una sutil sonrisa atravesando sus labios, los invitados lo imitaron y fue entonces cuando las luces parpadearon y se escuchó el primer grito.

-Quimeras-susurró Amara.

    De dos en dos iban apareciendo en forma de humo negro hombres y mujeres de ojos inyectados en sangre que se abalanzaron sobre los invitados. Algunos empezaron a correr sin encontrar la forma de salir porque eran alcanzados por las descontroladas bestias; Joshua no se inmutaba, observaba la escalofriante escena sin mover ni un músculo.
     La sangre corría por el blanco piso, las paredes eran manchadas por la misma, los gritos de auxilio llenaron el salón. Aquella matanza desapareció de mi vista cuando Amara me cogió de la mano.
    Me encontraba en shock, ver a Joshua Murdoch en calma viendo a la gente buscando formas de salir viva de allí me recordó a mí misma cuando era niña y vi con satisfacción cómo niños y adultos intentaban huir del fuego que yo inicié en el instituto donde nos encerraron a Luna y a mí.

-Está loco-le escuché decir a Amara.

-Hay que detenerlo.....

-No-susurré, apretando en mi mano la llave que Ivel me entregó-. En esa fiesta no había gente inocente, todos eran monstruos él sólo hizo lo que tenía que hacer.

-Amelia, su forma....

-¡¿De qué otra forma debemos comportarnos, Lucius?!-exclamé-. Explícame, porque no veo más opción que actuar como ellos lo han estado haciendo.

-No te hundas más, Amelia-dijo él-. Me siento impotente, no eres la única a la que le duele lo que nos han hecho, eso en lo que han convertido a nuestra familia. Pero si vamos a luchar, no lo haremos siendo monstruos, dijiste que no te volverías el cuadro que Él pintó de ti.

-Hoy me di cuenta que tal vez es tarde, y si para acabar con cada uno de ellos debemos ser sanguinarios como lo es Él, entonces seré la primera en hacerlo. Total, ya llevo mucho camino recorrido.

    Me dirigí a las escaleras, entré a mi habitación y me deshice del vestido cambiándolo por algo más cómodo; me senté en la cama pensando en que la forma de Ivel y Joshua actuar era exactamente lo que yo quería hacer. Atacar los puntos más vulnerables, en este caso a los que se han ocupado de mantener la decadencia social en Assiah, aquellos que adoraban el sistema en el que vivimos corrompiendo y volviendo más sumisos a mis hermanos espíritus sin darle oportunidad a los mismos de despertar. Porque ellos conocían la Verdad, y no les convenía que el resto la supiera, mandato del Creador.
    Joshua hizo lo que Sahar se negaba a hacer, por ahora.
    Cogí el libro que estaba en la mesita de noche, lo abrí en las páginas que guardaban la carta que ella me envió con Amara. Estuve tentada a leerla, me quedé observando el sobre. 
    Se supone que en esta vida yo soy la fría y calculadora, y ella la impulsiva, la que no duda en atacar. Al parecer las enseñanzas de Circe y mi padre han calado en ella volviéndola poco a poco la Sahar que fue mi madre, la precavida, dejando atrás a la Sahar que conocí en este siglo.
   Cerré el libro y abrí la mano donde aún apretaba la llave. La puerta que veía al sostenerla se me hizo conocida, recordé las palabras de Azazel después de lanzarle la daga al pecho tras hacerme beber de su sangre y la de mi hermana.

-Un arma como esta no le hace daño a quienes son como yo...-repetí-. La armería-susurré, levantándome y tomando una sudadera negra.

    En mis días como siervo de Eloah, siendo yo su Guardador de Secretos vi cómo Él tomó previsiones para contrarrestar alguna posible rebelión de sus Elohim. Creó armas especiales, únicas, no había nada que pudiera matar a un Elohim excepto esos objetos, con ellas nos hizo frente cuando empezamos a enseñarles a los humanos la verdad sobre el Origen.
    
-Tengo una idea-le dije a Lucius. Se levantó del sofá-. ¿Y Amara?

-En la cocina-respondió-. ¿Qué idea está pasando por tu oscura cabecita, Amelia?-Ladeé la cabeza fulminándolo con la mirada-. Adoro ese gesto, Sahar hace lo mismo, siempre he pensado que estás más ligada a ella que cualquiera de nosotros-sonrió. Fue un hermoso cumplido-. A ver, cariño, ¿qué tienes para decir?

-Ivel me dio esto.-Le enseñé la llave.

-¿Una llave? ¿Y se supone que debes confiar en ella?-Resoplé-. Amelia, no sé qué te dijo esa chiquilla pero....           
-Es mía, Lucius-lo interrumpí-. Esta llave me pertenece, cuando fui Raziel Eloah me mantuvo todo el tiempo a su lado, confiaba ciegamente en mí. Esta llave abre la puerta de una armería en los Cielos, una bóveda que esconde armas especiales para destruir Elohim, son las únicas que pueden hacerles daño a Azazel y sus Legiones, ¿entiendes?-Lucius asintió-. Así mataron a Mikhael, Azazel debe tener una. Habían dos llaves, una la tenía Eloah, y la otra me pertenecía.

-Mikhael no mencionó nada, ¿no crees que las hubiese usado?

-Mikhael pudo haber hecho mucho, pero creo que estaba de manos atadas y por eso se frenaba.

-Otra opción es que esas armas hayan sido destruidas-intervino Amara, entrando al salón con los brazos cruzados-. ¿No crees?

-No, o al menos no todas-sonreí-. Una de ellas, como bien dije, debe tenerla Azazel y otra debe estar en tu poder porque ¿de qué otra forma ejecutaste a tantos Elohim leales a Mikhael cuando seguías las órdenes del Creador? 

   Amara jugó con un mechón de su cabello intentando parecer seria, terminó mostrando esa gran sonrisa a la que ya me había acostumbrado.


    
























Ivel

    Después de hablar con Amelia caminé por el pasillo hacia la salida antes de que el castigo cayera sobre la gente que había asistido al evento en honor a Joshua. No era más que una treta para darles una lección a los que se oponían a él, pero con el cambio de último minuto que haría mi marido, se convertiría en la ejecución de la mayoría de los líderes Siervos del Creador. 
   Acompañé a Josh para que los Elohim que me vigilaban-y que creían que no me había dado cuenta-le dijeran a mi padre que me encontraba con él y así no levantar sospechas de mis actividades extra ayudando a algunos hijos de Caín, Blood Drynka's que no tenían culpa de nada y que protegería como favor a mi hermano Amshel. 
    Subí a la limusina, no iría a ninguna otra parte, me quedaría en Assiah, me desvanecí yendo directa a nuestra casa de seguridad a las afueras de Roma y lo esperaría allí. En este momento ni por asomo lo dejaría solo, Joshua me necesitaba.
   Me cambié de ropa y aguardé nerviosa a escuchar el ruido de la limusina cuando llegara. Temía que a él le pasara algo, esos demonios que soltaría dentro de la Basílica eran controlables ante su presencia pero aún así habían riesgos; inconscientemente puse mi mano en mi vientre, al darme cuenta sonreí.

-Papá estará bien-susurré, viendo por la ventana-. Estará con nosotras pronto.-Suspiré y puse la mano en el cristal, afuera nevaba.

    Hacía unos días que nos enteramos que estaba embarazada, la única que lo sabía era Dussollier, mi Adalid. A ella no podía ocultarle este tipo de cosas, era imposible porque nuestras vidas estaban vinculadas desde que yo era una niña, y de eso hace milenios. De hecho fue ella quien se dio cuenta, cuando se lo dije a Josh al principio se puso nervioso, si alguien dentro de la organización terrenal de mi abuelo se enteraba saldríamos perjudicados porque Josh no podía tener lazos de ésta índole, se suponía que no debía amarme. No hacer caso del amor de las mujeres estaba escrito en su destino, y él nunca se fijó en nadie, siempre ha usado a su antojo a la gente.

-Agradezco cada día tenerte en mi vida, Pequeño Ángel-dijo en una ocasión. Palabras que le costó decir, según él, pero que salieron de manera espontánea.

    Siempre sentí aversión por los humanos, mi madre murió a manos de varios, y por ellos culpé al mundo entero. Los cuidaba para complacer a Mikhael, no porque yo quisiera.
    Y llegó este humano bajo una luz distinta, caminando un sendero sombrío del que está intentando salir. Nuestro inicio fue de carácter carnal, y sin embargo terminamos procreando a un ser hermoso que crecía dentro de mí y a la que ambos adorábamos sin siquiera verla todavía. Fue el amor que se formó despacio, sin prisa, volviéndonos amigos con el tiempo, novios en silencio, marido y mujer a la vista del mundo, el suyo y el mío que al fin y al cabo eran el mismo; ya no podía concebir una vida sin él, no me imaginaba sola. Limpié la lágrima que resbaló por mi mejilla, pidiendo que nada le pasara, que regresara pronto.
  Sonreí conociendo su reacción si viera a la fuerte y severa Ivel mostrando signos de flaqueza. Así como yo lo volvía vulnerable, así mismo él hacía conmigo.
   Cerré los ojos rememorando esa mañana.

-¿Te enteras que tenemos un evento hoy, Pequeño Ángel?-preguntó, me encontraba acariciando su pecho.

-Estoy enterada, sí, pero será dentro de muchas horas. Creo que podemos quedarnos en cama el resto de la mañana y parte de la tarde.

-Tengo un almuerzo con diplomáticos-susurró, sonriendo cuando me levanté y busqué sus labios.

-No, tienes un almuerzo conmigo, revisa tu agenda. Hubo un cambio de planes.-Besé sus labios, sonrió aún más y sentí su lengua rozando la mía.

     La luz de los focos de un coche me trajeron de vuelta, bajé las escaleras, él abrió la puerta y cerró tras de sí. Se detuvo en seco al verme de pie en el vestíbulo; no llevaba puesto su saco, y se había cambiado la camisa por un suéter gris. 
   Su rostro pasó del abatimiento al alivio en un segundo.

-Rezaba por que siguieras siendo la chica desobediente que eres a veces-sonrió un poco.

-No pensaba dejar Assiah sin volver a verte, ante todo soy tu esposa. En las buenas y en las malas.
    Me abrazó, al principio lo sentí consternado pero se relajó en cuanto me aferré a él.
     Nos quedamos en la sala de estancia, encendió la chimenea y vino a sentarse a mi lado en el suelo; no había nada qué decir, ambos sabíamos muy bien lo que había pasado, la razón por la que estaba en ese estado.

-Cage está a salvo-dijo, su mirada estaba puesta en las danzantes llamas delante de nosotros-. Ordené que lo sacaran antes de que diera inicio, de camino aquí le hablé al móvil por la línea segura que establecimos y le informé que lo llevarían a un lugar seguro. Por precaución ante el mundo mi hermano murió, jodida suerte la mía que no todos estaban en esa fiesta y no quiero que de llegar a enterarse de mi traición tomen represalias contra él-explicó.

-Entiendo-susurré.

-¿Le entregaste la llave a la señorita Carlysle?-preguntó, quitando la vista de la chimenea y situándola en mí.

-Sí, estoy segura de que sabrá qué hacer con ella, por la expresión que puso al verla sabía muy bien qué puerta abría pero no me dijo nada. La buscaré mañana para hablar al respecto.

-¿Podemos confiar en ella?

-Tanto como ella en nosotros.-Josh sonrió, besé su mejilla-. Podemos hacerlo, estamos del mismo lado. Luchando contra mi propia raza-suspiré-. Y pensar que he vivido creyendo que hacíamos un bien, que nosotros éramos los buenos.

-Iv, no eres culpable de nada, todos estamos envueltos en esta mentira y encerrados en esta prisión, sólo debemos intentar salir de ella.

     Rodeé mis piernas con mis brazos.

-Tienes razón-dije, pensando en sus palabras de antes cuando bailábamos-, Azazel tiene a su disposición Legiones de Ángeles que en realidad le son leales a mi abuelo. ¿Sabes lo difícil que lo tenemos? No es sencillo matarnos a los Elohim, sólo existe una forma y es con unas armas fabricadas antes del nacimiento de mis hermanos, armas que nunca he visto, pero de lo que estoy segura es de que Azazel posee una con la cual asesinaron a Mikhael, él juró que Amshel era el culpable, en fin, la otra persona que es poseedora de una de esas armas es Amara porque ella estuvo cazando y asesinando Elohim leales a Mikhael.

-¿Y sabes donde se encuentra esa chica? Con tu padre no contamos-bromeó.

-Está con Amelia, y no creo que vaya a ayudarnos, se ha mantenido alejada y así quiere seguir. Mi hermano me lo dijo en nuestro último encuentro, sin embargo he pensado en que si no quiere ser partícipe entonces que me entregue su arma, y si no me la quiere dar se la quitaré a la fuerza.

-Ivel, tú no puedes....

-Lo sé, lo sé, estaba bromeando-lo tranquilicé cuando puso su mano en mi vientre apenas bajé las piernas-. Seré tan diplomática como siempre-sonreí.

    Se levantó y me alzó en sus brazos provocándome un ataque de risa.

-Vamos a dormir-susurró.

-¿Seguro?-lo provoqué, Josh soltó una carcajada mientras subía por las escaleras conmigo en brazos.

    La mañana siguiente desperté antes que él o al menos eso creí porque pronto sus labios dejaron suaves besos en la piel de mi espalda. Reí dando la vuelta, mordí mi labio inferior al verme reflejada en sus ojos cuyas pupilas dilatadas fueron señal de lo que quería, y no la única señal pues su sexo rozó el mío al acostarse encima de mí; su saludo de Buenos días terminó siendo un roce de la punta de su nariz en la mía, sonreí y busqué su boca siendo ambos partícipes de un placentero beso matutino. 
   Abrí las piernas nada más rozar su lengua y sentirlo acariciar mi coño con sus dedos. Jadeé en su boca susurrándole que entrara en mí, pero nuestro instante se esfumó al oír que llamaban a la puerta.

-Que inoportuno su hombre de confianza, señor Murdoch-susurré.

-Nos lo debemos, señora Murdoch-sonrió.

-Señor Murdoch-dijeron al otro lado-, el señor Lance anunció que viene de camino.

    Josh murmuró un ¡Joder!, saliendo de la cama. Me levanté con él.

-Gracias Ponthius-le dijo a su chófer y mano derecha-. Su mujer estaba anoche en la Basílica, seguro que es el motivo que lo trae aquí-se dirigió a mí.

-Esa mujer me caía de un fatal, espero que haya sufrido mucho-comenté.

   La carcajada de Josh me gustó, ver a Nathaniel Lance nunca era fácil, un hombre estricto y oscuro como él ponía en tensión a cualquiera, aunque mi marido se diera su lugar ante el anciano de vez en cuando, se sentía nervioso. Nathaniel era su padrino.
   Se acercó a mí y me subió al escritorio que estaba en la habitación.

-A veces puedes llegar a ser muy insensible y sádica, Ivel-dijo, riendo.

-Mi hermana me lo dice todo el tiempo, pero que igual me quiere-me encogí de hombros.

-Es imposible no hacerlo, cariño.          
    Besó la punta de mi nariz y volvió a rozar la punta de la suya con la mía, era de lo más tierno, cercano. Parecíamos niños, me encantaba sentirme niña con él.
   Entró a la ducha al mismo tiempo que mi móvil sonaba dentro del cajón donde lo guardaba y al ver el nombre de mi hermano contesté de inmediato.

-¿Amshel?

-No tengo mucho tiempo, Sahar ha despertado y su primera orden fue enviar a su hogar a los guerreros que estaban luchando de este lado-me informó-. Lo siento, Ivel, no podía esperar a vernos para avisarte, siento mucho tener que hablarte al móvil con lo peligroso que es.

-Tranquilo, ya se han encargado de hacer esta línea segura, hermano mayor-dije. No me impactó la noticia que me dio, imaginé que Sahar haría algo así-. Quiere ahorrarles el mayor sufrimiento posible a esos guerreros.-Estaba segura de que por ahí iban los tiros-. Cuando me contaste sobre los Spýrito especificaste que para ellos era doloroso estar aquí en Assiah, les afecta de un modo muy fuerte, intenso.....

-Los vuelve más agresivos y además canalizan el sufrimiento de sus hermanos prisioneros, es muy corto el tiempo que deben permanecer en Assiah, sí.

-Cada vez me siento más culpable, Amshel, lo que Eloah creó fue un mundo de terror. Es que no me puedo creer que nosotros seamos los malos.

-Tú no eres mala, ninguno de nosotros lo es-me regañó-. La cuestión es que sin ellos estamos solos, papá y el abuelo nos superan.

-Aún así no podemos rendirnos, Sahar debe tener un plan. Mientras tanto tenemos que trabajar y hacer lo que mejor podamos.

-Faye Vesper ha dicho exactamente lo mismo.-Azana dijo que esa chica tenía madera de líder, y lo que ha venido haciendo estos meses lo demostraba-. Me preocupas-dijo mi hermano.

-No vayas por ahí, Amshel-refunfuñé.

-Te casaste con un hombre al que posiblemente el abuelo use como vasija en cualquier momento.

-Ni él ni yo permitiremos que pase eso, ¿no lo entiendes? Joshua no es malo.

-Debe morir....

-No insistas, no voy a matarlo, no habrá urushdaur, ¿vale? Eloah no va a usurpar su cuerpo-dije, bajando la voz cuando dejé de escuchar la regadera-. Tengo que irme, te quiero.-Colgué y apagué el móvil.

     Cogí una toalla del armario y entré al cuarto de baño guiñándole un ojo a Josh al verlo salir y pasar por mi lado.
   Yo era su hermana pequeña, era normal que Amshel se preocupara por mí pero ni Azana me ha insistido tanto con el tema de mi matrimonio con Josh y nuestra secreta relación antes de eso.
     Me vestí, y bajé las escaleras sólo para alcanzarlo en el pasillo de pie, viendo por la ventana. Los últimos escalones los bajé despacio, estaba perdido en sus pensamientos y podía adivinar lo que cruzaba por su cabeza; él escuchó la conversación que tuve con mi hermano.
    Se percató de mi presencia y avanzó hacia mí, su rostro de finos rasgos tenía un pacífico semblante.
-Si llegara el momento de que algo así pasara, no lo dudes y toma las medidas necesarias-dijo resignado-. Sería una situación muy delicada y dolorosa para ti, pero no debes dudar.
-Nada va a pasarnos, confía en mí. No tendremos que llegar a eso.

-Ivel, seamos realistas, soy el candidato perfecto para ser Su vasija, de hecho fui la última persona a la que vio antes de desaparecer. Vendrá a por mí y tendrás que matarme, moriré por tu mano de una forma u otra, te lo pido; estoy de acuerdo con tu hermano en que se haga antes de que suceda, te lo pido-repitió.

-Hasta anoche me estabas diciendo que debíamos intentar salir de esto, hablaste en plural, ¿cuántas veces por estupideces no nos hemos separado y regresado? Esto es lo más difícil que nos ha tocado, Josh, pero podemos hacerlo. No puedes pedirme que te quite la vida, no vuelvas a hacerlo porque no lo haré, ¿acaso quieres que nuestra hija crea que su padre es un cobarde?

-Es mejor a que se entere que soy un genocida.

-Si a esas vamos yo también lo soy-sentencié. Puse mis manos en sus mejillas y nos miramos a los ojos-. Deseo que nuestra hija te conozca, y vea como yo al gran hombre que eres, estás cambiando tu historia, Josh. Estás cambiando la historia del mundo yendo en contra del maldito plan divino, lo estás intentando pese a las enseñanzas que te han dado; digan lo que digan los que no aceptan lo nuestro yo confío en ti, ¿o es que acaso tú estás con ellos y no nos aceptas tampoco?

-Por supuesto que sí, joder-respondió, frunciendo el ceño.

-Entonces no vuelvas a pedirme que te arrebate la vida porque me la estarás arrebatando también.-Apoyó su frente en la mía-. Casi estoy deseando seguir fingiendo ser humana, tal y como estábamos antes era mejor que esto, la única preocupación que teníamos era dónde nos veríamos para follar.-Lo hice reír, y reí con él. La tensión se había ido-. Eloah no volverá a acercarse a ti, nadie nos hará daño y tu sangre no correrá por mis manos porque vivirás, conocerás a tu hija y la celarás por sus pretendientes-reí.

-Me agradaría ir detrás de cualquiera que se atreva a ponerle el ojo encima-se carcajeó él.

    Su dedo pulgar rozó mi labio inferior.

-No vuelvas a hacernos pasar por esto, por favor, odio pelear. Nos hieres a los dos.

-Te amo, Pequeño Ángel.
   Se inclinó un poco cuando me vio acercarme para besar su mejilla. Me aparté y caminé hacia las escaleras, su mano me agarró del brazo haciéndome girar.
  Miré sus labios, escuchándolo decir que también odiaba que peleáramos y me besó con la misma intensidad que yo deseaba que lo hiciera. Comiéndonos las ganas con las que quedamos al despertar y ser interrumpidos, sintiéndonos en el roce de nuestras lenguas y en esa mordida a mi labio inferior que con posesión infligió. Sonreí con satisfacción separándome de él.

-También te amo-murmuré.

    Escuché voces en el piso de abajo y la tensión volvió, Nathaniel había llegado. 

-Vamos-dijo, cabizbajo.
   Asentí, rompiendo el poco contacto que nuestros cuerpos mantenían y me adelanté escuchando sus pasos detrás de mí.
  Nathaniel nos esperaba en la estancia, estaba de pie con su habitual y desagradable porte arrogante. Un viejo de mirada sagaz, mañoso como sólo los miembros de aquella organización podían ser, daba asco nada más verlo; tenía escaso cabello canoso que peinaba a la perfección, era usual verlo vistiendo impecables trajes negros o en negro y con rayas verticales como el que llevaba esa mañana.
   Era alto y esbelto, le sacaba unos centímetros a Josh, éste se había acercado y le estrechó la mano que el viejo Nathaniel Lance le extendió.
    Desde que se sabe de mí sus ojos se centran en mi persona, esta vez había algo más que lo hacía infumable. Su presencia despertaba en mí una mala sensación.

-Señora Murdoch-me saludó con la mano igual de extendida que con mi marido, la miré pero no llegué a saludarlo ni por cortesía. Él la cerró retirándola-. Nunca me acostumbraré a llamarla Señora, es usted muy joven.

-No ha venido a hablar de lo joven que luce mi esposa, Nathaniel-dijo Josh-. Imagino que se enteró del lamentable escenario que se presentó en la Basílica.

-Por supuesto, Joshua, se supone que debía ser una lección para los revoltosos y la última vez que vi a mi esposa estaba apoyando nuestra agenda. Ahora resulta que está muerta junto a muchos otros que no merecían tal trato, y tú, tu mujer, tu hermano y algunos de tus escoltas salieron vivos de allí, curioso que fuesen los únicos.

    Nathaniel fue bastante duro con Josh, hubo un momento en que su voz se elevó pero sin llegar a inmutar a mi esposo.

-Tiene una información errada, Nathaniel, entenderá que mi mujer es una prioridad y con respecto a lo mal informado que está he de decirle que mi hermano fue asesinado anoche junto al resto. Su cuerpo está siendo trasladado a norteamerica ahora mismo, será sepultado mañana; usted no fue el único que sufrió pérdidas.  
    La seguridad en su voz me tranquilizó, entrelazamos nuestras manos bajo la atenta mirada de Nathaniel. Josh lo invitó a tomar asiento, le sirvió una copa de vino y se sentó a mi lado en el sofá, el viejo cruzó las piernas siguiendo con la mirada nuestros movimientos.

-Lamento lo ocurrido con Cage-dijo, en su voz no había rastros de lamentarlo-. Pero es que no ha sido sólo la situación de la Basílica, los parientes de quienes murieron también dejaron este mundo con una bala incrustada en la cabeza.
-Primero, tiene que entender que las quimeras son incontrolables no son perfectas, vuestros laboratorios nunca llegaron ni a rozar la perfección al crearlas así que se corría ese riesgo. Su esposa no debió asistir.

-Confiaba en que las controlaras, normalmente se muestran dóciles cuando estás presente.

-No todo el tiempo, Nathaniel-le corrigió Josh-. Y segundo, tenemos enemigos, la muerte de los familiares en dichas circunstancias no es un fallo mío sino de la seguridad dentro de las diferentes Casas. Te agradecería que tuvieras cuidado con lo que insinúas porque ante ti no está cualquier persona sino a quien le debes respeto y pleitesía.

    Nathaniel se levantó ipso facto.

-¡Escúchame, niñato!-exclamó.

-Cuidadito con el tono, Nathaniel-intervine.

    Ambos nos encontrábamos serenos.

-Voy averiguar qué pasó en realidad en la Basílica, tengo entendido que la primogénita de Caín estuvo allí anoche y se la vio con ustedes.

-No tenemos ni idea de cómo entró-le contestó Josh-. A saber qué estaba haciendo allí, sólo se acercó para que viéramos que había vuelto a escena. Nueve meses sin saber de ella, tú no vas a decir que no ha sido bueno para nosotros verla viva, si la encontramos podemos vigilarla para que no nos cause problemas porque es lamentable que se haya ido antes del banquete.

    El señor Lance puso la copa en la mesita de centro antes de hablar de nuevo.

-Nos encargaremos de la hija de Caín.-Sus ojos pasaron de Josh a mí-. Podrás ser hija de Azazel-dijo, enfocándome con su fría mirada y envolviéndome cual serpiente con su rastrera voz-, pero si tu propio padre necesita ponerte bajo vigilancia es porque no eres de fiar. O estás de nuestro lado o en nuestra contra; comienzo a creer que la influencia que pudo haber tenido Mikhael en ti no es buena ni para Azazel y menos para nosotros, lo estás perjudicando y eso puede traer serias consecuencias para ambos.
-¿Es una amenaza, señor Lance?-le pregunté, apretando la mano en un puño. Josh no tardó en dejar caer la suya suavemente sobre la mía.

      Él se marchó sin responder.

-Te juro que voy a matarlo-solté, levantándome y caminando de un lado a otro.

-Estoy seguro de que sí, pasó por mi cabeza hacerlo también.-Me abrazó por la espalda y empecé a relajarme-. Ya llegará su momento, es una lástima que no estuviera anoche en la Basílica junto a la bruja de su esposa y que mis hombres no lo encontraran como a los demás parientes.

-Entonces sí fuiste tú-sonreí, dándole acceso a mi cuello para que siguiera con los besos en él.

-Mejor eliminar a los engendros también, ¿no te parece? Soy un obsesivo del trabajo bien hecho.

-Un poco de venganza por la vida que te quitaron y la vida que te obligaron a tener no está demás.-Giré entre sus brazos-. Es un Blood Drynka, percibí algo en él y es eso. Seguro que fue la razón por la que no asistió a la fiesta anoche, alguien lo convirtió; ¿pero quién pudo decirle que Amelia estuvo anoche en la Basílica? Todos murieron, ¿no?

-Algún escolta de la señora Lance debió reconocerla y le llamó, además, mis movimientos han sido monitoreados desde que se descubrió lo nuestro.

    Ponthius entró a la estancia para avisarle que el avión estaba preparado para volver a los Estados Unidos. 

-Yo tengo que ir a ver a Amelia, te alcanzo luego-le dije a Josh.

-¿Segura?-Asentí-. Cuídate, ¿vale?

-Me portaré bien-aseguré, levantando mi mano derecha-. Estaré en el falso funeral de tu hermano.

    Besó mi frente y salió con el joven griego.
    

        















Amelia

    Me senté a la mesa del comedor a esperar el desayuno que Amara estaba preparando, a esa chica le encantaba estar metida en la cocina. Hizo café, me serví una taza extrañada de no escuchar a Lucius parloteando con ella.
    Teníamos una espada que podía matar Elohim, Amara la había ocultado, eso me dejó tranquila. Pero Azazel tenía a su disposición una también o todas si acaso no las destruyó, era prioritario llegar a esa armería como fuera.
   Con todo el temblor de mis dedos en ese momento era por otra cosa, la carta que sostenían, la abrí con el corazón en un puño; los nervios venían de lo que fuese a encontrar en ella, sabía que no sería odio ni me echaría la culpa de nada pero me fui de su lado, la abandoné y sentía que no merecía el cariño con el que seguro la escribió.
   Querida mía,

   hoy he despertado de un largo sueño para sumirme en una pesadilla, no estabas a mi lado. Desperté echándote en falta porque acababa de verte en ese viaje que no me propuse tener, pero que agradezco; hace tiempo te fuiste de nuestro hogar aún cuando te pedí que no lo hicieras porque yo vendría a Assiah en busca de nuestra familia, tú conocías los efectos que tenía este lugar en mí, que sufrí y sufro más que cualquiera de ustedes, sin embargo no me importó y preferí ser yo antes que alguno de mis hijos.
    Te me adelantaste dejando atrás una carta como esta diciendo que no dejarías que nada me pasara, serías tú quien se sacrificara por mí y por ellos. Siempre pensando en todo el mundo antes que en ti, Amelia, nada nuevo ni malo ni bueno.
    Vine a buscarte, estoy aquí por ti y por ellos, ya no tienes que cargar con todo en tu espalda. Hoy es suficiente, déjame pelear a mi manera y descansa de este mundo, sé que es difícil hacer lo que te pido pero es por tu bien. Sé lo que hago, sé por qué estoy actuando del modo que has reprochado, entiende mi posición, aquí no soy estable y puedo causar un daño irreversible. Es necesario actuar con cautela por ustedes, no lo hago sólo por Faye.
    Tomé la decisión de enviar a casa a los guerreros que llevan luchando contra los Elohim desde el inicio, ellos intentaban protegernos de la esclavizante vida que Eloah nos ha hecho llevar. Lo han dado todo inspirados en ti, teniendo como motivación la liberación de su familia. Su lucha no ha terminado, volverán cuando se les requiera, no es el momento. Cuando éste llegue será devastador para nuestros enemigos, mientras tanto seamos pacientes y prudentes, tú sobre todo, te necesito serena, alerta pero en calma.
     Estoy orgullosa de ti, Amelia, y estoy agradecida de llamarte mi Hermana Mayor en esta vida. 
   ¿Entiendes por qué Caín intentaba mantenernos alejada la una de la otra? En su durmiente forma él sabía que no era buena idea porque percibía quién eras en realidad, aunque Eloah lo ignorara. Caín reconoció a quien fue su padre, reconoció a Lucifer, mi hijo. Que estuviésemos juntas era como juntar el hambre con las ganas de comer, como solía decir, no te quería cerca de mí porque amenazabas lo que se suponía él debía proteger y era Assiah, de ti y de mí.
     Su opinión cambió gracias a Circe y Mikhael, lo correcto era y continúa siendo permanecer unidas contra Él. Y sé que es contradictorio, pero por seguridad quiero que te quedes donde estás, y si tienes pensado hacer algo baraja cada posibilidad y consecuencia. Nuestras acciones pueden mejorar o empeorar la situación, y con este dolor que me parte en incontables fragmentos he decidido que todo siga su curso moviéndome en contra sin llamar demasiado la atención, pequeñas acciones pueden hacer una mayor diferencia.
    Él ya ha transformado a muchos miembros de nuestra familia en seres iguales a su persona, la decadencia de este mundo y sus habitantes lo demuestran, pero no son todos y aún tenemos oportunidad de salvarlos. 
   No me arriesgaré a que te tome a ti, no dejaré que lo haga, y no pienses ni por un minuto que ya has caído porque no conozco a nadie más inquebrantable que Tú.

Con Amor
Sahar. 
     Bebí de la taza mientras leía y releía la carta, tenía un nudo en la garganta y mis lágrimas cayeron, ni siquiera intenté contenerme. La forma en que inició, esa añoranza que sintió nada más despertar yo también la sentí. Suspiré limpiando mis lágrimas, si conociera mis intenciones.

-¿Por qué lloras?-inquirió Lucius, sentándose a la mesa-. La has leído-susurró, viendo la carta en mis manos-. ¿Ha sido un regaño?

-Ella nunca nos regaña-sonreí, él asintió dándome la razón-. ¿Dónde te habías metido?   
-Fui a por unas donas-respondió, poniendo una bolsa de papel en la mesa-. Nadie me vio, las cogí, pagué y vine. Sentí antojo, es lo que tiene Assiah, el hambre.

     Amara llegó con una bandeja donde ponía tres platos de comida y tres vasos de zumo de naranja.

-Estamos solos-dije, untando un poco de mermelada a una de las tostadas que estaban en mi plato-. Sahar les ha ordenado a los Spýrito que han estado batallando por nuestra libertad que vuelvan a casa. Es comprensible, le estaríamos dando más oportunidades a Eloah de capturar y aprisionar a más de los nuestros.

     Lucius puso su mano en la mía.

-Mikhael habla muy bien de ella en sus escritos, lo que hace demuestra la gran madurez que él describe, atacar de sopetón puede llegar a ser contraproducente-alegó Amara. Dio una mordida a la dona que Lucius le había alcanzado-. Te tomarás un tiempo, ¿verdad? Seguirás su sugerencia.

-Tú lo has dicho, es una sugerencia y la hizo conociendo mi carácter. Aconseja ser prudente porque sabe que no haré caso, no mucho.

-Creo que nos dio demasiada libertad-comentó Lucius.

   Amara nos miró a ambos sin entender del todo lo que él había dicho.

-¿Cómo eran en su hogar? ¿No había reglas?-inquirió, esperando muy interesada la respuesta.

-No necesitábamos reglas, por lo general somos muy civilizados, pacíficos-respondió Lucius.

-¿No se aburrían?-volvió Amara al ataque.

-¿Sufrir los desmanes de la guerra, muerte, enfermedades, hambre...? ¿Eso es entretenido? No entiendo la lógica de tu pregunta-dijo Lucius, severo-. No nos aburríamos, no, ¿por qué me aburriría de mi hogar?

-¿Quieres decir que no existe el hambre en el Arquetipo?

-No, Amara-respondí-. Si existiera tal cosa sería Assiah.

    Amara rió y casi escupió el sorbo de zumo que había bebido.

-Veamos, ¿qué hay del sexo? Porque entre ustedes se llaman familia, y hermanos y....

-No te equivoques, esas bajezas sólo se ven aquí-hablé de nuevo-. La genética de cada uno de nosotros es distinta, somos familia y hermanos por ser de la misma raza no por compartir la misma sangre, hay una diferencia. Y sí, existe el sexo, muy salvaje cabe destacar, pero sólo con las personas de quienes nos enamoramos, nuestra eternidad es junto a esa persona. No tenemos ojos para nadie más, allá sí existe el amor verdadero, aquí sólo es una ilusión, una copia barata. Son pocos los que llegan a sentir un amor genuino.-Pensé en Sahar y Faye, incluso la imagen de la noche anterior de Ivel y Josh pasó por mi mente.

      Me levanté para salir a nadar un rato a la playa, Amara no había llevado el diario de ese día y como no había televisión ni internet en casa, estaba desconectada del mundo. No sabía qué acontecía, o si habían llegado a publicar algo respecto a lo ocurrido en la Basílica, lo que dudo y si acaso lo hicieron la culpa sería echada sobre algún grupo radical. De ser así llamarían a la autora de dicha masacre Faye Vesper, era la terrorista de moda.
   Sequé mi cuerpo con una toalla y me puse la bata que había llevado conmigo, Amara y Lucius estaban charlando en la estancia cuando regresé a la casa al atardecer, me había quedado un rato afuera para distraerme. Subí las escaleras y no bajé hasta que anocheció, en el silencio de la habitación volví a leer la carta de Sahar y pensé en hacer una última cosa.

-Amara, llévame a Hamburgo-le pedí a la chica que de inmediato borró la sonrisa que tenía en la boca provocada por alguna cosa que había dicho Lucius.

-Amy, no hay nada allá que necesites-dijo ella, conocedora de mis razones.

-Por favor, necesito ver por mí misma algo, no te pediré nada más. Me quedaré tranquila aquí cuando volvamos.

-Llévala-dijo Lucius-. Sé lo que quieres y es mejor que lo hagas, a ninguno de los dos los he visto en casa así que ve. Yo las espero aquí-añadió. 

     Amara resopló, salió de la estancia y al poco tiempo regresó con una pala para excavar, en las manos.
     Dejamos la seguridad de la casa para internarnos en la oscuridad de una fría noche en Hamburgo. Frente a mí se encontraban las lapidas de Dorian y Luna. 
   No estaban en casa, Luna le dijo a Sahar que le diera permiso de quedarse en el mundo de los muertos para buscar a nuestra madre biológica y a Bastian, allí en el lugar donde los espíritus deambulan esperando por el reinicio del ciclo. ¿Pero y Dorian?
    Le quité la pala a Amara y empecé a cavar. Si los féretros estaban vacíos sin rastros de haber tenido un cuerpo dentro significaba que habían resucitado y se habían vuelto inmortales, dónde acudieron después era el misterio. ¿Volvería Luna al mundo de los muertos? ¿Podía entrar allí siendo lo que, supongo, era ahora?

-Amelia estás muy obsesionada con esto-comentó Amara.

-Se trata de mi familia, no lo llamaría obsesión-repliqué, cavando la tumba de Luna-. No creo que hayas aprendido sobre eso porque si no entenderías lo preocupada que estoy de que mi hermana y Dorian no estén en el Origen.

-Estás en lo cierto, no tengo familia, no pertenezco a ninguna parte pero sí que te entiendo es sólo que deberías dejar a los muertos descansar, si no están en tu antiguo hogar es porque siguen de este lado....

-¿Que no comprendes que no existe el descanso para los muertos? ¿Amshel no te habló sobre eso?-Paré de cavar, había llegado a la urna.

-No, ignoraba ese detalle y creo que Mikhael también lo pasó por alto en sus escritos.-Golpeé dos veces el féretro-. Cuando te asegures de que sus cuerpos dejaron este lugar estarás más tranquila y volveremos a casa, ¿no? Ya no habrá más salidas como estas, Luna y Dorian estarán en algún otro lugar a salvo.

-No hay lugar más seguro que el Origen, si no están allá sólo puedo pensar que corren peligro-dije, dando la vuelta y pegándole con la pala en la cara consiguiendo que se desmayara.   
    La observé temiendo que se levantara, pero no lo hizo, estaba inconsciente.

-Me ha dolido hasta a mí-reconocí la voz de Ivel a mis espaldas. Se dirigió hacia el cuerpo de Amara y examinó el golpe que tenía-. Ahora sí te has deschavetado-dijo, volviendo a ponerse de pie-. ¿Por qué lo has hecho?

-Porque no quiero volver adonde me tenía, deberías agradecerme porque ahora le tienes, ya nadie podrá matarla. ¿No era lo que querías? ¿Evitar su ejecución? A diferencia de ti y tu hermana yo sí cumplo lo que prometo.

-¿No puedes construir un puentecito y superarlo?-preguntó, haciendo la forma de un puente uniendo las puntas de sus dedos y luego separando un poco su mano derecha de la izquierda y pasándola por encima de ésta.

-¿No puedes comprar un bosque y perderte?-dije, imitando su voz y acento, bajé la mirada hacia su mano izquierda y vi una alianza de color negro con pequeñas piedras rojas incrustadas en su dedo anular-. Estás casada con él-susurré. Ella miró su sortija de matrimonio, sonriendo-. A todas estas, ¿cómo me has encontrado?-cambié el tema.

-Te he buscado todo el día en todos los sitios que se me han podido ocurrir en los que Amara estaría o podía llevarte. Este ha sido el último, Amara sí que es buena jugando a las escondidas.-Abrí el féretro de Luna, solté la pala y me cubrí la boca-. Creí que ya lo sabías-dijo Ivel-. Te sugerí que los abrieras pasados dos días más o menos.

-No me dio tiempo, caí inconsciente hasta hace dos días que desperté.

-Ya, Amshel me lo dijo hace un mes pero supuse que había sido después de haber visto esto. Azana y yo encontramos un segundo diario de Mikhael, tenía pocas anotaciones hablando sobre la resucitación e inmortalidad que llega después, siempre y cuando hayas despertado antes de tu muerte; fue por medio de esas anotaciones que descubrimos la mentira que hemos defendido sin saber, el mal que te hemos hecho a ti y a tu familia.-Ivel limpió la lágrima que resbaló por su mejilla-. Lo siento tanto.

-Estás ayudando ahora, ¿o no?

-Por momentos siento que es tarde.

-Hoy unas palabras me reconfortaron: pequeñas acciones pueden hacer una mayor diferencia-susurré-. Luna ni Dorian están en el Origen, y deberían estar allí. Cuando Amshel llevó el cuerpo de Luna al escondite donde estábamos Sahar pudo, de algún modo, hablar con ella. La única persona además de ella que vio el cuerpo moverse y hablar fue Faye.

-Que curioso, no me sorprende de Sahar sabiendo quién es, ¿pero Faye?

-Mucho muy curioso, sí. Sin embargo no es lo que me interesa ahora, Luna le pidió a Sahar que la dejara quedarse para buscar a algunos de sus seres queridos en la tierra de los muertos, allí se encontraba pero ahora que ha resucitado, ¿crees que pudo volver allí? Eloah fue quien creó ese otro mundo tú debes tener acceso a él.

-Lo siento, pero no, nunca he pisado el lugar de descanso de los muertos-respondió, sinceramente.

-No existe un lugar de descanso para ellos, la realidad es otra, hay más sufrimiento en el más allá. Eloah se encargó de eso para mantener el miedo en el inconsciente de la gente para que al momento de reencarnar sean cada vez más dóciles, obedientes a Él. La gente no se da cuenta, pero es así, quieran o no hacen lo que Eloah quiere y si dan muestra de resistencia tienen castigo aquí y lo tienen allá.

    Ivel frunció el ceño apretando la mandíbula, furiosa por lo que me escuchó decir.

-La única forma en que puedes ir al más allá es muriendo, Amelia, y en vista de que ya estás más que despierta sólo estarás poco tiempo del otro lado.

-Luna tuvo que haber conseguido la forma de permanecer, algo me dice que sigue allí, si tengo que morir lo haré, adelantaré mi muerte....

-Le estarás haciendo un favor a Eloah, el suicidio puede ayudarte pero también a Él, es un acto oscuro y uno de sus favoritos.

-Entonces cómo me aseguro....

-Te dije que yo nunca he pisado el más allá pero conozco a alguien que sí. Puedo pedir su ayuda, que la busque a ella y a Dorian Carlysle, por si acaso.-Le agradecí con un asentimiento de cabeza-. Sobre la llave, ¿sabes lo que abre?

     La saqué del bolsillo de mi sudadera.

-Una armería en los Cielos, donde se guardan unas armas especiales para matar Elohim, fueron construidas como precaución por si había alguna resistencia. Yo probé una en carne propia-le expliqué, ella seguía cada una de mis palabras con un asentimiento de cabeza-. No estoy segura de si siguen allí, Azazel pudo haberlas destruido para no tener ninguna debilidad y quedarse con una para matar a Mikhael.

-Déjame buscarla, entrégame la llave y lo averiguaré por ti, estamos trabajando juntas, ¿no?-La miré con suspicacia-. Vamos, Amelia, no haré nada malo.

-Mataste a Luna y tu hermana a Declan, sin contar que el historial de tu familia es de pura maldad, lo llevas en la sangre.

-Azana y yo te hicimos un gran favor, guapa.

-Gracias-dije, sarcástica. Le extendí la llave, cuando estuvo por agarrarla la retiré-. Ivel, te estoy entregando algo muy importante, si vas con tu padre....

-No haré tal cosa, Amelia-dijo, cogiendo la llave apenas volví a extender la mano-. Pero si no están en esa armería, ella tiene una, ¿sabías?-Miré a Amara, y respondí asintiendo una vez-. ¿Te dijo dónde la había escondido o si la lleva encima?

-Ni de coña te lo voy a decir-sonreí, moviendo la cabeza de lado a lado-. Pregúntale tú misma cuando despierte, yo me largo.-Empecé a caminar.

-¿Dónde puedo encontrarte para darte la información que quieres sobre Luna y Dorian, y la bóveda esa? Por cierto, ¿dónde demonios está esa armería, eh?-preguntó, caminando a mi lado-. ¿Puedes hacerme un mapa?

-Noktoj: Las Noches, ¿te suena?-dije. Ivel se detuvo, me di la vuelta-. Veo que sí, allí la encontrarás. Y estoy segura que darás con mi paradero, nos vemos.     































Ivel

    Llegué a la capilla en Nueva York antes de que lo hiciera Josh. La llave que Amelia me confió la noche anterior la cargaba en mi cartera, después de acompañarlo en el funeral falso me marcharía de Assiah en busca de la armería, no tenía muchas esperanzas de que las armas siguieran allí pero un vistazo no le hacía mal a nadie. A Amara la tenía en un lugar donde ni la mirada indiscreta de mi padre podía llegar, la desmayé de nuevo en cuanto vi señales de su despertar y la dejé bajo la vigilancia de mi Adalid Dussollier.
   Había mucha gente afuera de la capilla, la mayoría se me acercaron a darme el pésame por la "muerte" de mi cuñado, intenté parecer lo más afectada posible. El féretro estaba cerrado, si Nathaniel se aparecía por aquí Josh tendría que abrirlo, poner pegas no valía con ese entrometido viejo.
    Me giré y vi entrar a mi esposo escoltado como siempre por Ponthius, el joven inclinó su cabeza en señal de respeto cuando me vio. Me acerqué a ambos y le di la mano, luego abracé a Josh, vestía un traje negro que yo le regalé; besé su mejilla y me aclaré la garganta al notar que de hecho Nathaniel sí se había atrevido a asistir.
     No fue un servicio privado, los medios se encontraban a las afueras mientras que a algunos se les dio entrada a la capilla. Cage Murdoch era periodista además de dueño de una prestigiosa cadena de medios de comunicación.
   Josh habló muy bien de su hermano, es que de Cage nada malo había que se pudiera decir, era un ser humano como pocos, me extrañaba que no lo hubiesen liquidado ya. El mantenerlo lejos de Josh por un tiempo debía ser suficiente para ellos.
-¿Crees que se tragó el teatro?-le pregunté a Joshua, viendo a Nathaniel dirigirse a los periodistas cuando el acto hubo finalizado.

-Él y los que quedan-respondió-. Es mejor hacer las cosas de esta forma, rebelarme públicamente los pondría en alerta y vendrían a por mí, y Azazel te castigaría por querer cambiar todo.  
-Que no pidieran ver el cuerpo me sorprende, ¿y qué hay del Papado? ¿No te han llamado?

-Esta mañana me reuní con Nathaniel y algunos de los líderes terranos leales a Eloah que quedan, entre ellos el Papado. Nathaniel los está haciendo dudar de mi lealtad y tuve que enseñarles el cuerpo, por suerte preví eso.

-¿Qué cuerpo les enseñaste?-pregunté, enarcando las cejas.

-Uno cualquiera de los que estaban en la Basílica, tengo mis trucos, Iv. Trucos ilusorios aprendidos de nuestros brujos, digamos que el alumno superó a los maestros-sonrió-. Además de que soy encantador, eso ayuda también.

-Imbécil-dije, lo cogí de la corbata y le di un casto beso en los labios.

-¿Pudiste hablar con Amelia?-inquirió.  
-Tengo la llave, resulta que abre una armería en los Cielos donde supuestamente están las armas que pueden ayudarnos.

-Eso es estupendo, tenemos una posibilidad.

-Posibilidades, posibilidades, así es la vida en Assiah-suspiré-. Tengo que irme ahora mismo para buscarla, mientras más rápido la encuentre mejor, así sabremos si siguen allí o Azazel las destruyó guardando una para él.

-Me da la impresión de que crees que la segunda opción es la más segura.
-No podemos hacernos ilusiones, Josh, si no están siempre habrá otra forma, pero conozco a mi padre y si él posee una de esas armas es porque tenía una llave, entonces.....

-Las destruyó o escondió en otro sitio para protegerse.-Cruzó los brazos-. ¿El lugar adonde vas es peligroso?-Empecé a caminar, él se metió las manos en los bolsillos y rió por lo bajo-. Sí lo es, ¿no? Dile a Dussollier o a Dante que te acompañen, o llévame contigo.-Me detuve-. Ivel, temo por las dos, situaciones peligrosas despiertan mi instinto de protegerlas y si no puedo estar allí me sentiría mejor si Dussollier o Dante te acompañaran.

     Lo abracé.

-Quiero que conozcas a alguien, no te llevaré conmigo a la armería porque debes quedarte para no levantar sospechas, pero esto sí puedo hacerlo.

     Lo guié a la limusina y de allí nos desvanecimos.
   Aparecimos a las puertas de la prisión donde Azazel había encerrado a alguien a quien Josh deseaba conocer desde que le conté que le capturamos.
   Abrí, él estaba boquiabierto mirando los alrededores, el Palacio blanco de Eloah Azazel se hallaba al otro lado de un cristalino lago. Nosotros nos encontrábamos en una isla donde habían construido una prisión especial para esta persona; llamé su atención cogiendo su mano y entramos. 
    La luz y calidez del día quedó atrás siendo suplantadas por el frío pasillo alumbrado por antorchas de un fuego azulado. Ĉiela Fajro: Fuego Celestial.
   Los dos Elohim que custodiaban la celda hicieron una reverencia.

-Mi padre no debe enterarse de que he estado aquí con compañía, si se entera sabré quienes fueron e iré a por ustedes, ya saben que sí hay forma de asesinar Elohim y yo soy de las pocas que tienen el arma para hacerlo.-Ambos se miraron y asintieron-. Abran y déjennos a solas.

    El más alto de los dos, rubio de ojos oscuros fue quien acató la orden de abrir la celda.
    
-Mentirosa-susurró Josh al estar solos.

-Me sorprende que me hayan creído, no me gustan las mentiras-dije. Cogí una antorcha entrando antes que él, e iluminé el rostro de la persona encadenada a la pared, los golpes en su rostro eran recientes, sus grandes ojos azules carecían de toda esperanza. Su largo cabello negro estaba enmarañado por la suciedad de los meses que llevaba encerrada-. Hola Circe.

-¿Vienes a torturarme?-preguntó con voz ronca.

-No, es lo único a lo que me he rehusado ya lo sabes.-Circe sonrió.

-¿Qué libro vas a leerme hoy?

-Hoy no he traído ninguno, pero me gustaría presentarte a una persona. Josh-llamé. El muchacho entró, Circe entornó los ojos al verlo-. Él es Joshua-le dije a la mujer-. Es el hijo menor de Medea, Circe, es tu sobrino.

      

     

    


7 comentarios:

  1. Tu historia me recuerda a la serie Supernatural, te comenté alguna vez que hubo una tal Amara, la oscuridad y la hermana del creador. Y a la vez con cierto interés por uno de los protagonistas.

    Que serie de intrigas en que alguno termina muy mal. Me resulta dificil de entender la paciencia de Amelia-Lucifer- antes conocida como Amanda a Ivel, que me parece demasiado pragmatica. La relación entre esas dos, que supuestamente eran hermanas, se ha vuelto un tanto dificil, con la ausencia o lejanía de Luna.

    ¿Así que Circe está prisionera y ni siquiera en las condiciones dignas de la hechicera de La Odisea? ¿Que esperan para tomar unas cuantas de esas armas para ir en su rescate? Y exterminar algunos de esos ángeles.

    Un abrazo.

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    1. Sí que me acuerdo, no veo Supernatural pero tengo la serie pendiente ;)

      Ahora ya sabes por qué nuestra querida Circe cayó prisionera :)

      Un fuerte abrazo, Demiurgo!!

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  2. Te recomiendo esta entrada de un blog amigo, una sección que revisa musicalmente fragmentos biblicos. Esta vez yo aporte algunos sugerencia musicales.

    http://frodorock.blogspot.com.ar/2017/05/el-evangelio-segun-frodo-numeros-ii.html#comment-form

    Otro abrazo.

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    1. Recién vengo de allí, me fascinó la relación que hicieron entre las canciones y los fragmentos bíblicos, una dinámica muy interesante. La he disfrutado ;)

      Otro abrazo para ti, querido Demiurgo :****

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  3. Ese golpe con la pala también me dolió a mí y aquella frase de cómprate un bosque y piérdete, la usábamos mucho cuando pequeños. :) No dejas de sorprender con tu creatividad y los muchos giros que tiene la historia.

    Besos dulces Señorita escritora y dulce semana.

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    1. Jajjajaja ¡Ha sido muy fuerte! xD
      Esa frase a mí me hace reír mucho: cómprate un bosque y piérdete :)

      Disfruté escribiéndola, e ir editando los capítulos también lo disfruto, todo con un profundo cariño por los personajes, por la historia y por ustedes que se toman el tiempo de leerla :)

      Besazos, Poeta, bonito inicio de semana :****

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  4. Muchas gracias por pasar por mi blog, aquí estoy. Veo que las historias son largas por acá, voy a ir poniéndome al tanto.

    Saludos!!

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