Fantasmagoría: De Penas y Gloria...

  La caída de la noche vino acompañada de su furtivo regreso, Myleva salió a su encuentro en cuanto vio aquella sombra rondando la glorieta y luego de verificar que no había nadie cerca; el cambio de guardia se estaba produciendo de manera puntual como de costumbre. Pero temió en determinado momento que algo cambiara esa noche, por suerte todo iba bien. 

  Apuró el paso tras abrocharse bien el abrigo color índigo, reconoció la capa roja de Vyka, se encontraba de espaldas a ella, sus manos al frente y Myleva pudo adivinar que jugueteaba con ellas, era una manía que salía a flote cuando los nervios asaltaban su usual calma; la recién llegada le colocó una mano en el hombro, Vyka se giró sin apenas pararse a ver si se trataba de ella, sólo la abrazó. Se sentía a salvo, ella, Vyktoria Mallcall Pendragon, se sentía a salvo en los brazos de una "princesita de casa" como en algún tiempo atrás llegó a llamar a Su Eva, se sentía a salvo, segura, como si aquellas delicadas manos pudieran hacer trizas sus miedos más profundos.

-Te he decepcionado, Eva-susurró apartándose un poco, su frente apoyada en el hombro de la otra chica y aunque soltó el abrazo de una mano la otra se sujetaba firmemente a la cintura de la rubia. 

  Eva depositó un suave beso en su sien, acarició el castaño cabello de la joven dolida sin decir palabra alguna. 

   Las cartas estaban echadas.....