Nueva York, Estado Unidos
Amanda
Helena sólo quería jugar a tener control sobre mí, aún así, después de decirme que ya tenía a alguien buscando a Luna, le marqué a Declan para prevenirlo y que pusiera a salvo a mi hermana; fui a parar al maldito buzón de voz, y lancé el teléfono a la chimenea.
Estaba atrapada y convaleciente, pero no demasiado cansada como para dejar de luchar.
Cambié mi ropa, encontraría la forma de escapar. Dorian me será ayuda. Me encontraba ideando un plan cuando oí su voz, y la de su madre; salí de mi habitación, caminé por el pasillo y los vi desde el balcón.
Dorian notó mi presencia y me miró.
-¿Qué está pasando? ¿Juegan a piedra, papel o tijera para ver quién me dispara primero?-pregunté, sonriendo.
-¿No te has asomado a la ventana?-me preguntó Helena. Bajé las escaleras, escuché gritos en el exterior-. Parece que un terrorífico milagro se está llevando a cabo. Bautismo sangriento del Dios Creador-sonrió, victoriosa.
Me asomé a uno de los ventanales, y ahogué un grito dando varios pasos atrás al ver la horrorosa escena. Algo rojo caía del cielo bañando las calles, y a los transeúntes que corrían buscando refugio. Los coches se habían quedado varados, los conductores hacían sonar las bocinas, y otros salían de sus respectivos autos.
-¿Eso es...?
-Sangre, yo mismo lo corroboré-dijo Dorian, mirando de reojo a su madre.
-Creo que Dios nos da su bendición para seguir adelante, ¿no crees, Amelia? Es una señal, lluvia de sangre en tu honor-habló Helena, su seguridad y satisfacción lograban que la odiara más todavía, si cabía.
Estaba atrapada y convaleciente, pero no demasiado cansada como para dejar de luchar.
Cambié mi ropa, encontraría la forma de escapar. Dorian me será ayuda. Me encontraba ideando un plan cuando oí su voz, y la de su madre; salí de mi habitación, caminé por el pasillo y los vi desde el balcón.
Dorian notó mi presencia y me miró.
-¿Qué está pasando? ¿Juegan a piedra, papel o tijera para ver quién me dispara primero?-pregunté, sonriendo.
-¿No te has asomado a la ventana?-me preguntó Helena. Bajé las escaleras, escuché gritos en el exterior-. Parece que un terrorífico milagro se está llevando a cabo. Bautismo sangriento del Dios Creador-sonrió, victoriosa.
Me asomé a uno de los ventanales, y ahogué un grito dando varios pasos atrás al ver la horrorosa escena. Algo rojo caía del cielo bañando las calles, y a los transeúntes que corrían buscando refugio. Los coches se habían quedado varados, los conductores hacían sonar las bocinas, y otros salían de sus respectivos autos.
-¿Eso es...?
-Sangre, yo mismo lo corroboré-dijo Dorian, mirando de reojo a su madre.
-Creo que Dios nos da su bendición para seguir adelante, ¿no crees, Amelia? Es una señal, lluvia de sangre en tu honor-habló Helena, su seguridad y satisfacción lograban que la odiara más todavía, si cabía.
-¡Qué honrada me siento! ¡Con esto sí que aceptaré una alianza!-ironicé.
-Es la antesala a lo que se aproxima, te presentaremos a Luna como ofrenda....
Le solté una cachetada con la mano que tenía sana, fue tal la fuerza que llevaba logrando que Helena cayera al suelo. Dorian no se movió a ayudarla.
-A mi hermana no la vuelvas a nombrar con tu sucia boca-le dije con los dientes apretados de la ira que se había desatado en mi interior-. Si le hacen algo olvídense que tendrán alguna oportunidad de tenerme como vuestra reina, si vuelven a tocarla nos iremos con todo sobre ustedes.
-Entonces has que paren-dijo. Dorian la ayudó a ponerse en pie a regañadientes, pero sin que su madre notara que no quería hacerlo-. Dile a tu padre que convenza a Mikhael de abandonar esta guerra y dejar Assiah en manos de quien corresponde. La única regente y su heredero.
Dorian me miró, y luego a su madre como quien no cree ni una palabra de lo que decía.
-Explícate-pedí-. ¿A qué te refieres con la única regente de Assiah? ¿Qué heredero? Porque por lo que sé Luzbel es quien está....
Alguien se aclaró la garganta a mis espaldas, di media a vuelta al ver que Dorian se ponía algo tenso. Un joven y sombrío Matty se quitaba unos guantes negros de pie a la salida del ascensor.
-Es la antesala a lo que se aproxima, te presentaremos a Luna como ofrenda....
Le solté una cachetada con la mano que tenía sana, fue tal la fuerza que llevaba logrando que Helena cayera al suelo. Dorian no se movió a ayudarla.
-A mi hermana no la vuelvas a nombrar con tu sucia boca-le dije con los dientes apretados de la ira que se había desatado en mi interior-. Si le hacen algo olvídense que tendrán alguna oportunidad de tenerme como vuestra reina, si vuelven a tocarla nos iremos con todo sobre ustedes.
-Entonces has que paren-dijo. Dorian la ayudó a ponerse en pie a regañadientes, pero sin que su madre notara que no quería hacerlo-. Dile a tu padre que convenza a Mikhael de abandonar esta guerra y dejar Assiah en manos de quien corresponde. La única regente y su heredero.
Dorian me miró, y luego a su madre como quien no cree ni una palabra de lo que decía.
-Explícate-pedí-. ¿A qué te refieres con la única regente de Assiah? ¿Qué heredero? Porque por lo que sé Luzbel es quien está....
Alguien se aclaró la garganta a mis espaldas, di media a vuelta al ver que Dorian se ponía algo tenso. Un joven y sombrío Matty se quitaba unos guantes negros de pie a la salida del ascensor.
-Tenemos muchas cosas de las que hablar, cariño-me dijo-. Empezando por una tregua, o perderemos mucho, los dos.
Matty se apartó y un hombre entró llevando una silla de ruedas, flaqueé nada más ver a una pálida, callada y despierta Luna.
*
Sahar
Miré a mi alrededor los cuerpos que habían caído en el terreno, en parte de ellos en parte míos, la lluvia de sangre había cesado pero el cielo se mantenía gris. Busqué a Ivel con la mirada, en ese momento le cortaba el cuello a Asmodeo; miré al Príncipe que tenía de rodillas ante mí, había llegado un momento en que me vi vencida por él, desarmada, y él sonrió creyendo que me tenía, que yo ya estaba para morir en sus manos. Cuando intentó atacarme con su espada, me levanté con velocidad medida esquivando su estocada y arrebatándole el arma en el acto cambiando los roles.
Para ellos, para muchos es un secreto mi inmortalidad, una inmortalidad verdadera que no me permite si no renacer tras una herida de muerte. Resucitar una y otra vez, y otra vez, y otra. Ellos no saben que soy eterna y así debía seguir, padre prefiere mantener ese secreto en nuestro círculo privado. Ni siquiera Luzbel lo conoce. Si padre ha preferido no beber mi sangre y probar volverse como yo es porque ve mi inmortalidad como una verdadera maldición, lo suyo comparado con lo mío, su marca en comparación no era nada.
De él aprendí que los Príncipes Demonios son eternos, como yo, que esta inmortalidad que llevo es como la de ellos. Ladeé la cabeza mirando a Amon, la Ira encarnada.
-Tengo curiosidad, si te mato, ¿los humanos seguirán odiándose los unos a los otros? Sé que eres conocido por inducirlos a la ira.
-Si me matas-rió-. Soy eterno, soy un espíritu, soy....
-No, dejaste de ser espíritu en el momento en que te involucraste con la gente terrana-intervino Ivel-. Hay algo que ustedes nunca han entendido sobre este reino, Amon, porque vuestra arrogancia no les permite entender.-Me miró, limpiándose la sangre del rostro-. No todos los humanos odian, o se enfadan porque un demonio los induzca a ello, los humanos son humanos pueden enfadarse como todos. Fueron creados a imagen y semejanza de Eloah, hasta él se enoja; nada cambiará si matas a éste. Sólo habrá uno menos.
Blandí la espada y le corté la cabeza sin detenerme a pensarlo.
-¿Por qué tu espada no les hizo nada cuando los atacaste a todos juntos?-le pregunté a Ivel mientras me agachaba para verificar algo que había notado antes en los cuerpos que los demonios poseían.
-Es como si hubiesen encontrado una debilidad en ese ataque de Domenoj, una forma de bloquearlo. Ni siquiera el fuego que Dante y yo encendimos les habría dañado.
-Pero ellos no podían traspasarlo de ninguna forma-dije, revisando los brazos de uno de los cuerpos.
-Porque Dante vistió el fuego con un escudo bendito que no les permitía acercarse demasiado, el escudo por sí sólo no nos iba a dar el tiempo suficiente para que tu familia escapara. Era necesario algo fuerte, estar en armonía con algo fuerte: vida, y el fuego es vida.
-¿Y nosotros no lo éramos?-inquirí, sin entender muy bien su lógica.
-¿Querías usar de sacrificio a la niña o a tu hermano? Porque el escudo exige sangre-sonrió-. Vida, literalmente debes entregar una vida a cambio de esa protección.
-Es un escudo enfermizo-dije, desviando la mirada hacia el cuerpo.
-Por eso encontramos otra forma de usarlo, siempre hay otra forma de hacer las cosas-dijo. Al darse cuenta de lo que hacía, preguntó-: ¿Qué buscas?-Se había agachado cerca de mí.
-Esto.-Le mostré el antebrazo de la mujer tras limpiarlo. Tenía una marca en forma de triqueta-. Este símbolo, esta gente.-Me levanté, mirando alrededor-. Fueron sacrificios rituales, experimentos rituales para ellos, y para Amanda.
-¿Cómo que para Amanda?
Di la orden de recoger a nuestros muertos y deshacerse de los cuerpos de aquellas personas.
-Sepultarlos dignamente, ellos no tenían idea de lo que estaban haciendo, sus cuerpos fueron usados y sus almas desplazadas; hay suficiente terreno para un camposanto donde puedan descansar.-Miré a la mujer que había revisado-. Vuestro camino de espinas termina aquí, vendrán tiempos mejores-dije.
Emprendí el camino hacia el interior del castillo, necesitaba una ducha. Al cruzar el umbral del vestíbulo, Ivel habló:
-La mujer que quiso atacarme hace rato mostró compasión por una humana muerta, y lo raro es que no era de su sangre. ¿Caín te enseñó eso? Porque no me parece propio de él.
La miré de soslayo y subí las escaleras sin responder.
El agua limpia lavó la suciedad venida del cielo, más no de un Dios, sino de un Genio malvado. Está jugando con nosotros, el traidor en la Casa de Eloah. Sé que esas palabras de Amon se me quedaran grabadas para siempre.
Ivel me esperaba en la estancia ya duchada también, de pie junto a la ventana. Llovía, esta vez agua que limpia. Señales que buscan confundir.
-Dijiste que eran sacrificios rituales, esa gente, sólo con ver el símbolo-dijo Ivel. Me senté en el sofá-. Dijiste que era por tu hermana, es porque quieren que ella tome el lugar que se supone corresponde a Amara, ¿no? Y vienen haciendo esto en parte para honrarla, muerte llamando muerte, que es el modo en que ven a Amanda. Como una especie de embrujo, un llamado que por más trucos de ocultismo que han implementado, no ha cumplido su cometido porque Amanda es muy fuerte para responder a la oscuridad. Por otro lado-se volvió-, también fueron usados como sacrificios para abrirles las puertas a los Señores de reinos oscuros, puertas inaccesibles para ellos por sí sólos, y eso que son muy inteligentes. Pero los humanos logran cosas....¿interesantes?
Cruzó los brazos, yo la escuchaba pero pensaba en las palabras de Amon. Y en Faye, maldita sea, me preocupaba horrores.
-¿Por qué la triqueta?-preguntó, levanté la mirada-. Reconociste que era por Amanda por ese símbolo, ¿por qué?
-Alguien debió decirles que en nuestra familia ese símbolo representa a mi hermana.
-Entiendo, y conozco el significado místico de dicho símbolo-dijo, y de pronto su mirada se volvió amenazante-. Si representa a Amanda, entonces Caín algún conocimiento tenía de que los aliados terranos de Luzbel no sólo iban a por él, sino que con toda intención iban tras Amanda.
Yo comenzaba a manejar la misma hipótesis, y me enfurecía pensar que padre sabía la importancia de Amanda para ellos porque él la dejó sola todo este tiempo a merced de estos traidores a su gente. No metió las manos al fuego por ella, su arrepentimiento llegó años tarde, así como su protección.
Aunque pensándolo en frío, papá intentó convencerla de parar su vendetta y unirse a él, pero ella se negó a aceptarlo por el rencor que le guardaba. Él sabía, papá sabía que iban tras Amanda también.
-La candidata perfecta para soportar, con todo lo que conlleva, el alma de la Diosa del Cielo-dijo Ivel. Se inclinó delante de mí-. Tu padre era consciente del destino que su primogénita cargaba sobre sus hombros, ¿verdad Sahar?
-No lo sé, si lo sabía o no ya es tarde para reclamárselo porque está intentado redimirse y salvar a Amy....
-Si me entero que Caín lo sabía yo misma seré juez y verdugo, de él y de tu hermana...
La cogí del cuello.
-Tú no vas a tocar a mi familia-susurré, apretándoselo-. Sé que le pediste ayuda a Amanda para dar con la tal Amara, y sé que ella accedió, no puedes pagarle de esa manera. En todo caso la que debe ser ejecutada es esa a la que quieres encontrar antes de que lo haga tu hermana.
La solté, ella recuperó el aliento que le corté por esos segundos.
-Creo que aún estamos a tiempo de alcanzar a tu hermano y a los demás-comentó, cambiando, por su bien, la conversación. Me pasé la mano por el cabello, no quería ni verla a la cara-. A menos que hubieses pensado con anterioridad enviarlos a él y a las chicas a otro lugar-aventuró, la miré de reojo-. Este ataque sorpresa te vino como anillo al dedo, ¿no?
-¿Qué sabes tú?-solté, dejando el sofá y caminando por la estancia.
-Bueno, ahora sé adónde fueron a parar esas pobres personas que iban en los aviones que han desaparecido misteriosamente en los últimos años-dijo, refiriéndose a la gente que sirvió de experimentos rituales y cuyos cuerpos aún estaban esparcidos en la explanada de Renacer-, y que te preocupa la rubia llamada Faye Vesper. ¿Sahar?
Me sentí débil de nuevo, como hace unas horas atrás cuando vi a Faye. Mis piernas no me tenían en pie, terminé desplomándome al suelo, Ivel vino a mi lado.
-¿Sahar? ¿Sahar, me estás escuchando? ¿Qué pasa?
Era consciente de que mis ojos seguían abiertos pero ya no era el rostro de Ivel el que veía, todo se oscureció y cuando mi vista volvió a aclararse me hallaba de pie en una fabrica abandonada o una especie de antiguo laboratorio desvalijado, había tanto desorden alrededor, cosas sin valor alguno. La luz entraba desde dos ventanas situadas cerca de cada esquina de aquel lugar.
Giré buscando una salida, al hacerlo la vi, a Vesper, venía en mi dirección.
-Sahar-se le escapó con una sonrisa en la boca, fui a su encuentro y al estar cerca la una de la otra se vino a tierra.
-Faye, no, no, Faye mírame. Necesito que te quedes conmigo-dije, intentando mantener la calma ante la palidez excesiva de su piel, y su helado tacto. No encontraba explicación a esto que nos pasaba, si la proyección astral no podía ser usada en ese momento ¿cómo llegué a ella? ¿Cómo ella llegó a mí?-. Vesper, voy a encontrarte, te lo prometo. Pero tienes que luchar, ¿entiendes?
-Amanda va a hacerlo... Lo he visto....-balbuceó.
-¿Hacer qué? ¿Sabes qué? Olvida esa mierda, voy a buscarte allí donde te tenga mi padre.
-Sahar, tienes que detenerla.... La era de Oscurantismo de la Cuarta Bestia está en su apogeo, tu hermana....
-No voy a detener a nadie hasta encontrarte, Vesper....
-No seas egoísta, Sahar.
-No es egoísmo. Tú me enseñaste a confiar, y confío en Amy, y en lo que sea que esté tramando; ha venido haciendo muchas cosas en solitario, está acostumbrada a ello, sé que no la aguantas, pero ¿podrías confiar tanto como yo lo hago?
-Lo que vi fue su Ascensión, Sahar. Y la Ascensión de Luzbel.
-No hagas caso a las visiones, cariño, ya no. Es momento de ir en contra de ese futuro que se supone está escrito, este es el momento de tomar lo que nos pertenece, lo que nos han querido quitar para someter Assiah: Libre albedrío. Es todo nuestro, Amanda lo sabe y estoy segura de que esa Ascensión que viste se volverá en contra de Luzbel gracias a ella.
-¿A costa de cuántas víctimas? ¿Cuántas muertes son suficientes?
-Me importa que vivas tú, Vesper. No vamos a poder salvarlos a todos.
Acerqué mi rostro al de ella, su piel estaba helada, la sentí bajo mis labios cuando deposité un beso en su frente.
-No hagas caso a lo que ves durante la tortura a la que estás siendo sometida para evitar que las huestes de Luzbel te vean como una presa. No hagas caso a lo que veas, sé fuerte. Estoy contigo..... espérame, Vesper. Espérame, voy a por ti.
-Espero por ti, siempre.
La sonrisa de sus labios coloreó su pálida piel por un instante, no podía dejar de mirarla.
Intentó levantarse, la ayudé notando heridas en sus manos.
-Duele-susurré, sintiendo en mí misma su sufrimiento. Besé sus manos-. La próxima vez que vea a mi padre le devolveré este favor que cree que me está haciendo.
-Podríamos arreglarlo ahora, hija mía.-Me volví al escuchar la voz de mi padre. Era la primera vez que veía unas alas blancas desplegadas desde su espalda, no me lo podía creer-. Pero no estás invitada a esta lección.
Un temblor empezó a derrumbar los cimientos del edificio, escuché a Faye gritar mi nombre y entonces recuperé la vista encontrándome con el rostro de Ivel. La empujé y me arrastré por el suelo para alejarme de ella.
-Tengo que irme-dije de inmediato, poniéndome de pie.
-Oye, respeto que extrañes a tu amada y quieras ir con ella porque te necesita, pero tu hermano y los demás nos esperan.
-Los encontrarás sola-dije, abandonando la estancia.
-Sahar, no vas a poder salir del país, los están cazando sicarios terranos y demoníacos. No puedes sola-decía, siguiéndome el paso.
-¿Acaso no me viste pelear hace poco?-Subí las escaleras para buscar algunas cosas en mi habitación, Ivel se quedó esperándome en las escaleras. Cuando volví con mi espada y algo de ropa en un bolso continuó con su perorata.
-¿Sabes lo peligroso del paso que estás a punto de dar?-preguntó-. Este movimiento puede cambiar nuestra ventaja sobre ellos, echarás todo a perder por poner tus sentimientos antes que el mundo, millones de vidas penden de un movimiento en falso, Sahar. No te equivoques porque también es tu gente la que peligra, sé que estás empezando a ver a los terranos como tal, lo sé por lo que dijiste ante el cuerpo de aquella mujer, no dejes que tus sentimientos te nublen el entendimiento justo ahora porque será un grave error, y serás la culpable de muchas muertes....
Al escuchar esa última frase la fulminé con la mirada, entre asombrada también por escucharla decir algo así.
-¿Seré la culpable de muchas muertes?-dije con suavidad-. ¿Un grave error ir a ayudar a alguien que me importa?-Ivel me sostuvo la mirada con altivez-. No me metas en tu mierda y en la de tu Eloah-contuve mi ira todo lo que pude, pero mi voz fue elevándose poco a poco-. ¡Todo es un desastre porque fueron lo suficientemente pacientes en lo que a Luzbel respecta, así que lo que ha pasado o pase a partir de ahora no será mi culpa! ¡Soy completamente capaz de manejar lo que siento, Ivel!
-No se nota. Eres muy emocional, ¿no te has dado cuenta, Sahar? En la balanza estás poniendo todo el peso en una persona más que en el deber que te trajo aquí y tu gente....
-¡Y una mierda!
-Quédate, Sahar. Ayúdanos a contener a los aliados que Luzbel tiene aquí, ayúdanos a contener lo que se viene contra Europa, es tu deber.
No la miré a la cara, me di la vuelta.
-Hazme un favor-dije, tras abrir la puerta-, dile a mi hermano que era necesario que me fuera, a veces una debe seguir lo que el corazón le dicta. Sé que él sí entenderá.-Antes de poner un pie fuera, agregué-: Y te equivocas al decir que es un error, no estoy abandonando a mi gente y no estoy dejando de lado mi deber porque desde que conocí a Vesper, mi deber está con ella y su protección es mi prioridad, ella lo es. Ella es la gente que necesito a salvo.
No había vuelta atrás, me marché. Y que Vadhir y la misma Faye me perdonen por lo que iba a hacer, pero no podía dejar las cosas así; sé que hay quien pensará que estoy traicionando nuestra empresa en pro de la salvación de los humanos, poniendo una vida por encima del resto. Pero también, tanto Ivel como mi hermano y el resto deben entender mi posición.
¿Qué harían ellos?
Para ellos, para muchos es un secreto mi inmortalidad, una inmortalidad verdadera que no me permite si no renacer tras una herida de muerte. Resucitar una y otra vez, y otra vez, y otra. Ellos no saben que soy eterna y así debía seguir, padre prefiere mantener ese secreto en nuestro círculo privado. Ni siquiera Luzbel lo conoce. Si padre ha preferido no beber mi sangre y probar volverse como yo es porque ve mi inmortalidad como una verdadera maldición, lo suyo comparado con lo mío, su marca en comparación no era nada.
De él aprendí que los Príncipes Demonios son eternos, como yo, que esta inmortalidad que llevo es como la de ellos. Ladeé la cabeza mirando a Amon, la Ira encarnada.
-Tengo curiosidad, si te mato, ¿los humanos seguirán odiándose los unos a los otros? Sé que eres conocido por inducirlos a la ira.
-Si me matas-rió-. Soy eterno, soy un espíritu, soy....
-No, dejaste de ser espíritu en el momento en que te involucraste con la gente terrana-intervino Ivel-. Hay algo que ustedes nunca han entendido sobre este reino, Amon, porque vuestra arrogancia no les permite entender.-Me miró, limpiándose la sangre del rostro-. No todos los humanos odian, o se enfadan porque un demonio los induzca a ello, los humanos son humanos pueden enfadarse como todos. Fueron creados a imagen y semejanza de Eloah, hasta él se enoja; nada cambiará si matas a éste. Sólo habrá uno menos.
Blandí la espada y le corté la cabeza sin detenerme a pensarlo.
-¿Por qué tu espada no les hizo nada cuando los atacaste a todos juntos?-le pregunté a Ivel mientras me agachaba para verificar algo que había notado antes en los cuerpos que los demonios poseían.
-Es como si hubiesen encontrado una debilidad en ese ataque de Domenoj, una forma de bloquearlo. Ni siquiera el fuego que Dante y yo encendimos les habría dañado.
-Pero ellos no podían traspasarlo de ninguna forma-dije, revisando los brazos de uno de los cuerpos.
-Porque Dante vistió el fuego con un escudo bendito que no les permitía acercarse demasiado, el escudo por sí sólo no nos iba a dar el tiempo suficiente para que tu familia escapara. Era necesario algo fuerte, estar en armonía con algo fuerte: vida, y el fuego es vida.
-¿Y nosotros no lo éramos?-inquirí, sin entender muy bien su lógica.
-¿Querías usar de sacrificio a la niña o a tu hermano? Porque el escudo exige sangre-sonrió-. Vida, literalmente debes entregar una vida a cambio de esa protección.
-Es un escudo enfermizo-dije, desviando la mirada hacia el cuerpo.
-Por eso encontramos otra forma de usarlo, siempre hay otra forma de hacer las cosas-dijo. Al darse cuenta de lo que hacía, preguntó-: ¿Qué buscas?-Se había agachado cerca de mí.
-Esto.-Le mostré el antebrazo de la mujer tras limpiarlo. Tenía una marca en forma de triqueta-. Este símbolo, esta gente.-Me levanté, mirando alrededor-. Fueron sacrificios rituales, experimentos rituales para ellos, y para Amanda.
-¿Cómo que para Amanda?
Di la orden de recoger a nuestros muertos y deshacerse de los cuerpos de aquellas personas.
-Sepultarlos dignamente, ellos no tenían idea de lo que estaban haciendo, sus cuerpos fueron usados y sus almas desplazadas; hay suficiente terreno para un camposanto donde puedan descansar.-Miré a la mujer que había revisado-. Vuestro camino de espinas termina aquí, vendrán tiempos mejores-dije.
Emprendí el camino hacia el interior del castillo, necesitaba una ducha. Al cruzar el umbral del vestíbulo, Ivel habló:
-La mujer que quiso atacarme hace rato mostró compasión por una humana muerta, y lo raro es que no era de su sangre. ¿Caín te enseñó eso? Porque no me parece propio de él.
La miré de soslayo y subí las escaleras sin responder.
El agua limpia lavó la suciedad venida del cielo, más no de un Dios, sino de un Genio malvado. Está jugando con nosotros, el traidor en la Casa de Eloah. Sé que esas palabras de Amon se me quedaran grabadas para siempre.
Ivel me esperaba en la estancia ya duchada también, de pie junto a la ventana. Llovía, esta vez agua que limpia. Señales que buscan confundir.
-Dijiste que eran sacrificios rituales, esa gente, sólo con ver el símbolo-dijo Ivel. Me senté en el sofá-. Dijiste que era por tu hermana, es porque quieren que ella tome el lugar que se supone corresponde a Amara, ¿no? Y vienen haciendo esto en parte para honrarla, muerte llamando muerte, que es el modo en que ven a Amanda. Como una especie de embrujo, un llamado que por más trucos de ocultismo que han implementado, no ha cumplido su cometido porque Amanda es muy fuerte para responder a la oscuridad. Por otro lado-se volvió-, también fueron usados como sacrificios para abrirles las puertas a los Señores de reinos oscuros, puertas inaccesibles para ellos por sí sólos, y eso que son muy inteligentes. Pero los humanos logran cosas....¿interesantes?
Cruzó los brazos, yo la escuchaba pero pensaba en las palabras de Amon. Y en Faye, maldita sea, me preocupaba horrores.
-¿Por qué la triqueta?-preguntó, levanté la mirada-. Reconociste que era por Amanda por ese símbolo, ¿por qué?
-Alguien debió decirles que en nuestra familia ese símbolo representa a mi hermana.
-Entiendo, y conozco el significado místico de dicho símbolo-dijo, y de pronto su mirada se volvió amenazante-. Si representa a Amanda, entonces Caín algún conocimiento tenía de que los aliados terranos de Luzbel no sólo iban a por él, sino que con toda intención iban tras Amanda.
Yo comenzaba a manejar la misma hipótesis, y me enfurecía pensar que padre sabía la importancia de Amanda para ellos porque él la dejó sola todo este tiempo a merced de estos traidores a su gente. No metió las manos al fuego por ella, su arrepentimiento llegó años tarde, así como su protección.
Aunque pensándolo en frío, papá intentó convencerla de parar su vendetta y unirse a él, pero ella se negó a aceptarlo por el rencor que le guardaba. Él sabía, papá sabía que iban tras Amanda también.
-La candidata perfecta para soportar, con todo lo que conlleva, el alma de la Diosa del Cielo-dijo Ivel. Se inclinó delante de mí-. Tu padre era consciente del destino que su primogénita cargaba sobre sus hombros, ¿verdad Sahar?
-No lo sé, si lo sabía o no ya es tarde para reclamárselo porque está intentado redimirse y salvar a Amy....
-Si me entero que Caín lo sabía yo misma seré juez y verdugo, de él y de tu hermana...
La cogí del cuello.
-Tú no vas a tocar a mi familia-susurré, apretándoselo-. Sé que le pediste ayuda a Amanda para dar con la tal Amara, y sé que ella accedió, no puedes pagarle de esa manera. En todo caso la que debe ser ejecutada es esa a la que quieres encontrar antes de que lo haga tu hermana.
La solté, ella recuperó el aliento que le corté por esos segundos.
-Creo que aún estamos a tiempo de alcanzar a tu hermano y a los demás-comentó, cambiando, por su bien, la conversación. Me pasé la mano por el cabello, no quería ni verla a la cara-. A menos que hubieses pensado con anterioridad enviarlos a él y a las chicas a otro lugar-aventuró, la miré de reojo-. Este ataque sorpresa te vino como anillo al dedo, ¿no?
-¿Qué sabes tú?-solté, dejando el sofá y caminando por la estancia.
-Bueno, ahora sé adónde fueron a parar esas pobres personas que iban en los aviones que han desaparecido misteriosamente en los últimos años-dijo, refiriéndose a la gente que sirvió de experimentos rituales y cuyos cuerpos aún estaban esparcidos en la explanada de Renacer-, y que te preocupa la rubia llamada Faye Vesper. ¿Sahar?
Me sentí débil de nuevo, como hace unas horas atrás cuando vi a Faye. Mis piernas no me tenían en pie, terminé desplomándome al suelo, Ivel vino a mi lado.
-¿Sahar? ¿Sahar, me estás escuchando? ¿Qué pasa?
Era consciente de que mis ojos seguían abiertos pero ya no era el rostro de Ivel el que veía, todo se oscureció y cuando mi vista volvió a aclararse me hallaba de pie en una fabrica abandonada o una especie de antiguo laboratorio desvalijado, había tanto desorden alrededor, cosas sin valor alguno. La luz entraba desde dos ventanas situadas cerca de cada esquina de aquel lugar.
Giré buscando una salida, al hacerlo la vi, a Vesper, venía en mi dirección.
-Sahar-se le escapó con una sonrisa en la boca, fui a su encuentro y al estar cerca la una de la otra se vino a tierra.
-Faye, no, no, Faye mírame. Necesito que te quedes conmigo-dije, intentando mantener la calma ante la palidez excesiva de su piel, y su helado tacto. No encontraba explicación a esto que nos pasaba, si la proyección astral no podía ser usada en ese momento ¿cómo llegué a ella? ¿Cómo ella llegó a mí?-. Vesper, voy a encontrarte, te lo prometo. Pero tienes que luchar, ¿entiendes?
-Amanda va a hacerlo... Lo he visto....-balbuceó.
-¿Hacer qué? ¿Sabes qué? Olvida esa mierda, voy a buscarte allí donde te tenga mi padre.
-Sahar, tienes que detenerla.... La era de Oscurantismo de la Cuarta Bestia está en su apogeo, tu hermana....
-No voy a detener a nadie hasta encontrarte, Vesper....
-No seas egoísta, Sahar.
-No es egoísmo. Tú me enseñaste a confiar, y confío en Amy, y en lo que sea que esté tramando; ha venido haciendo muchas cosas en solitario, está acostumbrada a ello, sé que no la aguantas, pero ¿podrías confiar tanto como yo lo hago?
-Lo que vi fue su Ascensión, Sahar. Y la Ascensión de Luzbel.
-No hagas caso a las visiones, cariño, ya no. Es momento de ir en contra de ese futuro que se supone está escrito, este es el momento de tomar lo que nos pertenece, lo que nos han querido quitar para someter Assiah: Libre albedrío. Es todo nuestro, Amanda lo sabe y estoy segura de que esa Ascensión que viste se volverá en contra de Luzbel gracias a ella.
-¿A costa de cuántas víctimas? ¿Cuántas muertes son suficientes?
-Me importa que vivas tú, Vesper. No vamos a poder salvarlos a todos.
Acerqué mi rostro al de ella, su piel estaba helada, la sentí bajo mis labios cuando deposité un beso en su frente.
-No hagas caso a lo que ves durante la tortura a la que estás siendo sometida para evitar que las huestes de Luzbel te vean como una presa. No hagas caso a lo que veas, sé fuerte. Estoy contigo..... espérame, Vesper. Espérame, voy a por ti.
-Espero por ti, siempre.
La sonrisa de sus labios coloreó su pálida piel por un instante, no podía dejar de mirarla.
Intentó levantarse, la ayudé notando heridas en sus manos.
-Duele-susurré, sintiendo en mí misma su sufrimiento. Besé sus manos-. La próxima vez que vea a mi padre le devolveré este favor que cree que me está haciendo.
-Podríamos arreglarlo ahora, hija mía.-Me volví al escuchar la voz de mi padre. Era la primera vez que veía unas alas blancas desplegadas desde su espalda, no me lo podía creer-. Pero no estás invitada a esta lección.
-Tengo que irme-dije de inmediato, poniéndome de pie.
-Oye, respeto que extrañes a tu amada y quieras ir con ella porque te necesita, pero tu hermano y los demás nos esperan.
-Los encontrarás sola-dije, abandonando la estancia.
-Sahar, no vas a poder salir del país, los están cazando sicarios terranos y demoníacos. No puedes sola-decía, siguiéndome el paso.
-¿Acaso no me viste pelear hace poco?-Subí las escaleras para buscar algunas cosas en mi habitación, Ivel se quedó esperándome en las escaleras. Cuando volví con mi espada y algo de ropa en un bolso continuó con su perorata.
-¿Sabes lo peligroso del paso que estás a punto de dar?-preguntó-. Este movimiento puede cambiar nuestra ventaja sobre ellos, echarás todo a perder por poner tus sentimientos antes que el mundo, millones de vidas penden de un movimiento en falso, Sahar. No te equivoques porque también es tu gente la que peligra, sé que estás empezando a ver a los terranos como tal, lo sé por lo que dijiste ante el cuerpo de aquella mujer, no dejes que tus sentimientos te nublen el entendimiento justo ahora porque será un grave error, y serás la culpable de muchas muertes....
Al escuchar esa última frase la fulminé con la mirada, entre asombrada también por escucharla decir algo así.
-¿Seré la culpable de muchas muertes?-dije con suavidad-. ¿Un grave error ir a ayudar a alguien que me importa?-Ivel me sostuvo la mirada con altivez-. No me metas en tu mierda y en la de tu Eloah-contuve mi ira todo lo que pude, pero mi voz fue elevándose poco a poco-. ¡Todo es un desastre porque fueron lo suficientemente pacientes en lo que a Luzbel respecta, así que lo que ha pasado o pase a partir de ahora no será mi culpa! ¡Soy completamente capaz de manejar lo que siento, Ivel!
-No se nota. Eres muy emocional, ¿no te has dado cuenta, Sahar? En la balanza estás poniendo todo el peso en una persona más que en el deber que te trajo aquí y tu gente....
-¡Y una mierda!
-Quédate, Sahar. Ayúdanos a contener a los aliados que Luzbel tiene aquí, ayúdanos a contener lo que se viene contra Europa, es tu deber.
No la miré a la cara, me di la vuelta.
-Hazme un favor-dije, tras abrir la puerta-, dile a mi hermano que era necesario que me fuera, a veces una debe seguir lo que el corazón le dicta. Sé que él sí entenderá.-Antes de poner un pie fuera, agregué-: Y te equivocas al decir que es un error, no estoy abandonando a mi gente y no estoy dejando de lado mi deber porque desde que conocí a Vesper, mi deber está con ella y su protección es mi prioridad, ella lo es. Ella es la gente que necesito a salvo.
No había vuelta atrás, me marché. Y que Vadhir y la misma Faye me perdonen por lo que iba a hacer, pero no podía dejar las cosas así; sé que hay quien pensará que estoy traicionando nuestra empresa en pro de la salvación de los humanos, poniendo una vida por encima del resto. Pero también, tanto Ivel como mi hermano y el resto deben entender mi posición.
¿Qué harían ellos?
Siempre los sentimientos se confrontan a los deberes, pero esa es la lucha constante de quienes anteponen el corazón y el alma como bandera de batalla.
ResponderEliminarBesos dulces Señorita Escritora y dulce noche.
La ambición está cegando a los conspiradores, no están teniendo en cuenta lo peligroso que es enojar a Amanda, poner en peligro a una hermana, a alguien que le importa más que salvar al mundo.
ResponderEliminarMe parece que no es justo exigirle a Sahar que cumpla con un deber que no eligió, que no vaya en ayuda de Faye. Las emociones son fundamentales para los seres humanos y parece que también para los que no lo son. Si dejara que algo mortal le pasara a su amada, Sahar pasaría toda una eternidad lamentandose. Una verdadera pesadilla. Muy bien por plantarse así a Ivel.
Besos.
Te dejo besos dulces y mi cariño siempre Ivel
ResponderEliminarMas tarde te leo .
Tiene peso esta entrega, esa divergencia que tienen los sentimientos y las obligaciones... Pero estamos hablando de amor, de tu corazón y el mío, y ante eso... Nada puede frenar un corazón enamorado.
ResponderEliminarIntenso, Ivel y con una gran interpretación.
Te felicito.
Mil besitos, preciosa
Vaya... cuánto contiene lo que has escrito, pequeña Ivel.
ResponderEliminarMuchas gracias por haberme leído y comentado, por mi parte, he de decirte que te he nominado a un reto, y espero que te guste:
http://www.hiddenwords.es/2016/08/libros-encadenados-i.html
Un beso preciosa,
Noa