Tus ojos siguen mis movimientos...
Bailo en tu habitación, y tu mirada se une a la sonrisa de tus labios...
Te levantas, Señor mío. Y voy a tu encuentro....
Me dejo ir en ese beso que me robas, dominante y tierno....
Eres perverso...
Dios de mi templo, aunque suene a sacrilegio....
Vienes, ¡oh! profanador, y te embriagas de mí....
Me sumerges, despacio y sin prisa en ese terreno Infernal y Celestial que conoces tan bien....
Es tan fácil adorar(te)....
(Te)es tan fácil adorar(me)....
Y lanzo una oración, suplicando(te) un poco más....
Así, pegada a ti...
Pegado a mí...
En éste baile sin final....
eres tan tierna calida y muy dulce un beso andrea
ResponderEliminarUna súplica orando ante Tu Señor, el Dios de tu templo, en un baile sin final.
ResponderEliminarPrecioso y sensual tu entrada, mi querida Ivel, siempre es un placer leerte.
Un beso muy grande y muy dulce de seda.
TQ.
Los bailes se hace eternos, cuando se conjuga amor y adoración.
ResponderEliminarBesos dulces y dulce fin de semana.
La mejor melodía viene acompañada de dos... Besito Ivel hermoso escrito
ResponderEliminarAmor y entrega en tus versos
ResponderEliminarFeliz dia preciosa, besos muy fulces
Por más profanaciones de ese estilo.
ResponderEliminarEmbriagada me he sentido con tus letras, Ivel. Encuentro una escena bellísima acompañada de una tierna canción. Celebro siempre el acierto de tus entradas con la música elegida. Felicidades, bonita por tan bello texto.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa y feliz tarde para ti.