Spin-off

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martes, 23 de agosto de 2016

Huellas V






    Me daba igual el pedido de Circe, en ese instante en que estuve a punto de ejecutar al intruso recordé que ella estaba allí, y no pude hacerlo. Delante de Faye no lograba ser la misma, me evadía; y la miré buscando aprobación o reprobación en su rostro, sólo encontré confusión y angustia. Me calmé ante su mirada, bajé la espada por ella, sólo por ella no derramaría sangre.
   Faye entendió mi respuesta, bajó la mirada, me acerqué más ella. La tomé de la barbilla y con suavidad hice que levantara la cara.

-Perdón si te incomodé-dije, ella negó con la cabeza.

   No pude evitar bajar la mirada hacia sus labios, inmediatamente corté el contacto de mi mano en su mentón. Hizo una mueca de dolor, y pensé en la herida.

-Deberías descansar, ha sido mucho movimiento por hoy.

-Estoy bien, Sahar.

-No me lo parece, debería hablar con mi madre y decirle que te sane por entero. Que borre la cicatriz y....

-No.-La ayudé a sentarse al borde de la cama, me senté a su lado-. Quiero que sane sola, tú ya me ayudaste suficiente. 

-¿Es eso? ¿El querer que sane sola? ¿O sientes que mereces ese dolor?-inquirí, Faye bajó la cara. Pronto volvió a encontrarse con mi mirada, se mostró muy seria y pensé que se había enfadado-. Lo siento.

-Tienes razón, siento que lo merezco-susurró-. No es suficiente con las heridas que llevo en el alma, me siento culpable y creo que nunca voy a dejar de sentirme de ese modo, siento que pude haber evitado sus muertes. Necesito este dolor, Sahar.

    Percibí agonía en su voz, me dolió como cuando la vi la primera vez, como cuando sentí que la perdía tras sacarla de prisión y sanar su herida. Era algo nuevo para mí sentir empatía por alguien.

-¿De qué manera lo habrías evitado, Faye?-pregunté, ella negó con la cabeza-. No habrías podido, debes aceptar eso. Te habrían matado también, ya te lo dije; si quieres sentir ese dolor en tu cuerpo y cargarlo como una cruz tanto como los recuerdos de aquél día, es tu decisión. Pero que sea porque quieres sentirte viva, no por culpa, no por castigarte a ti misma. Estoy segura de que a tu familia no le sentaría bien que su hermosa niña que sobrevivió a un desierto, y a una grave herida por espada, sienta culpa por algo que nada tuvo qué ver con ella.

    Miré su boca y luego volví a su azul mirada, sonreí haciéndola sonreír un poco también.
-Gracias por...

   Levanté la mano para detener ese agradecimiento.

-Intenta descansar, mañana hablaremos de lo que quieras y podrás agradecer, lo que sea que ibas agradecer, de la manera que quieras.-Enarcó las cejas con la sonrisa aún en los labios, amé el gesto. ¿Acababa de pensar en "amar" algo de ella? Me puse de pie, si me quedaba un poco más le tendría que dar la razón a Declan también con respecto a lo que ella había empezado a despertar en mí.

-¿No te quedas?-preguntó, levantándose.

-Mientras mi padre esté fuera soy la encargada de mantener el orden en Providencia, se hace lo que yo diga.

-¿Qué hay de tu madre?

-Ella aconseja, no le gusta llevar las riendas de un reino que por derecho me pertenece y que debo empezar a liderar bla bla bla, ese es su discurso.-Faye rió, me gustó que lo hiciera, me gustó que estuviera tranquila-. Me ha enseñado muchas cosas y una de ellas es cumplir mi deber como hija de mi padre, e hija de este reino.

   Me dirigí hacia la puerta.

-¿Volverás esta noche cuando termines de hacer tus cosas?

-No prometo nada-dije, abriendo-. Buenas noches, Forastera.

-Buenas noches, Princesa Hassassin.

    Antes de dirigirme al estudio de mi padre le ordené a Khal, mi segundo, que se instalara a las puertas de mi habitación para que la cuidara. 
    Después de que Faye se fuera de la estancia Declan empezó a decir que debía sacarla de Providencia antes del regreso de mi padre, era necesario, si quería su bienestar. Faye no estaba a salvo aquí, pero qué cambio habría si la enviaba al exterior, allá corría el mismo peligro. La diferencia era que aquí tenía quien la protegiera, en el exterior estaría sola.
    Y entonces salió con el asunto de mis sentimientos por ella, Circe lo reprendió diciéndole que la estadía de Faye no le hacía daño a nadie, que a ambas nos vendría bien la compañía que nos hacíamos. 
    Yo no quería tener sentimientos por ella, pero allí estaban y Circe me pidió que no renunciara a ellos, que sabía que era algo nuevo para mí y eso era bueno. Faye me haría bien, y yo a ella.

-¿Tomando decisiones a la luz de la luna?

-No quiero volver a tocar el mismo tema, Declan-dije sin darme la vuelta para mirarlo. Había oído la puerta cerrarse pero prefería quedarme en el balcón, lo sentí acercarse hasta pararse a mi lado-. Espero hayas reforzado la guardia nocturna en el exterior.

-Tal y como lo pediste, prometida mía.-Seguí observando los terrenos que se extendían más allá de palacio-. Disculpa mi insistencia, me preocupo por ti, Sahar.

-No tienes por qué, sé defenderme y cuando llegue el momento sabré defenderla-respondí sin mirarlo.

     Oí el tamborileo de sus dedos sobre la baranda.

-Si sigues con eso te cortaré los dedos, y sabes que no bromeo.

   Declan paró y se recargó en la baranda. 
   La noche estaba fría, la luna brillaba hermosa en el cielo, y dentro de mí sentía que Dec tenía razón. Que debía dejar ir a Faye, por su bien.




2 comentarios:

  1. Ya conocemos la decisión de Sahar, pero es interesante conocer las dudas que tuvo. Y como tuvo la ayuda de Circe, que cada vez me agrada más. Supo comportarse bien con su hija adoptada, importandole más que ella que cualquier interés. Es lo que se llama empatía.
    Fascinante deidad.
    Un especial abrazo.

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  2. No se puede dejar ir lo que uno siente te pertenece de alguna manera, menos si eso es el amor que siempre te ha esperado.

    Que pronto vuelvas a dejarnos otro capítulo de esta historia y por supuesto con una sonrisa en ti.

    Besos dulces con cariño para ti.

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