Eran las dos de la mañana, ella aún no me había preguntado la razón por la que John me había golpeado. Bien sea porque no quería saber o porque estaba esperando el mejor momento... Aunque para algo así no hay "mejor momento".
A ésa hora estábamos cenando-desayunando,-ella le puso cenayunando, no paramos de reír hasta hace poco- y me contaba cosas sobre su vida con sus padres adoptivos a quienes respetaba y admiraba. Reía cada vez que recordaba alguna travesura hecha en el colegio, o cuando vivía aquí en Portland con sus padres biológicos. A veces se quedaba en silencio, era como si estuviese decidiendo qué decir y qué no; noté ése detalle hace pocos días, dice sólo aquello que quiere que sepas.
Me miró fijamente con esos ojos oscuros, una sonrisa se dibujó en sus labios; luego volvió a mirar su hamburguesa, aún con la sonrisa en los labios.
-¿Qué?-dije.
-No me hagas preguntar.-susurró.
¡Mierda! Eso era, quería que yo le contara por voluntad propia.
-No es nada importante, ¿vale?-le dije, intenté acomodarme en el sofá, al ver el esfuerzo que hacía, Ivel dejó su cena-desayuno en el plato y se acercó.-No hace falta. ¡Ah!-exclamé, pues me lastimó a propósito- ¡¿Y eso?!
-Para que dejes de hacerte el héroe, estoy segura que esto te lo ganaste por defenderme de él. Venga dime, ¿qué dijo?
Volvió a sentarse en el suelo.
-Quería venderte por una noche a un tipo que estaba en el público, a lo mejor lo viste.
-Uno de traje, no vi su rostro muy bien.-No le dio importancia al hecho de que John quiso venderla. Mordió su hamburguesa, y tras tragar suspiró.-¿Qué le dijiste para que te pegara?
-Que no permitiría que lo hiciera, que primero tendría que matarme....
-Elliot....
-No, escúchame tú a mí. No dejaré que termines envuelta en esto como estoy yo, estoy jodido, Ivel; ése lugar no es para ti....
-¡No es para nadie!
-¡Entonces por qué estás allí!
-¡Porque ése hombre conoció a mis padres!-gritó, las lágrimas brotaron de sus ojos. Sin importar el dolor que las heridas me provocaban me senté a su lado y la abracé.- No lo reconocí al momento...-dijo al calmarse, aún entre mis brazos.-Yo era muy chica, él estuvo en contadas ocasiones en mí casa, era amigo de mis padres... Es demasiada coincidencia que trabajaras para él.
Limpié sus lágrimas, me sentí culpable por haberle gritado.
-Y que Emma te enviara a buscarme, pero te recuerdo que Emma no sabe que estoy trabajando en un local como ése. Así que no fue cosa de ella, y no fue cosa de casualidades.
Besé su mano derecha, su rostro se iluminó.
-Eso fue muy principesco.-comentó.-No eres del tipo que hace ésas cosas.
-Lo vales.-Le guiñé un ojo-. Estás allí para saber si él tiene algo qué ver con la muerte de tus padres, yo te ayudaré. Haré lo que sea.
-Ya hablamos de esto, sería ponerte en peligro.
-Somos cómplices.-sonreí, ella me regaló su sonrisa traviesa-. Deberías llamar a tu amiga para que no se preocupe.
No me hizo caso, y cambié de tema para olvidar un poco lo que acababa de pasar.
Nos quedamos en silencio un rato después de comer, desplegué el sofá con su ayuda, -me alegra que sea sofá cama porque no podía ni caminar hasta mí dormitorio-y nos recostamos. Ivel quería que descansara, pero con ella allí no podía dormir, jugueteamos con las manos; podía imaginar la sonrisa boba que tenía en mi boca. Estábamos sólo ella, yo, y un silencio absoluto... Ella lo sabe, sabe que me gusta y algo me dice que yo también le gusto, pero hay tantas cosas de por medio. El tipo ése con el que anda, por ejemplo. El ricachón.
Pero al menos sé que es consciente de lo que siento, sin necesidad de decírselo...
-Somos cómplices.-susurró.
-Somos cómplices.-repetí.
Elliot.....
Elliot es tan tierno... demasiado tierno! Me ha encantado este capítulo, poco texto pero lleno de detalles, tantos que me quedo con ganas de saber qué más pasará ahora!
ResponderEliminarUn besazo!!! ^^
QUE ROMÁNTICA ESCENA, :)
ResponderEliminarUN BESAZO IVEL!!!
Una muy bonita Historia llena de Romanticismo y Complicidad.
ResponderEliminarAbrazos y Besines.
Elliot me inspira mucha ternura... Es el típico chico que tienes en la friendzone hasta que te das cuenta de lo importante que puede llegar a ser, cuando los cabrones ya te han dejado echa polvo... Si es que las mujeres no aprendemos, somos así de estúpidas T.T Y Elliot es tan rico... ME HE ENAMORADO! xDD
ResponderEliminarBueno, mi dulce y linda flooor, he regresado para hacer la puñeta de nuevo jajajaja
Echaba de menos poder escribir y leer.
Un beso fuerte mi cielo, te quiero mucho! :*
Me he encantado el final. La complicidad y la ternura *-*
ResponderEliminarMe alegra leerte de nuevo.
Te he dejado algo en mi blog.
Un beso!
Aquí tienes bonita, te dejo mi nuevo enlace:
ResponderEliminarhttp://anochecerdemisrecuerdos.blogspot.com.es/
^^
Un besazo!!!
(y espero leerte pronto!)
SOMOS CÓMPLICES ASHDGHGDGHH. Qué mono es Elliot... Me lo como... ME LO PIDO XDDDDD.
ResponderEliminarJo, qué romántico y tierno... Raro de ti ¬¬ Es bromi ^^
Ay, estaba deseando volver a reenganchar a esta historia ajajaaj.
UN BESAZO!