Spin-off

Spin-off

jueves, 26 de enero de 2017

Huellas XXVII

    Silencio, todo era silencio. 
  Qué bien se sentía el silencio en medio de una tregua tras una guerra donde se ha entregado y recibido todo.
  Eran ya las tres de la mañana, me mordí el labio inferior mientras acariciaba su oscuro cabello. Sahar permanecía con su cabeza recargada en mi vientre, hacía media hora que estábamos así, disfrutando de la quietud, sosegándonos. De las dos yo era la que se encontraba más exhausta, en ella no había ni pizca de cansancio. 
    Demonio, pensé sonriendo.
  
-¿Me hipnotizaste?-pregunté de pronto, ella no se movió, seguía tranquila.

-¿Cómo?-susurró.

-Ayer, ¿nos hipnotizaste a Jay, a Nina y a mí?

-Un poquito.-Casi que podía ver su sonrisa-. Tenía que asegurarme de mantener fuera de la vista de mi padre a Amanda.

-Muy buena tu táctica, bandida-dije. 

   Sahar se incorporó y ascendió por mi cuerpo con movimientos viperinos, había cogido la manía de besar la cicatriz de mi torso, imaginé que en el fondo se culpaba porque su padre me retó con la intención de probar la reacción de su hija ante mi moribunda situación. 
   Yo sentía bonito y excitante que la acariciara y besara, era su forma de demostrarme cuánto me amaba, que no le importaba esa antiestética marca que al final he encontrado hasta sensual. Su forma de demostrar que cuidaba de mí. Un beso y una caricia que buscaban sanarme.
   Al llegar a mi altura besó mis labios, puse mis manos en sus mejillas, llevé la izquierda a su nuca para atraerla más y profundizar el beso. 

-¿Estás enfadada por lo que hice?-preguntó, mirándome con temor.

-No, protegías a tu hermana y eso sólo hace que te quiera más.-Sonrió-. ¿Ves que estás aprendiendo a que te importen otros además de mí, y de ti misma?-reí. Besó mi mejilla, luego se acostó a mi lado en la cama, me acerqué más a ella, sus brazos me rodearon y besé su cuello, allí me quedé embriagándome de su delicioso aroma. Nina tenía razón, el aroma de Sahar era único-. ¿Lo has hecho antes?-pregunté.

-Muchas veces-respondió, otra vez pude percibir su sonrisa.

-No hablo de eso-solté, cogiéndola de la barbilla para que me mirara, me había incorporado un poco-. ¿Me has hipnotizado antes?-Sahar quitó mi mano y se sentó.

    Cubrió su rostro con sus manos, me senté frente a ella, y conseguí que las retirara, me observó unos segundos antes de tomarme por las muñecas y acercarme a ella. Terminé sentada a horcajadas, perdida en su mirada de oro, el rojo amenazaba con tomar su lugar, ese rojo peligro.

-Estando en el salón pensé en muchas cosas-comenzó, cerrando los ojos. Sus dedos se paseaban por mi faz, delineándola, grabándola en ellos y dejando, con esas inocentes caricias, su marca imborrable-. Marca imborrable-susurró, sorprendiéndome. 

-¿Lees la mente también?-sonreí.

-No, no me lo permito desde hace años-respondió. En ningún momento abrió sus ojos-. Sólo escúchame con atención, no interrumpas.-Sus labios dibujaron una media sonrisa, estuve tentada a besar su boca, ella tal vez lo percibió porque acercó la suya sin llegar a besarme pues se alejó un poco cuando busqué romper la poca distancia que nos separaba.         
-No sólo te pedí perdón por mi actitud, por esto que soy, este intento de persona. Lo quiero intentar por ti, quiero ser buena por ti....
 

-Eres buena tal cual eres, sé que te aceptas y eso es lo que a mí me importa, si bien hay cosas que tienes que cambiar debes hacerlo por ti no por mí.

-Te pedí no interrumpir-susurró, pero no abandonaba la sonrisa-. Ayer cuando has salido porque no soportabas estar en presencia de Amanda, imágenes cruzaron por mi mente, tú y yo, piel a piel, tu sonrisa, tu mirada. Tú. Creí que era mi calenturienta mente, el deseo que despiertas en mí, pero estando sola volvió a pasar, son recuerdos, un mosaico de ellos, perdidos en nuestras memorias. ¿Crees en vidas pasadas?-preguntó. A estas alturas del partido creía en todo; Sahar no esperó mi respuesta-. No sé cómo funciona porque se supone que carezco de alma, pero te recuerdo de antes de esta vida. Y también recuerdo el corto tiempo en que estuvimos juntas siendo unas niñas en esta vida. Ahora recuerdo.-Abrió los ojos, se encontró con mi atónita expresión y la hizo sonreír-. Perdóname, Faye, por mí no recuerdas que nos conocimos hace diez años.-Pegué mi frente a la suya, ella suspiró-. Tengo habilidades específicas desde que era una bebé, dice Circe, que soy especial, dice Circe.-Su dedo pulgar acarició mi labio inferior-. Fue después de borrar nuestro encuentro, después de eliminarme y eliminar a mis padres de tu mente, que ella habló conmigo diciéndome que no debía volver a hacerlo a menos que fuese necesario, que esas cosas no se hacían. Y yo le obedecí, no he vuelto a hipnotizar o instar, obligar suena muy feo-reí con ella-, a otros a que hagan lo que yo quiero hasta ayer. Circe no puede romper el "vudú" que hago sobre otros así como otros no pueden influir en mí, es la razón por la que no pudo deshacer lo que te hice, sólo tú puedes, o yo.

  ¿Carecía de alma? ¿Le pertenecía desde antes? ¿Cómo funcionaba aquello? Sabía que nuestros caminos estaban unidos, ella me había guiado, sin saberlo, a su lado en Providencia. Yo la había visto y escuchado en sueños, y la había visto en el aeropuerto ese fatídico día, tropezó conmigo y luego se desvaneció. ¿Una señal de que nos reuniríamos pronto? Sí, una señal de que estaríamos juntas de nuevo.

-Bésame-musité. Ya no quería hablar ni oír más, ya habría tiempo de poner sobre la mesa esas vidas anteriores, y de entender cómo trabajaba la reencarnación. El presente a su lado me importaba mucho más que lo ocurrido anterior a él.      
    Y sus labios acudieron en busca de los míos, suave encuentro que me hizo sonreír en su boca. Encuentro puro en el que centraba toda su atención sacando fuerzas para cumplir mi deseo y apaciguar el de ella y su naturaleza que se conocía al derecho y al revés: sólo un beso pedí, y sólo un beso me dio, marca indeleble de mi amor en ella y de su amor en mí.
   Sus labios atraparon mi labio inferior, la punta de su lengua lamió muy quedo. Succioné su labio superior, y gimió en mi boca al ir en busca de mi lengua y no encontrar oposición sino todo lo contrario, el contacto de ambos músculos me obligó a aferrarme a su cuello, sus manos subían por mi espalda apretándome más a ella. Y su calor, ¡puto calor que me encantaba!, ese estado febril que ningún humano alcanzaría ni por muy intenso que sea el sexo, me estaba abrasando. Su calor me envolvía, quemaba siempre sin herir. 
  Mi cabeza comenzó a trabajar rápido-o intentaba hacerlo con bloqueos debido al beso-¿y si era en ese estado febril que sobrepasaba límites donde me robaba algo que horas después me hacía estar al borde de la muerte? ¿Y si era en ese estado febril en que perdía plena conciencia y hacía daño a Drako cuando se acostaba con él? Ella debió estar pensando en lo mismo porque se apartó un poco, suspiré en cuanto rompió el beso. 

-Bandida-musité tras recuperar un poco el aliento.

    Una sonrisa maliciosa acudió a sus labios, mientras que su mirada ya se había teñido de rojo sangre por completo. Mirada que rayaba en la perversión, me erizó la piel; Sahar tensó la mandíbula, cerró los ojos e inspiró hondo.
     Al volver a regalarme su mirada el color rojo empezaba a desvanecerse.

-Sed, horrible sed. No he matado a nadie en estos días-dijo, siendo muy honesta sobre el particular. La abracé-. Pude arrancarte la garganta.

-¿Cómo funciona? Si lo supiera, si tan sólo entendiera cómo funciona te ahorraría ese sufrimiento-susurré, acunándola en mi abrazo.

    La oí reír.

-Eso es lo más retorcido-dijo-, sentir la sed de sangre no me provoca sufrimiento, pero contenerla sí. Y la contengo para no hacerte daño.

    Al final era yo quien había traído sufrimiento gratis a su vida perfecta libre de sentimientos. Sahar me reprendería si lo dijera en voz alta. Pero era un poco cierto, habían momentos en los que pensaba que ella estaba mejor antes de mí, sin sentir, sin experimentar la tristeza, el miedo, la preocupación....el amor. 





   Faye no indagó más profundo, nos acostamos de lado, una frente a la otra. Acaricié su rostro, ella cerró los ojos rindiéndose al sueño. No valía la pena mortificarnos después de pasar un rato llenas la una de la otra, me hizo feliz verla feliz. Sentirla, adorarla.
  ¿Que si la hipnoticé antes de ese día? Sí, lo hice, diez años antes. Pero sería ella quien decidiría si hablar o no sobre eso.
   Omití algunas cosas que ocurrieron antes de que me hallara sentada en el salón. El noticiario informaría sobre el infierno en el que se convirtió la mascarada de los Carlysle.
   
  <<Después de dar mi orden a Nina, y dejarle las cosas claras a mi padre sobre respetar mi decisión, me fui a la azotea y allí estuve durante horas. No podía estar cerca de Faye, me hacía bien, sí, pero yo todavía no conseguía acostumbrarme a esa paz que me daba y temía herirla, hacer o decir algo que le sentara mal.  
   Anocheció y yo seguía allí, la mala influencia de Assiah me estaba afectando. Era complicado describir la sensación, era como llevar una carga muy pesada encima, exceso de todo y al mismo tiempo vacío; dejarlo fluir era peligroso, irónico que la contención me volviera igual de peligrosa así que no había para dónde huir. Y yo lo aceptaba con todo lo que eso significaba, pero es que antes no tenía a alguien que me importara, y que temiera herir.
   Yo era mala, mi familia lo sabía. Yo era mala y me gustaba, disfrutaba ser esta criatura a la que temían. 
   Pensando así recordé cómo Amanda le dijo a mi padre que ella era un monstruo. ¿Por qué? Yo sé lo que he hecho y de lo que soy capaz, ¿qué había hecho ella para verse de ese modo, para auto nombrarse "monstruo" y que nuestro padre no la quisiera cerca de mí? Me desvanecí con ello en mente, para aparecer frente a la casa de playa de mi padre en Los Hamptons, caminé hasta el lugar donde se celebraría la mascarada. La casa Carlysle estaba cerca, era un hecho que mi padre comprara la propiedad a propósito para estar cerca de Amanda sin que ella lo supiera. ¿Será que siempre sí veló por ella a la distancia? Era la peor forma de cuidar de alguien, pudo hacerlo mejor.
   No sabía qué hora era, me senté observando hacia la mansión. Era un poco más grande que la de mi padre. 
    La gente del exterior podía llegar a ser muy frívola, pensé.
   Pude haberme colado en el interior para ver a mi hermana en ese ambiente en el que creció. Carlysle era el apellido de una de las familias que encabezaban el Gobierno en las sombras, Amanda fue educada por el enemigo del mundo, personas contra las cuales los assassins luchábamos. Mi interés en su versión de la historia creció.
   No pasaron ni quince minutos de mi llegada cuando ante mis ojos volaron ventanas tras una explosión, me cubrí la cara con un brazo viendo el fuego propagarse por todo el lugar, y con el fuego acudió a mi mente una imagen de Faye riendo, y tras aquella imagen una sucesión de muchas otras, todo muy rápido.
  Sacudí la cabeza, no sabía a qué se debía, ya iban dos veces en un día. Sin detenerme a pensar mucho en ello me dirigí hacia la casa y vi a Amanda, vestida toda de negro, salir de entre las llamas caminando con una mochila al hombro. 
    Evité que me viera hasta que estuvo a cierta distancia de la mansión, fue entonces cuando le cerré el paso.

-¡No vuelvas a hacer eso, Sahar!-exclamó, llevándose la mano al pecho, le había provocado un susto de muerte apareciendo así-. ¿Vienes siguiendo a Bélikov? Porque estuvo hace como una hora aquí, dijo que se iba de viaje, y que no te buscara, y no sé cuánta mierda más.

   Amanda hablaba suave, calmada, como si la casa de su familia adoptiva no estuviese en llamas con gente dentro.

-Los invitados a tu fiesta....-comencé a decir.

-No era mi fiesta-terció-, y créeme cuando te digo que ninguno de los que allí se encontraban era una mansa paloma. Le hice un favor al mundo-sonrió. Intentó irse pero la cogí de la muñeca.

-Mi padre dice que así no se hacen las cosas-le dije. 

-¿Un hombre que tiene a todo un clan de asesinos bajo su mando?-preguntó, por su sonrisa imaginé que estaba mofándose-. Lo que yo hago no es diferente a lo que ustedes hacen.

-Tenemos reglas, un código, y tú al parecer actúas en los extremos.-La solté al escuchar las sirenas.

    Corrió por la playa, yo la seguí hasta llegar a otra casa. Abrió la puerta y entró permitiendo que yo la acompañara.

-¿Y si te dijera que esas personas contribuyeron a la muerte de nuestra madre?-preguntó, mirándome a los ojos. Fruncí el ceño-. ¿Y si te dijera que no han parado de dejar a niños huérfanos o incluso a padres sin sus hijos?-Dio media vuelta-. Son una mafia, Sahar, tú lo sabes. Vuestro clan les ha parado la agenda muchas veces, pero ellos no se detienen; yo lo único que hago es vengar a mis padres, destruir a quienes estuvieron involucrados con su muerte y la construcción de mi infierno, les estoy pagando un sufrimiento a la vez lo que me hicieron. Nada qué ver con ustedes o la protección de los humanos, los humanos me importan una mierda, están como están porque así lo quieren.

    No me preocupé por ocultar mi agrado a sus palabras y actitud. Ella enarcó las cejas, gesto de sorpresa. Prosiguió sin preguntar el por qué de mi satisfacción.

-Yo no le hago daño a personas inocentes, si es que alguna lo es. Yo voy a por los culpables, los castigo, soy como una heroína y mi máscara es mi propio rostro.

   Aún no sabía cuántas personas habían muerto en esa explosión planeada por Amanda. Fue oírla decir que su máscara era su rostro y orbitar de vuelta a casa; me agradaba su forma de pensar, se asemejaba a la mía y a la de mi padre en un tiempo. Su amigo Lucius tenía razón, éramos parecidas.>>

  Cerré la regadera, cogí una toalla al salir y regresé a la habitación; haciendo el menor ruido posible busqué algo de ropa en el armario. Me distraje por un minuto observando a Faye, seguía durmiendo, era bueno que sus pesadillas no la molestaran y que pudiera disfrutar tranquila de su descanso. 
    
  <<Estando en casa me dejé caer en el sofá, para entonces creía que Faye dormía y no quise molestarla. 
   Mis pensamientos iban desde mi hermana mayor la que había asesinado a muchas personas hasta las imágenes de Faye vestida de distintas formas, a veces desnuda, a veces niña porque al acostarme en el sofá y cerrar los ojos vi a una niña rubia, y luego a Circe llamándome la atención por haberla hipnotizado. Y pensar que lo hice porque era una "humanita inútil y desesperante", me había escudado tras eso cuando Circe me preguntó por qué lo había hecho. Luego le aseguré a mi madre que volvería a encontrar a la "humanita desesperante", ahora lo recordaba con más nitidez. Vidas pasadas, memorias de otros tiempos en los que coincidimos.

-Siempre la vuelvo a encontrar, Circe-le había dicho a mi madre. Contaba con cinco años en ese entonces-. Pero me quedo con ella porque quiero.

   Y Circe sonrió, asintiendo.

-Lo sé, cariño, lo sé.

     Guardó el secreto a mi padre, y me obligué a olvidar, estaba blindada, aún sigo blindada salvo por la humanita desesperante, ella quitaba cada cerrojo con paciencia, no podía ser de otro modo, y todos habían empezado a notar que yo actuaba distinto al estar Faye presente, no la trataba como a los demás.>>
 
   Besé su mejilla, se encontraba boca abajo, paseé mis dedos muy despacito por su espalda, apenas tocándola para evitar su despertar.
   Salí ya vestida, en el reloj del buró al lado de la cama marcaba las cinco y media de la mañana. Me dirigí al estudio, Drako se encontraba allí revisando unos documentos que tenía dispersos por el escritorio, levantó la mirada al escucharme entrar; a medida que me acercaba noté que no eran sólo documentos los que veía, sino fotografías.

-Al menos sigues sin poder dormir-comentó, divertido.

   No era extraño verme despierta toda la noche, dormía muy poco y a veces nada. Su comentario venía por mi cambio de actitud.

-Ahora duermo mejor sólo que no me apetece-repliqué, prestando más atención a lo que tenía en el escritorio que a él-. He visto a estas personas antes-dije, señalando una foto donde aparecía una pareja morena caminando de manos por un parque, y luego entrando a un hotel-. Arath y Regina Griffin, he leído sobre ellos en los anales históricos, Jefes de la Casa Griffin, protectores de los Blood Drynka ocultos en América. Comparten la labor con Ximena Valverde en el Sur.

-Hiciste bien la tarea-sonrió Drako-. De última hora tuve que agregarlos a la investigación, dejé a Nina en el hotel Alyosha y hace unas horas recibí un mensaje suyo informando que Tristán se estaba quedando con ellos y al avisarle que había pisado suelo norteamericano el hombre le pidió a Nina unirse a él-explicaba Drako. Comencé a ordenar las fotos-. A su llegada como invitada a la Casa Griffin vio un movimiento extraño entre los habitantes de dicha casa. Algo está pasando allí.

    Conocía cada rostro exhibido en las fotografías dispersas por el escritorio, desde los altos dirigentes de la Élite los cuales fui colocando juntos uno al lado de otro, y sus distintos Lugartenientes.

-Al fin veo mejor el rostro de Viktor Strauss-susurré, al ver su nombre en el reverso de la fotografía que sostenía en mi mano. En el sueño de Faye que llegué a modificar su cara no era tan nítida-. En Providencia no tenemos fotografías de él.

-Tu padre no lo consideraba una amenaza.

-¿Qué cambió?

-Su imperio creció, es un lugarteniente que supo escalar.

-Padre lleva milenios deambulando por Assiah, debería saber que no podemos subestimar a nadie.-Cogí otra fotografía donde Viktor Strauss aparecía con una mujer de pelo negro, busqué con la mirada a ésa misma mujer en otra foto-. Es la madre adoptiva de Amanda-señalé, al encontrar lo que buscaba-. Esposa de Matthew Carlysle.

-Digamos que Matt comparte a su esposa con otras personas.

    En la fotografía se encontraban en un evento, había mucha gente cerca charlando. El hombre de pelo grisáceo y mirada profunda no se veía muy de acuerdo con algo que la señora Carlysle le decía. 
   Viktor Strauss y la madre de adopción de mi hermana. Si Faye viera esa foto no se lo tomaría bien, Viktor sí tenía mucha relación con Amanda, pero yo seguía sin creer que mi hermana había asesinado a su familia. ¿Por qué saboteó entonces la mascarada donde seguro asistieron muchos lugartenientes de la élite para la que trabaja Viktor, el hombre que supuestamente dio orden de ejecución contra Illian Vesper y su familia? La misma Amanda dijo que ella iba tras los culpables de la muerte de sus padres, es decir, nuestra madre biológica y el hombre con el que se casó después del abandono de mi padre. El tal Gaspard que nombró durante su discusión con Caín.
   Amanda no asesinó a los Vesper, estaba segura.

-Viktor Strauss se debe a la élite, no a una de las familias que la integran-aventuré, Drako asintió-. Quiere decir que hay veces en que puede actuar por su cuenta, ¿no?

-Así es, pero si sus actividades fuera de su sociedad secreta pone en riesgo la agenda de ésta deberá rendir cuentas y pagar por su desliz.-Dejé la foto de Viktor al lado de la que mostraba a Matthew Carlysle-. ¿Tiene tu repentino interés en él algo qué ver con lo que le quitó a Faye?

-No es como que haya sido un juguete, le quitó a su familia, la hizo ver como la culpable de dicho crimen y le arrebató lo que por derecho le pertenece.-No levanté la voz, como tampoco rompí el contacto visual con él y supe que mis ojos le demostraron lo enfadada que me encontraba. Podía sentir la ira ir in crescendo, estaba al borde del otro lado-. Si todos murieran y reescribiéramos la historia, si construyéramos un nuevo mundo desde los cimientos de éste, nos ahorraríamos muchos problemas-susurré.

-No está en nuestras manos, esa idea fue desechada por tu padre, lo sabes. Carecemos de ese poder.

-La buena o mala noticia, dependiendo de cómo lo vean, es que yo no-sonreí.

  Drako no estuvo muy a gusto con lo que dije, fui muy directa como siempre.

-Tu padre tomó una decisión y fue la de proteger cuantas vidas inocentes sean necesarias hasta el momento en que la guerra estalle, somos soldados, seguimos ordenes. Si nos adelantamos un paso y sacudimos todo ahora, correrán ríos de sangre inocente.

-¿Más de los que corren todos los días?-pregunté. Drako no respondió-. Vale, entiendo que hay ordenes de más arriba que debemos cumplir, que sólo somos guardianes terrenales cumpliendo funciones de Elohim, lo entiendo, pero llegará el día en que me canse de ir despacio y haré lo que ya se han tardado en hacer.

  Drako metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y se inclinó un poco hacia mí.
-Quítate esa idea absurda de la cabeza porque no tienes ni el poder ni la autoridad para tomar cartas en el asunto, Sahar-susurró, apretando los dientes, mi actitud empezaba a desesperarlo.
   Por un momento sólo lo observé con un dejo de sumisión que pronto borré suplantándolo por una sonrisa. 

-¿Y cómo es que sí lo tengo?-dije en un susurro, haciéndole frente al alto caballero-. Si no me equivoco era el plan original de mi padre, Eloah le otorgó autoridad sobre los hombres, y yo fui entrenada y educada en ese ideal. Como su hija tengo autoridad también, si no he hecho uso de ella es porque le debo respeto a mi padre y él, al igual que yo, está siendo muy paciente, lo sé; los humanos no merecen las oportunidades que Eloah les ha dado, no van a cambiar nunca, merecen un castigo ejemplar.-Miré de reojo la fotografía de Viktor Strauss.

-Sólo quieres echar mano de él por Faye-alegó Drako, no me preocupé por ocultar mi aversión por ese humano en particular, había hecho sufrir a quien me importaba.

-Hace mucho que perdieron la fe en Él-continué como si no lo hubiese escuchado-. ¿Por qué Él sigue teniendo fe en ellos?-pregunté casi en un murmullo, sabedora de lo que era capaz de hacer la raza humana.

-Un padre siempre amará a sus hijos, no importa que tan mal nos portemos, las decisiones que tomamos son nuestras y debe saber respetarlas, por algo nos dotó de libre pensamiento. Buenas o malas, el resultado será nuestra culpa, la cuestión es que no vemos la de veces que nos ha salvado y ayudado, pero sí vemos, cuando nos va mal, el echarle la culpa a nuestro padre.

-Assiah es el Infierno porque así lo han querido ellos, pueden tener el Paraíso, pero prefieren el mundo de mierda en el que viven.

    Drako sonrió.

-Al menos los inocentes nos tienen para defenderlos, y los Elohim están resguardándolos también. El castigo para el resto vendrá, paciencia.

    Sólo me importaba una persona a quien sabía inocente de la fatalidad que había caído sobre ella. 
    Volví a mirar la foto de Viktor.

-Empieza su entrenamiento hoy-dije, repasando con la mirada cada fotografía-. Necesito que sepa defenderse porque lo que estamos por emprender será muy peligroso para ella, pero será práctico para lo que vendrá más adelante.

-Prometo que será la mejor, no habrá nadie que se le pueda enfrentar sin caer rendido. Intentaré no hacerle daño.

-Debes ser duro, Drako-dije, cortante-. Ser blando no la ayudará, y conociéndola te lo recriminará, y pedirá que la trates como al resto de lo novicios. Sé que podrá soportarlo.

-¿Y tú?-me preguntó, desvié la mirada, él me obligó a levantar el rostro-. ¿Podrás soportarlo tú?

   ¿Ver cómo sale lastimada de las prácticas? Trataría de soportarlo, era cuestión de poner el deber por encima de lo que siento por ella.

-Separar los sentimientos del deber, estoy graduada con honores-sonreí.

-Graduada en cumplir con tu deber porque no habían sentimientos de por medio-replicó Drako, acariciando mi mejilla con su dedo pulgar-. Ahora es diferente, eres diferente.-No dije nada, él chascó la lengua y agregó-: Sólo pregunté porque quería asegurarme de que no amanecería sin alguna de mis extremidades el día que me sobrepasara y la hiriera demás, un mal golpe, un moratón en su hermoso rostro, una herida de espada.

    Centré mi atención de nuevo en las fotografías, en especial las que les habían tomado a los Griffin. 

-Padre mantiene una constante vigilancia sobre los Blood Drynka, ¿cómo se escabulleron Tristán y quien lo acompaña en esta traición? ¿Cómo pasó por alto algo así?

-Aún no sabemos si Tristán está involucrado.-Ignoré su insistente negativa ante esa posibilidad-. En todo caso, para hacer cosas malas siempre se encuentra la forma, así haya alguien supervisando.

   Desapariciones de Blood Drynka a manos de sus propios hermanos, ¿qué se puede esperar de quién fue humano alguna vez? Si éstos hasta hacen daño a los de su raza en su propia cara.

-Programa una reunión con Arath y Regina Griffin, que sea para este Sábado y no acepto negativas-le ordené a Drako. Asintió y lo cogí de la muñeca cuando se dispuso a marcharse-. Gracias-susurré.

    Él acortó la distancia sin darme tiempo a nada, sabía por qué le agradecía. Había notado lo tensa que se puso Faye con la presencia de Amanda, y por su audición "vampírica" algo habría escuchado cuando nos dejó a solas en la habitación tras la llegada de mi padre al apartamento. A pesar de todo no se lo mencionó a él.
   Su rostro estaba muy cerca, su cuerpo hacía que el mío reaccionara debido a mi maldita libido. Hasta hace muy poco él era mi medicina para mantenerme a raya en el terreno sexual, era contra natura que aún estuviésemos de pie anteponiendo el respeto a una tercera persona a las ganas que nos teníamos.

-No agradezcas, niña-susurró-. Sé lo mucho que la amas, de ser necesario la protegería con mi vida sólo por ti.-Su frente y la mía estaban pegadas, sentía mi piel arder. Y rara fue la sensación que me recorrió al escuchar sus palabras: Daría la vida por Faye, sólo por mí-. De mi boca no saldrá ni una palabra-agregó.

    Levanté mi mano y la puse en su mejilla, miré sus ojos encontrando ternura en ellos, al mismo tiempo que deseo. Bajé la mirada como la mano por su pecho, pasando los dedos por su corbata y volviendo el rostro hacia las fotografías.

-Dime que Amanda no lo hizo-dije.

-Los movimientos de tu hermana no siempre fueron monitoreados por tu padre así que no sabría cómo asegurarte eso. 

   Asentí.

-Ve a hacer lo que te ordené.

   



   

  <<Huellas XXVI
    

3 comentarios:

  1. Has vuelto con todo, no mentire y comentare sin leer, volveré mañana con mas tiempo para al menos leer este. Por cierto, la del avatar eres tu? ;)

    Besos dulces con mi aprecio Señorita escritora y dulce noche.

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    1. me autorespondo :D leído este capítulo, cuanto hay dentro de Sahar, no solo su conflictos emocionales también aquellos externos por su familia. Una carga pesada.

      Vuelo como Vampiro que soy ;) Volveré para el siguiente.

      Besos dulces Ivel.

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    2. La del avatar no soy yo, es una actriz estadounidense, pero me gustó mucho la foto porque la chica tiene la misma complexión que yo :P ;)
      Bienvenido siempre, querido amigo, me alegra volver a compartir con ustedes en vuestras casas/blogs, y aquí en la mía :)

      Besazos, y feliz fin de semana :*******

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