John sólo se fijó en Ivel. Era como si Mika y yo fuésemos fantasmas, no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar; la noche pasada estaba furioso.
Le pidió a Mikaela que saliera, a mí ni me miró. Metí la mano derecha en mí bolsillo y la apreté en un puño; si la toca no me importará perder mí trabajo, iré con todo.
Se arregló el saco y sonrió.
-Bien, veo que hoy sí tienes tiempo, en tu apretada agenda, para nosotros.-comentó burlón.
Ivel mantuvo la compostura, su rostro no mostraba ni un ápice de miedo ante lo que podía hacer John. Sus labios tenían una tenue sonrisa, no creo que John se diera cuenta de ése detalle.
-Te diré algo y espero que quede claro, mientras trabajes para mí no existe nada más allá afuera ¿entiendes?-Ivel no asintió, no dijo nada. Lo siguiente que vi fue a John lanzarle una bofetada.
Ivel la recibió, fue tan fuerte que estuve seguro de que le había partido el labio. Pude constatarlo cuando ella volvió a mirarlo.
Di un paso hacia él pero Ivel me cogió de la muñeca.
-¡No soy una de tus prostitutas!-dijo, apretando los dientes de la rabia que la embargaba.-Tengo una vida fuera de aquí, lo que yo haga o deje de hacer lejos de éste lugar no es de tu incumbencia.
-Lo es desde el momento en el que decidiste trabajar para mí.-Se dirigió hacia la puerta, vino a esto nada más. Alguien le dijo que Ivel estaba aquí, y no creo que haya sido Mika.-Fuera de aquí aún sigues siendo mía, grábate eso.
Se marchó.
Barrí el escritorio con las manos echando todo lo que había encima al suelo. ¡Ése maldito pendejo! Siempre tiene todo y a todos bajo su control.
Saqué un pañuelo de mí bolsillo e hice que Ivel se recargara en el escritorio; limpié la sangre de su labio inferior con un poco de autocontrol, tenerla así de cerca no era sano. Ella me observaba atentamente, arqueó una ceja y sonrió como si nada de lo anterior hubiese tenido lugar; cogió mis manos y las bajó.
-Gracias.-dijo.-Pero no quiero meterte en problemas a ti también, imagina que le hubieses pegado.
-Se lo merecía.
Dudó un poco antes de preguntar.
-¿Emma sabe que trabajas aquí?
-No.
-¿Por qué lo haces?
-¿Por qué lo haces tú?
-¡Espera un momento!-exclamó de pronto-. El pedazo de papel, dámelo.-Se lo entregué, está cambiando el tema-. Préstame un bolígrafo.-Cogí uno de los que habían caído al suelo y se lo pasé. Empezó a escribir algo-.Mira. Es una fecha.
Había separado los números con guiones, de tal manera que quedó así: 09-20-03.
-Coincide con la fecha en que se cerró el caso.-comenté, extrañado.-Pero ¿por qué el nombre de tu tío? ¿Fue él quien pidió que se cerrara?
-Es lo que debo averiguar.
-¿Qué piensas hacer? ¿Que tal si es lo bastante malo como...
-No creo que sea peor que perder a tus padres.-susurró.
Me dolió porque estaba en lo cierto, ella ya no tenía nada qué perder.
-Lo siento.-Ivel sonrió para tranquilizarme-. Hay algo que aún no te he preguntado. ¿Cómo sabías dónde hallarme? Emma sólo debió darte la dirección del edificio donde vivo.
-Un hombre que vive por allí me dijo que te había visto aquí, supongo que es algún cliente.
No me preocupé por preguntarle cómo era, ella tenía razón, algún cliente que vivía en mí mismo piso.
-Debo ir a trabajar, Lu debe estar preocupada.
-Te llevo.-Me ofrecí, ella salió riéndose-. ¿De qué te burlas?-pregunté, caminando a su lado-. Déjame llevarte.
-Tienes que atender a uno de los personajes de "Rugrats".-dijo, refiriéndose a la chica que esperaba en la barra. Odio hacerme cargo de éstas cosas.
-Te llevo y regreso. Vamos.-La cogí del brazo y la llevé afuera.
Volví adentro y le pedí a Mika que le dijera a la chica que esperara un poco más que yo regresaba en un rato no muy largo.
Ivel encendió la radio tan pronto puse el coche en marcha, Secrets de OneRepublic sonaba en ése momento y ella empezó a cantar. Yo seguí la letra, pero no tengo tan buena voz. A ella eso la tenía sin cuidado; ésa canción parecía estar hecha para nosotros, y para lo que vivíamos en éste loco y sucio mundo.
Cantaba alegremente, en ése instante nada importaba, las cosas malas estaban allí, fuimos nosotros los que nos movimos a otro plano donde no tenían cabida. Me gustó verla así, llena de vida, me había inyectado felicidad con su sola presencia y ésa música de fondo a media mañana; los conductores de los otros autos pensarían que estábamos tomados o hasta el culo de lo fumados...pero con ella ése tipo de cosas no hacían falta...
-Debo ir a trabajar, Lu debe estar preocupada.
-Te llevo.-Me ofrecí, ella salió riéndose-. ¿De qué te burlas?-pregunté, caminando a su lado-. Déjame llevarte.
-Tienes que atender a uno de los personajes de "Rugrats".-dijo, refiriéndose a la chica que esperaba en la barra. Odio hacerme cargo de éstas cosas.
-Te llevo y regreso. Vamos.-La cogí del brazo y la llevé afuera.
Volví adentro y le pedí a Mika que le dijera a la chica que esperara un poco más que yo regresaba en un rato no muy largo.
Ivel encendió la radio tan pronto puse el coche en marcha, Secrets de OneRepublic sonaba en ése momento y ella empezó a cantar. Yo seguí la letra, pero no tengo tan buena voz. A ella eso la tenía sin cuidado; ésa canción parecía estar hecha para nosotros, y para lo que vivíamos en éste loco y sucio mundo.
Cantaba alegremente, en ése instante nada importaba, las cosas malas estaban allí, fuimos nosotros los que nos movimos a otro plano donde no tenían cabida. Me gustó verla así, llena de vida, me había inyectado felicidad con su sola presencia y ésa música de fondo a media mañana; los conductores de los otros autos pensarían que estábamos tomados o hasta el culo de lo fumados...pero con ella ése tipo de cosas no hacían falta...
Elliot...
PERO QUE MAL ME CAE ESE JOHN, ES UN MALDITO.
ResponderEliminarY LA CANCIÓN SECRET, ME ENCANTA, MUY BUENA ELECCIÓN PARA EL CASO.
UN BESAZO IVEL!!!
Como voy escribiendo a ciegas hay canciones que inspiran los capítulos, y pues Secret inspiró éste...y creo que en parte es como la canción principal o algo así xDD Tengo mí playlist especial para ésta historia...y para cada una de las que escribo :)
EliminarUn besazo Lord!!!!
Ese momento del coche, con la canción de fondo y ambos cantando, es el claro ejemplo de que las pequeñas cosas de la vida, los detalles tan diminutos como ese, son los que cambian un día malo en un día perfecto. Puede que el tal John sea un capullo integral, puede que la muerte de sus padres la persiga, pero lo que está claro es que ganas de vivir tiene, sea como sea. Y por esa razón, Ivel me encanta ;)
ResponderEliminarTq amor!
Aunque no tengo idea de lo que vendrá en el próximo capítulo, porque estoy en proceso creativo... Creo que eso será lo bonito de ésta historia, esos efímeros instantes en los que ella no teme mostrarse tal y como es, que pese a las malas jugadas del destino siempre tendrá ganas de vivir....
EliminarUn fuerte beso, amor. Tq!
Y hay veces en la vida que tu madre escribe una historia con un hombre que hace falta meterle un palo por el culo ¬¬ Ahí la he visto! No es una de tus prostitutas ¬¬ ASDFNBSDJHBSD Bomba ¬¬
ResponderEliminarMe ha gustado el final, oye. Qué felicidad, y es verdad. Yo también hubiera pensado que esos dos estarían fumados, pero tendría envidia! jajaaj
Un besazo madre! jajajaaj