Spin-off

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martes, 8 de noviembre de 2016

Huellas XXII


    Me había despertado hacía apenas media hora, tomé una ducha y me senté en el alféizar de la ventana de espaldas al cristal observando cómo la gente empezaba su día en Nueva York, preguntándome dónde estaría Amanda, ya rayaba en la obsesión pero quería ver su cara, quería verla de cerca. Y me sentía culpable por no decirle nada a Sahar, por verla confiar ciegamente en mí y yo guardándome un secreto que ella tenía derecho a saber. Era su hermana de quien no tenía idea de su existencia; me preguntaba si Amanda estaba en esta ciudad realmente, caminando entre toda esa gente, ¿cómo se encontraría con Sahar? ¿Cuando? ¿Dónde? ¿Y si le decía todo a Caín? 
   No, no era de mi incumbencia, aunque como él yo no quisiera a Amanda cerca de Sahar. Además tenía mucho por hacer, con el problema de las desapariciones de los Blood Drynka, era prioritario parar una guerra antes de que iniciara.
    Miré la hora en el reloj de la mesita de noche: 9:30am. 22 de Mayo de 2007.
    Salí de la habitación, Sahar se había levantado antes que yo. O no durmió mucho; después de aceptar el pedido de su padre, Drako, ella y yo cenamos juntos, luego volvimos al dormitorio y me quedé dormida entre sus brazos, sin apenas hablar de nada. Me enseñó un relicario que su padre le había regalado cuando se quedaron a la entrada de Providencia ellos dos sólos, dentro había una fotografía de su madre, se la veía feliz. Dijo que lo había aceptado sólo con la condición de que Caín la dejara ver a su hermano tan pronto regresáramos a Providencia, porque era a él a quien de verdad le pertenecía ese recuerdo y ella planeaba entregárselo así como contarle toda la verdad sobre cómo había muerto su madre, y que su padre los había secuestrado impidiendo así que madre e hijos se conocieran.
     Pobre Sahar que apenas empezaba a conocer lo que era preocuparse por alguien. La observé, cruzando los brazos y recargándome en la pared cuando pisé la estancia, ella estaba sentada en el sofá blanco leyendo un libro cuya cubierta era negra con un título de color rojo en números romanos. Estaba muy concentrada.
    Vi las carpetas en la mesa de centro, debía ser parte de la investigación con la cual se estaba poniendo al día.

-Procura limpiar luego, manchas el suelo de baba-me susurró Drako al oído, dándome un susto de muerte.

-No la molestes, Drako-dijo Sahar, con la vista fija en el libro. 

    Drako fue a sentarse en uno de los sillones enfrente de ella, a diferencia de él me senté a su lado en el sofá.

-Buenos días, Faye-saludó, cerrando el libro y llenándome de toda su atención.

-Buenos días, Sahar-dije casi en un susurro.

-Mirada de: "Quiero comerte el coño", en acción-comentó Drako, cogiendo una de las carpetas de la mesa de centro, y rompiendo el momento en el acto. Multitareas el hombre-. Caín quiere que te lleve a SaharGlobal esta mañana, ¿ya desayunaste?-le preguntó a Sahar.

-No, estaba esperando a que Faye despertara.

-Hubieses desayunado sin mí, no era necesario que me esperaras-sonreí.

-Lo era, así que venga, desayunamos y nos preparamos para salir.

    Drako se sentó con nosotras a la mesa, empezaron a comentar sobre las desapariciones, dónde se llevaron a cabo, cuando empezaron. Esto último llamó mucho mi atención, y la de Sahar también.

-Unos cinco años antes de que empezara la Primera Guerra Mundial-dijo Sahar, pensativa-. ¿Por qué buscaron la ayuda de mi padre hasta ahora?

-Los clanes son orgullosos, Sahar, tu padre les tiene prohibida la entrada a Providencia así que afuera tienen que cuidarse entre ellos, si no los acepta en su comunidad ¿por qué buscar su ayuda? Por eso decidieron resolver sus problemas sin tener que recurrir como niños a su padre-explicó Drako-. Creo que es una forma de buscar la aprobación de Caín, clanes anteriores lo han hecho sentirse decepcionado por la estela de sangre que dejaron, los nuevos y los que quedan intentan hacer la diferencia, ser dignos de un puesto en Providencia al lado de su Creador.-Sahar quedó satisfecha con la respuesta-. Pero esto se está saliendo de control, y tuvieron que dar aviso a Caín para ponerle un alto y evitar una masacre, nadie quiere repetir errores del pasado, necesitamos paz.

-Los humanos no ayudan-comentó Sahar. Le dio un sorbo a su zumo de naranja.

-Que tu padre te haya dado carta blanca no significa que vas a andar cortando cabezas de aquellos en quienes no confíes. No puedes hacer eso.

-Por supuesto que sí, Drako, y empezaré por Tristán.-Dejó la servilleta sobre la mesa tras limpiarse un poco los labios, se puso de pie, se detuvo detrás de Drako y le susurró-: Un movimiento en falso de ese Blood Drynka y su cabeza quedará clavada en una pica para ejemplo de obediencia y lealtad.-Siguió su camino y la escuché decir-: Sé de gente mala, Drako, conozco a los míos.

       Drako apartó su plato en el cual nada quedaba ya.

-¿Qué quiso decir con que conoce a los suyos?-inquirí.

-Sahar es capaz de leer las malas intenciones detrás de las personas, no sabemos cómo funciona exactamente. Pensamos que es porque Sahar está muy ligada a la oscuridad, es una criatura que está más atada a las sombras....

-No la llames "criatura", suena despectivo cuando la llaman así, como si juzgaran lo que ella es. Sigue siendo una persona, y en el fondo es muy buena, sólo que se han preocupado por saber qué es para atacar los puntos que pueden llegar a ser peligrosos, en lugar de intentar entenderla, creo que Circe es la única que intenta preocuparse por ese particular. Caín la ha usado como arma, y ustedes que la han visto crecer no se han preocupado por ser sus amigos más que compañeros de armas.

-Sahar no busca amigos, nunca los ha requerido, pero igual la quiero. Así como Erza y Declan, no hables de lo que no conoces, nosotros sí nos preocupamos por ella todo el tiempo, la cuidamos, sobre todo de sí misma.

-Sahar no quiere ser tratada como alguien que deba ser protegida de sí misma.-Drako chascó la lengua. Puse el tenedor en el plato, abrumada por la discusión-. Sé que la quieren a Sahar, pero eviten tratarla como una "criatura diferente", Caín debería tratarla como su hija que es, y tú eres el más cercano a ella después de Erza, tú has sido su íntimo-esas palabras tenían sabor a hiel, me reventaba que ellos hayan estado juntos, aunque ya no más no podía evitar sentir un poco de celos.

    Drako salió del comedor, lo alcancé en la sala de estancia.

-Hazle caso sobre Tristán-dije, volviendo al tema principal-. Si ella dice que no es de fiar, toma cartas en el asunto, vigílalo. 

    Me giré para dirigirme a la habitación.

-Tienes razón-lo escuché decir, me detuve y le miré-. Sobre Sahar. Tenemos una especial forma de tratarla porque....-Estaba muy tenso, ajustó su corbata y suspiró-....porque le tenemos miedo.-Fruncí el ceño, enfadada por sus motivos-. Tú no la has visto cuando pierde el control, han sido pocas las veces, pero muy fuertes. La queremos, señorita Vesper, sin embargo no deja de necesitar vigilancia.

-Por favor, su padre la usa como arma-ironicé. ¿Caín le tiene miedo y la sigue poniendo en un ambiente estresante como las misiones que le da junto a los demás assassins?

    Drako vino a mí con decisión, casi a la desesperada.

-Ayuda a saciar la sed de sangre, sed de muerte, de su hija-susurró, mirando hacia el pasillo, nervioso. Pendiente de que en cualquier momento no apareciera Sahar por ahí-. No la pone en misiones porque quiera, sino porque es necesario mantener bajo control su sed de sangre tan distinta e impredecible, Sahar no siente culpa al matar, no tiene conciencia; en todo el mundo sólo hay dos personas a las que Caín les teme más, y una de ellas es Sahar.-Se acercó mucho más y murmuró-: No estoy jugando cuando te digo que es una criatura oscura.

-Estoy lista-le escuché decir a Sahar. Drako se dio la vuelta enseguida dándome la espalda; yo me giré para mirar a Sahar quien iba vestida de negro, minifalda  y suéter, se veía hermosa con su pelo negro suelto, y su rostro maquillado apenas, el sombreado negro en sus ojos le daba un toque de chica mala, vi la ironía-. ¿Te ha estado molestando?-me preguntó cuando estuve a su altura.

-No, sólo conversábamos como gente civilizada.-Le di un beso en la mejilla-. Me cambio y nos vamos. 

     Me encontraba mintiéndole cuando ella no ha sido más que sincera conmigo porque no sabe ser de otra forma, y aunque supiera mentir no podría hacerlo conmigo. No merecía que le ocultara cosas ni que le mintiera, por muy mala pécora que las personas que la conocían dijeran que era.
    Teniéndole miedo sólo conseguirían que se convirtiera en algo peor. Debían buscar otras formas. Siempre habría otra forma. 


     Sería la primera vez que pisara la central de SaharGlobal, busqué en el armario alguna prenda que me gustara y que al mismo tiempo fuese apropiada para asistir a una empresa de la cual era la futura dueña. Circe me enseñó muchos trucos a la hora de vestirme como las personas del exterior, a veces usaba ese tipo de ropa en Providencia, algunas eran muy bonitas, otras en extremo incomodas. Sonreí al ver la minifalda, pensé en cobrarme las provocaciones de Faye antes de viajar aquí.
     Salí sin mirarme al espejo, no acostumbraba a hacerlo. 
     Al doblar el pasillo en dirección a la estancia oí voces, paré en seco cuando escuché mi nombre.

-....Sahar no siente culpa al matar, no tiene conciencia; en todo el mundo sólo hay dos personas a las que Caín les teme más, y una de ellas es Sahar....-decía Drako en un susurro lo suficientemente audible para mí-. No estoy jugando cuando te digo que es una criatura oscura.... 

-Estoy lista-dije, interrumpiendo al Blood Drynka. Éste se alejó de Faye, dándonos la espalda. La rubia sonrió al mirarme, dio unos pasos hacia mí, y cuando estuvo cerca le pregunté si Drako la había molestado.

-No, sólo conversábamos como gente civilizada.-Besó mi mejilla, anunció que iría a cambiarse y se marchó dejándome a solas con el hombre al que abordé enseguida-. ¿El coche que nos llevará está listo?

-Sí, he preparado todo-respondió Drako, de pie frente al ventanal.

     ¿Que si me importaba lo que le dijo a Faye de mí? No, ni un poco. Me importaba lo que ella pensara más no las palabras que salieron de la boca de Drako porque eran todas ciertas, y no las sentía como ofensa.
     
-¿Tienes una idea de cómo vas a proceder con respecto a las investigaciones?-preguntó Drako. No se dignaba a mirarme a la cara.

-Ya hablaremos sobre ese asunto, sólo sé que debemos vigilar a Tristán.

-¿Estás segura?

-Debe haber alguien dentro de los clanes ayudando a quien esté detrás de dichas desapariciones, y la lealtad de Tristán para con la Casa Alyosha presiento que es cuestionable.

    Me vi cerca de Drako, lo obligué a mirarme a la cara. 

-Eres buena maquinando en plan malvado, pensando como un....

-¿Demonio?-Me miró con el hambre brillando en sus ojos, sin dudarlo me rodeó la cintura con un brazo, levantándome y pegándome del cristal de la ventana, rodeé sus caderas con mis piernas mientras lo besaba. Sentía tantas ganas, sentía mi propia sed y hambre apoderarse de mí; gemí al notar una de sus manos subir por mi muslo, su lengua rozó la mía, y fue entonces que los recuerdos de esa primera vez con Faye llenaron mi mente-. Para....-musité, besó mi cuello mientras me bajaba-. No puedo, a ella no puedo hacerle esto. 

      Esto era agobio, era una de esas veces-desde que ella llegó-en que me sentía agobiada por haber hecho algo malo. Le fallé, yo...yo no quería fallarle.
      Drako volvió a besarme, le correspondí, era la despedida de mi amante, de quien me inició y cuidó pese al daño que sufrió por mi causa. Pese a las cicatrices en su cuerpo, ocasionadas por mí.
-Mereces ser feliz, Sahar-susurró, cercano, sus manos en mi rostro para que fijara la mirada en él-. Y sólo ella puede darte la felicidad que tú te mereces, sólo ella puede enseñarte a ser benevolente, no la benevolencia falsa que practicas, esa que sólo sale cuando se te ordena. Sino una verdadera benevolencia; conocerás el amor, el verdadero amor, uno puro como no se ha conocido en esta tierra, como no se ha conocido jamás. Lo veo cada vez que las miro, siempre que están en la misma habitación el ambiente cambia, ambas cambian y son las mismas. Son la una para la otra.

-A ti llegará alguien digna del hermoso ser que eres, Drako.

-Estoy muy viejo para enamorarme-sonrió, que no soy ciega, Drako era hermoso.

-Tu edad es lo de menos con el cuerpo que te gastas.-Soltó una carcajada, me separé de él frunciendo el ceño-. He dicho la verdad, ¿por qué te ríes?

-Deja de hacer pucheros, mi niña, aunque te ves hermosa igual.-Crucé los brazos, él soltó su corbata y la volvió a atar-. Me río porque me resultó gracioso lo que dijiste, es algo que adoro de ti, tu inocencia, en medio de toda tu oscuridad, ese vestigio de hermosa inocencia.

     Desvié la mirada hacia Faye que entraba al salón, giró sobre sí misma haciendo volar un poco su hermosa falda blanca larga. Sonrió al mirarme. 
     Bajamos en el elevador, tuve que explicarle a Sahar cómo funcionaba porque nadie se había tomado la molestia de hacerlo las veces que salían en misiones. Fue divertido, creo que subimos y bajamos unas cinco veces hasta que Drako se hastió; Sahar había aprendido en el primer intento, lo pillé, las otra cuatro veces fueron para probar la paciencia del Blood Drynka.
    Un modesto mercedes nos esperaba a la puerta del edificio, recargado en él estaba un hombre alto y moreno de ojos claros al que Drako tendió la mano, sonriendo.

-Bienvenida, Euzma Cassul-saludó el hombre, inclinándose en una sutil reverencia.

-Gracias Jay, te presento a Faye Vesper, mía novulo.

   No entendí lo que quiso decir hasta que Jay hizo la misma sutil reverencia ante mí.

-Bienvenida al Clan, joven novicia-dijo, respetuoso.

    Mía novulo. ¿Mi novicia? ¿La chica nueva en el clan? Me gustó el Mía Novulo. Suya.
    Subimos al coche, Drako fue al frente con Jay.

-Eres hermosa-me susurró al oído.

-Es ésta ropa, Circe tiene buen gusto.

-No hablo de la ropa o lo que hace ésta en ti, o tú en ella, Vesper, hablo de ti. He dicho: Eres, no, Estás.

    Me cogió de la mano, y miró por la ventana. 
  ¿En qué momento pasaba de ser una niña juguetona, haciendo travesuras a su cuidador, a ser una mujer que siente y expresa lo primero que cruza por su cabeza y corazón? Me sentí afortunada, me creí dueña del mundo con sólo tenerla a mi lado.
    Nueva York. Nueva York. El tráfico no era mi cosa favorita en las ciudades grandes como ésta, pero su vitalidad contagiaba, las vibraciones de la vida misma de la ciudad te llenaban, calaban en ti. Aunque sin importar cuántos lugares pisara, extrañaba mi Moscú, e imagino que Sahar siempre preferirá Providencia. Miré nuestras manos enlazadas, y entendí que preferiría cualquier lugar donde estuviera yo, como yo preferiría cualquier lugar donde estuviera ella. Me tenía atrapada.
     El coche se detuvo, Drako bajó y abrió la puerta mientras del otro lado Jay abría para que yo saliera. Levanté la vista para mirar la espléndida torre que se alzaba ante mis ojos, de todos los edificios en Nueva York, aquél era por mucho el más llamativo, era todo de un cristal de color zafiro. Y de los más altos en toda la ciudad.
     Sahar no se veía sorprendida, para ser la primera vez que estaba allí.

-Es muy bonito-comenté, sonriéndole al portero que nos abrió las puertas cristalizadas.

-Se parece a un dibujo de mi hermano-dijo. Por ello no se sorprendió-. SaharGlobal antes estaba en Austria, y así varias oficinas por toda Europa, imagino que cuando padre decidió establecer la central aquí se inspiró en un dibujo que hizo mi hermano a los cinco años.

-Después de todo es su hijo, no puede dejar de quererlo-hablé por lo bajo pendiente de que muchas de las personas allí en el vestíbulo habían puesto sus ojos en nosotras, a Drako seguro ya le conocían.

    Los decorados dentro de la empresa era más de corte egipcio, algunos pilares se levantaban a lo largo del vestíbulo dando un extraño pero satisfactorio placer visual. No estaban fuera de lugar esas columnas en un edificio por demás elegante.
    En el ascensor Drako se ocupó de los controles, mirando a Sahar de reojo, ésta cruzó los brazos. Estaba muy callada mirando las puertas que, como el resto del edificio, no podía ser de otra cosa que de cristal.
    Salimos al último piso, una mujer nos saludó con amabilidad diciendo que estaba encantada de conocer a la hija del señor Bélikov. Sahar se mantuvo distante, pero aceptó estrechar la mano de la amable señorita.
    Entramos a la oficina, Caín dio las gracias a Sophie que era el nombre de su recepcionista, ésta salió y cerró las puertas.

-Les daré el tour personalmente-dijo Caín, recargándose del escritorio-. ¿Te ha gustado lo que has visto hasta ahora, Sahar? ¿Y a usted, señorita Vesper?

     La amplia oficina había llamado mi atención, el escritorio, un sofá, tres sillones a juego. Un bar con una variedad de licores en un elegante escaparate detrás de la barra.

-Todo es muy bonito, al menos lo que he visto-respondí.

-¿Podrían dejarnos a solas a mi padre y a mí?-habló Sahar. 

    Drako miró a uno y a la otra, Caín asintió. Sin entender qué pasaba salí con el hombre, quien intentó darme un recorrido por el edificio pero no me encontraba de humor, no hasta saber que Sahar estaba bien o qué le había molestado. 
   ¿Era el hecho de que su padre tomara un dibujo de su hermano y lo llevara a la realidad? ¿Qué pasó cuando tardaron en alcanzarnos el día anterior?
    Drako y yo volvimos al coche, entré a la parte trasera; no dejé de mirar por la ventana hacia la puerta esperando verla salir. No sé cuánto tiempo pasó, ¿una hora, quizá? ¿Una hora y media, dos? Sólo sé que al instante de apartar la vista de la ventana todo pasó en cámara lenta, la vida se me fue por un instante al ver un coche detenerse delante del nuestro y cuando el chófer abrió la puerta la vi salir.
   No me había quedado dormida, no. No era una de mis pesadillas, ella estaba allí en la realidad....
  
-Amanda Carlysle-musité, viéndola entrar al edificio. 



       



  
<<Huellas XXI


3 comentarios:

  1. Amanda... La dualidad personificada.

    El amor, nos cambia volviéndonos poderosos, benevolentes y osados.
    Qué bien nos sitúas en cada escenario, Ivel.

    Mil besitos, preciosa mía.

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  2. Me gusta cuando pones las diferentes perspectivas de una misma escena, es como estar en un personaje antes y luego en el otro. Veremos que surge en el encuentro con Amanda que vuelve a escena.

    Besos dulces y dulce noche.

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  3. Un hallazgo narrar el mismo dialogo desde dos punto de vista distintos.
    Que notable que Faye entienda mejor a Sahar, que los que la conocen de más tiempo, exceptuando Circe. Incluso Drako le dio la razón.
    Aparece alguien que ya conocemos.
    Que final de capítulo.
    Besos.

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