Necesito un viaje, de esos con sabor a No Retorno, de esos que alivian cuando no sabes ni que día es o que vives durmiendo sin querer despertar porque la realidad se ha vuelto una pesadilla.
Un viaje de esos improvisados, escape a Nunca Jamás antes de que siquiera aparezca la segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer en una seguidilla escrita al cielo y verde del campo, apostando a lo desconocido, renunciando a lo ya sentido, escuchado, dicho y visto, porque aún existe algo de dolor en esta calma, aún llueve sobre mojado pero no tiemblo de frío....
Hay que encontrar ese viaje, tal vez en el interior, con es calma que transmite la música.
ResponderEliminarMás besos dulces Ivel.