Spin-off

Spin-off

viernes, 5 de mayo de 2017

Claroscuro

"Quien con monstruos lucha cuide convertirse a su vez
en monstruo.
Cuando miras largo tiempo a un abismo,
el abismo también mira dentro."

-Friedrich Nietzsche



Amelia

-Amelia-escuché su voz-. Amelia, despierta.

   El rostro de Dorian se iba haciendo más nítido, su mano golpeaba con suavidad mi mejilla. Me sentía débil, me había desmayado cuando la intensidad del dolor en Sahar se volvió insoportable; no debería estar en este mundo, a ella le pega más que a cualquiera toda esta impureza. 
    El rostro de Dorian cambió al de Amara, no había sido más que una ilusión provocada por el débil estado en el que me encontraba.

-No estás bien del todo-dijo-, recién acabas de volver de un viaje que requirió mucha energía, y tu cuerpo no deja de ser sólo una Coraza, como lo llaman ustedes.

-Pude sentir el dolor de Sahar, me desmayé por eso.-Amara me ayudó a incorporarme.

-Las dos cosas, querida-sonrió de camino a la casa-. Estuviste caminando por la playa en medio de esta fría noche, sola. Casi me preocupo, luego recordé que no tenía por qué hacerlo: eres el Diablo-se burló.

-Cierra la boca.

    Abrió la puerta, en silencio y con su ayuda subí las escaleras. Mis piernas apenas me respondían, ella tenía razón sólo habían pasado horas desde mi despertar, el viaje astral requirió energía que este cuerpo no resiste, sumado a eso estaba la duración del mismo y más que eso estaba el hecho de que yo era Spýrito y la Coraza era frágil ante un Spýrito liberado.

-Voy a morir-susurré.

-No digas eso, Amelia-respondió Amara, cuando me vi acostada en la cama.

-No entiendes, esta piel, esta carne, este falso cuerpo no resistirá mucho tiempo. Pero será agradable-sonreí en el susurro-, porque ahora que soy libre podré resucitar y hacer de este cuerpo algo eterno, podré llevarlo conmigo a mi hogar. Ya no pertenecerá al Creador de este mundo, y eso va a joderle-reí.

-Descansa, Amelia. 

    Me quedé dormida al instante de escucharla decir aquello. Esa noche no soñé, estaba sumergida en un descanso profundo por lo agotada que me encontraba, nueve meses dormida empezarían a pasar factura al día siguiente y en adelante, lo tenía claro.
    La luz del día que se colaba por el lucernario me obligó a abrir los ojos, salí de la cama directa al cuarto de baño, encendí la regadera y me quité la ropa para meterme debajo pensando en las noticias que vi la noche anterior en la portátil, y en todo lo que Amara me relató; estábamos lejos del peligro, yo no quería estar lejos del peligro
   Busqué algo de ropa en el armario, mientras me vestía vi un periódico sobre la mesita de noche con un pedazo de papel encima: Tu desayuno está servido en el salón comedor, regreso pronto. Con Amor, Amara. Besico, Diablo.

-Maldita perra-susurré tras leer la última frase.

   ¿Por qué Amshel tenía que hablar precisamente con ella sobre mi identidad y lo que el libro de Mikhael decía? Ahora se la pasará usando ese apodo conmigo.
    Me vestí, salí a correr por la playa observando lo azul que estaba el cielo, una playa de Estambul muy pacífica, ¿cómo Amara se habrá hecho con esta propiedad? Volví a casa, cogí una taza de café y el periódico el cual me llevé afuera después de beberme el oscuro y caliente líquido. No tenía ganas de quedarme encerrada; la fecha del diario rezaba: Diciembre 5 de 2016, contaba con pocas páginas. Vaya Diciembre que les ha tocado pasar a los que están viviendo los desmanes de la guerra; las imágenes de lo que alguna vez fue Roma me dejaron sorprendida, El Vaticano se alzaba sobre los escombros de la ciudad externa a él, ¿planeaban dejar ese Palacio Terrenal en pie? 
   Azazel sería muy capaz.
   Regresé sobre mis pasos a la casa, dejé el periódico en la mesa del comedor, cogí una tostada y fui a por una de las batas blancas de baño. Me propuse nadar un poco, matar el tiempo hasta que Amara decidiera regresar; el agua era cálida, sumergiéndome en ella pensé en mi pasado, los bonitos recuerdos que guardaba de mi vida con Sahar y nuestra familia. Después de caminar por este mundo no deseaba otra cosa que no fuese volver, extrañaba la paz que se respiraba en nuestro mundo, no existían cosas como guerras. Extrañaba eso.
   Al salir del agua me quedé a la orilla de la playa observando ese mar que lo ocupaba todo hasta el horizonte. 
-Hermoso, ¿verdad?

    Volví la cara al escuchar la voz de Lucius, me asombró verlo caminar descalzo por la blanca arena con unos pantalones cortos hasta las rodillas y una playera blanca. Cerré los ojos, ¿me habré ahogado o era Amara? La noche anterior había visto a Dorian y resultó ser ella.

-Amy, soy yo-dijo, y sentí sus manos en mis mejillas. Abrí los ojos y lo abracé, escuché el sonido de su risa que echaba en falta después de perderlo años atrás-. Los muertos se levantan-susurró, percibí la sonrisa-. Y no de la forma atroz en que lo están haciendo estos días.

-¿De qué hablas?-pregunté, apartándome.

-Déjame verte primero-sonrió. Su pálido rostro de finos y cálidos rasgos era tan lindo como siempre, sus ojos azules tenían esa amable y pícara mirada que brilló recorriéndome entera-. Mi bella Amy, te extrañé. Desde nuestro mundo hemos observado lo que pasaba aquí, algunos vienen a batallar contra los Elohim, pero deben volver de inmediato a casa por el efecto de este mundo impuro sobre nosotros; quise venir a ayudar, pero Mikhael recurrió a las palabras de Sahar: debemos ser precavidos.

-Estoy cansada de oír eso-repliqué-. Con ellos no se puede ser precavidos, es matar o morir.

   Lucius me siguió de camino a la casa de la playa, entramos, fui a cambiarme y cuando bajé él estaba de pie recargado en el mesón de la cocina vestido de blanco.

-¿Cómo te has cambiado tan pronto?-le pregunté-. Dime que no me estoy volviendo loca, y que realmente estás aquí.

-Estoy aquí, Amy, por poco tiempo y bajo el permiso de Mikhael. Soy real.... ¡Ouch!-se quejó después de abofetearlo-. ¡Avisa, mujer!

-Sólo quería cerciorarme-me encogí de hombros.

-Me alegra que puedas verme como soy-dijo, frotándose la mejilla donde le di la cachetada-, dos veces me he presentado ante humanos a punto de liberarse y ambos me vieron como si fuese un ser horrendo, tanto que entraron en pánico-explicó-. Pero es lo normal, ¿no? Se supone que somos los malos según las historias, y la impureza en estas criaturas los hace vernos como seres de pesadilla.-Reconocí la lamentación en su mirada, le dolía la forma en la que viven nuestros hermanos-. Me llena de una inmensa alegría que haya vuelto tu memoria, que esta Coraza ya no te tenga encadenada a ella.

-Tuvieron que forzarme a recordar, no pude sola, Lucius, ¿sabes lo que significa?

-Amy....  
-Fui corrompida-lo interrumpí.

    Lucius se echó para atrás sorprendido, no encontraba otra explicación a que tuvieran que recurrir a otros medios para liberarme, me encontraba más aquí que cualquiera de nosotros. Estaba atada a este mundo material.

-De ser ese el caso no verías mi verdadera apariencia-dijo él-; estás cayendo en su juego, Amy. Una carta de culpa, le encanta que la gente sienta culpa y es cómo te estás sintiendo, culpable por no poder romper las cadenas sola; tú sabes que no es fácil, pisaste este lugar antes que yo y los demás, no es cuestión de hacer las cosas sola. Somos familia, una de verdad, nos cuidamos, nos ayudamos.-Puso su mano en mi hombro-. No dejes que este mundo o tus acciones en él te consuman, de todos nosotros fuiste la que estuvo más cerca de Sahar desde el inicio, ¿eso no significa nada para ti?

    Sonreí asintiendo. Significaba mucho.

-Me separé de ella después de una discusión, he cuestionado sus decisiones. Y sé que tengo razón, pero también ella la tiene al ser cuidadosa-admití. Desde que tengo memoria en mi primera vida, he sido testigo y receptora del amor que Sahar nos tenía, un amor que no se acababa o pasaba a ser odio como era en este mundo, un amor que era infinito como ella-. No quiere un escenario donde nos pierda a todos por destruirlo a Él. Intenta evitarlo por todos los medios y no se había dado cuenta, cree que lo hace sólo por Faye, pero en el fondo lo hace por cada uno de sus hijos que están encerrados, sin así quererlo, en este mundo prisión.

     Golpeé el mesón, frustrada por no poder hacer más para evitar esa posible catástrofe donde todos nos veríamos muertos; caminé hacia el pórtico, lo oí seguirme.

-Debe haber algo más que te preocupe, Amy, una cosa en la que te niegas a pensar o siquiera pronunciar en voz alta.

    Lo miré, él aguardó a que yo confirmara su sospecha.

-Faye Vesper-dije. 

-La chica que está a su lado-sonrió con cariño en su mirada-. ¿Qué tiene de malo esa rubia?

-¿Alguna vez la viste en nuestro hogar? ¿Tienes algún recuerdo de ella?-le pregunté-. A mí no me suena de nada, ni siquiera recuerdo que Sahar tuviera a alguien con quien compartiera ese tipo de relación.

-No todos conservamos nuestra apariencia original de aquellos tiempos, Amy, para muestra estás tú. Si bien Sahar no tenía relaciones de esa índole, esa chica debió existir, se supone que todos los que aquí habitan fueron nuestros amigos y familiares en esa vida, sólo que aprisionados en esos cuerpos fabricados para ello; Faye debió tener otro rostro.

-¿Y si no es así?

-Explícate, cariño.

-Eloah Yahveh ha copiado muchas cosas de nuestro mundo porque quiere ser como Sahar, y una de esas copias es el amor, el amor aquí es destructivo. Tienen la estúpida idea de que muchas veces el amor lleva al odio, eso no es amor, es algo roto, como lo es él y como lo es este mundo. El amor aquí es una ilusión, una trampa; y es lo que creo que está usando para retenerla aquí a Sahar, Lucius, si Él no puede ser como ella, la hará a ella como Él.

   Lucius me dio la espalda con las manos en las caderas.

-¿Vas a decirme que es descabellado?-Negó con la cabeza-. Después de todo es una de las tretas que usa para amarrarnos. El amor. Falso como lo es él, aquí lo hace ver como algo grotesco, lo distorsionó, lo ensució.

-La teoría que barajas es que Faye está de su lado y que no ama a Sahar, que Faye fue puesta para llamar su atención, para distraerla y mantenerla aquí.

-Sahar no haría nada que la hiriera, pero si la hiere alguien ¡ay! de ese alguien, no encontrará lugar en la tierra ni más allá de ella donde esconderse. Y Él no se ha atrevido a ir a por Faye, incluso ordenó a sus Siervos Terranos, cuando éstos se enteraron que había otra hija, que no tocaran a Sahar, no debían meterse con ella, mantuvo en secreto a sus Siervos su existencia, y nunca llegó a meterse con Faye en ninguna de las vidas en las que se reencontraban ambas, ¿no te parece sospechoso?-Él se recargó en la baranda que rodeaba el pórtico, de frente a mí-. Quien cometió la imprudencia de atacar a Faye, en cada vida, fue Azazel.

-Pero Eloah nunca lo impidió-refutó él.

-Eso no lo sabemos.

-Pareces muy segura de todo lo demás.

-Porque estoy pensando como Él-contesté.

-Me das miedo-susurró.

-Me alegra, y al mismo tiempo también me da miedo estar pensando como Él-dije, cruzándome de brazos, medio día y el frío se hacía presente-. No quiero que Faye esté de su lado, Sahar es muy feliz con ella, pero las probabilidades son altas. Eloah es un as en los juegos y las mentiras, todo puede ser posible; Sahar se habría dado cuenta si Faye no fuese de fiar, pero ¿y si Faye no es consciente de su trabajo aquí en Assiah. La razón por la que vino a este mundo? ¿Y si Faye no fue creada como los demás? ¿Si no hay Spýrito en ella qué liberar?

    Lucius lo estaba sopesando, me observaba en silencio.
   Si Faye resultara ser una humana sin un Spýrito encadenado dentro de ella sería la primera criatura hecha de cuerpo y alma tan sólo-y especulo-que mostrara señales de un ser inteligente, pensante, y no como los primeros humanos antes de Adán y Eva.
   No digo que sea malo, Eloah ya no necesitaría de mis hermanos, pero a saber cómo terminarían esas criaturas. Siendo creados a su imagen y semejanza, seguirían siendo impuros, corruptos, un peligro. Seguirían siendo oscuros como Él, las malas intenciones del padre transmitidas al hijo, o hija en este caso. 
    
-No le hables a Sahar de esto-dijo Lucius-. Ella estuvo en un viaje astral al mismo tiempo que tú, significa que debió notar que Faye no estaba en esa vida. Lo comentará, sospechará sola, entonces iremos a por esa rubia.

   Era irónico desconfiar de Faye después de que ella desconfiara de mí por mucho tiempo, cuando creía que yo había asesinado a su familia.

-Deseo estar equivocada-susurré. 

-¿Con quién hablas, Amelia?-interrogó Amara desde adentro, había regresado. Salió-. Te oí hablando con alguien-me dijo.

    Compartí una mirada confundida con Lucius.

-Yo.... eh....

-Es broma, sé que hay un hombre allí-rió, extendiendo su mano hacia Lucius, éste la estrechó y besó-. Amara-se presentó ella.

-Lucius Autumn Lockwood-hizo lo propio mi amigo. No pude evitar sonreír, extrañaba que hiciera eso, presentarse con su nombre completo.

-¿Eres uno de sus amigos del Arquetipo?-Lucius asintió-. ¿Cómo encontraste este lugar? Estoy segura de que fui cuidadosa al protegernos.

-Desde donde estamos vemos algunas cosas que son de nuestro interés-respondió Lucius, la nota de tristeza en su voz no me pasó inadvertida. Veían todo, pero era poco lo que podían hacer por nosotros.

   Amara congenió al momento con Lucius, entramos y la escuché protestar porque dejé el desayuno tal y cómo ella lo había dispuesto en la mesa del comedor, Lucius la apoyó en la protesta. Hice oídos sordos y me senté en el sofá.
  Amara se quedó de pie al lado de Lucius, ambos lanzándose sonrisitas cómplices como si llevaran tiempo conociéndose y no acabaran de presentarse el uno al otro recientemente. ¿Cómo dos personas pueden llevarse así de bien con un escaso intercambio de palabras?
-¿Dónde estabas, Amara?-inquirí, interrumpiendo el silencioso coqueteo.

-Le hice una visita a Sahar, quería traerte noticias sobre ella. Por cómo estabas anoche, pues.....-Bajó la mirada, me preocupé-. Sí le cayó fatal su despertar-me levanté del sofá-, pero tranquila, lo supo manejar y se encuentra bien; me ha pedido que te dijera que no hagas nada más. Es tu tiempo. Has sacrificado demasiado por ella en el pasado, y en el presente.

-Y volvería a hacerlo con los ojos cerrados-repliqué.

-Ella lo sabe-dijo Amara. Lucius acompañó las palabras de la joven mujer con un asentimiento de cabeza-. Por eso es lo único que te pide que no hagas-susurró, sacando del bolsillo de la chaqueta que llevaba un sobre blanco que me entregó.

-No voy a leer esto todavía-dije, cogiendo la carta-. ¿Por qué no hay fotografías del Presidente actual de los Estados Unidos? ¿Así de feo es?-me burlé-. Aunque el nombre me es familiar.

   Amara sonrió y negó con la cabeza.

-Joshua Murdoch-pronunció-. Hay poco registro fotográfico de él por pedido del mismo chico-dijo. Miré a Lucius cuando escuché el nombre para que me lo confirmara él, asintió-. ¿Qué pasa?

-Te dije que el nombre me parecía conocido, Lucius acaba de confirmarme con su asentimiento que ese Joshua es el que estoy pensando.

-Amy fue novia de su hermano mayor, Cage Murdoch, en la preparatoria. Toda una rompe corazones mi bella dama-explicó Lucius, con esos gestos faciales que le salen espontáneos, elegantes y graciosos-. Aquí entre nos, sólo lo estaba usando al inocente Cage.

-Cierra la boca.-Lucius le guiñó un ojo a Amara, la mujer sonrió-. ¿No es muy joven para ostentar un cargo así de importante?

-Lo han estado preparando para esto, Amelia-respondió el mismo Lucius-. Esperando el momento propicio para lanzarlo al ruedo como el líder que firmaría una falsa paz, que uniría a las naciones en conflicto, y restauraría, junto a la mano de Dios en la tierra, las religiones en una sola. Se están aprovechando de la actual fragilidad del mundo para meterles a este líder diabólico por los ojos: El Anticristo. El "Anti tú".

   Amara rió por las últimas palabras empleadas por mi querido amigo.

-Es carismático, se ha metido en el bolsillo a mucha gente-intervino Amara-. Aunque el golpe fue de repente ha sabido llevar las riendas de la situación; tengo entendido que esta noche habrá un evento en su honor en Ciudad del Vaticano.

    Cualquiera pensaría que el golpe fue dado de repente, pero Eloah debía tener todo cuidadosamente planeado, sólo dejó que Azazel actuara a sus anchas. En la tierra hizo que prepararan a Joshua para que cuando apareciera, sus Siervos más fieles lo reconocieran como el Elegido por Él para gobernar hasta su retorno en su cuerpo y cuando ya tuviera a Sahar lo suficientemente atada a este mundo. Pero hay cosas que él no previó, estaba segura de que las había, y tranquilo no debía estar.

-¿Puedes meterme en ese evento?-le pregunté a Amara.

    La mujer miró a Lucius, él a su vez me miró sorprendido.

-Amy, cariño, el infierno está ardiendo.

-Las indicaciones que me dieron es que te mantuviera alejada-dijo Amara-. Por ahora estás mejor aquí....

-¿Puedes meterme sí o no?

-Sí-respondió con un suspiro.

-Está dicho.

   Lucius desistió porque conocía mi terquedad y no me iba a detener si ya había decidido hacerlo; Amara por otro lado me salió con que a Sahar no le agradaría saber que estaba corriendo a la boca del lobo de nuevo. La primera vez fue cuando puse un pie en Assiah para rescatar a mi familia; la mujer se rindió diciendo que podía hacer lo que me diera la puta gana, ella no me detendría. Se metió en la cocina, Lucius se acercó a mí.

-¿Sabes lo que estás haciendo?-preguntó.

-Desde que entré a esta pesadilla-respondí. Sus claros ojos entristecieron, vestigios del sufrimiento que provocaba estar en este mundo; acortó la distancia que nos separaba, bajé la mirada y lo sentí cerca de mí, demasiado para mi gusto. No era que me incomodara, de haber sido eso lo habría rechazado. Al contrario, me transmitía paz, tranquilidad, esa que no se respira aquí-. Lucius....


-Escúchame, Amelia-susurró-, tengo las horas contadas, me iré pronto. Estoy sacando fuerzas para resistir, duele mucho pisar este lugar, pero lo hago por ti, por Sahar, por nuestra familia; sin embargo tú ya te has sacrificado muchas veces por nosotros, no has hecho nada por ti y temo que seas tú la que termines rindiéndote a Él. Has peleado y resistido más que cualquiera en esta pelea, incluso sin conocerte realmente, incluso viviendo en una mentira, has mirado durante más tiempo el abismo sólo comparable al tiempo que lo ha mirado Sahar y he de recordarte que el abismo también mira dentro de nosotros, cariño.

-No me convertiré en el retrato que Él pintó de mí in principio, no le daré esa satisfacción-sentencié.

   Subí a ducharme, puse la carta dentro de un libro que tenía en la mesita de noche y desvistiéndome entré al cuarto de baño. Me dediqué a bañarme centrándome en lo que haría al estar frente a Joshua, el muchacho pasó inadvertido para todos, en vida Matty debió cuidar cada detalle y mantener un bajo perfil respecto a él. La atención fue desviada hacia otros supuestos candidatos, de haberlo sabido Mikhael habría ido a por el muchacho porque era Mikhael quien le daba órdenes a Caín para detener las aberraciones que cometía la Élite en contra de la humanidad; Mikhael le habría ordenado a mi padre ir a por Joshua, o hubiese venido personalmente. A no ser que algo más lo detuviera para no barrer todo del tirón y contar la verdad que él conocía.
   ¿Qué te detuvo? pensé.
   Me puse un vestido blanco que Amara había dejado en la cama poniéndome sobre aviso.
   Bajé las escaleras y los encontré a ambos esperándome.

-Lucius, tú no deberías acompañarnos-le aconsejé-. Tienes que volver.

-¿Recuerdas que los muertos se están levantando?-preguntó, refiriéndose a lo que dijo cuando llegó-. Siempre he querido ver en persona a un zombie-sonrió-. Las criaturas llamadas quimeras casi que lo son-añadió, ofreciéndome su brazo.

-Si llegaran a reconocerte...-empecé.

-No lo harán, tú serás la única que me verá como soy. Ante ellos no me mostraré así que cuida de no hablar mucho conmigo, por eso de que te verán hablando sola-rió.

    Amara nos tomó de las manos a los dos y fuimos trasladados en medio de la oscuridad; el suelo bajo mis pies se sintió firme de nuevo en escasos segundos. A mi lado pasaron dos mujeres charlando cada una con una copa en la mano.

-¿No se dieron cuenta de cómo llegamos?-pregunté.

-No empecé a viajar así ayer, Amelia-sonrió Amara, cogiendo una copa de la bandeja de plata que llevaba un mesero-. Esta gente no se entera de nada.

    Nos encontrábamos en medio de un enorme salón de baile por donde se paseaban los invitados vestidos de etiqueta. Amara examinó a los asistentes y luego miró su despampanante vestido negro y corto por encima de las rodillas.

-Parezco prostituta-comentó, dando un sorbo a su copa de vino-. Pero aquí es normal, ¿no?

-Descuida, no desentonas ni un poco-le dije.

    Lucius soltó una carcajada, yo reí por el hecho de estar en la mismísima Basílica de San Pedro convertida en centro de fiesta. Por dentro los frescos seguían inmaculados, el gran salón era iluminado por luces de candelabros de cristal que colgaban del distante techo; un escalofrío me recorrió al ver a algunos meseros caminar con extrañas máscaras y sin camisa, me fijé que habían invitados que también tenían máscaras negras, en blanco y negro, rojas, parecía un carnaval.
   Los Carlysle hacían fiestas así de extrañas todo el tiempo, y conocía muy bien cómo terminaban algunas.
   Amara se fue a caminar por allí, yo busqué con la mirada al invitado de honor.

-Confieso que llevo toda una vida admirándote, Amelia-dijo Lucius, llamando mi atención-. De hecho más si contamos nuestras primeras vidas. Ese valiente caballero que permanecía al lado de Sahar siempre, mi hermano, mi amigo. Estoy orgulloso de ti, temo por ti, pero me enorgullece llamarte mi familia. Si he de pelear, siempre elegiré hacerlo por ti o a tu lado.-Ladeé la cabeza, acaricié su rostro, no me importó si alguien veía aquél gesto como algo raro-. Lucifer y Amelia, dos caras distintas, pero la misma persona-sonrió-. Me alegra que hayamos coincidido de nuevo, y que me hayas aceptado cuando no permitías que nadie más se te acercara.

-Quiere decir que reconocí a mi hermano, no habría pedido a nadie más con quien compartir mi lucha, Tarśo-dije, llamándolo por su nombre original-. Aunque te hice pasar por cosas horribles.

-Nah-chascó la lengua-. Las hubiese pasado igual con o sin ti-sonrió-. Gracias, porque por ti volví a ser yo, no dejes que me pierda, quédate a mi lado.

    Lo miré con cariño.  
-Siempre-le prometí.

   Él no me culpaba por la vida que llevó a mi lado, pero que me agradeciera me hacía sentir bien y mal al mismo tiempo. Bien porque había recuperado su libertad, ya no estaba ligado a este cielo y a esta tierra que al final pasarían, él estaba a salvo; y mal porque pondría en riesgo mi propia libertad a cambio de derrumbar desde adentro a Eloah, no podía estar a su lado, ya había tomado una decisión y a nadie consultaría sobre ella. 
    No quería que se me notase la melancolía que despertaba en mí dicha decisión, acaricié su brazo pensando en que tendría que alejarme de Sahar de nuevo. Tenía que ver al abismo más tiempo del que ella y Lucius habrían querido, no me sentaría a esperar tranquila, necesitaba actuar o me desestabilizaría por completo.
   Amara se acercó a nosotros y la escuché con atención.

-Está aquí-informó, se la veía claramente afectada-, acabo de verlo.

-¿Qué tienes?-preguntó Lucius, notando el drástico cambio en Amara. Ya no tenía su acostumbrada sonrisa.

-Es la persona que lo acompaña-respondió con sinceridad, mirándome-. Mira.-Hizo un gesto con la cabeza hacia la pista de baile, seguí su mirada y entendí el por qué de su cambio, Joshua Murdoch se hallaba en medio con una joven de pelo negro ondulado. Muy cerca el uno de la otra-. No es posible-escupió.
    Él parecía decirle algo muy cerca de su faz, al borde de un beso.

-¿Por qué está ella con él? ¿Desde cuando?-inquirí.
    Joshua se inclinó y sus labios entraron en contacto con los de la hija menor de Azazel.

-Es de verdad-dijo Lucius. Amara y yo lo observamos esperando una explicación-. Él la ama, y ella a él, no es parte del teatro armado. Apostaría a que ninguno se lo esperaba, ni ellos ni los Siervos de Eloah, ni el mismo Eloah. Es que mírenlos, algo así no se finge.
   Para ellos no había nada más fuera de la burbuja donde se encontraban, y yo no veía al ser malo en el que habían convertido a Joshua. Lo único que existía era algo que dejaba entrever alguna esperanza de parar esto, Ivel era una pieza importante y no quería depender de ella, pero si era la única forma, la aprovecharía; además fue oportuno el encontrarla allí.







    














Ivel

    Me extendió la mano al bajar del coche antes que yo, la cogí y entramos juntos. Sus escoltas y los míos no nos dejaban ni a sol ni a sombra; entrelazó sus dedos con los míos, sonriendo mientras se pasaba una mano por su negro cabello, habíamos sido cuidadosos desde que nos conocimos. Yo para no descubrir ante él de dónde venía y lo que era, y él para ocultar su destino de mí.
    Antes de entrar al salón se puso su dorado antifaz, me ayudó a colocarme el mío y entramos juntos, dejándonos envolver por la música. Joshua odiaba ser el centro de atención, pero sabía manejarse ante una multitud.
    Nadie de nuestro entorno conocía nuestro romance-excepto una de mis Adalides, Dussollier y porque era imposible ocultárselo-hasta hace unos meses cuando nos vimos descubiertos, y es que él se había vuelto de interés para mi padre desde que tomó el puesto para el que lo prepararon desde niño. Tuve que contarle la verdad sobre mí, su verdad ya me la sabía por boca de mi padre, y no creía que él fuese a convertirse en un dictador que padre usaría como una forma más de llegar como el verdadero salvador del mundo. Dejaría que Joshua actuara como le viniera en gana y después....después me haría matarlo.

-¿Tu silencio debe preocuparme?-preguntó, llevándome a la pista de baile.

-No me gusta lo que te han hecho-respondí-. No me gusta lo que ha estado pasando, no quiero esto, señor Murdoch.

-¿Señor Murdoch?-repitió, sonriendo-. Es serio si me llama así, señorita Morningstar.-A nuestro alrededor todos bailaban, nosotros estábamos de pie en medio de la pista-. He querido renunciar desde que te conocí, lo hice e intenté escapar, pero me lo impiden y es como si estuviese atado a este destino y no hubiese forma de romper estas cadenas. Estoy seguro que me entiendes.

-Todos tenemos a alguien por quien sacrificar algo-susurré, pensando en Amelia, en Amshel, en Azana, y viendo a Cage, el hermano mayor de Josh, hablando con unas personas-. Y si te dijera que hay una forma de salvarte y de salvar a Cage, ¿accederías a ayudarme?

-Estarías arriesgando mucho, Iv-susurró.

-Te están usando, eres una más de sus marionetas, la más importante sí, pero marioneta al fin y al cabo, y no lo mereces.

-¿Tu padre estaría de acuerdo con tu rebeldía, Pequeño Ángel?-inquirió.
   Pasó su mano por mi cintura, pegándome a su cuerpo y apretando muy quedo mi enguantada mano.

-No-susurré en respuesta-. Pero ya tengo mis órdenes, y cuando venga con la intención de traer paz a Assiah seré yo quien te ejecute.
   Sus suaves pasos de baile se detuvieron, me miró a los ojos a través de su antifaz y quitó el mío despacio. 
  Procedió a remover el suyo, y pude ver ese brillo que nadie se había parado a buscar en sus azules ojos.
   Sonreí cuando, con cuidado, acarició mi cabello. Él sonrió de vuelta.

-Sin máscaras, sin verdades a medias, prometo ayudarte en lo que me pidas. Pero ten en cuenta, Pequeño Ángel, que vamos a nadar contra la corriente y habrá pérdidas.

-Estamos en un río de sangre desde hace mucho-dije, reconociendo en voz alta y sin muchas palabras que dicho río corría gracias a mi familia.

    Josh besó mi frente.

-Todos estamos peleando por algo o por alguien, y sé que es injusto vivir así. Yo te apoyo en lo que sea que quieras hacer, estoy jugándome el cuello y el de mi hermano, y el tuyo, tu padre irá a por ti si descubre tu traición.

-No me importa, no estoy sola.

-Él tiene Legiones, además no cuenta con que tu abuelo está vivo.

-Existen alianzas más fuertes, haremos que esto se fragmente, sólo debemos empujar una pieza y el resto caerá por efecto dominó.

     Joshua se acercó a mí, su cálido aliento se unió al mío.

-Por ahora la única alianza que deseo admirar es esa que llevas en el dedo, me alegra que la lleves puesta, señora Murdoch.

-Shhhhh-reí-. Bésame.

-Desde hace cinco años tus deseos son las únicas órdenes que quiero seguir.
     Sus labios rozaron los míos alejándome de la realidad cruel que nos rodeaba. Frivolidades, mentiras, vida de sufrimiento y muerte sin paz; todo lo olvidaba con su boca en la mía.
   No quería nada más, no quería regresar al mundo violento que insistiría en separarnos; un beso prolongado jurándome su esposa en silencio, callando un secreto que no deseábamos descubrir aún. Un latido más aunado al de él y al mío.
    Me colocó el antifaz e hizo lo mismo vistiendo su rostro con el suyo; cogió mi mano y avanzamos con cuidado hacia la salida.
-Tienes que irte antes de que el ambiente cambie aquí, no quiero que estés presente-dijo-. Hasta que yo te llame no bajes a Assiah, ¿entiendes?
   Me abrazó tan fuerte que creí fundirme con él, ninguno daba muestras de querer romper el abrazo.

-Vuestra seguridad es primero. Las amo-susurró. Cerré los ojos y sonreí guardando sus palabras en mi mente y corazón-. Las amo-repitió.










7 comentarios:

  1. Siempre que edito un capítulo y me encuentro leyéndolo siento que cada capítulo es como una nueva historia pero sin dejar de estar conectado al capítulo anterior... No sé si a ustedes como lectores les pasa igual cuando los leen :)

    Besazos...

    Ps: Joshua e Ivel son una de mis parejas favoritas jeje :)

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  2. Es así, cada capítulo que nos presentas tiene nuevas aristas en la historia general, este en particular es como calmo, además de la escena amorosa, tiene el sentido de humor de los personajes, ante la tragedia de otros, yo lo veo así, un capítulo más tranquilo.

    Un gusto volver a leerte Ivel. Besos dulces y dulce fin de semana.

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    1. Creo que Amy necesitaba esta calma ;)
      Y me alegra que se transmitiera la tranquilidad del capítulo porque es la que precede a la tormenta, al menos en esta fiestecita...

      Un gusto regresar y compartir con ustedes.
      Besazos, y bonito inicio de semana, Poeta :****

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  3. Puede ser. Estás escribiendo toda una saga, con grandes personajes, simultanemante admirables y odiosos. Excepto Circe, para amar y admirar sin reservas.

    No comparto la teoría de Amelia sobre Faye. Tratandose del villano mayor de todos los tiempos, según tu historia, no es posible que entienda el amor. Ni siquiera con su esposa, latente en Amara. Creo que Faye es algo que no previó, que convirtió a Sahar en la gran líder. Y tal vez necesite vivir en la Tierra, casi tanto como necesita a Faye.

    Ivel es capaz de amar con sinceridad. Y después de haberse revelado como odiosa. Que inesperado. Y puede ser que alguien la ame sinceramente.

    Que gusto seguir leyendo tu historia.
    Besos literarios.

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    1. Circe es la pu** Ama jajjaja ;)

      Amelia se dará cuenta de que estaba equivocada sobre Faye, ésta es el gran amor de Sahar...

      Sí, Ivel es capaz de amar y dejarse amar. Me gusta que la veas odiosa porque así he querido presentarla, y tal vez por momentos la quieras y otros la detestes, a mí me encanta jajajja ;)

      Un placer continuar compartiéndola ;)
      ¡¡Besos, Demiurgo!!

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  4. ¿Debo decirte que adoro el 'personaje' de Ivel? ...no creo, ya me conoces! ...y este capítulo, con esas escenas que tan bien nos haces vivir ...y digo bien, vivir porque con tus letras uno no imagina la historia, la vive. Y como soy una romántica perdida, adoré este capítulo.

    Besotes enormes mi niña... quieroTe!!!!!!!!!!!!!!!

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    1. Jajajjajaja Creo que lo hubiese intuido por eso mismo ;)
      Que bonito que vivan las escenas, a los personajes, la historia en sí, me llena de alegría.
      Este capítulo también es uno de mis favoritos, yo misma tengo mi top de capítulos favoritos de esta historia jijiji ;)
      De romántica perdida a romántica perdida, querida Alma...

      ¡¡Besos muuuuuchoooooos!!
      ❤quieroTe, Almita❤

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